Contribuciones a la Economía


"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

 

PRODUCCIÓN DEL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN

 

   1- la Inversión Residencial  

1.1 - Evolución de la Inversión Residencial

1.2 - Principales características del Mercado Inmobiliario Español

1.3 - Los precios de la vivienda en España

1.4 - La política de vivienda

1.5- Una valoración posterior a las reformas de 1991 

2- La Inversión en Obra Civil 

2 1- Concepto y características

2 2- Etapas de la Inversión en Obra Civil

 Bibliografía

Roberto Gómez López
Universidad de Málaga
rgomezl@uma.es

Para citar este artículo en cualquier documento puede utilizar el siguiente formato:
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Gómez López, Roberto (2001): "Producción del sector de la construcción"   
en Contribuciones a la economía de La Economía de Mercado, virtudes e inconvenientes http://www.eumed.net/cursecon/colaboraciones/index.htm consultado el (poner fecha de consulta).

 

 

                                                         

                         

   Pretendemos realizar una exposición de los contenidos más relevantes tanto de la Inversión Residencial, como de la Obra civil, ya que son los componentes conceptuales básicos la construcción. Dedicaremos, pues, un apartado a cada uno de ellos, tratando de manera general la problemática y característica de cada contenido.

 

1- LA INVERSIÓN RESIDENCIAL

 

            Creemos necesario el realizar una breve exposición que sobre la inversión residencia determine las aportaciones teóricas que los autores españoles han realizado en este sentido sobre el sector de la construcción en España, y en particular sobre el mercado residencial con la intención de exponer en que fundamentamos las investigaciones realizadas.  

            Al respecto fue uno de los primeros trabajos el desarrollado por Santillana, A.(1972, pág.110 ) [1], el cual trata sobre cuestiones referentes a la relación entre precio y nivel de renta, el efecto del coste del suelo y la rentabilidad del producto. Posteriormente aparece un segundo grupo de trabajos que incorporan alguna fundamentación teórica sobre el mercado de viviendas, los cuales tienen como mayor representante a Rodríguez, J.[2], el cual en sus trabajos se dirige principalmente a la estimación de los factores condicionantes de la inversión en vivienda, a principios de los ochenta, y las necesidades, una década después, en España. Determina en los mimos dos partes diferentes, la primera se basa en un análisis de la situación del mercado a través de las estadísticas disponibles, con la estructura de un informe económico. La segunda parte incorpora principios teóricos convencionales que regulan el comportamiento del mercado de  la vivienda. Por último, y como tercer grupo de trabajo está Alcaide, Fernández y Rodríguez[3], los cuales aportan la bibliografía básica para llevar a cabo cualquier análisis de los aspectos sectoriales en España.  

            Centrándonos en el periodo actual, podemos señalar que en general, puede decirse que los motivos fundamentales por los que las familias adquieren una vivienda o inmueble residencial son dos[4]: por un lado como residencia, para ser utilizada como alojamiento. En este sentido la vivienda aporta un flujo de servicios y su demanda se asemejaría a la de otros bienes duraderos. Y por otro lado como inversión, al ser una forma de materializar riqueza, alternativa a otros activos reales o financieros. Aquí la vivienda se utiliza para obtener una rentabilidad en forma de alquiler, y su tratamiento sería acorde con las teorías de inversión en capital fijo, con las que guarda algunos puntos comunes.  

            El predominio de un motivo u otro va a depender de una amplia gama de factores[5], entre los que pueden destacarse, la renta familiar disponible, del coste del alquiler y del precio de los restantes bienes[6].  

            De otro lado, los determinantes de la inversión residencial pueden actuar a corto y largo plazo. A largo plazo influyen factores de demanda relacionados con la población, la renta y los precios; mientras que a corto plazo inciden tanto factores de demanda como de oferta, tales como las condiciones de financiación[7],la política de vivienda, los incentivos fiscales, la rentabilidad de la vivienda, la evolución de la coyuntura económica, etc. En este sentido, siguiendo a  Marchante Mera, A. (1.999, pág.12-1  ),  los referidos factores se concretan en los siguientes:  

            a) Los cambios en la población y especialmente el peso que en la misma adquieren los grupos en edad de formar nuevos hogares. La evolución del número de matrimonios ha presentado en España un carácter cíclico: cae a comienzos de los ochenta, se recupera en la segunda mitad de la década, volviendo a descender en los noventa. Buena parte del auge inmobiliario de los años sesenta y comienzos de los setenta se atribuye al incremento de esta variable. En los últimos años se ha venido produciendo un retraso en la nupcialidad, así como en la edad de abandono del hogar por parte de los jóvenes.  

