Observatorio Economía Latinoamericana. ISSN: 1696-8352
Latinoamérica


LAS DOS GRANDES CRISIS DEL CAPITALISMO Y SU IMPACTO EN LATINOAMÉRICA

Autores e infomación del artículo

Sergio Martín Fernández*

sergio.martinf.91@gmail.com

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 Resumen.
En el contexto actual, dominado por los problemas de los países occidentales para superar la Gran Recesión y las dificultades de los países periféricos a consecuencia de las interconexiones entre los capitales internacionales, no podemos olvidar que aún no se han estudiado y comprendido completamente las características de esta crisis estructural del capitalismo. Es por ello que este texto surge para aportar un análisis diferente, desde la perspectiva de los países Latinoamericanos y a través de la comparación entre los efectos de la crisis actual y la otra gran crisis del capitalismo, la Gran Depresión. Las conclusiones extraídas son motivo de reflexión sobre el modelo de acumulación e inserción de las economías latinoamericanas.
Palabras clave: Historia Económica, América Latina, Caribe, Economía Política, Crisis Económica
Abstract.
The current scenario is characterized by the struggles of western countries to overcome the Great Recession and difficulties of peripheral countries originated in their connection to the international capital flows. Nevertheless, there is still a lack of deeper study and knowledge about the specific characteristics and features of this structural crisis. Thus, the motivation of this work is to add a different analysis from the perspective of countries in Latin America through a comparative analysis of the effects of the current crisis and the past largest crisis of capitalism, the Great Depression. The conclusions extracted here lead to the consideration of the model of accumulation and insertion from the Latin American economies.
Keywords: Economic History; Latin American; Caribe; Politics Economy; Economic Crisis.
 Clasificación JEL: N16; O54; P16



Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Sergio Martín Fernández (2016): “Las dos grandes crisis del capitalismo y su impacto en Latinoamérica”, Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, Latinoamérica, (enero 2016). En línea: http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/la/16/crisis.html


Objetivos y justificación

 

Este  trabajo  pretende  presentar  una visión diferente de  las  comparaciones  que desde el inicio de la actual crisis mundial se vienen realizando con la  Gran  Depresión. Diferenciándose tanto en el marco de estudio, enmarcado en América Latina, como por presentar un punto de vista que parte desde la historia económica, sosteniendo que esta disciplina puede aportar más que otras al debate dentro de los estudios comparados en el tiempo. Con estas características se estudiarán las diferencias entre ambas crisis económicas a través del impacto que han tenido en las economías de América Latina.

El fuerte interés generado en la comparación de ambas crisis se sostiene por sus similitudes, ambas produjeron fuertes caídas de la actividad económica mundial y tuvieron sus orígenes en los países centrales, extendiéndose posteriormente a los países  periféricos.  Entre las economías periféricas encontramos al continente latinoamericano,  que no ha sido ajeno a las dos crisis, reflejado en el gráfico 1. Esta región sufrió un  importante  shock  productivo  en las dos crisis de distinta intensidad  y  duración,  siendo  más  contundente  y  prolongado  el  impacto generado  por  la  Gran  Depresión  que  el  impacto  de  la   Gran  Recesión. Lo que no elimina la  similitud  entre  ambas  crisis, con un mismo centro de origen en Estados Unidos, una segunda propagación a través de la desconfianza en burbujas financieras (o de deuda) en Europa, y el contagio final  a  los  países  periféricos  a  través  de  distintos  canales,  tanto  comercial  como financiero.

El análisis que se realizará en este trabajo se enfocará en la observación del impacto que  recibió  América  Latina  como  país  periférico  ante  las  dos  crisis,  cuáles  fueron  las consecuencias  y  como  actuaron  los  gobiernos  de  la  nación. De  esta  forma  a  través  de una comparación de los dos momentos históricos y de las variables que los principales autores acentúan  como determinantes, presentaremos que diferencias se pueden encontrar entre ambas crisis, extrayendo de esta manera  conclusiones  sobre  la  región  ante  futuros  shocks externos y su desarrollo económico.

Por lo que el texto viene justificado en la necesidad de introducir los análisis históricos para comprender las crisis del sistema capitalista de forma que puedan extraerse lecciones del pasado  para resolver los problemas que generan y no repetir  errores  pasados por no estudiar y comprender de manera suficiente el pasado. Un análisis opuesto al neoclásico, que entienden las crisis como eventos puntuales y únicos, y no como la consecuencia de las contradicciones internas del sistema capitalista de producción.

