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BIOECONOMÍA

Juan Carlos Martínez Coll

Bioeconomía revisitada
Epílogo a la edición electrónica de 2005

 

Primera sorpresa: ¡El mundo ha cambiado!


En el momento de reeditar electrónicamente la tesis doctoral Bioeconomía para difundirla en Internet, 21 años después de su defensa, siento la necesidad de escribir algunos comentarios y explicaciones adicionales. Confío en que sirvan para excusar sus muchos defectos y, ojalá, para poner de relieve las pocas virtudes que pueda tener y su posible vigencia.

La ciencia económica ha cambiado de forma sorprendente en estos años. Pocos podían sospechar en 1984 que el Neo-institucionalismo llegaría a convertirse en tan poco tiempo en la escuela triunfante, en el nuevo paradigma dominante. El Neo-institucionalismo es hoy un programa de investigación que actúa como poderosa locomotora arrastrando con fuerza y aceleración una gran cantidad de vagones, viejos y nuevos y de todos los colores. Es casi obligado hoy que nos enganchemos a ese tren y pongamos de relieve los conceptos institucionalistas existentes en Bioeconomía. Quizá sirva para que yo mismo pueda sistematizar y explicarme mejor algunas intuiciones con las que llevo un tiempo jugando sobre instituciones, estrategias y valores éticos.

La consagración en pocos años del neo-institucionalismo en el mundillo de la ciencia económica me resulta sorprendente, pero también encuentro muy sorprendentes los cambios en otras partes del mundo. Me explico: que el mundo cambie no es una sorpresa, lo que sorprende es la especificidad de los cambios, el hecho de que tal cambio concreto no hubiera sido previsto. Para ilustrar lo sorprendente de los cambios políticos, económicos y tecnológicos, impredecibles hace 21 años, basta aludir a la desaparición del muro de Berlín, a la pujanza comercial de China y a la extensión y penetración de la Internet por todo el planeta. Sabemos que el mundo cambia, nos esforzamos en predecir los cambios, pero la realidad siempre nos sorprende.

Además, nos acostumbramos tan rápidamente a lo nuevo que pasamos a considerarlo normal, y entonces lo que nos sorprende es lo antiguo. El lector actual puede sorprenderse de que la tesis se abra con un agradecimiento al “micro-ordenador” utilizado en su elaboración. Debo explicar que esta tesis fue (creo) la primera leída en la Universidad de Málaga que había utilizado en su elaboración un ordenador personal. Además, el ordenador fue utilizado de forma intensiva, como procesador de textos y con programas para el diseño gráfico elaborados ad-hoc para esta tesis. El lector actual quizá ignore, o haya olvidado, que en 1984 no se utilizaba la expresión “ordenador personal” sino “micro-ordenador” para aludir a estas máquinas. En España si alguien decía “pecé” se entendía entonces otra cosa muy diferente a un “personal computer”. El Advantage 8/16 de North Star era uno de los seis primeros micro-ordenadores comprados por la Universidad de Málaga para sus necesidades administrativas y de investigación. Hoy forma parte de la exhibición-museo permanente que mantiene el Servicio Central de Informática con tecnología “histórica” en los pasillos de su sede. Estaba basado en el procesador Z80A. Tenía una pantalla de 12 pulgadas, con una resolución de 640 x 240 píxels monocolor. Carecía de disco duro. Usaba dos floppys, discos blandos de 5,25 pulgadas protegidos por sobres de cartulina negra en los que cabían 500 Kb. Uno de ellos contenía el programa y en el otro se almacenaban los resultados. Su sistema operativo era totalmente incompatible con cualquier otro. En España nadie había oído hablar de Bill Gates, un joven que entonces tenía 29 años y que aún no había construido el sistema Windows, aunque mucha gente en los Estados Unidos ya estaba utilizando su MS-DOS.

En la tesis se ofrece una descripción minuciosa, explicación y análisis de los programas utilizados para la elaboración de los gráficos. Esa minuciosidad que ahora puede resultar sorprendente tiene varias explicaciones. La primera es el criterio de falsabilidad de Popper. Una tesis con pretensiones de cientificidad, en la que se estén describiendo unos experimentos, debe permitir que esos experimentos puedan reproducirse, debe dar todas las informaciones necesarias para que se repitan exactamente con las mismas condiciones. Además, las fórmulas matemáticas, las ecuaciones que generaban la dinámica de las poblaciones en esos experimentos estaban “incrustadas” por así decirlo, en esos programas. Los programas son los protocolos con los que se pueden reproducir los experimentos.

