Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352  

Economía de México

Reestructuración productiva del empleo en las ciudades de la frontera norte

 

Rosa María García Almada (CV)
El Colegio de la Frontera Norte, México.
rosaga@dns.colef.mx

 

Resumen: En este artículo se hace una serie de reflexiones en torno al impacto que la globalización económica ha tenido en las ciudades de la frontera norte de México. El interés es generar una serie de inquietudes que puedan ser cubiertas plenamente por una investigación de gran envergadura. Se pone especial atención en el papel que juega la globalización sobre los procesos de reestructuración productiva y sus modificaciones en la dinámica del empleo industrial.

Introducción

El presente ensayo discute la influencia de la globalización en las ciudades de la frontera norte de México, poniendo énfasis en demostrar que tales territorios observan un cambio en el patrón estructural de distribución de sus actividades económicas a partir de la liberalización comercial; entendida ésta última como, la entrada en vigor del tratado de libre comercio con América del Norte. En resumen este estudio analiza sí la apertura hacia la globalización ha influenciando la reestructuración productiva de los territorios en la frontera norte del país.

El trabajo se estructura en tres apartados: el primero trata de conceptualizar a la globalización bajo la interpretación de diferentes disciplinas de estudio, en el entendido de que en lo cultural la noción global tiene un sentido diferente a la perspectiva social del fenómeno y por supuesto al objetivo económico que la internacionalización de las mercancías lleva implícito; además, en este apartado se distingue qué se entiende por globalización en México y a partir de cuándo es que este fenómeno inicia, dado que los periodos de tránsito de la mundialización en el desarrollo económico son distintos para diferentes países.

El segundo apartado profundiza sobre la influencia de la globalización en el desarrollo económico de los territorios, haciendo referencia a la recomendación que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) llama actuar desde lo local pensando en lo global, aterrizando específicamente en la implicación de esta encomienda en los territorios urbanos y sobretodo en las urbes de la frontera norte del país a partir de la teoría de comercio. Por último, el tercer apartado lo he dedicado a demostrar que bajo las distintas recomendaciones de política pública, en los distintos periodos de: ante, pre y pos apertura; dichos territorios nacionales han reestructurado su actividad económica acorde con las diversas políticas industriales adoptadas en cada una de las etapas anteriores.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

García Almada, R.M.: “Reestructuración productiva del empleo en las ciudades de la frontera norte" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 89, 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/index.htm


Para concluir, se retoman algunos aspectos relevantes del trabajo a fin de establecer algunas propuestas para futuras investigaciones que den solución a ciertas interrogantes que surgen al revelar la influencia de la globalización en las ciudades de la frontera norte en México.

Globalización ¿Qué es?

Aún no queda completamente resuelto el por qué a la globalización no se le sigue llamando internacionalización de las mercancías, o simplemente intercambio mundial de mercancías, o mundialización. La diferencias entre cada una de ellas es más una cuestión de ideología que de metodología, pues el resultado de la contextualización en cada una es casi siempre el mismo, sólo depende del enfoque, todas hacen referencia a un proceso cuya organización se establece en términos espaciales, acotada geográficamente al globo, al mundo o a las regiones de él.

Octavio Ianni (1996) explica que el globo se ha mundializado de tal manera que ahora es más una significación histórica de acontecimientos políticos, sociales y económicos que una delimitación de

geografía política en los territorios por ello, éste autor prefiere llamar al mundo una aldea global, para referirse al hecho de que todos los habitantes del mundo están distribuidos en alguna parte del territorio en donde así como la socialización es una expresión de cultura, el capitalismo es el resultado de la interacción económica entre los individuos. En el estudio de los sistemas mundo Wallerstein cuestiona el por qué debe entenderse a la globalización desde diferentes disciplinas, afirmando que: “las áreas de acción humana quedaron definidas en los límites absurdos de lo económico, los político y lo sociocultural (Wallerstein, 1991:7)” Usando la interpretación de los autores, esto da pie a concluir que: en lo referente a los límites entre el interés económico de la globalización y la interpretación cultural del fenómeno quedan en una frontera ilegible bajo las acciones sociales de los individuos en el mundo. En este sentido queda claro que las áreas divisorias entre la conceptualización cultural, económica o social de la globalización es más bien un objeto de la interpretación disciplinaria del acontecimiento que un hecho en sí. Por lo tanto, entender a la globalización de forma fragmentada en las disciplinas que involucra es suponer que el fenómeno no permea de la misma forma en cada una de ellas; no obstante en este trabajo se analiza la influencia de la globalización desde la perspectiva económica, es importante resaltar qué la interpretación del acontecimiento destaca en las disciplinas de manera diferenciada.