Con el estudio  de  los  datos  del  PIB  per  cápita  para  varios  países  Latinoamericanos  y  cuatro representantes  de  las  naciones  más  desarrolladas  (Alemania,  Gran  Bretaña,  Estados Unidos  y  Francia)  presentados  en  los  cuadros  1  y  2,  observamos una diferente  reacción  de  los  países   latinoamericanos   en   ambos   periodos.   Si   en   el   Crash   del   29   los   países Latinoamericanos  aún  con  un  impacto  menor  que  los  países  desarrollados  tuvieron dificultades para recuperar  su  PIB  per  cápita  de  niveles  pre-crisis. Como ejemplos Argentina,  Chile  y Uruguay no lo habían  recuperado antes de la Segunda Guerra Mundial, y en cambio, entre  los  países  desarrollados  tal  caso  solo  sucedió  en  EEUU.  La  situación  en la crisis de 2008 muestra  algo  muy  distinto, exceptuando Venezuela (por los problemas geopolíticos) y México (por su gran dependencia del ciclo norteamericano) los países latinoamericanos recuperaron en el 2010 el PIB per  cápita  de pre-crisis, es decir, solo un año después del impacto de la crisis en América  Latina. Todo  lo  contrario  ocurrió en  los  países  desarrollados, entre  los  cuales  solo Alemania  había  recuperado  el  PIB  per  cápita  al  finalizar  el  año  2012.

Tenemos  por tanto  que  en  esta  segunda  gran  crisis  mundializada, Latinoamérica  sufrió menos  el  impacto  como  ocurrió  en  el  Crash  del  29  con  respecto  a los  países desarrollados, pero a diferencia de los años 30 en la crisis actual, Latinoamérica supo reaccionar  y  recuperó  la  actividad  productiva  rápidamente. Cabe matizar que en ambos  impactos  y  la forma en que respondieron a ellos  cada  nación,  la  región  presentó una marcada  heterogeneidad, como se presenta en los Cuadros A.1 y A.2, en el que se desagregan los años que cayó el PIB per cápita respecto al año anterior  y  cuando  comenzaron  a  crecer  de   nuevo, desagradado por países. Lo que recuerda la marcada disparidad de la región y como las variables explicativas de los impactos de las crisis del centro en la periferia, pueden llegar a variar según la estructura productiva de cada Nación.

Para  comprender  mejor  y  evaluar  cuales  fueron  las  diferencias entre ambas crisis,  en los dos siguientes  capítulos  se  propondrá  un repaso  bibliográfico  sobre  las  explicaciones  de    ambas  crisis  a  través  de  distintos autores  y  poder  apreciar  cuales  son  las  diferencias  que  después  se  matizarán  y/o ampliarán. Por último se sintetizarán unas breves conclusiones así como se dejarán abiertas posibles futuras líneas de investigación.

La Gran Depresión y la ruptura del auge en América Latina. 

El  periodo  anterior  al  Crash  bursátil  de  1929  se caracterizó por un  extendido  e  importante crecimiento  en  toda  la  región  latinoamericana,  beneficiándose  del  contexto  favorable de la  Primera Guerra  Mundial  que les permitió expandir sus  exportaciones hacia los países   beligerantes   que   requerían   productos   primarios,   en   particular   metales   y alimentos, por lo que América Latina se aprovechó de los últimos años de la Primera Globalización. Periodo el  cual  para  Marichal  (2011)  no  concluye  para  la región latinoamericana en  las fechas  señaladas  normalmente  por  Historiadores  y  economistas  occidentales  con  el comienzo de la Primera Guerra Mundial. En este contexto tan favorable, la región solo tendrá dos años de  caída de la actividad económica, entre 1920 y 1921, pudiendo en los años   20s   aprovecharse   de   los   réditos   del   periodo   anterior   que   le   permitieron incrementar  las  importaciones  de  bienes  de  consumo,  de  maquinaria  y  energéticos (Marichal, 2010a).

Otro punto importante del contexto de pre-crisis, fue la entrada y salida de los países Latinoamericanos en el patrón oro  y los efectos que tuvo sobre la política económica, así en los años 20s volvieron al patrón oro bajo la presión de Norteamérica. Presión que podía  ejercer  debido  a  la  posición  como  principal  socio  comercial  y  financiero  de  la región,  sustituyendo  al  final  de  la  1ª  Guerra  Mundial            a  Gran  Bretaña.  Los  bancos privados   Norteamericanos   vieron   en   la   región   una   oportunidad   para   realizar inversiones  rentables para los capitales norteamericanos en  los  estados  nacionales,  provocando un  endeudamiento masivo  en  los  Estados  Latinoamericanos.  Son  estos  dos  últimos  aspectos (atadura al patrón y endeudamiento) los que limitarán la acción del Gobiernos ante el shock del 29.

Existen distintas explicaciones sobre cómo se produjo el contagio de la crisis del centro capitalista a la periferia, para Marichal (2010a) fue el colapso del comercio internacional el  canal  principal  de  contagio  hacia  las  periferias  mundiales,  que  había  sido  el principal componente del  crecimiento en las décadas anteriores de los países de región, que se habían especializado en exportaciones de reducido valor añadido. Desde  1929  los  mercados  mundiales  fueron  cerrándose, llevando a la caída  de  los  ingresos  de  los  Estados  que se nutrían de  los  impuestos  al comercio,  para pagar los intereses de las deudas.