            b) La inversión del saldo migratorio en muchas zonas y el freno en los procesos masivos de urbanización han incidido de manera negativa en la demanda de estancamiento en la población de las mayores ciudades, dándose el mayor incremento en el número de viviendas en los municipios de menos de 20.000 habitantes.  

            c) Las elevadas tasas de desempleo, cercanas al 40% en los jóvenes entre 25 y   0 años, así como reducidas probabilidades de conservar el empleo con las nuevas modalidades de contratación,  lo que unido al excesivo peso de la contratación temporal, imposibilitan que una parte destacada de la población puede acceder a la compra de una vivienda, ante la dificultad para obtener créditos a largo plazo.  

            d) Los cambios en los gustos de las familias, que demandan viviendas más modernas y confortables, han hecho modificar el tipo de construcción. Una tercera parte de las nuevas viviendas son residencias unifamiliares de escasa altura, frecuentemente con jardín y espacios comunes, lo que demanda mayores necesidades de suelo urbanizable.  

            e) La evolución de la renta de las familias y su capacidad de pago, ya que los mayores niveles de renta se corresponden con una demanda residencial superior.  

            f) Los precios reales de las viviendas es otra de las principales variable explicativas de la potencial demanda residencial, su expectativa de crecimiento futuro hace aumentar la demanda a corto plazo.  

            g) Los incentivos fiscales, que de eliminarse se provocarían una disminución del gasto en vivienda, que oscilaría entre el 16% y el 21 % .  

            h) La  rentabilidad del activo vivienda provoca un incremento en su demanda  

            i) La política de vivienda, que se convierte en uno de los mas importantes factores explicativos del comportamiento de la inversión residencial.  

            j) Y por último, las condiciones de financiación y en especial la evolución de los tipos de interés.  

 

1.1. EVOLUCIÓN DE LA INVERSIÓN RESIDENCIAL  

            Como tendremos ocasión de comprobar, la evolución de la inversión residencial en España ha seguido un comportamiento cíclico, similar al de la economía en su conjunto, aunque con fluctuaciones más acentuadas[8]. Al respecto se ha experimentado un débil crecimiento en términos reales desde comienzos de la década anterior hasta mediados de los años noventa, el cual ha sido muy inferior al ofrecido tanto por el PIB como por la FBCF[9]           

            En esta evolución pueden diferenciarse claramente cuatro etapas[10]:  

            a) Etapa  1980 a 1984: La inversión residencial sufre una profunda crisis presentando tasas de variación negativas en términos reales a lo largo de estos años. Entre las causas que explican esta crisis, iniciada ya a mediados de los años setenta, cabrían señalarse, desde el lado de la demanda, los tres siguientes aspectos: primero, el freno que se produce en los movimiento migratorios que habían impulsado el sector en etapas anteriores; segundo, la ralentización  del crecimiento económico; y por último, el aumento del desempleo, por lo que la incertidumbre creada y las malas expectativas económicas no propician el endeudamiento a largo plazo necesario para la adquisición de una vivienda.  

             A estos factores habría que añadir otros dos desde el lado de la oferta, y que concretamos en las dificultades de financiación, principalmente para las familias, y los fuertes aumentos en los costes y precios de la vivienda.  

            b ) Etapa : 1985 a 1990. Se caracteriza por  una fuerte recuperación de la inversión residencial, superior a la experimentada por el conjunto de la economía, aunque más reducida que la alcanzada por el conjunto de la FBCF, al crecer a mayor ritmo la inversión empresarial y las obras de ingeniería civil. A las causas explicativas del buen comportamiento del conjunto de la economía española durante esos años, habría que añadir otras específicas que contribuyeron sin lugar a dudas al empuje de la demanda de viviendas,  tales como la formación de nuevos núcleos familiares, la mejora en las condiciones de financiación, al producirse una prolongación de los plazos de amortización y ampliación de la cantidad a financiar, y las ayudas fiscales a la viviendas.  

