ENCUENTROS ACADÉMICOS INTERNACIONALES
organizados y realizados íntegramente a través de Internet



Hipótesis de progresión para el desarrollo sostenible: fundamentos y algunas consecuencias


John Freddy Ramírez Casallas
jfrcasallas@yahoo.com


RESUMEN: El desarrollo sostenible es un opaco concepto acerca del cual coexisten diversas y poco definidas orientaciones. Entre estas, la orientación neoliberal – también hegemónica – una de la más promocionada en diversos espacios sociales, desde las instituciones escolares hasta la concreción de proyectos académicos y políticos. Se expone una hipótesis de progresión para el desarrollo sostenible, organizando sistemas de ideas desde posiciones simples hacia otras de mayor complejidad, identificando diversas tendencias; incluyendo una formulación compleja del concepto y revisándose unas primeras e interesantes consecuencias que trae esta formulación de desarrollo sostenible.

Palabras clave: Desarrollo sostenible; Hipótesis de progresión; concepciones de desarrollo.

Este texto fue presentado como ponencia al
TERCER ENCUENTRO INTERNACIONAL SOBRE
Desarrollo sostenible y población
realizado del 6 al 24 de julio de 2006

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A riesgo de ser vistos como el paradigma de la ingenuidad sostenemos que se hace necesaria una nueva gramática para hablar de desarrollo, para ofrecer un sentido humano a los temas económicos. Hay mucha gente que no tiene con qué disfrutar y poca gente que no puede disfrutar cuanto tiene y eso no es vida para ninguno; el camino al disfrute común es el desarrollo, pero entendido éste como el escenario feliz imaginado por nosotros y, desde luego, con todo aquel que responsablemente quiera venir a construir con nosotros. ... (Tomado de Alberto Bejarano Ávila, 1999:182).


Al escribir este documento es necesario dejar en claro que ingresamos a una sociedad de la información y el conocimiento (Ramírez y Morales, 2006), la cual sirve de contexto al desarrollo sostenible como concepción y/o práctica social.

El nombre particular que acogimos, entre otros como: sociedad informacional, sociedad red, sociedad de la información, aldea global, sociedad del conocimiento, obedece a la convicción plena que al hacer información = conocimiento encontramos los soportes epistémicos y ontológicos que dan paso a una concepción economicista (ver apartado 2) del desarrollo sostenible, hoy hegemónica y fundante de las actuaciones de una superpotencia como los Estados Unidos y sus compañeros del G8. Por tanto, exponer nuestra forma de entender información y conocimiento ayuda a develar escenarios posibles y alternativos para entender el desarrollo.

Inicialmente, proponemos (Ramírez y Morales, 2006:15-16) concebir que

El acto de conocer es un fenómeno humano, colectivo o individual, de carácter práxico, en donde el ser humano integra y transforma sus concepciones sobre el contexto que habita. La elaboración de conocimiento implica la acción humana de manera concreta. La codificación de ese conocimiento se denomina información, y solamente se convierte en conocimiento cuando otros seres o colectivos humanos interactúan con aquella para construirlo. Por tanto, el conocimiento siempre exige un compromiso del conocedor, no puede haber conocimiento simple y llanamente porque se tenga información.

Entonces, la creación de conocimiento es un acto social, patrimonio de la cultura humana, el cual no se puede ni se debe restringir, es un acto psico-social profundo e importante para el desarrollo de los seres humanos, basado en la interacción de un sujeto que conoce y lo que conoce. En otras palabras, la disposición a conocer es un trabajo, y como tal reconocido en la Sociedad de la Información y el Conocimiento; ante lo cual aparecen dos posiciones extremas en específicas formas de organización sociocultural: aquellas que desconocen el esfuerzo humano y ponen toda su atención en la información como objeto de valor, y las que adjudican el valor al esfuerzo del conocedor.

Infortunadamente, la lectura de nuestras condiciones actuales permite interpretar que la primera opción es mayoritaria. Un ejemplo de lo anterior es la cascada de patentes que se ha venido haciendo de diversas especies vivas (Colmenares, E., 2004) , bajo la condición de identificar el código genético completo (lo que bajo las definiciones anteriores se entendería como información y no conocimiento), o la negativa a compartir desarrollos de fórmulas de medicamentos de carácter genérico con los países más pobres del globo o, como es el caso actual de varios países latinoamericanos, la negativa de los dueños de patentes a permitir que varios de éstos países desarrollen sus propias soluciones genéricas. Como para decirlo más claro, hasta se prohíbe el derecho a investigar de manera autónoma, ¿y no que es una actividad de libre elección?

Yendo más allá, el sentido de propiedad es fundamental en lo que entendemos por sociedad democrática en el marco de una sociedad de información y conocimiento. Particularmente, pensamos que (Ramírez y Morales, 2006:16-17):

... En una cultura democrática (la posibilidad de crear conocimiento, lo que incluye contar con información para hacerlo) se hace importante en los procesos de participación ciudadana, y en una Sociedad de la Información y el Conocimiento, es fundamental para que se consolide como tal. Restringir este proceso para que sea posibilidad de algunos elegidos no es más que atentar en contra del desarrollo humano y establecer las condiciones para instaurar una nueva versión de sociedad esclavista - que ahora no necesita de monopolizar las tierras y los recursos para apoderarse de la fuerza física de trabajo – basada en la restricción de la posibilidad humana de pensar y reflexionar sobre su mundo.

Con base en estas precisiones, habiendo mostrado la necesidad de definir lo que entendemos por conocimiento e información y, muy superficialmente, la forma en que ayuda a construir un juicio de valor para concebir su carácter democrático en relación con la propiedad sobre la información y el acceso a ella, pasaremos a construir la idea de hipótesis de progresión para el desarrollo sostenible.

Inicialmente se enfocan las razones que nos conducen a este tipo de esfuerzos, aparentemente lejanos de nuestra primera formación profesional. En segundo lugar, se hace una presentación de los fundamentos básicos de la idea de hipótesis de progresión como concepto extraído desde la didáctica de las ciencias, con las correspondientes limitantes de este esfuerzo. Por último, teniendo en cuenta que la hipótesis se convierte en un marco conceptual alternativo, se derivan algunas consecuencias interesantes que buscan generar un constructivo debate.


1. Consideraciones fundantes

¿Cuáles son las necesidades e intereses que nos llevaron, en nuestra posición de profesores en ciencias experimentales (física) y matemáticas, a construir una hipótesis de progresión para el desarrollo sostenible (Ramírez y Morales, 2006)? La revisión de las posibles respuestas a este interrogante me han llevado a establecer diferentes tipos de fuentes, hoy comprendidas con mayor intensidad y claridad. En consecuencia, a continuación se ha hecho una clasificación del tipo de necesidades, con la finalidad de ser claros acerca de la naturaleza que para nuestras vidas ha venido teniendo tal tarea.


1. 1 Didáctica de las ciencias

En el mundo occidental actual, la presunción que el desarrollo de la ciencia y la tecnología son los insumos fundamentales para lograr el desarrollo social aparece como un axioma. Incluso, a las innovaciones tecnológicas se les atribuye una lógica propia que “no sólo las coloca por fuera de las dimensiones sociales, sino como causa primera del cambio social.” (Burch, Sally y otros, 2003:7).

De allí que se expliquen esfuerzos del Ministerio de Educación colombiano en aportar materiales educativos que ayuden a lograr mayor calidad en la formación de los estudiantes; en uno de estos documentos se puede leer (MEN, 2004:6):

...
La propuesta que aquí presentamos busca crear condiciones para que nuestros estudiantes sepan qué son las ciencias naturales y las ciencias sociales, y también para que puedan comprenderlas, comunicar y compartir sus experiencias y sus hallazgos, actuar con ellas en la vida real y hacer aportes a la construcción y mejoramiento del entorno, tal como lo hacen los científicos.
Los estándares que formulamos pretenden constituirse en derrotero para que cada estudiante desarrolle, desde el comienzo de su vida escolar, habilidades científicas para:
 Explorar hechos y fenómenos.
 Analizar problemas.
 Observar, recoger y organizar información relevante.
 Utilizar diferentes métodos de análisis.
 Evaluar los métodos.
 Compartir los resultados.

La referencia a concebir nuestros estudiantes como pequeños científicos y la tarea de destacar ciertas habilidades científicas se acercan a concepciones didácticas en las que la epistemología del conocimiento escolar es reducible a la del conocimiento científico, desconociendo que si bien es cierto existe una predisposición del ser humano a investigar, la investigación científica requiere de un proceso evolutivo de desarrollo intelectual, conceptual, metodológico y actitudinal (Cañal, P., 1999).

En coherencia con lo expuesto, la secuenciación de los contenidos del programa de física en la educación básica y media (anterior al ingreso a la universidad) propone orientar a los estudiantes desde una visión integrada del conocimiento hasta otra de corte disciplinar en los dos últimos años de la media, cayendo en una hipótesis en donde se considera que el conocimiento escolar, como ciencia escolar, sustituye el conocimiento cotidiano (García, J. E., 1998). Por tanto, la formación de los ciudadanos – a la que tanto alude el documento – puede sintetizarse con la expresión: entre más científicos, los estudiantes serán mejores ciudadanos.