¿Es la globalización un pensamiento único? No, si no se cuenta con una teoría unitaria para explicar la globalización es porque el proceso es de carácter fragmentario; se entiende que la globalización es un fenómeno que hace evidente la heterogeneidad en el mundo (García, 1999). El Canclini explica que: situar a la globalización en el contexto del siglo XX significa marcar una diferencia entre la pauta de internacionalización de las mercancías y la transnacionalización de la economía y la cultura; distingue la primera de la última en que ésta inicia con la comercialización internacional de mercancías y la otra es más bien el proceso de intercambio y la organización en la cual éste se lleva a cabo; además la forma de organizar el intercambio de mercancías incluye a todos los organismos, empresas o movimientos que como característica principal tienen la ausencia de una sede nacional unitaria.

Para no saltar desde las expediciones transoceánicas en el siglo XIII o XIV (dónde los acuerdos sobre pagos y precios de las mercancías eran en especie o en oro), hasta el boom de la economía de postguerra; en lo económico se entiende que la globalización inicia a partir del orden comercial de postguerra, con los acuerdos llevados en Bretton Woods hacia 1944 dónde se establecieron las bases para la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) culminado en 1946 con el organismo internacional gestor y procurador de la convertibilidad y estabilidad de las monedas entre los países miembros.

El resultado de la creación de los artículos establecidos por el FMI fue estandarizar las transacciones comerciales en un solo tipo de moneda, siendo ésta el dólar estadounidense.

Posteriormente firmado en Ginebra hacia 1947, el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) fue en opinión de los autores, lo que “contribuyó probablemente a la expansión general del comercio” (Piore y Sabel, 1984:160). En definitiva éstos acontecimientos marcaron la pauta de

la apertura al comercio en el globo; rescatando algunas ideas en la línea de los autores, mencionan a lo largo del apartado la mano «visible o invisible» pero definitivamente pública e intervencionista de los Estados Unidos. Bueno o malo, positivo o negativo, la limitación de estas palabras nos permite responder la siguiente cuestión: ¿Qué ha representado para la estructura del desarrollo económico en México, la adyacencia geográfica con el país políticamente más poderoso e influyente del mundo, sobretodo a partir de la liberalización comercial? En los siguientes apartados se intentará dar respuesta a la pregunta anterior.

Globalización y ciudad: El caso de vecindad geográfica entre Tijuana y San Diego

Siguiendo los postulados sobre los mercados de comercio global de Harris Nigel (1997:1693), la globalización ha tomado lugar en términos de los procesos de intercambio comercial, de bienes de capital y trabajo o mano de obra. Notablemente dichos procesos no podrían estar desligados del espacio geográfico, en tanto el elemento relevante en la globalización es el territorio (Hualde, 2006:132), pero ¿En cuáles territorios podrían estos procesos estar presentes? El primer territorio en mente con el poder capaz de hacer presenciales dichos procesos, son los espacios urbanos.

A grandes rasgos, según los urbanistas, para poder distinguir la denominación entre las áreas geográficas urbanas y rurales, una ciudad debe cumplir la función de concentrar un basto número de personas dentro de sus delimitaciones físicas. Sin embargo, dicha definición no contempla el papel o la función de la ciudad en el desenvolvimiento de su territorio; ni la influencia que ésta ejerce sobre la interacción de flujos y relaciones que se generan al exterior (Bellet y LLop, 2000).

Con lo anterior podemos deducir que el dinamismo económico y demográfico propio de las ciudades, desarrolla la capacidad de una urbe para comprender los procesos de intercambio de factores de producción; la extendida área de influencia de mercado urbano creado a través de la jerarquía económica espacial, es la causante de que dos o más ciudades circunvecinas funcionen como un sistema propio caracterizado por el intercambio económico y social. Tal es el caso de la vecindad geográfica entre Tijuana y San Diego (Alegría, 2007) aunque en este artículo se demuestra que en la adyacencia geográfica bajo condiciones de disparidad socioeconómica la función sistémica de dos ciudades vecinas no se desempeña en la misma proporción para ambas economías, al contrario se profundiza la desigualdad en el desarrollo económico de cada una, haciéndolas económicamente más dependientes. No obstante, es preciso hacer mención que la divergencia estructural de las metrópolis transfronterizas es la que da permisibilidad a la diversidad de especializaciones en el empleo urbano.

