UN EJERCICIO DE CONCIENCIA: INVESTIGACIÓN SOCIAL Y EMOCIONES



Anna María Fernández Poncela *
Universidad Autónoma Metropolitana, México
fpam1721@correo.xoc.uam.mx


RESUMEN
Este artículo pretende aportar conocimiento sobre el mundo emocional en la práctica investigativa del alumnado. Las emociones existen y son importantes para la vida, así también en la educación. Hay algunos estudios sobre emociones y enseñanza aprendizaje. Sin embargo, no hay estudios en torno a las emociones en el trabajo de investigación que también se realiza en los centros educativos. Esto se trabaja a través de grupos focales. Los resultados apuntan el conocimiento e importancia emocional.
PALABRAS CLAVE:
Investigación social, conocimiento emocional, estudiantes, educación.
ABSTRACT
This article to provide knowledge about the emotional world in the research practice of students. The emotions exist and are important for life, thus also in education. There are some studies on emotions and teaching and learning. However, there are no studies about emotions in the research which is also done in schools. This works through focus groups. The results indicate the knowledge and emotional importance.
KEY WORDS:
Social research, emotional knowledge, students, education.
I.-INTRODUCCIÓN
Cuando se estudia el tema de la educación y las emociones, hay una tendencia a remarcar su importancia en la práctica docente, en la enseñanza aprendizaje, en el paso por las aulas, la relación intergrupal y entre maestros y estudiantes. Sin embargo, se ha soslayado que en algunos espacios como el ámbito de la educación superior se realiza investigación, y es en este campo donde hay menos estudio sobre la presencia de las emociones y su repercusión.
Por otra parte, si bien se tiene en cuenta la impronta afectiva en los enfoques desde las denominadas nuevas epistemologías y metodologías de investigación, esto tampoco ha contado con estudios empíricos concretos.
Dado lo anterior este trabajo tiene como objeto un acercamiento al tema, llenando el vacío de investigación práctica. En particular se centra en cómo las y los estudiantes conocen y gestionan sus emociones a la hora de realizar sus investigaciones. Se trata de un trabajo empírico de carácter cualitativo que pretende sensibilizar sobre el tema, ser consciente de su presencia e importancia, más que probar hipótesis o crear teoría.
Para ello se cuenta con dos grupos de enfoque realizados sobre el tema en la UAM/X en 2014, en los cuales y además se llevó a cabo la aplicación de un cuestionario al inicio de los mismos con objeto de obtener información y concretar algunos puntos de forma particular que luego son tratados por el grupo de manera colectiva. Se trata de jóvenes que están a la mitad de sus estudios universitarios. No obstante, el trabajo es cualitativo, con objeto de tener mayor información se realizaron dos grupos de enfoque con las mismas características, cuyos resultados se conjuntaron a la hora del análisis y presentar los resultados de investigación.
Los mencionados grupos en total sumaron 20 personas, en uno de ellos participaron 9 -2 mujeres y 7 hombres- en otro 11 -8 mujeres y 3 hombres-, las edades fueron de 19 a 29 años, la moda en ambos fue de 19, en general todas las personas residían en la Ciudad de México salvo excepciones y 9 de ellas declararon trabajar toda vez que cursaban sus estudios de licenciatura. Se trata, eso sí de una primera aproximación al tema, como se dijo, y añadimos, de carácter descriptivo y general, introductorio y significativo, más no representativo. Añadir además que las indicaciones en los grupos se inspiran en las ideas de la inteligencia emocional (Goleman, 1995; 1999).
II.-Investigación, nuevas y viejas metodologías, y emociones
Varias o muchas cosas pueden decirse sobre las nuevas epistemologías y metodologías en la investigación social que poco a poco parecen abrirse paso en las universidades y centros de investigación (Fernández Poncela, 2015). Además a la aproximación de la renovación cognitiva y humana hay que añadir el tema de las emociones. Así que aquí y de forma breve vamos a presentar de qué estamos hablando con objeto de enmarcar el estudio de caso que se presenta con posterioridad. Cuando se investiga se construye (Berger y Luckmann, 1986), en coautoría (Geertz, 1989), toda vez que se interpreta (Geertz, 1995) o se traduce, explica y comprende (Morin, 1999).
Para iniciar decir que en la actualidad nos encontramos en un momento de cambio de paradigma (Kunh, 1986), en donde se está cuestionando la tradicional forma de investigar entre algunos sectores, si bien la nueva todavía no acaba de llegar. De hecho, se considera que la ciencia ha de comprender además de explicar (Morin, 1999), la neutralidad no existe (Feyerabend, 1987; Morin, 1999; Ibáñez, 2001) y la racionalidad se convierte a veces en pura argumentación o racionalización (Morin, 2007), además de aceptar la complejidad y la afectividad en la investigación social (Maffesoli, 1997; Morin, 2007). Hoy se afirma, por ejemplo, que la objetividad aparente del pensamiento científico orilla a hacer encajar la “realidad” en palabras y categorías, violentando a quien se investiga, en una suerte de violencia que se ha denominado epistémica y colonial, y para que haya justicia social se precisa justicia cognitiva (De Sousa Santos, 2009).

Pero además desde la clara conciencia que estamos interviniendo y que además el observador modifica lo observado. Entre otras cosas se refiere al posicionarse, intentar “situarnos” (Harding, 1998),  en lo que se ha llamado “racionalidad posicionada”, “situada y encarnada” (Haraway, 1995). Esto es, no sólo confesar que al “dar la voz a los otros” o “presentar sus miradas”, los estamos “representando” y de algún modo y en alguna medida que los “forzamos a que se representen” (Fernández Poncela, 2015), sino que también vamos a “aparecer” y “representarnos” a la hora de la investigación. Hay que tener en cuenta que siempre estamos interviniendo (Haber, 2011), que cargamos con nuestra cultura de la cual es difícil salirse (Butler, 2007) y que tenemos emociones (Fernández Poncela, 2011), por no mencionar el filtro mental que colorea todo (Marquier, 2006).

