
			Revista académica de economía  
con 
el Número Internacional Normalizado de 
Publicaciones Seriadas  ISSN 
1696-8352
Metodológica a partir del enfoque de competitividad sistémica desde una perspectiva regional para el estudio de los agrupamientos industriales transnacionalizados en México: un caso muestra sobre la dinámica productiva de la industria electrónica en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).
Marco Antonio Merchand Rojas
Universidad de Colima, México 
merchandrojas@yahoo.com.mx
 
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Introducción.
Desde de la perspectiva del desarrollo regional y del enfoque de “competitividad 
sistémica”, el presente trabajo analiza la importancia que tiene la empresa 
transnacional en la conformación de los agrupamientos industriales en el espacio 
económico nacional. 
Sin olvidar la influencia que ejercen los gobiernos federales y estatales a 
través de la definición de un estilo o patrón de desarrollo y del tipo de 
instrumento de política de promoción industrial utilizado para que los capitales 
extranjeros decidan instalarse en la región.
Para consolidarse estos agrupamientos industriales han necesitado la 
concurrencia del gobierno federal y local en coordinación con los propios 
intereses de las empresas transnacionales para que las masas críticas o 
“cluster” que hace mención Porter se aglomeren territorialmente y de origen a lo 
que en el análisis espacial se conoce como lo “local globalizado”.
La demostración sobre uno de los asentamiento que caracterizan un tipo de 
agrupamiento industrial, se muestra en el caso del desarrollo que ha tenido la 
industria electrónica en la ZMG. 
Este trabajo se divide en cuatro apartados
1.- Planteamiento del problema (escenario hipotético).
2.- Construcción del objeto de estudio, y el aporte desde una perspectiva 
regional.
3.- Tipo de agrupamiento industrial transnacionalizado.
4.- Subcontratación y redes de las empresas transnacionales en la formación de 
nichos de mercado en la ZMG.
1.- Planteamiento del problema (escenario hipotético).
El capital transnacional requiere territorios que sean funcionales y rentables a 
la acumulación capitalista a escala mundial, tal es el caso de algunas entidades 
que ofrecen ventajas comparativas y competitivas, concentran externalidades y 
reúnen economías de aglomeración, nuestro interés se centrará en estudiar las 
transnacionales desde esta perspectiva regional. 
En el caso del modelo de geografía económica que se ha practicado en México, 
éste se ha caracterizado por empujar la actividad económica hacía la integración 
en aglomeraciones, surgidas de la interacción entre los rendimientos crecientes 
en el ámbito de las plantas de producción individuales, los costes de transporte 
y la movilidad de los factores. 
Este tipo de aglomeraciones se ejemplifica para el caso de la dinámica 
industrial que se han desarrollado en el espacio nacional y que reúnen, como 
bien lo señala (Krugman, 1997), las fuerzas “centrípetas” que tiende a empujar 
la actividad económica a integrarse en aglomeraciones. 
El planteamiento general que da guía este trabajo es que: “Algunos subespacios 
nacionales albergan un conglomerado industrial que tiene ver más con relaciones 
intraempresariales lideradas por transnacionales que con el desenvolvimiento 
interno de la dicha región" (Merchand, 2002).
En el caso específico de nuestro estudio, aplicamos el concepto de valor 
heurístico, a la búsqueda de respuestas, desde la perspectiva regional y el 
enfoque de competitividad sistémica, que nos permita encontrar una explicación 
sobre el papel que desempeñan las instancias (Estado-Nación, Estado-local, 
Transnacionales y Economía Mundial), y las estrategias empleadas de estas 
instancias, en su cuatro niveles (Micro, Macro, Mesa y Meta).
Lo de hibridación teórica viene de la combinación planteada en estudios 
anteriores, acerca de la controvertible perspectiva regional y el enfoque de 
competitividad sistémica, y que nos ha permitido encontrar los parámetros que 
definen los rasgos que modelan la configuración de la industria trasnacional en 
México. 
En lo que sigue abordaremos, en primer término, nuestro objeto de estudio, a 
partir de la configuración regional en sus tres niveles: local, nacional e 
internacional; y en segunda instancia se explicará el enfoque de competitividad 
sistémica que guardan las estrategias y acciones de las cuatro instancias que 
configuran una región. 
2.- Construcción del objeto de estudio, y el aporte desde una perspectiva 
regional.
Para “anclar” el concepto de región se tiene que desglosar las dimensiones 
(internacional, nacional y local) en indicadores observables.
Para alcanzar a este objetivo, partimos del significado sobre el concepto de 
región. Tarea no sencilla, puesto que dicho concepto es utilizado por diversas 
disciplinas de las ciencias sociales, y aplicado desde teorías y metodologías 
propias. Por lo que su manejo varía de acuerdo al campo del conocimiento de que 
se trate (Merchand, 2002). 
Las posiciones teóricas inscritas en la perspectiva regional, plantean que 
conceptualmente la noción de región continúa siendo politética, pues parten de 
los intereses del sujeto cognoscente. Es decir, epistemológicamente se sostiene 
que el objeto de región debe surgir del sujeto mismo, cuando en el curso de la 
experiencia, el interés del sujeto se enfoca hacia aspectos particulares del 
mundo (Manheim, 1987). 
En este punto destacan (Byran, 1980 y Rofman, s/f). El primero señala que el 
concepto de región no puede utilizarse estáticamente, caracterizándolo como un 
concepto heurístico. En tanto que Rofman lo aborda como forma específica de 
configuración impresa por el carácter de la formación económica y social 
vigente, en el momento histórico que se escoge.
Por otra parte, se reconoce que no existe una concepción unívoca de región, sino 
que está sujeta al planteamiento teórico general del investigador, al problema 
específico que trata de resolver y, por consiguiente a la actitud metodológica 
adoptada (Fábregas, 1992). 
Por lo tanto, no se puede entender el concepto de región, sin sus dimensiones 
temporal y espacial, y que nos conduce necesariamente a la relación entre región 
e historia (Palacios, 1993).
La tarea consistirá entonces, en definir la región de acuerdo a su objeto de 
estudio: cultural, educativo, poder, asistencia social y hospitalaria, 
transnacionalización, etc (Oliver, 1998).
“En cada investigación o análisis de lo regional y de lo local, está implícita 
la necesidad de crear, de construir y de mostrar –con un acervo empírico 
suficiente- la existencia de una región. Por eso es que las regiones son 
hipotéticas por comprobar” (Oliver, 1998: 189).
En términos generales, la construcción de región que se propone, consiste en que 
cada sociedad organiza su espacio, y le imprime una forma específica de 
configuración. Sin embargo, aunque los diferentes subsistemas o regiones se 
diferencian por el tipo de variante que acusen de la formación social en 
cuestión, estas formaciones sociales propias, dependerán de las características 
y condicionantes económicas que desarrolle tanto el modelo nacional como 
internacional. 
En otras palabras, y retomando a (Boiser 1993a), el funcionamiento de cualquier 
sistema económico, tiene que ver con el “estilo” de desarrollo (patrón de 
acumulación) que el sistema adopta en un determinado lugar y momento. 
Precisamente, un determinado "estilo" o una sucesión de ellos, se manifiesta 
territorialmente en dos procesos que se retroalimentan:
Primero, se produce un proceso y diferenciación espacial mediante el cual, los 
diferentes espacios (regiones) que comienzan a delimitarse y a consolidarse en 
el territorio nacional, asumen funciones específicas, diferentes entre sí, que 
conducen a una especialización regional al modo y reproducción, incorporando el 
"estilo". 
Segundo, esta misma diferenciación espacial permite la aparición de una 
determinada articulación entre tales espacios que usualmente, pero no de modo 
inexorable, estará asignada por las características de una relación 
jerárquicamente ordenada de dominación y dependencia.
Estos dos procesos dibujan una organización del espacio, una división 
territorial del trabajo y una forma de crecimiento regional, en gran medida más 
funcional a los intereses agregados de todo el sistema, que a los intereses 
específicos de cada región. En términos de la operación y "estilo" 
correspondiente, éste se despliega en tres características:
“Primero, la concentración geográfica en reducidos segmentos del territorio, 
tanto de la población como del aparato productivo; segundo, la centralización de 
los sistemas públicos y privados, en instituciones y organizaciones localizadas 
mayoritariamente en los mismos puntos anteriores; y tercero, la amplia 
disparidad entre los niveles de ingreso y de vida de la población ubicada 
precisamente en los lugares anteriores y el resto de la población asentada en 
diferentes áreas del territorio” (Boisier, 1993a: 311). 
De estas tres características, resalta el fenómeno de la concentración y el de 
centralización; el primero se da por las condiciones que ofrece la aglomeración 
geográfica en que la industria encuentra el fundamento para su crecimiento y 
expansión, por lo que dicho fenómeno aparece como un factor de estímulo para el 
crecimiento y el desarrollo de las economías industriales. 
Respecto a la centralización política territorial, parece haber sido parte y 
requisito del proceso de conformación del Estado-Nación, que requería de un 
Estado relativamente fuerte y centralizado. 
En cuanto al tercero, concentración geográfica (expresión de la 
industrialización y urbanización), alimenta la centralización territorial en sus 
inicios; y el fenómeno de la centralización como proceso fortalecido, 
retroalimenta a la propia concentración (Boisier, 1993a).
En este sentido, es necesario considerar a la región como sujeto de activación 
social endógeno, que recrea su propia imagen de sentido y pertenencia común.
Si consideramos que la región es un concepto heurístico, y su conceptualización 
debe partir del sujeto cognoscente, la definición práctica que se propone, 
consistirá en interrelacionar cuatro instancias (empresas transnacionales, 
estado nacional, estado local o estatal y la dinámica de la economía mundial).
Estas cuatros instancias aplicadas para el caso de un determinado espacio 
económico (nacional o local), vendrían a ser ilustrativo, pues definirían y 
configurarían espacialmente a una determinada región, en función de las 
interrelaciones entre estas instancias. 
Al considerar que el manejo sobre región se hace plástico o elástico , se 
propone también, que para abarcar integralmente este concepto, se le integren 
tres dimensiones que interactuan: local, nacional e internacional, que a final 
de cuentas, es donde se concretizan las estrategias de las cuatros instancias 
aludidas. 
Ahora bien, y siendo más puntual para explicar nuestro objeto de estudio en 
torno al concepto de región, cabría preguntarse, ¿cómo analizar una situación 
local, en un contexto global (economía mundial)?. 
Por lo que para abordar esta problemática, deberemos ser lo suficientemente 
cautos para no explicar la realidad económica de la región, sólo a partir del 
desempeño de la economía nacional en la cual está inmersa, sino tomando en 
cuenta también, que su dinámica económica interna es arrastrada por los cambios 
que se registran en el entorno internacional. 
Ahora bien, para comprender la interacción entre el nivel regional, nacional e 
internacional, se partirá de cuatro instancias que interactúan conjuntamente: 
empresas transnacionales (empresas líderes que se agrupan en redes); Estado 
nacional, que se encarga de extender a todo el ámbito territorial, el "estilo de 
desarrollo"; Estado local o estatal, quien se adapta a las exigencias 
nacionales, adecuándolas a las propias particularidades regionales; y Economía 
Mundial , la que exige a los Estados-nación, favorecer el despliegue de la 
acumulación del capital (Merchand, 2002). 
¿De qué depende y cuáles son los factores que hacen que una región adopte un 
“estilo o patrón de acumulación", para que responda a patrones ligados de una 
industria mundial?
Cuando hablamos de estilo o nuevo patrón de acumulación”, nos referimos al 
cambio que se da entre un patrón de industrialización que tenía como eje la 
política de sustitución de importaciones, en que la intervención del Estado 
estaba en todos los órdenes económicos y definía pautas de desarrollo 
industrial, a uno nuevo estilo de desarrollo que inicia en los años ochenta, y 
que se caracteriza por una política neoliberal en que el Estado ha dejado de 
desempeñar muchas funciones económicas, pasando a ser una instancia de promoción 
de las iniciativas empresariales, sobre todo la de capitales extranjeros. 