La especialización del empleo depende no de las habilidades propias del trabajador, sino de la caracterización estructural del giro económico en la ciudad, lo cuál induce a la capitalización personal del empleado determinando sus habilidades técnicas sostenidas por el tipo de empleo que realiza. Ya que la atmósfera industrial representa un bien colectivo e intangible, difundido que convierte la acción y las intervenciones del individuo en bienestar colectivo circunscrito geográficamente (Boscherini y Poma, 2000). En este sentido, se puede afirmar que en el caso de Tijuana la especialización urbana es mayoritariamente maquiladora, premiada por la extensa oferta de mano de obra con poca cualificación o capitalización social. Dicho sea de paso, esta ciudad fronteriza se benefició del Programa de Industrialización Fronteriza atrayendo Industria Maquiladora de Exportación a la gala de su localización espacial y su bono demográfico; muestra de ello es que para 1980 el personal ocupado en los tres principales sectores de actividad económica fue 19,660 ascendiendo a 154,674 en 1998 (Sobrino, 2003:544) Lo anterior demuestra la velocidad del dinamismo económico en la ciudad; pero no resuelve la interrogante de ¿cómo compiten los territorios en el desarrollo económico del país? Sólo obtenemos una respuesta parcial a la benevolencia de los tratados de liberalización comercial y, la premiada vecindad espacial con el más grande comprador e incluso inversionista. En lo siguiente se abundará sobre la temática de competencia territorial.

Lo global desde lo local: En el contexto de la teoría de comercio

Según García (1999:48) “pensar sobre lo global exige trascender dos posturas: la que hace de la globalización un paradigma único e irreversible, y la que dice que no importa que no sea coherente ni integre a todos” no obstante las ideas del autor, contrastan con la batería de organizaciones promovidas desde la Organización para las Naciones Unidas (ONU); que, en el caso de América Latina los organismos están representados por: la CEPAL y el Instituto Latinoamericano para la Planificación Económica y Social (ILPES), ambos con cede en Santiago de Chile.

La CEPAL es un organismo cuyo mandato promueve el desarrollo económico y social mediante la cooperación y la integración a nivel regional y subregional, organizando y difundiendo información a los gobiernos locales sobre cómo planificar, organizar y ejecutar programas que exigen la cooperación técnica según las necesidades, el alcance y las prioridades de la región (CEPAL, 2000).

Las proposiciones de la CEPAL a partir del TLCAN en México, se dirigieron a incentivar el acceso estable al mercado estadounidense y a reforzar la credibilidad de un país financieramente viable a la atracción de inversión extranjera directa a fin de garantizar la incorporación del país a la globalización (CEPAL, 1998:909 citado en Coubès, 2003:36) Durante las negociaciones del TLCAN y conociendo los supuesto de la teoría de comercio, era relativamente fácil entrever que un tratado que incrementara el afluente de comercio entre México y Estados Unidos ultimara en la atracción de inversiones redundando en rendimientos crecientes para aumentar la bolsa de utilidades entre los bordes de las naciones, ganancias en términos de empleo, inversión, infraestructura, etc. a pesar de que la repartición de dichas utilidades sea inequitativa entre ambas naciones, dado las diferencias estructurales de la economía nacional versus la extranjera.

Las diferencias estructurales se pueden resumir en la diferente capacidad de acumulación de capital entre ambos países, y se expresan en los diferenciales de productos bruto per cápita, productividad del trabajo, diferencial tanto en el salario real como en los precios de bienes y servicios y la nominalidad de éstos (Alegría, 2007).

Lo anterior contrasta con la teoría de comercio que según Krugman (1992:81) dicta lo siguiente: si el comercio fuera completamente libre (como se ha propuesto por el TLCAN), la inmovilidad del trabajo y del capital entre las naciones no necesariamente supondrían una barrera a la concentración industrial en localizaciones específicas. Sino por el contrario, cada país se especializaría en aquel producto de exportación cuyas ventajas comparativas fueran mayores, importando aquellos en los que obtiene menor ventaja.

