La tendencia histórica de la tasa de beneficio

El empresario busca abaratar constantemente el costo de producción como forma de aumentar sus beneficios. Con este objetivo y en primer lugar, trata de disminuir el salario de sus trabajadores a través de los más diversos medios: en el ámbito de la empresa en unos casos no compensando en los salarios la inflación del período, en otros contratando trabajadores a menores salarios (utilizando para esto las llamadas tercerización y subcontratación) y en otros reduciendo lisa y llanamente el salario nominal apelando a su mayor poder frente al trabajador, poder que le otorga su posesión de los medios de producción y la existencia de una masa de trabajadores desempleados que en el sistema es permanente. Fuera de la empresa presionará por leyes que reduzcan la protección del trabajador frente a abusos patronales y por políticas económicas del Estado que reduzcan los salarios de sus trabajadores o las cargas patronales asociadas.

En un momento dado, y en particular agudizado en época de crisis, es entonces la reducción de los salarios una forma importante de aumentar las ganancias y por tanto la tasa de beneficio para el empresario.

La otra manera que tiene el empresario de disminuir sus costos de producción es aumentar la productividad de los trabajadores por lo cual obtiene más productos por un salario dado y por tanto, en cuanto el precio de los productos se mantenga, podrá obtener mayor excedente económico o, lo que es lo mismo, aumentar sus ganancias. Tratará de aumentar la productividad de sus trabajadores presionando por un mayor ritmo de trabajo, mejorando el flujo de su producción y eliminando tareas improductivas[i], reduciendo los desperdicios, alargando la jornada de trabajo hasta donde las condiciones legales o el costo adicional a incurrir se lo permitan. También aumentará la productividad si logra una mayor escala de producción, lo que permite que sus trabajadores adquieran mayor experiencia y se especialicen al aumentar la división de trabajo entre ellos[ii].

Una vez agotadas estas posibilidades de aumento de la productividad, el empresario  recurrirá a mejorar la técnica de producción a través de la inversión en maquinarias que ahorren mano de obra. Esta disminución del trabajo incorporado al producto el empresario lo logra a través de aumentar la cantidad de medios de producción con que produce: un menor coste de mano de obra se logra a través de un mayor coste de maquinarias, coste que prorrateará entre la vida útil de la misma. El empresario individual adoptará la nueva técnica de producción en la medida de que el ahorro sea mayor al gasto prorrateado de la maquinaria, por lo que de mantener los precios de venta del producto final constantes logrará un beneficio superior a través de un mayor margen[iii]. O alternativamente podrá disminuir sus precios de venta (aunque menos que sus costos) y así aumentar sus ventas con lo que también logra mayores ganancias. Pero en la medida que la técnica de producción más productiva sea incorporada por otras empresas competidoras, la tendencia a disminuir los precios hasta donde los nuevos costos lo permitan se generalizará debido a la necesidad de mantener sus volúmenes de ventas.

Al final de este proceso de duración variable según la industria de que se trate, todos los empresarios habrán aumentado la productividad de sus trabajadores con lo cual disminuirán el costo de mano de obra, pero a la vez habrán obtenido un precio menor y su proceso tendrá una mayor inversión de capital fijo.

En otras palabras, el progreso técnico incorporado redunda en:

a)      la reducción del trabajo incorporado en el producto, el trabajo vivo (capital variable) que se deja de hacer es mayor que la alícuota en el período del trabajo muerto (trabajo predatado, capital constante) que se agrega, ya que en esto se basa la viabilidad del cambio de técnica de producción.

b)      lo anterior implica, en la medida que se va generalizando la incorporación de la nueva técnica, un menor valor y precio del producto.

c)      aumenta el excedente relativo para el empresario, ya que la parte del día laboral con que el trabajador compensa el pago de su  salario es menor[iv].

d)      el empresario tiene ahora mayor capital invertido[v].

Tenemos entonces efectos contrapuestos: hay mayor excedente que genera mayor ganancia pero a la vez aumenta el capital necesario para producir. Pero la tasa de crecimiento del excedente se reduce en la medida que crece la productividad mientras que la tasa de crecimiento del capital invertido crece a medida que crece la productividad. A la vez se reducen los precios de venta.

La consecuencia del punto anterior es la reducción de la tasa de beneficio: como verremos a continuación, no necesariamente de la ganancia en valor absoluto del empresario pero sí del beneficio en relación con este capital invertido.

El empresario reinvierte constantemente el dinero obtenido al vender los productos y genera así un nuevo circuito de compra, producción y venta a la vez que incrementa el capital invertido. En ese proceso invierte en nuevas maquinarias que a la vez que incrementan la productividad del trabajador, la relación ente capital constante y capital variable (composición orgánica del capital), disminuyen en el largo plazo la rentabilidad del capital: la tendencia a la caída de la tasa de ganancia está unida a un mayor excedente relativo para el empresario.