Este estilo de desarrollo incide en una especialización regional en algunos 
estados de la República Mexicana que reproducen las condiciones excepcionales de 
maniobra para el capital transnacional, al instrumentar una política de fomento 
y desregulación; aunado con un régimen maquilador que propicia un espacio 
económico idóneo para implementar actividades de subcontratación internacional.
Condiciones de maniobra que potencializan los acervos del capital extranjero en 
los sectores de vanguardia tecnológica (por ejemplo: industria electrónica), y 
hacen surgir patrones de especialización regional cada vez más complejos. La 
característica, es que estas empresas ensambladoras se desarrollan por medio de 
complejos industriales de tipo piramidal, agrupando a las líderes, en torno al 
interés por subcontratar y desarrollar sus proveedores, para sus propias cadenas 
productivas.
Por lo que respecta a los gobiernos Federal y estatal influyen en forma 
determinante sobre las ventajas competitivas, de ahí que exista una 
interinfluencia entre el desempeño de las empresas, y la selección y aplicación 
de las políticas del Estado para hacer funcional el capital transnacional al 
espacio industrial que se desea configurar; pues no hay que olvidar que en la 
economía de una sociedad informacional, existe una interacción compleja entre 
instituciones políticas y agentes económicos (empresas) cada vez más 
globalizados.
De ahí que se presente plena sincronía entre el interés de las empresas 
transnacionales para fortalecer sus propios agrupamientos industriales, y la de 
los Estados-nación, que propician condiciones favorables para el desarrollo de 
agrupamientos industriales de creciente competitividad internacional; en última 
instancia, la misión o compromiso del Estado nacional o estatal, es la de 
promover un espacio fértil para segmentos industriales competitivos, 
internacionalmente.
Ahora bien ¿qué relación podemos encontrar entre la economía mundial 
constituida, y la naturaleza de clase de los Estados periféricos (Estados 
latinoamericanos)?. Al respecto, (P. Salama y de Mathias, 1983) señalan lo 
siguiente: 
“Los Estados periféricos no pueden escapar a la determinación fundamental que 
les es dada por la economía mundial: ser el lugar en el cual se cristaliza la 
necesidad de reproducir el capital a la escala internacional. El lugar de 
difusión de las relaciones mercantiles y capitalistas, necesaria a la 
realización de división internacional del trabajo (y del Sistema monetario 
Internacional, esto es la economía mundial por definición)” (Salama y Mathias, 
1983: 36).
En otras palabras, las políticas de los gobiernos están cada vez más 
interconectadas, y sometidas, por un lado, a las decisiones del Fondo Monetario 
Internacional o de la Organización Mundial de Comercio; por otro deben ajustarse 
a los acuerdos derivados de su integración en estructuras supranacionales, como 
el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Fenómeno que 
los analistas definen como un régimen de control internacional, poniendo en tela 
de juicio, la "autonomía efectiva del Estado nacional" (Merchand, 2005). 
Sobre este punto, (Castells, 2000), señala que se ha pasado de un Estado-nación, 
a un “Estado-red”, constituido por una serie de relaciones, red de relaciones 
entre Estados naciones, instituciones supranacionales, incluyendo a los entes 
locales y regionales, que también poseen capacidad creciente de gestión. Es 
decir, el ejercicio de la política pasa cada vez más por una continua 
interacción, en ocasiones negociada y en otras conflictiva entre esos distintos 
niveles de instituciones estatales que forman el Estado-red.
En cierta medida, el Estado-red se inspira en el liderazgo ejercido por las 
empresas transnacionales, cuyo accionar en una economía informacional, como lo 
menciona Castells, está cada vez más determinado por la interacción compleja 
entre instituciones políticas con bases históricas, y los agentes económicos 
(transnacionales) cada vez más globalizados.
De aquí se asume, por principio, que la globalización no es más que un 
eufemismo, en lugar de la transnacionalización de la economía; por lo que el 
concepto de globalización vendría a ser la expansión sin límites de las 
corporaciones de la economía mundial, hacia un espacio que le permita expander 
su proceso productivo, comercial o financiero (Merchand, 2004). 
La también llamada reestructuración industrial, consistente en cambiar los 
sistemas tradicionales de producción, por un sistema flexible, se debe gracias a 
las actividades que desarrollan las empresas transnacionales, las cuales 
incorporan cada vez, mayor conocimiento e información, así como integración 
horizontal y vertical, alianzas estratégicas, comercio intrafirma y 
multilocalización productiva, que se combina con una fragmentación y 
reintegración espacial por medio de la internacionalización de los procesos 
productivos. 
Esta estrategia de reestructuración industrial de las empresas, opera a través 
del esquema de subcontratación, trasladando parte del proceso productivo a otros 
países, en búsca de costos más bajos (cercanía geográfica, mano de obra barata, 
condiciones excepcionales para maniobrar en el país receptor, etc.). 
Bajo estas características, la industria maquiladora electrónica se acomoda 
perfectamente al modelo de producción flexible y de la manufactura de clase 
mundial; sobre todo si se toma en cuenta que el comercio intraindustrial (intrafirma), 
se desarrolla con diferentes líneas de productos en varios países, o cuando la 
empresa fragmenta su proceso productivo en diversas plantas, dentro y fuera del 
país (Merchand, 2004). 
Con este nuevo diseño de estrategias, es relativamente sencillo comprender las 
razones que llevan a separar no sólo los procesos productivos en tres o cuatro 
países; sino también la administración, el diseño, la tecnología y las ventas. 
Así, el propio concepto de oficinas matrices y filiales, se vuelve más funcional 
en esta fase de la globalización mundial. 
La producción en el extranjero (off-shore) de los países avanzados, y por 
supuesto de sus empresas, se ha vuelto más intensa. En especial existen algunos 
sectores, como el automotriz y la electrónica, que presentan los coeficientes 
más altos de globalización, y donde es prácticamente difícil encontrar el 
proceso completo de producción total, en un solo país. 
Si bien son las empresas transnacionales, las organizaciones más influyentes en 
los procesos actuales de globalización, la verdad es que no son los únicos 
promotores. Los gobiernos y los organismos mundiales también desempeñan un papel 
relevante en la toma de decisiones que afectan al entorno económico mundial. Por 
ejemplo, la decisión del Fondo Monetario Internacional de restringir la liquidez 
de los países endeudados, prácticamente se convierte en un promotor de la 
inversión extranjera, y por tanto, de una “mayor globalización” de los mercados 
de capital en el mundo.
Retomando lo hasta aquí señalado, vale la pena recordar que la variable 
heurística que sustenta este trabajo, parte de la derivación de estas 
caracterizaciones y que de alguna manera responden a algún tipo de “hibridación” 
de enfoque teórico, a partir de la perspectiva de los estudios regionales y del 
enfoque de competitividad sistémico.
2.2. El enfoque de competitividad sistémica
A fin de aclarar los niveles micro,macro, meta y meso, partes fundamentales de 
una región, abordaremos en este espacio el enfoque de la competitividad 
sistémica.
Cuadro 1
Matriz e imbricación de los niveles de competitividad sistémica para el análisis 
de región
Dimensiones
Niveles Economía mundial Nacional Regional Local
Meta Se exige al capital su despliegue internacional a través de la tríada (E.U., 
Japón y CEE).
Patrón o estilo de desarrollo que reproduzca las condiciones de la producción 
estadounidense global Identidad de acuerdos comerciales como el TLCAN Capacidad 
de cooperación de actores locales (Competitividad de la economía)
Macro Mercado internacional de capitales Condiciones macroeconómicas (sistema 
tributario, opciones de financiamiento Política fiscal sólida.
Capacidad de inversión pública Política industrial que no contravenga la 
política macro
Meso Política de libre comercio y desregulación arancelaria Política fomento y 
desregulación a la IED Coproducción entre países (Pitex, Altex) Políticas de 
promoción (programas de inversión, incentivos y otros)
Micro Reestructuración industrial (Flexible y Encadenamientos Mercantiles 
Globales).
Se instrumentan estrategias de TRNs en respuesta a la política industrial 
diseñada Redes empresariales lideriadas por OEMs Se crea un modelo híbrido que 
cumplan con las expectativas de crecimiento de las empresas TRNs (Clusters 
industriales).
El cuadro 1, ejemplifica los niveles y dimensiones referidas; y aún cuando 
poseen dinámicas propias, sus prácticas son secundadas por otras, es decir, se 
retroalimentan constatemente a través del tiempo. Como se muestra, las 
expresiones de cada nivel y las estrategias en cada ámbito de acción (economía 
mundial, nacional, regional y local), tienen resultados retroalimentadores que 
no se explican por sí solos en sus distintas esferas de acción. 
Ahora bien, debido a las dificultades que encontramos para explicar de manera 
integral el concepto de región, debido precisamente a la ausencia de 
conceptualización propia, trataremos de definirla a partir de los elementos que 
la componen, y que no son más que las estrategias empleadas por cada instancia, 
y que incluyen la libertad de acción entre los cuatro niveles analíticos (meta, 
macro, meso y micro) .
Para (Esser; Hillebrand; Messner y Meyer Stamer 1999a), el concepto de 
competitividad sistémica constituye un marco de referencia para los países 
industrializados y en desarrollo. Existen dos elementos que diferencian este 
concepto, de otros dirigidos a identificar los factores de la competitividad 
industrial. El primero consiste en distinguir los cuatro niveles analíticos 
(meta, macro, micro y meso); y el segundo, en vincular aquellos elementos 
pertenecientes a la economía industrial, a la teoría de la innovación y a la 
sociología industrial, con los argumentos esgrimidos en reciente debate sobre 
gestión económica, desarrollado en el plano de las ciencias políticas en torno a 
las redes de políticas.
Si bien el concepto de “competitividad “sistémica” tiene su origen en este 
debate de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) , su 
enfoque va más allá del formulado por este organismo. 
Como lo sostienen los autores del IAD, la OCDE y otras organizaciones similares, 
sólo cubren categorías económicas, soslayando casi por completo la dimensión 
política que interviene en la creación de competitividad. Para crear un entorno 
sustentador, señalan, es necesario el esfuerzo colectivo de las empresas, 
acompañado por la iniciativa conjunta de las asociaciones empresariales, el 
Estado y otros actores sociales, para conducir a un desarrollo relativamente 
acelerado de las ventajas competitivas. 
La perspectiva de la competitividad sistémica es relevante para dimensionar, en 
diferentes niveles, los retos que enfrentan las empresas, regiones y naciones 
ante los cambios generales de la industria internacional. Surgiendo así, una 
visión bastante más compleja de la competitividad de las unidades económicas, 
que la “política industrial tradicional” (sectoriales en su mayoría), basada 
predominantemente en el proceso de transformación. La propia CEPAL ha insistido 
en diferentes ocasiones, en esta nueva visión de políticas de competitividad 
para el sector productivo y los factores y políticas que la determinan (Kosacoff 
y Ramos, 1999). 
De esta manera, el concepto de “competitividad sistémica” viene a proporcionar 
un marco de referencia para el análisis y la configuración de los factores que 
determinan la competitividad de los países en desarrollo, incluyendo los menos 
desarrollados; y que más allá del carácter instrumental, habría que integrar su 
aspecto central, o sea, que lo “sistémico” radica en que sus factores 
determinantes no se comprenden sino a partir de la relación recíproca entre 
elementos y factores, localizados en cuatros niveles diferentes (Esser, 1999b):
“El desarrollo industrial exitoso no se logra por medio de factores en el nivel 
micro de las empresas y macro de condiciones económicas, sino también es 
necesario aplicar medidas específicas por parte del gobierno e instituciones no 
gubernamentales, encaminadas a fortalecer la competitividad de las empresas 
(nivel meso), en donde la capacidad para articular políticas de promoción en los 
niveles meso y macro, depende de estructuras políticas y económicas 
fundamentales de constelación de actores -nivel meta-” (Esser, 1999b: 18).
