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BIOECONOMÍA

Juan Carlos Martínez Coll

 

 P R O L O G O

Por Gumersindo Ruiz.

Catedrático de Política Económica, Universidad de Málaga.

Pocos trabajos pueden recibir con más propiedad el calificativo de provocativos, que el que aquí nos ofrece Juan Carlos Martinez Coll. Y no sólo porque el autor adopte deliberadamente una actitud épatante -lo que seria, antes o después, evidenciado como una frivolidad si careciera de soporte científico-, sino porque al replantear, con una mezcla de brusquedad y sutileza, cuestiones básicas del análisis económica, abrevias que pueden provocar una verdadera conmoción en el estéril panorama de la investigación actual.

El atrevimiento con que cuestiona el planteamiento mismo de los problemas se contrapuntea con la prudencia con que valora los resultados conseguidos, a pesar de que tienen el mérito de la verdadera creación, porque creativos son y asentados sobre fundamentos propios. No hay aquí -casi- discusión de lo que dicen otros, y los consabidos intentos de síntesis final, sino voluntad de presentar una nueva y original fórmula de análisis de la realidad socioeconómica.

El profesor Martinez Coll adopta un método darwinista. Esta orientación debe ser considerada cuidadosamente, pues constituyendo el punto de arranque, la inspiración, del trabajo, puede -por las connotaciones del darwinismo en su aplicación a las ciencias sociales- situar a los lectores apresurados, de forma incorrecta ante la obra. En primer lugar, no hace falta decirlo, no se trata de hacer darwinismo social, sino de aprovechar algunas ideas de dinámica de crecimiento para aplicarlas al comportamiento social (a las empresas, concretamente). El título mismo "Bioeconomía" podría haber sido substituido por otros más concretos ("aplicaciones de teoría de juegos"; "toma de decisiones para el equilibrio a largo plazo"; "estrategias empresariales estables"...), evitando así la carga de materias como la sociobiología, que han sido utilizadas en una dirección anti-igualitaria y anti-cooperativa, en el tratamiento de los problemas sociales. Pero conservándolo, el titulo, el autor no solamente reivindica el origen de su inspiración, sino que explicita el aporte reflexivo de lo biológico -y por tanto de contribución al avance en el conocimiento por parte de otras disciplinas- y, además, defiende la utilización de útiles esquemas conceptuales que los científicos sociales rehuían por temor a ser etiquetados de "sociobiologistas".

Es difícil resistir la tentación de traer a colación el caso de Konrad Lorenz, como muestra de manipulaciones, así como de prevenciones infundadas. Lorentz, como etólogo, fue primero criticado y luego recuperado por el movimiento anarquista inglés, cuando comprendió que sus teorías sobre el instinto y la agresividad, no contenían la más simple argumentación en contra del pacifismo, pero si la dificultad de distinguir entre el comporta miento animal debido al instinto y lo aprendido (taxias). Pero no fue fácil que se entendiera que la aportación definitiva de Lorentz iba contra una visión teleológico que situaba en una voluntad última, una explicación metafísica, el sentido del comportamiento animal (sobrevivir, alimentarse, procrear), incluyen do principios tanto de bondad como de maldad "natural". Esto no ha impedido que se hayan utilizado los trabajos de Lorenz para defender posiciones sobre la inevitabilidad de la agresión como consustancial al instinto animal y humano, lo cual -si bien se mira- no es sino una forma de explicación "natural" apoyada en un principio último, esto es, lo que hemos llamado explicación metafísica, contra la que Konrad Lorenz construyó sus más robustas teorías.

Pese a lo que pudiera parecer, la clave biológica, con ser tremendamente sugerente, no es aquí lo más importante; el darwinismo y la biología proporcionan un esquema muy general, una idea, y a partir de ella todo lo demás es cosecha propia. Este libro, en sus desarrollos, propone un método de analizar que es sumamente valioso en y por si mismo, ya que establece una metodo logia rigurosa de análisis para el planteamiento y tratamiento de los problemas sociales.

Pero, ¿Cómo conducir con rigor un análisis sin definir las unidades informacionales del mismo? Es ésta una cuestión controvertida que se aborda de manera decidida.

