ENCUENTROS ACADÉMICOS INTERNACIONALES
organizados y realizados íntegramente a través de Internet



TERRITORIOS DE LA NUEVA SOCIEDAD GLOBAL: HACIA UN NUEVO PARADIGMA

Rosa María García Almada
Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, Baja California, México.
Doctorado en Ciencias Sociales con Especialidad en Estudios regionales
rosaga@colef.mx

Resumen
El presente ensayo presenta en forma interrelacionada los conceptos de sociedad, territorio, y globalización, a fin de elaborar un diagnóstico de la nueva sociedad global en los nacientes territorios reconfigurados. En el marco de la globalización, tanto los territorios como la sociedad se ha reconfigurado, lo que ha traído algunas consecuencias en su definida agencia con el Estado. El objetivo que nos ocupa en las siguientes líneas es tratar de conceptualizar y entender el ¿cómo? y el ¿por qué? los territorios se han visto reconfigurados, tanto en su estructura espacial así como en la sociedad que los representa en tanto que su gobernabilidad no ha respondido a los nuevos desafíos que la mundialización económica les aplica.
Palabras clave: Sociedad, Territorio, Estado, Global\Local, Especialización Productiva, Regiones Inteligentes.

SEGUNDO ENCUENTRO INTERNACIONAL SOBRE
Desarrollo Local en un Mundo Global
realizado del 4 al 22 de diciembre de 2006

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Introducción
He dedicado este ensayo a eslabonar la triada sociedad-economía-política en el contexto de la apertura de las borrosas y muchas veces imaginarias fronteras territoriales; haciendo hincapié en la trasformación de la sociedad, victima de la pérdida de identidad cultural, aunado a la nostalgia de la impotencia sobre el poder en el espacio y el control económico del estado-nación, en la delgada línea entre las industrias globales y el limitado poder de la sociedad en la gobernabilidad que los ocupa.

La sociedad trasformada en un sentido de viejos actores y adaptada a su nuevo papel en la economía global y en la reconfiguración estatal, ha resentido el cambio en los procesos culturales que la encierran, la envuelven y aún no da cuenta del verdadero rol que tiene como reto aprender a jugar en la cohesión entre el estado, su cultura y su propia identidad.

Los retos no sólo se presentan en los actores sociales, ni en los agentes económicos, ni en los estados; los retos se presentan en los propios territorios en donde la dualidad global\local hace ruido blanco en la ideología de la nueva sociedad. Los territorios se han reconformado espacialmente en la agencia que representan, lo que repercute en la sociedad, y se manifiesta en el cambio desde su estructura, su ideología, su manera de repensarse a sí misma y a la posición que adquiere en la nueva economía global.

Sin embargo aun cuando la sociedad se reestructura, la velocidad de la misma es la clave que sigue al desarrollo económico en el territorio, habrá que conceptuar nuevamente las regiones globales y renombrarlas, para que la agencia social se integre entre lo público y lo privado. Así, el establecimiento de alianzas o coaliciones económico-políticas entre actores empresariales y actores político-institucionales, supone abordar la diversidad de intereses y de prácticas en relación al territorio.



La pérdida de pertenencia territorial
En algunos de los recientes trabajos e investigaciones sobre la nueva economía global, se dice que esta ha reconfigurado los patrones de producción desmembrándolos en pequeñas partes eslabonadas virtualmente, o trabajando bajo el concepto de just in time.

Cuando existe una innovación en el proceso productivo, todas las personas que trabajan en él deben adaptarse a la innovación, en otras palabras los operadores de la fase productiva innovada adquieren cierto conocimiento sobre ella y esto no puede ser denominada sino especialización productiva.

La reconfiguración de la especialización productiva innovadora en el renovado rol de industrialización del producto, también repercute en las formas de socialización de los trabajadores, pues no sólo reconfigura su espacio de trabajo, su forma de trabajar ni su estatus laboral; si no que dicha trasformación además se refleja en la interrelación entre su espacio de trabajo y su inserción en la sociedad.