Estos elementos resultan importantes como estrategias de desarrollo, y son la 
expresión práctica de las instancias económicas (transnacionales, economía 
mundial, Estado nación y Estado local).
Insertar el enfoque de competitividad sistémica a los temas de desarrollo local 
y regional, tendrá su praxis en el carácter instrumental, siempre y cuando lo 
integremos en cada uno de los cuatro niveles referidos. 
Siendo así, la discusión deberá centrarse en la importancia que adquiere la 
acción estatal, como instancia para atraer parte del flujo de inversión 
extranjera a su localidad; pues a partir de que el proceso de globalización 
tiene como consecuencia una mayor presión hacia la competitividad, aumentarán 
las exigencias del capital transnacional sobre las localidades, es decir, en las 
ciudades y regiones en donde se instalan.
Por último, el enfoque conceptual (ver cuadro 2) ubica con claridad lo abordado 
al inicio de este apartado, ya que articula los niveles socio-espaciales: 
global, mesoglobal y local-periférico (García, 1999). 
A partir del vínculo entre las megatendencias productivas (nivel global), pueden 
explicarse las estrategias corporativas y la transferencia productiva hacia las 
empresas filiales (nivel mesoglobal), y el proceso de aprendizaje en la 
conformación de competencias productivas regionales (nivel local-periférico o 
modelo híbrido). 
El cuadro 2 ilustra la configuración productiva de cada nivel. Se explica cómo 
queda la articulación entre los diferentes niveles socioespaciales (global, 
mesoglobal y local-periférico), y cómo se operativiza el despliegue del capital 
transnacional en sus distintas lógicas espaciales. 
Cuadro 2
Niveles socio-espaciales
Nivel global Nivel mesoglobal Nivel local-periférico
Megatendencias de la reestructuración productiva mundial (corporativos 
transnacionales) Transferencia productiva y construcción de competencias 
productivas Proceso de aprendizaje en la conformación de competencias 
productivas regionales
- Nuevas tecnologías en comunicaciones y transportes basadas en la 
microelectrónica que reducen los tiempos y costos de transporte, comunicación y 
procesamiento de datos.
Los factores competitivos se construyen con menor intensidad sobre la dotación 
natural de los recursos naturales y con mayor vigor sobre la calidad.
Respuesta rápida a las necesidades del cliente y creación de nuevas redes de 
distribución.
Búsqueda de reducir costos de producción con niveles crecientes de calidad 
constante en la demanda de productos. - Las tendencias globales son transmitidas 
a las filiales o subsidiarias inmersas en economías de alcance y escala 
aprovechando los factores regionales para la ubicación de sus actividades 
productivas.
- La actividad productiva de las filiales transnacionales locales es producto de 
la imbricación entre los imperativos establecidos por las agencias globales (red 
corporativa) y la forma en que las agencias locales los asimilan.
- El papel de la empresa filial en su red corporativa condiciona y, al mismo 
tiempo, se ve condicionada, por la formación progresiva de competencias y la 
transferencia de funciones productivas de la corporación hacia la filial. - 
Modelo híbrido, en donde, se crea una simbiosis entre las estrategias de 
subcontratación empresarial adaptadas a las condiciones específicas de cada 
contexto.
- Las operaciones manufactureras de las filiales se producen a través de 
empresas lideres con vínculos intra-inter empresas conectadas por redes 
continentales que se consolidan también por los programas liberalizadores que 
aplican los países receptores.
-El proceso de reorganización industrial se desarrolla a partir de las 
estrategias corporativas diseñadas por las casas matrices de las empresas 
transnacionales. Estas mismas decisiones han dado lugar a la relocalización de 
procesos productivos específicos en países semi-industrializados.
La compleja interacción de los tres niveles (global, mesoglobal y local 
periférico) tienden a extenderse en el ámbito mundial, pero con rasgos muy 
específicos, que consolidan procesos de producción regionalizados, como en el 
caso de México, con operaciones de ensamble o de manufactura con creciente 
número de filiales o subsidiarias de las empresas más globalizadas, que edifican 
sus propias redes de acuerdo a los requerimientos y exigencias de los 
corporativos transnacionales (Merchand, 2004).
3. Tipo de agrupamiento industrial transnacionalizado. 
Evidentemente el concepto de agrupamiento industrial que se analiza aquí y la 
aplicabilidad que tiene en una economía periférica, está muy distante del que 
hace referencia (Porter, 1990), quien enumera algunos ejemplos de agrupaciones 
regionales en distintos países centrales. En la práctica, el mapa económico 
mundial está dominado por masas críticas o “clusters” de empresas exitosas a 
nivel regional o urbano, con elevados grados de exportación, complementariedad e 
interacción. Puede tratarse de las grandes textileras de Carolina del Norte 
EE.UU. y las automotrices del sur de Bavaria, Alemania; o en el caso de empresas 
medianas vitivinícolas y electrónicas de California, EE.UU. etc (Campos, 1999).
La diferencia entre un agrupamiento global, del periférico, consiste en que 
mientras en los países centrales, éstos se gestan por factores de origen interno 
surgidos espontáneamente, y son protagonizados por empresas domésticas nacidas 
con capitales eminentemente de la región, y en donde la sinergia que se provoca 
es endógena al propio desarrollo y configuración económica de la localidad; los 
que se instalan en los países periféricos, son de filiales y subsidiarias de 
firmas multinacionales que crearon un clima atractivo para el subsecuente 
establecimiento de otras empresas transnacionales. 
Y si abordamos este tema en concreto, es porque también en una economía 
periférica se da el agrupamiento industrial, sólo que aquí se desenvuelven en 
forma fragmentada y dislocada, es decir, que al darse una sinergia exógena en el 
modelo, cada empresa transnacional registradora de una marca original (IBM, HP, 
etc.) o de las propias empresas subcontratistas de la electrónica (Solectron, 
Flextronics, Jabil Circuit, etc.), éstas se agrupan en torno al interés de 
subcontratar y desarrollar sus proveedores para sus propias cadenas productivas.
La característica de estos agrupamientos es que existe una empresa líder o 
núcleo que alienta la política de subcontratación, dependiendo de sus 
necesidades y exigencias en cuanto al plan de sus propias estrategias, tanto 
productivas y administrativas de la misma planta filial o de su corporativo 
central.
Sin embargo, hay que reconocer que estos agrupamientos industriales tienen su 
propia adaptación, al cumplir con los parámetros fijados por la industria 
mundial. Como acertadamente lo señala Cohen:
"En una época en que la informática permite que la producción combine procesos 
de fabricación mucho más descentralizados, la admisión de partes se vuelve mucho 
más flexible que en la época de la producción de masas. Ahora es posible llamar 
a una multitud de subcontratistas para llevar la contabilidad y para el diseño 
de los productos (...) Se implementa irremediablemente un proceso de 
segmentación de los mercados, de los productos y de las personas. Cada unidad de 
producción se vuelve un subconjunto homogéneo de un proceso mucho más amplio" 
(Cohen, 1998:70). 
Rescatamos de esta cita lo referente a las unidades de producción esparcidas en 
el espacio mundial, y que corresponden concretamente a los sectores de 
exportación más importantes del país como el de la industria automotriz y equipo 
electrónico; conformados por subsidiarias de corporativos transnacionales (GM, 
Ford, IBM, etc,), que representan un subconjunto homogéneo de un proceso más 
amplio; y éstas al estar interrelacionadas organizativamente con sus 
corporativos en el ámbito mundial, les permite mantenerse en los más altos 
niveles de competitividad internacional y responder a las exigencias de las 
técnicas modernas: como Justo a Tiempo (JIT), Respuesta Rápida (QR), Respuesta 
Eficiente al Cliente (ECR), Inventarios Manejados por el Proveedor(VMI). 
El conjunto de todas estas técnicas y su combinación, permite a las empresas 
transnacionales cumplir con el ideal de entregar el producto apropiado, en el 
lugar correcto, en el tiempo preciso y al menor costo, aún en la más compleja 
cadena de suministros. 
El fenómeno de agrupamientos industriales subraya la importancia que tiene la 
dimensión de espacio económico, como base territorial en la recomposición de lo 
regional en sus tres ámbitos: internacional, nacional y local. Por lo que se 
retomará de nuevo la perspectiva de construcción de región que se propone más 
arriba. 
Siguiendo a (Leal, 1999:8): 
“El problema para entender la multiplicidad de usos de la palabra región 
(polisemia del término región) es encontrar un asidero que logre especificar 
dentro del proyecto de investigación que tenemos cada uno, aquellos aspectos, 
rasgos, dimensiones o criterios de regionalidad y regionalización que tengamos a 
la mano..... Con este fin, resulta imperativo, antes que nada, el elaborar una 
lista de aspectos espaciales que se piensa investigar, y luego encontrar los 
niveles de análisis a que esos aspectos pertenecen.... p.ej. una región 
concebida como un lugar central “ciudad” con su entorno (su hirterland)”.
En dicho espacio económico, el arquetipo de un agrupamiento industrial de tipo 
piramidal, las plantas líderes (IBM, GM, Ford, etc,), se sitúan en la cúspide de 
la jerarquía transaccional formada por proveedores menores de insumos directos e 
indirectos. Sin embargo, estos agrupamientos no sólo son sitios de intercambio 
intensivo en el espacio económico de insumos y de productos, sino también de 
información relacionada con el sector, Know How, experiencia tecnológica, 
etcétera. 
El efecto de la globalización ha ampliado y contribuido a acentuar la 
regionalización económica, al permitir el surgimiento de patrones de 
especialización regional cada vez más complejos. La caracterización, referida 
por (Scott, 1998), se expresa en el espacio económico mundial en una tendencia 
endémica, que se concretiza en:
"En la aparición de densos y localizados agrupamientos de actividad productiva 
en diferentes lugares del paisaje (...) Estos agrupamientos se constituyen como 
economías regionales intensivas en transacciones que, a su vez, están inmersas 
en estructuras de interdependencia que se extienden por todo el mundo. Como 
tales, también representan importantes cimientos para buena parte del comercio 
internacional contemporáneo...Tales agrupamientos se pueden examinar en tres 
estratagemas analíticas principales que implica el estudio de: a) La formación 
sincrónica de economías externas en sistemas de producción intensivos, en 
transacciones, así como la tendencia asociada a la aglomeración; b) La dinámica 
de desarrollo dependiente de una senda trazada dentro de los complejos sistemas 
económicos localizados, y c) La reestructuración periódica de estas relaciones, 
y su manifestación regional diferencial (incluyendo las culturas y los hábitos 
que ayudan a mantenerlos) en contextos histórico geográficos variables" (Scott, 
1998: 95).
Estas transacciones o redes de intercambio en el mundo, manifiestas a través de 
agrupamientos industriales, son proclives por su estructura y organización 
productiva a funcionar por medio de un centro ordenador (transnacionales) que 
impone su estrategia a todas las empresas subordinadas. La casa-matriz señala 
límites a las iniciativas de sus filiales y logra hacer compatibles con su 
propia estrategia, las de las firmas que se le asocian en participación. Como lo 
explica Perroux, la empresa transnacional desarrolla sus actividades a través de 
redes, cuyo funcionamiento consisten en:
"Cuando el espacio económico inicial de su actividad no le procura la ganancia 
objetiva de su estrategia, la gran empresa puede desplazar sus fuentes de 
aprovisionamiento (inputs) y las ventas (outputs); en uno y otro caso ella 
cambia de mercados o a veces los crea. Eso puede pasar en la misma nación o 
extenderse luego a otras. Entonces no sólo son transnacionales, sino que además 
están asociadas en ciertas simbiosis con el Estado nacional emisor y en una 
simbiosis con los Estados nacionales receptores" (Perroux, 1982: 25).