Pero lo que hacía imprescindible la publicación como parte de la tesis del código textual de los programas en GBasic es que esos programas solo podían funcionar en aquel ordenador y con el intérprete de aquel sistema operativo. Hoy día sería mucho más lógico entregar los programas como archivos electrónicos en cualquier soporte, pero en aquellos tiempos no había ningún soporte estandarizado. Junto con la tesis hice entrega de floppys con los programas y datos, pero siendo consciente de que esos floppys no podrían ser leídos por nadie “del futuro”. En la Facultad de CC Económicas de Málaga deben estar archivados aquellos floppys, supongo, pero inútilmente. En cambio el texto de los programas en GBasic sigue siendo comprensible hoy, previsiblemente seguirá siendo comprensible en el futuro y podría ser fácilmente adaptado para su interpretación y funcionamiento en cualquier ordenador.

Esos programas tienen hoy un valor adicional: sirven como memoria histórica de los tiempos en que la elaboración de un sencillo programa de ordenador tenía algo de heroico.

Segunda sorpresa: Lo que sigue igual

En cambio hay otras cosas que creemos que van a cambiar y sin embargo permanecen inmutables e inamovibles. Lo que nos sorprende es que no cambien. En el epígrafe “La génesis de una idea” de la tesis, al explicar mi tesis de licenciatura de 1982 utilizo las siguientes palabras:

“En aquel momento se estaba iniciando en nuestro país el proceso autonómico. Muchos analistas políticos denunciaban el peligro potencial que podía representar ese proceso para la “unidad de la patria”. Las regiones autónomas encontrarían abundantes motivos de conflicto por los que tendrían que competir entre sí. Y en esos enfrentamientos podrían desarrollarse estrategias cada vez más agresivas que por un proceso acumulativo desembocarían en luchas independentistas.”

Las previsiones de mi tesis apuntaban en una dirección diferente:

 “Aplicando el modelo de Maynard Smith al problema citado sugerí como conclusión que, al igual que ocurre entre los animales, existían fuerzas en el proceso autonómico que encaminarían a los políticos regionales hacia comportamientos convencionales y a someterse a las reglas del juego político limpio, sin la necesidad de intervención arbitral de un estado coactivo.”

Al reconsiderar aquel problema ahora, en 2005, lo que nos sorprende es que no haya cambiado nada. El estatuto de Cataluña está siendo discutido en estos momentos en el Congreso de los Diputados en medio de fuertes polémicas y tensiones. Sigue habiendo analistas políticos aterrados por creer que se está rompiendo “la unidad de la patria” y otros, tan ilusos como yo en 1982, que creen que los enfrentamientos se disolverán y desaparecerán.

Los modelos teóricos sobre los que se construyó la tesis siguen siendo de interés hoy entre los científicos sociales y siguen siendo abundantemente citados. Fundamentalmente son los conceptos bioeconómicos del economista estadounidense Jack Hirshleifer, los modelos evolutivos del biólogo británico John Maynard Smith, (1920-2004) y los experimentos pioneros del politólogo canadiense Robert Axelrod. Hace 21 años los trabajos de Axelrod eran una novedad. El libro de Axelrod “The Evolution of Cooperation” se publicó en inglés aquel mismo año, 1984, y en español un par de años después, en 1986. Maynard Smith era un prestigioso biólogo pero solo recientemente sus propuestas habían llamado la atención de algunos economistas y científicos sociales. Los trabajos de estos dos autores se han popularizado hoy y son citados abundantemente en revistas y libros de muy diversos campos científicos. La búsqueda mediante Google en la web de “Axelrod ‘The Evolution of Cooperation’" produce 88.000 resultados. La búsqueda de "John Maynard Smith" produce 99.100 resultados. La influencia intelectual de Jack Hirshleifer sobre la tesis fue más profunda y tuvo un efecto muy duradero sobre mi proyecto de vida e investigación. Hirshleifer fue un gran economista pionero en la teoría de la información, de los conflictos y de la bioeconomía. Como explico más abajo, tras la lectura de la tesis tuve la oportunidad de trabajar con él durante varios años. Murió hace pocos meses. En julio de 2005. He querido dedicar a su memoria esta edición electrónica de mi tesis doctoral.

