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Capítulo IV.- La Unidad Doméstica Campesina y sus estrategias de reproducción

Dos proyectos de vida económicos controlados por la diversidad religiosa y política


La sección anterior tuvo el objetivo de presentar, por medio de un análisis, las formas de administrar su fuerza de trabajo y la distribución de la misma dentro del sistema productivo tradicional, así como la tierra. Esta forma de organización se pudo observar en Santa María Xadani, Santa María Petatengo y El Achiote. Sin embargo, se debe aclarar que a pesar que las comunidades van dirigiendo su proyecto de vida a través de redes familiares, la realidad es que siempre las redes que forman los más “ricos” , hacen que el proyecto de vida de las redes de los más pobres se vea minado por las decisiones que se definen en el foro comunal: la asamblea.

De acuerdo a la experiencia en el trabajo de campo se pudo observar que existen tres tipos de opciones de comunidades con las que podría establecerse un proyecto participativo:
1. Articuladas social y económicamente. Estas comunidades logran tener un dialogo flexible entre los diferentes intereses de los sectores que conforman la comunidad. Logran configurar – dentro de sus asambleas - una decisión en el menor tiempo posible y la llevan a cabo sin que menoscabe de manera perjudicial el bienestar de las familias que la constituyen.

2. Divididas por dos proyectos de vida antagónicos entre sí. Estas comunidades tienen como característica estar quebrantadas por dos sectores socioeconómicos: los que tienen la posibilidad de allegarse medios de consumo y producción y los que están esperando la llegada de esos medios a través de programas externos. Estos últimos, cuando la situación es insostenible, buscan directamente en el exterior esos medios. Los primeros, los que han “progresado”, conforman la elite indígena o campesina y actúan como intermediarios entre la comunidad y el resto de la sociedad. Son los que tienen la mayor posibilidad de beneficiarse de los proyectos llevados a la comunidad porque pueden llenar los requisitos que se les solicita como: saber leer y escribir, y tener los recursos económicos y territoriales para realizar los procesos administrativos y experimentales. Esto significa que, este estrato social campesino ha tenido un cierto contacto con el sistema capitalista – ya sea como “avecindado o refugiado económico en alguna ciudad” o por haber cursado estudios lejos de su territorio -, por lo que logran articularse a las normas del exterior de manera más fácil. Los segundos, por el déficit en el que nacen y viven, no han podido adquirir la capacitación suficiente para relacionarse más adecuadamente con el resto de la sociedad.
3. Parceladas en diferentes secciones religiosas o políticas. Estas comunidades han tenido la visita de gente que busca atraerlos a sus filosofías que van desde la promesa del logro de la vida eterna a través del sacrificio material o atraerlos a través de la promesa del bienestar material por medio de la filiación a un sistema político. Muchas veces, las comunidades tienen una mezcla de las tres opciones y, tal vez, exista una mayor diversidad de relaciones.

Vinculando lo anterior con la investigación que se realizó en el territorio comunal de Santa María Xadani , la percepción de la situación en las tres comunidades es la siguiente:

En la comunidad de Santa María Xadani existen dos tendencias: a) el proyecto está perfilado hacia el mundo capitalista y b) el proyecto fincado dentro de los patrones socioculturales tradicionales para poder sobrevivir. Ambos están formados por redes familiares; sin embargo, en el proyecto de vida con tendencia capitalista, el comportamiento es un tanto individualista. Las UDCs no están del todo articuladas entre sí, a menos que los intereses económicos de estos grupos se vean intimados por los intereses de las redes de UDCs con proyectos con una mayor tendencia a lo tradicional. Pero ambas redes llegan a entrelazarse cuando perciben que el territorio se encuentra amenazado por una fuerza exterior, aunque cuando esta percepción, sólo venga de las redes con una condición económica mejor que la contraparte. Durante la vida cotidiana ambas redes, no son antagónicas, pues mantienen relaciones socioeconómicas, a veces desiguales, a veces justas y a veces de apoyo; pero la relación que más practican es la que se da a través de una liga político-religiosa como es el compadrazgo.

Generalmente, los individuos pertenecientes a las redes con menos posibilidades económicas, se convierten en los jornaleros de la siembra y cosecha del maíz o del café de los terratenientes y proveen cada año a los comerciantes de la localidad, el grano de maíz o café que será revendido en el exterior. Además, las relaciones político-religiosas, permiten que el compadrazgo convierta a los ahijados en la mano de obra necesaria para sostener el sistema productivo o sistema de comercio de los más avenidos del pueblo. El apoyo consiste en darle la preferencia - antes que a otro individuo - a los compadres y a los ahijados para que trabajen sus tierras, pero el incremento no va más allá de cinco pesos más. Finalmente, puede decirse que los compadres mejor posicionados económicamente, se convierten en los patrones o los intermediarios que compran el producto campesino para revenderlo en los espacios económicos que les reditúen un ingreso mayor a ellos, no a los compadres pobres.