La relevancia que adquiere el actual conocimiento, en la sociedad del conocimiento, se ha desplazado desde el campo microeconómico funcional de la empresa y de los sistemas de producción al campo del territorio mediante conceptos que, desde diferentes ángulos, van encaminados a la idea de nuevos espacios industriales. La búsqueda de identidad en la nueva economía global ha llevado a la sociedad a mercantilizarse en la naciente modernización del “desarrollo capitalista” (Harvey, 2004)
Desde este ángulo, el desarrollo local puede ser un enfoque más político que económico. Sí las empresas, están desterritorializadas, las instituciones políticas no lo están. Los gobiernos locales se definen por su territorio, por el territorio de su competencia institucional y es el presente y el futuro de ese territorio, lo que da sentido a su función. Mientras tanto, las empresas no defienden intereses locales (puede que sí, en algunos casos), sino que operan en un territorio (su base de operaciones). En esta disyuntiva entre lo político y lo económico, parecen discurrir muchas de las reflexiones y propuestas asociadas al desarrollo local.
Como apunta Sassen (2000), las transacciones globales pueden hacerse dentro del territorio nacional, las naciones-estado se han vinculado en la implementación de sistemas de producción para la economía global y los recubrimientos legales para este sistema. El amplio sistema de poder político y económico ha desarrollado formas de poder y legitimidad para sus propios propósitos.

Existen nuevos factores que están removiendo radicalmente la base productiva de los sistemas económicos territoriales, por ejemplo: el tránsito hacia nuevas formas de producción más eficientes que concretan la actual revolución tecnológica; la vinculación de las fases de los procesos económicos trabajando en la misma unidad de tiempo real; los cambios radicales en los métodos de gestión empresarial; la calidad y diferenciación de los productos como estrategia de competitividad dinámica; la renovación incesante de productos y procesos productivos; y la segmentación de la demanda en los nichos de mercado. En palabras de Carnoy (2001) “el agregado de las nuevas tecnologías de la información permiten una mayor flexibilidad e interconexión… la interconexión individual, con el trabajador interconectado genera mercados laborales flexibles” lo que trasforma el trabajo y la organización de la producción.

El cambio y la innovación tienen un costo, según Foray (2004), además del gasto en capital intangible como la investigación y desarrollo. La nueva organización industrial reconfigurada, reconoce una organización flexible en el espacio global, que permite una conceptualización de las empresas antes globales, después transnacionales y ahora multinacionales . Este orden económico ha reconfigurado los territorios y no así el poder público pues, según el autor, las presiones que se ejercen sobre los estatutos del poder público provienen de los capitales nacionales y no de las transnacionales; toda un ala considera la lucha por el control del aparato estatal no sólo como irrelevante, sino como una desviación ilusoria (Harvey, 2004:47).

Sin embargo, contrario a las afirmaciones de Sassen (2000) sobre la virtualización de la actividad económica y la reconfiguración del estado, ella afirma que “de muchas formas el estado se ha envuelto en este emergente sistema de governanza transnacional; las políticas de comercio mundial, el ambiente global y la estabilidad económica corresponden a las diversas posiciones en las cuales el estado tiene y puede jugar el rol del comercio mundial”

Muchas veces se piensa que el desarrollo económico es también desarrollo social, y esto es totalmente erróneo, sí bien es cierto que el Estado social pierde peso frente al Estado mercantil, desde mi punto de vista la reconfiguración que la globalidad genera en la mano invisible de Adam Smith no puede cargar toda la balanza al mercado, mucho menos a la protección del gremio nacional, no al menos en nuestro país; hemos pasado del proteccionismo a la vulnerabilidad total, gracias a la desregulación legal, culpable de la fragmentación del mercado y de la desestructuración de las reglas que eran claras y se cumplían antes de la apertura .

En particular, una estrategia de competencia mundial legal debe incluir componentes apuntados a desarrollar el sector privado, el Estado, la comunidad, la familia, y el individuo. Un objetivo importante es la creación de un fuerte, competidor, estable y sector privado eficaz. Entre las estrategias que cumplan el objetivo de llevar el desarrollo económico a los países iniciados en los mercados globales son según Stiglitz (1998): una infraestructura legal que proporcione leyes de la competencia; un armazón regulador que anime la provisión privada de infraestructura con el fin de incrementar al máximo la magnitud de competencia legal eliminando el abuso de poder del mercado; establecer un sistema financiero eficaz que refuerce la competencia en los mercados globales.

El fenómeno de la globalización no solo ha reconfigurado los patrones territoriales de industrialización en nuestro país, sino que nos ha llevado a replantearnos como estado-nación, como sociedad, y como individuos. Los nuevos productos, resultado de los procesos de transnacionalización de la industria, abren los canales de distribución; se produce para lo global desde lo local; Alonso (1999) llama a esto glocalización.

