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CAPÍTULO V

EVALUACIÓN EMPÍRICA

Análisis de los resultados

Tanto en el ELB como en las encuestas realizadas para la presente investigación se incorporaron indicadores de pobreza basados en la vivienda. Sin embargo, los cambios en las condiciones de la vivienda obedecen a efectos de largo plazo, lo cual hace este indicador inapropiado para medir el impacto del PRODECOP en el nivel de pobreza durante un período de tan sólo cuatro años, como se señaló anteriormente. Cuando observamos las condiciones de las viviendas, tanto de las comunidades intervenidas como las de la comunidad de control, las encontramos muy similares. Por lo general son casas humildes pero con pisos de cemento, techos de hojalata y paredes de bloque. Además todas poseen servicios públicos de agua y electricidad, y en la zona hay ambulatorio, escuela básica y acceso por carretera asfaltada o con granzón.

De los pocos indicadores incorporados en el instrumento del ELB que permiten medir los efectos del PRODECOP sobre el nivel de pobreza en un plazo relativamente corto, el más adecuado es el nivel de ingreso de las familias (gráfico 1). Se puede apreciar que durante el período 2000-2004 en el municipio Lobatera el ingreso promedio de las familias, medido en bolívares corrientes, creció en 204,8 por ciento y en el municipio Uribante 110,9 por ciento. Estas cifras contrastan con las de la comunidad de control, donde el crecimiento fue de sólo 3,4 por ciento. Sería conveniente comparar estas cifras con el crecimiento del ingreso promedio en cada uno de los municipios. Lamentablemente no hay estadísticas sobre ingreso a nivel de municipio.

Fuente: ELB y encuestas del autor

Cuando se preguntó a los usuarios del programa si el PRODECOP había tenido algún impacto sobre su nivel de ingreso, en Lobatera el 57 por ciento declaró que sí, cifra significativamente superior al 6 por ciento registrado en el 2000 (gráfico 2). En el caso de Uribante sólo el 25 por ciento manifestó que sí, cifra baja pero que contrasta con la del 2000, cuando ningún de los entrevistados dijo que el programa había tenido algún efecto sobre el nivel de ingreso familiar. A la pregunta de por qué consideraban que el PRODECOP había producido cambios en sus ingresos, se dieron respuestas tales como: recibimos cursos sobre crianza de pollos, la caja rural nos ha otorgado créditos, nos han capacitado para montar negocios, nos han dado cursos y talleres para trabajar la tierra, nos ayudamos mucho con los préstamos para producir. Es decir, la capacitación y el acceso al crédito otorgado por la caja rural produjeron un efecto positivo sobre el nivel de ingreso, de acuerdo con la opinión de los entrevistados. En este sentido, las palabras de una de las usuarias entrevistadas describen bastante bien la situación: “antes compraba 20 pollos. Ahora, con los créditos de la caja, compro 100 y hasta 200 pollos.”

Fuente: ELB y encuestas del autor

Otro indicador que permite medir el impacto del programa sobre el nivel de pobreza en el corto plazo es el de consumo de bienes considerados de lujo por estas familias, como por ejemplo la carne. Como se mencionó anteriormente, los indicadores basados en la alimentación son más sensibles a cambios ocurridos en el corto plazo, pero desafortunadamente no se utilizaron en el ELB, por lo que no se puede determinar si hubo variaciones en el patrón de consumo durante el período estudiado. Sin embargo, al hacer un análisis transversal encontramos que el consumo de carne, alimento considerado de lujo entre las familias pobres, es mayor en la comunidad de comparación que en las comunidades intervenidas, siendo el municipio de Lobatera donde se consume la menor cantidad de carne a la semana (gráfico 3). Una posible explicación de este resultado es el hecho, mencionado anteriormente, que la actividad ganadera es mayor en Uribante. Sin embargo, llama la atención que dentro de ese municipio el consumo de carne es mayor en la comunidad de comparación que en la comunidad intervenida, cuando era de esperar el resultado contrario en el caso que el PRODECOP hubiese tenido un impacto positivo. Una posible explicación de este resultado es el hecho que en la comunidad de control se entrevistaron sólo dos personas, contra cinco de la comunidad intervenida, lo cual hace que el promedio por familia se vea más afectado por los valores extremos.