Entonces, por qué las localidades de la frontera son tan atractivas para la localización de capitales extranjeros; una explicación aproximada se encuentra en el alcance de la teoría de comercio, bajo el argumento de que la jerarquía económica de un lugar está determinada por el tamaño de su economía (Krugman, 1992); así teniendo a Estados Unidos como un país estructuralmente diferente a México, la interacción de los rendimientos crecientes a escala explicados por el tamaño de la ciudad y las economías de aglomeración, además de los relativamente nulos costos de transporte en las ciudades del borde forman una parte de la explicación al por qué las ciudades fronterizas son más atractivas a la industrialización maquiladora de exportación.

Reestructuración productiva de los territorios fronterizos en México

Es evidente que el desarrollo de la industria o la manufactura en el país está estrechamente relacionada o sujeta al objeto de la política económica; las crisis recurrentes de 1982 y 1994 pueden dar una buena explicación al cómo esta relación se hace evidente en la dirección del desarrollo productivo nacional. Sin embargo, aunque no deja de ser interesante lo anterior, el objetivo del presente trabajo enfatiza la responsabilidad de los territorios desde el terreno microeconómico para dar sustento a lo que ha pasado en las últimas dos décadas de industrialización en México, en los territorios de la frontera norte.

En definitiva, las ciudades de la frontera norte ofrecen una variedad de matices que bien resumen el proceso de desarrollo económico en el norte del país. Iniciando por el año de 1965, cuando el gobierno nacional implementa una política para atraer inversión extranjera bajo el Programa de Industrialización Fronteriza (PIF), en cual se contemplaba la importación de insumos extranjeros libres de aranceles para la manufacturación de productos destinados a la exportación; con esta táctica, prácticamente, se dio pie al inicio de la industria maquiladora (IME) en la frontera de México, convirtiéndose a la posteridad, en el principal antecedente de la transición de la política de liberalización comercial mexicana.

Adicionalmente, a mediados de la década de 1980 se comienza a esclarecer el futuro de la política comercial en México con la firma del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), antecesor de la Organización Mundial de Comercio (OMC); posteriormente las políticas para dar apertura a la economía nacional, culminan con la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) el 7 de octubre de 1992, entrando en vigor a partir del 1 de enero de 1994. Aún cuando la apertura al comercio en cada artículo enlistado en el tratado, para cada una de las ramas y clases de actividad o productos, hoy en día no da fin.

La lógica inicial del PIF fue una política dirigida hacia ciertas ciudades cuya localización geográfica adyacente a los Estados Unidos, sirviera como ventaja a la atracción de capitales externos con el objetivo de incentivar la industria de exportación, bajo la custodia de libertad arancelaria en los insumos de producción. Fue así como las ciudades norteño-fronterizas funcionaron como excelentes emplazamientos atractivos a la permanencia industrial con capitalización extranjera, sobretodo a partir de 1964 cuando el gobierno americano decide poner fin al programa “braceros”, lo cuál resulto en un repoblamiento de las ciudades fronterizas que sirvieron de refugio a los mexicanos deportados al término del programa de empleo en Estados Unidos.

Consecutivamente, la crisis financiera nacional sufrida en 1982, trajo consigo una devaluación de la moneda nacional con respecto al dólar americano; la significativa disparidad del tipo de cambio conlleva a un atractivo más a la localización de firmas, dado el diferencial salarial de la industria en México, comparativamente a aquellas industrias localizadas en Estados Unidos (Alegría, 1992).

Aunque Coubès (2003) apoya la idea de diferenciar entre los efectos del TLCAN sobre la inversión extranjera directa en las ciudades fronterizas y la devaluación de la moneda como factor detonante de la inversión a consecuencia del incremento en la producción de exportación. Es importante resaltar que poco después de la crisis de 1982, la industrialización del país reestructura su forma de producción y, de manera conjunta, la organización del trabajo, con lo cual se transforman las formas de producción desde un sistema fordista a un etapa de Taylorismo y posteriormente a otra forma moderna dónde la caracterización principal es la especialización flexible; de este modo, se recupera la calificación de la fuerza de trabajo como un elemento clave para la impulsar la dinámica del desarrollo regional, además la organización del trabajo se preocupa por lograr una mejor calidad en los productos iniciando una nueva cultura industrial.

