ENCUENTROS ACADÉMICOS INTERNACIONALES
organizados y realizados íntegramente a través de Internet



Historiografía jurídico-económica en la generación barcelonesa de 1917

María Encarnación Gómez Rojo
megomez@uma.es
Profesora Titular de Historia del Derecho y de las Instituciones
Universidad de Málaga

Resumen. Breve exposición centrada en la historiografía jurídico-económica española contemporánea a la luz de la doctrina catalana de principios de siglo XX, representada, entre otros muchos, por el jurista, economista y político de la Segunda República española, Manuel Reventós i Bordoy (1888-1942), miembro de la generación barcelonesa de 1917, cuyas principales obras en este campo son sinópticamente estudiadas analizando la influencia en su pensamiento económico de autores como Henry George, Gustav Schmoller, Franz Oppenheimer, Alfred Marshall, Adolph Heinrich Gotthiff Wagner o Joseph Schumpeter.

Palabras clave: historia del pensamiento económico, historiografía jurídico-económica, Henry George, Gustav Schmoller y la Escuela Histórica alemana, Franz Oppenheimer, Flores de Lemus, teoría y leyes monetarias, historia de la banca pública española, patrón oro, leyes bancarias.

Este texto fue presentado como ponencia al
PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL SOBRE
Historia y teoría económica
celebrado del 6 al 24 de abril de 2006

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Ponencia

El pensamiento catalán de principios del siglo XX encontró su canalización a través de la denominada por Jaume Vicens i Vives (1910-1960) como la Generación catalana de 1917, considerándose que esa fecha situaba a los personajes integrantes de dicho colectivo en un periodo de desarrollo normativo y de creaciones intelectuales, a partir del que hubo aportaciones reales dentro de los campos literario, histórico, jurídico , económico o de pura praxis política, siendo especialmente destacable en todos los ámbitos anteriormente mencionados la figura de Manuel Reventós i Bordoy, considerado por algunos el más completo de los integrantes del grupo .
Centrándome ya en la labor historiográfica de los miembros de la generación catalana de 1917 hay que destacar que no en todos los casos había coincidencias en sus líneas investigadoras; de hecho Manuel Reventós aparece en cuanto a sus trabajos de historia económica y política muy desconectado del resto, en buena parte porque Ramon d’Abadal, Ferran Valls i Taberner, Francesc Martorell, Jordi Rubió i Balaguer y Lluís Nicolau d’Olwer dedicaron sus esfuerzos de una manera primordial a temáticas relacionadas con la historia medieval, mientras que las preocupaciones historiográficas principales de Manuel Reventós se concentran casi de forma excluyente en la Edad Contemporánea, en los siglos XIX y XX. Además los métodos historiográficos empleados por Reventós caracterizados por sus análisis de contenido sociológico y económico son muy dispares del método histórico-crítico y de análisis y edición de documentos utilizados por Abadal o por Valls i Taberner. Por estas razones y al titularse este Encuentro “Historia y Teoría Económica”, en las páginas que siguen he creido conveniente centrarme únicamente en la figura del barcelonés Reventós i Bordoy al que considero pieza clave del pensamiento político, económico y social de su época.