El pueblo de Xadani está dividido por tres razones: cuestiones económicas, razones religiosas y la llegada de los partidos políticos. Sin embargo, es tan diverso y complejo el sistema sociocultural que aparentemente las tres fracciones conviven armónicamente. Pero existen momentos históricos en la vida de la comunidad que estas divisiones -invisibles a los ojos de los extraños- se materializan y rompen con la supuesta concordia que mantiene la comunidad en su cotidianidad. En esos momentos los individuos pertenecientes a las diferentes UDCs -tradicionales o “capitalistas”- se unen y desunen formando nuevas alianzas. Las figuras dentro del tablero se mueven acorde a los intereses comunes entre los individuos que formen las nuevas alianzas. Las redes de UDCs viven luchas internas, quebrantamientos que buscan hacer prevalecer el punto de vista de cada una de las partes en discrepancia. El ritmo de las luchas y alianzas dentro de la comunidad está definido por el líder – político, económico o religioso – que busca hacerse llegar de más adeptos para su causa. Las alianzas económicas se dan entre los comerciantes, finqueros, los nuevos terratenientes y algunos agentes externos gubernamentales que manipulan la entrega de los apoyos económicos para incrementar el número de votantes dentro de su partido. Así, de un instante a otro las luchas económicas se convierten en luchas políticas que no solucionan el problema de la pobreza, pero sí dividen a la comunidad, quizá con la perversa intención de vencer e introducir nuevos sistemas que beneficien a los “vanguardistas de pensamiento”.

Al interior de las comunidades los diferentes personajes construyen cotos de poder, incrementando la polarización entre los dos proyectos de vida: uno con tendencia capitalista y otro con permanencia en lo tradicional – ver gráfica 7. Aprovechando las carencias, los nuevos mensajeros de occidente llegan ofreciéndoles la salvación material o espiritual, convirtiéndose en líderes que fraccionan a las comunidades:

a) Líder económico: el tradicional finquero o comerciante que sirve de intermediario entre el mayorista y el campesino;
b) Líder político: moderno, regularmente indígena y campesino perteneciente a la elite local; aquél que ha vivido o estudiado fuera de su localidad por lo que, tiene una mayor posibilidad de convertirse en: coordinador de los programas traídos del exterior; representante de algún partido político o gestor ante las instituciones gubernamentales para obtener beneficios para la comunidad;
c) Líder religioso: este, ha dejado de ser sólo el “padrecito” de la iglesia del pueblo, ahora representa a las diferentes religiones que llegan a salvar las almas de los pobres “indios”, a los que aún se les sigue considerando: infieles (Ricard, 2000; Villoro, 1996).
d) Líder de paso: representado por el maestro o el médico que vive entre los campesinos por un tiempo no mayor a un año; toma a la comunidad como un escalón que lo llevará a obtener un puesto en un centro escolar o médico, urbano. Personaje que emite opiniones de autoridad en las asambleas de Padres de Familia o en pláticas sobre salubridad: apoya o devalúa las propuestas que llegan a la localidad, sin participar directamente, es un turista.

A partir de lo anterior se construyen alianzas. Las alianzas económicas entre las UDCs tradicionales y las UDCs “capitalistas” son, regularmente, desiguales. Están caracterizadas por una mayor entrega de trabajo, por parte de los campesinos a los intermediarios, recibiendo los primeros a cambio una remuneración económica muy pequeña. Las alianzas político-religiosas son una madeja difícil de seguir porque llegan a integrarse y desunirse acorde a los momentos históricos que viva la comunidad. Por ejemplo, en temporada de proselitismo político, la comunidad se divide en los dos partidos que han llegado a penetrar: Partido Revolucionario Institucional y Partido Revolucionario Democrático. Cuando en el país hay elecciones, en la comunidad hay problemas muy fuertes. Las oposiciones entre ellos llegan a ser profundamente impactantes porque los enfrentamientos son tan cruentos que logran quebrantar las ligas existentes entre las redes de UDCs. A partir del pronunciamiento de una familia hacia una corriente política, ésta norma sus decisiones vitales a través de ese hilo conductor, definido por el jerarca que guía a los afiliados a su partido. De tal manera si alguien, perteneciente a una corriente política definida, llega a ser el coordinador de algún programa de gobierno como PROCAMPO, vigila de manera especial a quien pertenece al partido de oposición y busca razones para que el apoyo económico le sea suspendido. Es en ese momento, cuando se forman las clases privilegiadas económicamente, debido a una cuestión política. Se podría decir que los habitantes de la comunidad están “secuestrados” política, religiosa y económicamente, amarrados por hilos etéreos, poco visibles debido a la complejidad sociocultural que se entreteje cotidianamente. De esta manera, dentro de Xadani podrá observarse cómo un individuo o una persona puede unirse y desunirse a las redes de UDCs, como un acto de resistencia o de conveniencia económica - hay que tener en cuenta que para los campesinos, lo más importante es la sobrevivencia de su familia y su patrimonio: la tierra.