También mucho podría decirse sobre lo que son las emociones y sentimientos. De la forma más resumida posible se trata de programas complejos de acciones (Damasio, 2010) que implican lo físico –sensorial corporal, neurológico y bioquímico-, la cognitivo –percepciones, pensamientos-, y lo conductual –acciones-, que informan y orientan al ser humano (Fernández Poncela, 2011).
Para el caso que nos ocupa reconocer que cuando investigamos lo hacemos con el otro o los otros al cual hay que abrirse (Figari, 2012), estar con él y en la relación (Haber, 2011), en interacción, diálogo e influencia mutua (Buber, 2008; Bajtin, 1982). Esto es importante tenerlo en cuenta pues la investigación implica presencia, conciencia, responsabilidad (Marquier, 2013). Lo que ahora está de moda nombrar como mindfulness (Simon, 2006), y que con todas la distancias, por supuesto, se asemeja a las habilidades de Rogers (2006) y las recomendaciones de Perls (2006), al awareness de la gestalt, o al contacto y la co creación (Robine, 2005) del humanismo en general, además y por supuesto sin olvidar al antiguo budismo que tiene el tema muy desarrollado.
Así a la hora de la investigación desde las nuevas perspectivas metodológicas y teniendo en cuenta como decimos la importancia emocional, conviene prestar atención, focalizar y darse cuenta en el sentido de un continuum de conciencia, tanto sobre quienes investigamos, como sobre nosotros mismos, así como lo que acontece en el entre, en el contacto en la interrelación intersubjetiva que tiene lugar. Lo cual nos facilitará no la objetividad sino el conocimiento y autoconocimiento, desde una mente ecuánime y un equilibrio emocional en el sentido de no juzgar y aceptar, paciencia y desapego, así como captar la realidad toda vez que captar la forma que la mente la deforma llegando incluso a percibir el cristal desde el cual miramos (Simón, 2006; Marquier, 2013). En todo caso, si no lo conseguimos no importa, pero lo que sí es importante es el desarrollo de la auto observación y la conciencia de lo que investigamos y cómo lo hacemos, lo que pensamos y lo que sentimos. El observar nuestra mente y su proceso nos da la consciencia que no somos los pensamientos y sentimientos  observados, somos el ser que los percibe (Tolle, 2006). Lo que equivale a la ciencia con conciencia (Morin, 1984).
Todo un reto en el cual iniciamos el caminar, liberados ya de la máscara de la neutralidad y del ropaje de la objetividad. Con la intención de tender hacia la objetividad, con la conciencia de su dificultad, la importancia de la autoobservación y equilibrio emocional, además del conocimiento cognitivo e intelectual tradicional.
Tras presentar brevemente las emociones y las nuevas metodologías, así como la importancia de la conciencia en estos asuntos, ahora pasamos a un estudio de campo que muestra un acercamiento inicial al tema con objeto de averiguar cómo se está sobre el mismo. Un trabajo centrado, como ya se dijo anteriormente, en la información obtenida en dos grupos focales, esto es, de carácter cualitativo.
III.-Las emociones en la vida
III.I.-Tus emociones
Un interrogante inicial del cuestionario era si conocían y eran conscientes de sus emociones en general. Como se observa en el Cuadro n°1 la mayoría absoluta respondió de manera afirmativa (95.45%). Se trató de un paso previo a reflexionar sobre las emociones en la investigación. Para no empezar directa y bruscamente sobre las mismas se ideó una parte introductoria el tema que fuera focalizándolo y asentando su reflexión.
Cuadro n°1¿Conoces y eres consciente de tus emociones?


95.45

No

0

Algunas

4.55

Total

100

 

III.II.-Las de los otros/as
Un segundo interrogante, similar al anterior, fue con relación al conocimiento y comprensión de las emociones de los demás (Cuadro n°2). La mitad de la población consultada dijo que no siempre o que depende (50%), mientras más de un cuarto argumentaba que no (27.27%) y poco menos de otro cuarto consideraba que sí (22.73%), tomo ello con su consiguiente explicación posterior. Nótese la diferencia entre la consideración de autoconocimiento emocional y el conocimiento emocional del otro, que en este caso se reduce prácticamente a tres cuartos si sumamos la negación directa y el no siempre además del depende.

Cuadro n°2 ¿Conoces y comprendes las emociones de los demás?


22.73

No

27.27

No siempre/depende

50

Total

100

IV.-Los afectos y la investigación
Ahora ya centrados en el mundo emocional en la investigación, la misma idea anterior de conciencia y conocimiento emocional propio y del prójimo.
IV.I.-Tus emociones
Sobre si conocían sus emociones cuando estaban realizando una investigación, también la mayoría de los y las estudiantes lo afirmó (86.36%) (Cuadro n°3), si bien un poco menos que en la vida en general.
Cuadro n°3 ¿Conoces y eres consciente de tus emociones cuando estás realizando una investigación?


86.36

No

9.09

No siempre/depende

4.55

Total

100

 