Jean-Francois Lyottard se refería recientemente en unas declaraciones a la inexistencia de "el" lenguaje, como lenguaje superior, mejor, de referencia, y ello por la dificultad y la inútil de reducir a unidades informacionales determinados mensajes que poseen lenguajes propias. Ponla como ejemplo una novela de Claude Simon ("Les Georgiques", pero muchas otras creaciones literarias pueden servir de ejemplo) y la imposibilidad de traducirla, con toda su riqueza comunicativo, a un lenguaje informativo. En palabras de Lyottard: "Es evidente que la obra no estaba destinada a esta. Su finalidad es bien diferente; por consiguiente, su finalidad es intraducible a un lenguaje comunicacional" (*) ¿Es conveniente la traducción a un lenguaje comunicacional? En el caso de la novela está claro que no ¿Por qué reducir y sintetizar?, hay que abarcar la obra en su complejidad.

Y no es solamente una cuestión de dificultad operativo debido a la complejidad de la obra, sino por lo adecuado que resulta un lenguaje y no otro para transmitir conocimiento e ideas.

En un contexto no artístico, puede ocurrir igual. Si quisiéramos pasar a unidades informacionales los cambios que han tenido lugar en los últimos cincuenta años en la sociedad humana, en cuanto a producción, tecnología, crecimiento, impacto en el entorno, y utilización de recursos, qué duda cabe que podríamos cuantificarlo. Pero los cambios producidos a lo largo de ese tiempo proporcionan un discurso difícilmente reducible al dato; porque más allá de éste se sitúan cuestiones de conocimiento acerca de cambios tan significativos como la capacidad de alterar el medio del planeta completo. La discusión sobre una guerra mundial y sus consecuencias, está más allá de cualquier cifra o unidades informacionales. En este caso los datos no pueden sube tituir el conocimiento; la información no puede sustituir a las ideas que ese complejo conocimiento ha generado.

Sin embargo, no podemos permanecer en una situación tal en la investigación social. El principio de que hay que contarlo todo y con el lenguaje apropiado, es convincente, pero no deja de ser una vía muerta para la investigación. Por eso, Juan Carlos Martinez Coll propone una definición de información consciente mente reduccionista: la tecnología y el know-how constituyen la información, y las empresas actúan por ella. La eficacia (darwiniana) de esas tecnologías y de las empresas está en su adaptación a la sociedad en que se desarrolla su actividad.

Está claro -y así lo previene el autor- que de estas reflexiones teóricas no deben inferirse decisiones para la prác tica. Lo que se está desarrollando es un método de análisis que puede, adecuadamente aplicado, iluminar aspectos de la toma de decisiones colectiva. Identificar unidades informacionales con realidad y hacer del método una norma indiscriminado de conducta, seria la suprema desgracia.

En suma, no es difícil realizar la critica de la reducción, de que se eliminan complejidades en las relaciones económicas. La aportación, no obstante, está en haber dado un paso hacia la incorporación en forma sistemática de la complejidad, al tiempo que se define un lenguaje riguroso. Se explicita también el importante componente biológico de las relaciones humanas, pero desde mi punto de vista, esto no constituye el aspecto fundamental.

- o O o -

En la búsqueda de estrategias de comportamiento evolutivamente estables, se profundiza en la toma de decisiones eco nómicas. También aquí conviene aclarar el alcance del método. Una estrategia que se considera adecuada a largo plazo es seguir el comportamiento mayoritario, respetando las reglas establecidas y actuando agresivamente cuando los derechos que se defienden con estas reglas se ven amenazados.

En mi opinión vuelven a ser más importantes y significativas las sugerencias sobre las formas de organización social de la producción, que la probable discusión -que se revelaría inútil- entre el predominio de lo biológico o lo social en el comportamiento. Efectivamente, la eficacia del instinto no es un valor que pueda discutirse en la complejidad de la organización social. La persona humana hereda agresividad, y también sentido cooperativo, pero la forma de la organización social determina que el medio ambiente (en su acepción más amplia) y sus reglas de funcionamiento, favorezcan un comportamiento u otro, así como la intensidad en que el mismo se manifiesta. La dinámica de esa organización y las estrategias de las unidades decisionales (en este caso las empresas) que la forman, es lo que se discute como proyecto dinámico.