Extendiendo el concepto de redes, y siendo más meticuloso en su tratamiento, 
(Castells, 1997), señala que éstas se organizan en las posiciones de los 
actores, ya que se forman en sociedades desiguales, segmentos de la sociedad, 
grupos sociales e individuales. 
Por su parte Veltz lo ilustra de la siguiente manera: 
"La gran empresa, y más concretamente la de la gran empresa "solar" reúne en 
torno a ella a una nebulosa de proveedores, de subcontratistas y de empresas 
colaboradoras, según el modelo de la cuasi-integración vertical" (Veltz, 
1994:172).
Esta cita es ilustrativa porque refleja con exactitud cómo está operando el 
agrupamiento industrial en algunas regiones del país, cómo es el caso de la 
industria electrónica que se desarrolla en la Zona Metropolitana de Guadalajara 
y la Zona Fronteriza´del Norte, donde dicho sector se agrupa para subcontratar, 
es decir, que la estructura de subcontratación es una red de relaciones en la 
que la empresa (contratista) solicita a otra empresa (subcontratista) que 
realice, bajo determinadas especificaciones, la transformación, fabricación, 
acabado adicional de materias o piezas, ensambles o subensambles para su 
integración a un producto final que será utilizado o comercializado por el 
contratista. 
Antes de ahondar más sobre este punto, objetivo particular del trabajo, es 
meritorio continuar ilustrando el control manifiestamente creciente de las 
grandes empresas sobre sus generalmente pequeños proveedores. Como lo señala (Storper 
y Harrison, 1994); en la literatura dedicada a la historia del mundo de los 
negocios, ha surgido la imagen del "núcleo" (core) y el "halo" (ring), los 
cuales es necesario definir:
"Por núcleo entendemos una situación de poder asimétrica, en la que algunas 
empresas núcleo condicionan por sí solas la existencia de otras: por halo, 
entendemos lo contrario; es decir, una situación de poder simétrica en la que la 
existencia de un conjunto de empresas o unidades de producción no está -en 
sentido estricto- determinada por decisiones procedentes de otra única. La 
jerarquía es, por supuesto, más marcada en el primer caso que el segundo" (Stoper 
y Harrison, 1994: 264). 
A partir de estas definiciones, (Storper y Harrinson, 1994), elaboran una 
tipología de las estructuras de poder en las diferentes combinaciones de los 
parámetros citados, el siguiente cuadro detalla tales sistemas que se indican:
Tipos de estructuras de poder
1. Halo sin núcleo: Ausencia de una empresa que ejerza el liderazgo de manera 
permanente, o dirección rotatoria (según proyecto). Ausencia de jerarquía
2. Halo-núcleo, con empresa coordinadora: Se ejerce una posición dominante. Es 
el agente motor del sistema input-output, pero no puede sobrevivir sola, ni 
condicionar la existencia de otras empresas dentro del sistema. Existe cierta 
forma de jerarquía.
3. Halo-núcleo, con empresa líder: Es en gran medida independiente respecto a 
sus proveedores y subcontratistas periféricos, lo que significa que tiene la 
posibilidad de redefinir al menos una parte de su periferia. Condiciona, pues la 
existencia de algunos de sus socios. Por ello, el poder es asimétrico, y la 
jerarquía considerable.
4. Núcleo sin halo: Es la empresa con integración vertical
En el caso del primer tipo de estructura, ninguna empresa aparece como líder 
permanente, o con un liderazgo rotatorio garantizado para los diferentes 
participantes. 
Para el tipo de combinación halo-núcleo, existe cierta coordinación sistemática 
así como cierta asimetría. Este es el caso, por ejemplo, de una red de 
producción que contiene un agente dominante en su sistema input-output. Este 
agente (por lo general la empresa) puede con mucha seguridad influir de manera 
sistemática en las operaciones internas de las demás empresas o unidades de la 
red, pero, y este es el punto crucial, es incapaz de funcionar sin ellas, ya que 
no puede hacer por su propia cuenta lo que estas empresas realizan para él ni, 
en consecuencia, decidir por sí sola la continuidad o el cese de sus 
actividades. 
En la tercera opción, la combinación de núcleo/halo, la empresa líder tiene la 
posibilidad de prescindir de sus proveedores y subcontratistas, si lo desea. Es 
ella la que condiciona su existencia, puesto que tiene la posibilidad de 
remodelar unilateralmente su halo. Esta empresa ocupa una posición dominante, el 
poder es asimétrico y se deriva de una importante jerarquía. Los autores 
referidos señalan que ésta es la característica de los sistemas productivos 
existentes en el sector de aparatos eléctricos (por ejemplo, General Electric, 
Westinghuose, Sony y Philips). Finalmente, existen sistemas input-output cuyas 
unidades están todas en el núcleo; se trata básicamente de una empresa 
verticalmente integrada.
En estos sistemas de poder/input-output se encuentra la gran empresa tradicional 
con su división espacial del trabajo: es el caso de los sistemas productivos de 
ordenadores personales de IBM y Hewlett-Packard, en donde la empresa líder teje 
una red extensa de filiales y de subcontratistas, caracterizada por la 
jerarquía, y una colaboración o reparto de poder muy limitados.
Hasta aquí se ha ofrecido un pequeño esbozo de la problemática general en torno 
a la complejidad de las realidades industriales, y cómo se potencializan en la 
construcción de los llamados agrupamientos industriales. Sin embargo, hay que 
seguir explorando y redondeando los conceptos, pero trabajándolos en otras 
perspectivas teóricas. Una de éstas, es la expuesta por (Castells, 1998), quien 
aborda con destreza el significado de empresa red en la economía informacional y 
el proceso de globalización
(Castells, 1998), los ilustra de la siguiente forma: 
“Las grandes empresas son el vértice de la pirámide de una suficiente red de 
acuerdos de subcontratación, sus modelos de alianza y competencia implican 
también a sus subcontratistas. Prácticas como la obtención de suministros de 
firmas subcontratadas o prohibir el acceso a una red, son armas competitivas que 
suelen utilizar las empresas. De forma recíproca, los subcontratistas emplean 
cualquier margen de libertad de que dispongan para diversificar su clientela y 
proteger sus apuestas, mientras absorben tecnología e información para su propio 
uso. Por ello es tan importante la propiedad de la información y las patentes de 
la tecnología en la nueva economía global” (Castells, 1998: 191).
Castells comenta más adelante, que en una economía como la descrita, la gran 
empresa no es independiente y autosuficiente, y nunca lo será. En el caso de la 
IBM, Philips y otras, sus operaciones actuales se realizan con otras firmas: no 
sólo con las cientos o miles de empresas subcontratistas y auxiliares, sino con 
las decenas de socios relativamente iguales con las que colaboran y compiten al 
mismo tiempo, en este nuevo y extraño mundo económico donde los amigos y 
enemigos son los mismos.
Debido a la importancia que tiene Castells en lo que se considera un asidero 
para enfocar el concepto de región, vale la pena extenderse en utilizar la 
riqueza de su instrumental analítico, y reflexionar sus principales aportaciones 
teóricas. 
Tomando el concepto de Robert Reich sobre “trama global”, los sectores 
económicos dominantes en la gestión de producción, incorporan componentes 
producidos en emplazamientos diferentes, por empresas y ensambladoras distintas, 
para propósitos y mercados específicos en una nueva forma de producción y 
comercialización: una producción de elevado volumen, flexible y personalizada. 
La “trama” consiste en que la estructura industrial se extiende territorialmente 
por todo el mundo, y su geometría cambia continuamente en su conjunto, para cada 
unidad individual
En esta estructura, la estrategia consiste en situar una empresa (o un proyecto 
industrial determinado) de la “trama”, de modo que se obtenga una ventaja 
comparativa en cuanto a su posición relativa. Es decir, para ser capaz de 
ensamblar partes producidas por fuentes muy distantes, es indispensable, por un 
lado, que el proceso de fabricación posea una calidad de precisión basada en la 
microelectrónica para que las partes sean compatibles al menor detalle de 
especificación y por otra, el proceso debe ser tan flexible, que permita a la 
fábrica programar la producción de acuerdo con el volumen y las características 
personalizadas requeridas en cada pedido.
La “trama” entonces, consiste en un nuevo sistema de producción basado en una 
combinación de alianzas estratégicas y proyectos de cooperación específicos 
entre grandes empresas, unidades descentralizadas de cada una de ellas, y redes 
de pequeñas y medianas empresas que se conectan entre sí o con empresas mayores 
o redes de empresas. La cuestión es que al operar los agentes en una red global, 
éstos trascienden las fronteras nacionales, por lo que la unidad económica que 
cuenta es la global, porque es en esta escala donde tiene lugar la producción 
estratégica y las actividades comerciales, así como la acumulación de capital, 
la generación de conocimiento y la gestión de información. 
“Por lo que la regionalización interna es un atributo sistémico de la economía 
informacional global. Ello es debido a que los Estados son la expresión de las 
sociedades, no de las economías. Lo que resulta crucial en la sociedad 
informacional es la interacción compleja entre instituciones políticas con bases 
históricas, y los agentes económicos cada vez más globalizados” (Castells, 1998: 
126). 
Si de esta cita entresacamos estos agentes económicos, que no son más que las 
grandes empresas de alcance global, entretejidas por redes internacionales de 
firmas, y subunidades de firmas, como la forma de organización básica de la 
economía informacional/global, se tendría que explicar cómo opera dicha 
transformación en la economía global, hasta constituirse en redes de empresas.
De acuerdo a Ken´ichi Imai , quien ha ido más lejos en proponer y documentar el 
concepto de redes de empresas, el proceso de internacionalización de la 
actividad empresarial ha seguido tres estrategias diferentes: 
“La primera y más tradicional, alude a una estrategia de mercado multinacional, 
para que las empresas inviertan fuera de su plataforma nacional. La segunda 
apunta al mercado global y organiza diferentes funciones empresariales en 
distintos emplazamientos que se integran dentro de una estrategia global 
articulada. La tercera, característica del estadio económico y tecnológico más 
avanzado, se basa en redes transnacionales. Al utilizarla, las empresas se 
relacionan con diversos mercados nacionales, por una parte; mientras que por 
otra, existe un intercambio de información entre estos diversos mercados. En 
lugar de controlarlos desde el exterior, las compañías tratan de integrar sus 
cuotas de mercados y su información sobre éstos, cruzando las fronteras” 
(Castells, 1998: 193). 
De este modo, la unidad operativa actual, es el proyecto empresarial 
representado por una red, y no las empresas concretas o grupos de empresas. Los 
proyectos empresariales se aplican en campos de actividad que pueden ser cadenas 
de productos, tareas de organización o ámbitos territoriales. La información 
circula por las redes: entre empresas, dentro de las empresas, personales e 
informáticas. 
En el caso de los países periféricos, el modelo que predomina es el de formación 
de redes de subcontratación o de franquicia, que gira en torno a grandes 
empresas; en cambio en países centrales, como Japón, que es el caso más 
ilustrativo, el fenómeno es diferente, pues el modelo de redes 
multidireccionales es aplicado por pequeñas y medianas empresas. 
Así tenemos que en el nuevo paradigma organizativo existen redes empresariales 
bajo diferentes formas, en diferentes contextos y de expresiones culturales 
distintas. Las redes basadas en la familia de las sociedades chinas y el norte 
de Italia; las empresariales que surgen de los complejos de los medios de 
innovación, como Silicon Valley; las comunales jerárquicas del tipo Keiretsu 
(redes verticales) japonés; las redes organizativas de integración vertical 
obligadas adaptarse a las realidades del tiempo; y las redes transfronterizas 
resultantes de las alianzas estratégicas entre firmas. 