La labor de historiografía jurídico-económica y los trabajos de teoría económica realizados por Reventós i Bordoy comienzan a gestarse en su pensamiento tras haber logrado una ayuda de la Junta de Ampliación de Estudios a la que suma otras de la Diputación y del Ayuntamiento de Barcelona, gracias a las cuales el 28 de Abril de 1911 parte hacia Berlín al objeto de profundizar en su formación científica, destacando la influencia que en su pensamiento jurídico-público tuvieron Gustav Schmoller a través de sus obras y Franz Oppenheimer por medio de sus enseñanzas en la Universidad de Berlín. Además Manuel Reventós, manifiesta en sus trabajos la impronta teórica de autores de la talla de Henry George (1839-1897) cuya obra Progreso y Miseria, analiza en La doctrina del impuesto único de Henry George , que constituye uno de sus trabajos más importantes y en su análisis trata de encuadrar las teorías del americano dentro de sus coordenadas históricas y doctrinales al tiempo que manifiesta seguir en su «exposición e investigación el método de Oppenheimer» . Es así como recurre, entre otros, a David Ricardo, a Adam Smith o a John Stuart Mill cuyos Principios de Economía Política , conocía a través de la edición en castellano de Manuel Gutiérrez publicada en Madrid en 1931 como por medio de otras ediciones inglesas y francesas. Reventós consideraba y afirmaba que «en Adam Smith y en Stuart Mill hemos aprendido a considerar, desde un punto de vista meramente económico, la mayor eficacia que como determinante del obrar humano tiene el mal presente en comparación con el bien futuro» . No obstante, a pesar de las indudables deficiencias de elaboración de la teoría de George, que han sido puestas de manifiesto, entre otros muchos autores, por Manuel Reventós , no podemos menos que indicar que su propuesta del impuesto único es una de las muchas descendientes del impôt unique de Quesnay (1694-1774) . En La doctrina del impuesto único, Reventós realiza una interpretación de Henry George contrastándola con la de Silvio Gesell, autor de una obra editada en Buenos Aires en 1891 bajo el título Nervus Rerum, en la cual Gesell recomendaba el pago de una determinada cantidad derivada de la consiguiente nacionalización de las tierras, proponiendo un modelo de socialismo antimarxista que difiere de las propias tesis de Marx tanto como de las propias teorías de George. No ha tenido, sin embargo, en cuenta M. Reventós a Michael Flürscheim, el principal introductor de las ideas de H. George en Alemania .
Manuel Reventós establece, pues, como objeto central de su ensayo de crítica sobre el impuesto único defendido por George, el análisis de este “remedio” basándose en las premisas siguientes: «1º., si la producción de renta no es fatal, si no es la renta diferencial sino la originada en el monopolio de la tierra la que engendra el daño social, debe curarse éste mejor que absorviendo la renta, destruyendo aquel monopolio; y 2º., si éste es indestructible (o en el negado caso de que toda renta fuera ricardiana), como el impuesto único es un medio ineficaz, además de prácticamente irrealizable, el método a emplear para superar el daño social sería la nacionalización del suelo» . Una vez analizadas estas bases, Reventós llegó a la conclusión de la falsedad intrínseca del razonamiento de Henry George .
Sin posibilidad por razones de espacio de extenderme en la materia, creo conveniente hacer una referencia sintética a lo que supuso la aparición de la Escuela Histórica en Alemania , sobre todo teniendo en cuenta las influencias que en el pensamiento de Reventós tuvieron los postulados de la misma, al ser precisamente Gustav Schmoller (1838-1917) , uno de los más destacados miembros de esta escuela, maestro de nuestro biografiado . Para algún teórico, si no hubiera sido por la Escuela Histórica, no se habrían dado controversias metodológicas relativas a proposiciones principales dentro de la ciencia económica y él lo atribuye en buena parte a Gustav Schmoller, que es uno de los cerebros alemanes más destacados de su tiempo, que supo aunar la responsabilidad política con las exigencias económicas .
En la concepción de Reventós, la figura más destacada de la Escuela Histórica alemana es igualmente Schmoller, al que él considera jefe visible de la Escuela, manifestando un amplio conocimiento de su obra Los principios de economía política, en su versión original Der Grundriss der Allgemeinen Volkswirtschaftslehre a través de sus dos volúmenes editados a principios de siglo, el segundo de ellos en 1904, que marcaría el fin de una época que había entrado, para el criterio de Reventós, en rápida decadencia . Consideraba, sin embargo, que este libro proporciona tal número de datos históricos y sociológicos, que es una de las obras más importantes desde el punto de vista económico jamás escritas. Para Reventós, sin embargo, nos hallamos más ante un tratado sobre la sociedad que frente a un libro de economía. Es el propio Schmoller quien en un artículo publicado en 1911 -a juicio de Manuel Reventós- establece las líneas generales de la metodología empleada por la Escuela Histórica, indicando que el método adecuado es el inductivo de investigación junto al deductivo de exposición, sin caer en absoluto en la teoría abstracta deductiva . También recoge el catalán las críticas lanzadas contra la Escuela alemana por