Propondré un caso a riesgo de alargar más de lo conveniente este Prólogo. Las cooperativas de trabajo asociado en un período de crisis económica se comportan con un doble estándar; por una parte, operan como empresas capitalistas en cuanto a mantenimiento de salarios y provisión para ampliación de inversiones. Esto es, no maximizan las rentas de sus cooperativistas, sino que persiguen un objetivo de mantenimiento de su participación como empresas en el total de la producción. En una organización productiva donde son minoritarias, se adaptan a las reglas de funcionamiento de la mayoría. Este comportamiento se corresponde con una estrategia adaptativa de las señaladas como eficientes en este libro. Sin embargo, al mismo tiempo, mantienen un comportamiento diferenciado en cuanto a la forma en que absorben la mano de obra excedentaria, pues en algunos grupos cooperativos esto se logra mediante la colocación de trabajadores de empresas en crisis en otras nuevas o la ampliación de empresas en buena situación, obteniéndose los recursos mediante ahorro forzoso (salarios reales más bajos) de todos los cooperativistas.

Un comportamiento como el descrito garantiza la sobre vivencia de las cooperativas en un medio fundamentalmente no cooperativo. Esto constituye una extraña forma de adaptación manteniendo en reserva una característica diferencial y una disidencia respecto a la organización del juego. Pero es obvio que el avance a no de las cooperativas en cuanto a participación en el producto no dependerá de un juego libremente concebido en el que su estrategia acabe imponiéndose si es socialmente la más eficiente, porque el concepto mismo de qué es socialmente más eficiente, está redefiniéndose por decisiones sociales complejas, que se traducen en actuaciones no sólo de las unidades productivas participantes, sino también de los grupos de presión y las múltiples formas en que aparece la intervención (o desintervención) del estado. Y todo ello dentro de una economía transnacionalizada donde las reglas mismas de los juegos están borrosamente establecidas.

Así pues, a la definición que nos dice que "una vez que la estrategia es mayoritaria no existe ninguna otra más eficaz", habría que añadir: "... hasta que un cambio en el planteamiento del juego ponga en funcionamiento estrategias que hagan peligrar a la mayoritaria, lo que la forzaría a cambiar para seguir siendo mayoritaria. El cambio en el planteamiento del juego implica una actuación voluntarista, una acción finalista por parte de los que no están de acuerdo con el planteamiento del juego y para los que la única forma de sobrevivencia es romper su dinámica. La discrepancia se convierte así en la única forma de sobrevivencia.

La descripción de un marco establecido donde luchen alternativas y triunfen las más eficientes se ve dificultada por la capacidad del ser humano en sociedad para alterar el "orden".

Esta supone una diferencia fundamental respecto a la evolución biológica donde -desechados el finalismo y la teleologia- ninguna unidad actuante se plantea, con conciencia propia u obedeciendo a un designio que la supera (metafísico), alterar las condiciones, el marco establecido para poder operar a su conveniencia Se me perdonara que considere tan importantes en las ciencias sociales el juego en si, como los cambios que continua mente se están introduciendo en él. Creo que una aportación invaluable de Juan Carlos Martinez Coll es plantear un método que permite considerar situaciones de este tipo, aunque el contenido informacional del mismo, como él apunta, debe ser enriquecido con casos reales.

- o 0 o -

La estrategia "burguesa" como estrategia evolutivamente estable, se apoya en el derecho de propiedad, que es defendido por cuanto el respeto al mismo se muestra una estrategia individual y socialmente eficiente. Aquí también conviene una precisión. Cuando se habla del derecho de propiedad, el autor se refiere al derecho a que se respeten normas sobre las que existe acuerdo, y es lógico que el equilibrio derivado de una tal situación y las expectativas que genera, sean muy positivas y favora bles para que la sociedad se desarrolle. Sin embargo, tal respeto (y las agresivas reacciones instintivas cuando somos injustamente desposeídos de nuestras derechos) lo es siempre en un marco definido de tales derechos.