Por su parte Castells (1999) nos explica que el nuevo sistema industrial no es global, ni local, sino una nueva articulación de dinámicas globales y locales. José Luís Coraggio como economista social propone que, para poner en marcha un proceso de desarrollo local o regional relativamente autónomo se deben reconocer las contradicciones, los conflictos, las disonancias cognitivas y la pluralidad de valores y creencias en el punto de partida (Coraggio, 2000); es decir, desde el inicio de la nueva reconfiguración espacial debemos tener siempre presente ¿hacia dónde vamos?, ¿qué estamos haciendo para lograrlo? y ¿cómo podremos seguir superando el siguiente reto que nos espera? Foray (2004) apunta que la clave es probablemente el poco tiempo que se invierte en el progresivo ajuste económico y la organización social en las nuevas tecnologías.

No se puede avanzar en el desarrollo económico del territorio sí tenemos un alto grado de dependencia tecnológica, aunado a la desregulación legal de la vulnerabilidad comercial que desarticula la sociedad y se aloja en el detrimento de la agencia individual, quien supera mediante el diálogo social o la interacción en las instituciones de gobierno, aquellos conflictos que bloquean el desarrollo deseado, generando poderes colectivos capaces de filtrar, moderar o contrarrestar los impactos negativos que se originan fuera de la sociedad y\o territorio de cuyo desarrollo se trata.

Los nuevos territorios y por tanto la nueva sociedad reconfigurada globalmente debe interiorizar retos que enfrenten día a día la mezquina insolvencia tecnológica que se presenta, pues creo que el conocimiento acumulado es la mejor arma para enfrentar los retos que presenta la apertura de la sociedad, el mercado y las políticas del estado en los territorios.

La interconexión entre territorios y sociedad: Retos y Perspectivas
De todas maneras, el desarrollo local no es una estrategia política-institucional, o no lo es exclusivamente, sino que la hipótesis que le da sentido, tiene que ver con las acciones que, tomadas desde el territorio, incrementan la creación de valor, mejoran las rentas, aumentan las oportunidades de empleo y la calidad de vida de los habitantes de la localidad.

Estos objetivos no pueden ser abordados exclusivamente por la acción de las instituciones públicas, sino que son el resultado de la multiplicidad de acciones del conjunto de actores (económicos, sociales, políticos, {y ahora} tecnológicos) que operan y toman decisiones en el territorio o, que sin estar localizados en el territorio, inciden en él.

El desempeño entre agentes sociales, económicos, e institucionales es causa y consecuencia del desarrollo del territorio. Podemos situarnos en la racionalidad de cada agente condicionada (a su vez) por el perfil del territorio, pero que no está determinada de forma absoluta por el mismo, se vincula a la función que cumple el territorio para cada actor en la interdependencia y sinergia con sus recursos disponibles y con otros actores locales.

Aun cuando la ubicuidad de los insumos de producción se ha separado históricamente por las barreras de trasporte o la diferenciación de productos; una condición esencial de economía pura, ofrece que la localización de los factores de producción podrían sustancialmente ser sustituidos por un gran numero de otras localizaciones, (Storper, 1997:178). Sin embargo, siguiendo las sugerencias del autor, no debemos confundir la territorialización de las actividades económicas con la aglomeración; es decir, debemos distinguir el realismo de las relaciones interestatales de las internacionales, en donde se aclama el poder de las corporaciones transnacionales, y el poder que ejercen sobre las decisiones de estado.

Los mecanismos de poder deben ser expuestos por la realeza y transparencia, lo que significa distinguir los planteamientos que distorsionan la realidad, tales como los planteamientos usados en el análisis político y social, la realidad se enfoca sobre los recursos, los usos y los objetivos de poder. En la territorialización, éste realismo se traduce en la producción local de bienes orientados a la exportación. (Storper, 1997:180-181) El realismo de la sociedad es un planteamiento que implica la gobernanza de la moderna sociedad de una manera holística, que continúan dentro de la demanda de las ciencias sociales por la especialización y consecuentemente por la segmentación de las actividades humanas.

Podemos visualizar una tendencia, propia de la sociedad de la información, en que las empresas prestan cada vez mayor atención a determinados factores positivos de localización, vinculados a la calidad del medio, por ejemplo: la dotación de recursos locales de conocimiento, de clima laboral, de cualificación de los recursos humanos y la densidad de las relaciones de cooperación público-privada. Tal y como lo apunta Foray (2004:36), el factor clave del rápido crecimiento económico y las externalidades derivadas del aprendizaje son la capacidad de codificar el conocimiento; es decir, las externalidades del conocimiento.