Investigaciones y desarrollos posteriores a la tesis

En la tesis se citan en varias ocasiones artículos de Jack Hirshleifer. De hecho, de todas las lecturas que hice para la tesis, Jack Hirshleifer había sido uno de los autores que más me habían interesado. Es por ello que, después de la defensa de la tesis, me puse en contacto con él, le informé de mi trabajo y le envié un artículo en inglés basado en el Capítulo 10, "La estabilidad evolutiva del Derecho". Jack me respondió con gran amabilidad y se inició así una amistad y una colaboración que fue muy intensa y fructuosa durante varios años. Aquél artículo, gracias a las gestiones de Jack, se publicó en junio de 1986 (A Bioeconomic model of Hobbes' "state of nature" Social Science Information, Vol. 25,-2)

En su primera respuesta, Jack me envió algunos artículos recientes suyos. En uno de ellos mostraba una representación gráfica de la dinámica de modelos de teoría de juegos. La había elaborado “a mano” utilizando tan solo una calculadora para su estimación. En el texto se quejaba de lo tedioso y complicado del proceso de elaboración de ese gráfico. A vuelta de correo le reenvié el mismo gráfico pero elaborado por mi ordenador. Yo lo había conseguido hacer en dos minutos. Mi gráfico era mucho más preciso y exacto. Además, detecté y le hice notar algún error en sus cálculos.

Jack se entusiasmó y empezamos a trabajar conjuntamente. En marzo de 1986 pude visitarlo en Los Ángeles gracias a una beca del Comité Conjunto Hispano-USA. Unos meses después volví a UCLA con una beca Fulbright post-doctoral que me permitió trabajar en su departamento como visiting researcher durante un año.

Jack era una persona de una extraordinaria calidad humana y cordialidad que mostró hacia mí un afecto paternal y me distinguió con su atención científica. Siempre fue muy exigente en la selección de las personas que colaboraron con él por lo que puedo mostrarme orgulloso de haber sido uno de los pocos elegidos. Cuando murió, hace pocos meses, el 26 de julio de 2005, lamenté de nuevo no haber sabido, o no haber podido, aprovechar plenamente ese enorme privilegio, las extraordinarias posibilidades que me abrió y que solamente supe o pude utilizar durante cuatro o cinco años.

En la tesis hablo con respeto y admiración de Robert Axelrod. Sin embargo Jack Hirshleifer se mostraba muy crítico con él y en gran parte nuestro trabajo estuvo dirigido a mostrar las debilidades e inconsistencias de Axelrod.

En los experimentos de Axelrod, la estrategia Tit for Tat se mostraba como la única vencedora, extraordinariamente robusta en diversos ambientes. Sus conclusiones tenían un cierto sabor “normativo”, de recomendación de la estrategia TFT para todos los conflictos de los seres reales en el mundo real. Los experimentos informáticos que se muestra en Bioeconomía conducían a conclusiones opuestas. Véase, por ejemplo, los gráficos 8-2, 8-3, 8-5, casi todos los de la seria Azar y casi todos los de la serie Mixtas, en los que la estrategia Gallo (Bully) es vencedora, o superviviente. Pero lo cierto es que en el capítulo final “Balance y perspectivas” quedaba muy oculto ese resultado y se vuelven a reivindicar de forma explícita las conclusiones de Axelrod. Ciertamente el tribunal que juzgó la tesis, especialmente el profesor Joham Galtung, se manifestó insatisfecho con el capítulo de conclusiones. La recomendación explícita “si vis pacem para bellum” es una forma de expresar la estrategia Tit For Tat como válida para todas las situaciones.

Hirshleifer consideraba ese resultado muy poco satisfactorio. El mundo real es muy diverso, decía, y las estrategias que encontramos son también muy diversas. No hay ni puede haber una “solución única” para todos los problemas y todas las situaciones. En nuestros artículos introdujimos diversas complicaciones en los modelos para intentar aproximarlos al mundo real, buscando puntos de equilibrio en los que pudieran convivir de forma estable diversas estrategias.