Como se observa y según el cuestionario aplicado con anterioridad a la discusión del grupo de enfoque, la mayoría dijo sí conocer sus emociones en el momento de investigar. Esto es porque “se es consciente” (chica 19 años), y “estoy consciente que no deben influir en la investigación” (hombre 19 años), en el mismo sentido otro joven de 24 añadió “no involucro mis emociones en mi investigación”, esto en el sentido de no influir, no involucrar, y ser por tanto objetivos.
Otro dijo “desarrollo una inquietud, estrés, alegría” (20 años), “siempre hay una dosis de emoción desde la elección del tema” (hombre 21 años) y es que “entiendo mis objetivos y tengo claridad de lo que tengo que hacer” (hombre 26 años). En este caso se trata de las emociones en el proceso mismo de la investigación. Dice una joven de 19 “creo que me conozco bien para poder identificar mis sentimientos y el porqué de ellos”, y añade otra de 22 “trato de ir descubriendo el tema de mi interés desde muchos enfoques y también a las personas con las que me involucro en mi trabajo de investigación”, si bien afirma otra de 26; “al momento de investigar me debo concentrar en el tema, relacionarlo con mi entorno, mis emociones tienen que ser más racionales y de pronta solución a cualquier acontecimiento que surja. Una emoción clara que aparece en un principio son la inseguridad y los nervios”, también en el segundo sentido. 
En general se afirma que “debes tener una actitud que te sea favorable para el desarrollo integral de la investigación, pues las emociones influyen en el rumbo, decepción, prolongación, etc., de la investigación” (hombre 19). “Es evidente saber de mis emociones puesto que se sabe que no siempre encontraremos el mismo escenario y debemos estar conscientes de lo que pueda ocurrir o no” (hombre 21), “trato de dejarlas de lado porque si se expresan emociones en la investigación pierde su carácter objetivo” (hombre 21), “es necesario saber cómo tus emociones influyen en ti al momento de investigar algo en específico” (hombre 22 años). Y es que “cuando la investigación me agrada me siento muy feliz, más porque adquiero conocimientos” concluye un chico de 22 años. “Al momento de una investigación paso por muchos estados de anímicos” (hombre 23 años).
Todo ello retomando los dos sentidos anteriores: las emociones personales implicadas en el ejercicio de investigar, desde nervios a felicidad; y por otra parte las emociones más ligadas al objeto o sujeto de estudio en el sentido ético y la exigencia de objetividad. “Creo que dependiendo la investigación, es conveniente dejar de lado algunas emociones para llegar a un resultado, y no olvidar los valores y la ética” (mujer 19 años). “Al realizar una investigación se debe tener una postura respecto al tema y de acuerdo con él van de acuerdo las emociones” (mujer 19 años).
En la discusión en grupo varios testimonios afloraron al respecto de la posibilidad de reconocer las propias emociones, y cuando éstas van de la simple molestia a la gran frustración por los problemas del avance de la investigación, como la molestia con “la maestra que no permitió avanzar en la investigación” en un caso y en otro con decepción “con el profesor que me estaba ayudando y no pasó los oficios a tiempo para hacer una actividad”. O incluso ante la adversidad en el desarrollo de la propia investigación el sentimiento de “frustrante porque no se avanzó”.
Si bien también durante la discusión aparecieron emociones agradables o positivas como “interés, alegría, curiosidad”, todo un ejemplo de apertura y flexibilidad, de curiosidad e interés. Y es que “para mí lo fundamental de una investigación es que el tema te interese”, cuando no pasa “le echaba ganas, sacaba buena calificación pero no era interesante” y es que “no investigas algo que no te importa, sino más bien tienes como una motivación”.  Varias personas ahondaron en la materia “si el tema de una investigación es agradable, si te atrae tanto que te mueve a decir yo quiero aprender de esto, quiero saber más de esto, se hace agradable”. Por otra parte “Hay apatía si estás desinteresada, si no conoces el tema, no tienes tiempo”. Se relacionó íntimamente emoción y motivación en la práctica de la investigación. Por lo que el interés de investigar un tema determinado condiciona sobremanera la motivación y por tanto la actitud positiva ante la investigación. “Es muy importante con qué actitud afrontes el tema de investigación…si careces de emoción es algo mecánico, deja de ser algo que te saque provecho y se vuelve más una obligación y eso le pierde sentido a la investigación”.
Otra cosa son ya las relaciones interpersonales en los grupos de investigación, o incluso con el o la docente, como ya se vio con anterioridad y varios jóvenes mencionan: “envidia hacia otras personas” o “molestia, enojo, ganas de vengarme de la profesora, mucha insatisfacción”.  
Además ya dentro del proceso de investigación “pasé por varias etapas, la primera de cierta alegría y entusiasmo por empezar a hacer algo nuevo y distinto, pero después había problemas en la viabilidad del trabajo, el estar de acuerdo todos los de tu equipo, no cuentas con suficiente tiempo y tiendes a desesperarte, a frustrarte, estás estresado y estás harto de hablar del tema…cuando te sientes interesado en investigar algo de verdad lo tienes en la cabeza todo el tiempo, solo estás pensando en la investigación y ya cuando lo tienes descansas porque piensas ya terminé al fin”. Sobre el asunto más aportaron: “Es que hay niveles emocionales, porque son como etapas, cuando empiezas, empiezas entusiasta luego te frustras porque no sale como quieres, después hay como un nudo donde todo es problemático y dices ya quiero botar esto no me interesa, y al final como que ya rescatas el trabajo en equipo y surge ya una satisfacción cuando lo logras pero realmente es una serie de emociones que vas atravesando de inicio a final en una investigación”.
Incluso se reconoce que “Yo creo que esos momentos de estrés son bien importantes para que logres acabar la investigación, son como el clímax de la investigación, porque solamente cuando sientes esa presión, esa desesperación te motiva y finalmente lo quieres, es cuando te mueve a terminarla”. Lo que se ha dado en llamar estrés positivo o excitación que se confunde con estrés ya en el sentido de angustia.
