Contribuciones a la Economía


"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

 

LA GESTIÓN EMPRESARIAL COOPERATIVA. NOTAS PARA UN DEBATE

 

Angie Fernández Lorenzo (CV)
Marianela González Amador
(CV)
fernandez@eco.upr.edu.cu

 

INTRODUCCIÓN

Este trabajo se desarrolla con la pretensión de aportar, desde la perspectiva cubana, aspectos que puedan resultar novedosos en el no suficientemente abordado tema de la administración de las empresas cooperativas.

A pesar de una práctica por siglos del cooperativismo a nivel internacional, persisten las dificultades desde el punto de vista teórico en la definición de su modelo de gestión, máxime cuando el movimiento está abocado a demostrar su viabilidad en las condiciones de un mundo neoliberal y globalizado.

Este trabajo no pretende agotar el tema, sino solo apuntar algunos elementos que desde la teoría empresarial contemporánea y la propia filosofía del movimiento cooperativo contribuyan al desarrollo y aplicación de propuestas coherentes con los retos que deben asumir en la actualidad este tipo de empresas.

El análisis de la situación de la gestión de las empresas cooperativas en Cuba y de propuestas teóricas y metodológicas que denotan el esfuerzo de la academia por darle respuesta a tal problemática y que sin embargo no logran ser generalizadas con éxito, deja abierto el camino a futuras investigaciones, teniendo en cuenta la urgencia de aplicar modelos de administración que tributen a la obtención de los niveles de eficacia y eficiencia requeridos en el proceso de recuperación de la agricultura y la economía en general en el país.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Fernández Lorenzo y González Amador: "La gestión empresarial cooperativa. Notas para un debate" en Contribuciones a la Economía, julio 2008 en http://www.eumed.net/ce/2008b/


DESARROLLO

- La empresa: surgimiento, conceptos y tipología. La empresa cooperativa

La empresa ha sido objeto de estudio desde que, durante el siglo XIX, y fundamentalmente debido a la Revolución Industrial, su importancia ha ido creciendo ininterrumpidamente.

Como resultado de las críticas a la teoría de la firma que propugnaba la existencia de la empresa como maximizadora de beneficios y al mercado como mecanismo fundamental de asignación de recursos, se encuentra la verdadera justificación de la empresa como un eficiente mecanismo de asignación de recursos alternativos al mercado y que asume una función básica en el sistema socioeconómico, que a su vez es su <razón de ser>, y que es de naturaleza técnico- económica.

La legitimidad social de la empresa viene dada por la conjugación del cumplimiento de sus dos funciones principales: la productiva y la económica; además de que en sí misma constituye un sistema socioeconómico; amén de que para lograr realizar satisfactoriamente su función productiva y económica debe presentar un comportamiento y seguir una actuación unificados, con y/o frente a los demás agentes del sistema socioeconómico donde está inmersa.

Numerosas son las conceptualizaciones dadas a la empresa. Entre ellas la referida por Salas (1987) la ubica como una unidad económica que combina un conjunto de elementos humanos, técnicos y financieros, localizados en una o varias unidades técnicas y físico espaciales, ordenados según determinada estructura de organización y dirigidos en base a cierta relación de propiedad y control, con el objetivo de alcanzar unos objetivos determinados.

Caude la define como grupo social en el que, a través de la administración del capital y el trabajo, se producen bienes y/o servicios tendientes a la satisfacción de las necesidades de una sociedad.

En definitiva, de entre las muchas posibles definiciones de empresa, de diferentes autores, Samuelson, Schneider y McNamara, coinciden en los siguientes términos:

«La empresa es una manifestación de trabajo colectivo, un conjunto de esfuerzos armonizados para la realización de un fin común. »

Igualmente existe un amplio número de criterios para tipificar las empresas. Salas (1987) establece una clasificación atendiendo a diferentes criterios socio económicos. Así es como según la forma de propiedad de los medios de producción o del capital, las empresas pueden ser privadas, societarias o sociedades y públicas. Dentro de las empresas societarias o sociedades se ubica la empresa cooperativa.

La Alianza Cooperativa Internacional (ACI) define a la empresa cooperativa como una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades económicas, sociales y culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada. Tiene por objeto la realización de la actividad a fin de que la sociedad proporcione la satisfacción de las necesidades de sus socios (trabajadores, consumidores, etc.) en función de las aportaciones de trabajo que realizan, independientemente de la cuantía de sus aportaciones de capital. Como puede observarse en este concepto se confunde claramente la propiedad con la gestión, elemento que ha dado pie a que el tema de la gestión sea subvalorado constantemente.