Al concebir que la finalidad última del trabajo didáctico en ciencias es la de formar estudiantes que logren un pensamiento complejo y actúen de manera crítica en la gestión del sistema socioambiental (García, J. E., 1998; García, F. F., 2003, entre otros), surge un dilema en relación con las ideas anteriores: si nuestra posición es formar mejores ciudadanos, ¿en qué consisten nuestras diferencias con el planteamiento anterior?


1.2 La Corporación CEDREG como un ejemplo de asociación ciudadana y la vida política del país.

Haciendo uso del derecho de asociación vigente en la República de Colombia (artículo 38, C.P., 1991) nos dimos a la tarea de conformar la Corporación Centro de Estudios para el Desarrollo Educativo Regional – CEDREG. Escogimos el nombre porque nos parecían intuitivamente adecuados y familiares los términos desarrollo, educación y región. Con el paso del tiempo nos hicimos concientes de la necesidad de clarificar qué significaba cada uno de ellos, notando que alrededor del desarrollo, en particular, existen fenómenos complejos que se convirtieron en las razones para construir la hipótesis de progresión:

 Diversos actores (civiles o armados, estatales o no estatales, organizaciones o personas, entre otras) se refieren al desarrollo cuando de justificar sus acciones y/o propuestas se trata. Algunas personas se refieren a que la inversión extranjera nos llevará al desarrollo; otras sostienen que es precisamente esta inversión la que nos tiene en el subdesarrollo; en el caso de las instituciones educativas, la formación de los estudiantes aparece fundamental para lograr el desarrollo; y, también nosotros, iniciamos tareas de organizarnos en colectivos pedagógicos, organizaciones no gubernamentales, grupos de investigación para contribuir al logro de ese desarrollo.

 A esta compleja diversidad se suma la poca claridad con la que se formula la idea de desarrollo, entrando en el ámbito de aquellas palabras que se convierten en una moda, como ocurre con democracia, libertad, equidad, amor, etc. Esta penumbra conceptual sirve para apoyar cualquier acto, por atroz o antidemocrático que sea.

 La oscuridad alrededor del concepto parece generar dos reacciones fundamentales: por un lado, la defensa extremista de lo que se hace en la búsqueda del desarrollo porque las acciones quedan blindadas a la crítica, pues es poco posible criticar, evaluar, actuar construyendo algo que no se reconoce; por otro, la negación completa de la idea y el consecuente aislamiento ciudadano de todas las propuestas que giren alrededor del concepto (Ramírez, J. F., 2006a).

 Así, se configura un panorama propicio para que aparezcan como objetivas y normales ciertas posiciones. Para el momento actual del país, la posición del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos es la más publicitada, aunque en ningún momento significa que sea la propuesta con mayor respaldo ciudadano. Aún así, y sin ratificación ciudadana, el Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006 (Congreso de la República de Colombia, 2003) es una adaptación específica de una primera versión del ALCA [en la misma línea del TLC actual] (Ramírez y Morales, 2006, apartado 1.3.2).

 Esta posición tiene efectos concretos para aquellos actores que, como nosotros, hacen ingentes esfuerzos por ejecutar proyectos de investigación que aporten en la construcción de la región. La opción de desarrollo que se defienda determina la selección de los métodos de investigación que serán convalidados y los proyectos a financiar por parte del sistema público de investigaciones (Ramírez, J. F., 2006b). En concreto, se viene dando preferencia a aquellas investigaciones que sean significativas desde una perspectiva pragmática (tenga un valor práctico y económico empresariales), con toda la parafernalia de conceptos que giran alrededor (prototipos, patentes, etc.); quienes (investigadores, políticos, empresarios, etc.) pongan el acento en el factor económico, por encima de lo demás, serán premiados, los que opten por otros caminos serán declarados en calidad de desadaptados.


2. Hipótesis de progresión para el desarrollo sostenible

Como se aprecia, el factor común a los interrogantes derivados desde diversos ámbitos humanos (como profesores de ciencias y matemáticas, como partes de una organización sin ánimo de lucro dedicada a la investigación educativa en la región que habitamos, en calidad de ciudadanos colombianos y sujetos políticos) es la finalidad de nuestras acciones.

Considero que tal finalidad puede ligarse a la idea de desarrollo sostenible, en la medida que lograrlo, dando respuesta a problemas globales (ambientales, sociales, políticos, entre otros), hace que sea la preocupación más importante para la humanidad en el siglo XXI (Cuello y Durbin, 2003).

La idea es explorar las diversas tendencias del desarrollo que existen, elucidando los problemas que presentan, su nivel de formulación y el grado de complejidad que tienen. Para hacerlo, metodológicamente primero presentamos la idea de hipótesis de progresión (García, José Eduardo, 1998), un concepto que nos permite organizar sistemas de ideas de acuerdo con su grado de complejidad. Necesariamente se deben presentar los criterios bajo los cuales decidimos que un sistema es más complejo que otro. En segundo lugar, se presenta la hipótesis de progresión para las concepciones sobre el desarrollo, se discuten y expone nuestra concepción.


2.1 El concepto de hipótesis de progresión

Este concepto se ha tomado de José Eduardo García, investigador en Didáctica de las Ciencias y profesor de la Universidad de Sevilla en España. El concepto originalmente es construido en el ámbito del manejo de los contenidos al interior de la escuela. Presentaremos sus características más sobresalientes y hemos creído conveniente trasladar este concepto a la discusión que nos ocupa.

En principio, en la concepción del conocimiento se combinan tres perspectivas que aparecen complementarias. Son la perspectiva compleja, evidencia de una forma de ver la realidad (ontología); constructivista, como forma especial de concebir la construcción del conocimiento (epistemología); y crítica, posición particular frente al para qué (ideología) del conocimiento.

Los principios fundamentales de estas perspectivas se aplican al caso del conocimiento escolar, concibiendo que éste puede ser visto de forma compleja, constructivista y crítica. A continuación se desarrollan algunas de estas características en tales perspectivas.

La perspectiva compleja aporta que el conocimiento se organiza en sistemas de ideas y que su construcción es de carácter procesual y relativo. Por tanto, las ideas pueden representarse a manera de redes conceptuales, en donde interactúan; pero para construir el conocimiento no existe un único camino ni está evolución se da por saltos radicales en los que de un momento a otro se cambia o reorganiza el sistema de ideas.

La perspectiva constructivista aporta que el conocimiento debe tener coherencia interna, sobre su construcción, que se hace en la interacción social, y el cambio de las concepciones se da por reestructuración. Los sistemas de ideas guardan coherencia, las ideas que intervienen son compatibles entre sí y conforman un todo con sentido. La interacción social se acepta frente a otras hipótesis constructivistas en donde se recurre a condicionamientos biológicos (alternativa piagetiana). Cuando las ideas se reorganizan, tomando nuevos estados, estamos frente a un proceso de cambio de las concepciones representadas por esos sistemas; posición que aparece alternativa frente a otras en donde el conocimiento erróneo es borrado para dejar lugar al “correcto”, como el caso de la hipótesis de sustitución sugerida en el apartado 1.1.

La perspectiva crítica aporta que la construcción del conocimiento debe darse por medio de la negociación social basada en la tolerancia, la comunicación y la cooperación. La finalidad del conocimiento claramente es, dentro de la escuela, servir para interpretar el mundo y para participar en forma autónoma y crítica en la gestión de los problemas socioambientales. El valor de la tolerancia, la comunicación y la cooperación es cercana a la idea de negociación cultural reconocida en educación popular (Mejía, Marco Raúl, 199_); en otras palabras establece que los seres humanos negociamos significados sociales, no simplemente asistimos para recibirlos y recitarlos, somos activos cognitiva y socialmente. Se deja entrever en la finalidad del conocimiento escolar, éste aparece para interpretar el mundo y para poder participar en forma autónoma y crítica en la gestión de los problemas socioambientales.

Con base en tales principios se deriva la idea que es posible organizar las concepciones en diferentes niveles, desde lo más simple hacia lo más complejo. Por un lado, poniendo en lo más simple aquellas concepciones que obstaculizan un pensamiento complejo para gestionar los problemas socioambientales, mientras que se caracteriza como de mayor complejidad el nivel que incluye las concepciones que sí permiten tal pensamiento complejo.

