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CONCEPTUALIZACIÓN DEL MODELO

 

Estructuración del problema

 

Para estructurar el problema de la pobreza partiremos del marco teórico desarrollado en el capítulo I y, mediante un análisis jerárquico, intentaremos identificar las causas de la pobreza que puedan ser objeto de control o manipulación.

Como se mencionó en el capítulo I, la pobreza es un problema multivariado y complejo. El Banco Mundial describe la pobreza de la siguiente manera:

To be poor is to be hungry, to lack shelter and clothing, to be sick and not cared for, to be illiterate and not schooled. But for poor people, living in poverty is more than this. Poor people are particularly vulnerable to adverse events outside their control. They are often treated badly by the institutions of state and society and excluded from voice and power in those institutions (World Bank 2001:15).

Este enfoque amplio de la pobreza, que va más allá de la falta de ingreso al incluir otras dimensiones, refleja el carácter complejo del problema. Además permite entender mejor sus causas y, por tanto, formular políticas con el objeto aliviar el problema.

Analizando las causas de la pobreza, el Banco Mundial propone un interesante enfoque en términos de los activos de la gente, su rendimiento y su volatilidad, que permite apreciar la pobreza en todas sus dimensiones (World Bank 2001). Este enfoque clasifica los activos de la gente en cinco categorías: activos humanos (educación, salud); activos sociales, tales como redes de contactos sociales e influencias políticas sobre recursos; activos físicos, por ejemplo acceso a infraestructuras; activos financieros, tales como ahorro y acceso a crédito; y activos naturales como tierra o minerales. Detrás de la propiedad de estos activos y su retorno existen fuerzas económicas, políticas y sociales. Por ejemplo, el retorno de estos activos depende no sólo del acceso a los mercados y su comportamiento, sino del desempeño de las instituciones. Por otro lado, el acceso a los activos depende de la estructura legal que define y hace cumplir los derechos de la propiedad privada, pero también está afectado por la existencia de discriminación en términos de género, raza o estatus social. Y ambos, el acceso a los activos y su retorno, están afectados por las políticas públicas, que son diseñadas mediante la influencia de diferentes grupos. Finalmente, hay que tomar en cuenta la volatilidad que resulta de las fluctuaciones del mercado, condiciones climáticas e inestabilidad política. La volatilidad afecta tanto los retornos como el valor de los activos, porque sus choques destruyen los activos físicos y naturales, la salud y los ahorros.

Partiendo del enfoque anterior estructuramos el problema público de la pobreza, definida como privación acentuada del bienestar. En la figura 1 se pueden apreciar los múltiples factores que inciden en el bienestar del individuo. Las flechas, que indican la relación causal, nos muestran cómo unos factores inciden sobre otros, pero los segundos, a su vez, afectan a los primeros o se afectan entre sí. Para analizarlo partamos de los activos humanos. La salud y la educación son valores intrínsecos que inciden directamente en el bienestar de la persona. Carencias importantes en salud y educación no solamente disminuyen el bienestar general de la persona, sino que también afectan negativamente su bienestar material. Por ejemplo, una persona analfabeta por lo general tiene menor potencial para generar ingresos que una persona con sólida educación universitaria. Y su menor potencial para generar ingresos, a su vez, reducirá considerablemente su capacidad para acumular activos físicos y financieros. Por ello Duryea y Pagés (2003: 158) afirman que “a tangible expansion in education can bring increases in productivity and earnings and reductions in poverty.” Asimismo, el analfabetismo muy probablemente disminuirá la capacidad de la persona de influir en las decisiones políticas de su comunidad. Pero la situación es aún peor, porque los mismos activos humanos inciden unos sobre otros. Una persona con bajo nivel educativo está menos preparada para cuidar de su salud, y la falta de salud incide negativamente sobre su educación. Finalmente, es conveniente destacar que Duryea y Pagés (2003) advierten que las estrategias de reducción de la pobreza basadas únicamente en el incremento de los activos humanos no son muy efectivas y sus efectos se sienten en el largo plazo. Para potenciarlos recomiendan mejorar la calidad de las instituciones y el ambiente macroeconómico.

Figura 1

Estructuración del problema de la pobreza

Fuente: elaboración propia

Tomemos ahora los activos físicos. La falta de vivienda o la tenencia de una vivienda sin los servicios básicos de agua y electricidad, con pisos de tierra y techo de hojalata disminuyen notablemente el bienestar de la persona y pueden afectar negativamente su salud. Además, si el individuo no posee tierras ni tiene acceso a infraestructuras adecuadas verá disminuida su capacidad para generar ingresos. Esto último, a su vez, limita la acumulación de activos físicos, sociales y humanos.