            c) Etapa :  1991 a 1994. Durante estos años se produce una caída generalizada de la inversión, que afecta también a la vivienda. Esta nueva crisis se ve agravada al permanecer los tipos de interés hipotecarios a unos niveles elevados y suprimirse la desgravación fiscal a la segunda vivienda. El Plan Cuatrienal de Vivienda 1992/95[11] evitó una caída más intensa de la inversión residencial  

            d)  Etapa:  A partir de 1995. Desde finales de 1994 hasta 1997 inclusive los principales indicadores muestran una recuperación notable del gasto en vivienda por parte de las familias. Las causas de esta nueva situación hay que buscarlas no sólo en la plena aplicación del plan de vivienda, sino principalmente en la mejora que se produce en la capacidad de financiación de los hogares y en las condiciones de acceso más favorables. El comportamiento descrito no difiere en gran medida al experimentado por otros países occidentales, ya que el peso de la inversión residencial en el PIB se ha reducido en todos los países reseñados, siendo incluso mayor el retroceso que se produce en Francia, tanto respecto al PIB como a la FBCF. Asimismo, la evolución cíclica en las distintas etapas guarda un notable paralelismo entre los diferentes países, similar a la descrita para el caso español[12].

 

1.2- PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL MERCADO INMOBILIARIO ESPAÑOL  

            Como consecuencia de las circunstancias acaecidas en el sector construcción, el mercado inmobiliario[13] ha pasado por diversas vicisitudes derivadas de los cambios acaecidos en las últimas décadas[14]. En los años 60-70 había  objetivos diferentes (por ejemplo las necesidades a satisfacer, mayor número de viviendas posibles para hacer frente a las demandas surgidas, trasvases de población a las grandes urbes, políticas de choque contra el paro, grandes planes de infraestructura de construcción de viviendas etc.). En la segunda mitad de los años setenta cambió la diversidad de instrumentos puestos en marcha desde comienzos de los ochenta, estableciéndose como objetivo fundamental posibilitar el acceso a la vivienda a aquellos grupos sociales que no tienen posibilidades para realizarlo a precios de mercado. En este sentido Julio Rodríguez cree que “el problema de la vivienda aparece tratado como un problema de acceso, de necesidad de aproximar las rentas familiares a los precios de las viviendas, a través de actuaciones en las que el peso de lo cualitativo debe acentuarse, frente al impulso más primario consistente en estimular la actividad constructora”[15].  

            Entre las características[16] que podemos determinar en este parque inmobiliario, destaca en primer lugar, que se centra casi exclusivamente en torno a la vivienda en propiedad. En segundo lugar, y en relación a la vivienda en alquiler, España es un país con escasa oferta  en términos comparativos. En la mayoría de países de nuestro entorno, la vivienda pública de alquiler constituye un instrumento de política de vivienda importante. En España la presencia de este tipo de vivienda apenas tiene un valor testimonial. En tercer lugar, tampoco se ha fomentado, a diferencia de otros países, una cultura adecuada para este tipo de vivienda. España ha hecho un esfuerzo muy serio en los últimos años por adecuar el nivel de la oferta inmobiliaria a las demandas emergentes. Hacer accesible la vivienda a los sectores sociales más desfavorecidos es un gran reto por cumplir, lo cual hace que sin el concurso de estos planes de vivienda, el sector de la construcción se hubiera visto seriamente afectado, sobre todo a partir de la crisis, acabado el período de expansión 1986/90[17].  

El nuestra opinión, el Mercado Inmobiliario todavía tiene asignaturas pendientes tales como que es un sector excesivamente centrado en la vivienda en propiedad. Actualmente el mercado de la vivienda en alquiler no se presenta como alternativa a la propiedad, generándose un verdadero cuello de botella para grandes capas de la población[18].

 

1.3 . - LOS PRECIOS DE LA VIVIENDA EN ESPAÑA  

            El precio de la vivienda constituye el punto final de una serie de eslabones que determinan la accesibilidad de la población al mercado inmobiliario[19].  

            La evolución de los precios[20] del mercado libre tanto en vivienda nueva como usada, se ha sentido limitada, ya que la vivienda de protección oficial, tanto de régimen general como especial, tiene regulado el precio máximo de la venta.   En el caso de viviendas en construcción el valor de realización representa la suma del valor del suelo, más los costes de construcción y de comercialización y el margen empresarial.  

            El precio de la vivienda[21] alcanzó sus valores máximos en el período 1986/1990, subidas de precios muy superiores al incremento del índice de precios al consumo, y concretamente a partir de 1990 se experimenta una ligera caída, o estancamiento.            

            El espacio residencial español[22] hasta hace pocos años ha respondido a la lógica del modelo de desarrollo. La preocupación por el crecimiento de la política urbanística llevada a cabo ha pretendido construir viviendas para el mayor número de personas al menor coste posible, lo cual determinó que las consecuencias fueran de una absoluta falta de racionalización de los procesos de crecimiento urbano generando un tejido urbano fuertemente segregado y con un déficit en el nivel de equipamientos.  