Aunque para el autor los distintos niveles de formulación debe tener en cuenta tres fuentes (página 150),

 Los datos procedentes del análisis científico-epistemológico de las nociones científicas implicadas.
 Los datos procedentes de la investigación didáctica sobre las ideas de los alumnos y sobre las dificultades de aprendizaje que presentan éstos.
 Los datos concretos referidos a cómo evolucionan las ideas de determinados alumnos, obtenidos en el desarrollo de lo programado en el aula.

existe conciencia que en estos momentos trabajamos en un contexto social de mayor generalidad. Por tal razón, la hipótesis de progresión se basa especialmente en la primera fuente, mediante un análisis filosófico que se ha hecho a diferentes posiciones de sostenibilidad (Cuello y Durbin, 2003), y la última, mediante diferentes documentos provenientes de diversos actores sociales (que serían lo homologo de las ideas de los alumnos, el aula sería su grupo social). Aún así, queda abierta la posibilidad de enriquecerla y complejizarla.

Es también necesario expresar que la necesidad de elaborar la hipótesis de progresión ha aparecido evidente debido a varias razones que se han consolidado en el trabajo en equipo y que se integran a las anteriores. En primer lugar, es preocupante que diversos actores sociales hablen de desarrollo sin clarificar a qué se refieren, sin declarar qué es.

En segundo lugar, son diferentes los conceptos que existen (p.e. sostenible y sustentable parecen significar cosas absolutamente dispares). Por tanto, sumado lo anterior, es necesario decir qué significa, pero sin sepultar la diversidad de concepciones que coexisten en los planteamientos de diferentes actores sociales.

En tercer lugar, el esclarecimiento aparece como una obligación ética en la medida que, según nuestro parecer, en el caso colombiano tiene fuerza colectiva una posición representada en el ALCA y el TLC, promovida desde el Ministerio de Hacienda y desde el mismo gobierno Uribe, dejando de lado otras posiciones que no se han podido hacer escuchar. Aún más cuando esa posición ha sido respaldada en las urnas al reelegir el pueblo colombiano al señor Uribe Vélez como presidente para el periodo 2006-2010.

Por último, la evidencia de tener ante nosotros un problema complejo, el de la sostenibilidad. Es así que su tratamiento también debe ser complejo, no se puede tratar de forma simplificada, pues corremos el riesgo de no comprender las problemáticas que enfrentamos y, con ello, limitar nuestra capacidad de actuar socialmente.


2.2. Hipótesis de progresión para el desarrollo sostenible

Como puede inferirse de lo anterior, clarificar lo que entendemos por desarrollo y desarrollo sostenible pasa por ser una tarea sumamente importante como aporte a construir nuestra capacidad reflexiva como ciudadanos. Es el propósito de este apartado, pero antes debo clarificar que tan sólo es un pequeño esfuerzo que debe venir acompañado de un proceso de inclusión real de las diferentes perspectivas en los escenarios de la política. Al respecto, los discursos polarizadores de distintos gobiernos (Colombia, Estados Unidos, Inglaterra, entre otros) entre buenos / malos, a favor / en contra de la internacionalización de los países, va en detrimento de la consolidación de una cultura plenamente democrática.

Por otro lado, no se pretende que tal hipótesis de progresión sea generalizable a toda la humanidad sino que debe ser restringida y aplicable a las sociedades con valores occidentales, pues en éstas es donde se han dado (de manera temprana o tardía) los fenómenos sociales que sirven de contenido y soporte para la elaboración de la hipótesis, aunque debe reconocerse que los problemas generados por aquellas son experimentados por todos los pobladores del planeta Tierra. Igualmente, se intentará arrojar algunos ejemplos que evidencian las afirmaciones que se sostienen al caracterizar cada uno de los niveles.

NIVEL

CARACTERISTICAS

CRITICAS / OBSTÁCULOS
INICIAL El desarrollo se corresponde con la idea propia de la Revolución Industrial.
 Existe una economía industrial
 Aparece la idea de producir en serie
 La Ciencia y la técnica se hacen sumamente importantes en la formación de la fuerza laboral
 Aparece la idea de ciudadano y ciudades modernas
 Educativamente, se da la estandarización del proceso educacional, base progresiva para la extensión a todos. Inspirados en el modelo de fábrica No existe conciencia de un planeta Tierra limitado. Es posible usar cualquier recurso para generar riqueza, sin que ello en algún momento traiga consecuencias negativas.
No hay preocupación por lo ambiental, el hombre es el amo del mundo, hasta el punto que puede controlar la naturaleza para que satisfaga sus deseos.
Prima la necesidad de expansión de las empresas y se basa en la explotación de la fuerza física perteneciente a los empleados.
TRANSICIÓN Culturalistas: Ponen acento en la cultura como fuente importante para la solución de los problemas. Están catalogados: Wolfang Sachs; Daniel Gil y otros. Frente a los enormes problemas ambientales que ha venido presentando el planeta Tierra, su evidencia en contaminación de los suelos, deforestación de bosques, agujero en la capa de ozono, aparecen estas propuestas, que de una u otra manera pretenden darle solución.
Cada una de estas posiciones plantea el problema en sus propios términos, guardan en común que le dan prioridad a ciertos tipos de intereses por encima de otros para provocar el desarrollo, frente a un planeta que ahora se concibe como aldea global.
La consecuencia fundamental es que al abordar de manera reduccionista un problema tan complejo, deja de lado la posibilidad de comprender y solucionar otros problemas que también son importantes.
Economicistas: Dan especial importancia a los conceptos económicos, aunque pueden interactuar con otros. Se cuentan: Reporte Brundtland; Robert Solow; Propuesta del ALCA y el TLC; Jan Bojo y otros; Ley 812 de 2003.
Humanistas: Destacan por el pedido en tener en cuenta las necesidades de las personas, especialmente los más necesitados. Se encuentran: Sociedad Civil.
Ambientalistas: Sobresalen los intereses relacionados con la preservación y cuidado del medio ambiente. Incluye a: Stanley Carpenter, Vandana Shiva.
REFERENCIA Se acepta que de la interacción entre el biotopo y los seres vivos resulta un proceso de mutua selección, determinante de la sucesión ecológica. En el caso particular de la especie humana, su carácter simbólico y su esencia sociocultural llevan a que tal interacción pueda expresarse mediante los sentidos de vida que son apropiados colectiva e individualmente. De esta manera, la sostenibilidad termina siendo función de los sentidos de vida construidos por las comunidades. La construcción del concepto de sostenibilidad debe pasar por ser de mayor complejidad. Como posición teórica no pretende tomar partido por cierto tipo de intereses en particular , sino integrar estos intereses de manera coherente, permitiendo apreciar los efectos mutuos que existen entre ellos. Aparece para ayudarnos a comprender en un mundo con un medioambiente limitado, integrado a Sociedades de la Información y el Conocimiento.

Tabla 1. Hipótesis de progresión para el desarrollo sostenible. Tomada de Ramírez, J. F. y Morales, E. E. (2006).
Aclarando en lo anterior parte de las limitantes del presente esfuerzo, pasaremos a exponer una hipótesis de progresión para el desarrollo sostenible (tabla 1). Se considera una primera aproximación que puede y debe ser revisada en diversos escenarios de trabajo (organizaciones sociales, grupos de investigación, sectores políticos, etc.).

Aunque parezca sorprendente, nuestras conclusiones nos llevan a que los ciudadanos del departamento del Tolima (Colombia) nos encontramos en el nivel inicial. Basté la siguiente caracterización del Departamento Nacional de Planeación (DNP, 2003):

 El departamento experimenta una situación de contaminación indiscriminada. El río Magdalena es constantemente contaminado por los agroquímicos provenientes del cultivo del arroz, los vertidos domésticos, las actividades industriales y los beneficios del café.
 El sobrepastoreo y cultivos limpios con prácticas inadecuadas en ladera son las principales causas de erosión.
 La flora se encuentra sometida a una fuerte presión antrópica (para satisfacer las necesidades humanas de hábitat), reflejada en la tala indiscriminada y quema de bosque.
 Destrucción del hábitat natural, al lado de la caza y pesca indiscriminadas, así como el comercio ilícito de fauna, se han constituido en factores importantes de deterioro de las especies, haciendo que el departamento del Tolima se catalogue a nivel nacional como uno de los más pobres en fauna.
 En el caso de los hidrocarburos, la contaminación provocada se encuentra asociada a la construcción de plataformas multipozos, deforestación, mal manejo de residuos líquidos, aceitosos y sólidos (incluye estaciones de servicio).
 Entre las actividades pecuarias destacan la porcícola, avícola y ganadera, las cuales desarrollan procesos altamente contaminantes durante todo su ciclo productivo, provocando importante presión sobre los recursos agua, suelo y aire a través de la generación de deshechos orgánicos e inorgánicos.
 La minería se basa especialmente en la explotación de canteras para la actividad cementera, ladrillera y de materiales de construcción. Su manejo inadecuado conduce a procesos de erosión, deterioro paisajístico, contaminación de fuentes hídricas y atmosférica.
 Los residuos sólidos mes alcanzan la cifra de 19.359 Toneladas, de los que 48,7% son aportados por la ciudad de Ibagué. [A mediados de 2006 siguen apareciendo denuncias sobre el mal manejo de los residuos sólidos en el municipio].