La descripción anterior es pasible de un análisis de mayor detalle, como se encuentra en Kurz y Salvadori (1995) siguiendo a Sraffa, en lo referente a la distinción entre bienes de uso y bienes de consumo para la subsistencia del trabajador, análisis que confirma las conclusiones aquí expuestas.

Shaikh y Tonak (1994) han contrastado en la economía actual las predicciones teóricas que esta descripción del progreso técnico implica, predicciones que fueron formuladas en los comienzos del sistema capitalista por los economistas clásicos:

a)            El de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia

b)            El aumento de la cantidad de capital invertido en maquinarias por unidad de mano de obra utilizada.

c)            El aumento de la tasa de obtención de excedentes, relación entre el excedente generado por el trabajador y el salario pagado, derivado de la mayor productividad del trabajador.

Shaikh y Tonak han encontrado que para empresas de Estados Unidos, dentro del período relevado por la disponibilidad de datos, la tasa de beneficio cayó un 33% entre 1948 y 1980. En los mismos años la composición orgánica del capital, expresada en su composición de valor, aumentó un 90% mientras que la tasa de obtención de excedentes subió un 50%, consecuencia de una tasa de aumento de la productividad laboral menor que la caída de la tasa de productividad del capital, como la teoría clásica predice.

Cabe hacer notar que en este período se produjo también un aumento de las actividades no productivas, que consumen parte del excedente generado por las actividades productivas, y cuyo análisis se realiza en el siguiente apartado.

Dumenil y Levy,  citados en Foley y Marquetti (1999), también trabajaron sobre datos de USA para un período más largo, aunque no con la precisión que desarrollaron Shaikh y Tonak, y constataron el aumento de la composición orgánica del capital entre 1869 y 1919 y entre 1949 y 1989 con un período donde la relación se mantuvo constante entre 1920 y 1948.  Foley y Marquetti (1999) presentan evidencias para muchos otros países sobre el proceso que los empresarios siguen al adoptar nuevas técnicas que aumentan la productividad de los trabajadores, en su búsqueda constante de beneficios, constatando igualmente la tendencia al uso de mayor capital constante con respecto al capital variable,

Grompone (1973) realiza una investigación histórica de datos concretos en distintas ramas de producción para concluir el constante aumento de la composición orgánica y de la tasa de obtención de excedentes desde las etapas iniciales de la producción capitalista (industria textil de hilandería manual, agricultura primitiva) pasando por la producción realizada con máquinas herramientas (navegación oceánica, industria textil manufacturera) hasta llegar a la época actual de la gran industria.

La caída de la tasa de ganancia es entonces una ley comprobada teórica y empíricamente, pero debe comprenderse que expresa una tendencia de largo plazo del sistema económico caracterizado por el aumento de la composición orgánica del capital.

Existen fuerzas que contrarrestan, sólo parcial y temporalmente, la tendencia decreciente de la tasa de beneficio.

Una primera fuerza es la obsolescencia continua del capital constante (en particular maquinarias) debido al cambio tecnológico. Complementariamente y como estudiaremos en el capítulo correspondiente, los períodos de crisis inherentes al sistema económico actual implican destrucción de capital constante y aumento de la obtención de excedentes de los trabajadores, por lo cual se impulsa un crecimiento de la tasa de beneficio.

Otra fuerza compensatoria importante es el desarrollo desigual de los distintos sectores de la economía estudiada por Wolff (1999) con profundidad: los diferentes sectores crecen a tasas diferentes y cuando un sector de baja composición orgánica crece a mayor velocidad, disminuye la composición orgánica del conjunto de la economía. Asociado al crecimiento económico se promueve el desarrollo y consumo de nuevos productos, industrias que en su fase inicial utilizan poco capital constante, actuando en el mismo sentido que el caso anterior.

La “exportación”  de capital constante y la importación materias primas baratas y de medios de consumos que abaraten el capital variable, ambos relacionados en el pasado con el colonialismo e imperialismo y en la actualidad con la nueva división internacional del trabajo (cuando no con el empleo directo de la fuerza como en el caso del petróleo), son fenómenos permanentes en el sistema económico mundial que disminuyen la composición orgánica del capital en los países desarrollados.

El desarrollo del sector sevicios, en especial el comercio y el credito, permiten rotar más rápidamente al capital aumentando la masa de excedente y la tasa de ganancia. Además el mecanismo de las corporaciones crea una situación en que gran parte del capital, propiedad de los accionistas, recibe o espera recibir la tasa media interés perimitiendo aumentar la tasa media de ganancia empresarial.