            Otro detalle a tener presente, según Rodríguez López, J. (1992, pág.   792), es que desde que se aprobó el Decreto de 1985, los alquileres se han comportado mucho más moderadamente que el precio de la vivienda. Al comparar la evolución de los alquileres con el IPC, estos muestran un crecimiento espectacular y alto, aunque la comparación relevante es la que se haga con el precio de la vivienda.  

            De otra parte, y aunque hasta ahora las políticas de la vivienda se han preocupado de facilitar la compra de un bien, la vivienda,  desde hace unos años se ha tomado la conciencia de que es importante reducir el precio de la vivienda además de otorgar subsidios y ayudas al tipo de interés[23].  

            Estas reformas tratan de moderar el precio de la vivienda sin necesidad de esperar a que la moderación llegue con ciclos recesivos. Todo esto es la condición necesaria para que los alquileres tengan una evolución moderada.

 

1.4.- LA POLÍTICA DE VIVIENDA  

            El acceso a una vivienda digna es uno de los derechos recogidos en la Constitución Española. Sin embargo, la vivienda es un bien costoso de difícil alcance a ciudadanos con pocos recursos económicos y que requiere un gran esfuerzo inversor[24].  En este derecho constitucional se fundamenta una larga serie de ayudas públicas[25] para poder facilitar una vivienda digna a los ciudadanos que dependiendo de sus ingresos económicos, pueden acceder a algunas de las ayudas del gobierno para adquirir su primera vivienda. Estas facilidades se instrumentan, fundamentalmente en préstamos a un tipo inferior al del mercado; subvenciones; subsidiación del préstamo y desgravaciones fiscales[26].  

      La mayor parte de las ayudas están encuadradas dentro de la política de viviendas y los Planes de Vivienda[27], que sientan  las bases para ofrecer apoyo financiero para la compra preferentemente de viviendas de protección oficial y de valor tasado, proporcionando ayudas a la rehabilitación de edificios y a la promoción de viviendas de alquiler.  

            La política de vivienda se fundamenta en la combinación adecuada de una serie de elementos relativamente complejos, entre los que se pueden destacar  la rentabilidad del inversor o rentabilidad del capital, la oferta diversificada de tamaño, los precios y usos, garantizar un nivel subsidiado de vivienda para los sectores más débiles, el mantenimiento, cuidado y atención del parque inmobiliario existente, y la producción de vivienda, que debe estar ajustada al número de hogares nuevos, rigideces estructurales, etc.  

            Los principales componentes de la política de vivienda en España, según Narbona Ruiz, C. (199  ) han estado marcados por los aspectos de dicha política con mayor potencial distributivo. El planteamiento de la política de vivienda, parece que, debe hacerse teniendo en cuenta dos circunstancias del sector, que son,  en primer lugar, la satisfacción de la necesidad de alojamiento, y la importancia de la inversión y del empleo en el sector, y en segundo lugar, que la edificación de viviendas debe estar destinada a satisfacer una de las necesidades esenciales en la colectividad, el alojamiento.  

            Lo relativo a una política de vivienda, necesariamente pasa en España desde un esfuerzo constructor hasta la década de los 70, para eliminar el déficit de viviendas, y llegar hasta nuevos planteamientos en los que se contempla no sólo la construcción de alojamientos sino el urbanismo en que éstos se enmarcan. Por tanto, siguiendo a Rodríguez López, J. (1992, pág.   790)[28] la política de la vivienda de un país avanzado no es únicamente la edificación de alojamiento, sino la dotación de éstos en un entorno urbano aceptable y con servicios de calidad (parques y jardines, servicios, transportes urbanos, centros escolares,etc.).  

            Desde el punto de vista macroeconómico, la construcción de inmuebles residenciales implica un alto volumen de inversión que afecta substancialmente al ritmo de la actividad económica[29], por tanto se  ponen de manifiesto la atención peculiar que requiere el sector de edificación de viviendas por el doble motivo que implica la satisfacción de una necesidad social básica y la influencia del sector en la economía de la nación.  

            En nuestra opinión los principales objetivos de un análisis  y la política de las vivienda podrían agruparse bajo los siguientes epígrafes: características de la mercancía vivienda, y del comportamiento de los agentes y de los mercados que son peculiares del sector de la vivienda, puntos estos que vamos a desarrollar en los siguientes epígrafes de este trabajo.  