Otros  dos  factores  tuvieron  un  importante  peso  a  la  hora  de  extender  la  caída  de  la actividad económica de los países industrializados a los más pobres. El primero la caída de  los  precios  a  nivel  mundial  de  las  materias  primas, reflejándose en la caída  de  los términos  de  intercambio,  a  consecuencia  del  menor  montante  de  importaciones realizado por los países ricos y el incremento del proteccionismo de estos (Maddison, 1988).  Esta  caída  Maddison  (1988)  y  Alejandro-Díaz  (1988)  se da previamente a la caída de las exportaciones. Debido a la caída de las importaciones de productos primarios por parte de los países desarrollados. La caída en los términos de intercambio se inicia en 1927, con una recuperación a mediados de los  30s,  y a partir de 1937  cayeron nuevamente  (Maddison,  1988).  Asegura Díaz-Alejandro  (1988) que  tuvieron mayor importancia  las  caídas  de  los términos de intercambio que las de las exportaciones para los países Latinoamericanos, sosteniendo así que  la Gran Depresión no supuso más que un empeoramiento de la situación  derivada  de  la especialización productiva de las economías  exportadoras  en  productos  primarios  que  se tuvieron  que  enfrentan  a  una  caída  en  los  precios  de  productos  en  los  mercados mundiales. Siendo así los precios la variable que permite entender el desarrollo de  la  Gran  Depresión  en  América  Latina  y  el  porqué  de  la  heterogeneidad  en  los impactos y respuestas de las diferentes naciones.

Por último, agravando los problemas de la crisis,  tanto  Maddison  (1988),  como  Marichal  (2010)  y Rosemary Thorp (1988) resaltan la  importancia que   tuvieron  los impedimentos  para los distintos Gobiernos de realizar una política contracíclica. Dos fueron los principales, la pertenencia al patrón oro y los montantes de deuda generados en el periodo de auge.

El patrón oro supuso que ante la caída del comercio los países tuvieran que defender su tipo  de  cambio  con  lo  que  implicaba  realizar  políticas  conservadoras  tanto  fiscales como monetarias y sobre todo impedía la depreciación de las monedas, esto supuso una salida de divisas en pagos a los intereses de la deuda que actuaba como segundo gran obstáculo para la realización de políticas expansivas, debido a que retraían gran parte de los recursos obtenidos en un comercio exterior cada vez menor.

Esta situación ponía a los gobiernos en una encrucijada al tener que elegir entre  pagar las  deudas  contraídas  o  realizar  políticas  contracíclicas,  como  la  devaluación  de  la moneda y la protección respecto a las importaciones.

La Gran Recesión y el shock del 2009.

Como  observamos en el primer gráfico, el efecto de  la actual crisis no comenzó a ser observable en el PIB per cápita de Latinoamérica hasta el año 2009, y el impacto en la actividad económica dependiendo de los  países  fue  de  un  año,  a  lo  sumo  dos  en  países  con  fuertes  conexiones  con  el entramado financiero norteamericano o incluso ningún año  como el caso de Uruguay.

Gran parte se debe al tipo de canal por el que se trasmitió la crisis y como posteriormente comprobaremos a la capacidad de los gobiernos de tomar decisiones de política económica en favor de sus pueblos. Siguiendo  a  Ocampo  (2009)  existirían tres canales: las remesas, el comercio internacional y las corrientes de capital. Las primeras debido a la  caída  de  la  actividad  económica  en  los  países  desarrollados  y  el incremento de las tasas de trabajadores desempleados han descendido, reduciendo el saldo neto positivo (Mateo, J. P., 2015) aunque con un impacto mínimo. El segundo canal, es según el autor el de mayor importancia puesto que la región había tenido un periodo previo de apertura comercial desde los 90s y muchas economías habrían retornado a un modelo  exportador que  se  vería  muy  afectado  ante  una  contracción  de  los  mercados mundiales. Por último,  los  flujos  de  capital,  que  a  pesar  de  la  contracción  de  los créditos  internacionales  la  región  presentó una  situación  pre-crisis  mejor  que  en  la Gran  Depresión,  al  vivir  un  periodo  de  poco  endeudamiento  y  donde  predominó  la inversión en cartera y directa a lo que se sumó el notable incremento de los mercados internos   de   capitales. Aun produciéndose   en   2008   una   caída   en   las   bolsas latinoamericanas y presiones sobre los tipos de cambios, no tuvo más que una repercusión temporal.

Cuando  hablamos  de  la  situación  pre-crisis,  hablamos  del  periodo  que  va  de  2003  a 2008 que supuso un periodo  de notable crecimiento generalizado para toda la región Latinoamericana, permitiéndole de esta forma recuperarse de tres décadas de crisis de diversas tipologías. En este periodo se reprimarizó la estructura de sus exportaciones unido al auge de  los  precios  de  los  productos  primarios que  las  conformaban,  permitió  a  estos  países  entrar en la senda de crecimiento económico y de posibilidades para su desarrollo, aunque sostenido sobre los débiles diques de una estructura dependiente y subordinada a la demanda de los países ricos (Mateo, J.P., 2015).  Bien es cierto, que en este periodo hubo un mejor  manejo  de  los  réditos  de  la  época  de  bonanza  pre-crisis,  de  tal  forma  que  los países  pudieron  afrontar  este  periodo  con  reducidos  endeudamientos  (renegociaciones y quitas incluidas) y un buen aprovisionamiento de reservas internacionales muy importante como afirman Ocampo (2009), French-Davis (2009) y Marichal (2010). Un escenario muy diferente que el vivido antes de la Gran  Depresión  a  la  que  los  países  latinoamericanos  llegaron  con  escasas  reservas internacionales y un elevado endeudamiento público, lo que en ese momento impidió la toma de políticas contracíclicas, así afirma la CEPAL (2014) “No obstante, y como demuestran las cifras, los efectos de la crisis no han alcanzado el dramatismo de eventos anteriores, lo que se debe, entre otras razones, a la combinación de  un  entorno  externo  previo  muy  favorable  y  un  mejor  manejo  de  la  política macroeconómica, que permitió a la región reducir su endeudamiento, repactar el pago de  la  deuda  en  mejores  condiciones  y  aumentar  al  mismo  tiempo  sus  reservas internacionales.”  