Fuente: encuestas del autor

Tomemos ahora un indicador de pobreza basado en activos: el número de cabezas de ganado promedio por familia. Encontramos una situación similar a la anterior, con la comunidad de comparación con el mayor número de cabezas de ganado por familia (cinco), seguida por la comunidad intervenida de Uribante, en segundo lugar, y Lobatera en tercer lugar (gráfico 4). Nuevamente el resultado se puede explicar por las razones dadas en el párrafo anterior. Sin embargo, considerando que el ganado es utilizado por algunas familias pobres como una forma de ahorro preventivo (Czukas, Fafchamps y Udry 1995), una explicación adicional sería que ante la ausencia de una caja rural que permita ahorrar, las familias del municipio Uribante entrevistadas utilizan el ganado como una forma de ahorrar.

Fuente: encuestas del autor

Vayamos ahora al gráfico 5. En él se puede apreciar que el 71,4 por ciento de las familias de Lobatera entrevistadas, que participan en el PRODECOP, pertenece a la caja rural. De este monto, el 64,3 por ciento ha recibido créditos de la caja. Éstos son utilizados principalmente en la compra de insumos productivos (pollitos, fertilizantes, etc.), en la adquisición de electrodomésticos para el hogar o para hacer frente a gastos de salud imprevistos. Por otro lado, el 50 por ciento ha recibido apoyo del PRODECOP para la producción y/o distribución de sus productos.

Fuente: encuestas del autor

Las cifras anteriores contrastan fuertemente con las correspondientes al municipio Uribante donde ninguno de los entrevistados, tanto de la comunidad intervenida por el PRODECOP como de la comunidad control, pertenece a la caja rural, y por lo tanto no reciben financiamiento, ni han recibido apoyo de organización alguna en sus actividades productivas. Llama la atención el hecho que los únicos organismos financieros que proporcionan financiamiento a los miembros de estas comunidades entrevistados son las cajas rurales, lo cual confirma la afirmación de que las familias pobres tienen poco o ningún acceso al crédito formal.

Pasemos ahora a revisar los efectos del PRODECOP en cuanto a participación comunitaria. En el gráfico 6 se puede apreciar que en Lobatera el grado de participación en organizaciones sociales, tales como asociaciones de vecinos, cooperativas o cajas rurales, es alto y pasó de 83,3 por ciento en el 2000 a 85,7 por ciento en el 2004. En el caso de Uribante, el nivel de participación también es apreciablemente alto, aunque menor que en Lobatera, pero disminuyó durante el período estudiado. En la comunidad de control la participación cayó drásticamente.

Fuente: ELB y entrevistas del autor

Es interesante observar que en Lobatera, Uribante y la comunidad de control, los entrevistados manifestaron que sí habían percibido mejoras en los servicios públicos (gráfico 7). Sin embargo, en Lobatera, comunidad que registró el mayor grado de participación, las respuestas afirmativas fueron más numerosas y abarcaron todos los servicios públicos. Además, todos afirmaron que el PRODECOP tuvo que ver con esas mejoras. En la comunidad intervenida de Uribante, el número de respuestas afirmativas fue menor, pero importante, aunque sólo el 75 por ciento de los entrevistados dijo que el PRODECOP estaba relacionado con las mejoras. En cambio, en la comunidad de comparación, que registró los menores niveles de participación, el número de repuestas afirmativas fue el más bajo y abarcó sólo tres de los siete servicios.

Fuente: encuestas del autor

Los resultados mostrados en el gráfico 7 son coherentes con los del gráfico 8. Al ser preguntados si el PRODECOP había producido cambios en la familia, todos los habitantes de Lobatera contestaron que sí. El aspecto que más resalta es el de la participación, que aumentó en el 93 por ciento de los entrevistados. Entre las razones dadas están: me hicieron participar en la asociación de vecinos, la gente se incorpora a las organizaciones y sabe que tienen que trabajar, después que llegó me integré a organizaciones comunitarias, nos ha integrado con otras comunidades, participo en reuniones para proyectos, nos han organizado para lograr mejoras en la comunidad.

En segundo lugar están el financiamiento y la salud. El primero debido a la creación de las cajas rurales, que como ya fue mencionado, son los únicos entes que les otorgan crédito. En cuanto al segundo, los entrevistados dan razones tales como: nos han enseñado a tratar con la basura y las aguas estancadas, se mejoró el ambulatorio, se crearon comités sanitarios, nos han dado talleres de enfermería.