A esto hay que añadir que mientras se investiga puedes tener problemas personales e influyen: “Yo siento que también las emociones pueden ser peligrosas, porque a lo mejor tú tienes muchos problemas personales en ese momento que estas investigando un determinado tema y te pueden distraer. A lo mejor estás investigando y le tomas mucho cariño a tu objeto de estudio y entonces ya tu investigación está orientada hacia una ideología a una emoción y pierde su objetividad necesaria. Entonces creo que las emociones pueden ser peligrosas también dentro de la investigación, son muy importantes porque son las que te motivan, pero también pueden ser peligrosas porque tienes como investigador que tener mucha mesura para no perder objetividad. Porque puedo estar investigando la situación de mujeres en una  comunidad indígena en determinado sitio, y quizá yo veo que hay ciertos abusos ahí, y a lo mejor yo me apasiono y ya estoy perdiendo ese lado objetivo”. Así por un lado están los estados de ánimo y los problemas personales y emocionales de cada quien en este caso quien investiga, y por otro lado también influyen las cuestiones ideológicas y emocionales que pueden llevarte a perder la objetividad sobre el tema o en la relación son los sujetos de estudio. Varias personas aunaron lo de perder la objetividad con las emociones y “cuando tienes cierta ideología”.  Defendieron que “hay que ser imparcial” porque “si te involucras demasiado” tienes “que luchar contra ese yo interno y controlarlo y hacer lo que es tu trabajo”.
Varios estudiantes reiteraron el discurso de la objetividad y el intento de ser objetivos en el momento del proceso de la investigación: “Una persona cuando no sabe dirigir sus emociones propias o la influencia que causan las emociones ajenas es cuando va perdiendo objetividad, incluso la propia investigación se torna bastante difícil en cuanto al objeto de estudio final”. “Cuando estamos haciendo un trabajo de investigación, hay que dejar de lado lo que son tu preferencia política y tu preferencia religiosa, para no caer en esos problemas”.
Por otra parte, reconocieron que muchas veces les lleva a investigar un tema precisamente su “interés” y “gusto” por el mismo. La motivación emocional es importante sea como sea que ésta se produzca: “En una ocasión tuve la oportunidad de entrevistar al presidente municipal…me pareció muy demagogo…emocionalmente pues me movió a buscar a no rendirme y me dije “yo voy a encontrar la información”.
Las emociones a veces se involucran demasiado según reconocen y exponen: “una experiencia de un trabajo que tuve, que yo me llegué a meter tanto… que transgredí la cuestión psicológica…porque unas eran víctimas de acoso sexual y otras eran víctimas de violación y como es el factor humano y la condición de víctima… consecuencias que tuvo para mi psicológicamente…sí fue una cuestión un poco traumática, tanto como para ellas revivirlo como para mí…me sentí un poco mal porque dónde quedó mi ética profesional…esta investigación se volvió algo muy negativo…me estaba afectando mucho a mí y a mis sujetos de estudio…desde mi punto de vista ya no como investigadora sino como persona quedé muy lastimada y lastimé”. Este ejemplo muestra el involucramiento y sus posibles consecuencias más allá de la práctica misma de la investigación.
Otra persona compartió entrelazando emociones de quien investiga con las de quien es investigado, esto es la relación, el entre que decíamos en un apartado anterior (Haber, 2011; Figari, 2012): “Yo creo que sirve como un momento de catarsis para la gente al momento de entrevistarlas se ponían a llorar…eso le sirve a la persona bajo mi concepto para liberarse y pues uno debe ser empático. Aunque me enseñaron dejar los problemas ahí afuera en otra parte y al cruzar la puerta eres alguien neutro…en otros trabajos me dicen que no puedo ignorar la situación y puedes ayudarle a la gente”. Este joven expresa las dos posiciones que encuentra entre sus docentes: la objetividad del discurso tradicional por una parte, y de otra parte la aceptación de la injerencia de quien investiga, la interrelación con la intervención, el diálogo, la influencia, la afectividad creada según las nuevas miradas metodológicas.
Las emociones de los unos y de los otros: “es que nosotros muchas veces ya no disfrutamos investigar, pero oigo que hay grupos que lo hicieron con gusto, con alegría y también ver esos motivos que los llevan a ustedes a investigar”. Las emociones se transmiten y comparten, por ejemplo una chica dice: “a mí me pasa que siempre estoy de buenas y eso se lo transmito a las personas, o sea que sí depende mucho de la actitud con la estés investigando para que las cosas resulten”. Y eso aplica al grupo de investigación y a los actores a quienes se investiga.
El tema de la objetividad apareció una y otra vez, ya para hablar de su dificultad, ya para tender hacia la misma como parte del entrenamiento de investigador y práctica de quien investiga. “Si tú haces una investigación social a un grupo vulnerable, es decir, que esté en extrema pobreza, no se puede ver influenciada tu emoción con el impacto que tengas cuando veas la zona en donde llegas, o la situación en la que están viviendo esas personas, tienes que ser muy objetivo en lo que tú vas buscando, en el conocimiento que vas a adquirir, ósea no puedes verte influenciado con el impacto que tengas visual o emocional de la situación en la que se encuentren esas personas”. A lo que otras opiniones contrastan “Pero también puede ser importante la empatía que sientas, que sientan las personas hacia ti y que tú sientas hacia ellas, si como dice el compañero, tú haces una investigación de campo en un grupo vulnerable, obviamente en el momento en que llegues no te van a decir nada, ni siquiera te van a tratar como un igual o ni siquiera te van a permitir pasar porque no te conocen, no sienten empatía hacia ti, no sienten ningún sentimiento. Conforme te vas ganando la confianza es ese preciso momento en que la gente puede darte lo que tú necesitas, pero también y recalco en ello, sin que tus sentimientos intervengan en tu investigación, porque sí, pueden verse muy afectados… la función de un investigador social es ver la vida de una manera objetiva”.
IV.II.-Las de las otras/os
Con relación a las emociones de las personas objeto o sujeto de estudio, ahí más de la mitad de la muestra dijo que no de forma directa (54.55%), casi un cuarto que sí (22.73%) y casi otro cuarto que en ocasiones o que no sabía –sumando ambas respuestas (22.73%)- (Cuadro n°4), todo según el cuestionario aplicado.
Cuadro n°4 ¿Conoces y comprendes las emociones de las personas o grupos que estás investigando?