En este enfoque, la infraestructura humana regional y la infraestructura de redes son más importantes que la infraestructura física. Estudios recientes apuntan a procesos basados en innovaciones incrementales, en donde el conocimiento es el factor más importante en el modelo de producción flexible y que su fortaleza en las regiones innovadoras ha sido la clave del éxito para la generación de ventajas competitivas; lo que en esencia es el concepto de aprender haciendo o la organización de procesos de innovaciones técnicas y de difusión como un solo proceso integrado. (Kuri, 2005)

El aprendizaje interactivo y el empresariado colectivo resultan fundamentales para el proceso de innovación y envuelve el aprender haciendo, aumenta la eficiencia de las operaciones productivas, incrementa la eficiencia en el uso de sistemas complejos, algunas veces llamado aprender usando, así como aprender interactuando que articula usuarios y productores para producir innovaciones en los productos (Boisier, 2001).

El interactuar de las asimilaciones anteriores lleva a los territorios a un concepto de learning region (región que aprende, región erudita, región informada) es un concepto que se refiere a regiones con una ventaja económica sostenida, basada en la creación de conocimiento, en el soporte para estructuras de redes productivas y de tecnología local y otras estructuras soportantes como las destrezas laborales locales, y la construcción de una cultura regional de negocios.

Boisier explica que, la idea de learning region proviene de la noción de que la innovación no es solamente un evento único, centrado alrededor de acontecimientos de ruptura cognitiva, sino más como proceso basado en aspectos graduales y acumulativos de las trayectorias pasadas de desarrollo. Las regiones o los territorios que aprenden e interiorizan e internalizan la innovación en su desarrollo laboral, es el resultado del aprendizaje acumulado y la colectividad del avance transformado a través del tiempo; no sólo es romper con la mentalidad de los trabajadores, ni la romper la rutinización de sus labores, es necesario que ellos interioricen para sí el proceso innovado.

Cuando culmina el proceso de aprendizaje en la región o en los territorios, podemos decir que la región se convierte en una región inteligente; en donde se concentra un tipo de regiones innovadoras, creativas o que aprenden, y se interesa por los factores que determinan la dinámica económica de una región y en particular, en la naturaleza de los procesos innovadores tanto en los factores y como en las condiciones que los estimulan. Un claro ejemplo de ellas es el valle del silicón, los distritos industriales del noroeste de Lombardy en Italia, el distrito de tecnología aeroespacial en París Francia, entre otros. (Storper, 1997)

Estos ejemplos rebasan el concepto de externalidades a la tipo Marshall, en donde sólo se hablaba de las ventajas de la aglomeración espacial y la cercanía de los productores con los vendedores y viceversa; ahora el concepto de región inteligente se entiende como la inteligencia en las personas, reflejada en la capacidad de aprender de su propia interacción con el entorno; es decir, la capacidad de cambiar patrones de conducta. Para ello se requiere de una amplia red que monitoree el entorno y una considerable relación funcional interna, que forma la base de la complejidad estructural. Ahora se habla de regiones complejas en su estructura funcional tanto internamente como con la capacidad que desarrollan para interrelacionarse con el exterior en el marco de la globalización.

Reflexiones finales
Sí no se siguen las estrategias que cubren el objetivo del desarrollo económico innovador en las regiones, que culmina con la reconfiguración espacial y la trasformación del territorio en una región inteligente; podemos llegar a obtener una región fracasada debido a las debilidades del conocimiento y de los procedimientos que trasforman el proceso de producción, en el marco de la nueva economía global.

El alto grado de las interconexiones de las relaciones sociales a nivel mundial, ha llevado a una realidad de análisis en el contexto de la sociedad global entre las múltiples realidades sociales locales. Se han puesto las bases en cuestiones regulatorias sin violencia ó conflictos, sobre la justicia social y la libertad individual. Sin embargo, los Estados se han abierto a la nueva economía sin proteger a sus empresarios, a su sociedad y en general sólo ha respondido a la demanda de la economía global, desconociendo o más bien ignorando las fracturas de la sociedad, la economía y la cohesión de la agencia en general; derivados del proceso globalizador.