 

1.5.-  UNA  VALORACIÓN  POSTERIOR  A LAS  REFORMAS  DE  1.991  

            Vamos a contemplar además, algunos aspectos de este periodo, los cuales parecen constituir una ruptura clara con la situación de política de vivienda realizada hasta ese momento. Efectivamente, los cambios posteriores a 1991[30] básicamente se determinan por los distintos instrumentos que han ocasionado cambios en la política de vivienda y se pueden agrupar en los cinco grupos siguientes: las ayudas directas a promoción y compra de viviendas de   protección oficial (VPO) y de viviendas de precio tasado, las ayudas fiscales, la normativa sobre arrendamientos urbanos, la financiación a la promoción y compra,  y por último, la política urbanística.  

            La estrategia de la nueva política, según Rodríguez López, J.(1998, nº 27) es la reducción del coste de la vivienda, la disminución del precio de la financiación y la diversificación de la oferta, desarrollando el mercado de la vivienda de alquiler. El Acuerdo incluye un total de doce bloques de medidas, agrupadas en tres apartados, correspondientes a medidas de oferta, demanda y de coordinación de las Administraciones Públicas Territoriales.  

            Dentro de las medidas de oferta destacan los créditos "blandos" del Banco de Crédito Local con destino a Ayuntamientos y Gobiernos Autónomos para compra de suelo; la modificación de la normativa de contratos de alquiler para crear un marco estable para las viviendas de alquiler; la creación de vivienda social de alquiler; la potenciación y revisión de vivienda usada  y la creación de los Fondos de Inversión Inmobiliaria de Alquiler .  

            Respecto de las medidas de Demanda podemos señalar, además, la reforma del Reglamento de mercado hipotecario, con el propósito de favorecer la titulización de los créditos con garantía real. Así mismo , la modificación del sistema de cuentas de ahorro-vivienda y la puesta en marcha  del Plan de Vivienda a desarrollar entre 1992 y 1995[31]. También las subsidiaciones por Comunidades Autónomas que se van a establecer en función del suministro de suelo por parte de las respectivas administraciones territoriales.  

            En el apartado de la Coordinación de las Administraciones Públicas Territoriales  resaltan tanto, la coordinación con las Administraciones Públicas Territoriales como el Plan Plurianual de construcción[32] y compra de VPO y de viviendas de precio tasado, que aseguraban la continuidad del sistema de garantía de financiación a largo plazo a la construcción y compra de viviendas, y reforzaba substancialmente las ayudas existentes en el momento de la declaración de nueva política de vivienda (1991).  

            Las actuaciones de política de vivienda objeto de ayuda corresponden a las cinco figuras siguientes: promoción de nuevas vivienda de protección oficial (VPO)  de régimen especial y general ; compra de viviendas de precio tasado, rehabilitación ; la compra de suelo y las viviendas de precio tasado (VPT). Pero además de estas novedades del Plan, destaca sobre todo la trascendencia de la introducción de la ayuda directa al comprador de vivienda de VPO, la ayuda, pues, no se circunscribe como en el pasado a las viviendas de nueva construcción.  

            En el presente sistema, al extenderse la ayuda a los créditos a largo plazo subsidiados para la compra de viviendas existentes, se amplia la posibilidad de selección de la vivienda a adquirir y se reduce algo la relevancia de la figura del promotor de VPO respecto de los sistemas anteriores a 1991.  

            Por todo lo anterior creemos entender que es la reforma más sustancial introducida en la nueva política de vivienda. A posteriori, tendrá especial mención las circunstancias de crisis del año 199  , en el que se estableció un conjunto de objetivos más ambiciosos. En esta coyuntura de recesión inmobiliaria, las actuaciones protegidas van a tener un peso muy destacado dentro del conjunto del mercado, también en línea con lo sucedido en otras etapas similares del ciclo[33].

 

2. LA INVERSIÓN EN OBRA CIVIL O INGENIERÍA CIVIL  

2.1- CONCEPTO  Y CARACTERÍSTICAS  

            Un concepto preciso de infraestructura [34] considera que está  formada por una combinación de bienes de capital, esencialmente de naturaleza pública, de muy difícil sustitución y cuyos efectos externos poseen una acusada dimensión espacial. La dotación de infraestructuras ejerce una influencia directa sobre las posibilidades de crecimiento a medio y largo plazo de una economía y sus déficits pueden convertirse en un factor de estrangulamiento. En este sentido,  la infraestructura determina efectos expansivos por la vía de la demanda, generando mecanismos multiplicadores, y manifestándose también en la vertiente de la oferta, reduciendo los costes de las demás actividades e induciendo a nuevos flujos de inversión directamente productiva[35].  