Tomando como base los problemas que se han generado en el planeta Tierra y que hacen necesario hablar de una emergencia planetaria (Gil, Daniel y otros, 2000), representaremos como sistemas de ideas cada una de las posiciones del segundo nivel. Simultáneamente, se desarrollan ejemplos que dan muestra de las relaciones entre las ideas que se incluyen en cada posición.

El enfoque culturalista

La posición culturalista (figura 1) defiende la tesis que cambiando la cultura será posible superar los problemas del planeta y, por tanto, alcanzar un desarrollo sostenible. En el desarrollo de la misma se han podido rastrear, al menos, dos opciones: a) la apuesta por la universalización de los derechos humanos; b) la recuperación de visiones de desarrollo propias a grupos sociales que han sido tradicionalmente desconocidos.

La universalización de los derechos humanos como camino que contribuye a poner fin a los problemas planetarios (Gil y otros, 2000) exige para estos autores: crear instituciones democráticas a nivel planetario capaces de evitar la imposición de intereses particulares nocivos para la población actual o las generaciones futuras; dirigir los esfuerzos de la investigación científica hacia el logro de tecnologías favorecedoras de un desarrollo sostenible; impulsar una educación solidaria superadora de la tendencia a orientar el comportamiento en función de valores e intereses particulares a corto plazo.

Esta posición desconoce que es reciente la invasión de Irak en nombre de la paz mundial, donde el gobierno de los Estados Unidos frente a la ONU no desconoció sino que se comporto “como sus creadores, promotores, valedores y pieza decisoria en las directrices que se toman en ella.” (Fernández Carrión, M. H., 2006:68). Lo que demuestra que la existencia de una institución planetaria por sí misma no es suficiente para frenar las campañas de imposición de intereses particulares, pues la institución misma puede servir para imponerlos.



La recuperación de visiones de desarrollo alternativas, desconocidas, edificadas en su contexto espacial y local por hombres y mujeres concretos nos expone ante “la más amplia gama de futuros abiertos a las sociedades, las cuales limitarían sus niveles de producción material a fin de cultivar los ideales que emerjan de sus herencias culturales” (Sachs, 1992:36, citado por Cuello y Durbin, 2003:43). En este sentido, para aquél son las múltiples culturas del mundo, y en especial del llamado mundo subdesarrollado, las que pueden ofrecernos una esperanza.

Estas afirmaciones son parcialmente ciertas. En el caso de los habitantes del departamento del Tolima, a pesar de encontrarnos en un país “subdesarrollado”, somos un ejemplo depredador del sistema socioambiental que habitamos. Así las cosas, no creo que podamos ofrecer mayor esperanza. Pero también es cierto que en nuestro territorio conviven grupos étnicos con prácticas vitales profundamente respetuosas de la vida.
A modo de síntesis, partiendo de aceptar que “La trama de la cultura conforma un todo complejo, a modo de estructura multinivel de (sub)sistemas culturales, que, [...], anidan o encajan unos dentro de otros: como redes en el interior de otra red más amplia, cada una de las cuales opera con un cierto grado de autonomía, a la vez que es interdependiente de las demás y del sistema global” (Gómez García, P., 2000), podemos reconocer en las propuestas anteriores dos tipologías con sus aportes y limitantes.
En la primera, la universalización de los derechos mediante la creación de instituciones internacionales desconoce la heterogeneidad de los subsistemas culturales que le componen y, en consecuencia, las relaciones de poder que entre ellos puede configurarse, más allá de los meros arreglos institucionales. Al igual, la segunda propuesta hace caso omiso de la interdependencia de estos subsistemas en la actualidad, hasta el punto que no reconoce el surgimiento de propuestas alternativas de desarrollo en el mundo “desarrollado” y de propuestas profundamente depredadoras en el mundo “subdesarrollado”.
El enfoque economicista
La posición economicista (figura 2) se caracteriza por defender el desarrollo económico como central para generar progreso humano, sin importar si la posición se orienta hacia la redistribución de las ganancias o hacia la acumulación de capital en manos de unos pocos.

El reporte en los años setenta de la Comisión Mundial de las Naciones Unidas en Medio Ambiente y Desarrollo, mejor conocido como reporte Brundtland y titulado Nuestro Futuro Común (UNWCED, 1987, citado por Cuello, César; Durbin, Paul, 2003), define desarrollo sostenible como:

Aquel desarrollo que satisface las necesidades de las presentes generaciones sin comprometer la habilidad de las futuras para satisfacer sus propias necesidades.

Definición hoy famosa, precisamente es a la que hace referencia Daniel Gil (Gil, Daniel y otros, 2000), a nivel mundial, con la que se buscaba una definición práctica que condujera a cambios en el acceso a los recursos y en la distribución de los beneficios.

Con miras a satisfacer las necesidades esenciales (alimentación, agua, energía, trabajo, servicios sanitarios), controlar el crecimiento de las poblaciones; reorientar las tecnologías y manejar los riesgos asociados a ellas; para sustentar e incluir las preocupaciones sobre el medio ambiente dentro de los cálculos económicos, se reconoce como especial dificultad que la implementación de tales estrategias requeriría inevitablemente de cambios en las estructuras sociales, políticas y económicas (nacionales e internacionales).

El reporte aporta ligar el desarrollo sostenible a la inclusión de las futuras generaciones en el cálculo de los costos del desarrollo económico presente (página 35). Orientada por esta idea se hace la siguiente afirmación, como muestra de una preocupación por lo ambiental (tomada de Cuello y Durbin, 2003) :

Los estándares de vida que sobrepasen los niveles básicos son sostenibles solamente si por doquier los estándares de consumo toman en cuenta la sostenibilidad a largo plazo. Empero, muchos de nosotros vivimos por encima de los medios ecológicos mundiales, por ejemplo, en nuestros patrones de uso de energía (UNCWED, 1987: 44)

En la misma línea del reporte Brundtland, aparece un movimiento de economistas que intenta cuantificar el concepto de desarrollo sostenible. Jan Bojo, Karl-Goran Maler y Lena Unemo (citados por Cuello y Durbin, 2003) parten de criticar la vaguedad de la definición de desarrollo sostenible, pues puede interpretarse como si implicara la preservación de todos los recursos, ante lo cual no usar el hierro o el petróleo les parece ridículo como conclusión. Plantean una solución al problema desarrollando nociones operativas basadas en la idea de sustitución de unos recursos por otros.

Exponen que el desarrollo en un área específica (región, nación, el globo) es sostenible si la reserva total de recursos – capital humano, capital físico reproductivo, recursos ambientales, recursos agotables – no decrece con el tiempo (Bojo, Maler y Unemo, 1990; citados por Cuello y Durbin, 2003:36) . Posición que refuerzan diciendo (Bojo, Maler y Unemo, 1990; citados por Cuello y Durbin, 2003:37):

Si el capital físico o humano puede ser sostenido para un recurso ambiental, entonces, dicho recurso puede ser explotado de tal manera que el mismo sea drásticamente reducido si, y sólo si, las inversiones en las reservas de capital humano y físico son tales que la base total de recursos no sea reducida

Desde este punto de vista llegan a exponer ejemplos como (Bojo, Maler y Unemo, 1990; citados por Cuello y Durbin, 2003:37):

El corte de los bosques para incrementar las ganancias de las exportaciones es compatible con el desarrollo ... solo si el total o parte de los beneficios es invertido en otras actividades de exportación que generen ganancias o permitan la sustentación de importaciones a fin de sustentar el bienestar de las futuras generaciones.

Otros colaboradores de esta corriente desarrollan la preocupación existente alrededor de la posibilidad de diseñar medidas totalmente objetivas para el desarrollo sostenible. Precisamente, con una respuesta afirmativa a tal interrogante, actualmente se han desarrollado cuatro grupos de indicadores (Cuello y Durbin, 2003:37-38):

 Indicadores de efectos. Cuantificaciones de los efectos de los cambios en la calidad ambiental que tienen impactos negativos tanto en los seres humanos como en la biosfera.
 Indicadores de presión. Incluyen la medida de la contaminación, sobreexplotación y cambios en los ecosistemas producidos por los humanos; especialmente cambios específicos en lugares específicos.
 Indicadores retrospectivos, por ejemplo, las tradicionales proyecciones y tendencias. Importantes para la administración y planificación del desarrollo sostenible.
 Indicadores predictivos, especialmente importantes para la administración y planificación del desarrollo sostenible.

Por otro lado, se evidencia una enorme preocupación por darle un halo de científico a este tipo de decisiones, desconociendo los intereses políticos y económicos que coexisten en su elaboración. Así puede entenderse la convicción de crear indicadores “objetivos” para orientar la toma de medidas, ahora objetivas.

Es el caso de Robert Solow, premio Nóbel de Economía, cuando afirma: si es tan fácil sustituir los recursos de la naturaleza por otros recursos, entonces en principio no hay ningún problema. En efecto, el mundo puede continuar sin recursos naturales, de manera que el agotamiento (de los recursos de la naturaleza) es sólo un acontecimiento no una catástrofe (Cuello y Durbin, 2003:41). De esta forma, Solow reincide en la misma fórmula, le da mayor importancia a la sostenibilidad del desarrollo, pero no del hábitat natural y de la especie humana. Planteamiento que hasta acá ha sido reiterativo en todas las propuestas.