22.73

No

54.55

En ocasiones

18.18

NS/NC

4.55

Total

100

Entre quienes dijeron que no, que fue como se vio más de la mitad de la muestra, alegan que “porque no los conozco totalmente” (mujer 19 años), “no todos actúan de la misma forma” (hombre 19 años), “a cada persona le ocurren sentimientos diferentes al momento de investigarlos” (hombre 20), “ni conozco ni comprendo las emociones del grupo investigado” (hombre 24 años). Hay quien considera que “para eso se lleva a cabo una investigación para conocer” (mujer 19), y “a veces es difícil conocer e identificar los sentimientos de otras personas” (mujer 19) o “no por completo” (mujer 22), de nuevo “para eso es una investigación, para conocer, comprender y aprender lo que se está investigando e influyen las emociones que no conocemos” (hombre 21). “No soy empático, pero en mi opinión las emociones personales se deben dejar de lado para ser objetivos” afirma en el sentido de algunos testimonios anteriores un estudiante cuya edad es 21 años, y otro de 22 añade “no sé qué sienten los demás” y otro más de 23 “no conozco sus emociones, pero puedo comprenderlas en el momento de saber sus respuestas”. Así y en general no conocen las emociones del grupo o personas a investigar, y en ocasiones añaden que para eso es la investigación, para conocer, aunque tampoco queda claro qué.
Quienes afirmaron conocer las emociones de los otros, añadieron que, “la investigación te permite conocerlas, es más difícil de percibir en primera instancia sin conocer la situación” (hombre 26 años) o “al empezar a entrevistar a la gente se encontraban tranquilos, pero al mencionar sobre algo que no agrada, se enfadan rápidamente” (hombre 22 años). “En principio puede que las personas se presenten o estén de alguna forma, yo pensaría que están en las mismas condiciones emocionales que yo, pero es poco probable que comprenda del todo su sentir” (mujer 26). Eso sí “se debe mantener una comunicación, amena, agradable, tolerante, respetuosa, para conocer las emociones grupales, para aprovecharlas o desechar las que no favorecen” (hombre 19 años). Las emociones sobre todo del tema que se investiga, sus reacciones emocionales, comprenderlas y ser amables. Hay quien añade que sí, “si la investigación lo requiere es necesario comprender los sentimientos de los grupos investigados” (hombre 22 años).
A la hora de la discusión aparecieron las emociones de los oros, en cuanto a sujetos investigados, y también con relación al equipo de investigación que realizaba la pesquisa de manera conjunta. Las emociones durante la investigación en colectivo son “depende del grupo de trabajo que tengas” y de cómo se organice y lo que cada quien realice. Depende “de las situaciones que afecten al trabajo y al equipo”. “En lo personal me hace sentir mal en las investigaciones la flojera de la gente”, o “la indiferencia del equipo”, y es que “seamos realistas en este mundo no vas a trabajar siempre con las personas que quieras trabajar o con tus mejores amigos…soy de la idea que siempre hay que dejar fuera las emociones mientras se está trabajando…porque a veces ni trabajar con tu mejor amigo te garantiza que va a ser un gran trabajo el que va a salir”. Eso sí “en lo general como que la gente se toma muy personal lo que hace en el trabajo…yo sí te puedo decir “te quiero mucho, eres mi amigo” etc. etc. pero si no trabajas te puedo llegar a decir “tienes que hacer algo”…pero como que la gente no ve eso, como que la gente se siente”. Así el tema de amistad y trabajo se entrecruzaron en varios testimonios sobre la investigación en equipo y cómo esto se relaciona con el satisfactorio o insatisfactorio trabajo, y por supuesto en la interrelación emocional.
La dinámica del grupo, el “llevarse bien”, la “tolerancia” y la “empatía” parecen clave en el buen desarrollo de la investigación y en la conformación y buena relación intergrupal, según expusieron varias personas. “Porque si te llevas bien con una persona vas a hacer un buen trabajo, pero si eres así como irresponsable y nunca pones de tu parte nunca va a salir un buen trabajo”.
De otro lado está el trabajo con los sujetos de estudio cuando la investigación así lo requiera, por ejemplo, con la entrevista: “tiene que ver con relacionarte con personas, y las emociones juegan un papel importante porque tendrás que mostrar ciertas emociones para que esa persona confíe en ti y no dé una opinión sesgada”. Y es que “influye la actitud que tengas con las personas…el simple hecho de llegar con una actitud sonriente o alegre…si tú tienes esa actitud esa emoción que tú transmites”. Lo mismo con las encuestas “nuestras emociones pueden influir a veces como es el tipo de pregunta que hacemos…te vas a encontrar con opiniones que tal vez no te guste pero no por eso lo vas a decir, tienes que dejar de lado tus emociones y ver las emociones de los demás y tomarlas en cuenta”. En las entrevistas, se insiste, es cuando hay más que “convivir con la personas”, cuando hay por así decirlo más relación e intimidad y por supuesto la actitud y lo emocional cuenta como relatan varios estudiantes, incluso presentando experiencias como se verá más adelante en un apartado posterior.
También apareció cierta controversia no en el trato a dar a las personas a quienes se investiga sino en el cómo verlas. “Para mí sí es importante la confianza, como lo mencionan, pero… me contrapongo en la parte en la que no los tienes que ver como tu objeto de estudio. Se oye feo, pero al fin y al cabo es lo que tú estás buscando, es tu objeto de estudio. Son una persona, sí, pero dentro de la investigación son un objeto, en el buen sentido de la palabra, al que tú le quieres exprimir la información que estás buscando para entender la situación o la problemática en la que tú elegiste. Yo lo siento así, que sí es importante generar confianza, pero para mí, en particular, sí forman parte de tu objeto de estudio”. De nuevo se observa como está trabajando entre el paradigma tradicional y el emergente (De Sousa Santos, 2009).