Marichal  (2010)  y Mateo, J.P (2015) suman  un canal  más de impacto de la crisis,  la bajada notable de los ingresos por turismo que habría  repercutido  fuertemente  en  la  financiación  de  los  países  de  Centroamérica  y Caribe,  los  cuales  presentan  un  mayor  grado  de  dependencia  de  las  actividades turísticas y de ocio.

Por  lo tanto, apreciamos que la literatura pone el acento en diferentes elementos a  la hora de señalar los canales de trasmisión y por tanto las causas del contagio de las crisis exógenas  en  la  periferia  (Latinoamérica).  Intentaremos  evaluar tres de los canales expuestos  para poder comprender cual pudo ser la influencia de cada uno en el contagio de la crisis de 2008, y a través de él comprender porque este shock tuvo menor impacto en las economías latinoamericanas que el de la Gran Depresión.

El impacto sobre el comercio, los términos de intercambio, la transformación del comercio centro–periferia y las políticas económicas

Dando  un  paso  más  en  nuestro análisis,  entraremos en este apartado en el análisis de  las variables más importantes entre las remarcadas por los autores como las causas y consecuencias de ambos periodos de crisis. Para sintetizar se han seleccionado cuatro variables, que serán: el comercio  exterior, los términos de intercambio, las principales políticas económicas frente a la crisis y una propuesta personal del autor sobre el cambio y la repercusión de la estructura de socios comerciales de la región.

El Comercio Exterior

El efecto que tuvo la Gran Depresión sobre el Comercio Internacional fue instantáneo y  profundo, observable en el gráfico 2,  de  ahí  que  los  autores  antes citados diesen importancia al factor del comercio como fuente de contagio de la crisis financiera.  Denotar que  el comercio Internacional no volvió a recuperar su volumen de 1929  antes  de  la  2ª  Guerra  Mundial,  por  lo  que  para  economías  con  un  modelo  de crecimiento dependiente de las exportaciones el impacto se agudizó.

Al contrario si observamos el gráfico 3,  el impacto de la crisis del 2007  se notó por primera  vez  en  Octubre  del  2008,  ya en los  meses  anteriores  presentaba  un importante estancamiento, pero ya a mediados del 2009 comenzó a crecer de nuevo para recuperar en el 2010 los niveles de pre-crisis.

Lo  que  nos  permite  aclarar  que    la  caída  del  comercio  internacional  fue  menor  en  la actual crisis comparándola con la Gran Depresión, siendo el shock externo menor  para  la  región. Para  confirmarlo,  estudiaremos los movimientos en las series de las exportaciones e importaciones para 4 países latinoamericanos, en los dos periodos hasta ahora estudiados. 

Las series de exportaciones e importaciones, en los gráficos 4 y 5, presentan las dinámicas generales, como la fuerte caída hasta 1932 consecuencia de la caída del comercio internacional. Otro hecho relevante a destacar es la diferencias existentes  entre países, así apreciamos que Chile debido a su  mayor  tardanza  en  la  salida  del  Patrón  oro  tuvo  un  impacto  mayor  que  los  otros países  de  la  región (sus exportaciones cayeron un 80%), al contrario que Brasil tuvo una recuperación más ágil siguiendo una  política  de  sustentación  de  los  precios  de  su principal  producto  exportador,  el  café.  Junto  a  Brasil  encontraríamos  a  México  que jugó con una  importante  ventaja  con su  reducido  endeudamiento,  permitiéndole  una mayor flexibilidad a la hora de seguir importando, apreciable en la recuperación de las importaciones.

Muy distinto es el panorama que presentan las series de datos para la Gran Recesión (gráficos 6 y 7), estos mismos países no sufrieron apenas el impacto en sus importaciones y si en  las exportaciones en un 20%  (en  el  2009), aunque para  el  año  siguiente  ya  habían  recuperado  el  nivel  de  2008  de ambas  partidas. No obstante, si se intuye el comienzo de un cambio de trayectoria, de un crecimiento sostenido hacia un estancamiento o un crecimiento más lento  del comercio internacional para América Latina.