Como ejemplo economicista tenemos el Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006: Hacia un Estado Comunitario (Ley 812 de 2003 de la República de Colombia), copia casi perfecta del primer acuerdo del ALCA, propuesto y, cada vez más evidente, impuesto por Estados Unidos. En este marco de ideas se hace referencia a la sostenibilidad del desarrollo económico como garante de una mejor calidad de vida de la población en general, con todo el discurso que implica: crecimiento de las exportaciones, progreso, crecimiento del PIB anual, tan comunes en las alocuciones del gobierno actual; mientras en el patio de atrás quedan los recursos ambientales a disposición del capital internacional (la exportación de biomasa en el Tolima se multiplico por siete en el 2003 respecto al 2002), se desconocen las necesidades de comunidades deprimidas (crisis de los hospitales estatales, desconocimiento de los desplazados del país, desviación de los recursos dirigidos al ICBF, etc.), mientras existe dinero para invertir en más de 3000 kilómetros de carretera clave en la explotación de los recursos.

Tal situación desconoció otras versiones de desarrollo, representadas en diferentes movimientos sociales que expresaron su sentir mediante marchas, comunicaciones y procesos de organización civil que parecen haber tenido un impacto importante, hasta el punto que la tercera versión del acuerdo del ALCA (ALCA, 2003) ha cambiado en varios aspectos fundamentales, como se muestra a continuación:

 Se pasa de una prohibición total de las intervenciones de cada estado para reconocer la existencia de monopolios nacionales que pueden ser mantenidos.
 En algunos sectores se reconocen subsidios a los nacionales aludiendo al interés de estado.
 Aunque menciona no incluir acuerdos sobre política laboral y medioambiental, propende por la protección laboral, citando el respeto a los convenios de la OIT y exigiendo la protección medioambiental.
 Para las economías menos desarrolladas se reconocen plazos especiales de liberación en ciertos sectores, de tal manera que sean alcanzados logrando el mayor beneficio para cada país.
 En relación con los derechos de autor, se pone la atención en las obras literarias y científicas y se reconoce como invención todo aquello de lo que se puede comprobar una utilidad no existente hasta el momento. Las partes aisladas de una invención (ideas, procedimientos, esquemas, métodos de operación, conceptos, teorías científicas, métodos matemáticos) no son patentables. Por otro lado, se conservan grandes plazos en la titularidad de explotación de una obra (75 años), asociados a la vida promedio del autor.
 En esta nueva versión se renuncia al patentamiento de entidades vivas, legal solamente en Estados Unidos y Japón, para aceptarlo en el caso de los microorganismos y en aquellos en los que se pueda dar nuevos usos, diferentes a las conocidos natural o tecnológicamente.
 En la nueva versión, se reconoce la propiedad de las comunidades indígenas y afroamericanas sobre sus conocimientos ancestrales, en caso de usarlos se habla de entregar una indemnización proporcional.
 En ambos casos se mantiene el trato que se le da a un nacional no puede ser mejor que aquel dado a un extranjero pactante del acuerdo. Existe un tribunal formado por expertos en comercio que será el encargado de dirimir diferencias entre las partes.


Así llegamos a una versión suave del ALCA, a primera vista un poco más inclusiva. Ahora la protección del medioambiente, las recomendaciones laborales, el desarrollo de infraestructura, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, entre otros allí incluidos, nuevamente – como ocurrió con el primer acuerdo -entran a hacer parte de la agenda del gobierno, de lo cual ha resultado el documento Visión Colombia Segundo Centenario: 2019 (DNP, 2005).

A pesar del panorama favorable aquí descrito, es necesario leer entrelíneas para encontrar que existen salvedades para la ejecución plena de lo pactado en el ALCA; es el caso del artículo 3, del Capítulo 2 de Disposiciones Generales:

[d) la coexistencia de este Acuerdo con acuerdos bilaterales y subregionales, en la medida que los derechos y obligaciones derivados de estos acuerdos, tengan un mayor alcance que los de este Acuerdo;]

En otras palabras significa que el acuerdo del TLC, el que se sospecha más desfavorable para Colombia, tiene mayor alcance que el ALCA, el cual aparece mejorado. Así, a primera vista se infiere que Estados Unidos tiene una estrategia complementaria: queda bien al negociar un ALCA mejorado, pero en los tratados binacionales usa su poder para prevalecer como una de las economías más poderosas del mundo.

En esta perspectiva, de la que hemos tomado como ejemplo la situación colombiana actual, en términos económicos la tesis de crecimiento económico como precedente del mejoramiento de la calidad de vida de las personas encaja en la propuesta neoliberal; inclusive, el reconocimiento que hace a lo limitado de los recursos planetarios es contradictorio con una visión en la que se invita a una explotación ilimitada de los mismos.

De allí que “se confía ciegamente en el poder de la ciencia y la tecnología para seguir funcionando sin necesidad de acabar con los recursos naturales” (Travé, G., 1999: 81): la biotecnología y la búsqueda de especies modificadas genéticamente (caso del arroz que el gobierno ha promovido para su cultivo en el triángulo del Tolima), en detrimento de la diversidad biológica; elaboración de semillas transgénicas (en manos de unas pocas transnacionales); etc. Así, la ciencia y la tecnología aparecen para solucionar las limitaciones productivas del sistema socioambiental.

Así expuestas las cosas, la llamada Globalización por Fernández Carrión (2006) presenta varios fenómenos preocupantes y complejos:

- El primero se refiere a la posibilidad de tratar todo objeto del universo como recurso. Esto se hace evidente al extender la mirada económica hacia el agua (Castro Soto, G., 2005), el aire, los bosques tropicales, etc., como se viene haciendo en los TLC de Estados Unidos con Latinoamérica o de la Unión Europea con África. Es aquí donde me acecha una hipótesis que explicaría el auge productivo que han significado las nuevas tecnologías (TIC, biotecnología) en los países “desarrollados”: la extensión de la base de recursos de explotación, desconociendo el derecho a una vida digna de los habitantes del territorio al que pertenecen, habría provocado rápidamente (factible por características de las TIC) un crecimiento económico sorprendente; en la biotecnología estarían fincadas las esperanzas para mantener esa productividad. Así, el cambio tecnológico no explica por sí mismo tal crecimiento, como se argumenta frecuentemente, sino que esta productividad viene anclada básicamente en un cambio político.

- El segundo consiste en la creación de la ciudadanía de las empresas desconociendo la ciudadanía de las personas. Realmente, los seres humanos del mundo entendidos como un recurso, pierden el reconocimiento de sus derechos (a una vida digna que incluye los servicios básicos garantizados, como estamos a punto de perder en Colombia) para fortalecer los derechos de los emporios empresariales. De manera velada, también ocurre en la Unión Europea con los ciudadanos europeos, cuando mediante programas de cooperación internacional se declara que (Unión Europea, 2005):

Las actividades recogidas en (a) [referido a actividades de integración de la cooperación internacional] tienen, en particular, los fines siguientes:
 Ayudar a los investigadores europeos, las empresas y los centros de investigación de la UE y de los países asociados al Programa Marco acceder a los conocimientos y competencias existentes en otros lugares del mundo.
 Contribuir a garantizar una participación sólida y coherente en Europa en las iniciativas de investigación realizadas a nivel internacional para ensanchar los territorios del conocimiento o ayudar a resolver las principales cuestiones a nivel mundial, por ejemplo en materia de salud o medio ambiente.

Así, queda por esperar y tener fé en que los intereses de las empresas sean profundamente humanos. Esta esperanza refleja una nueva consecuencia, las empresas suplantan al estado-nación en sus finalidades, pero afectar éstas no depende de ser nacional de un país – sobre todo cuando la legislación nacional permite y perdona excesos, para el caso colombiano se teme que la flexibilidad plasmada en la supraconstitución del TLC sea ilimitada - sino contar con el suficiente paquete de acciones de capital ; además, estos ciudadanos corporativos pueden habitar muchos lugares en el mundo, dejando sus redimentos en aquellos estados que garanticen la protección de sus pecados.

- Lo anterior sugiere un contexto renovado para afirmar que es ilusa la imagen que se nos muestra de libre mercado. Este modelo siempre se referencia como portador de una especie de naturalismo económico en el que las fuerzas de la oferta y la demanda reconfiguran los procesos económicos. En esta imagen se desconoce que, por ejemplo, la decisión de convertir todo en recurso no pasa por ser una elección natural sino política, o que la creación de bancas regionales frente a bancas internacionales es un criterio que se formula en los planes nacionales de desarrollo.