parte del austríaco Böhm-Bawerk , a la par de la aparición del Tratado de Wieser, que sitúa como idea matriz, dentro del pensamiento económico, la de la utilidad límite , haciéndose eco de la polémica sostenida por Schmoller con Heinrich von Treitschke (1834-1896) en torno a los años 1874 y 1875, de tanta importancia para el pensamiento económico historicista que constituye un resumen de los fundamentos de toda su ideología social y donde formula una exposición pormenorizada del papel de la Historia para la Economía Política y para el Estado . Respecto a la justicia en el mundo económico, Schmoller se plantea si el reparto de los bienes obedece a una concepción ética de la justicia . Igualmente, Reventós sigue a Schmoller en el estudio que realiza el berlinés sobre la historia de la teoría de los salarios, donde muestra una síntesis del pensamiento de aquellos autores que habían manifestado su interés por dilucidar científicamente este concepto ; es así como recurre a Mandeville, Adam Smith, David Ricardo, Stuart Mill, Lassalle , Marx, Engels y Adolph Wagner, entre otros. La interpretación de los cuales será tenida en cuenta por Manuel Reventós en sus colaboraciones de carácter económico en Economia i Finances donde se interesa especialmente por el «pensamiento angloamericano al que califica como unitario y al que atribuye el mismo sentido realista que a los clásicos y una inequívoca tendencia conservadora, y donde destaca armónicamente enlazado el empirismo como doctrina de conocimiento, el utilitarismo ético como norma y el liberalismo en política» . Las indicaciones de sus discípulos acerca de la conveniencia de que tratara de sistematizar sus descubrimientos y enseñanzas en una gran obra, fue el acicate fundamental que tuvo Schmoller para realizar su tratado que ha servido de referencia a innumerables economistas, historiadores de la economía, e incluso al renovador de los estudios de la Ciencia Económica en España, Antonio Flores de Lemus . La referida obra, no es otra que la ya citada líneas atrás en este capítulo, Der Grundriss der Allgemeine Volkswirtschaftslehre (Berlín 1900-1914) -en traducción castellana Principios de doctrina económica general-, que gozaron inmediatamente de amplia difusión siendo una versión francesa de los mismos la que contribuyó a popularizar el pensamiento de Schmoller en España , lo que condujo, sin duda, a que fuera una de las obras más citadas con diferencia por M. Reventós .
Franz Oppenheimer (Berlín, 1864-Los Angeles, 1943) es otro de los autores más seguidos por Reventós. Oppenheimer fue auxiliar de la Universidad de Berlín, donde desarrollaba cursos sobre el revisionismo marxista, al tiempo que Reventós cursaba sus estudios. Más tarde, llegaría a ser profesor en Frankfurt (1919-1928). En alguno de sus trabajos, Reventós presenta y extracta sus teorías, considerando que, entre otras cosas, se ve obligado a citarlas por razones de afecto hacia el que fuera su profesor y amigo en Alemania . Pese a ello, comenta Reventós que, aún siendo un deseo de Oppenheimer, el de establecer una serie de principios objetivamente rigurosos sobre la formación de los precios, sin embargo no logra su propósito en cuanto a la fundamentación se refiere -según Reventós-, ya que no parece muy viable la eliminación de todas las desigualdades sociales y lograr al mismo tiempo la homogeneización de las capacidades individuales en cuanto a nivel de rendimientos, de beneficios y, por tanto, de precios. Desde el punto de vista económico merecen ser destacados, aparte de su libro sobre el Estado, su teoría sobre la Economía pura y la Economía política, explicitada en la obra del mismo título ; donde Oppenheimer intenta «representar la sociedad futura tal y como él la desea, y la ve ya realizada, a esto es lo que él llama con un nombre un poco desviado de su acepción ordinaria, “la economía pura”, en oposición a la “economía política”, que sería el régimen existente en su momento histórico personal» . Oppenheimer defiende una redistribución de la tierra considerando los latifundios como uno de los mayores y más grandes inconvenientes para el progreso social, «la causa de todos los males» y, en consecuencia mantiene una defensa de la pequeña propiedad y de las particularidades y ventajas, desde el punto de vista ético, que reporta en relación a la gran propiedad, que él considera contraria al progreso humano. Coincide con Henry George en la formulación de un sistema geocéntrico en el que la detentación de la tierra obedece a causas de carácter político que llevan a la acaparación del suelo por parte de la clase gobernante, aunque Reventós recalca las críticas de Oppenheimer a Karl Marx y a Schumpeter, como también se hace eco el catalán de la censura de Oppenheimer a Malthus . Al tiempo que recoge las críticas realizadas por Oppenheimer a la teoría de la renta de David Ricardo (1772-1823) . En sus comentarios económicos sobre Oppenheimer, parte Reventós de la obra del pensador alemán, Der Staat (1906), y establece la necesidad de igualdad de los patrimonios familiares y la no destrucción de los mismos por vía hereditaria, a base de la división de éstos entre los diferentes hijos tenidos en matrimonio . Se hace eco Reventós en otros lugares de la ley de salarios como complemento de la teoría monopolística de la renta, tal y como era formulada por Oppenheimer .