IV.III.-Lo que te hace sentir bien durante una investigación
Curioso es que si bien las respuestas e información recabada sobre lo que hace sentir en la vida fueron muy diversas como ya se vio, en este caso y a la pregunta Brevemente, en una palabra ¿Qué te hace sentir bien durante una investigación? , las cosas fueron diferentes y es natural al tratarse de una cuestión bien concreta, la práctica de la investigación. En este sentido más de la mitad de la muestra que respondió el ejercicio (59.09%) dijo que lograr los objetivos/resultados/aprender/conocer/descubrir/ver los avances/la información/ el éxito, con lo cual el logro de la investigación y también el proceso de la misma parece lo que más agrada y satisface, además y por supuesto del éxito de la misma. Luego hubo otras opciones pero todas con menciones poco numerosas: la interacción, la gente, la tolerancia, etc.
En el grupo de enfoque se dijo “lo que me hace sentir bien a mí es el resultado que obtento y aparte de eso, las experiencias que vivo durante la investigación y el aprendizaje…aprendemos tanto académicamente como sentimentalmente”. Otra exposición: “a mí me gusta mucho que haya mucha diversidad en mi equipo…aprender a ser tolerantes con las opiniones de los demás”. Otro joven dijo “me hace sentir bien que hay una cooperación por parte de todos, que se vea un avance en la investigación”. “Me hacen sentir bien las experiencias que se adquieren”. “La cooperación que se puede formar entre el equipo a pesar que no te conozcas bien”.
“A mí lo que me gusta de los trabajos de investigación que hemos llevado es que aunque tengamos ideas o formas de pensar diferentes, no quiere decir que las dos ideas estén mal, sino que podemos llegar a algún tipo de acuerdo y plasmarlo en nuestra investigación, siempre y cuando nos documentemos bien”. Como se observa el aprender y el hacerlo compartiendo es lo que más satisface, la experiencia de conocer y la manera de hacerlo.
IV.IV.-Lo que te hace sentir mal
En el caso de Brevemente, en una palabra ¿Qué te hace sentir mal durante una investigación? De nuevo se amplió la variedad de respuestas e información recabada que iba en varias direcciones, desde divagar/desconcentración (18.18%) pasando por indiferencia/apatía/flojera (13.64%) y frustración/no cumplir expectativas/no obtener resultados (13.64%), además de otras cosas tales como sesgar/interpretación incorrecta, etc. Así parece ser la contrapropuesta de lo que hace sentir bien, en esa ocasión centrado en la falta de concentración, pasando por la apatía, y desembocando en la frustración de no lograr objetivos, entre otras cosas. O sea, no aprender y tener mala experiencia del trabajo en equipo, y no buenos resultados del mismo.
Una joven dijo “lo que me hace sentir mal es que la gente sea un poco individualista…quiere absorber más o meter cosas”. Otro testimonio en el grupo de discusión en el mismo sentido “me molesta mucho el individualismo y también me gusta la diversidad de opinión”. Otro más “lo que sí me pone mal es que no haya participación de todos, que unos sí trabajen más que otros…yo trato siempre de poner mi mejor parte en la investigación”, y es que a veces “se pierden los objetivos que se acuerdan en el equipo”. Los problemas en los grupos siempre aparecen entre ellos la falta de respeto, de compromiso y de trabajo. Dice un joven “Lo que no me gusta es que…, la mayoría de veces somos muy desorganizados y todo lo queremos hacer hasta el final. Tenemos las ideas, las bases pero salen mal por la falta de organización que tenemos” y añade otro “a mí me desagrada mucho que exista la pereza y la informalidad…me gusta la formalidad, una buena presentación, organización, o sea que todo salga bien”.
IV.V.-Virtudes y defectos de grupos o personas que has investigado
Un asunto que también se tomó en cuenta fue la valoración que se hace de los grupos y personas objeto de la investigación, misma que se relaciona con percepciones, actitudes y emociones de quien investiga. En este punto también hubo dispersión de pensamientos y sentires cuando se indicó Escribe tres virtudes de grupos o personas sobre quienes has investigado. Desde el ser amables/atentos/corteses/afabilidad, hasta cooperación/participativos/disposición/apoyo pasando por confiables/cumplidos/ honestos/sinceros y también tolerantes/pacientes/comprensivos/empáticos, incluso responsables/compromiso/profesionalismo, además de experiencia/conocimiento/tienen mucho que contar y unión/redes/solidaridad. Como decimos gran diversidad pero y también se trata de cualidades que dibujan sobre todo el aspecto humano del objeto o sujeto de estudio en cuestión y la mirada y valoración positiva de quien estudia e investiga.
En cuanto a la otra cara de la moneda: Escribe tres defectos de grupos o personas sobre las que has investigado. Aquí de nuevo una gran variedad de opinión y valoración, eso sí primó (21.21%) el desinterés/ incumplidos/ inconscientes/ desconocimiento/ desorganización/ indecisión, el resto como reiteramos fue disperso: cerrados/ necios/ tercos/ demagogos, enojones/ groseros/ gritones/ burlones/ mal carácter, impacientes/ intolerantes/ impulsivos, despreciativos/ discriminatorios/ altaneros/ irrespetuosos. Como se observa una amplia gama de adjetivos calificativos, en este caso descalificativos, e incluso una adjudicación de emociones desagradables, como defectos señalados a las personas investigadas.
