Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía de Cuba

 


ELEVAR LA CULTURA ECONÓMICA, UN RETO DE TODO EMPRESARIO CUBANO

 



Julio Elier Ojeda Rivero (CV)
proher@inpud.co.cu
INPUD


 

Resumen

La cultura económica de la sociedad socialista posee un contenido cualitativo diferente al de las sociedades precedentes. En particular en su esencia introduce grandes cambios en las relaciones económicas. A la luz del desarrollo contemporáneo del sistema empresarial, el cuadro adquiere una importancia esencial, se convierte en una persona clave dentro del sistema social, por la repercusión que tiene su labor y el importante papel que desempeña en la dirección, además se requiere en él una elevada calificación técnica y económica, un alto nivel de desarrollo político - ideológico, una conciencia clara de la función que debe cumplir y la convicción que puede llevar su trabajo hasta su culminación exitosa. En consecuencia con lo anterior, el presente artículo afronta el problema de cultura economica con el objetivo de contribuir al desarrollo de una preparación teórico y practica que propicie un aumento en el conocimiento que se tiene hoy en lo concerniente al tema referido, principalmente en el sistema empresarial cubano y los cuadros que la dirigen hoy. Con este objetivo, y a partir del resultado de investigaciones realizadas por diferentes autores en diferentes sectores de la economía, se fomenta la necesidad de aumentar el nivel de la cultura economica en el sistema empresarial cubano.

Palabras claves: Cultura, economía.

Raising the economic culture, challenging task of all Cuban businessman.

Abstract

The economic culture of the socialistic society has a qualitative different content to the one of the preceding societies. In particular, in his essence bring big changes into the economic relations. In the light of the contemporary development of the entrepreneurial system, the picture acquire an essential importance, he becomes a key person within the social system, for the repercussion that has his work and the important paper that he takes out of pawn in the direction, besides it takes in him an elevated technical and cost-reducing grade, a tall political level of development - ideological, an obvious conscience of the function that he should keep and the conviction that can carry his work over into his successful culmination. In consequence with the above, the present article faces the problem of cost-reducing culture for the sake of contributing to the theoretic and practical development of a preparation that propitiates an increase in the knowledge that is had today with regard to the referred theme, principally in the entrepreneurial system Cuban and the pictures that point her today. With this in view, and from the result of investigations accomplished by different authors in different sectors of the economy, the Cuban promotes the need to increase the level of the cost-reducing culture in the entrepreneurial system himself.

Key-Words: Culture, economy

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Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato

Ojeda Rivero, J.: "Elevar la cultura económica, un reto de todo empresario cubano"en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 206, 2015. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/cu/2015/cultura-economica.html

Introducción
Las transformaciones sociales que ocurren en el mundo de hoy están indisolublemente ligadas a un proceso económico global que necesita ser reestructurado, por lo que es necesario encaminar nuevos horizontes en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales, considerando la superación como una nueva visión en el proceso de desarrollo del sistema empresarial cubano. En Cuba, en medio de numerosas dificultades, se buscan soluciones a los problemas que puedan limitar el afianciamiento de las conquistas del socialismo y su perfeccionamiento. Por ello, se necesita de una concepción científica propia acerca del modo de preparar a los cuadros, acorde con lo más avanzado de la ciencia en el mundo, con las necesidades, potencialidades y exigencias de la sociedad. Lo anterior reafirma la necesidad imperiosa de que los cuadros sean capaces de perfeccionar y promover las transformaciones sociales, para mejorar constantemente su desempeño y gestión de dirección con el objetivo de desarrollar capacidades, hábitos, habilidades y niveles de activismo para aprender mientras trabajan, a detectar las nuevas manifestaciones del entorno social, emprender el reto proveniente de esos escenarios y muy especialmente de su competencia profesional, analizar, evaluar y regular los diferentes fenómenos y procesos objetivos y subjetivos de la realidad económica, política y social, ya sean generales, particulares o específicos sobre la base de un pensamiento heurístico y un enfoque creador, que posibilite la toma de decisiones acertadas e integrales, sustentada en una dirección científica y participativa que promueva el desarrollo de una actitud crítica, reflexiva, anticipadora y abierta al cambio. Por la importancia que reviste el desarrollo de una cultura económica y profundizar en el desarrollo de la economía, se retoman los postulados de O. Martínez (1996), quien señala la necesidad de que en las condiciones actuales del país se alcance madurez y conocimiento en materia de economía, es decir aprovechar más todo el caudal de conocimientos sobre la economía mundial.
Cultura es la naturaleza humanizada, condición de existencia humana, resultado de la actividad histórico — social de los hombres y las mujeres que producen bienes materiales y espirituales con medios y capacidades que se transmiten de generación en generación mediante la propia actividad humana (Hart-Dávalos, 2000).
Para Garza Cuellar (Garza, 2009),  la cultura puede ser definida en un sentido amplio, como todo lo cultivado por el hombre, ya que comprende el total de las producciones humanas, tanto en el ámbito material (como, por ejemplo, los productos del arte y la técnica) así como en el espiritual (donde se mencionan las ciencias, el arte y la filosofía).
La economía no es una ciencia natural, no es ni puede ser exacta; es una ciencia social. Conceptos e ideas, tendencias y leyes surgidas en una época dentro de un sistema económico y social determinado, tienden a perdurar en el tiempo, aun cuando tales sistemas estén agotados o hayan desaparecido, lo cual no pocas veces perturba la interpretación de los acontecimientos,  (Castro Ruz, 2003)
 A qué llamamos cultura económica.
La cultura económica puede ser entendida como el sistema complejo de interacciones sociales que se establecen en el proceso de producción de bienes materiales y servicios en un contexto histórico determinado que trascienden a toda actividad humana, se revela a través de los conocimientos, los modos de actuación, la conciencia económica, incluye las habilidades y destrezas adquiridas en el proceso de desarrollo y enriquecimiento humano, y se expresa en la creación y conservación de valores materiales en estrecha relación con los valores ético – económicos y espirituales en general. (Cabrera, 2006.)
Otra definición aportada por la misma Dra. Olga Rosa Cabrera como principal investigadora sobre el tema en nuestro país, plantea:
La cultura económica, es el conjunto de conocimientos y experiencias que a lo largo del de cursar histórico han influido en el desarrollo de los procesos de producción, distribución, comercialización y consumo de bienes y servicios, que se revelan a través del pensamiento económico, las tradiciones, valores y actitudes que se manifiestan en la práctica histórico — concreta de cada individuo, pudiendo ser utilizada en beneficio de todos y con responsabilidad social y ecológica.