            Siguiendo a  Abellán Marichalar, T. (1992, pág. 2  8) para detectar la importancia de la infraestructura, hay que señalar el volumen de producción en construcción realizado ya en 1990 en la Comunidad Europea, el cual se estima que puede alcanzar la cifra de 64,170 billones de pesetas. En este sentido España ocupa el quinto lugar, con una participación del 9 por 100, superándola Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.  

            A pesar de estos fuertes incrementos de la actividad, sobre todo de obra civil, España continúa soportando grandes carencias en infraestructuras y equipamiento social, pudiendo estimarse que nuestro país se sitúa alrededor del 70 por 100 del promedio de países de la Unión y del 60 por 100 de Europa de los siete.  Al respecto  Rus, G y otros (1995, pág. 2  5) sostienen que aunque las dotaciones relativas de capital público en España respecto al PIB son similares a los casos de Alemania y Reino Unido, quedan  muy por debajo de las dotaciones de capital privado. Teniendo encuentra el alto nivel de desempleo en España, se necesita ampliar la dotación de capital público y privado para poder incorporar un mayor número de trabajadores a la actividad productiva. Bajo esta dinámica de importancia de las infraestructura, se añade además [36] “ que disponer de las infraestructuras adecuadas favorece el crecimiento de la producción y el empleo”. Igualmente se realizan hipótesis que ligan la dotación de infraestructuras con el crecimiento económico, al señalar que las infraestructuras tienen un impacto positivo sobre la producción, la inversión y el empleo. De otra parte,  hay autores que sostienen[37] que el hecho más relevante de la política de gasto público en España durante la segunda mitad de los años ochenta ha sido el espectacular crecimiento de los recursos destinados a la dotación de infraestructura.  

            En nuestra opinión, creemos  que puede afirmarse que las infraestructuras son una condición necesaria para el desarrollo económico, y que su carencia o insuficiencia originan  restricciones al normal funcionamiento del sistema económico[38], elevando los costes de producción o empeorando la calidad de los servicios prestados, con consecuencias negativas indudables sobre la competitividad de la economía y el nivel de vida.

 

2.2- ETAPAS DE LA INVERSIÓN EN OBRA CIVIL  

            Tomando como indicador global de la política de infraestructuras la participación del volumen de inversión total en el PIB, puede apreciarse la existencia de dos etapas[39] claramente definidas, que coinciden con los años de la transición y la crisis, y con el periodo de recuperación económica, respectivamente.            

            En la primera etapa,  de transición y crisis, hay que observar que la participación de la inversión en infraestructuras en el PIB, que se había mantenido con ligeras oscilaciones alrededor del    % durante la primera mitad de los años setenta, comenzaría a mostrar síntomas de retroceso a partir de 1.976, cayendo significativamente en 1.978. A pesar de una ligera mejoría en los primeros años ochenta, el estancamiento duraría casi una década, hasta 1988, alcanzándose valores que se situaban entre el 2 y el 2,5 %  del PIB.  

            En la segunda etapa, de recuperación, comienza una progresión iniciada en 1.987, y se confirmaría definitivamente en el cuatrienio 1.988-1.991, alcanzando un volumen de inversión equivalente en pesetas constantes al de los ocho año anteriores (1980-1987). A mediados  de 1.991 y ante el fuerte incremento del déficit público, se aprobaba un recorte de las inversiones reales del Estado de casi una cuarta parte de su valor presupuestado, afectando de modo fundamental a las infraestructuras. Este recorte se vería confirmado por los descensos programados en los presupuestos generales del año 1.992, lo cual ocasionó casi de inmediato que los gastos en infraestructuras descendieran por primera vez desde 1985, situándose en un 2,7 % del PIB de 1.992[40].  

 

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[1]Santillana, A. (1.972): Análisis Económico del problema de la vivienda.Edit. Ariel. Madrid.  

[2] Principalmente en Rodríguez, J. (1.978); “Una estimación de la Función de inversión en viviendas en España, servicio de estudios del B.E., estudios económicos, nº 13. Rodríguez, J. (1.979): “Inversiones en vivienda en España: un comentario”. ICE, abril, pág. 28 y sgtes. Rodríguez, J., Curbelo, J.L., y Martín, V. (1.991): Una aproximación a las necesidades de vivienda en España”. Rvta española de Financiación de la vivienda nº 14/15, marzo, pág. 69-89. 

[3] Alcaide, A., Fernández Díaz, A. y Rodríguez Saiz, L. (1.982): “Análisis económico del sector de la construcción”. Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF), Madrid.