Algo similar ocurre cuando uno de los miembros decide abrazar una nueva religión; el individuo se desune de la familia y de la red de familias a la que pertenece, por seguir un proyecto de vida espiritual diferente al que tiene la mayoría. Muchas veces logra integrarse a una nueva red de familias, pero en el peor tiene que trasladarse a otro territorio alejado de la comunidad, volviéndose avecindado, una persona sin medios productivos para continuar con su reproducción de una manera digna.

Para los casos de Petatengo y El Achiote, las redes de UDCs la desunión se da en menor escala - pero se da - específicamente cuando los ganaderos dejan que sus animales invadan los sembradíos de los que no tienen ganado. Esta situación provoca conflictos que se han resuelto a través de la división de las áreas de pastoreo y de siembra. En este sentido, la comunidad tiende más a establecer negociaciones que lleguen a compromisos comunales.

En El Achiote, los problemas se generan por los “regalos” traídos por las instancias gubernamentales, como es la entrega de un molino de nixtamal. Su ubicación lejos del centro de la comunidad perjudicó a los comuneros que viven medio kilómetro alejados de ahí. Finalmente, el molino dejó de trabajar porque las familias se resistieron a cooperar económicamente para su mantenimiento. En El Achiote se han instalado los mismos partidos políticos que existen en Xadani; esto es lógico porque la ranchería es una especie de colonia adscrita y más cercana a Xadani. En Petatengo, ha permanecido la supremacía del PRI porque los campesinos creen que deben serles leales a un sólo partido. Con respecto a la religión en El Achiote prevalece la religión Católica, pero en Petatengo, sí existe una diversidad religiosa que de alguna manera provoca una división que se presenta en la toma de decisiones comunales cuando éstas no van acorde al proyecto espiritual que dicta el dogma religioso.

Los miembros y sus familias entrelazan sus vidas, de tal manera que puedan afrontar la escasez de recursos o su falta de calidad en ellos. Para lograr mantenerse dentro de sus territorios conforman redes, alianzas, definen códigos que los mantienen unidos, a pesar de las distancias geográficas, socioculturales, políticas o económicas. Uno de los vínculos más fuerte que cualquiera de las diferencias que pudieran presentarse entre ellos, es la búsqueda y hallazgo de alternativas que les hagan hacerse llegar medios de consumo o producción para continuar con su reproducción familiar. Es en torno a esta necesidad fundamental, como entretejen sus relaciones, tanto al interior de su vida comunal como hacia el entorno ecológico.

Los campesinos definen su solidaridad a partir de la defensa de su patrimonio familiar, en primera instancia, y en defensa de su patrimonio comunal, en consecuencia. Esto no significa que pierdan su profundo sentido de amabilidad cuando llegan extraños a sus tierras, pero en el fondo su empatía hacia extraños está definida por el grado de compromisos -facturados en especie, en moneda o en intercambio de fuerza de trabajo a cambio de una remuneración que les ayude a preservar su proyecto de vida- socioculturales y económicos que éstos asuman. En realidad, la falta de recursos para cubrir necesidades los hace recurrir a alianzas internas y externas. Cuando el intercambio de fuerza de trabajo o productos no logra subsanar el faltante, debido a la escasez o mala calidad de la tierra, los individuos pertenecientes a las UDCs buscan asalariarse dentro o fuera de la comunidad. A partir de esta situación puede decirse que los campesinos mantienen una relación desigual con el resto de la sociedad, pero al mismo tiempo, dentro de su territorio, entablan relaciones que los apoyan en la conservación de su proyecto tradicional – redes de UDCs. También establecen alianzas que no les permiten articularse de una manera óptima a las instancias que proporcionan los medios de consumo o producción, porque las hacen a través de los intermediarios.