¿Tuvo  por tanto el  mismo  impacto  la  crisis  exógena  a  través  del  comercio exterior en la  Crisis de 2007  que  el  que  registró   la  Gran  Depresión?  La  respuesta  parece  clara,  no,  el impacto proveniente del comercio internacional fue menor en la actual crisis.  Permitiéndonos adelantar que  a  pesar de  ser  un  importante  canal de  trasmisión  lo fue en  mayor medida en la crisis de los años 30s que en las crisis reciente. Por ejemplo, Argentina vio menguar sus exportaciones entre 1928 y 1933 en un 64,7% y Chile  en el mismo periodo un  78%,  sin  embargo,  en  la  actual  crisis,  en  Argentina  las  exportaciones  en  2009 cayeron un  18,74%  y  en  Chile la  caída  fue  de  un  15%.  Cabe  decir  que en  los gráficos no quedan representados los impactos en países caribeños o de Centroamérica, pero  la  dificultad  para  obtener  sus  datos  durante  la  Gran  Depresión  no  permitía realizar un análisis comparativo similar al realizado con los otros cuatro países.

Términos de Intercambio

Debemos poner un fuerte énfasis en los términos de intercambio, puesto que implican un  fuerte  desequilibrio  en  la  balanza  de  pagos  y  como consecuencia  una  salida permanente  de recursos  y en  un  determinado  momento  la  imposibilidad  de  importar ciertos elementos necesarios para el desarrollo de las fuerzas productivas de las naciones periféricas. La comparación para ambos periodos históricos queda reflejada en el cuadro 3.

Encontramos  grandes  diferencias  entre  un  periodo  y  el  otro,  si  en  los  años  30s  los términos  se  deteriorarían  hasta  1933  y  tras  un  periodo  de  ascenso,  a  partir  de  1937 volverían a empeorar. En el periodo del siglo XXI solo muestran un empeoramiento de un año, en el 2009, para continuar su mejora constante en los siguientes años a pesar de que al igual que en las exportaciones se produce una nueva caída en el 2012. Así la fuerte deflación  empeoró de sobremanera el impacto de la caída del comercio mundial en la Gran Depresión, por el contrario en la Gran Recesión únicamente se vivió un año de  fuerte  caída  de  los  términos  de  intercambio,  en  el  2009,  de  forma  paralela  fue  el único año de caída porcentual de la renta. Podemos por tanto incidir en el mayor impacto  de  la  caída  de  los  términos  de  intercambios  en  los  años  30s  de  manera prolongada, provocando fuertes déficits, empeoramientos de la capacidad de compra de los países latinoamericanos e incapacidad para los pagos de  los  intereses  de  la  deuda,  mientras  en  el  2009  fue  un  año  de  caída  sin  mayor prolongación. En la actual crisis la especialización de las materias primas (que podría ser síntoma de un fragilidad estructural de la economía) apoyada en la menor caída de los Términos de intercambio suavizó el impacto de la crisis vía comercio exterior (Vicéns Otero, J., 2009)

No obstante, el impacto de los términos de intercambio no son homogéneos en toda la  región, porque  su  incidencia  depende  de  la estructura  de  exportaciones  e  importaciones  de  cada  país y más en concreto de  su  principal  producto  de  exportación  y  la  capacidad  para sustituir el producto perjudicado por alguno otro que se vea favorecido por las nuevas tendencias de la demanda internacional. En ambas crisis, hubo países que a pesar de las   caídas   agregadas   observadas   anteriormente   de  los   términos   de   intercambio, mejoraron o al menos no fue catastrófica la caída de sus términos de intercambio.   Así para la CEPAL (2009b)  los  precios  que  más  cayeron  (como consecuencia  de  la  Crisis  del  2007)  fueron  los  energéticos  frente  a  los            productos agropecuarios  y  minerales  (y  metales),  lo  que  supone  que  el  análisis  agregado  puede llevar a equivocaciones debido a que tanto en el periodo de auge como en el de caída de los  términos  de  intercambios  no  sean  homogéneos, dando lugar a  “ganadores”  y “perdedores”,  aunque  exista  una  tendencia  general.1
En  la  Gran  Depresión  existieron  también  divergencias  en  el  impacto  de  los términos  de  intercambio. Bulmer Thomas (1998) resalta que los  ganadores  principales  en  este  periodo  fueron  los  productores  de  oro (Colombia y Nicaragua) y plata (México), mientras otros productores de minerales como Chile  se  unieron  al  club  de  los  más  afectados  por  la  caída  de  los  términos  de intercambio.

Políticas económicas frente a las crisis exógenas

Debido  al  diferente  impacto  que  hemos  podido  apreciar  en  las  variables  hasta  ahora analizadas,  intentaremos  en  este  apartado  desagregar  cuales  fueron  las  principales similitudes  y  diferencias  en  la  actuación  de  los  gobiernos  nacionales  de  la  región latinoamericana, que también fueron claves a la hora de diferenciar la duración del impacto de ambas crisis. 