Debido al rápido cambio tecnológico, las redes, no las firmas, se han convertido 
en la unidad de operación real. ¿Pero cómo se define a la empresa red:? 
“Es aquella forma específica de empresa cuyo sistema de medios está constituido 
por la intersección de segmentos autónomos de sistemas de fines. Por lo tanto, 
los componentes de la red son tanto autónomos como dependientes frente a ella y 
pueden ser partes de otras redes y, por ello, de otros sistemas de recursos 
dirigidos a otros objetivos... la empresa red materializa la cultura de la 
economía informacional: transforma señales en bienes mediante el procesamiento 
del conocimiento” (Castells, 1998: 200). 
¿Para Dieter Ernst existen cinco redes:
-Las redes de proveedores, que incluyen acuerdos de subcontratación, manufactura 
de equipo original (OEM) y manufactura de diseño original (ODM) entre un cliente 
(la “compañía central”) y sus proveedores de insumos intermedios de producción.
- Las redes de productores, donde encontramos todos los acuerdos de coproducción 
que permiten a los productores en competencia, unir sus capacidades de 
producción y sus recursos humanos y financieros para ampliar su cartera de 
productos y cobertura geográfica.
- Las redes de clientes, definidas como la previsión de vínculos entre las 
compañías fabricantes y los distribuidores, los canales de mercado, los 
revendedores de valor añadido y los usuarios finales, ya sean en los principales 
mercados de exportación o en los internos.
- Las coaliciones de normalización, iniciadas por los fijadores potenciales de 
las normas globales, con el propósito explícito de encerrar cuantas más firmas 
sea posible, en su producto patentado o normas de interfaz
- Las redes de cooperación tecnológica, que facilitan la adquisición del diseño 
de un producto y la tecnología de producción, permiten una producción y proceso 
de desarrollo conjuntos, y se comparte el conocimiento científico genérico y el 
I&D. 
Lo que predomina en esta tipología de redes, es que las empresas multinacionales 
no sólo funcionan en interconexión, sino que se organizan cada vez más en redes 
descentralizadas, es decir, como una red interorganizativa o una red metida en 
una red externa.
El aspecto crucial en este punto, es que cada componente de esas redes está 
incorporado a entornos culturales/institucionales específicos (naciones, 
regiones, locales), que las afectan en diferentes grados. Es decir, que la 
composición de esas redes empresariales que se están formado por todo el mundo, 
resultan influidas por las características nacionales de las sociedades en las 
que se insertan. En este sentido, la empresa red cada vez es más internacional 
(no transnacional), y su conducta será el resultado de la interacción de la 
estrategia global y los intereses de raíces nacionales regionales de sus 
componentes. 
Al final de cuentas, no se está hablando de configurar una región virtual de 
identidad corporativa internacional en donde las alianzas entre empresas se 
instrumentan en razón de un territorio funcional y coyuntural a la red global.
Sobre este tema (Hiernaux, 1995), sostiene de que extrovertir a las economías 
regionales, implica impulsar la obediencia de las sociedades locales a destinos 
manifiestos que sólo pueden ser determinados por estructura corporativas 
supraterritoriales, se privilegia a las relaciones externas sobre las internas.
Para redondear lo expuesto al inicio de este trabajo y haciendo referencia al 
nuevo espacio industrial, este concepto no puede comprenderse bajo la oposición 
simplista entre la automatización del centro y la manufactura de coste reducido 
de la periferia. El nuevo espacio industrial se organiza en una jerarquía de 
innovación y fabricación articulada en redes globales, donde su dirección y 
arquitectura están sometidas a los movimientos incesantes y cambiantes de 
colaboración y competencia entre firmas y localidades, a veces acumulativas en 
la historia, a veces invirtiendo el patrón establecido a través del carácter 
emprendedor deliberado de las instituciones. 
El nuevo espacio industrial se organiza en torno a flujos de información, 
dependiendo de los ciclos o firmas y de sus componentes territoriales. Esta 
nueva lógica espacial crea una multiplicidad de redes industriales globales, 
cuyas intersecciones y exclusiones transforma la misma noción de localización 
industrial del emplazamiento de las fábricas, a los flujos de fabricación 
(Castells, 1998).
Este concepto de nuevo espacio industrial quedará mejor explicado si se la ubica 
en la división espacial de trabajo, donde la fabricación de alta tecnología se 
traduce a través de la conexión mundial entre los medios de innovación, los 
lugares de fabricación cualificada, las cadenas de montaje y las fábricas 
orientadas al mercado, con una serie de conexiones intrafirmas entre diferentes 
operaciones en distintos emplazamientos a lo largo de las cadenas de producción, 
y otra serie de conexiones intrafirma entre las funciones de producción 
similares, ubicadas en lugares específicos que se convierten en complejos de 
producción. 
Los nodos directrices, los lugares de producción y los ejes de comunicación se 
definen a lo largo de la red y se articulan en una lógica común, mediante las 
tecnologías de comunicación y una fabricación programable, basada en la 
microelectrónica, flexible e integrada (Castells, 1998).
En síntesis, si se asume la postura en la misma línea que lo hace (Boiser, 
1997), cada vez, con mayor insistencia, el crecimiento económico de un 
territorio en el contexto de un sistema globalizado, se determina exógenamente, 
es decir, que una creciente proporción de proyectos de inversión, tiene un 
carácter de capital transnacionalizado, donde la matriz decisional es un sistema 
completamente exógeno a la región o al territorio. 
Y dado que el capital privado no se dirige a los territorios como tales, sino a 
actividades específicas que ostentan determinadas potenciales de lucro directo o 
indirecto y al funcionar de acuerdo tanto desde la óptica de rentabilidad 
micro-económica y de una mayor movilidad espacial del capital, este crea 
territorio, no en su acepción natural, pero sí en la determinación de configurar 
la dinámica económica de cualquier región sea local o nacional.
El concepto de aplicabilidad al sistema productivo o de agrupamiento industrial, 
da paso a un modelo híbrido que nos permitirá definir una realidad formada y 
adaptada a las condiciones específicas de cada contexto. 
Bajo esta perspectiva, la hibridación quedaría explicada de la siguiente manera: 
las estructuras de control en el mundo de los negocios se desarrollan con 
diferentes pautas y patrones, es decir, cualquier agrupamiento industrial 
dependerá de las particularidades de la estructura industrial de la región, así 
como de su propia organización social e incluso de una multitud de fuerzas 
extraeconómicas que determinan su dinámica y forma de operar. 
Esto se ejemplifica en el caso de la maquiladora instalada en México, y que se 
identifica como una región subsidiaria. La peculiaridad de esta vía, es que se 
forman áreas productivas especializadas o monosectoriales orientadas hacia la 
exportación, con débiles vínculos inter-firmas en su territorio.
De acuerdo a lo señalado en el apartado anterior, el concepto de subcontratación 
es análogo al que maneja Storper y Harrinson de halo-núcleo, en donde los 
encadenamientos entre diversas empresas presentan una gama diversificada de 
formas de subcontratación y de articulación. Modelo que se adapta concretamente 
a la industria electrónica a través de una red jerárquica de control, en la que 
una sola empresa mantiene control directo sobre una red de empresas proveedoras 
y distribuidoras, y que dependen de la primera, con posibilidades muy escasas o 
nulas de influir en el proceso de intercambio.
Este proceso de subcontratación apoyado por el gobierno, se da principalmente a 
través de las bolsas de subcontratación y el sistema para la subcontratación 
industrial dirigido por el momento, a sectores como el automotor, plásticos y 
electrodomésticos. Y que se han iniciado como parte de una estrategia de 
modernización, con el fin de encontrar fuentes de productividad en su cadena de 
proveedores. El desarrollo de una compacta red cooperativa, se basa en 
relaciones de confianza recíproca, transparencia y contratos a largo plazo 
(García; Mertens y Wilde; 1999). 
El aspecto más visible de esta red, es la ubicación de las empresas 
subcontratistas a poca distancia de la empresa principal, lo que garantiza 
suministros rápidos y frecuentes. Es decir, el proceso de subcontratación se 
concibe como una forma de encadenamiento productivo, en general cooperativo, más 
que competitivo.
Para el caso de la industria electrónica o automotriz, las relaciones 
interempresa y la subcontratación ha cobrado importancia, ya que ambos sectores 
se caracterizan por la génesis de redes sistémicas de producción internacional y 
de subcontratación (Borja, 1995) . La cuestión es que al contar con un proceso 
de ensamble y fabricación de equipos originales de marca, en donde se manifiesta 
un control por parte de las empresas contratistas (OEM´s), la región receptora 
tiene pocas posibilidades de realizar actividades de diseño, investigación y 
desarrollo de partes, componentes y productos finales. 
En otras palabras, el proceso, de subcontratación ideal sería aquel que apuntara 
hacia empresas de diferentes tamaños (grandes, medianas, pequeñas y 
microempresas). Sin embargo, en raras excepciones, las pequeñas y medianas 
empresas son capaces de incorporarse en el mejor de los casos, a relaciones de 
subcontratación después de una serie de “círculos”. 
Esto se puede ilustrar para el caso de una empresa transnacional que tiene una 
serie de grandes empresas como proveedores del primer círculo; seguidas de las 
“nacionales”, como proveedores (segundo círculo) y así sucesivamente de tal 
manera que después de un determinado número de círculos, se incorporan pequeñas 
y micro empresas. La cuestión es, como los proveedores de segundo círculo, son 
también de procedencia extranjera (Dussel, 1999). 
4.- Subcontratación y redes de las empresas transnacionales en la formación de 
nichos de mercado en la ZMG.
Hay un reconocimiento que las políticas macroeconómicas emergentes aplicadas por 
la economía mexicana y el TLC con Estados Unidos de América han representado una 
palanca de apoyo para atraer y fortalecer el proceso de producción regional, a 
través de las empresas estadounidenses y asiáticas de la computación y 
telecomunicaciones en algunas entidades federativas de México (Merchand, 2004).
Para consolidar el mercado y continuar expandiéndose, estas grandes empresas 
transnacionales han diseñado estrategias que les permiten operar a través de 
vínculos intra-inter empresas conocidas, según Castells, como redes que 
atraviesan naciones y continentes; y de clusters, de acuerdo a Porter (1997).
Desde esta perspectiva y considerando el entorno macroeconómico favorable para 
la inversión extranjera en México y la oferta de factores de producción 
relativamente baratos, estas redes han permitido la instalación en Jalisco de 
HP,IBM, Motorola y otras transnacionales, como Motorola –actualmente On 
Semiconductors- convirtiéndose en el imán para atraer a otras empresas más, como 
Lucent Technologies y Compac.
Las empresas que conforman la industria electrónica han en la ZMG crecido 
cuantitativamente. En 1989 había 30 empresas de este sector en el estado; y en 
1997, 47. Ahora bien, de acuerdo a datos de Seproe, en el 2000 encontramos un 
poco más de 150 empresas electrónicas, que dan empleo a 80 mil jaliscienses . 
Empresas clasificadas según categorías; utilizadas por Caneiti: Om´s, Cm´s y 
SS´s . 
Así tenemos que para 1990, al irse enlazando, más corporaciones al grupo de las 
14 empresas electrónicas extranjeras que existían en 1989, como AT&T, NEC del 
subsector telecomunicaciones, IBM fabricante de computadoras y Hewlett Packard 
que manufacturan productos, se van diferenciando de las empresas que ensamblan 
para un segmento de un artículo para la exportación. 
Hewlett Packard en Guadalajara, ha desarrollado sistemas de investigación y 
desarrollo, y cuenta con locales de ingeniería para llevar a cabo patentes de 
reconocimiento internacional. Lo mismo sucede con IBM, que cuenta con 
departamentos no sólo de investigación y desarrollo, sino que promueve 
instancias para el desarrollo exclusivo de sus proveedores. 