Algunas anécdotas surgieron en el grupo de discusión, relatos que compartieron sobre la práctica de la investigación y las actitudes y emociones de los sujetos investigados. Por un lado “Yo la semana ante pasada tuve una experiencia con entrevistas a personas acerca de la basura. Al empezar la entrevista las personas estaban emocionadas pero al llegar a la última pregunta que era ¿Qué opinaba acerca de la gente que tiraba basura en la calle? De inmediato se encendían, o sea se enojaban y pues quedé muy sorprendida porque en las diez personas que hice la entrevista fue la misma respuesta…la gente se enojaba mucho y yo no entendía ¿qué les dije? ¿qué les molestó tanto?” Y es que hay que “tener cuidado al momento de preguntarles para controlar su enojo” compartió otro integrante del grupo de enfoque. Y otra más añadió “Estar consciente de tus emociones y de las de los demás. También saber que el ser humano es una persona que puede cambiar cada cinco minutos, cada día, también saber que cada persona es un mundo diferente”. El estar conscientes de las reacciones emocionales de los otros y el estar preparados para recibirlas parece ser el mensaje obtenido de los testimonios recabados.
Una joven comparte al respecto: “cuando hice mi investigación noté apatía, porque no solo fueron los compañeros, sino también los que trabajaban en la investigación. Pues muchos no querían y no tenían tiempo y pues te lo transmiten. Y llegué a un momento donde me volví igual. Al principio yo llegaba con mi sonrisa y llego el momento en que ya estaba toda desesperada y malhumorada y me sentí con enojo con decepción de ellos, y pues esa experiencia me causó enojo”. Otra experiencia: “quisimos hacer encuestas desde el primer día, pero al principio las personas no se prestaban, como que sentían desconfianza porque nos hablaban de que ahí todavía se sembraba con maíz nativo y creían que nosotros queríamos ir a dejarles el maíz transgénico o algo así, y ellos estaban en contra de que se les metiera el maíz transgénico. Después fuimos como en seis ocasiones para convivir con ellos, conocer sus opiniones y ya, después de la tercera más o menos, ya nos compartían sus experiencias con las personas que les estaban introduciendo la idea de que era mejor optar por el maíz transgénico que por el maíz nativo y ellos estaban totalmente en contra. Después hicimos otra encuesta en un supermercado sobre el conocimiento que tenían las personas de la ciudad acerca de los productos que tenían transgénicos y las personas simplemente no se prestaron, las encuestas eran muy breves y realmente nos decían “no, no me interesa”, una señora nos dijo “si consumo transgénicos y me hace mal no es su asunto”, entonces creo que el contexto y la empatía que puede tener las personas es importante para conseguir los resultados o los objetivos que te planteas en la investigación”. Las emociones de los otros a veces dificultan la investigación, se contagian, y hacen a quien investiga sentirse mal y superarse en la obtención de información y cumplimiento de su trabajo.
Sí hay conciencia en cuanto al trato y a la necesidad de crear confianza y empatía. “Puede pasar, que muchas veces al hacer tu investigación, cuando involucras a personas las veas como un objeto de tu investigación y no como una persona. Entonces sí es importante generar, involucrar un poco las emociones para  entender como… voltearte y ver cuando te estuvieran preguntando a ti cómo te sentirías o cómo te dirigirías. Entonces es importante ver las emociones y generar tanto empatía como confianza. Porque como dices tú “no se prestaban”, pues cómo me voy a prestar…Yo como persona te pido a ti una ayuda…de una buena manera, entendiendo las circunstancias y el entorno en el que te estás involucrando. Que las personas no se sientan tal cual, como un objeto de tu investigación. Es importante que genere confianza y empatía”. Esto último parte de las técnicas y actitudes emocionales en la investigación social aplicada (Fernández Poncela, 2009).
Hubo quien confesó “mucha veces las investigaciones se desvían y causamos problemas a las personas”. Añadió un joven “tú vas a ver, más no vas a intervenir para cambiarlos, simplemente vas a entender por qué son así, porqué se comportan así y conocerlos. Simplemente tú eres un observador, a ti no te gustaría que una investigación te cambiara tu manera de ser”.  En fin que “hay que saber qué es lo que está dentro del límite y lo que no”, tercio una chica. Añadió un muchacho “para mí el límite de una investigación social sería el no alterar la vida, el estado en el que se está desarrollando esa persona”. De nuevo navegando entre la objetividad, su necesidad, su precariedad, en fin su intención (Fernández Poncela, 2009).
En todo caso: “estar preparado, porque te vas a encontrar a gente de todo, por más que tú seas gentil y amable, pues va a haber una persona que te diga como la señora “no, no me interesa”, ah bueno, ok, perfecto. Tienes que estar preparado para que alguien te pueda mandar lejos y gente que al contrario, que te ayude, que esté muy interesada en tu tema. Yo creo que tienes que estar preparado para esas cosas, por más que tengas una buena actitud”. E insisten en ello: “Tienes que estar preparado para encontrarte con todo tipo de personas. Porque incluso, aunque tú llegaras así, súper buena onda y con toda la actitud, te decían “no, no me interesa”, súper groseros. Pero había otras personas que en cambio te contestaban la encuesta y pues tú dejabas esa encuesta de lado y se ponían a platicar e incluso conocías más, llegabas a conocer más de esas personas y esa información te servía como un extra para sacar tus conclusiones. Entonces, yo creo que sí es importante…como saber hasta dónde puedes llegar, sobre todo en las investigaciones sociales para que no pases esos límites. Al final de cuentas la ética y los valores son los que imponen, es importante como el respeto a tu objeto de”.