El enfoque humanista

En esta posición (figura 3) lo importante es identificar y reconocer las necesidades humanas de los habitantes del territorio para solucionarlas. En esta perspectiva puede incluirse el concepto del Estado del Bienestar que se desarrolló en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, y que en Colombia se quiso emular mediante la Constitución Política de 1991 que instauraba a la República de Colombia como un estado social de derecho (Asamblea Constituyente, 1991).

En este texto se destacan derechos fundamentales como: educación gratuita (preescolar y nueve años de educación básica); a tener servicios públicos de alta calidad; a contar con un servicio de salud; a tener un trabajo digno; entre otros. Pero, con argumentos semejantes a lo que ha venido sucediendo en Europa (el caso reciente de la ley de contratación de jóvenes menores de 26 años) y con mayor aceleración que en este continente, tales esfuerzos se han ido desmontando alegando que las finanzas del país no dan para cumplir con tales cometidos. El desmonte se ha hecho mediante reformas constitucionales, especialmente.

En esta fracasada evolución de los hechos, para lograr mejorar la vida de nuestros nacionales, creo que ha jugado un papel importante la falta de inclusión de diversas perspectivas políticas que han caracterizado la nación.




Por un lado, una democracia cuánticamente igual a cero, en manos de algunas minorías poderosas que con poco ingenio y mucho servilismo, han entregado gran parte de las riquezas de la nación a cambio de pequeños favores. Por otro, la presencia de grupos minoritarios levantados en armas, con sus propios intereses que dicen ser los de las mayorías de la población, pero que han equivocado su lucha al considerar la guerra como el medio para encontrar la paz. En este triángulo, los demás colombianos – en su gran mayoría desplazados, maltratados por los actores estatales o armados de derecha o izquierda – que perciben un mundo social inestable, están dispuestos a tomar lo mejor entre lo peor, a aceptar lo mínimo por miedo a quedarse con nada.

Así, el anhelado mundo de oportunidades que han buscado nuestros nacionales no se puede tomar como el único basamento para lograr el desarrollo sostenible, igualado en este caso a desarrollo humano. Es clave la inclusión política, y a su lado estudiar seriamente las potencialidades de nuestro medio ambiente para proveer estos anhelos.

Desde otra perspectiva, las necesidades humanas también son una creación cultural. ¿Quién determina esas necesidades: los estadounidenses, los africanos, los europeos, los indígenas de la Amazonía? Lo que podemos apreciar actualmente es que un modelo cultural sirve a la globalización y su objeto principal, la conversión en capital de todo el universo, pero cuando no existen formas de contraponer de manera intencional otras visiones alternativas, pareciera que lo único que queda es la opción de la resistencia pacífica, incluida aquella que se viene haciendo en la Internet.

Como parte de las alternativas, en la vía de la crítica que puede hacerse a la Declaración de la Sociedad Civil (2003) al exigir a las naciones del mundo un desarrollo humano sostenible y el reconocimiento de las necesidades de otros pueblos en relación con las TIC - diferente a la sustentabilidad del crecimiento económico -, considero necesario que sean éstos mismos pueblos los que jueguen un papel activo en la construcción de estas posibilidades desde el autoreconocimiento. Un ejemplo concreto de lo anterior es el desarrollo de proyectos basados en el sistema operativo GNU/Linux , hoy profusamente utilizado en la Internet.

El enfoque ambientalista

Con base en el estudio de Cuello y Durbin (2003) se han detectado dos tendencias afines al poner el acento en lo ambiental, pero que entre sí guardan diferencias. Se han catalogado como ambientalistas por dar importancia a la preservación del hábitat natural como condición para obtener la sostenibilidad (figura 4).





La primera es la opción expuesta por Stanley Carpenter. Este autor desnuda las contradicciones del reporte Brundtland al exponer la tesis que trata de reconciliar dos metas irreconciliables: Intensificar el crecimiento [económico] para satisfacer las necesidades de los pobres del mundo y evitar la degradación ambiental. Así, afirma que la teoría de desarrollo implícita es la del crecimiento indefinido, por no distanciarse de la teoría neo-clásica al mantener el vínculo entre economía y ecología, perpetuando sistemas insostenibles de desarrollo.

En consecuencia, en relación con la tesis de sustitución de recursos de autoría de los cuantificadores del concepto de desarrollo, sostiene que las tecnologías aceptadas por los modelos económicos existentes (incluyendo los modelos alegadamente sostenibles) no sólo son incompatibles con las preocupaciones ecológicas sino que le son hostiles (Carpenter, 1991: 487, citado por Cuello y Durbin, 2003:40).

Finalmente Carpenter expresa su preocupación con la idea de que el crecimiento indefinido pone en peligro la sostenibilidad al atentar contra la Autopoiesis, entendido como el proceso por el cual los organismos vivientes brotan de un ambiente incesantemente regenerado y se auto-reorganizan (Cuello y Durbin, 2003:41).

En la misma línea Vandana Shiva sostiene una visión biocentrista, en la cual la vida humana es apenas una parte de la vida como sistema total. Se suma la idea de que la naturaleza ha sido concedida como un don a los seres humanos, a quienes se aconseja hacer esfuerzos al fin de no sofocar su generosidad.

Por tanto, se opone a la tesis de sustitución de recursos, y declara con Sagoff que la economía es un asunto de conducta humana cooperativa, incluyendo la cooperación para preservar y conservar los recursos naturales, para proteger la naturaleza en sí misma, no como un recurso, sino como la matriz común en la cual viven, como parte de la naturaleza, los seres humanos (Sagoff, 1988, citado por Cuello y Durbin, 2003).

De donde define que la sostenibilidad en la naturaleza implica mantener la integridad de los procesos, ciclos y ritmos de la naturaleza (Shiva, 1992, citado por Cuello y Durbin, 2003).

Es así que Carpenter con su noción de que es necesario preservar la autopoiesis de los organismos vivos para que haya sostenibilidad y Shiva con la idea de que sostenibilidad en la naturaleza implica mantener la integridad de los procesos, ciclos y ritmos de la naturaleza, ponen el acento en los seres vivos para dar cuenta de la comprensión de las actuaciones económicas, el uno en contra de la idea de sustitución y Shiva para concebirla como asunto de conducta humana cooperativa. Ambos, de una u otra manera arrojan elementos interesantes para comprender el problema. A pesar de todo, también es posible mencionar algunas cosas que dejan de lado.

Por una lado, el calificativo de diagnóstico desactualizado para propuestas como las humanistas – especialmente en lo que se refiere al abuso del concepto de sostenibilidad y el desprecio por el crecimiento poblacional y la atención de las necesidades básicas de la población -, bajo la idea que hoy existe mayor conciencia de los problemas ambientales que afectan al planeta Tierra, llega a tener un tono ingenuo. Basta con ver los innumerables problemas ambientales con los que contamos, la información que llega a los países “desarrollados” y el poco impacto que ésta tiene en su solución.

Un ejemplo paradigmático es el Tratado de Kyoto. Las evidencias muestran que países como Rusia y Estados Unidos han venido poniendo importantes trabas en su ratificación. Por tanto la información no basta por sí misma para transformar una realidad, es necesario que se haga conocimiento; tarea en la que median las concepciones de los actores, así, la respuesta desde una opción economicista puede ser diferente a la que surja desde una posición culturalista.

Bajo estas condiciones, se entienden los siguientes eventos (Pita, 2003):

Rusia ha sido el centro de atención durante la Conferencia. Descartado por completo que Estados Unidos ratifique el Protocolo –se desmarcó claramente de él hace dos años-, Moscú tiene la llave de la entrada en vigor. Y, por tanto, vende caro su apoyo con una postura ambigua y, en ocasiones, contradictoria. Durante la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible de 2002, celebrada en Johannesburgo (Sudáfrica), el primer ministro ruso Kasyanov declaró que su país ratificaría pronto Kioto. El presidente Putin confirmó posteriormente dicha intención. Sin embargo, en octubre de este año, Putin aseguró que el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático no vendría mal a un país como Rusia porque así gastarían menos en abrigos de pieles y ropa para el frío. En la reciente Conferencia de Milán, Rusia echó un jarro de agua fría a los optimistas. El consejero económico del presidente, Andrei Illarionov, aseguró que Rusia no puede ratificar Kioto “en su forma actual” porque su cumplimiento “ralentizaría nuestro crecimiento económico”. Es decir, el Kremlin exige cambios en el texto que le beneficien. “La declaración que hice repetía textualmente lo que dijo el presidente Putin tras reunirse con representantes de la Unión Europea”, explicó Illarionov dos días después para aclarar que no se trataba de una opinión personal.

Nuevamente aparece la tesis de crecimiento indefinido como excusa principal. Lo que ilustra que el problema es de mayor complejidad, lo cual pasa – posiblemente – por considerar el ser humano, sus intereses, su proyecto de vida, sus valores. Fenómeno que toca la esfera de lo político, pero también otras que se encuentran desligadas en las diversas propuestas que se han presentado.


