Del nombre de los españoles
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Alfonso Klauer
El gran negocio del planeta
La exportación de minerales era tan impresionante
en términos de cantidad y de valor
que representaban dos tercios de la producción
mundial total explicita Klein.
Ni la industria automovilística, ni la industria
militar, ni la industria del petróleo conocen
hoy una concentración tan espectacular
como aquélla.
Pues bien, como parte fundamental del
gran negocio, a partir de 1543, cuando fluía a
borbotones el oro del Perú, fue establecida la
navegación obligatoria en convoy, con escolta
militar y rutas fijas.
Desde España, una flota partía en abril
con destino a Veracruz, en el Golfo de México.
Y la otra partía en agosto con destino a
Panamá, para recoger el oro que llegaba del
Perú. Ambas flotas juntas, porque el cargamento
de regreso era el apetecido por los piratas
ingleses y holandeses retornaban en
marzoabril.
Se trataba de pesados e impresionantes
convoyes de decenas de naves, que saliendo
de América, el país de la plata por antonomasia, llevaban su preciado tesoro al
Viejo Mundo.
Hamilton, en 1934, calculó que entre 1503
y 1560 entraron en España 185 toneladas de
oro y 16 000 toneladas de plata. Engel, trabajando
con esas cifras, y con los valores de
325 dólares para la onza de oro y de 7 dólares
para la onza de plata estima que, entonces, se
sacó de América tanto como 10 000 millones
de dólares entre 1492 y 16001650.
Ese tipo de actualización, que podría ser
correcta en algún sentido, no nos permite sin
embargo, en magnitudes de hoy, medir el impacto
que una riqueza como ésa tuvo en su
tiempo. De allí que nos parece más razonable
seguir el procedimiento de actualizar primero
el valor original en pesos de la época.
Es decir, con una conservadora tasa de
actualización de 1% anual, hasta 1700 se
habría trasladado a Europa una cifra tan alta
como 2,1 millones de millones de dólares
[(1) + (2)]. Con un grueso promedio anual de
10 100 millones de dólares.
Si las cifras de estos últimos tres autores
se actualizaran con una tasa de 2% anual, el
total se elevaría a la incomprensible suma de
más de 67 millones de millones de dólares de
hoy. En fin, serán los economistas los que
tengan la palabra más autorizada.
No hay cifras del siglo XVIII. Se sabe sí
que, tras la crisis de la minería de Potosí y
Oruro, entraron en producción, precisamente
en ese siglo, las minas de Cerro de Pasco; y
que durante ese período, con la contribución
de ésta, la producción de plata del Perú representó
poco más del 40% de la producción
americana total.
Humboldt estimó que a comienzos del
siglo XIX América producía 40 millones de
pesos de plata al año. Estamos pues, aparentemente
al menos, frente a otra moneda:
pesos de plata.
No hemos encontrado expresamente su
equivalencia con alguna otra moneda conocida. Pareciera que, insistimos, para los historiadores
tradicionales, las prosaicas cosas de la
economía no pertenecerían a la historia.
No obstante, quizá no incurramos en grave
error si consideramos que los pesos de
plata de los que nos habla Humboldt son los
mismos a los que hace referencia Ernesto Yepes
al comienzo de su libro (también para comienzos
del siglo XIX). Con los datos que
proporciona Yepes, puede concluirse que
una libra esterlina equivalía aproximadamente
a 5,5 pesos.
Si así fuera, la producción anual de plata
a comienzos del siglo XIX representaría casi
7,3 millones de libras esterlinas y, su valor
presente sería de 237 millones de dólares.
Nos resulta poco verosímil que, a pesar de la
crisis generalizada en que se debatió el imperio
durante todo el siglo XVIII, acosado en
todos los flancos desde el interior de las
colonias, por rebeliones sucesivas, y, desde el
exterior, por Francia e Inglaterra, la producción
cayera del equivalente actual de 10 100
a 237 millones de dólares anuales.
En todo caso, para llenar de alguna manera
el vacío, hay un dato de valor incontrastable.
Uno de los más espectaculares naufragios
con tesoros del Perú, el del San Pedro
de Alcántara, ocurrió en febrero de 1786, a
unos 100 kilómetros de las costas de Lisboa.
El rey Carlos III contrató durante tres años
a buzos de toda Europa y logró recuperar
casi íntegramente el tesoro: 3 toneladas de
oro, 153 toneladas de plata y 603 toneladas
de cobre. El San Pedro de Alcántara, como
puede apreciarse, era un enorme trasatlántico
por lo menos si se le compara con la Santa
María de Colón, que sólo tenía 140 toneladas
de registro.
A valores actuales el tesoro del navío en
cuestión ascendía a 62 millones de dólares. Y
era, como se ha indicado anteriormente, sólo
una de las decenas de naves que viajaban en
ésa y cada una de las flotas imperiales. ¿Era
acaso la nave más grande, o por el contrario
la más pequeña? Asumamos que llevaba una
carga de valor medio y que fueran veinte,
entre las decenas de naves de la flota, las que
llevaban tesoros minerales. El valor trasladado,
pues, no sería inferior a 1 240 millones de
dólares actuales.
Si para completar los cálculos asumimos
que el valor anual de la riqueza transferida a
España bajó linealmente desde 1701 a 1800,
pasando por el año 1786 por la indicada cifra
de mil 240 millones, en todo el siglo XVIII
se habría transferido una riqueza avaluada en
algo más de 373 000 millones de dólares que
será entonces nuestro tercer subtotal (3).
En esos términos, debemos pues enfrentar
los siguientes totales, en millones de dólares
de hoy:
Riqueza total trasladada a Europa
(1) Hasta 1560 817 268
(2) 15601700 1 317 412
(3) 17011800 373 300
Total general 2 507 980