Memoriales y Discursos

Francisco Martínez de Mata

Nota: Tomado de Martínez de Mata Memoriales y Discursos
Edición y Nota Preliminar de González Anes, pp. 18 1 - 184, 351-353. 
Texto seleccionado y publicado por
M. Grice-Hutchison en
Revista de Estudios Regionales 11, 1983
Alojado en "100 textos de Economía"
http://www.eumed.net/cursecon/textos/

La vida de la República consiste en que cada uno gaste lo que en ella ha
adquirido, y su muerte es lo contrario.

La oculta providencia de la primera causa, forma y conserva las Repúblicas bien concertadas con dos ministerios. El primero es codicia de adquirir. El segundo es necesidad de gastar lo adquirido.

Estos dos ministerios son necesarios y precisos a su conservación, porque son las potencias del alma, que vivifican el cuerpo místico de la República; pues por sólo ellas participa cada no destos miembros de la virtud de todos los demás; porque gastando los unos para que tomen los otros lo que han menester, y volviéndolo a gastar no es otra cosa que disponer el medio de volverlo a adquirir sin perder lo gastado, de tal modo, que si en los unos falta la necesidad de gastar, no hallarán los otros medios de adquirir para volver a gastar.

Si en la República de España se han dejado introducir tan grande suma de Franceses, y todos con codicia e inteligencias tan perniciosas de adquirir, y en ellos no se halla la necesidad de gastar lo mismo que adquieren; no se puede negar que semejantes extranjeros son ladrones, y homicidas de la República que los consiente, y que cada uno es un aleve, y que le da una herida de muerte, y tan seguros como entre ciegos, pues andan como duendes en casa lóbrega por estos Reinos, libres de que no les han de conocer el juego, o fullería con que lo abrasan.

Explícase el beneficio y virtud del dinero

El dinero es el alma que ocupa y vivifica todos los miembros de¡ cuerpo de la República, y tan fácil y suavemente aprovecha a un tiempo a los que lo desechan, como a los que lo reciben, como es espíritu de dicho cuerpo, no es capaz de dar de sí, ni recibir en sí, alguna parte de sustancia, aunque más tiempo ejercite su virtud, porque sólo pende de la que el Príncipe le comunica con su voluntad en su Estado. Gastando una familia un ducado, es cierto que se queda con él, porque le dan por ello lo que vale un ducado; si este ducado pasa por cien familias en una semana, en un mes, o en un año, que es posible el que pase por ellas en un día, las mercaderías o frutos que hicieron que mudase poseedor este ducado, valen cien ducados, dejando beneficio general en todos y no se puede negar que de sólo el alcabala y dos por ciento, y los demás derechos, hizo este ducado que le tocasen a la Real Hacienda diez ducados de provecho, ni se puede dudar que si este ducado se dejase de gastar se hablan de poder causar.

Si destos diez ducados que un ducado causó pasando por cien familias, perciben los Ministros los 8, y los 2 se quedan en poder de los que los causaron, y los Ministros con los 5, le quedan que percibir a la Real Hacienda de los 10 los 3; si los Ministros vuelven a gastar en la República los cinco ducados que han tenido de provecho, para que la Real Hacienda tenga que percibir los 3, corriendo aquel dinero por sólo las cien familias, como queda referido, han de causar 50 ducados de provecho a la Real Hacienda, porque si un ducado causó 10, 5 han de causar 50, pues hágase reparo si dieran vuelta por todos los vasallos.

Destos 50 ducados se quedan los que los causan con los 10, porque pocas veces se cobra por entero y percibirán los Ministros los 40 y se quedarán por las costas con los 25 y percibirá la Real Hacienda los 15 y los 3 que causaron los 10 son 18.

Si estos 18 ducados que percibe la Real Hacienda de 60 causados por uno que corrió, los vuelve a gastar Vuestra Majestad entre sus vasallos, aunque los arroje para que los tomen, corriendo este dinero por ellos, consídérese y hágase reparo en el beneficio que causará en toda la República y de los aumentos con que volverán a la Real Hacienda.

EPITOME DE LOS DISCURSOS QUE HA DADO, SU MAJESTAD FRANCISCO MARTÍNEZ DE MATA, SIERVO DE LOS POBRES AFLIGIDOS, EN QUE PRUEBA COMO LA CAUSA DE LA POBREZA Y DESPOBLACIÓN DE ESPAÑA, Y LOS DAÑOS GENERALES Y PARTICULARES QUE PADECE, Y DESTRUCCIÓN Y EMPEÑOS DE LA REAL HACIENDA, HA PROCEDIDO DE LA OMISIÓN COMÚN DE LOS VASALLOS EN NO PEDIR EL CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES ORDENADAS A LA CONSERVACIÓN DE LAS ARTES, TRATOS Y MODOS DE VIVIR, Y QUE  EL REMEDIO UNIVERSAL CONSISTE EN QUE LOS INTERESADOS PIDAN SU OBSERVANCIA Y CORRA POR SU CUENTA Y COSTA SEGUIR LOS PLEITOS, PARA QUE SE EJECUTEN Y GUARDEN DICHAS LEYES.