Alfred Marshall (1842-1924) es igualmente objeto de comentarios muy elogiosos por parte de Reventós, al darse en él la perfecta síntesis entre la doctrina clásica, la moderna y la escuela histórica. Considera Reventós que su concepción sobre la renta nacional resulta capital para la comprensión de las relaciones políticas y sociales. En este sentido, Marshall hacía depender la renta nacional de la perfección que podría llegar a darse en la producción, que correspondería a la iniciativa privada, aunque en ocasiones puede venir asociada a la actividad colectiva. Considera Reventós aquí que el punto de vista de Marshall en esta dimensión concreta de sus Principles of Economics resulta clave para entender cualquier tipo de reforma social igualitaria que trate de llevarse a cabo y que afecte a la iniciativa privada como fuente generadora continua de la creación de riqueza .
Adolph Heinrich Gotthiff Wagner, por su parte, defenderá la superioridad del método estadístico sobre el método histórico a la hora de llevar a cabo la observación de los fenómenos económicos. Es replicado, en este sentido, por Gustav Schmoller y seguido de cerca por Reventós. Precisamente influenciado por las ideas de Wagner, escribiría Manuel Reventós su memoria de investigación que presentó a la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas a su vuelta de Berlín . En ella realiza un estudio de la imposición directa que incluye una temática evolutiva que se desarrolla en seis capítulos dedicados a las primeras formas de los impuestos de producto, con especial referencia a Inglaterra, Alemania y Francia; teorías financieras anteriores a la evolución (influencia de Colbert y de los fisiócratas en la legislación y de Necker, en el aspecto técnico administrativo), legislación revolucionaria y del siglo XIX en Francia, en Inglaterra, con especial referencia al presupuesto de Lloyd Georges de 1910, historia en Prusia y en Baviera de los impuestos directos y situación de los mismos en otros estados alemanes; discusión relativa a los valores de justicia y fijeza del impuesto territorial, como recurso del Estado y como recurso del Municipio; formas del impuesto sobre edificios y sus exenciones generales y especiales, y, por último, las conclusiones a las que llega que, a pesar de su escasa originalidad, son de gran claridad expositiva . Se trata de un trabajo de extracto y yuxtaposición de autores bien conocidos para Manuel Reventós como Heckel, Keller, Lefevre, Neumann, Oncken, Parieu, Rosicher, Schäffle, Schanz, Stourm, Vocke, Schmoller, Wagner y Weber.
No falta en la obra de Reventós un análisis de los conocimientos especulativos, hipótesis de trabajo y formulaciones de Joseph Schumpeter y su división entre las dimensiones estática y dinámica de la economía lo que para nuestro biografiado representa una limitación en cuanto al análisis, exclusivamente circunscrito a las relaciones formales externas de las variaciones experimentadas en el proceso productivo. Las críticas de Reventós se centran en considerar las que pudiéramos dividir en tres razones por las que resulta censurable el pensamiento económico de Schumpeter: 1ª La excesiva atención e importancia que dedica al método matemático, coincidiendo con Gustav Cassel ; 2ª Que Schumpeter prescinda de los motivos internos que los cambios en la cantidad de los bienes producen en otros cualesquiera bienes ; 3ª Que la ley de precios que propone sólo es aplicable a periodos cortos o situaciones momentáneas, no a medio ni a largo plazo .