Consideremos ahora los activos financieros. La falta de ahorros y de acceso al crédito impide a los pobres el mejoramiento de su vivienda, y la compra o alquiler de activos físicos para producir, limitando así su potencial para generar ingresos. Asimismo, niega la posibilidad de hacer gastos en educación y salud.

Finalmente, veamos los activos sociales. Las personas que no tienen activos materiales (físicos y financieros) ni activos humanos, se sienten sin voz, poder e independencia. Están sujetos al maltrato y la explotación por parte de las instituciones del estado y la sociedad. Esta situación se agrava ante la ausencia de un sistema judicial sólido que proteja a los pobres de abusos, violencia e intimidación.

En la base de la figura 1 se encuentra el crecimiento económico y las instituciones. Como se dijo anteriormente, esas dos variables afectan el retorno de todos los activos. Por ejemplo, como fue señalado en el capítulo I, la evidencia empírica muestra que el crecimiento económico mejora el ingreso de los pobres y en el largo plazo disminuye la pobreza no relacionada con el ingreso (World Bank 2001: 32). Además, los efectos positivos serán mayores mientras menor sea la desigualdad en la distribución del ingreso. Por ello, los gobiernos deben procurar un clima de estabilidad económica y política que propicien el crecimiento económico.

Hay que destacar que la desigualdad económica no es la única causa de la pobreza. “New work shows the importance of gender, ethnic, and racial inequality as a dimension—and a cause—of poverty” (World Bank 2001:33). En el caso de la desigualdad de género, por ejemplo, hay sociedades donde la mujer no puede poseer activos materiales, lo cual le quita poder de decisión en el hogar y la sociedad. Por otro lado, la discriminación racial puede impedir que personas de una raza tengan acceso a la educación.

En cuanto a la incidencia de las instituciones fuertes sobre el retorno de los activos, éstas crean un clima de confianza que favorece la inversión, la producción y el comercio, todo lo cual se traduce en crecimiento económico y aumento del ingreso. Por otro lado, mejoran la gobernabilidad y ayudan a reducir la corrupción, que afecta principalmente a los pobres. Por ejemplo, un sistema legal sólido que deje poco espacio a la impunidad y la arbitrariedad debería mejorar la gestión de los funcionarios públicos, lo cual, a su vez, debería traducirse en mejores servicios públicos beneficiando a la población de menores ingresos que depende de ellos.

La relación entre crecimiento económico, instituciones, capital humano y pobreza la destacan Duryea y Pagés (2003: 160) al afirmar que “the better the quality of economic and institutional conditions for production, the higher the increase (in absolute terms) in earnings produce by an expansion in education.”

Finalmente, la volatilidad es un factor que debe tomarse en cuenta. Desastres naturales, ajustes económicos, turbulencias políticas, accidentes personales y enfermedades afectan no sólo el retorno de los activos sino su valor. Por ejemplo, un programa de ajuste económico que genere un fuerte desempleo le quita el ingreso corriente a una familia pobre, acaba con sus pocos ahorros y activos físicos y puede tener afectos negativos sobre la salud y la educación de sus miembros. Precisamente por la precariedad de sus activos, las familias pobres son las más vulnerables a este tipo de eventos. De acuerdo con el Banco Mundial:

Vulnerability is a constant companion of material and human deprivation, given the circumstances of the poor and the near-poor. They live and farm on marginal lands with uncertain rainfall. They live in crowded urban settlements where heavy rains can wipe out their homes. They have precarious employment, in the formal or informal sector. They are at higher risk of diseases such as malaria and tuberculosis. They are at risk of arbitrary arrest and ill treatment at the hands of local authorities. And they—women in particular—are at risk of being socially excluded and victims of violence and crime (World Bank 2001:36)

Para concluir, podemos afirmar que la naturaleza como se relacionan las diferentes variables estudiadas hacen de la pobreza un problema complejo y multivariado, que muchas veces termina convirtiéndose en un círculo vicioso. Por ejemplo, una familia pobre, con escasos activos físicos, vivirá en condiciones insalubres sin acceso a servicios básicos como educación y salud. La falta de educación afectará negativamente su salud, y la falta de ambas reducirá significativamente su potencial para generar ingreso. El poco ingreso que genere lo utilizará principalmente en consumo impidiendo la acumulación de activos físicos. Dado el carácter multidimensional de la pobreza, es necesario atacar el problema desde diferentes ángulos y con múltiples programas.