Todos los Reinos y Familias necesitan de que les consuman las obras que proceden de su industria, y el mayor cuidado de los Reinos y Naciones consiste en buscar los medios para que fuera de si les consuman sus obras industriales, porque no le tienen dentro en sí.

El mayor barbarismo que se ha podido notar por todas las Naciones contra la nuestra es la facilidad con que los Españoles se han destituido del consumo de sus obras industriales en las Indias, que es como dentro en sí, y mayor barbarismo ha sido consumir las ajenas, que el perder el consumo de las propias.

Como en la plata se hallan todas las cosas, el que no la estima, todas las arroja de sí, y las obras industriales se encaminan a conseguir la plata, y por eso se halla la de España en las partes que hay industria, sin necesidad de minas, como son Holanda, Francia, Inglaterra, Génova, Florencia, Venecia y otras partes, que por la brutal golosina de los Españoles de comprar más barato las mercaderías ajenas, desestimaron las propias; como a niños con cerezas, les han quitado la plata que poseyeron, sin estimación, de que se ha seguido la grande miseria en que hoy se halla, y la riqueza de las Naciones, por no creer a los Sabios, que dijeron que lo barato es caro.

Ninguna Monarquía ha sido dueño de tantas riquezas como España ha tenido, y por fiarse dellas más que de las Artes con que las pudiera haber conservado, ha perdido sus fuerzas porque son más poderosas las Artes para conservar potencia que las grandes riquezas y minas, porque todo tiene fin sin ellas, y la virtud de las Artes no; demás de que son las Artes para con las riquezas, lo que la piedra imán para el hierro; porque las tira para sí de las partes más remotas.

Todas las Artes son hijas de la industria y para que los Reyes se aficionasen a ellas, hablaron de la industria los Filósofos en metáfora de la piedra Filosofal, a la cual fingieron tal virtud, que aplicándola a los metales los transustanciaba en oro.

Los Reyes que tienen vasallos industriosos, a las simples materias que crían sus Estados, las convierten en oro, aplicándoles la industria, con lo cual se hacen señores poderosos sin necesidad de minas.

El lino vale en poder del labrador 30 reales el arroba, y aplicándole la industria y el arte, sube su estimación a quinientos reales, haciéndola hilo ordinario desto que traen de Córdoba, vendiéndose a real y cuartillo la onza.

Aplicando la industria con mayor perfección a una arroba de lino, la hace subir de precio hasta tres mil setecientos y cincuenta reales; porque vale el hilo delgado de Portugal a ciento y cincuenta reales la libra.

Una arroba de puntas fabricadas deste hilo delgadas y preciosas viene la industria a darle a una arroba de lino casi el valor y precio de una arroba de oro.

Del Arte de la Pintura y Escultura, bien conocida está su virtud, pues a diez reales de ingredientes suele darle de valor diez mil ducados.

Los relojes que llaman de Porcelana, que vienen de Francia y otras partes, no vale el metal de que están formados cuatro reales, y se venden en España por cien ducados; y pesando cuatro onzas de metal, vale más de ochenta onzas de plata; a este respecto la industria convierte en plata y oro todas las simples materias; de que se infiere las muchas riquezas que juntaría el Príncipe que teniendo minas procura el aumento de las Artes en sus Estados. La lana que sacan destos Reinos vale cuarenta reales el arroba, y metiéndola en rasillas y otras telas, le hacen valer más de novecientos reales, porque pesa una vara tres onzas y se vende por siete reales.

Los Españoles, por su omisión, han perdido la industria o piedra Filosofal con que transustanciaban en plata y oro los ingredientes y simples materias que Dios les ha dado para sustentarse, introduciéndose en ociosidad. Por lo cual se hallan sin fuerzas para poder ayudar a la Hacienda Real, con riesgos de tumultos; con esto se han hecho más poderosa guerra que con ejércitos, pues se han destruido los mejores vasallos y las riquezas, y hecho poderosos a todas las Naciones, y quedando como peces en poca agua, tentando paredes, ciegos en el conocimiento de la causa de su daño.

El comercio que asentó España con las Indias, fue el más felicísimo que jamás se ha visto; porque venía la plata y demás cosas preciosas de las Indias en trueco y permuta de los frutos y mercaderías que procedían de la industria de los Españoles, con que toda la plata se quedaba en España. Deste modo se hallaba España llena de las riquezas que tenía en las Indias y demás naciones, pobladísima, llena de las fábricas de todos los géneros necesarios al buen comercio, con toda abundancia de frutos, y la Real Hacienda riquísima y sin necesidad.

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