[4] Banco de España : Informe Anual sobre el año 1.995, pág 60.

[5] Compárese con Narbona Ruiz, C. (1.993): “Perspectivas de la política de vivienda en España en los noventa”. Rvta. Ekonomiaz  nº 27.

[6] Véase la Ley 29/1.994 de 24 de noviembre publicado en BOE nº 282 de 25 de noviembre de 1.994 sobre Arrendamientos Urbanos. Compárese con Tribuna de Defensa de la Competencia (1.994): “La Prórroga Forzosa introducida en el proyecto de Ley de Arrendamientos Urbanos”. Rvta. Boletín Económico de ICE nº 2414. Véase también Real Decreto legislativo de 26 de junio de 1.992 nº 1/1992 sobre Suelo-Urbanismo: “texto refundido de Ley sobre el régimen del suelo y ordenación urbana”., edit. Ministerio de Obras Públicas y Transporte.

[7]Véase Narbona Ruiz, C. y Rodríguez, J: (1.993): “Monográfico de la revista española de financiación de la vivienda” edit. Banco Hipotecario (Argentaria) nº 24-25 de diciembre, donde se determina que entre las que muy especialmente destaca está la evolución de los tipos de interés.

[8] Véase Taltavull de la Paz, Paloma (1.997): “Construcción y Vivienda en España, 1.965-1.995: dos modelos de comportamiento del mercado inmobiliario”. Tesis Doctoral. Universidad de Alicante. 

[9] Banco de España:  Informe Económico Anual  desde 1.990 a 1996. Aquí se observa que este mal comportamiento de la inversión residencial le ha supuesto, en el conjunto del periodo analizado, una pérdida cercana a los dos puntos en relación al PIB y próxima a los siete puntos en su peso en la FBCF, ver informe del Banco de España desde 1.990 a 1996.

[10] Marchante Mera, A.  y  otros (1.999) : “La demanda de bienes duraderos y la Inversión Residencial”. Edit. Miramar . Málaga (en prensa), pág. 10.

[11] Lo vamos a desarrollar en una pregunta posterior para ver los efectos de tal plan, así como el  nuevo plan de viviendas para el periodo 1996-2000.

[12] Compárese con Rus, G., Roman, C. y  Trujillo, L. (1.995): “Infraestructuras de transporte y convergencia real. Rvta. P.E.E. nº 63. Véase también Rus Mendoza, G. (1.996): “Infraestructuras, crecimiento regional y evaluación económica”. Rvta. P.E.E. nº 67.

[13] Rodríguez López, J. (1.994) : “El Mercado inmobiliario residencial en España: la recuperación se fortalece”; (1.995) : “El mercado inmobiliario en 1.995. La producción crece, las ventas se moderan” ; (1.996): La coyuntura inmobiliaria en España 1.996-97”. Rvta Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales  2-102; 3-106 y 28-110- respectivamente.

[14] Véase Santiago, F.J. (1.982): “La reactivación de la construcción en un mundo inflacionario”. Rvta. P.E.E. nº 10.

[15] Rodríguez López, J. (1.993): “Problemas y Cuestiones de Vivienda en los años noventa”. Rvta. Española de financiación a la Vivienda 24-25, Diciembre .

[16] Véase López García, M.A. (1.992): “Algunos aspectos de la economía y la política de la vivienda”. Rvta Investigaciones económicas, vol. XVI.

[17] Véase Verges, R. (1.992): “La previsión de demanda de vivienda y sus determinantes:  modelos de previsión en viviendas”. Rvta. Estudios Territoriales nº 40.

[18] Véase, Ley 29/1994 de 24 de noviembre publicado en el  BOE nº 282 de 25 de noviembre de 1.994:  Ley de Arrendamientos Urbanos, la cual regula las diferentes legislaciones que inciden en el mercado de alquiler, fija los nuevos contratos en un plazo de cinco años, y regula las posibilidades de subrogación de las viviendas de renta antigua, por lo cual es posible que incida favorablemente en  incentivar este segmento de la vivienda.

[19] López García, M.A.(1.9923) “Algunos comentarios en torno al informe sobre la vivienda”. Rvta. P.E.E. nº 50.

[20] Aurtenetxe, J.L. y otros ( 1.996) : “El problema de la vivienda en España”. edit. Boletín de Estudios Económicos vol-51- nº 159, diciembre.

[21] MOPMA (1.995) :  Informe sobre el precio de la vivienda en España para el periodo 1987-1.995.