Respecto al influjo en el pensamiento de Reventós del insigne profesor Antonio Flores de Lemus, se constata claramente tras la lectura de la obra del mismo, que solo lo cita en un par de ocasiones; en concreto, la primera referencia es del año 1918 y queda inserta en La doctrina del impuesto único de Henry George, mientras que la segunda aparece incluida en su estudio titulado “Notes sobre el diner espanyol en el segle XIX”, aparecido en Revista de Catalunya, en 1938.
Con anterioridad, en 1930, Reventós centró su preocupación historiográfica en el asunto de la teoría del cambio en relación a la evolución de la peseta y de ello dejó buena muestra en sus crónicas de Economía publicadas en la Revista de Catalunya en los meses de Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre de ese año. Reventós se mostró profundamente preocupado por la angustiosa situación monetaria que se vivía en España a finales de 1930, haciendo hincapié en aquellos aspectos relacionados con el estudio de las dificultades encontradas para realizar el cambio de la peseta sobre la divisa extranjera, en términos que no quedaran destruidas las posibilidades del comercio ni interior ni exterior, y de tal manera que las medidas tomadas para favorecerlo no resultaran excesivamente gravosas para los intereses del Tesoro. Consideraba que la enorme complejidad de la situación económica española debían ser puestas en conocimiento de la generalidad de los ciudadanos, puesto que tales objetivos gubernamentales a todos afectaban en mayor o menor medida. Es ésta la razón por la que Reventós se hizo eco de un ciclo de conferencias que fueron impartidas por Miquel Vidal i Guardiola, P. Corominas, Josep Maria Tallada i Pauli y Pedro Gual Villalbí que, en su opinión, contribuyeron a que la ciudadanía no especializada en temas económicos pudiera conocer nociones elementales de la importancia del cambio. De los estudios sobre el tema destacaba Reventós tres ideas importantes; la primera de ellas hacía referencia a la influencia de los factores clásicos del cambio que considera Reventós enumerativamente desde el déficit presupuestario hasta las alteraciones producidas en la balanza de pagos como punto de la actividad importadora y exportadora, pasando por la inflación que es uno de los elementos determinativos más esenciales; en segundo lugar llegó a la conclusión de que la influencia del cambio sobre los precios, era menor que la de los precios sobre el cambio y, por último, explicaba que la fijación de los cambios sólo podía realizarse por revalorización o por estabilización .
Las líneas esenciales de economía española desde el punto de vista histórico es otra de las temáticas tratadas por nuestro autor a través de un trabajo monográfico intitulado “Notes sobre el diner espanyol en el segle XIX”, y constituido por un conjunto de ensayos sobre la materia que en su totalidad serían publicados por la Revista de Catalunya durante los meses de Abril a Julio de 1938. En ellos, Reventós procedió a un análisis minucioso y concienzudo del tema monetario, señalando la existencia de una doble y recíproca acción de influjo entre los propios acontecimientos de carácter económico y la evolución de las doctrinas atinentes a los mismos. El catalán se muestra conocedor de la historia y de la legislación del dinero en España, que hubo de dar lugar al establecimiento del llamado patrón oro, el cual, en su opinión, ofrecía seguridad y comodidad a las transacciones. Reventós consideraba que, aún a sabiendas del elevado coste de la implantación de este sistema, «el patrón oro tenía grandes ventajas, no sólo para el Tesoro y la fiscalidad pública sino también como medio de pago pues se había mostrado como el modelo ideal, incluso para aquellos que como Knapp (fundador de la Escuela -se entiende de Economía Política- de Estrasburgo) habían intentado demostrar la posibilidad de un sistema monetario sin base metálica para concluir posteriormente proponiendo la fidelidad al citado patrón» .
Sobre el análisis de la problemática y las funciones del patrón oro, ya se había ocupado Reventós en una colaboración que había realizado para el Instituto Gallach en la cual se fijaba en los restantes países europeos sin mencionar a España, llegando a la conclusión de que los intentos de global implantación del citado patrón -después de la primera conflagración mundial- había proporcionado en los ambientes económicos, fundamentalmente industriales, un inmenso desencanto al no lograrse los resultados esperados .