Por otra parte, el “valle de silicio” mexicano, que se remonta a 1968 con el 
arribo de motorola (hoy On Semiconductor), empresa de microelectrónica que 
procesa silicio para producir componentes y semiconductores, se le unirían más 
tarde IBM (1975); Hewlett-Packard(1982); Kodak(1985) y Lucent technologies 
(1990), empresas fabricantes de equipo original (OEM´s) que han servido de 
impulso para atraer a otras empresas de capital extranjero y de menor tamaño, 
que les proveen de insumos y componentes que antes se fabricaban en el 
extranjero. 
La instalación de estas primeras empresas subsidiarias, produjo un fermento 
especial para la multiplicación de empresas dentro de la industria electrónica. 
Sólo que además de las subsidiarias se instalaron de creación inducida (Spin-offs), 
impulsadas por subsidiarias de grandes empresas transnacionales, que han 
encontrado redituable instalar en la ZMG parte de sus procesos productivos; y 
acogidas por el gobierno estatal, que ha visto a este sector, como estratégico. 
De ahí que haya utilizado como magnetos, a las firmas de nombre internacional 
asentadas en la región, para atraer inversión al enclave, promocionando las 
ventajas competitivas que ofrece Jalisco para que otras empresas decidan 
instalarse.
Al respecto Boisier afirma: 
“El marketing es un instrumento de toda región y de todo gobierno local que 
busca posesionar a la región de una manera competitiva y moderna en el mercado 
internacional” (Boisier, 1998: 138-145). 
De acuerdo al Presidente de la Delegación Regional de Occidente de la Cámara 
Nacional de la Industria Electrónica, Telecomunicaciones e Informática (Canieti), 
“la estrategia de atraer inversiones ha funcionado, pues las diez 
contramanufacturers (CM´s) más grandes del mundo se han instalado en los dos 
últimos años y medio” (anexo 1), este volumen de fabricación que las CM´s 
generaron permitió invitar a proveedores especializados de partes y componentes 
(specializad suppliers SS´s), así como a proveedores de servicios especializados 
(Rico, 1999). 
Reconociendo por tanto, que un factor macroeconómico determinante en el 
desarrollo de la industria, es el de los cambios a la ley de inversión 
extranjera realizados en 1985, y que ha servido como detonante para el aumento 
de las inversiones extranjeras, particularmente en la electrónica. 
Las inversiones y ampliaciones de IBM-Guadalajara desde 1985 –debido 
particularmente a la estrategia de la misma empresa y a los cambios en el marco 
institucional (apertura, liberalización, desregulación)-, han generado un cambio 
cualitativo para la región, permitiendo identificar la compleja y creciente red 
de empresas, relacionadas particularmente con la computación. 
Las principales empresas en el ramo de la electrónica establecidas en la región, 
las encontramos en primeros fabricantes de equipos originales (OEM´s), como IBM, 
HP, Motorola, Lucent Technologies (Philips) y NEC, que desarrollan equipos 
originales, etiquetándolas con marca propia o con marca de otra empresa. 
Cabe aclarar que las CM´s son empresas dedicadas básicamente al ensamble y 
subensamble de partes; mientras que las SS´s proveen de bienes y servicios 
especializados para los procesos productivos (cuadro 3).
Cuadro 3
Principales empresas de la industria electrónica*
OEM's CM'S SS's
IBM Siemens Electrónica Pantera
Lucent Technolgies (Philips) Flextronics Electronica Cherokee
Hewlett Packard Solectron Acoustic
Motorola(on semiconductoren) Jabil Circuit Molex
NEC USI Cumex
Natsteel GPI Mexicana
SCI Systems Marvil
AVEX Dynacast SPM
Pentex Mitel Electronics
Pemstar Triquest
CP Clare Yamaver
Dovatron Quest
Vtech Vogt Electronics
Compuworld Micron de México
KRS
* Ver el directorio de empresas por giro industrial y ubicación geográfica. Al 
carecer de información sobre su giro industrial, faltan algunas de las SS´s.
En su composición, este sector de la industria electrónica no sólo ha registrado 
un nivel rápido en estos últimos cinco años, sino que también se ha 
reestructurado industrialmente (cuadro 3)
Fenómeno que ha permitido que actualmente se manufacturen Pc´s, notebooks, 
software, discos compactos fotográficos, impresoras láser, teléfonos celulares, 
discos flexibles, tarjetas de circuitos impresos, harneses, máquinas 
contestadoras de teléfono, filmes fotográficos, componentes y ensambles 
electrónicos. El cambio de configuración productiva se ha venido registrando 
desde mediados de los años ochentas. 
Para el caso de la industria electrónica, las relaciones interempresa y la 
subcontratación ha cobrado importancia, ya que el sector se caracteriza por la 
génesis de redes sistémicas de producción internacional y de subcontratación 
(Borja, 1995). La cuestión es que al contar con un proceso de ensamble y 
fabricación de equipos originales de marca, en donde se manifiesta un control 
por parte de las empresas contratistas (OEM´s), la región receptiva (ZMG) cuente 
con pocas posibilidades de realizar actividades de diseño, investigación y 
desarrollo de partes, componentes y productos finales. 
En otras palabras, el proceso, de subcontratación ideal sería aquel apuntara 
hacia empresas de diferentes tamaños (grandes, medianas, pequeñas y 
microempresas). Sin embargo, en raras excepciones, las pequeñas y medianas 
empresas son capaces de incorporarse en el mejor de los casos, a relaciones de 
subcontratación después de una serie de “círculos”. 
Esto se puede ilustrar para el caso de una empresa transnacional que tiene una 
serie de grandes empresas como proveedores del primer círculo; seguidas de las 
“nacionales”, como proveedores (segundo círculo) y así sucesivamente de tal 
manera que después de un determinado número de círculos, se incorporan pequeñas 
y micro empresas. La cuestión es, como señala Dussel, que proveedores del 
segundo círculo, son también de procedencia extranjera (Dussel, 1999). 
Estas empresas instaladas en Jalisco, en muchos de los casos se hacen a través 
de contratos establecidos por la empresa contratista (OM´S), quienes instalan a 
sus propios proveedores extranjeros; con lo que el potencial de subcontratación 
nacional y regional se reduce, fortaleciendo la “estructura de embudo”. Término 
que hace referencia a un número relativamente amplio de empresas contratistas o 
de primer círculo (empresas transnacionales), mientras que los posteriores 
círculos disminuyen significativamente, por el valor agregado nacional y/o 
regional añadido a los respectivos procesos y productos. 
La electrónica en Jalisco refleja una “estructura de embudo”, respecto al valor 
agregado que generan éstas empresas en la región. Según (Dussel, 1999), menos 
del 5% del valor agregado del sector es de origen nacional y regional, debido al 
alto grado de control de proveedores e insumos de materias primas por parte de 
las empresas contratistas, que refuerzan estas estructuras y resultan, incluso 
en el caso de proveedores regionales, en diferentes círculos de la cadena de 
valor, en la importación de maquinaria, insumos, componentes y partes. La figura 
1 ejemplifica este caso, donde la organización y control de la cadena de valor 
en su totalidad, son funciones importantes de las empresas contratistas 
(transnacionales). 
En general, la empresa transnacional se queja de la falta de una respuesta de 
los proveedores nacionales o locales en términos de que no se cumple con las 
siguientes condiciones: precios competitivos, control de calidad, tiempo de 
entrega, flexibilidad y velocidad de respuesta, habilidad para diseñar partes y 
componentes y compromiso a largo plazo. La razón de no poder cumplir con estos 
requisitos, se debe a las propias características de la industria electrónica en 
cuanto a la disminución del ciclo de vida de sus productos (constante generación 
de nuevos productos), y la creciente cantidad de inversión que se requiere para 
localizarse en el mercado como un potencial proveedor.
Las subsidiarias que están localizadas en Guadalajara, se encuentran en los 
eslabones 1, 2 y 3 especializándose en procesos de ensamble y subensamble.
Fuente: (Dieter Ernst, 1997). 
Estos procesos consignados en la figura 1 pueden alterarse, dependiendo de la 
trayectoria tecnológica (producción de chips con nuevas materias primas y mayor 
memoria; nuevas formas electrónicas de almacenamiento de información y cambios 
de diskettes a CD, etc.), así como cambios en la demanda; especialización en 
diseños, distribución y desarrollo de componentes claves. 
La especialización en uno de estos eslabones no es suficiente, y puede llevar 
rápidamente a la desaparición de cadenas de empresas, es decir, que ante los 
constantes cambios tecnológicos, ninguna empresa, aunque se encuentre en 
situación de monopolio, puede asegurar su posición en el corto plazo. La 
posición quebradiza en los eslabones de la cadena, propicia una creciente 
competencia de redes sistémicas de producción internacionales, en donde la 
subcontratación juega un papel preponderante.
Es así como, por un lado, se plantea una creciente competencia no sólo entre 
empresas por mantener altas tasas de ganancia que les permita sostenerse en el 
mercado; sino también, la competencia entre regiones. Finalmente son las 
receptoras de las transformaciones y procesos que transfieren las empresas 
contratistas. 
Al respecto, Dussel destaca en el caso de la IBM, que ha emprendido la búsqueda 
y desarrollo de proveedores de productos y procesos, como empaques, productos 
resultantes de la inyección de plástico (chassis, gabinetes para Pcs y laptops), 
ya que su importación resulta demasiado costosa por su volumen. 
Sin embargo, para las empresas contratistas no existe la necesidad de 
desarrollar a otros proveedores de insumos, ya que éstas se pueden abastecer con 
facilidad de las mismas subsidiarias establecidas y certificadas 
internacionalmente. Empresas (OM´s) que han sido capaces de atraer, mediante 
coinversiones o incentivos a largo plazo, a manufactureras proveedoras del 
segundo círculo, como Solectron, SCI Sytems y Yamaver que tienen un origen 
transnacional y son contratistas en otras partes del mundo. 
El ejemplo que menciona (Piore y Ruiz, 1998), es ilustrativo: en 1993, la IBM 
decide implementar en la planta local de Guadalajara, los principios “justo a 
tiempo y justo en el lugar” (técnicas gerenciales japonesas que se ven como un 
camino a seguir). Para lograr este propósito, se invitó a varios suministradores 
extranjeros para localizar las facilidades en la RMG. 
SCI Systems de Estados Unidos y Yamashita de Japón, estuvieron en la primera 
fila de abastecedores para poner en práctica la dirección de técnicas de 
inventarios, cuya innovación redujo el periodo de oferta, llevando a la compañía 
a rediseñar su planta Guadalajara. En lugar de recurrir a facilidades de 
almacenamiento e inventarios, plantearon acceso directo a las líneas de 
producción. Esta técnica es llamada “jetway”, es un sistema que evita los 
inventarios en el lugar de trabajo, a la vez que dispone de los componentes 
cerca de éste. Es decir, la entrega es directa en el piso de la planta, y hasta 
que se hace la entrega, se procede a realizar el pago al proveedor.
Las herramientas utilizadas para reorientar su proceso productivo y robustecer 
su cadena de suministros, son una serie de técnicas modernas, como justo a 
tiempo, respuesta rápida, respuesta eficiente al cliente, inventarios manejados 
por proveedor, además de estar acompañadas por toda una gama de programas 
orientados a reducir el costo de operar, como el downsizing (recorte de personal 
y reducción del costo laboral), outsourcing (subcontratación de servicios de 
apoyo) y re-ingeniería, etc. que han ayudado a restablecer la competitividad 
internacional de las empresas. 
Esta sinergia entre las empresas transnacionales, ha generado la primera fila de 
subcontratos, y empezado a desarrollar un seguro piso de subcontratos. El 
proceso se acentúa a tal grado, que la expansión de las firmas, y su enlace se 
cierra, pero en torno a los mismos requerimientos de sus matrices o incluso de 
otras empresas transnacionales de distinto giro industrial. 