Principales retos de las organizaciones cubanas en la actualidad. Perspectivas en el nuevo modelo económico cubano y sus directivos.
El mundo empresarial contemporáneo enfrenta múltiples retos. Diversos autores se han dado a la tarea de sistematizarlos (Barker, 1995; Kotter, 1996; Drucker, 1999; Rosen, 2000; Sallenave, 2002; Friedman, 2008), existiendo un factor común en todos los análisis: se requieren cambios de paradigmas y enfoques a la hora de enfrentar el entorno actual. La globalización se ha convertido en la fuerza motriz de los procesos de cambio en las empresas, a partir de los cuatro vectores que la direccionan: la interconexión, que incorpora la inmediatez como factor determinante; la interdependencia económica, que induce el despliegue de conexiones productivas entre actores económicos, así como la intensificación de la rivalidad competitiva; la desregulación, que conlleva a la generación de vulnerabilidades debido a la exposición de externalidades de todo tipo; y la interdisciplinariedad, como vía esencial de enfocar los problemas y enfrentar su solución.
En este marco, la competitividad se erige en eje directriz del accionar empresarial. El posicionamiento competitivo, a través del desarrollo de procesos de agregación de valor, se ha convertido en el principal objetivo de las empresas contemporáneas. A este reto no escapan las empresas cubanas, para nada aisladas del mundo ni exentas de los impactos del proceso globalizador. Sin embargo, además del mundo globalizado y competitivo como marco referencial más amplio, las empresas cubanas desarrollan sus actividades dentro de un contexto nacional matizado por un proceso de transformaciones estructurales que intenta superar errores cometidos, vencer dificultades económicas y preservar las conquistas de la Revolución, el cual debe enfrentarse con inteligencia, profesionalidad y resultados tangibles.
Cuba, como los demás países en desarrollo, sufre los embates de la crisis sistémica del capitalismo, caracterizada por la simultaneidad de externalidades en los ámbitos político, social, económico, financiero, energético, alimentario, cultural y ambiental. A ello se aúnan dos características que complejizan su entorno: el carácter abierto y dependiente de su economía de los intercambios externos y el injusto bloqueo impuesto por el gobierno estadounidense por más de 50 años (Gutierrez, 2011).
La crítica situación del contexto externo se agudiza aún más con el panorama interno, caracterizado por la baja eficiencia del sector productivo, la descapitalización de la base productiva y la infraestructura, así como el envejecimiento y estancamiento en el crecimiento poblacional (VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, 2010:5). En el Informe Central al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, el Presidente Raúl Castro destacaba que: todo ello ha generado la necesidad de desarrollar importantes transformaciones estructurales en la economía y en la sociedad cubana, a fin de garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida, conjugados con la necesaria formación de valores éticos y políticos (Castro, 2011). Las transformaciones previstas son diversas y en múltiples direcciones, entre las cuales deben destacarse, por su impacto en el funcionamiento de las empresas, las siguientes:

 
En estas transformaciones, la base productiva del país se vislumbra como su principal objeto, siendo su funcionamiento eficiente y competitivo el propósito central de las mismas. De esta forma, las empresas se convierten en protagonistas fundamentales del proceso. Su rol es decisivo en la elevación de la competitividad mediante el desarrollo de procesos de agregación de valor, sustentados en la creación de conocimiento especializado, el despliegue de la capacidad innovadora y la consolidación de nexos asociativos y de cooperación interempresarial. Este rol se ve potenciado a medida que los sistemas empresariales experimenten los impactos del proceso de descentralización previsto y alcancen mayor autonomía en la toma de decisiones.
Sin embargo, asumir este rol por parte de las empresas entraña un indudable desafío: el cambio de mentalidad, en especial de sus directivos. En el Informe Central al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, el Presidente Raúl Castro destacaba que “…la mentalidad de la inercia debe ser desterrada definitivamente para desatar los nudos que atenazan al desarrollo de las fuerzas productivas. Es una tarea de importancia estratégica…” (Castro, 2011). Y es que en la base de las transformaciones actuales se encuentra, como premisa básica, la adopción de nuevos patrones de gestión empresarial.
Si se reconoce la necesidad de un cambio en los patrones o modelos gerenciales para enfrentar las nuevas realidades del entorno, conviene precisar cuáles deberían ser sus dimensiones esenciales. En tal sentido, (Gutiérrez 2013 en http://www.ceec.uh.cu/) plantea que existen tres aspectos sobre los que debe hacerse especial énfasis: la competitividad, el cambio organizacional y la gestión transformadora. Estas se conciben como dimensiones que moldean el nuevo paradigma de gestión empresarial en contraposición con los patrones tradicionales asociados a la productividad, la tecnología y la administración de recursos. Ello provoca profundas transformaciones en los modelos de gestión y en la mentalidad de los directivos.

Cultura económica en el siglo XXI
El siglo XXI hereda el fortalecimiento de una cultura económica basada en el desarrollo tecnológico, el conocimiento, la productividad del trabajo, medida a través de valores como la eficiencia y la competitividad, la primera asociada al enfoque de costos, como algo puramente técnico — económico que expresa la relación realmente obtenida como resultado efectivo, entre una cierta aplicación de medios, medida como gasto, y un determinado efecto, medido como resultado, sin alcanzar a ver el aspecto humano y subjetivo de la eficiencia; y la segunda vinculada a la sofisticación tecnológica la propaganda y el mercado, bajo el prisma de estos  valores intrínsecos de la sociedad capitalista el trabajo deja de ser un valor para convertirse en un privilegio y en un elemento que contribuye al fortalecimiento de la desigualdad. La eficiencia como valor de la economía capitalista asociada a la competitividad, aumenta la agresividad del capital por mantenerse en el mercado y estimula el desarrollo tecnológico sobre la base de la exclusión progresiva de mano de obra. Ningún hecho económico de la sociedad actual revela como éste la validez de la tesis marxista acerca del aumento creciente del capital constante en relación con el variable y que la ley general y absoluta de acumulación capitalista polariza cada vez más la sociedad y produce un ejército industrial de reserva.
Características esenciales de la cultura economica

Estos rasgos evidencian el papel insoslayable de la educación en el logro de la cultura económica, ya que es en la actividad profesional donde se forman esos conocimientos, conceptos, valores, habilidades y cualidades específicas de la cultura económica.
La cultura económica en Cuba
La sociedad cubana actual hereda todo el legado que en materia de cultura económica la humanidad ha producido y tiene como soporte ideológico esencial la doctrina económica marxista — leninista, las ideas económicas de pensadores marxistas que suceden a los clásicos y la fortaleza de una cultura económica basada en ideas nacionalistas, antiimperialistas y latinoamericanistas reflejada en las obras de nuestros primeros ideólogos del siglo XIX, como Varela , Saco, Martí, Varona, que vivió parte del siglo XIX y del XX, pasando por Mella, Guiteras, Jacinto Torras, Cepero Bonilla, Alienes, Ramiro Guerra durante la neocolonia, con la Revolución en el poder se destacan las ideas económicas de Ernesto Guevara, Carlos R Rodríguez, Fidel Castro y otros actuales, con la peculiaridad de que muchos de ellos no son exactamente economistas, y tampoco han dejado una doctrina económica acabada, sin embargo en todas las ideas económicas de los pensadores cubanos están ensartadas a un mismo eje, la tríada Economía — Política — Ética.
En resumen necesitamos una cultura económica que entrelace la economía, la política y la ética en un eje que haga girar la acción humana hacia un mundo económicamente sustentable, solidario y verdaderamente humano, donde todos tengamos acceso a las riquezas producidas por todos, sin excluidos, para ello es imprescindible fomentar los conocimientos económicos, ampliar la cultura de las masas y forjar conciencia económica, la vía para alcanzar esta meta no es otra que la educación en su sentido más amplio.
Consideramos que aunque no existe la intencionalidad para la formación de la cultura económica en el Modelo del profesional y en el plan de estudio, existen potencialidades que pudieran explotarse mediante un organizado trabajo metodológico interdisciplinario encaminado a ese objetivo.