En su análisis de historiografía jurídico económica, parte Manuel Reventós i Bordoy de la constatación de la confusión monetaria que existía en los primeros momentos del siglo XVIII, acudiendo a diferentes normas, con las que el gobierno español pretendió fijar un nuevo valor a una de las monedas circulantes, la onza, procediéndose a una devaluación de la misma, lo que originó como consecuencia un incremento de la inflación, y dio origen a una balanza de pagos estancada. Estas circunstancias, unidas a la multiplicidad de monedas unas de carácter provincial y otras nacionales generadas por las diferentes casas de monedas emisoras, ocasionaron problemas no pequeños tanto para el comercio de importación como para las exportaciones que se hacían desde España y desde nuestro Imperio colonial. Para Reventós, el Estado se mostraba incapaz, por la escasez de recursos, para realizar las operaciones necesarias tendentes a retirar de la circulación las monedas inservibles por el uso, y aunque estimaba que, interiormente, los problemas derivados de estas medidas no eran importantes, en el contexto europeo de la época, perdíamos la confianza de los países más próximos y vinculados de una u otra forma a España. Por otro lado, no está claro que Reventós alcanzara a comprender el significado de la ley monetaria de 1786 que devaluó el oro haciendo que aumentara la circulación de éste, dando a entender que, en su opinión, «debido al déficit producido por esta medida» se comenzaría a hablar de la existencia de vales reales , ocupándose también del estudio de otras leyes monetarias, como la promulgada en el año 1848, que tuvo como propósito primordial detener la ingente introducción de numerario de procedencia gala en nuestro país .
Reventós centró igualmente su atención en la realización de un análisis minucioso de la evolución española de los diferentes bancos de emisión , comenzando por el Banco de San Carlos, luego Banco Nacional de San Fernando, Banco de Isabel II y Banco Español de San Fernando hasta desembocar en el Banco de España, dando cuenta de que para hacer aún más difícil la situación, desde 1844 existía el Banco de Barcelona, y desde 1847 el Banco de Cádiz, autorizado por privilegio real para emitir billetes en la cifra máxima de 40 millones de reales el de Barcelona, y 100 millones el de Cádiz, pero siempre con la limitación de centrarse en cuanto a la circulación a la plaza de su establecimiento, en las cuales estos billetes eran aceptados por las cajas públicas, no acordando los citados tres bancos de emisión la recíproca aceptación de sus respectivos billetes. Constata Reventós que en 1848 todas las disponibilidades en metálico habían sido gastadas o empleadas en las reiteradas exigencias debido a las múltiples necesidades del Estado, de tal forma que el Banco de San Fernando llegó a encontrarse imposibilitado para cambiar sus billetes . En otro orden de cosas y ante esta absoluta falta de confianza en el billete, el Gobierno adoptó ciertas medidas tendentes a facilitar el uso y la transformación del papel moneda que no dieron el resultado esperado .
M. Reventós da cuenta de la muy interesante disposición de fecha 8 de Septiembre de 1848, en virtud de la cual el Banco de emisión aparecería dividido en dos secciones o departamentos separados, el de Banca y el de circulación , siguiendo una estructura análoga a la que regulaba la vida del Banco de Inglaterra , al tiempo que constata que, a mediados del siglo XIX, en concreto, el 28 de Enero de 1856 se promulga una ley innovadora, ya que permitía la pluralidad de bancos de emisión, en contraste con las anteriores disposiciones legales bancarias . Conforme a la misma se establecía un tope al volumen de billetes emitidos, no pudiendo ser superior al triple del capital efectivo. Dada la gran amplitud de la concesión fue necesaria la imposición de límites a las operaciones bancarias; de esta forma, no se podían hacer préstamos sin importantes avales que garantizaran su recuperación y los bancos adquirían la obligación de hacer público semanalmente un extracto del pasivo y del activo disponible. Todo ello permitió la fundación de más de veinte de bancos de emisión. Reventós se muestra también conocedor de la situación de los bancos de ciertas localidades que «sufrieron importantes depreciaciones en el valor de sus billetes, no sólo por lo reducido de su área de actuación, espacio geográfico donde los mismos tenían plena validez, sino también por las inconveniencias derivadas de su compleja cambiabilidad» . La actuación de determinados bancos locales (en concreto, dos andaluces, Sevilla y Cádiz y uno castellano, Valladolid) como la prestación de títulos sin las garantías oportunas «obligó -según Reventós- a la Inspección del Estado a liquidar de oficio» los Bancos de Sevilla, Valladolid , y Cádiz .
