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Desarrollo creódico

 

 

Este texto forma parte de la tesis doctoral

El cambio estructural del sistema socioeconómico
costarricense desde una perspectiva
compleja y evolutiva (1980-1998)

de Antonio Luis Hidalgo Capitán
a cuyo texto completo se puede acceder
desde este enlace

 

 

          El término creodo, del griego chre (destino) y hodos (camino), procedente de la biología y desarrollado por Waddington (1962) en los años sesenta, se refiere a la trayectoria relativamente estable del desarrollo de las especies, causado parcialmente por la evolución de las secuencias de control jerárquico del genotipo; dicha evolución no se estabiliza en un punto determinado (no es homeostática), sino en una única vía estable de desarrollo a lo largo del tiempo (es homeorética). El desarrollo creódico del sistema supone que las influencias del entorno tendentes a sacarlo de su trayectoria serán neutralizadas por su autorregulación, de forma que dicho sistema volverá a su trayectoria habitual (Hodgson, 1995 [1993], p. 293).

            Un concepto similar al del genotipo del creodo, aplicado al sistema jurídico-político, es el de regla de reconocimiento de Hart, que se refiere a aquella regla que posee alguna característica considerada como una indicación afirmativa indiscutible de que se trata de una regla del grupo que ha de ser sustentada por la presión social que éste ejerce (Garzón Valdés, 1987, p. 16).

            Aplicaciones de la idea de un desarrollo creódico al sistema socioeconómico las encontramos en los años ochenta en los trabajos de economistas evolucionistas como Clark y Juma (1987) que identifican el concepto de creodo con el paradigma tecnológico. Una vez que se ha optado por un paradigma tecnológico concreto, la trayectoria de desarrollo queda establecida y las decisiones posteriores serán sobre aspectos menores. La existencia de pautas enramadas de desarrollo tecnológico dirigido, donde cada rama está confinada en un creodo, supone que la evolución del sistema socioeconómico no tiene por qué ser la más eficiente, por lo que la realidad podría haber sido distinta (Hodgson, 1995 [1993], pp. 293-294). El hecho de que el sistema socioeconómico se autorregule para permanecer en el canal creódico, puede explicarse por la gran inversión que supondría un cambio de paradigma tecnológico, que produjera un salto a otra rama de desarrollo creódico. Dicho salto creódico sería más probable cuando el sistema se aproxima a una catástrofe (situación de inestabilidad extrema donde existen puntos de bifurcación), o bien cuando está muy próximo a la fase de desarrollo inicial de la pauta creódica.

            De la misma forma pueden interpretarse los modelos político-institucionales como creodos. Una vez que se ha optado por un modelo político-institucional, normalmente acompañado de una reforma constitucional o múltiples reformas legislativas de amplio espectro (genotipo político-ideológico), las restantes decisiones son de índole menor y tan sólo se dedican a desarrollar legislativa e institucionalmente el genotipo político-ideológico; dicho creodo no tiene por qué ser el más eficiente en la consecución de la finalidad del sistema socioeconómico (la satisfacción de las necesidades de los individuos que componen el sistema), aunque así fuera concebido por el agente, o los agentes, que toman la decisión de desarrollar un determinado creodo. Una vez que se ha optado por un modelo político-institucional, el sistema neutraliza por medio de la autorregulación las diferentes perturbaciones que tratan de sacarlo de su trayectoria creódica, sería el caso de las propuestas políticas alternativas de los grupos minoritarios que no logran prosperar. Se producirá un cambio de modelo cuando el sistema se aproxime a una situación de inestabilidad extrema o catástrofe, donde las bifurcaciones existentes fuerzan las decisiones (crisis económica profunda, crisis de legitimidad, revolución, guerra...); en cualquier otra situación el coste social y político del salto creódico (ingobernabilidad, precariedad del proceso de transición, cambio de poder entre grupos...) hace improbable el cambio del modelo político-institucional. Es más probable la existencia de saltos de un creodo político-institucional a otro cuando el sistema se encuentra en la fase inicial de un desarrollo creódico, ya que al no haberse consolidado el proceso de reforma, el coste social y político sería menor y un descontento social con el nuevo creodo podría propiciar un nuevo salto; es el caso de las contrarrevoluciones o de los golpes de estado en momentos de transición, por ello en muchos casos se opta por procesos de reforma muy rápidos para que la consolidación de la trayectoria creódica aporte estabilidad al sistema socioeconómico. El cambio estructural se explica en algunos casos por la consolidación de un nuevo creodo político-institucional en el sistema socioeconómico.

            El concepto de dependencia de la senda (path dependence) viene a reforzar al concepto de creodo. Dicho concepto sugiere que en un contexto histórico los hechos ocurridos durante un periodo crucial y formativo de cambio pueden tener una gran influencia sobre los resultados socioeconómicos posteriores (Hodgson, 1991, p. 162).

            Un concepto similar al de salto creódico es el de mutación, que procedente también de la biología, ha pasado al estudio de otros campos. Un ejemplo es el caso de los trabajos de Hübner de finales de los setenta sobre la mutación de los sistemas científicos, entendida como una modificación en los fundamentos mismos del sistema; este autor utiliza el concepto de explicación para referirse a la conformación y el desarrollo del sistema sin que por ello se modifiquen en algo sus fundamentos, lo cual se ajusta a nuestro concepto de desarrollo creódico (Garzón Valdés, 1987, pp. 30-31).

            La idea de que el salto creódico es más probable en la fase inicial del desarrollo creódico, se apoya la ley del potencial evolucionario de Service (1960, p. 97), según la cual los más especializados y adaptados a una forma evolucionaria dada, son los que menor potencial tienen para pasar a la siguiente fase.

            Conviene aclarar la distinción entre genotipo político-ideológico y creodo político-institucional; mientras el primero es el conjunto de principios fundamentales sobre cómo ha de funcionar el sistema socioeconómico y cuál ha de ser el papel de los mecanismos de autorregulación deliberada, el segundo es la trayectoria de la evolución de dicho sistema como consecuencia del desarrollo y la aplicación de dichos principios, que a su vez genera o transforma instituciones sociales.