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Costa Rica. La Administración Figueres (1970-1974).

 

 

Este texto forma parte de la tesis doctoral

El cambio estructural del sistema socioeconómico
costarricense desde una perspectiva
compleja y evolutiva (1980-1998)

de Antonio Luis Hidalgo Capitán
a cuyo texto completo se puede acceder
desde este enlace

 

 

            José Figueres, por tercera vez, rigió los destinos de Costa Rica tras las elecciones de 1970, en las que el PLN también consiguió la mayoría de los diputados de la Asamblea Legislativa.

            En el plano internacional, la Administración Figueres discurrió paralela al inicio de la crisis económica internacional (quiebra del sistema monetario internacional en 1971 y aumento de los precios del petróleo en 1973). Al mismo tiempo, el MCCA se debilitó ante la salida de Honduras debido a la Guerra del Fútbol de 1968 y los problemas internos que sufrieron las economías de la región. Los términos de intercambio se deterioraron en estos años, el déficit comercial de Costa Rica se multiplicó por tres, la inflación se disparó en los últimos dos años y la deuda pública creció año a año.

            En este periodo se reforzó el poder ejecutivo del Presidente de la República con la promulgación de dos leyes que vinieron a restar independencia a los instituciones autónomas y que desarrollaron la reforma constitucional de 1968; dichas normas fueron la Ley 4/3 de 1970, que distribuía las juntas directivas de esas instituciones entre los dos partidos mayoritarios, y la Ley de Presidencias Ejecutivas de 1974, que reforzaba el poder del Presidente de la República al asignarle la potestad de nombrar las juntas directivas de estas instituciones (Rovira, 1987, pp. 34-42).

            Bajo la Administración Figueres se inició también un programa de lucha contra la pobreza que, a pesar de sus intenciones, apenas si consiguió alterar la distribución del ingreso; una serie de reformas del sistema del Seguro Social en 1971 permitieron que realmente se pudiera poner en marcha la universalización del mismo aprobada diez años antes; se creó, además, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) en 1971, con el que se pretendía combatir la miseria extrema.

            También se dio un importante apoyo a la educación superior pública con la creación del Instituto Tecnológico de Costa Rica -ITCR- (Cartago - 1971), la Universidad Nacional -UNA- (Heredia - 1973) y, ya bajo la Administración Oduber, la Universidad Estatal a Distancia -UNED- (San José - 1975), conformando así, junto con la Universidad de Costa Rica -UCR-, un sistema público de cuatro universidades.

 

TABLA 3.13

DATOS MACROECONÓMICOS (1970-1974).

AÑO

1970

1971

1972

1973

1974

RRI

107,94

97,01

95,21

96,91

84,84

SBC

‑8,68

‑12,03

‑8,2

‑8,3

‑17,51

TI

4,3

2

6,9

15,9

30,6

DE

16,62

19,27

21,8

21,67

23,64

Fuente: elaboración propia a partir de datos del BCCR (1986).

RRI: relación real de intercambio, con año base en 1987; SBC: saldo de la balanza comercial en porcentajes del PIB; TI: tasa de inflación; DE: deuda externa en porcentajes del PIB.

 

            Sin embargo, el verdadero hecho relevante de la Administración Figueres fue la creación de la Corporación Costarricense de Desarrollo (CODESA) en 1972, una corporación de inversiones, de capital mixto (público - privado). La intención de Figueres con la creación de CODESA era la de que el Estado prestara su apoyo al capital privado bajo la estructura de una economía mixta sin ganancia para el Estado como tal; así dicha medida contó con el apoyo de la Cámara de Industrias, que vieron como el Estado seguía coincidiendo con sus intereses. Se pretendía suplir las debilidades del capital privado nacional, incapaz de continuar por sí solo con el proceso de industrialización por sustitución de importaciones, una vez agotada la primera fase de bienes de consumo, sin necesidad de recurrir al capital extranjero para la creación de grandes empresas (Doryan, 1990, pp. 47-56).

            CODESA se constituyó con un 67% de capital público y un 33% de capital privado, quedando su Consejo de Administración conformado por siete miembros, cuatro designados por el Gobierno (uno de ellos era el Ministro de Economía, Industria y Comercio), dos por la Cámara de Industrias y uno por la Cámara de Agricultura; sin embargo, la falta de suscripción de la totalidad de las acciones correspondiente al capital privado llevó a que fuese el Gobierno quien eligiese también a los representantes del sector privado de entre las propuestas de las Cámaras de Industrias y Agricultura. La independencia de CODESA era enorme ya que se regía por la ley de su creación y no requería de la supervisión de la Contraloría General de la República.

            Las funciones que la ley asignaba a CODESA eran muy diversas y entre ellas destacaban: dar asistencia técnica a las empresas constituidas o en vías de constitución, aportar financiación a firmas que lo requirieran o avalarlas para que tuvieran acceso a él, estimular el mercado de capitales, promocionar las exportaciones y los proyectos de desarrollo y coparticipar en programas con empresas nacionales y extranjeras para crear nuevas empresas (Doryan, 1990, pp. 47-56).

            Sin embargo, las pretensiones de una fracción del PLN iban más allá y pensaban en la conformación de un Estado empresario. La primera generación política del PLN estuvo formada por empresarios que se dedicaron a la política (empresario-políticos), miembros de la burguesía urbana e industrial y de la burguesía rural, vinculada al café, la cabuya y las inversiones agroindustriales, que orientaron la política del país hacia sus intereses. Sin embargo, en los setenta, una segunda generación política procedente de la burocracia del Estado, sin capital propio, comenzaba a emerger y buscaba la forma de adquirir poder económico además del poder político, encontrando la salida en un Estado empresario; surgieron así los político-empresarios que ocuparon los puestos directivos en las empresas públicas que se crearon bajo el nuevo modelo de Estado. El sucesor de Figueres en la Presidencia de la República, Daniel Oduber, aunque pertenecía a la primera generación del PLN, se convirtió en el abanderado de una nueva élite política que desplazó a los vencedores de la contienda de 1948 (Cerdas, 1979).