En el primero de esos artículos, (Hirshleifer, Jack and Juan Carlos Martínez Coll,1988), mostrábamos que el éxito de la estrategia Tit For Tat en el ambiente del Dilema del Prisionero no es robusto si añadimos un pequeño coste de complejidad o probabilidad de error o si consideramos enfrentamientos eliminatorios tipo "Copa deportiva" en vez de torneo por puntos tipo "Liga". Los resultados que obteníamos mostraban que la evolución de la competencia conducía a un punto de equilibrio interior en el que estrategias más o menos cooperativas coexisten simultáneamente.

En el segundo artículo (Martinez-Coll and Hirshleifer, 1991), ampliamos el estudio a ambientes con la matriz de pagos del modelo Halcón-Paloma, considerando cuatro estrategias, Blanda (Cooperar o Paloma), Dura (Defraudar o Halcón) más la Tit For Tat y la Bully, una estrategia similar a la que en la tesis Bioeconomía se llama Gallo. Demostramos aquí los pobres resultados de Tit For Tat en el Halcón-Paloma.

Axelrod había analizado en sus experimentos solo el Dilema del Prisionero con una matriz de pagos cardinal, fija y única. En el mundo real nos encontramos con dilemas muy diversos. Obsérvese la sutil diferencia entre la matriz de pagos de un Dilema del Prisionero y de un modelo Halcón-Paloma:

 

Dilema del Prisionero

 

Halcón-Paloma

 

C

D

 

 

P

H

C

2,2

4,1

 

P

2,2

3,1

D

1,4

3,3

 

H

1,3

4,4

Los pagos están expresados en forma ordinal, siendo el 1 el resultado más preferido y 4 el menos preferido. Obsérvese cuál es la diferencia entre ambos modelos: En el Dilema del Prisionero lo peor es tener una estrategia blanda (Cooperar) cuando el contrincante mantiene una estrategia dura (Defraudar) pero en el modelo Halcón-Paloma el resultado peor se obtiene cuando se enfrentan dos estrategias Halcón.

Si hacemos la reiteración del juego e introducimos estrategias reactivas, el resultado para TFT es muy diferente. Aunque ciertamente triunfa en el Dilema del Prisionero, tal como demostró Axelrod, en el Halcón-Paloma fracasa completamente. La estrategia más robusta en ambientes del tipo Halcón-Paloma es Bully (Gallo): ser Halcón frente a las Palomas y Paloma frente a los Halcones.

En el tercer artículo, Hirshleifer and Martinez-Coll (1992), analizamos con mayor profundidad el proceso de selección, introduciendo en el modelo la posibilidad de aparición de mutaciones aleatorias. Pudimos mostrar así cómo una pequeñísima intervención del azar preserva indefectiblemente la diversidad de las estrategias.

Jack escribió un artículo adicional sobre este tema en 1999, en el que introducía, además del Dilema del Prisionero y el Halcón-Paloma, un nuevo juego, el Tender Trap. Analizaba también otros protocolos de juego, con movimientos simultáneos y secuenciales. Todo ello conducía de nuevo a resultados en los que múltiples tipos de estrategias podrían resultar evolutivamente estables.

Para esa fecha yo ya había abandonado esa línea de investigación. Puedo encontrar muchas explicaciones para ese abandono pero casi todas ellas tienen algo en común: el desánimo que me produjo comprobar la poca repercusión que tenían nuestros artículos, la incomprensión e indiferencia con que eran acogidos en España, y la hostilidad y rechazo que generaban mis publicaciones en el ambiente académico más próximo a mi persona. Busqué entonces una línea menos teórica, más próxima al mundo real, es decir, a lo que la mayoría de los seres humanos consideran los hechos y circunstancias que les afectan y que les interesan.

De las estrategias a las instituciones

Los años 90 fueron los de la gran expansión inicial de la red Internet. Para poder trabajar con Jack Hirshleifer, a indicación suya, yo había conseguido una dirección de correo electrónico a finales de 1988. Posiblemente fui el primer usuario español de Internet. La red académica española, RedIris, acababa de decidir conectarse a Internet y la Universidad de Málaga fue la primera, junto con las de Sevilla y Granada, en establecer una pasarela que permitía enviar mensajes con el Internet Protocol. Justo cuando estaban en pruebas llegué yo a pedir ese servicio.

Fui por tanto pionero de Internet en España y viví asombrado y entusiasmado su expansión. Cuando busqué una nueva línea de investigación, los aspectos económicos y sociales de Internet fueron el camino natural hacia el que se encauzó mi interés. Los últimos diez años los he dedicado a trabajar en ese campo, en el marco del grupo eumed.net de investigación. Me siento realmente satisfecho de los resultados teóricos y prácticos obtenidos.