Para Reventós i Bordoy la nueva Ley del Banco de España de 14 de Julio de 1891, no solamente aumentó el privilegio de emisión, sino que además «compensaba la prórroga del privilegio, mutuando el Banco al Estado su capital sin intereses hasta 1921, es decir, treinta años más sobre el límite establecido» . La consecuencia primordial que la aplicación de esta Ley provocó fue que las relaciones comerciales con Francia que hasta ese momento habían sido inmejorables, fueran disminuyendo (pues los integrantes del mundo de los negocios galo la veían como un instrumento de inflación) hasta tal punto que ocho años antes del término del siglo XIX, se produjo la ruptura del intercambio mercantil con ese país. Por otro lado, la orientación proteccionista que en la última década del siglo XIX adoptó el gobierno español, constituyó para Reventós, una buena medida para la industria, cuyas consecuencias durarían poco, pues por Marzo de 1895 se desencadenó la guerra colonial en Cuba a la que seguiría en el año siguiente la de Filipinas, al tiempo que en el interior del país, revueltas y tensiones de orden social se multiplicaban. En esta tesitura, los empréstitos solicitados al exterior eran denegados o cuando se daba la extraña circunstancia de que eran aprobados, la concesión se llevaba a cabo a tan elevado interés que resultaban inasumibles, siendo prohibida por Decreto de 1 de Junio de 1898 la exportación de plata, que fue posteriormente autorizada mediante una nueva disposición de 29 de Noviembre de 1898 que explicaba las razones de este cambio de actitud .
Alude también Reventós a que llegó un momento en que no se pudo hacer frente al pago de nuestras obligaciones exteriores y además los empresarios tenían grandes dificultades para adquirir maquinaria, instrumental técnico y materias primas procedentes de países extranjeros -Manuel Reventós trató de paliar esta situación años más tarde, en concreto durante la Segunda República Española con la adopción de medidas favorecedoras de la industria, a las que dio su aprobación siendo Director General de Comercio y Política Arancelaria-, mientras que las sociedades industriales españolas con capital extranjero tampoco podían pagar sus deudas. En este estado de cosas no cabía más que emprender una reforma fiscal, siendo especialmente digna de mención la actuación del Ministro de Hacienda Raimundo Fernández Villaverde (Madrid, 1848-1905) que no sólo hizo desaparecer el déficit crónico sino que lo convirtió en superávit y logró mantenerlo hasta que acontecieron los sucesos de Marruecos en la primera década del siglo XX, ocasionando una nueva inflexión en el mundo político y financiero español incrementado por la retirada de capitales de las colonias.
Se centra posteriormente Manuel Reventós en el análisis de otra medida para regular el cambio como fueron las disposiciones insertas en la Ley de 22 de Febrero de 1902 por la que se ordenaba el pago en oro de los derechos de aduanas . Reventós, en relación a esta materia tuvo en cuenta el Real Decreto de 31 de Mayo de 1902, por el cual «fueron admitidos bonos o vales de oro de banqueros que hubiesen depositado en garantía oro, plata española al cambio de Paris, valores en la caja de Depósitos y facturas y cupones de Exterior pagaderos en oro» . Observando la realidad y las consecuencias de este cambio financiero, Reventós, tras comparar nuestro sistema monetario con otros, especialmente con el francés, concluye que con todo ello no se produjo la mejora que se estimaba evidente, aunque sí se evitaron «las poderosas variaciones que se producían al presentarse un comprador tan poderoso como el Estado quedando la demanda de divisas distribuida a lo largo del mes» .