Para entender como actuaron los gobiernos nacionales en la región, debemos recordar cuál era la situación de pre-crisis, un fuerte endeudamiento junto a los límites para la actuación que imponía la pertenencia al patrón oro, ambas condiciones implicaban una grado alto de rigidez en la actuación ante un shock productivo.  De tal forma que una de las  primeras  soluciones,  más  o  menos  forzadas,  fue  la  salida  del  patrón  oro  y  la suspensión de pagos o moratorias.  El primer país en salir del patrón oro fue Argentina recién comenzada la  depresión  en  1929,  Brasil,  Venezuela  y  Bolivia  en  1931,  Ecuador, Colombia, México, Nicaragua y El Salvador en 1932, para 1933 saldrían Chile Uruguay, Costa Rica, Haití y Honduras y por último, Guatemala en 1934 a la vez que lo hiciera Estado Unidos (Marichal, 2010). Tras esta ruptura con uno de los cuellos de botella que estrangulaba a los gobiernos, la dirección de las políticas económicas cambió y se produjeron elevaciones de los aranceles, depreciaciones de la moneda y por último, la suspensión del pago de la deuda. Bajo un contexto de contracción del comercio y los flujos de capitales,  los  Gobiernos  apostaron  por  poner  las  bases  de  una  estrategia  de sustitución de importaciones.

La apuesta de los países por una política heterodoxa que se salía de lo marcado por la ortodoxia  que imponía  el  patrón  oro,  les  permitió  remontar  la  situación,  cosa  que sucedió  tanto  para  los  países  latinoamericanos  como  para  aquellos  europeos  que también aplicaron una rápida salida del patrón oro, fueron aquellos que salieron antes de la Gran Depresión (como  se observa en el cuadro 3, Gran Bretaña mejora antes su renta antes que Francia o EEUU). También existió en la región una fuerte variedad en la diversidad de las actuaciones. En Argentina no se dejaron de pagar las deudas, pero si se aplicaron políticas  monetarias y fiscales expansivas. Brasil tuvo una política de lucha contra la caída de los ingresos por las exportaciones del café a través  de ayudas internas, junto a esta política a partir de 1931  pudo  incrementar  su  déficit  fiscal,  por  último  la  llegada  de  Vargas  supuso  la entrada  de políticas  proteccionistas  y  la  búsqueda  de  una  política  industrialista. En cambio,  Chile  que  tuvo  graves  repercusiones  por  la  caída  del  mercado  mundial, aplicaron  políticas  muy  ortodoxas  lo  que  llevó  a  un  proceso  deflacionario  que  no  se corrigió hasta  su salida  del  patrón  oro y la posterior moratoria de la deuda que permitió a Chile salir de la crisis.

Otros  países  como  México  o  Cuba  sufrieron  más  las  conexiones  que  mantenía  su economía con la norteamericana tanto en el comercio como en los flujos de capitales. Frente a  los  problemas  cubanos  para  retomar  la  senda  del  crecimiento, México tuvo mayores oportunidades para la realización de políticas heterodoxas gracias a la buena situación de su deuda la cual ya había suspendido una década atrás.

En la Crisis  del  2008,  según  Ocampo  (2009)  las  economías  latinoamericanas  llegaron  con unas estructuras económicas más fortalecidas por el periodo de expansión previo entre el  2003-2007,  que se diferenciaba del periodo de auge previo a la Gran Depresión, como resaltan Ocampo (2009)  y  también  Marichal  (2011)  por haber realizado  políticas  inteligentes  y  racionalizando el  periodo  de  abundancia  para  poder  favorecerse    ante  un  posible  shock. Una mayor estabilidad de las finanzas públicas y privadas, permitió  a los Bancos Centrales reducir las tasas de interés y a los Gobiernos realizar políticas fiscales expansivas  (Marichal, 2010). Habría  que  añadir  el  aprovisionamiento  de  reservas internacionales que hicieron los países que contrasta con la escasez que encontraron los países latinoamericanos en la crisis del 29, provocando la reacción de los países a limitar las importaciones.

Un análisis pormenorizado de las políticas que se aplicaron en el 2009 por parte de los países en América Latina y Caribe, es el informe realizado por la CEPAL (2009 a) para la Quinta Cumbre de las Américas, del cual se puede extraer que la gran parte de los países latinoamericanos aplicaron un fuerte política fiscal expansiva, predominando una política contracíclica. Algunos casos como los de Argentina, Brasil (en estos  dos  casos  las  políticas  de  gasto  público  y  aumento  de  los  subsidios  junto  a  las políticas de Argentina de protección de sectores delicados y Brasil de las ayudas para la importación de productos claves, fueron muy destacadas), Chile (en el que se utilizó el Fondo   de   Estabilización   Económica   y   Social   por   primera   vez)   y   Colombia,   se acompañaron  de  un  abanico  de  medidas  que  engloban  la  política  monetaria,  las políticas  de  empleo,  las  sectoriales  e  incluso  la  política  monetaria.  México  se centró en mayor medida en políticas sectoriales y de empleo, ante ciertos límites impuestos por sus acuerdos con EE.UU.  Por tanto, fueron las políticas expansivas las que permitieron contrarrestar los efectos de la crisis del 2008, la velocidad con la que se revirtió la situación tuvo mucho que ver con el mejor aprovechamiento del auge de pre-crisis en la Gran Recesión que en la Gran Depresión, y una tendencia en los Términos de Intercambio favorables para esta región en el siglo XXI.

Cambio en la estructura de los socios comerciales de la región.

Añadimos una variable  que  exceptuando a Mateo, J. P (2015) y pequeñas  anotaciones en  Bulmer  Thomas  (1998)  y  Maddison  (1988)  no  se  hace hincapié entre los autores mencionados durante el texto.