Ultimo pero no menor, las mejoras de las técnicas de administración que aumentan la productividad del trabajador para una técnica dada (como en la implementación del taylorismo y la “dirección científica”)  o que reducen el capital circulante (inventarios de productos en proceso y terminados) reduciendo el capital constante (como con la implementación de los sistemas de gestión de la industria automovilistica, por algunos denominado “toyotismo”) también son compensaciones transitorias a la tendencia decreciente de la rentabilidad del sistema económico.

En síntesis, en el sistema capitalista la rentabilidad tiende a caer en el largo plazo, pero su caída no es lineal ni constante. La evolución de la rentabilidad será el hilo conductor de los argumentos sobre el crecimiento y sus crisis en los próximos capítulos.


 

[i] La mejora del flujo de producción, sea por aplicación de técnicas de programación, teoría de las restricciones, diseño celylar, coordinación de la cadena de abastaecimientos, etc,  tiene la ventaja adicional y clave en el cálculo de disminuir los inventarios y por tanto el capiatl invertido. Por lo que si se mantiene la utilidad, se eleva la tasa de beneficio en forma proporcional. Más adelante en el texto se insiste en este punto relacionado con la composición orgánica del capital.

 

[ii] La importancia de la división de trabajo ya fue destacada por Smith y otros pensadores clásicos (Kitbritcioglu 2002, Foley 1999.) La división de trabajo tiene lugar al nivel de una empresa, como aquí se describe, así como en el ámbito de toda la economía. La división de labor detallada es el proceso por el cual la producción en cierto lugar es dividida en tareas especializadas. La división social del trabajo es el proceso por el cual diferentes aspectos de una producción compleja pueden ser separados en diferentes puntos de producción, que pueden estar localizados en diferentes empresas o, aún, en diferentes regiones geográficas. En ambos sentidos la economía capitalista es un sistema de cooperación y no sólo de competencia, cooperación entre trabajadores en el ámbito fabril y cooperación entre empresas en una cadena de valor industrial. Por otra parte la división de trabajo hace que el resultado del esfuerzo de un trabajador específico no resulte en la elaboración de un producto completo, sino que es necesaria la coordinación de múltiples tareas,  lo que refuerza el poder del empresario (Grompone, 1973; Lazonick 1991.)

 

[iii] La elección del empresario de la técnica más rentable es un poderoso motor de cambio técnico pero no debe ser confundido con una teoría acerca de que produce las innovaciones. Pero igualmente deja en claro que el cambio técnico es endógeno al sistema. Un modelo que da cuenta del proceso de cambio técnico sobre la base de este principio de búsqueda de la técnica más rentable se encuentra en Dumenil y Levy (1999.) Basu y Weil (1996) tratan el tema de la difusión de tecnología entre países y su relación con el crecimiento, si bien con un modelo que no es coincidente con el enfoque aquí presentado pero que trae interesantes observaciones.

 

[iv] Como este proceso de reducción de precios se da en todas las ramas de la producción, incluidas aquellas que producen bienes que forman parte de la canasta de subsistencia del trabajador, este fenómeno tiende a reducir al paso del tiempo el salario del trabajador. Esta tendencia es contrarrestada por el aumento del salario debido a los usos y costumbres sociales y principalmente a la necesidad de mayor educación que imponen las nuevas técnicas de trabajo. Galor y Moav (2001) demuestran como a finales del siglo XIX los empresarios capitalistas tenían especial interés en mejorar la calidad de la mano de obra (“el capital humano”, como titulan los autores) para poder aplicar las nuevas técnicas de producción y contribuyeron económicamente a los enormes cambios educativos que el evolucionismo sustentó filosóficamente, en especial la educación universal. El progreso técnico al reducir la mano de obra incorporada al producto, reduce también la cantidad de trabajadores necesarios para la producción aumentando el desempleo. Y el aumento del desempleo es utilizado para reducir el salario del trabajador mediante las muchas formas ya indicadas.

 

[v] Con el crecimiento de la economía capitalista los empresarios deben disponer de una cantidad de medios de producción cada vez mayor, lo que hace crecer el tamaño de las empresas exitosas a la vez que desaparecen las pequeñas. El aumento del tamaño de las empresas es una tendencia que se ha observado en la historia de la economía capitalista, por lo cuál la producción queda en manos de gigantescas empresas que pueden adelantar las sumas de dinero necesarias., financiadas por los grandes bancos concentradores de ahorros que llevan su parte creciente de los excedentes totales (Grompone, 1973; Lazonick, 1991.)