[22] Rodríguez López, J. (1.992) : “Una aproximación a la política de vivienda en España”, edit. Rvta. ICE nº 2349 diciembre. pág 3792-5.

[23] Véase Narbona Ruiz, C. . “Política de vivienda y territorio. El enfoque del plan de vivienda 1.992-1.995”. Rvta. Estudios Territoriales nº 40.

[24] Véase MOPTMA -Ministerio de Obras Públicas, Transporte  y Medio Ambiente-(1.995): “Informe sobre el precio de la vivienda en España para el periodo 1.987-1.995”.

[25] Trilla Bellart, C (1.992):  “Una nueva política de Vivienda”. Rvta. PEE nº 50.

[26] Véase MOPT- Ministerio de Obras Públicas y Transporte-(1.992): “una casa a la medida del ciudadano”, septiembre.

[27] Carreras Moysi, B. (1.994) : “Líneas básicas de la actual política estatal de vivienda”. Rvta. Comunidad y Territorio, pág. 2-199.

[28] Rodríguez López, J. (1992): “Una aproximación a la política de vivienda en España”, obr. cit.

[29]INE: Contabilidad Nacional de España: Cuentas nacionales y Tablas Input Output (varios años) . Madrid. Se puede determinar que la edificación de inmuebles supone en España alrededor del 40 por 100 de la formación bruta de capital fijo en construcción y aproximadamente el 6 por 100 del PIB a precios de mercado; la formación bruta del capital fijo en el sector de la construcción representa alrededor del 60-65 por 100 del total de formación bruta de capital fijo, lo que hace que la inversión en viviendas se sitúe alrededor del 25 por 100 de la inversión total en la nación. El empleo en el sector de la construcción alcanza una cifra que representa algo más del 10 por 100 del total nacional.

[30] Rodríguez López, J.( 1.993): “La política de vivienda en España. Una valoración posterior a las reformas de 1.991”.  Rvta. Ekonomía nº 27.

[31] El Primer Plan de Viviendas 1992-95 se ha materializado sobre todo a partir del Real Decreto 1932/1991, de 20 de diciembre (B.O.E. 14.1.1992). El Plan pretende potenciar el denominado Régimen Especial a VPO para familias de ingresos no superiores a 2,5 SMI., en el citado Plan se reforzarán las ayudas establecidas en anteriores planes de vivienda, en el sentido de aumentar los subsidios de interés, con lo que los créditos a largo plazo oscilarían entre el 4% y el 11% según los niveles de ingresos de los compradores

[32] Véase Narbona Ruiz, C.(1.992): “Política de vivienda y territorio. El enfoque del plan de vivienda 1.992-1.995” edit. Rvta. Estudios Territoriales nº 40. En este artículo se comenta que como novedades, el Plan 1992-95 ha introducido las relativas al retorno de la figura del plan plurianual, a la ampliación del espectro de rentas máximas de los usuarios de ayudas estatales, al aumento de los subsidios y de la cobertura máxima del préstamo a obtener por el adquirente y al reforzamiento de las ayudas para los adquirentes, ayudas contempladas en el Plan 92-95.

[33] Véase Giner de Grado, C. (1.994): “Balance de Resultados del Plan de Vivienda”. Rvta Boletín Económico de ICE nº 2423.

[34] Bandrés, E. (1.993): “Manual España,economía” (6ºedición), edit. Espasa Calpe, Madrid, capítulo nº 27. Compárese con Bandrés, E. (1.995): “Lecciones de Economía Española”, tercera edición, edit. Civitas, Madrid, capítulo 5, ambos coordinados por García Delgado, J.L.

[35] Identificaremos en lo sucesivo, obra civil, ingeniería civil e infraestructura.

[36] Rus, G., Roman, C. y Trujillo, L. (1.995): “Infraestructuras de transporte y convergencia real”, edit. Rvta. PEE nº 63,  pág.234.

[37]Bandres, E. (1.993): “Manual España, economía”), edit. Espasa Calpe, Madrid, 6ºedición, capítulo nº 27, pág 1.051

[38] Véase Cutanda, A. y Paricio, J. (1.992) : “Crecimiento económico y desigualdades regionales: el impacto de la infraestructura”. Rvta. P.E.E. nº 51.

[39] Bandrés, E. (1.993) : “ Manual España, economía”, edit. Espasa Calpe. Madrid, 6ª edición, pág.1053 y 1054

[40] Bandrés E. (1.993): “Manual España,economía” edit. Espasa Calpe.Madrid, 6ª edición. pág.1053 y 1054


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