En el verano de 1903, el Ministro Fernández Villaverde presentó en la Cámara de los Diputados un proyecto para la implantación del patrón oro . No fue ajeno a este proyecto Reventós, para quien «era la primera ocasión en la que, a pesar de los defectos, se daban unas directrices claras sobre el cambio y no se dejaba el mismo abandonado al libre juego de las diferentes fuerzas económicas» . En la etapa de gobierno siguiente, el equipo gubernamental capitaneado Antonio Maura, tuvo al frente de la cartera de Hacienda a Guillermo Joaquín de Osma y Scull (Madrid, 1853-Biarritz, 1922) durante un año, que adoptó mecanismos liberalizadores, bien contrarios de la política seguida por Augusto González Besada (Tuy, 1865-Madrid, 1919) en el Gobierno presidido por Fernández Villaverde, al que acabo de hacer referencia. Para Reventós, en el caso de la política monetaria, «el gobierno Maura tenía como imposible llegar a la paridad de la peseta con el franco y ante esta situación, siguió la táctica de dejar la peseta abandonada al azar» . Ya a comienzos de 1905, aparecieron diferentes variables que influyeron en el mercado económico nacional. Al perderse las colonias de Cuba y Filipinas hubo un regreso del capital invertido en estos territorios a nuestro país, que unido a otras circunstancias supuso el aumento de numerario y la atracción de capital extranjero facilitándose el intercambio comercial y, por consiguiente, la amortización de los créditos pendientes. «Con este orden de cosas, el Ministerio de Hacienda español estimó que sería necesario cooperar a la consolidación de la tendencia natural del mercado de divisas y empleo» .
Tras diversos proyectos de consolidación de la estabilidad monetaria, había llegado el momento de la renovación del privilegio de emisión de billetes al portador del Banco de España, cuya concesión se había prorrogado por ley de 14 de Julio de 1891, hasta el 31 de Diciembre de 1921. Alcanzada esta fecha, mediante la llamada «Ley Cambó» de 29 de Diciembre de 1921, se prorrogó el citado privilegio por otros veinticinco años más, es decir, hasta el 31 de Diciembre de 1946. De la Ley de 29 de Diciembre de 1921 destaca Manuel Reventós la base séptima del artículo primero en la cual «se ordenaba por primera vez la posibilidad de una intervención oficial y pública en los cambios, disponiendo que se habría de realizar por medio del Banco y creando una reserva especial a este fin, la operación habría de hacerse por cuenta y a medias entre el Banco y el Estado» . Otro de los aspectos en los que se detiene Manuel Reventós es en el análisis de algunos de los contenidos más significativos de la política monetaria desarrollada por la Dictadura de Primo de Rivera, centrándose especialmente en el comentario del Informe emitido por la Comisión para la implantación del patrón oro , en la que tuvo una muy destacada intervención Antonio Flores de Lemus, convirtiéndose en portavoz único de la misma por Real Orden de 9 de Enero de 1929 .
Como ha quedado expuesto, Reventós en su artículo “Notes sobre el diner espanyol en el segle XIX”, realizó un detallado estudio sobre las diferentes normas legislativas, proyectos y leyes de bases atinentes al dinero en España, sin olvidar los principales hitos a nivel internacional para lograr la estabilización de las diferentes monedas y la adopción de un patrón monometalista que giraba en torno al oro, si bien no detalla los perfiles del problema desde el punto de vista de sus interrelaciones con las cuestiones sociales, dejando también a un lado las repercusiones que en él ejercen factores de orden moral, cuestión esta última que sí tuvo en cuenta Manuel Reventós i Bordoy al estudiar las transformaciones de la Banca habidas con anterioridad al siglo XVII . A juicio de la A., Manuel Reventós i Bordoy intentó demostrar en estas colaboraciones para la Revista de Catalunya, que la depreciación de nuestra moneda no tenía su origen en desequilibrios de la balanza económica, sino que era resultado de la alteración de nuestra circulación monetaria, debida a su vez a la desvalorización de la plata y aunque pudiera creerse que lo procedente en tal caso consistía sencillamente en adquirir, mediante empréstito, grandes cantidades de oro y lanzarlas a la circulación, Reventós demuestra que esta solución fue errónea y empobreció considerablemente las arcas del erario público, que no estaban preparadas para hacer frente a la las consecuencias de la adopción de esta medida. No obstante y en contra de lo que pudiera parecer, Manuel Reventós, fue firme partidario del establecimiento del patrón oro, al que, en cualquier caso adjudicaba más ventajas que inconvenientes, y al hilo de esta temática central, giró también su investigación en torno al bimetalismo, la cooperación monetaria internacional y la estabilización y el control monetario, tal y como he desglosado en las líneas que anteceden.

 


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