3. Propuesta alternativa de sostenibilidad y algunas consecuencias

Inicialmente tomaremos nuestra tesis de partida de José Eduardo García (1998) y, con base en este autor, desarrollaremos otros principios básicos. Luego, ampliaremos estas ideas haciendo alusión específica a la especie humana, para definir la idea de sostenibilidad.

La tesis de partida es que los factores ambientales seleccionan a los organismos vivos, pero también los organismos seleccionan y modelan su entorno (figura 5) . Estos factores, los que conforman el biotopo o espacio para vivir, co-evolucionan con los seres vivos.



La co-evolución supone aceptar que los sistemas interactuando entre sí evolucionan conjuntamente. Por tanto, el cambio de tales sistemas con el paso del tiempo deja un rastro histórico, una sucesión ecológica que se expresa en nuevos estados de organización del sistema. A su vez, estos estados reorganizados, generan nuevos cambios, manteniendo el proceso de evolución. Al tener un carácter interactivo la relación entre seres vivos y factores ambientales, se da una causalidad de tipo recursivo que tiene forma de bucle, en donde las causas son a la vez efectos, lejana de la idea clásica de causa-efecto, completamente lineal. La posibilidad de reorganizarse que tiene un sistema se mantendrá mientras exista un flujo de energía en nuestro planeta. En este contexto se señala la insuficiencia central de la idea de “lucha por la vida”: no tiene éxito los que mejor compiten, sino los que se acoplan de manera adecuada a la solidaridad compleja de las interacciones ecológicas (García, J. E., 1998:127).

La tendencia de los organismos a evolucionar, a un estado de complejización creciente, se debe a la causalidad recursiva, a la reorganización.

... Los organismos no se comportan como lo hacen para alcanzar una determinada meta, ni por seguir ciegamente un programa. Se comportan de esa manera porque son sistemas que se reorganizan permanentemente, propiedad que no proviene de ninguna causa ajena a la propia materia sino de la evolución misma (Morin, 1980). Es la propia organización del sistema, generada en un proceso de evolución conjunta del sistema y de su medio, la que explica su comportamiento (García, J. E., 1998:128).

Cabe destacar que lo primero significa la negación de un fin predeterminado, la ausencia de una especie de fuerza viva que orienta la evolución y, lo segundo, que no es suficiente con el código genético para explicar la evolución. Importante destacar estas diferencias, especialmente cuando en la actualidad tiende a predominar la posición genética.

En este proceso, la diversidad es tanto la condición como la consecuencia de la organización. Frente a la aleatoriedad y la incertidumbre, la diversidad es una manera de enfrentar lo posible, especie de seguro para el porvenir. A su vez, la diversidad coexiste con la unidad, no son excluyentes. La posibilidad de que existan seres vivos se debe precisamente a la diversidad de factores que hacen posible la vida.

Para finalizar, es necesario recoger la pregunta acerca de si existe un clímax para la sucesión ecológica, una especie de estado óptimo del sistema, importante como se verá más adelante.

Al respecto García, retomando ideas importantes de una discusión entre varios autores, plantea que:

... aunque sí es cierto que hay regularidades en el cambio de los ecosistemas, ello no implica un mismo final para el proceso pues nunca hay dos sucesiones ecológicas iguales, sobre todo si se considera que la reorganización del ecosistema supone una creación constante de situaciones nuevas. Predominan los procesos abiertos e irreversibles (evolución del clima, evolución de los suelos, evolución de la vida, cambios en la composición de la atmósfera, etc.), de manera que no parece, pues, que se pueda afirmar que hay un clímax absoluto para un determinado lugar, sino diversos clímax posibles dependiendo, fundamentalmente, de la fluctuación del medio abiótico (página 128).


Ahora pasaremos a poner nuestros ojos en la especie humana, una especie particular que hace parte de los seres vivos. A la que se aplican las anteriores ideas, pero la cual necesitamos explorar en otro nivel de organización.

Este nuevo nivel de organización aparece gracias al carácter simbólico del ser humano, piedra angular de la cultura y de las relaciones sociales. Se forma un plano socio-cultural que interactúa con ese plano que lo contiene como ser vivo. De esta manera, los seres humanos nos caracterizamos por conformar sociedad, resultado de las interacciones entre los diversos individuos que coexisten, y conformar estados organizativos particulares o cultura. Los cambios de la cultura resultan de las diferentes reorganizaciones sociales que se dan por la interacción ya no solamente con el biotopo sino con espacios también simbólicos, propios de las relaciones sociales e integrantes de la cultura.

Dentro de un mismo grupo social coexisten diversas expresiones culturales que seleccionan tipos de relación social y viceversa. Aún así, como es el caso de las posiciones sobre sostenibilidad, la diversidad de posiciones le conceden unidad a la idea de desarrollo sostenible. De esta forma obtenemos un sistema complejo (figura 6) en el que la cultura ayuda en la determinación del biotopo, las relaciones sociales y los seres vivos; al igual que las relaciones sociales hacen posible la selección de los seres vivos, el biotopo y la cultura.

Por ejemplo, el proceso de globalización económica posible por las tecnologías de la Información (TIC), ha hecho factible que se alteren nuestras relaciones sociales, pero también la interacción que mantenemos con los seres vivos y el biotopo; hacer un viaje virtual no es lo mismo que recorrer el parque del barrio, o jugar con una mascota no es lo mismo que hacerlo con una mascota virtual.



En este contexto, una de las preocupaciones fundamentales para la especie humana es la de formular una idea de calidad de vida, que se da a la par de la sucesión ecológica. Expresión de los tipos de relaciones socioculturales que se sostienen. Para algunos grupos esa idea se ha basado en la distinción de castas, predominio de reyes, etc. En definitiva, una responsabilidad de cada individuo y colectivo humano.

En los tiempos actuales, donde nuestra sociedad se precia de ser democrática, es necesario que las relaciones socioculturales se organicen para ayudar a expresar esa diversidad de posiciones frente a lo que se entiende por calidad de vida. Esto se traduce, necesariamente, en sistemas de inclusión política que hagan posible determinar los rumbos colectivos (estados-naciones, grupos familiares, empresas, etc.); la baja diversidad va en detrimento de las posibilidades del sistema para afrontar retos imprevistos.

Entendiendo el trabajo como expresión humana de su relación con el medio, con miras a consolidar un estado de calidad de vida, la participación democrática exige que cada ser humano pueda contar con los medios necesarios para participar. En el contexto particular de la Sociedad de la Información y el Conocimiento, significa el libre acceso a la información, entendido el conocimiento como una construcción práxica, que siempre involucra al que conoce; por el contrario, la codificación en símbolos de este conocimiento, sin agente activo que es la persona que conoce - es simplemente información.

Esta concepción de conocimiento tiene implicaciones claras sobre la propiedad. Es inaceptable que el código genético de una planta sea convertido en propiedad privada, pues conlleva otras formas de esclavismo, inaceptables para una cultura democrática. A no ser que el concepto de calidad de vida y sociedad a declarar sea de carácter esclavista.

Por otro lado, este carácter práxico, que implica la presencia concreta de un conocedor, la permanente relación entre teoría y práctica, no significa lo mismo que pragmático. Este atributo se refiere a una orientación utilitarista de la naturaleza práxica del conocimiento, pues su valoración empieza a estar condicionada por su utilidad, generalmente en la visión economicista. Utilitarismo que inclusive llega a recoger al ser humano para sumarlo como un recurso más para producir crecimiento económico sostenido.

En consecuencia, sostenibilidad se entiende como función de la calidad de vida, resultado de la organización del sistema e historia del mismo. La sostenibilidad de un sistema socioambiental (en el caso de los seres humanos tiene este doble carácter) alcanza sus límites cuando esta calidad de vida no se puede realizar. Dentro de todo este proceso es evidente que la calidad de vida termina alterando la sucesión ecológica; la reversa parece un poco más difícil, como ocurre con la posición de Rusia y Estados Unidos frente al tratado de Kyoto, pero cuando la sucesión ecológica no abastece este tipo de calidad de vida, sus evidencias son claras: conflictos, hambruna, violencia, etc (figura 1-4).

Desde esta perspectiva, la Revolución Industrial que inicia en el siglo XVII integra la Ciencia y la Técnica como parte importante de la educación de los seres humanos, ahora constituidos en estados-naciones y en calidad de ciudadanos (Brunner, J.J., 2000). La organización del biotopo toma la forma del concepto de ciudad moderna, expresión de la creencia cultural de que el hombre es quien domina mediante su racionalidad el mundo. El sistema capitalista se implanta como un modo de organización social, el concepto de dinero - valor de carácter simbólico – hace posible la acumulación de capital, la baja presencia de órganos de poder que ayuden a expresar la diversidad de posiciones frente a las diferentes situaciones socioculturales hace posible que se den panoramas de explotación humana y subyugación de otras sociedades y culturas.

Para comunidades indígenas amazónicas, con un sentido de calidad de vida asociado al respeto a la naturaleza, la sucesión ecológica de sus sistemas se rompe cuando se presentan relaciones desiguales; expresión de dos sentidos de calidad de vida diferentes, en donde algunos han arrasado a otros.