La subcontratación que realiza la empresa IBM, además de ser la más importante 
en términos de inversión y empleos generados en el estado, es la que ha 
desarrollado y fomentado la organización de proveedores en el ámbito de 
interempresa, aunque no cabe duda que en otras empresas existen experiencias de 
subcontratación
Si empleamos la definición que Porter utiliza al designar un Cluster, o lo que 
podría ser un gluster o agrupamiento industrial en Guadalajara, se tiene que 
hablar de cómo se han creado instituciones para consolidar regionalmente la 
industria electrónica.
Ahora bien, para fomentar el desarrollo de proveedores, se creó en 1997, la 
Cadena Productiva de la Electrónica (CADELEC), contando con el financiamiento 
del gobierno del estado de Jalisco (SEPROE, 2001) que aporta para su 
funcionamiento, el 33% del capital; el otro 33 por ciento, se da a través del 
Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP); el restante 33% lo aportan 
las empresas (INTEL, IBM, Natsteel y HP). El objetivo de Cadelec es crear un 
banco de oportunidades a partir de las exigencias de las empresas (OEM´s), y que 
consisten en:
-Identificación de oportunidades de negocios (demanda de commodities)
- Identificación de prospectos (proveedores locales/nacionales)
-Evaluación, certificación, selección de qproveedores/inversionistas 
potenciales.
-Consultas directas por los principales compradores de la región -IBM, Philips, 
HP- (Cadelec, 2000).
El Cadelec representa legalmente la coalición de compañías multinacionales en el 
estado de Jalisco, pues el objetivo entre estas empresas a través de Cadelec, es 
empezar a participar en el costo del desarrollo de proveedores y fundamentar sus 
corporaciones, como IBM, HP, Motorola, Kodak, Llucent /philips, Simec y 
Solectron.
El argumento que esgrime el Cadelec, es “desarrollar proveedores locales” y 
fomentar el cambio en las organizaciones internas de las multinacionales; de una 
estructura centralizada hacia una descentralizada, donde cada una de las plantas 
compita por el negocio de las compañías. La figura 5 ilustra los planteamientos 
de Cadelec, en cuanto apoyar a las OEM´s para que cuenten con una situación 
idónea de un mercado competitivo.
El gobierno del estado ha impulsado recientemente la creación de nuevas 
instituciones. Es así cómo, en 1995 da inicio el Consejo Estatal de Calidad, que 
estableció la norma de certificación industrial en 1997, con el objetivo de 
facilitar la promoción de redes de subcontratación capaces de reunir mínimamente 
los standares internacionales de calidad. 
Estos esquemas se combinan con la promoción de ferias: La Mexitrónica 
(exposición de manufactura electrónica), Exporta electrónica, Muestra 
electrónica, Universitrónica (reúne al sector educativo para dar respuesta a la 
demanda de recursos humanos calificados), Encuentro internacional de negocios, 
Día del proveedor de la electrónica. La idea del gobierno y sus cámaras 
industriales, Cadelec y Canieti, es fomentar una sinergia entreempresarial que 
impulse el proceso de subcontratación.
Si a esta política empresarial de entretejer redes, se le suma la estrategia 
seguida por las instituciones y mecanismos creados por el Gobierno del Estado de 
Jalisco, el llamado “embudo” se hace más angosto, pues éste se sustenta en 
fomentar el desarrollo de proveedores sobre la base de los propios 
requerimientos y exigencias de las grandes empresas transnacionales, con la 
expectativa de generar proveedores de “arriba hacia abajo”, lo que fortalece el 
esquema de ensamble y subensamble.
Y como dice Porter, dentro de los clusters es vital que haya una compañía, “una 
base hogar” (IBM; HP, etc) creando y renovando los servicios, productos y 
procesos de la compañía. El ideal es que surja “un cluster en Guadalajara con 
factores locales”, como el del valle de silicio en California, Estados Unidos.
Por lo que respecta a la operacionalización de redes y la formación de nichos de 
mercado en los últimos años de los noventa, se han instalado las 10 contract 
manufacturers (CM´s) más grandes del mundo, que al generar un volumen de 
fabricación de parte de las CM´s se dio paso a que se instalaran proveedores 
especializados de partes y componentes (specializazed suppliers), así como de 
proveedores de servicios. 
Esta apertura del “valle del silicio” jalisciense, le ha llevado a competir con 
los países asiáticos, atrayendo las principales corporaciones de la industria 
electrónica. Una de las empresas foráneas de reciente ingreso (1999) es la de 
Natsteel Electronics, el segundo fabricante de partes electrónicas de Asia, que 
ha invertido al menos 150 millones de dólares para establecer una planta que 
surte componentes a IBM y Apple Computers. La empresa de Singapur da empleo a 
más de tres mil 500 personas y exporta productos a su planta de San José, 
California, aprovechando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte -TLCAN- 
(El Financiero, agosto de 2000). 
Otro ejemplo es el de Flextronic, empresa proveniente también de Singapur, 
instalada en 1997 y que cuenta con proveedores establecidos en el Parque de 
Tecnología Electrónica: Insight Electrónics, Bermo, Sothwest, Arrow y DTM, entre 
otros.
Otra empresa asiática, Acer de Taiwán, aunque no localizada en Jalisco, emplea 
como estrategia, aprovechar la integración de sus actividades entre Estados 
Unidos y México, para orientar sus exportaciones vía nuestro país, hacia América 
Latina, sobre todo en el proceso ensamble de PC y computadoras portátiles (así 
como de provisión de partes y componentes) en México. 
Al igual que la industria automotriz frente a la competencia de los productos 
asiáticos, las empresas estadounidenses de computadoras han trasladado parte de 
sus procesos productivos (básicamente de ensamblaje), a las regiones económicas 
de México, ganando con ello eficiencia y competitividad en el mercado de los 
Estados Unidos. Aunque también las empresas asiáticas han incrementado su base 
productiva en México, para cumplir con las normas de origen establecidas para el 
mercado norteamericano, incluso, algunas de ellas ensamblan para empresas 
estadounidenses de computadoras que se venden en el mercado del TLC (CEPALl, 
2004). 
Es así como las redes de las principales OEM´s que corresponden a las 
subsidiarias de primera fila, y propietarias de una marca reconocida, empiezan a 
entretejer sus vínculos inter-intra de las empresas de la electrónica, que le da 
sustento a la competitividad sistémica de la industria, desarrollando 
subcontratistas globales (CM´s) que se establecen en función de los 
requerimientos que exigen las OEM´s.
Y es en este mismo sentido que los agrupamientos industriales o “Clusters”; se 
desenvuelven a partir de las corporaciones transnacionales o empresas líderes 
que dirigen a las filiales o subsidiarias a través de vínculos externos y 
relaciones contractuales. El elemento básico de estas redes, es un escenario en 
que las mismas empresas involucradas, hacen los nodos a su manera. 
Estos vínculos económicos se producen por inversiones de capital que realizan 
las empresas contratistas a sus proveedores, llevándose a cabo a través de 
acuerdos y contratos, modalidad típica de estas relaciones económicas; aunque 
ocasionalmente se gestionan algunos vínculos temporales de corto plazo, que no 
implican ninguna relación entre inversiones tangibles e intangibles por parte de 
las empresas que acuerdan una alianza, y que consisten en una combinación de 
cambios y procesos: en productos, servicios, procesos y rutinas. 
Sin embargo, el cambio más intensivo es el que se produce entre unidades de 
producción, por conllevar adaptaciones recíprocas entre las empresas, formando 
un vínculo que fortalece más las relaciones inter-empresariales en la creación 
de redes industriales. La razón económica es sin lugar a dudas, la maximización 
de beneficios que crecen, al establecer acuerdos entre empresas, aumentando así 
el poder de mercado de grupos estratégicos: empresas líderes y marginales. 
Dentro de las empresas del primer círculo, encontramos a IBM y HP (OEM´s), 
filiales de sus respectivas corporaciones centrales de los Estados Unidos, que 
trabajan con productos terminados, llevando su propia marca. En tanto que las de 
“segundo nivel” (CM’s), se convierten en proveedoras, son también maquiladoras, 
pues hacen diversos productos para las primeras, entre ellas se encuentran 
Solectron, Flextronic, Jabil Circuit, etc.
Los proveedores de IBM son empresas subsidiarias de corporativos transnacionales 
que operan en Guadalajara, como se muestra en el cuadro.
Los sistemas de innovación que IBM emprende los lleva fuera de su planta, lo que 
permite contar con un control central para mantener a sus proveedores y 
clientes. Los sistemas que implementa se dan a través de los procesos de 
producción, monitoreando los requerimientos de materiales, partes y componentes. 
El llamado vendedor en casa, produce Think Pads y PC´s, en diferentes áreas 
manufactureras: Apro, Siem, Adetek, Adatsa, Caspem, Tecman, Solatec. 
Este programa pertenece a un esquema que es propio de la planta de Guadalajara, 
como el sistema justo a tiempo y las prácticas de negocios incubadores que se 
les facilita, infraestructura, equipamiento y asistencia técnica para que 
lleguen a complementar a los proveedores de IBM. 
“Las grandes empresas apoyan la incubación de empresas proveedoras, ya sea para 
realizar una estrategia de externalización o spin off de recursos productivos o 
generando capacidades nuevas. Además de recibir un grupo de emprendedores 
adecuadamente seleccionados –un promedio entre 15 a 20- con ideas de negocio. La 
incubadoras de empresas pueden contribuir a formar verdaderas concentraciones 
sectoriales de empresas, y contribuyen al cambio de mentalidad individualista 
del emprendedor, ya que dentro de los servicios que se le proporcionan son 
compartidos con otros emprendedores” (PNUD, 2000).
Las empresas Yamaver y Compuworld son incubadas en la planta de IBM Guadalajara, 
y el programa vendedor en casa es complementado con otros esquemas específicos, 
como los llamados sistemas Jetway e inventario de control, que se ajustan con el 
promedio de justo a tiempo y a las propias exigencias de los procesos de 
producción de IBM. De hecho, los proveedores llegan a ser socios de IBM, como 
Yamaver, Solectron, USI y Ureblock, éstos últimos, son proveedores de envases.
IBM ha desarrollado iniciativas que permiten al canal mayorista y revendedor, 
tomar parte en más negocios; uno es el Programa de Ensamblador Autorizado (AAP) 
que mediante el concepto built-to-order, da a los mayoristas y su canal la 
posibilidad de responder a necesidades de configuración y tiempo de entrega muy 
específicas de sus clientes.
De ahí que IBM trabaje en colaboración con Cadelec, ya que no sólo busca lograr 
que los “proveedores locales” (subsidiarias de empresas transnacionales) sean 
suministradores de la planta de Guadalajara, sino también, que amplíen sus 
abastecimientos a la empresa en sus operaciones globales. Esta empresa utiliza 
con eficiencia la flexibilización laboral para contratar a su operarios, pues de 
los 10,000 empleos que genera, casi el 80% proviene de casas contratadoras, que 
se adaptan a las necesidades de IBM.
Con las reformas a la Ley de inversión extranjera, en la que una empresa de 
capital foráneo puede ser poseedora del 100% de los activos, Hewlett-Packard, 
empresa que opera con el esquema PITEX, termina el joint venture con DESK 
(empresa mexicana). A mediados de los noventa, fortalece su reputación como 
centro regional manufacturero en la producción de la impresora “ink jet” o de 
chorro de tinta, convirtiéndose en una empresa estratégica para Estados Unidos y 
América Latina. Además de las oficinas en Guadalajara, tiene instaladas otras en 
Miami, Brasil y Argentina. 