De esta forma partiendo del concepto modificado de la desconexión (término acuñado por Samir  Amin) que en su origen se utilizaba para denominar   el   desarrollo   auto-concentrado   como   forma   de   deshacerse   de   la dependencia el centro económico (EE.UU y Europa), en este trabajo se centra en la desconexión del centro económico hegemónico (EE.UU y Europa) en favor de un nuevo centro  comercial  alternativo,  es  decir,  dentro  de  un  nuevo marco del comercio capitalista. Donde emerge un nuevo polo de hegemonía inversora-comercial en  Asia   (en   concreto  en China e India)   junto a Rusia e Irán. Y como este nuevo centro económico  modifica tanto  en  términos  comerciales  como  de  transferencia  de  capitales, los   efectos   de   un   shock   exógeno   para   la   región latinoamericana, dándole la posibilidad de virar de un centro a otro según su desarrollo interno lo necesite. Lo que no es incompatible con el problema de la inserción internacional dependiente de los capitales externos y de una estructura de productos primarios y sin desarrollo tecnológico, de la región.

Los datos permiten sostener esta interpretación, mostrando que los para 1929 4 países EE.UU, Gran Bretaña, Francia y Alemania representaban más del 50% de las exportaciones de la gran mayoría de los países de la región latinoamericana (cuadro A.3.). Siendo EE.UU y Gran  Bretaña  los  socios  principales  de los  que  dependían  en  un  porcentaje muy alto Colombia, Cuba y México, demostrando una fuerte dependencia de las exportaciones  de  un número reducido de  socios  comerciales  y  una  fuerte  debilidad  de  los  países latinoamericanos  ante  una  contracción  de la demanda  en  sus  principales  compradores, como sucedió en la caída del comercio en la Gran Depresión.

Este escenario a cambiado drásticamente, y se aprecia esa desconexión del polo tradicional de los países occidentales hacia Asia (principalmente China y en menor medida la India). Llegando a representar,  para algunos países de la región como  Chile, casi  el  50%  de  sus  exportaciones. Siendo para toda América Latina y Caribe el porcentaje menor, pero la transformación del patrón de socios sigue siendo notable, habiendo pasado la cuota en  las  exportaciones  de  Latinoamérica  de  los  países  asiáticos  del  5,3%  al  17,2%  en apenas  10 años,  y  lo que  es  más relevante  si  cabe  EEUU  ha  pasado  de  representar  el 59,7%, es decir más de la mitad, al 39,6% en el mismo periodo (cuadros A.4. y A.5.).

Los datos expuestos nos llevan a remarcar la relevancia de este cambio en los socios comerciales para entender las peculiaridades y diferencias entre la crisis del 2007 y la Gran Depresión. Dado que el nuevo centro comercial (alternativo) no sufrió tanto el impacto de la Gran Recesión y la demanda de estos países de productos primarios unida a un mantenimiento de los precios de   estos   productos, impidió que el mayor shock de la Gran Depresión, el shock comercial, actuara con la misma intensidad en América  Latina.  Como  confirma  CEPAL  (2009b)  “los  países  que  más reforzaron su vínculo comercial con China y que lo hicieron a través de los productos básicos fueron  los que obtuvieron mayores ganancias en los términos de intercambio”.

Faltaría añadir que los últimos problemas vividos por China y Rusia, con crisis tanto en sus bolsas de valores como en la capacidad de mantener el valor de sus divisas, puede en los próximos años cambiar la bonanza comercial de la región latinoamericana. Sin embargo, esto no cambiaría las conclusiones en la comparación entre ambas crisis económicas y su impacto en la región.

Conclusiones y futuras líneas de investigación

El  trabajo  tenía  como  objetivo  comparar  y  extraer  el  porqué  de  las  diferencias acaecidas entre dos shock exógenos que tuvieron un desarrollo paralelo de sus eventos. Tras el estudio de las distintas variables expuestas en el trabajo varias son las conclusiones extraídas.

La primera de ellas, los canales  de  impacto  más  importantes  fueron: el  comercio mundial, los términos de intercambio y la caída de la demanda de las exportaciones de la región.  Prácticamente la totalidad de los autores, que en la primera parte del trabajo fueron referenciados, encontraban entre sus explicaciones estos canales.

Por otra parte, el  impacto  inicial  sobre  la  región  latinoamericana  fue mayor  durante  la  Gran  Depresión  que  en  la  Gran  Recesión,  debido  al  prolongado empeoramiento de los términos de intercambio, que no se dio en la Gran Recesión, puestos que estos solo  cayeron  en  el  2009.  También que gracias al mejor manejo de los réditos del auge previo al actual shock respecto a la década de  los  20s,  los gobiernos pudieron aplicar las  políticas  contracíclicas  con  libertad, permitiendo impulsar a las economías latinoamericanas y contrarrestar los efectos de las contracciones en el comercio internacional y la caída de la entrada de remesas.