Después de los ejemplos y regresando con el concepto de sostenibilidad, significaría que diferentes conceptos de calidad de vida marcan diferentes caminos a la sucesión ecológica, tipos de desarrollo si se quiere, pero que no serían comparables de forma lineal. Entonces, se producen diversos tipos de desarrollo con grados de sostenibilidad fluctuantes de acuerdo con los conceptos de calidad de vida definidos por el sistema sociocultural particular.

En consecuencia, lo anterior implica que queda sin soporte la escala que califica diversos sistemas socioculturales como desarrollados o en desarrollo, pues resulta de un proceso de comparación lineal de sistemas con sus propias particularidades, de hecho incomparables (al menos aludiendo a una unidad de medida unilateralmente concebida).

Por otro lado, la ratificación de esta diversidad introduce la pregunta por las relaciones entre diversos sistemas socioambientales (la parte ambiental incluye la idea de grupos sociales localizados en el espacio, contextualizados), aún más, cuando el planeta Tierra se denomina en la Sociedad de la Información y el Conocimiento una aldea global, responder esta cuestión se hace urgente.

La localización en el biotopo puede tomar formas diversas: nación, estado, departamento, municipio, resguardo, región, foro de Internet, etnia, clase social, un equipo de fútbol, etc. La relación entre estas diversas expresiones del sistema socioambiental hoy día no pueden ir a una especie de relativismo, donde se pueden desarrollar de manera independiente, pues nos encontramos interconectados. Por tanto la pregunta se debe responder asumiendo la existencia de interacciones entre sistemas socioambientales.

Sin dar una respuesta definitiva, el ALCA, al promover una legislación internacional también ayuda a hacer predominante un concepto de calidad de vida; en ningún momento resultado de una discusión colectiva sino de procesos de imposición de intereses particulares derivados de una expresión particular de calidad de vida: el crecimiento económico indefinido como antecedente para generar el bienestar humano. Al igual que se ha hecho durante tanto tiempo con la escala desarrollado/ en desarrollo.

Lo anterior deja entrever la importancia de las organizaciones políticas en los sistemas socioambientales como enriquecedores intencionales de la diversidad y por tanto en la construcción de unidad (pueden coexistir diversas identidades). En la medida que la organización política de tales sistemas se empobrece, deja de autoreconocerse, y pierde en capacidad de adaptarse al interactuar con otros sistemas socioambientales.

Una forma de empobrecimiento es la imposición de intereses minoritarios de unos grupos a otros, como también lo es la imposición de intereses que afectan la vida humana (violencia armada en cualquiera de sus expresiones), pues en ambos casos se degradan los procesos de autoreconocimiento, se contribuye a la pérdida de identidad propia o de las personas con las que se interactúa, y se debilita hasta el punto que puede llegar a desintegrarse.

 ¿Nuestra organización política promueve la diversidad? ¿Culturalmente promovemos espacios para ejercer tareas de autoreconocimiento? ¿Son representados los diferentes intereses o enriquecidos intencionalmente o, por el contrario, acallados y empobrecidos? ¿Se pueden expresar significativamente las diferentes orientaciones de calidad de vida?
 ¿Los estudios de prospectiva pueden ser alimentados por esta propuesta en construcción? Que extraño aparecería a primera vista, en contraste con lo que es común actualmente, indicadores cuantitativos y cualitativos sobre la organización política, el bienestar de la cultura, el sentido de vida, al lado de los indicadores clásicos, ahora reorganizados de otra forma. ¿Cómo serían los estudios prospectivos, los modelos económicos, etc.?

Se hace necesario hacer dos salvedades. En primer lugar, la propuesta de sostenibilidad del sistema socioambiental como expresión de la organización de los seres humanos no implica que se esté apoyando una nueva versión del antropocentrismo. Esta decisión en particular depende del sentido de vida que se acuerde, aunque algunos en especial pueden conllevar a tal visión. Particularmente, creemos importante considerar al ser humano como un ser vivo más – a pesar del gran impacto que tiene en la sucesión ecológica – dentro de los seres vivos.

En segundo lugar, la invitación a construir indicadores renovados no debe simplificarse como un esfuerzo por ratificar un nuevo tipo de positivismo reformulado. Por el contrario, el reconocimiento de indicadores cuantitativos y cualitativos es una expresión de la organización sociocultural, por tanto existe ingerencia política e inevitablemente subjetiva. A su vez, los resultados arrojados en el estudio ayudan a cambiar la organización sociocultural. De esta forma el sistema habría creado mecanismos para recopilar información sobre su medio que a la vez le ayudan a transformarse.


4. Consideraciones finales

En primer lugar, espero que hasta este punto haya quedado en evidencia un mito: la actitud dominante del Hombre ante la naturaleza no es natural. La importancia de hacerlo evidente surge de la persistencia que tiene desde nuestras pautas educativas más básicas, como desde posiciones filosóficas complejas. En este caso, Hobbes (citado por Fromm, 1968:183) postuló como “inclinación general de la humanidad” la existencia de un “perpetuo e incesante deseo de poder que desaparece solamente con la muerte”.

En términos educativos, la pérdida de conexión con el contexto, con la realidad individual y colectiva de cada persona hace posible saber sobre el mundo sin haberlo conocido. Permite el desarrollo de las disciplinas y la adquisición de un saber fraccionado sobre el mundo, hiperespecializado en el que el ser humano y sus problemas más esenciales (y también complejos) se desvanecen y no pueden ser enfrentados.

En palabras de Edgar Morin (2002:15):

Efectivamente, la inteligencia que no sepa otra cosa que separar rompe la complejidad del mundo en fragmentos desunidos, fracciona los problemas, unidimensionaliza lo multidimensional. La misma atrofia las posibilidades de comprensión y reflexión, eliminando también las oportunidades de un juicio correctivo o de una visión a largo plazo. Su insuficiencia para tratar nuestros problemas más graves constituye uno de los problemas más serios con que nos enfrentamos. De este modo, cuanto más multidimensionales se vuelven los problemas, más se da la incapacidad de considerar su multidimensionalidad; cuanto más progresa la crisis; cuanto más planetarios se hacen los problemas, más impensados se vuelven. Una inteligencia incapaz de considerar el contexto y el complejo planetario nos hace ciegos, inconscientes e irresponsables.
...
En lugar de oponer correctivos a estos desarrollos, nuestro sistema de enseñanza les presta acato. Nos enseña desde la escuela elemental a aislar los objetos (de su entorno), a separar las disciplinas (antes que reconocer sus solidaridades), a desunir los problemas, más que a unir y a integrar. Nos ordena reducir lo complejo a lo simple, es decir, a separar lo que está unido, a descomponer y no a recomponer, a eliminar todo aquello que aporta desórdenes o contradicciones a nuestro entendimiento.
...
Ahora bien, el conocimiento pertinente es aquel que es capaz de situar toda información en su contexto, y si es posible, dentro del conjunto donde la misma se inscribe. Se puede decir incluso que el conocimiento progresa principalmente, no por sofisticación, formalización y abstracción, sino por la capacidad de contextualizar y globalizar.

En esta línea, la presentación de un concepto complejo sobre desarrollo sostenible tan sólo permite, por ahora, establecer relaciones sistémicas entre categorías que tradicionalmente aparecen completamente separadas (cultura, sociedad, biotopo, seres vivos, sucesión ecológica, calidad de vida). Y aunque las consecuencias derivadas desde esta perspectiva global son interesantes, no es menos cierto que en el proceso de contextualizarlas en sistemas socioambientales concretos encontraremos nuevas formas de entender y transformar nuestro mundo. Sobresale hallar que la calidad de vida es central en este concepto complejo de sostenibilidad, pues no son pocos los trabajos en donde el mismo apenas se menciona. Por su importancia y con base en los intereses que nos han llevado a este esfuerzo, creo que la pregunta por la vida, lo complejo de definir su sentido (Gómez García, P., 2000) debe ser una cuestión básica desde la didáctica de las ciencias y las organizaciones sociales de las cuales hacemos parte.

En el caso de la finalidad de formar ciudadanos comprometidos con el desarrollo sostenible en la escuela, un reto pendiente es darle forma específica a esta orientación. En lo que concierne a la Corporación CEDREG es la praxis sobre una organización de conocimiento en nuestra región y los aportes que puede hacer en la misma línea.

Para terminar, haciendo referencia a la cita inicial del economista tolimense Alberto Bejarano, es posible que este trabajo sea visto como una muestra de ingenuidad, pero creo que no se puede negar el poder de comprensión globalizante y contextual que posee desde sus inicios. Es un grano de arena para construir una nueva gramática, en la que aportan muchas personas y que deja entreabierto un programa de investigación denso, enriquecedor y creativo. Es un fin y un medio en la medida que se reconoce como necesidad y sueño que el ser humano sea mucho más que un salario al interior del modelo de desarrollo del sistema socioambiental que habitamos.

Referencias

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