Pero, aunque la mayor parte de mi tiempo de trabajo lo dedique a investigar en el desarrollo y uso de Internet, mi análisis de la sociedad, mi pensamiento, sigue basándose sobre los mismos conceptos. Bioeconomía, dinámica, estrategias, conflicto y cooperación, evolución... Creo que estos conceptos permiten ver y entender la sociedad humana de una forma especial y yo los tengo incrustados en algún sitio de mis neuronas.

En el año 2003 publiqué en Internet “Las Flechas” (www.eumed.net/flechas/) un documento con análisis, desarrollos y propuestas originales sobre el comportamiento económico, la racionalidad, la información y los sistemas económicos.

En su proceso evolutivo, el ser humano ha ido desarrollando métodos cada vez más sofisticados para evaluar diferentes alternativas y adoptar decisiones. Esos métodos están asociados a sistemas económicos de organización de la sociedad. Los clasifico como racionalidad instintiva, tradicional, política y financiera. Todas esas cuatro formas de racionalidad conviven simultáneamente en una sociedad y en todos y cada uno de los individuos, aunque una de esas formas sea la ‘dominante’ en un momento determinado.

Kahneman, el psicólogo que obtuvo el Nobel de Economía en 2002, ha analizado algunos atajos que utiliza nuestra mente para solucionar el problema de adoptar decisiones con información insuficiente. Ante una alternativa que requiera cálculos complejos o imposibles, el razonamiento humano sigue unos ‘atajos’ que se basan en experiencias previas. Mediante experimentos con personas reales ha podido demostrar que esos atajos conducen en determinadas circunstancias a valoraciones erróneas.

Como he explicado más arriba, en el mundo real podemos encontrar situaciones del tipo Dilema del Prisionero y del tipo Halcón-Paloma. El problema es que no sabemos distinguirlas bien ya que no tenemos información precisa sobre la matriz de pagos. Es por ello que en el mundo real observamos estrategias personales del tipo TFT y del tipo Bully. Además, las limitaciones de la racionalidad humana nos impiden distinguir en muchas ocasiones si estamos ante uno u otro tipo de dilema. ¿Cómo podemos saber qué es lo que más nos conviene? ¿Cómo elegir entre TFT y Bully (entre Gato y Gallo)? En muchas ocasiones no hay forma racional de tomar esa decisión.

Creo que las éticas pueden ser consideradas unos ‘atajos’ de racionalidad que nos ayudan a tomar decisiones en esas circunstancias. Puede resultar sorprendente que en la tesis doctoral Bioeconomía no se haya hecho una evaluación ética de las estrategias que analiza. En realidad esa valoración ética es cuidadosamente evitada en la tesis. El objetivo de la tesis consistía precisamente en proponer unos sistemas (Eficacia Darviniana, Eficacia Diferencial o Estabilidad Evolutiva) de valoración de estrategias reactivas que no estuvieran influidos por “prejuicios éticos”. Pero a pesar del esfuerzo por evitar valoraciones éticas, es inevitable que el lector asigne una valoración ética diferente a la estrategia Halcón y a la estrategia Paloma, a la estrategia reactiva TFT (Gato) y a la estrategia reactiva Bully (Gallo).

Efectivamente, los principios éticos que hemos recibido en nuestra educación nos hacen preferir (¿irracionalmente?) las estrategias Paloma y Gato a las Halcón y Gallo. Pero, por el contrario, las experiencias que hemos tenido en la vida quizá nos impulsen a actuar con más frecuencia en situaciones conflictivas reales con las estrategias más duras en vez de con las blandas.

En “Las Flechas” se apunta a que tenemos cuatro formas de elegir entre esas estrategias o comportamientos: el instinto, la tradición, las leyes y el cálculo financiero. Las éticas podrían ser también consideradas sistemas de legitimación de esas formas de racionalidad.

En cualquier caso, las estrategias reactivas que se analizan en Bioeconomía, son normas de comportamiento auto-impuestas. Son unas reglas que, al menos aparentemente, son adoptadas los por individuos como métodos de decisión en situaciones conflictivas en las que la información es escasa. Por ejemplo, la sentencia bíblica “Ojo por ojo y diente por diente” es una imposición de la estrategia TFT (Gato). En cambio, el Evangelio según San Mateo recomienda la estrategia Paloma. “Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.”