Por último, este trabajo pretende aportar pruebas al debate sobre las comparaciones de las dos crisis  económicas y el contexto de cambio en la hegemonía del  comercio  y  los  flujos  de  capitales  en  el  capitalismo  mundial. Confirmando el papel ejercido por China y Asia en general desplazando y reduciendo la dependencia de la región latinoamericana del centro tradicional: los EEUU y Europa. Siendo esta variable junto al manejo de la política económica la que distingue la rápida corrección de los problemas de financiación y sobreacumulación de la actividad productiva de la región. De no haber sido de esta manera, hubiéramos estado ante una crisis más profunda con un incremento del desempleo, la desigualdad y la pobreza, situación en la que se encuentran los países desarrollados.

Quedan algunas preguntas abiertas acerca del modelo de acumulación de la región latinoamericana y su viabilidad, así como la debilidad de una estructura productiva dependiente del comercio exterior, tanto desde la demanda de sus productos primarios como de la necesidad de importar bienes de capital. Cabe resaltar que en los periodos previos a las dos crisis, la región presentaba un patrón de crecimiento a través de las exportaciones primarias, y sin embargo, tras la Gran Depresión la región inició un viraje hacia la sustitución de importaciones, dando lugar al nacimiento de una estrategia industrialista. En cambio, tras esta crisis parece que la región podría continuar con su patrón de crecimiento, lo que la dejará a merced de las impredecibles tendencias en los precios de las materias primas y la capacidad del nuevo centro comercial de seguir creciendo.

Por último, observando cómo tanto en la Gran Depresión como en la actual Recesión Latinoamérica  tuvo  que  realizar  políticas  heterodoxas  y  aquellos  países  a  los  que  les costó  reactivar  la  economía  fueron  aquellos  que  eran  reticentes  a  dejar  de  pagar  la deuda, o eliminar de sus políticas la ortodoxia monetaria, debe ser tenido en cuenta por las instituciones Europeas y gobiernos europeos.  Por  primera  vez  las  lecciones  surgen en dirección opuesta,  desde  la  Periferia  al  Centro, ¿Deberían los países del sur de Europa realizar moras o renegociaciones de la deuda? ¿Deberían  salir  del  euro  para  poder  realizar  una  política  comercial  y  monetaria flexible? ¿No es la  austeridad,  entendida  como  la  negación  a  utilizar  políticas  expansivas  de gasto, la peor decisión para salir de la crisis y para las condiciones de vida de la población? Estas preguntas deben  ser  reflexionadas,  en  tanto en cuanto  existen  situaciones  que  contradicen  la política  económica realizada por el capitalismo occidental.

 Referencias Bibliográficas
 
Bulmer-Thomas,  V.  (1998): La  historia  económica  de  América  Latina  desde  la independencia. Fondo de Cultura de México.

CEPAL (2009 a):  “La reacción de los  gobiernos  de  las  Américas  frente  a  la  crisis  internacional:  una  presentación sintética  de  las  medidas  de  política  anunciadas  hasta  el  31  de  marzo  de  2009”. (LC/L.3025). Santiago de Chile, 31 de Marzo.   

(2009  b): “El  comercio  internacional  en  América  Latina  y  Caribe.  Crisis  y Recuperación”. Impreso por Naciones Unidas, Santiago de Chile, Diciembre.

            (2014): “La  hora  de  la  Igualdad.  Brechas  por  cerrar,  caminos  por  abrir”. Santiago de Chile, abril.

French-Davis, R (2009): “Crisis global, flujos especulativos y financiación innovadora para el desarrollo”. Revista de la CEPAL, Nº 97, 4.

Maddison,  A.  (1988): Dos  crisis: América  y  Asia,  1929-1938  y  1973-1983.  Fondo  de Cultura Económica, México.

Marichal, C. (2010): Nueva Historia de las grandes Crisis Financieras. Una perspectiva global, 1873-2008. Debate, Barcelona.

(2011): “Crisis  financieras  y  debates  sobre  la  globalización: reflexiones desde la historia económica latinoamericana”. Documento de trabajo Interuniversitario Nº 1, Junio.

Ocampo, J.A. (2009): “Impactos de la crisis financiera Económica mundial sobre América Latina”. Revista CEPAL, 97, Abril (9-32)

Mateo, J.P. (2015): “América Latina y la crisis: entre la bonanza y la vulnerabilidad externa”, en Mateo, J.P. (2015) Capitalismo en recesión. La crisis en el centro y la periferia de la economía mundial. Maia Ediciones, Madrid.

Thorp, Rosemary. (Comp.) (1988). América Latina en los años treinta. El papel de la periferia en la crisis mundial. Fondo de Cultura, México.

VIcéns Otero, J. (2009). “Latinoamérica y la Crisis Económica Internacional”. Documentos de Trabajo, Instituto L. R. Klein, nº 17, Diciembre.

* Economista e Historiador económico. Graduado en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid y Postgraduado en Historia Económica por la Universitat de Barcelona. Madrid (España): sergio.martinf.91@gmail.com
1 Un análisis más profundo sobre las consecuencias de la crisis en las exportaciones según el producto de especialización se puede encontrar en el trabajo de Vicéns Otero, J. (2009)

Recibido: 15/11/2015 Aceptado: 22/01/2016 Publicado: Enero de 2016

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