En cuanto a los cambios en educación y producción, los entrevistados destacan los talleres, charlas y seminarios recibidos para mejorar cultivos y crear cooperativas, así como el financiamiento para adquirir insumos. En el caso de la vivienda, también se menciona el acceso a créditos para realizar mejoras.

Fuente: encuestas del autor

Los resultados anteriores contrastan con los obtenidos en el municipio Uribante, donde los entrevistados manifestaron que el PRODECOP no había producido cambio alguno en sus familias en lo referente a salud, educación, vivienda, producción o financiamiento. Solamente en el aspecto de participación el 75 por ciento dijo haber experimentado efectos positivos. En entrevistas sostenidas con el extensionista social y el promotor productivo, encargados de la comunidad de Los Rastrojos, se detectaron algunos problemas que explican, en parte, el bajo impacto del programa en esta comunidad.

Un problema fue la lucha de poder que se presentó en la asociación de vecinos, que terminó dividiendo a la comunidad. A esto se añade el hecho que la comunidad está ubicada en el área de influencia de la Corporación Desarrollo Uribante-Caparo (DESURCA), organismo regional que tiene como objetivo el desarrollo de las comunidades aledañas a la represa Uribante-Caparo. Si bien es cierto que tanto el PRODECOP como DESURCA persiguen objetivos similares, los enfoques utilizados son diferentes. En el caso del PRODECOP la manera de conseguir el desarrollo de la comunidad es capacitando y apoyando a los residentes para que sean sujetos activos de su propio desarrollo local. Para ello deben organizarse en asociaciones y cooperativas, presentar proyectos al gobierno local y estadal, participar en la realización de los proyectos y formar cajas rurales, entre otras cosas. DESURCA, por su parte, propició la creación de cooperativas para entregarle contratos de mantenimiento. Además, la asociación de vecinos consiguió que DESURCA construyera liceos, vialidad y otras obras para la comunidad sin que los vecinos tuvieran que participar de manera activa, según se desprende de las entrevistas realizadas al promotor y el extensionista social. De haber existido una buena coordinación en las acciones de intervención del PRODECOP y DESURCA en el área, tal vez los resultados serían diferentes.

A los problemas anteriores se sumó el cambio de estrategia en la implementación del PRODECOP debido a problemas presupuestarios. De acuerdo con la cláusula pari pasu del contrato de préstamo del FIDA, el gobierno nacional tiene que poner el 60 por ciento de cada aporte otorgado al PRODECOP. Sin embargo, en el año 2002 el programa no recibió los aportes correspondientes debido a una insubsistencia presupuestaria que impidió incluso el uso de los recursos del FIDA que estaban disponibles. Al siguiente año el gobierno no hizo los desembolsos que le correspondían y se dispuso únicamente de los recursos del FIDA, por lo que el presupuesto del PRODECOP acusó un recorte de 55 por ciento. Para el 2004 los pagos se regularizaron y el presupuesto fue recortado en tan sólo un 5,8 por ciento.

Los problemas presupuestarios señalados obligaron a introducir cambios en el programa. El programa se inició dando atención directa a todas las comunidades abordadas con el fin de formar los GIM y luego crear las OSC, OEP y OF. Posteriormente, debido a la escasez de recursos, se decidió atender a las comunidades por ejes. Es decir, todas aquellas comunidades que estuviesen localizadas sobre una misma ruta se atendían directamente y los habitantes de aquellas comunidades que no estuviesen en la ruta o el eje debían desplazarse hasta la comunidad más cercana que estuviese localizada en el eje. Más adelante la estrategia de atención por eje fue abandonada, para recortar aún más los gastos, y se decidió crear los puntos de acción. Ahora solamente las comunidades que tuviesen una OF o una OEP, o ambas, se convertirían en puntos de acción y recibirían atención directa. El resto de las comunidades aledañas, con sólo OSC, tenían que desplazarse hasta el punto de acción para recibir capacitación o para formar parte de la caja rural, la cual se convirtió en el eje del programa. Por otro lado, se eliminó el promotor social, cuya labor fue tomada por el extensionista social y los coordinadores de área. Esto redujo drásticamente la atención de las comunidades que tenían solo OSC, como es el caso de la comunidad de Los Rastrojos. Ahora sus miembros tenían que desplazarse hasta La Hormiga, que se convirtió en el punto de acción más cercano. Esto explica, en parte, el hecho que ninguno de los miembros de la comunidad de Los Rastrojos pertenezca a la caja de ahorros. Afortunadamente, con la regularización de los aportes al PRODECOP se tiene programado volver a atender de manera directa a las OSC.

