INTRODUCCIÓN

1. - EL OBJETO DE NUESTRA TESIS Y SU RELEVANCIA CIENTÍFICA Y OPERATIVA

1.1. - “La Empresa es su Resultado”

Lo esencial de nuestra tesis queda resumido en su propio título: “La Empresa es su Resultado” con la condición, naturalmente, de definir de forma conveniente qué ha de entenderse por uno y otro concepto. En espera de desarrollar extensamente esta cuestión en las páginas que siguen, expliquemos ahora, brevemente, el alcance de nuestra propuesta, tanto desde un punto conceptual como operativo:

1. - Desde un punto de vista conceptual: No siendo objeto de la Ciencia lo que las cosas sean en su esencia, sino más bien en su manifestación y efectos, afirmamos que, en tanto objeto de la Ciencia Económica, la Empresa se define por su Resultado. En efecto, la institución empresarial es científicamente inteligible únicamente a través de un conjunto de variables significativas, no necesariamente de naturaleza matemática, que sirvan para representarla, siendo el Resultado el concepto que nos permitirá determinar dinámicamente dichas variables en su evolución, al relacionarlas con ciertos referentes de los que hablaremos luego.

2. - Desde el punto de vista operativo: Creemos que la Empresa (no los individuos o subconjuntos que la integran, sino la entidad misma como organización o “célula productiva social”) es fruto de una actividad compleja y sólo en parte económicamente inteligible que, desarrollada en el seno de la comunidad, tiene efectos formadores tanto de la propia organización como de su entorno. En este sentido, la Empresa se va constituyendo día a día como resultado de su particular interacción con la Sociedad-Mercado, en cuyo seno existe.

Así pues, el Resultado define lo que la Empresa es hoy, y lo hace, bien en referencia con lo que ésta era en un periodo previo, bien en su relación competitiva actual y/o futura con el Entorno. En una palabra, el Resultado define a la Empresa en su particular dinamismo evolutivo.

Añadamos, a la espera de una justificación posterior de nuestras afirmaciones, que el Resultado Empresarial:

- en su aspecto más puramente material (patrimonial) tiene una naturaleza residual, apareciendo sólo cuando ya se han retribuido todos los factores productivos empleados en el proceso de creación de valor. Por ello, y como principio, creemos que no ha de ser dividido o repartido entre uno u otro de los tres factores clásicos, sino que constituye la remuneración de un cuarto factor: la organización misma, retribución que ha de ser empleada, exclusivamente, para la supervivencia y crecimiento competitivo de la firma.

- en su aspecto inmaterial se mide por su potencial de generar beneficios futuros, un potencial que varía con la actividad diaria de la empresa y la del entorno. De este aspecto depende la disponibilidad futura de los factores que, tras haber sido retribuidos, optarán, en función de la valoración que se realice de aquel potencial de beneficio, por reinvertirse o no en la misma empresa. Este nivel de disponibilidad condicionará decisivamente el crecimiento competitivo y la supervivencia empresarial.

Así pues podemos sostener, por unos y otros motivos que, al menos a efectos de análisis y toma de decisiones, “la Empresa es su Resultado”.

Creemos que, en términos generales, la Empresa es definida por la doctrina económica como un ente rico y complejo, pero también excesivamente estático o, para ser precisos, falsamente dinámico (es, decir, moviéndose en ciclos de actividad cerrados y repetitivos). Existe la tendencia, en la literatura empresarial, a prescindir del tiempo y considerar nuestro objeto de estudio como una “foto fija” de sí misma o, en concreto, de sus componentes materiales.

Si esto es así, los conceptos de Empresa y Resultado deberían reflejar, en nuestra opinión, los aspectos estático y dinámico de una misma realidad que denominaríamos “Empresa en Actividad” o, una vez sabido que nos referimos a un ente en permanente creación, simplemente “Empresa”. Empezaríamos a situarnos así frente a los conceptos ampliados de “Empresa” y “Resultado” a que nos referíamos al principio, condición necesaria para comprender la naturaleza de nuestro trabajo tanto en su título como en su contenido.

Una vez dicho lo anterior es preciso aclarar aquí que no es nuestro deseo, naturalmente, empobrecer a la Ciencia Económica sugiriendo la identidad de dos términos conceptualmente diferentes. Más bien subrayamos la conveniencia de analizar a una y otro como aspectos complementarios de una nueva concepción, dinámica y compleja, de la organización en la que Empresa y Resultado se definen mutuamente.

La íntima vinculación operativa que sugerimos entre nuestros dos conceptos básicos, viene recomendada por numerosas razones que expondremos a lo largo de nuestro trabajo, y de las que avanzamos aquí las siguientes:

1. - La Empresa es, en sí misma, un factor productivo (es decir, un valor que crea valor). En esta actividad creadora, que medimos mediante el Resultado, se fundamenta toda su existencia.

La empresa es valorada por los distintos “grupos clave” (stakeholders o “grupos de interés”) en función de dicho Resultado y de sus particulares intereses de grupo. Así, la multitud de intereses y heterogeneidad de los grupos que constituyen la empresa se manifiestan, como en un espejo, en la multiplicidad de medidas y valoraciones posibles del Resultado.

2. - Como dijimos antes, la vinculación Empresa – Resultado induce a contemplar a aquélla desde un punto de vista dinámico y estratégico, superando la visión estática de los modelos tradicionales.

3. - Pone de manifiesto la auténtica naturaleza de la Empresa: una organización centralizada de numerosos flujos de actividad que penetran profundamente en la estructura social. La separación Empresa – Entorno (Sociedad Mercado) es sólo convencional.

4. - Permite comprender la importancia de la situación o localización estratégica de la Empresa dentro de su Sector Industrial y Grupo Estratégico, evidenciando que la generación de valor social y, por tanto, del Resultado, no es esencialmente una tarea de naturaleza individual, sino sectorial y grupal. El Beneficio Empresarial se produce y reparte según un proceso que denominamos “en cascada”.

5. - Finalmente, clarifica la importancia institucional de la Empresa como cuarto factor productivo, no identificable con el capital y digno de protección jurídica individualizada. Es, por otra parte, un factor productivo complejo, en el sentido de que usa y canaliza a los demás. Privilegiar la protección jurídica de alguno de estos factores significa, de hecho, desproteger relativamente a los otros.