IV.VII.-Qué valoras más de una investigación
Finalmente, una pregunta resumen: Qué tres cosas valoras más de una investigación. Un tercio de la población consultada dijo directamente aprender/conocer/descubrir/enseñanza/explicación/información/resultados/logros/solución (33.33%), en segundo lugar (16.67%) se aludió a la claridad/brevedad/especificidad/factible/importancia/veracidad/objetividad/complejidad/enfoque. Si lo primero es el aprendizaje –proceso- y los resultados –metas, lo segundo alude a la forma. En tercero, la relación (13.64%), compartir/conocer personas/contacto/convivencia/socialización/colectividad/gente, entre otras respuestas obtenidas a esta sugerencia.

V.- Consideraciones finales
Alguien en uno de los grupos de enfoque cuando hablaba de las emociones de los otros afirmó “empezamos con emociones y terminamos con emociones” y concretó “porque, por ejemplo, inicias de una manera entusiasta y dependiendo de cómo van desarrollándose esas emociones y el trabajo es como se va transformando, porque al final puedes salir satisfecho de la investigación o puedes terminar, como la mayoría, odiando a tus compañeros porque o no cumplieron o equis o ye; entonces las emociones sí son fundamentales para el desarrollo de la investigación”. Como vimos parte de la discusión se centró más en el trabajo en equipo que en la interacción con los sujetos estudiados, que era la inicial intención, seguramente expresión catártica de compartir precisamente en un grupo de enfoque con compañeros y compañeras, las problemáticas de las prácticas del trabajo en equipo y sus consecuencias emocionales más sentidas. No obstante, no por ello se obvió el tema de las emociones con los otros, los sujetos sociales investigados, toda vez que también afloraron varias cuestiones relacionadas con las nuevas metodologías de investigación y la implicación emocional reconocida.
Lo que más llamó la atención en general es el elevado autoconocimiento emocional en la vida según las declaraciones de las y los estudiantes. Lo cual denota algo importante, y es que el conocerse a sí mismos es fundamental para todo en la existencia, y ellos parecen ser conscientes de ello según, repetimos, su dicho. En cuanto a las emociones de las demás personas sí hay consideraciones diversas y de grado, sí y no, y no siempre o depende. Por otra parte en la vida les hace sentir bien la diversión, la alegría y el reír. Y el fracaso es lo que les hace sentir mal.
Ya en concreto y en la temática central de este trabajo que son la conciencia y conocimiento emocional en la investigación, y según este estudio como se dijo desde un principio, inicial y descriptivo, es posible esbozar algunas conclusiones.
En primer lugar, en alto porcentaje las y los estudiantes dicen conocer sus emociones cuando investigan. Emociones que tienen que ver principalmente con cuatro fuentes: las de su personalidad y/o estado de ánimo, así también las sentidas con relación o hacia el sujeto de estudio y en interrelación, por otra parte, las referentes a la dinámica del equipo cuando la investigación es grupal, y finalmente, las propias de todo proceso de investigación. Por lo que están claros tanto de las emociones que los embargan como y de su procedencia y origen, desarrollo e interacción. Y es que las emociones no se dan en la nada ni a lo tonto (Muñoz Polit, 2009) y ellos al parecer las identifican bien y procuran también transitarlas. Además hay quien añade como las manejan, ocultan o controlan, por diferentes motivos, el principal con objeto de no perder el enfoque objetivo en la investigación.
En este último sentido algo que apareció en varias ocasiones es la consideración de la emoción como no deseable o contraproducente en la investigación, por su oposición a la objetividad, entre la aceptación y el control.  En este punto hubo quien las reconocía y comprendía como parte de las nuevas miradas epistemológicas y metodológicas, en especial la relación entre quien investiga y el grupo o persona investigada. Si bien también hay quien dice que es importante controlarlas o eliminarlas porque distorsionan la mirada y se pierde la objetividad necesaria en la investigación social, según esto desde una postura más positivista. Pareciera que predomina la mirada tradicional y se desconocen los nuevos enfoques epistemológicos y metodológicos (Morin, 2007; De Sousa Santos, 2009; Haber, 2011).
Las emociones, y eso lo reconoce la práctica totalidad del estudiantado consultado, son importantes también como motivación e interés a la hora de la selección del tema de la investigación, por ejemplo. Otra cuestión es la emoción del estrés en el sentido del empuje inicial para realizar la misma y que también juzgan positiva. Luego, ya según las etapas de investigación y el proceso de su realización, las emociones van de la alegría a la satisfacción final o la frustración en su caso. También son muy importantes las emociones en la interrelación grupal como se ha visto, cuestión que surgió espontánea en la aplicación del ejercicio y si bien relacionada con el tema no era un objeto de estudio inicial, por lo que es claro su preocupación e importancia para las y los jóvenes que participaron en los grupos de enfoque. Y finalmente, en la relación con el sujeto investigado, en la colaboración y diálogo mutuo, en especial en la aplicación de técnicas de investigación aplicadas como resultó claro a través de anécdotas y explicaciones sobre el tema a lo largo del ejercicio realizado. Aquí sí hay un reconocimiento y valoración al mundo emocional en el proceso investigativo (Maffesoli, 1997).
Al investigar como acción relacional que es, se construye con el otro u otros, si bien ya conocer las emociones de quien se investiga es algo más complejo y difícil, como afirman. Las que se crean en la relación pueden ser satisfactorias para la investigación o no, además de la dinámica de la relación misma, agradable o desagradable que también influye. Todo ello con relación al proceso emocional que siempre tiene lugar en el contacto en la vida cotidiana (Fernández Poncela, 2011), y en este caso en el quehacer investigativo.
Lo que hace sentir bien al investigar es logar los objetivos y alcanzar resultados, así como la experiencia del aprendizaje y si ésta es agradable y positiva. Sobre la caracterización y valoración de los sujetos estudiados –virtudes y defectos- es muy variada.
Remarcar finalmente tres cuestiones ya dichas: en primer lugar el elevado autoconocimiento emocional en la vida y en la investigación entre las y los jóvenes que dieron su testimonio y opinión. En segundo lugar, el reconocimiento de la presencia e intervención del mundo emocional en la investigación más allá de las posiciones de cada quien en cuanto a la metodología más clásica o más innovadora. En tercer lugar, y dentro del último punto con relación a los enfoques metodológicos y epistemológicos, se observan como los dos paradigmas entre las y los consultados e incluso la duda en algunos entre uno y otro, prueba de que nos encontramos en una época de tránsito y cambio paradigmático, mismo que repercute de forma directa e indirecta en la aprehensión y consideración emocional en la investigación.
Reiterar, como al inicio de este artículo se afirmó, el tema de las emociones en la educación es importante, su estudio se está abriendo paso. Algunos avances parecen señalar hacia la emocionalidad reflexiva, esto es, conciencia emocional directa o indirecta, por parte del alumnado que aúna reacción emocional con razón sensible (Maffesoli, 1997), en el sentido incluso de cierta reflexividad (Gubern, 2012), adaptación y sensibilidad, así como autoconocimiento en la enseñanza aprendizaje (Fernández Poncela, 2016). De lo que no hay prácticamente nada de información empírica es de lo abordado en este texto, las emociones en la investigación del estudiantado.
En fin, se podría seguir reflexionando sobre el tema, no obstante aquí lo dejamos, desde la clara conciencia del estudiantado en el mundo emocional y su repercusión en su investigación, más allá de posiciones y opciones, la conciencia, reiteramos, prevalece. Y de eso se trata también este trabajo, de concientizar o sensibilizar de la presencia e importancia de las emociones en el quehacer investigativo. Otra cuestión, por supuesto, es su influencia a la hora de investigar y en los resultados de la investigación, pero ese es ya un tema que supera los objetivos del presente artículo.

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1 Doctora en Antropología Cultural por la Universidad de Barcelona. Docente e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Plantel Xochimilco, México DF. Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, del Sistema Nacional de Investigadores, entre otras cosas. Para consultar sus trabajos: www.annamariafernandezponcela.com


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