Cuando se preguntó a los encuestados cómo evaluaban los beneficios del PRODECOP, en Lobatera el 86 por ciento contestó que buenos o muy buenos. En el caso de Uribante, y a pesar de los problemas señalados anteriormente, el 50 por ciento los consideró como buenos (gráfico 9).

Fuente: encuestas del autor

Adicionalmente a las encuestas realizadas, se aplicó la técnica de grupos focales. Para ello se hicieron dos grupos: uno con siete usuarios de las comunidades El Molino, Potrero de las Casas y El Espinito, todas del municipio Lobatera; el otro con 4 usuarios de la comunidad Los Rastrojos del municipio Uribante. Ambas entrevistas se grabaron y se transcribieron para luego hacer un análisis de contenido.

Para el análisis de contenido se hicieron tres grupos de palabras. El primero se conformó con las palabras aprende, aprendido, capacitación, capacitadas, capacitados, favoreció, mejorado, mejoría y superado, con la intención de medir el impacto del programa, percibido por los entrevistados, en cuanto a la capacitación recibida y las mejoras alcanzadas. El segundo grupo se hizo con las palabras aportar, colaborar, organización, organizar, participar y unidos, con la intención de medir la percepción de los entrevistados en cuanto al efecto del programa sobre su capacidad para organizarse y participar en la búsqueda de mejoras para la comunidad. Y el tercer grupo se hizo con las palabras apoyo y ayuda, para medir la percepción de los entrevistados en cuanto a la ayuda recibida del programa.

En el caso del municipio Lobatera, la actividad se realizó con la participación entusiasta de los beneficiarios, quienes expresaron de manera fluida los beneficios obtenidos del programa, con sólo un participante que dijo no haber recibido beneficio alguno. La trascripción de la entrevista arrojó un total de 1.989 palabras. De este monto correspondió al primer grupo de palabras, que indican capacitación recibida y mejoras alcanzadas, un total de 19 palabras. El segundo grupo, es decir, organización y participación, registró 20 palabras. Y el tercer grupo, ayuda y apoyo, obtuvo 8 palabras. Estos resultados parecen indicar que el grupo percibe que la capacitación recibida en el programa les permitió mejorar, que ahora están mejor organizados y dispuestos a trabajar en pro de la comunidad y que han recibido apoyo del PRODECOP. En palabras de una de las entrevistadas el PRODECOP significó:

“...el despertar, ya que la comunidad estaba dormida. Aquí no había junta de vecinos, no había centro de atención y desde que llegó el PRODECOP ahora favoreció mucho a la comunidad. Nos capacitaron para prestar servicios a la comunidad, el cómo ir, el cómo dirigirnos, este..., principalmente en la organización. Aquí no había cuestiones de vecinos y entonces no estábamos unidos. Imagínese, una sola persona tratando, pero ahora somos varias personas que trabajan para la comunidad.”

El resultado anterior evidencia la formación de una identidad colectiva en la comunidad. Además contrasta con el obtenido en el municipio Uribante, donde los entrevistados se mostraron, al inicio de la entrevista, un tanto renuentes a expresarse. Cuando comenzaron a hacerlo afloraron los problemas con el presidente de la asociación de vecinos y manifestaron su poca participación en el PRODECOP. De un total de 1261 palabras, sólo 5 correspondieron al grupo uno y todas relacionadas con aprender. El grupo dos también registró sólo 5 palabras: participar (3), unidos (dos) y ninguna relacionada con organización. Finalmente el grupo tres registró un total de 15 palabras, 14 de las cuales eran “ayuda”. La actividad grupal parece reflejar los problemas que ha tenido el PRODECOP en esta área, donde la comunidad no ha logrado organizarse, participa poco y espera más ayuda externa para solucionar sus problemas.