El problema no es tanto la conveniencia (eficiencia) de respetar las normas (y mucho menos el aspecto instintivo o no de las respuestas), como entender que estamos en una dinámica en que las reglas se alteran ante las acciones de los demás. En una situación de conflicto generalizado es muy difícil que se respete regla alguna; hay justificaciones para el incumplimiento cuando, pongamos por caso, en una crisis económica las unidades de producción empresariales adoptan los conocidos comportamientos de la economía sumergida, para evadir impuestos y pagos a la seguridad social.

Por eso, Juan Carlos Martinez Coll se muestra muy precavido respecto a la evolución hacia un equilibrio (general) identificable con una situación socialmente conveniente, pues esto implica la aceptación previa de que todo lo que resulta del equilibrio es socialmente conveniente. No puede aceptarse que la estrategia que triunfa sea la mejor, y la gran lección que aparece es que en la larga marcha de la humanidad, y sin una adecua da perspectiva histórica y conocimiento de la evolución de los procesos y estrategias, una aparentemente adecuada estrategia, puede llevar consigo una carga negativa (de ineficiencia) que la convierta en decadente.

Asi, solamente podemos valorar la eficiencia (y el triunfo) en un plazo muy largo, y aun ignoraríamos si se trata de una situación en que se inicia la decadencia de la estrategia triunfante.

Las aplicaciones del método son muy variadas. Destaca remos algunas. Hay una aportación a la teoría de los juegos en situaciones de elección pública con incertidumbre, pero con costes y beneficios explicitables, para adoptar decisiones colectivas mediante acuerdos y compromisos. ¿Será posible, en esta línea, sentar algunos principios para una auténtica dinámica eco nómica que considere las consecuencias a largo plazo de distintas estrategias factibles? La teoría de los bienes públicos, con los problemas de definir derechos de propiedad en la utilización del medio ambiente y los recursos naturales, puede beneficiarse también (***).

Otros muchos temas permiten ser tratados: estrategias pacifistas y ecologistas complejas, que incorporen los fundamentos económicos, tecnológicos y políticos del militarismo o la destrucción ambiental; el papel del estado; la clasificación de países en "especies" (tipología que ha sido llevada a cabo en relación con el desarrollo económico por Hollis Crenery); y un buen numero de aspectos que reclaman una visión de largo plazo.

Por eso era urgente que la tesis que sirve de contenido a este libro estuviera disponible, para que en nuestras Facultades de Economía se empezaran a debatir sus ideas inquietantes y prometedoras. Lo que nos propone es un lenguaje, que indudable mente debe ser acompañado de todo el material intraducible (no susceptible de reducción a las unidades informacionales de "el" lenguaje) correspondiente a cada problema. Con el uso correcto de este lenguaje y este método así concebidos, se avanzará en el planteamiento sistemático de problemas económicos socialmente entendidos.

Juan Carlos Martínez Coll inicia ahora su aventura americana; su obra está comenzando a ser apreciada en los círculos de investigación más avanzados y, que duda cabe, con ello está demostrando su eficiencia. A largo plazo cuenta con una extraordinaria capacidad para lograr que sus teorías sean evolutivamente estables y también para, el mismo, desestabilizarlas y situarlas en otras coordenadas, en otro juego. Esto es, proseguir el camino de "destrucción creadora" que caracteriza al artista y al científico.

Premia de D'Alt. Agosto de 1986.

 

(*) La Vanguardia, 22/VII/86, pág. 33. Declaraciones a Florian Rotzer.

(**) También podría producirse el cambio de situación por un evento externo como la posición en la división internacional del trabajo; en la organización biológica estos cambios, ya sean graduales o en forma de catástrofe, siempre ocurren por causas externas; en la social, pueden ser provocados.

(***) Presentación del trabajo de G. Ruiz, J. C. Martinez Coll y A.Narváez: "Modelos biológicos y económicos en el análisis de la pesca" en el I Congreso de Economistas y Biólogos sobre problemas de la pesca, Barcelona, junio 1985.

 


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