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Conclusiones generales

La interrelación entre el CSE y las comunidades

 

La relación entre el CSE y las comunidades fue en diferentes momentos difíciles – ver capítulo V- principalmente por la desconfianza que ellos tienen; ocasionada, porque están acostumbrados involucrarse en proyectos de carácter asistencialista y no en proyectos que pretendan diversificar su economía. Se han acostumbrado a tener una relación de “espera” con la sociedad dominante. Siempre están aguardando de una ayuda gratis y que involucre sólo votar por el partido que promueva el proyecto. La propuesta del CSE tenía la característica de ser altamente ambiciosa porque les proponía trabajar a la par con su contexto milpero. El proyecto estaba fincado en la reforestación de sus tierras comunales, sin que dejaran de cultivar maíz. Esto trajo una serie de argumentaciones entre las redes de UDCs, dividiéndolas en: a) las que pensaron que sería una posibilidad de obtener más y mejores medios de producción y consumo y b) las que pensaron que era una estrategia absurda puesto que la naturaleza es la que decide cuándo y cómo se recrea en cada estación del año. Además, especularon que existía la posibilidad de que sus terrenos comunales pudieran ser expropiados por la ONG, al igual que les había pasado a los comuneros de Santa Cruz, Bahías de Huatulco.

En Petatengo, el líder convencido fue Señor Julio quien reunía a sus hijos, ahijados, hermanos y sobrinos para que el CSE expusiera su proyecto. Sin embargo, es importante hacer notar que muchos de los familiares allegados a Sr. Julio invitaron a sus compadres para formar un grupo de 25 personas, número necesario para conformar una Sociedad en Solidaridad Social. El Centro de Soporte Ecológico no sólo dio a conocer la propuesta a los líderes, sino también la expuso en la asamblea de comuneros en Santa María Xadani, lugar donde los habitantes de las comunidades cercanas la escucharon.

El grupo de Unidades Doméstica Campesinas que se unieron al proyecto, lo hicieron por razones económicas. Pocos lograban comprender la razón del porqué tenían que sembrar árboles, ya que desde su punto de vista la naturaleza se hace cargo de que nazcan solos. Además, algunos de los árboles que proponía sembrar el CSE duraban mucho tiempo en crecer, como la Ceiba. Ellos pensaban que nunca verían a un árbol de estas características llegar a su madurez, por lo tanto no tenía caso sembrarlo. El Centro de Soporte Ecológico nunca les explicó la razón de la siembra de estos árboles, nunca les mencionó la necesidad de “producir agua” a través de la reforestación. No les mencionó la necesidad imperante de llevar agua al Mega Resort de Bahías de Huatulco debido a la desecación que se estaba dando. La ONG les hizo una propuesta empresarial, donde ellos serían los ejecutores de un proyecto que les redituaría beneficios económicos en el corto plazo a través del apoyo económico, pero que en el largo plazo los convertiría en microempresarios que venderían al resto de la sociedad beneficios ecológicos y productos ecológicamente elaborados. De esta manera ellos podrían establecer negociaciones más justas por lo que produjeran, ya no tendrían que vender sus productos a precios irrisorios en los mercados de los centros urbanos cercanos o a los intermediarios, regularmente, los comerciantes en sus propias localidades.

Dentro del documento se describe también la división en las comunidades por la divergencia de proyectos de vida: tradicional y capitalista –ver capítulo IV. Esta situación hizo que los afectados por la posible carencia de fuerza de trabajo barata, se opusieran a que los interesados de Santa María Xadani se apropiaran del proyecto de reforestación. En consecuencia, los miembros del CSE fueron amenazados de muerte en varias ocasiones de manera velada o directa. Sin embargo, los habitantes que estaban dentro del proyecto evitaron que “la sangre llegara al río” previniendo a los técnicos de posibles asaltos. Las personas que no estaban de acuerdo con la propuesta alternativa buscaban formas de ahuyentar la presencia de la ONG en Xadani. Algunas veces, lo hacían a través de amenazas, lanzando piedras al techo de las habitaciones de los técnicos, defecando en lugares que sabían que causarían algún estrago, al final de la estancia de los técnicos del CSE artículos personales fueron extraídos de sus habitaciones, la presencia no era grata. En lo cotidiano el CSE no tuvo una interrelación muy fluida con los Xadaneros, pero la relación entre Petatengo y El Achiote fue bastante buena porque las comunidades estaban interesadas en encontrar en el proyecto una estrategia que les beneficiara en el corto y largo plazo.

Para ganarse la confianza de los comuneros de los dos poblados, la ONG los fue involucrando poco a poco en el proceso administrativo del proyecto. Los campesinos se turnaban para ir hasta La Crucecita – ubicación de las instalaciones del CSE – por el recurso económico que catorcenalmente se debía entregar por las áreas reforestadas a los integrantes de la brigada. Para realizar esta tarea el comunero comisionado debía llevar el número de plántulas sembradas, la cantidad de área reforestada y el número de arbolitos que quedaban en los viveros. De esta manera los comuneros se iban apropiando del proyecto, conociendo cómo deberían pagar, cómo llevar la contabilidad económica y la de las hectáreas reforestadas. Esto dio pie a que algunos empezaran a estudiar la primaria en el sistema abierto o terminaran la secundaria. Dentro de las estrategias del Centro estaba la de formar técnicos comunales, para ello enviaba a los miembros a cursos donde aprendían cuestiones como la importancia de los murciélagos en la recreación de la naturaleza, después de esto los campesinos dejaron de matarlos, pero aprendieron a cazarlos para llevarlos a las afueras de la comunidad.

El Centro de Soporte Ecológico no tuvo la intención de darles a conocer todo el proyecto porque pensaba que se excederían en la solicitud del apoyo que podría otorgarles. En realidad sus recursos eran escasos y muchas veces no llegaban a tiempo porque las instancias que los emitían tardaban en entregarlos por razones burocráticas o porque las supervisiones reportaban las consideraciones de los comuneros que ponían en tela de juicio el proyecto. Se puede decir que convencer a las bases es un proceso lento que involucra el oportuno cumplimiento de los arreglos, específicamente, los económicos. Sin embargo, aunque existió descontento entre los comuneros por la falta del recurso económico, el Centro de Soporte Ecológico logró que los habitantes involucrados y algunos externos a la reforestación empezaran a ver con otros ojos a los recursos naturales, muchos de ellos cambiaron sus estrategias de siembra, como se resume en el siguiente apartado.