La empresa cooperativa se distingue por su dualidad: empresa económica con elevada finalidad social, cuyas dos vertientes deben ser ponderadas adecuadamente logrando un equilibrio que tribute a la satisfacción de esas necesidades y aspiraciones que se enunciaron arriba.

Un aspecto distintivo en el funcionamiento de este tipo de empresas lo constituyen los principios cooperativos, ellos son:

 Adhesión voluntaria y abierta.

 Administración democrática por parte de los socios.

 Participación económica de los socios.

 Autonomía e independencia.

 Educación, formación e información.

 Cooperación entre cooperativas.

 Interés por la comunidad.

De estos principios se deducen un grupo de particularidades en la administración de este tipo de empresas (Rivera, et al, 2004), las cuales son:

 Las cooperativas nacen dentro de un marco donde los valores de justicia y solidaridad condicionan la obtención de beneficios económicos y sociales, lo que le permite desenvolverse en mejores condiciones, ser más eficientes y eficaces, convirtiéndose así en fortaleza de la administración cooperativa.

 El máximo órgano de dirección es la Asamblea de Asociados, la que trata de reproducir constantemente su capital social y mantener la confianza de asociados, empleados, familia y comunidad en general y juega un papel importante en la toma de decisiones.

 En la forma de distribución de los resultados se tiende más a la igualdad y a la equidad.

 La responsabilidad social que tienen las cooperativas para con sus dueños (asociados), familia, empleados y comunidad donde se entrelazan el aspecto económico como base y su aspecto social como finalidad.

- Evolución de la actividad de administración de las empresas.

La teoría de la administración abarca el desarrollo y aportes fundamentales de numerosas escuelas de pensamiento sobre los sistemas administrativos, existiendo a su vez numerosas clasificaciones. La clasificación desarrollada por Menguzatto y Renau a partir de la concepción de las organizaciones, las relaciones empresa-entorno y el papel de la organización informal, ubica a las diferentes escuelas dentro de cuatro grandes grupos:

1- Sistemas cerrados y racionales: conformado por la escuela clásica, escuela burocrática de Weber, escuela matemática o management science.

2- Sistemas cerrados y naturales: se ubican la escuela de Relaciones Humanas y sus derivaciones, escuela burocrática de Merton, Selznick y Gouldner.

3- Sistemas abiertos y racionales: escuela de los sistemas sociales, enfoque contingente, enfoque socio técnico, escuela neoclásica y enfoque de sistemas.

4- Sistemas abiertos y naturales: enfoque contingente (Hickson y otros).

A partir de la escuela de los sistemas sociales se reconoce a la empresa como un sistema abierto y por tanto sujeto a las influencias del entorno. Barnard (1938), su principal exponente reconoce en la empresa un sistema de fuerzas sociales coordinadas conscientemente para lograr un determinado fin, sosteniendo que la cooperación es un factor básico en toda organización y cada persona lleva a cabo esta cooperación de modo diferente. Esta escuela reconoce que la cooperación se hace necesaria para lograr los objetivos de la organización y cada persona cooperará con los otros miembros de un modo más o menos intenso en función del grado de congruencia de dichos objetivos organizacionales con los suyos personales. El enfoque socio técnico incorpora a esta definición la influencia del sistema técnico, clasificando a la empresa como sistema socio técnico, teniendo en cuenta que el comportamiento humano está fuertemente condicionado por la interrelación de estos dos sistemas, y por la adaptación de la forma de organización a la tecnología empleada. El enfoque contingente o situacional provee de una forma de de pensar y actuar en relación al diseño de la organización, haciéndolo depender del entorno y de las características personales de los miembros que forman la organización.

Los orígenes del modelo estratégico, generalmente aceptado en la actualidad, se encuentran en estas escuelas que conforman la clasificación de la empresa como sistema abierto y natural.

El enfoque estratégico definido como una actividad extrovertida, voluntariosa, anticipada, crítica y abierta al cambio, se ha plasmado en los conceptos de estrategia organizacional, planificación y dirección estratégica constituyendo su base fundamental. (Gómez, 2001). La dirección estratégica ha evolucionado al tiempo que el rol de las empresas en el marco económico, político y social.