Las operaciones manufactureras de HP es también por subcontratación con las 
principales CM´s que operan e Guadalajara:
HP de Guadalajara opera dentro de la cadena de la manufactura global y la red de 
producción local, en donde las CM´s juegan un papel determinante. Hp en México 
está dividida en dos unidades prácticamente independientes: MIPO (oficina de 
Productores Internacionales en México), que procura partes y componentes 
(impresoras, monitores, circuitos electrónicos y cables); y LADO (Operación de 
Distribución en América Latina), ensamblando sistemas de configuración y 
distribución de PC´s. 
HP cuenta con alrededor de 25 empresas de proveedoras, las más importantes son 
proveedoras de arneses y monitores, procuradas por empresas localizadas en 
México, como Molex y JPM Pantera, y las PCB, también son subcontratadas 
localmente por SCI Sytems, Solectron y Jabil Circuit. 
Respecto a las filiales CM´s y su red de proveedores localizadas en Guadalajara, 
son: SCI Sytems, Solectron, Flextronics, Jabil Circuit, NatStell, Yamaver, 
Dovatron, USI, Pemstar, Avex; subsidiarias todas de corporativos distribuidos en 
todo el mundo. 
En el caso Systems, empresa que opera con el esquema de PITEX, e instalada en 
Guadalajara para proveer localmente a IBM, funda 4 plantas: una en la Ciudad de 
México, otra en Monterrey y dos en la capital jalisciense. Una de estas últimas 
plantas ensambla y subensambla tarjetas para (PCAs). SCI cuenta con clientes 
localizados en Estados Unidos, y es el segundo exportador en Jalisco, después de 
IBM. Lo peculiar de esta empresa, es que es proveedora de sí misma, con otras 
plantas localizadas en México y Guadalajara, siendo Hewlett-Packard, uno de sus 
principales clientes, junto con Solectron: SCI provee a Solectron de PCAs, 
mientras esta última ensambla impresoras para Hewlett-Packard. 
Solectron de México es considerada como facilitadora de proveedores globales, 
aunque la planta de Guadalajara se encarga de producir ensambles de tarjetas 
electrónicas, suministrando. soluciones tecnológicas, operaciones manufactureras 
y servicios globales. El principal competidor de Solectron, es SCI y otros, como 
Jabil Circuit, Dovatron, Cumex y Flextronics; sin embargo, con la importancia 
que adquieren los vínculos entre empresas que operan en la misma área; de hecho, 
éstas empiezan a ser proveedores de las mismas OEM´s.
Otra de las empresas es Flextronics, de capital asiático (Singapur), que desde 
1995 se establece en San José California, EU. La planta en Guadalajara se 
instala desde 1997, operando con el régimen de maquila. En ese mismo año contaba 
con sólo una línea de producción y 120 empleados, pero a partir de entonces, el 
crecimiento ha sido constante, de tal manera que en 1999, tenía un parque 
industrial en expansión, y 1,300 empleados, aproximadamente. 
A lo largo de su historia, Flextronics se ha caracterizado internacionalmente 
por la innovación en la fabricación de productos electrónicos en manufactura, 
diseño y servicios. A la fecha cuenta con 26 plantas en todo el mundo, 
destacando las ubicadas en Malasia, China, Japón, Hungría, Alemania, México y 
EU. 
Sus principales proveedores están establecidos en el Parque de Tecnología 
Electrónica, de los cuales se pueden mencionar a Insight Electrónics, Bermo, 
Sothwest Sytems, Arrow y DTM, entre otros. Precisamente, en 1997, DTM Plastic 
Inc., empresa dedicada al proceso de manufactura en inyección de plástico, es 
invitada a unirse al parque industrial, iniciando sus operaciones en el mismo 
año, junto con Flextronic International Ltd, adquiriendo el nombre de DTM 
productos (El Informador, mayo de 1999). Respecto a la empresa NatStell, que 
opera con el esquema de maquila, cuenta entre sus principales clientes a nivel 
mundial, con, IBM, Hewlett-Packard, Apple y Compac; y localmente con Hewlett-Packard, 
IBM y Xeros (en Aguascalientes). 
NatStell es una empresa que se localiza en el Jetway, como proveedor de IBM. 
Esta forma de agrupamiento de las principales empresas de la industria 
electrónica en Guadalajara, es una muestra de cómo desarrollan estrategias 
competitivas que adoptan con enfoque de gestión, basado en la generación de 
vínculos de colaboración o de alianzas con otras empresas de su entorno. En 
particular, sobre la base de las relaciones establecidas con empresas 
complementarias y la puesta en común de los recursos disponibles, es donde las 
redes empresariales potencializan las capacidades de aprendizaje en dos formas 
distintas:
“ 1) El acceso a la experiencia de otra empresa y a su red de contactos, mejora 
la capacidad de cada firma para captar, seleccionar y utilizar la información y 
2) Las redes operan eficazmente como canal de difusión de innovaciones 
tecnológicas” (PNUD, 2000: 19-21)
La existencia de estos vínculos de confianza, permite generar un proceso de 
especialización y coordinación productiva. A través de la especialización, las 
empresas concentran sus esfuerzos en aquellas áreas (ya sea en ciertas etapas de 
un proceso productivo o en ciertos productos) donde poseen, o pueden alcanzar en 
el tiempo, capacidades superiores a las de la competencia. 
Esta modalidad de organización permite lograr mayor flexibilidad productiva, 
estándares de calidad más altos y acceso a nuevos conocimientos tecnológicos. 
Para participar se tiene que ser un proveedor “calificado”, específicamente 
aquél con quien el contratista ha abierto una cuenta; por lo que el éxito de una 
empresa local mediana y pequeña, para insertarse en algunas de estas redes es 
completamente nulo. 
Sin embargo, como ya se explicó en la Zona Metropolitana de Guadalajara 
(economía de aglomeración), tiene todas las condiciones para que se formen redes 
empresariales, pero con capitales extranjeros y negociar sus ventajas 
competitivas a través de los agentes locales, más allá del precio de la “mano de 
obra”. Los países o regiones locales más competitivos poseen:
“-En el nivel meta, estructuras básicas de organización jurídica, política y 
económica, capacidad social de organización e integración, y capacidad de los 
actores para la interacción estratégica;
-Un contexto macro que exige mayor eficacia de las empresas;
-Un nivel meso estructurado, donde el Estado y los actores sociales desarrollan 
políticas de apoyo específico, fomentan la formación de estructuras y articulan 
los procesos de aprendizaje en el ámbito de la sociedad, y
-En el nivel micro, un número de empresas que buscan simultáneamente la 
eficiencia, calidad, flexibilidad y rapidez de reacción, estando muchas de ellas 
articuladas en redes de colaboración recíproca” (Esser, 1999: 71). 
La enumeración de estos rasgos que debe de contener toda región económica, se 
circunscribe con cierta relatividad en su contenido a la ZMG, pues mientras que 
las políticas de nivel macro se van haciendo homogéneas en el ámbito mundial, 
las localizaciones industriales difieren mucho de un país a otro, y precisamente 
en el diseño de estas localizaciones, están determinadas por una constelaciones 
de instituciones a nivel meso. 
No es lo mismo el Valle del Silicio en California Estados Unidos, que el 
jalisciense; pues en este último, la organización industrial establecida es una 
barrera de entrada importante para nuevos proveedores potenciales. Las empresas 
de marca establecidas, han integrado su propia red de proveedores extranjeros 
con procesos, partes y componentes importados, por lo que los costos para 
proveedores potenciales locales y nacionales, son extremadamente altos. 
Conclusiones.
El haber decidido utilizar como primera instancia la perspectiva regional, 
complementada con la competitividad sistémica, nos apoyó para concretizar el 
concepto de región a partir de los actores económicos que la definen, así como 
las estrategias que emplea cada uno. De esta manera fue que pudimos hacer 
práctico el enfoque de hibridación teórica, con los niveles micro, macro, meso y 
meta que plasman sus acciones y estrategias en los cuatro agentes económicos que 
configuran una determinada región.
Pero más allá del carácter instrumental, habría que integrar lo sistémico al 
aspecto central del concepto de competitividad, es decir, que los factores 
determinantes se comprenden a partir de la relación recíproca entre elementos y 
factores localizados en cuatro niveles diferentes. Por lo que el desarrollo 
industrial no se logra por medio de factores en el nivel micro de las empresas, 
y macro en las condiciones económicas, sino que es necesario aplicar medidas 
específicas por parte del gobierno e instituciones no gubernamentales, 
encaminadas a fortalecer la competitividad de las empresas (nivel meso), en 
donde la capacidad para articular políticas de promoción en los niveles meso y 
macro, depende de estructuras políticas y económicas fundamentales de 
constelación de actores (nivel meta).
Estos elementos resultan importantes como estrategias de desarrollo, ya que son 
la expresión práctica de los actores económicos (transnacionales, economía 
mundial, Estado nación y Estado local).
Por lo que al tipo de hibridación teórico propuesto, le corresponde otro modelo 
híbrido concreto, pero anclado al concepto de región, a través del manejo de 
conceptos abstractos y desglosándolos en dimensiones inter actuantes (global, 
mesoglobal y local-periférico); para que a su vez pueda traducirse en 
indicadores cualitativos y cuantitativos. 
La compleja interacción de los tres niveles (global, mesoglobal y local 
periférico) tienden a extenderse en el ámbito mundial, pero con rasgos tan 
específicos, que consolidan procesos de producción regionalizados, como en el 
caso de México y sus regiones económicas, con operaciones de ensamble o de 
manufactura con creciente número de filiales o subsidiarias de las empresas más 
globalizadas, que edifican sus propias redes de acuerdo a los requerimientos y 
exigencias de los corporativos transnacionales. 
Respecto al modelo que predomina en la ZMG no es sólo el de formación de redes 
de subcontratación o de franquicia que giran en torno a grandes empresas, sino 
que se podría hablar también de una región virtual de identidad corporativa 
internacional, en donde las alianzas entre empresas se instrumentan en razón de 
un territorio funcional y coyuntural a la red global. 
Es decir, la región no sólo es un espacio puramente económico de interrelaciones 
transnacionales (insumo-producto), sino que se articula a una lógica común de 
tecnologías de comunicación, y sobre todo, de emplazamientos programables y 
flexibles de acuerdo a los requerimientos de las empresas globalizadas 
estadounidenses.
La industria electrónica en Guadalajara ha desarrollado lo que se conoce como 
los encadenamientos mercantiles globales, que presentan a las empresas como un 
punto de un conjunto de encadenamientos hacia atrás (hasta los insumos básicos 
de producción) y hacia delante (hasta la distribución del producto al 
consumidor); estos encadenamientos globales mercantiles normalmente son 
dirigidos por un “líder” que varía su ubicación, dependiendo de un 
encadenamiento a otro, estas empresas líderes (Om´s) asumen su responsabilidad 
por el diseño y desarrollo del producto, por la división del proceso de 
producción en las etapas que la componen, y por la asignación de esas etapas a 
varias empresas y ubicaciones geográficas alrededor del mundo. 
Por otra parte, resulta que para que la industria electrónica tenga un 
desarrollo industrial exitoso, éste no se logra solamente por medio de factores 
en el nivel micro de las empresas y en el nivel macro -de las condiciones 
macroeconómicas en general-, sino que es necesario, además, la existencia de 
medidas especiales por parte del gobierno y de instituciones no gubernamentales 
(Cadelec y Caneiti), encaminadas al fortalecimiento de la competitividad de las 
empresas (nivel meso), en donde la capacidad de articular políticas de promoción 
en los niveles meso y macro, dependen de estructuras políticas y económicas 
fundamentales, y de una constelación de actores nivel meta (identidad regional, 
capacidad estratégica de actores empresariales).
Esta competitividad sistémica ha venido acompañada por una orientación 
industrial en el estado de Jalisco, con un sesgo sectorial, selectivo y 
discriminador. La selectividad en el plano mesopolítico, apunta a “fortalecer a 
los fuertes” para erigir con rapidez núcleos industriales dinámicos y 
localizaciones industriales eficientes que dependen de determinaciones exógenas
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