La globalización está marcada por la tensión entre la economía global, la interdependencia tecnológica, la interconexión social, la fragmentación social y la división política. En donde el papel de las corporaciones transnacionales juega un rol importante en el mercado de competencia de forma ambivalente; por un lado los gobiernos y las instituciones internacionales como la organización Mundial de Comercio (OMC) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y por otro lado la ventaja que las corporaciones multinacionales toman de la fragmentación de otros mercados en donde políticas de proteccionismo no han sido implementadas.

Tanto el espacio como el tiempo se han ido transformando en un efecto combinado de la tecnología de la información y, las formas de los procesos sociales. Se han establecido redes de cooperación entre las instituciones regionales y empresas. Por tanto, “las regiones y localidades no desaparecen, sino que se integran en redes internacionales que conectan sus sectores más dinámicos” (Castells, 1999)

El sistema económico mundial está lejos de constituir un mercado único, ya que en él coexiste el núcleo globalizado de actividades dinámicas y complejas en su estructura, junto a un mayoritario grupo de actividades económicas que se desenvuelven en ámbitos de mercados internacionales, nacionales y locales.

Así mismo, se puede constatar la existencia de actividades económicas muy territorializadas y, actividades poco territorializadas; determinados servicios o actividades industriales se configuran como sistemas productivos locales, aunque en muchos casos éstas se encuentran fuertemente internacionalizadas por los vínculos con sus proveedores y el enlace de su mercado, sin embargo, tienen un fuerte interés en el desarrollo de las externalidades locales que provoquen la aglomeración de actividades paralelas. Las actividades fuertemente territorializadas generan fuertes interdepedencias de proximidad y se apoyan en especificidades históricas relacionadas con el territorio.

De esta manera, las redes de la industria local impactan la innovación regional; el papel de los gobiernos locales se vuelve importante como condición necesaria para llevar a cabo una innovación contínua del producto a través del apoyo en infraestructura blanda e institucional que permita la capacitación de los obreros que faciliten el flujo de conocimientos, ideas y aprendizaje.




Referencias

Alburqueque Francisco (2004), Desarrollo económico local y descentralización en América Latina, Instituto de Economía y Geografía, Revista de la CEPAL no. 82, abril, páginas 157-171.
Alonso Luís Enrique (1999) “La Crisis del Estado de Bienestar y las Regiones Vulnerables” En Trabajo y Ciudadanía. Estudios sobre la Crisis de la Sociedad Salarial”, Editorial Trotta/Fundacion Primero de Mayo, Madrid.
Boisier Sergio (2002) Sociedad del Conocimiento, Conocimiento Social y Gestión territorial. Santiago de Chile. http://www.fundicot.org/grupo%207/011.pdf Consultado el 10 de noviembre de 2006.
Carnoy Martin (2001) “La Transformación del Trabajo en la Nueva Economía Global”, en el Trabajo Flexible en la Era de la Información, Alianza Editorial, Madrid.
Castells Manuel (1999), La era de la información, vol.1 La sociedad en red, capítulo I y II editorial México: Siglo XXI. Páginas 103-201, México.
Coraggio José Luís (2000) La Relevancia del Desarrollo Regional en un Mundo Globalizado. Ponencia presentada al Seminario Taller Internacional: “Cultura y desarrollo: la perspectiva regional/local”, organizado por el Instituto Andino de Artes Populares del Convenio Andrés Bello (IADAP), Quito Ecuador, del 15al 17 de marzo del 2000.
Foray Dominique (2004), The economics of knowledge, Chapters I, II & III, Cambridge Massachusset, The MIT Press. Pages 111-201
Harvey David (2004) “La acumulación por desposesión”, en Carmen Bueno Castellanos y Margarita Pérez Negrete coordinadoras de Espacios globales, espacios del capitalismo, editorial Miguel Ángel Porrúa \ Universidad Iberoamericana, México. Páginas 21-52
Kuri Gaytán Armando (2005), La teoría evolucionista, los sistemas nacionales de innovación y las regiones innovadoras, revista de comercio exterior, volumen 55, no. 2, febrero, páginas 113-120.
Sassen Saskia (2000) Territory and territoriality in the global economy, in International Sociology, vol.15, number 2, June, pages 372-393
Stiglitz Joseph (1998) Towards a New Paradigm for Development. Strategies, Policies and Processes. 1998 Prebisch Lecture at UNCTAD. Senior Vice President and Chief Economist. The World Bank Group. Geneva, Switzerland.
Storper Michael (1997) The Regional World: Territorial Development in a Global Economy, The Guilford Press.
 


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