La empresa cooperativa se distingue por su dualidad: empresa económica con elevada finalidad social, cuyas dos vertientes deben ser ponderadas adecuadamente logrando un equilibrio que tribute a la satisfacción de esas necesidades y aspiraciones que se enunciaron arriba. Según Rivera la empresa cooperativa es un sistema que caracteriza de manera significativa por interacciones sociales internas y externas. Lo anterior implica un conjunto de particularidades en su administración, que deben ser respetadas al momento de establecer un sistema de gestión coherente y pertinente con los principios del Cooperativismo.

La propuesta realizada por Gómez, 2001 se basa en el diseño de un modelo estratégico de gestión donde se incorpora la responsabilidad social de la empresa cooperativa, además de asumir las particularidades de la gestión de este tipo de organizaciones.

En este sentido, se percibe la importancia de establecer una metodología para el perfeccionamiento de la gestión de la empresa cooperativa cubana que esté acorde con los actuales modelos que incluyen la gestión por procesos. Según Harrington (1993) los procesos de la empresa como “todos los procesos de servicios y los que respaldan a los de producción. Es un grupo de tareas lógicamente relacionadas que emplean recursos de la organización para dar resultados definidos en apoyo de los objetivos de la organización (“operación compleja” que tiene muchos procesos, uno de los cuales es aquel que genera el producto que se vende al cliente”).

La gestión por procesos es una forma de organización diferente de la clásica organización funcional y en el que prima la visión del cliente sobre las actividades de la organización. Los procesos así definidos son gestionados de modo estructurado y sobre su mejora se basa la de la propia organización.

Según Rodríguez (1999) “se aprecia una tendencia dirigida a que una forma muy efectiva e integradora de mejorar la gestión de una organización es mejorando sus procesos, enfoque insuficientemente abordado en procedimientos analizados”.

- Las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) en Cuba.

En Cuba “la cooperativa es una empresa donde impera la cooperación y la apropiación colectiva de los medios de producción y de los resultados del trabajo como forma particular de propiedad socialista”. (Figueroa, 1994)

Las CPA y UBPC constituyen un eslabón fundamental en el modelo de desarrollo socioeconómico del país, especialmente en el sector agrario.

La discusión teórica en el país por muchos años redundó en la no definición de la cooperativa agraria como empresa, lo que limitó sin dudas el funcionamiento tanto de CPA como UBPC. En este sentido, la Ley No. 95 de Cooperativas de Producción Agropecuaria y de Créditos y Servicios de Cuba reconoce a las CPA como “entidades económicas socialistas con autonomía, autogestión y proyección social. Igualmente, como una entidad económica que representa una forma avanzada de producción socialista con patrimonio y personalidad jurídica propios, constituida con la tierra y otros bienes aportados por los agricultores pequeños, a la cual se integran otras personas, para lograr una producción agropecuaria sostenible”.

El Reglamento General sobre UBPC plantea que esta es una “organización económica y social integrada por trabajadores con autonomía en su gestión y administración de sus recursos, que reciben la tierra y otros bienes en usufructo por tiempo indefinido y posee personalidad jurídica propia”. Forma parte de un sistema de producción, al que se integra constituyendo uno de los eslabones primarios que conforman la base productiva de la economía nacional y se crea con el propósito de aplicar fórmulas que incentiven y motiven a los hombres a entregar sus reservas productivas en función de lograr mayores volúmenes de producción con el menor gasto posible de recursos materiales como “una nueva forma de organización de la producción agropecuaria”, estando dentro de los principios que sustentan su actividad la de “desarrollar ampliamente la autonomía de gestión y administrar sus recursos haciéndose autosuficientes en el orden productivo”. (MINAZ, 1993).

Según el Reglamento General tendrá entre sus atribuciones, funciones y obligaciones “dirigir, organizar y controlar técnica, económica y administrativamente la ejecución y el desarrollo de todas las actividades que le correspondan para garantizar el cumplimiento de sus objetivos”.

En los últimos tiempos en el país se ha venido llevando a cabo un proceso de revitalización de las cooperativas en el proceso de búsqueda de métodos de administración más efectivos que tributen a la optimización de su gestión. Un aspecto significativo en el desarrollo de este proceso es que existen por sectores un grupo de cooperativas que pudieran llamarse “líderes” en el proceso de gestión empresarial, incorporando aspectos de la teoría de la administración moderna que tributan directamente a la obtención de mejores resultados económicos y productivos.

Desde la academia se han realizado diversos estudios con vista a esclarecer el tipo de propiedad y organización de la producción de la cooperativa cubana; así como el carácter de este tipo de propiedad en dependencia de las relaciones de producción dominantes (Rodríguez, 2004). Sin embargo, son escasos los estudios relacionados con el tema de la gestión, que como se mencionó anteriormente es difuso incluso en la definición teórica de la ACI.