Perspectivas de las organizaciones en el nuevo modelo económico cubano.
En abril de 2011, el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, aprobó un documento contentivo de numerosas indicaciones que persiguen trazar un camino para transformar paulatinamente el Modelo Económico Cubano, con el ánimo de hacerlo más sostenible a largo plazo.
Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución definen, entre otras cosas importantes, que los principios bajo los cuales se sustenta la actualización del modelo económico cubano son, entre otros: sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución; el sistema económico que prevalecerá continuará basándose en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción; carácter determinante de la planificación la cual tendrá en cuenta las tendencias del mercado; principio de distribución socialista "de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo" e igualdad de derecho y de oportunidades sin que nadie quede desamparado.
Los cambios en el modelo económico que tienen lugar en la actualidad se insertan en un contexto complejo para la economía cubana donde persisten numerosos desequilibrios que han recibido prioridad en el diseño de las medidas que se han venido aplicando hasta la actualidad. Ello ha determinado que los aspectos de corto y mediano plazo hayan recibido una mayor ponderación en el esquema actual, en detrimento de los elementos de más largo alcance. Se aprecia que falta integralidad a la hora de abordar debilidades estructurales que determinan en última instancia la mayoría de los fallos coyunturales de la economía, en especial los recurrentes desequilibrios externos y las dificultades para crear sostenidamente empleos de alta calidad.
 Asimismo, la “actualización del modelo económico” transcurre en un escenario más heterogéneo y plural con respecto a los actores relevantes en la economía por lo que un gran desafío de la política económica será crear los mecanismos y espacios necesarios para que la integración de estos contribuya positivamente al crecimiento global, evitando la proliferación de eslabones perdidos y compartimentos estancos. Esto requiere una gran dosis de innovación institucional y flexibilidad por cuanto el sistema económico actual se ha basado en un grupo de reglas y mecanismos con un alto grado de rigidez e inercia ante los cambios.

Existen procesos en desarrollo que facilitarían la actualización del modelo económico cubano, entre ellos destacan la reestructuración del aparato estatal, lo cual reducirá la carga burocrática y hará mucho más eficiente la gestión del estado, y se espera menos posibilidades de interferir en la operación de las empresas. Una incógnita resultan las organizaciones superiores empresariales. No queda clara la necesidad de su existencia, y nada garantiza que no se repliquen los males que han aquejado a los ministerios ramales hasta el momento. Parece evidente que un cambio de nombre y hasta de sede no es la solución a los problemas. De todas formas, lo peor es que denota la persistencia de un esquema vertical en la organización de la actividad económica. Los grados de libertad con que funcionarán las empresas estatales es clave, puesto que continuarán concentrando la mayor parte de los activos productivos.

Las limitaciones conceptuales y metodológicas están relacionadas esencialmente con el ámbito de actuación y el alcance de las políticas de promoción a nivel sectorial. El propio concepto de rama queda en desuso, en la medida en que la diversidad de productos, tecnologías y empresas se ha ampliado notablemente.

Importancia de la cultura economica en el sistema empresarial cubano
La sociedad actual requiere desarrollar una cultura económica acorde con las exigencias del momento, para enfrentar la crisis y luchar contra los males económicos que afectan a la humanidad, sin embargo son insuficientes las acciones que se acometen, en tanto que los cuadros carecen de las herramientas necesarias para enfrentar problemas de índole profesional. En el folleto “Fortalecimiento de la Cultura Económica General de los Educandos” se revelan componentes de la cultura económica con los cuales se es consecuente, los mismos se refieren a:

Conclusiones
A partir del estudio bibliográfico presentado y de lo expuesto anteriormente se pueden determinar que, necesitamos una cultura económica que entrelace la economía, la política y la ética en un eje que haga girar la acción humana hacia un mundo económicamente sustentable, solidario y verdaderamente humano, donde todos tengamos acceso a las riquezas producidas por todos, sin excluidos, para ello es imprescindible fomentar los conocimientos económicos, ampliar la cultura de las masas y forjar conciencia económica, la vía para alcanzar esta meta no es otra que la educación en su sentido más amplio.

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