Las estrategias son, por tanto, un subconjunto de las instituciones. El Neo-institucionalismo denomina instituciones a todas las normas, explícitas o implícitas, externas o auto-impuestas, que limitan nuestra actividad. Las estrategias que analiza la teoría de juegos son normas autoimpuestas. Autoimpuestas no quiere decir que el individuo haya decidido adoptarlas tras una estimación formal y cuantificada de sus costes y beneficios. Es posible que la elección sea la consecuencia de los instintos o de los valores éticos o, como hemos visto, por recomendación de las tradiciones religiosas.

En “Las Flechas” se describen las cuatro formas de racionalidad (instintiva, tradicional, política y financiera) y los cuatro sistemas económicos asociados. El análisis podría ampliarse a considerar las instituciones asociadas a cada uno de esos sistemas y racionalidades. Propongo la siguiente clasificación:

"La Cueva" es el conjunto de instituciones asociadas a la racionalidad instintiva y al sistema económico más primitivo. Son las instituciones que rigen el comportamiento de de ladrones y delincuentes. Estas normas son desarrolladas, explicitadas y reforzadas por organizaciones del tipo “bandas”, “gangs” o “mafias”.

"El Templo" es el conjunto de instituciones asociadas a la racionalidad tradicional. Son las instituciones que rigen el comportamiento de las personas más religiosas. Estas normas son desarrolladas, explicitadas y reforzadas por organizaciones eclesiales y ONGs.

"El Palacio" es el conjunto de instituciones asociadas a la racionalidad política. Son las que rigen el comportamiento y las decisiones de políticos y burócratas. Estas normas son desarrolladas, explicitadas y reforzadas por el Estado.

"El Bazar" es el conjunto de instituciones asociadas a la racionalidad financiera. Son las que rigen el comportamiento y las decisiones de comerciantes y empresarios. Estas normas son desarrolladas, explicitadas y reforzadas por las organizaciones y asociaciones empresariales.

Pero esta clasificación de instituciones tiene tan solo un objetivo de análisis y comprensión. Una vez más hay que subrayar que la realidad es muy compleja y que en todas las organizaciones se encuentran instituciones que pueden ser asociadas a cualquiera de esos cuatro tipos. Podemos observar comportamientos delictivos en iglesias, gobiernos y empresas; se descubren comportamientos solidarios entre delincuentes, políticos y empresarios; lucha por el poder y el establecimiento de leyes y normas entre los gangsters, los sacerdotes y los empresarios; y, finalmente, búsqueda racional y calculada de beneficios en cualquier individuo o grupo social.

Pero este razonamiento, aunque comparta las mismas bases de la Bioeconomía, nos lleva mucho más lejos y requiere otro tipo de instrumentos y métodos de análisis, por lo que, dejando el campo abierto para futuros desarrollos, pongamos aquí el punto final.


Axelrod, R., (1984), The evolution of cooperation, Basic Books Inc. Traducción al castellano: La evolución de la cooperación, Alianza Editorial, 1986.


Maynard Smith, John (1982), Evolution and the Theory of Games, Cambridge University Press.

Martínez Coll, Juan Carlos (1986) A Bioeconomic model of Hobbes' "state of nature" Social Science Information, Vol. 25,-2 June. 493-505.

Hirshleifer, Jack and Juan Carlos Martínez Coll (1988) What Strategies Can Support the Evolutionary Emergence of Cooperation. Journal of Conflict Resolution, Vol. 32 No. 2, June. 367-398.

Martínez Coll, Juan Carlos and Jack Hirshleifer (1991) The Limits of Reciprocity. Solution Concepts and Reactive Strategies in Evolutionary Equilibrium Models. Rationality and Society Vol. 3, Nº 1, January, 35-64.

Hirshleifer, Jack and Juan Carlos Martínez Coll (1992) Selection, Mutation and the Preservation of Diversity in Evolutionary Games. Revista Española de Economía, Vol. 9 No. 2, 251-273.

Hirshleifer, Jack (1999) There are many evolutionary pathways to cooperation. Journal of Bioeconomics 1, 73-93.

 

Breve biografia de Maynard Smith en http://www.encuentros.uma.es/encuentros99/maynard.htm

 


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