En este punto, resulta muy importante separar, en primera instancia, la propiedad de la gestión, donde resultan útiles los estudios de Shumpeter, Galbraith, Marx y más recientemente los cubanos del Castillo (2001) y Rodríguez (2004). Este último autor aborda que en la realidad cubana la separación entre la propiedad y la gestión significa mantener la propiedad sobre los medios fundamentales de producción y el derecho de tomar las decisiones estratégicas en manos del Estado pero asignarle la gestión de estos a otros.

Se entiende que el proceso de recuperación económica ha planteado para ambas formas organizativas el perfeccionamiento de sus métodos de trabajo y de dirección, donde la eficiencia se convierte en condición clave de su propia existencia en interacción con el entorno diverso, donde existe ya determinado nivel de competencia. La racionalidad empresarial se impone, sin perder de vista el carácter rector de los intereses del país. Ahora bien, es posible darle cumplimiento a lo anterior sin el establecimiento de modelos de gestión empresarial adecuados.

De forma general, los modelos de gestión de la CPA han demostrado su viabilidad y mayor competitividad en sus décadas de existencia (González, et al, 2000). Sin embargo, se reconoce la necesidad de ser perfeccionados a fin de obtener niveles superiores de eficiencia y eficacia económica, productiva y social (Rivera, 2004).

En cuanto al modelo de gestión de las UBPC, con menores resultados de su gestión, en los últimos tiempos algunos investigadores se han dedicado a su estudio. Entre ellos, el trabajo de Gómez (1999) plantea el diseño de un modelo gerencial con enfoque estratégico para el desarrollo socioeconómico de las UBPC cañeras que responde a las características específicas de este sector, asume, como elemento novedoso, la combinación de la filosofía social cooperativa con la excelencia gerencial y avanza en la caracterización de la gestión de las cooperativas, en particular las UBPC cañeras, centrando su aporte en las bases metodológicas para la conformación de la estrategia de dichas entidades.

Por su parte, el investigador Emilio Rodríguez (2000) fundamenta que “el modelo de gestión cooperativo se sustenta en su identidad, la articulación entre lo económico y lo social y la asimilación creadora de la Ciencia de la Administración”.

Existen, igualmente, otras propuestas de perfeccionamiento de la gestión de las cooperativas, tanto CPA y UBPC, referidas a subsistemas particulares del sistema cooperativo, tales como recursos humanos, comercialización, contabilidad, costos y finanzas.

Sin embargo, se considera abierto el campo para el establecimiento de modelos de gestión, que en última instancia, cumplan con los siguientes principios:

- Contribuir a la realización de la propiedad social en la agricultura cubana, asumiendo las funciones que le corresponden en el proceso de recuperación de la economía, bajo principios de racionalidad económica empresarial que le permitan obtener niveles adecuados de eficiencia y eficacia económica, productiva y social.

- Cumplimiento de los principios y valores del Cooperativismo que garanticen su identidad, en el contexto de una sociedad socialista.

- Asumir los principales aportes de la teoría empresarial contemporánea y en particular de la ciencia de la administración, con una adecuación consciente a su realidad.

- Promover el papel fundamental del colectivo de la cooperativa en el proceso de gestión empresarial donde se garantice el cumplimiento de los objetivos individuales, colectivos y sociales.

- Conjugar el cumplimiento de la responsabilidad social como fin, orientando sus procesos a la satisfacción del mercado social objetivo (socios, trabajadores, familias, comunidad y sociedad en general) y una actividad económica eficiente como base.

CONCLUSIONES

El estudio de la teoría empresarial contemporánea y fundamentalmente de la evolución de la empresa cooperativa y sus modelos de administración, además de la evidencia de la práctica del cooperativismo agropecuario en Cuba realizado en el trabajo, dejan abierta, a nuestra consideración, el debate sobre el establecimiento futuro de modelos de gestión empresarial cooperativo donde se conjugue lo más novedoso de la ciencia de la administración con lo más autóctono del movimiento cooperativo internacional.

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Otros documentos:

- Decreto Ley No. 142 sobre las UBPC.

- Documentos sobre la creación y funcionamiento de las UBPC. MINAGRI y MINAZ. 1993.

- Ley No. 95 de Cooperativas de Producción Agropecuaria y de Créditos y Servicios. Gaceta Oficial de la República. Noviembre 2002.

- Reglamento General de las CPA. ANAP, 1980.

- Reglamento General de las UBPC. MINAGRI, 1994


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