Conclusiones e interrogantes

La globalización en México se puede entender que culmina con el tratado de libre comercio con América del Norte, a partir de la entrada en vigor del TLCAN en México, se observan transformaciones importantes en la estructura del empleo del sector de exportación, que acentúan el dinamismo económico de ciertas regiones del país, sobretodo en la industria maquiladora localizada en las ciudades de la frontera norte.

Entre los fenómenos industriales más sorprendentes iniciados por el Tratado de Libre Comercio de Norte América (TLCAN) es el rápido crecimiento de la plantas que operan bajo el programa maquilador en México. A pesar de que las maquiladoras operan en México desde 1960, los productos y el crecimiento en el empleo se han acelerado con la entrada del TLCAN en 1994.

Según Gruben (2001), en los seis años posteriores al TLCAN el empleo maquilador creció 110% comparado con el 70% en los seis años anteriores al tratado.

Las maquiladoras de México son el reflejo de un fenómeno fronterizo, la globalización de la manufactura. A través de las maquiladoras fueron creadas leyes mexicanas, similares a las que operan en el mundo, gracias a la caída de los costos de producción, sobretodo los de transporte y comunicación, lo que repercute en una menor concentración del empleo manufacturero en los centros industriales preexistentes a la apertura comercial e incrementa la participación en el empleo manufacturero de los estados en la frontera norte de México.

La concentración del empleo manufacturero en las entidades beneficiadas, se dará en aquellos sectores o ramas intensivas en el uso de factores de producción con alta movilidad, como en el caso de las maquiladoras, aprovechando la ventaja de los salarios relativos con respecto a Estados Unidos.

No obstante, Cobès (2003:42-47) reconoce la necesidad de distinguir que el empleo en la frontera norte de México no ha sido equitativo en términos de género, ya que el empleo femenino ha aumentado más que el masculino, incluso éste último ha disminuido considerablemente la autora argumenta que esta baja se debe al TLCAN y a que la devaluación de la moneda nacional no repercute en las ciudades más integradas a Estados Unidos. Según la autora, las categorías claves y los indicadores del empleo en la frontera se pueden resumir de la siguiente manera: empleo maquilador, empleo transfronterizo; e indicadores como: empleo informal, empleo en micronegocios y, empleo asalariado con seguridad social. Donde cada categoría no es exclusiva de la industria maquiladora.

Los resultados mostrados aquí sugieren que para la economía de una ciudad es más sano tener una diversificación estructural de sus actividades económicas que la dependencia de un sólo sector, como en el caso de la maquila en las ciudades fronterizas (aunque no en todas, e. g. no en Tijuana); sin embargo, con base en lo anterior es imposible distinguir entre los beneficios o perjuicios de la industria maquiladora de exportación enclavada en las ciudades fronterizas de México desde 1960 a la fecha, así como las repercusiones de la precarización del empleo en el bienestar de las familias, lo cuál queda pendiente al menester de futuras investigaciones empíricas.

Referencias

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Bellet, María Carmen y LLop, José María (2000) “Las líneas de trabajo del programa UIA-CIMES: Ciudades intermedias y urbanización mundial” en Las nuevas funciones urbanas: Gestión para la ciudad sostenible. CEPAL-SERIE Medio Ambiente y Desarrollo. Núm. 48. Pp.33-47

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El Colegio de la Frontera Norte, pp.33-65 García Canclini, Néstor (1999) “La globalización: objeto cultural no identificado” en La globalización imaginada. Editorial Paidós. México. Capítulo 2 Pp.47-65

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Ianni, Octavio (1996) Teorías de la globalización. Siglo XXI editores en coedición con el centro de investigaciones interdisciplinarias en ciencias y humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México. Pp.3-12 Krugman, Paul (1992) Geografía y comercio. Antoni Bosch, editor. Traducción de Alfons Méndez. Barcelona.

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Sobre la autora:

Licenciada en Economía por la Universidad Autónoma de Sinaloa . Maestra en Economía Regional por el Centro de Investigaciones Socioeconómicas de la Universidad Autónoma de Coahuila.

Estudiante del tercer semestre del Doctorado en Ciencias Sociales con Especialidad en Estudios Regionales de El Colegio de la Frontera Norte . Fue profesora de la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma de Oaxaca . Fue profesora de la Universidad José Vasconcelos de Oaxaca . Diplomado en Gestión Estratégica para el Desarrollo Local impartido por la CEPAL.


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