ESTRATEGIA METODOLÓGICA PARA EL ABORDAJE DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES SOBRE LA CIUDAD DE MÉXICO: UN ESTUDIO EMPÍRICO




Osvaldo Velázquez Mejía (CV)
rhazihel@live.com.mx
Universidad Autónoma Metropolitana-AZC


RESUMEN
Este artículo muestra los resultados de la primera fase de cuatro de la que consta la investigación de tesis de maestría denominada "Ciudad de México un espacio construido a través del imaginario: el caso de los estudiantes de arquitectura de la Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco. Esta primera fase de la investigación consta de la aplicación de un cuestionario exploratorio, ideal para lograr una sistematización y recoger información referente a los discursos sobre la representación de la ciudad de México y sus habitantes, las trayectorias cotidianas y de lugares de la ciudad con más alto impacto simbólico y representativo que guardan los sujetos en su subjetividad. El abordaje de corte cuantitativo que aquí se presenta, brinda un punto de partida empírico para afinar y mejorar los métodos de índole cualitativo a emplear en las fases subsecuentes de la tesis citada.

PALABRAS CLAVE Ciudad de México, imaginarios urbanos, representaciones sociales.

ABSTRACT
This article presents the results of the first phase which consists four research master's thesis called: "Mexico City a space built through of the imaginary: the case of architecture students from the Universidad Autonoma Metropolitana – Azcapotzalco". This first phase of the research consists of a questionnaire exploratory, ideal for achieving a systematic and collect information relating to the discourse on the representation of Mexico City and its inhabitants, , daily paths and places of the city with the highest impact symbolic and representative who keep the subject in its subjectivity. The approach of quantitative cut, presented here provides an empirical starting point to refine and improve methods of qualitative nature to be applied in subsequent stages of the thesis mentioned above.

KEYWORDS Mexico City, urban imaginary, social representations.

 

Introducción.
La expansión acelerada y desordenada de la ciudad de México, en los últimos 50 años, ha llevado a la fusión de dos grandes áreas geográficas: el Estado de México y el Distrito Federal, lo que desembocó en la conformación de la zona metropolitana de la ciudad de México, como lo muestra la figura 1. Tornando el proceso más complejo, a pesar de que ambas áreas conforman un continuum urbano, cada una de ellas se rige con marcos jurídicos propios, condición que nos presenta una problemática fundamental: la difícil demarcación de los límites tanto espaciales como políticos, administrativos y simbólicos de cada área; la anterior divergencia impacta también cuestiones como la planeación de índole metropolitana, las políticas urbanas y sociales, la gestión urbana y la identidad.

En consecuencia en el presente artículo se analiza cuál es el papel qué juega el ciudadano común en la construcción física y simbólica de la ciudad de México, así como identificar de qué forma representan y significan a la ciudad de México sus habitantes y de qué forma la articulan a sus lugares de vida cotidianos. El propósito es hacer visible la ciudad real, la ciudad vivida y la ciudad representada.

Para una mejor exposición el artículo se divide en cuatro apartados. El primero, contextualiza la unidad social de observación y el objeto de estudio, así como la metodología aplicada. El segundo, analiza a través del programa estadístico SPSS los discursos sobre la representación de la ciudad de México y sus habitantes. El tercero, describe las trayectorias cotidianas y de lugares de la ciudad con más alto impacto simbólico para sujetos.

Por último, se describe los principales resultados obtenidos y se plantea la necesidad de abordar las representaciones sociales desde una perspectiva cualitativa; ya que si bien, un estudio de corte cuantitativo arroje datos interesantes sobre el mismo tema, no son los suficientes para apreciar en toda su complejidad las representaciones urbanas que se hacen sobre la ciudad sus habitantes.

1. Metodología

Identificar de qué forma representan a la ciudad de México sus habitantes y cuál es el significado de si mismos y de los otros como habitantes de la ciudad, implicó tomar en cuenta un universo representativo sobre una población de poco más de 19 millones de habitantes, según el conteo de INEGI (2005). Ante la complejidad de la unidad social de observación y su vastedad no se pretendió realizar un estudio con una muestra numerosa, no por eso exhaustiva, de residentes de la ciudad. Más bien, se enfocó en un grupo específico: estudiantes universitarios, por tres razones fundamentales: son habitantes, actores y usuarios de la ciudad que intervienen e intervendrán en la construcción, simbólica y material de la ciudad. Ahora bien, es de suma importancia subrayar que el estudio no pretendió conocer la condición específica de los estudiantes, sino indagar el rol que juegan como habitantes de la ciudad. Sus respuestas permitirán analizar detalladamente las representaciones sobre la gran urbe.

En consecuencia el estudio se concentró en estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Azcapotzalco (UAM-AZC). Se escogió dicha universidad por estar ubicada estratégicamente en la zona central de la ciudad (como se observa en el mapa 2); que brinda sus servicios tanto a habitantes del Distrito Federal como del Estado de México, convirtiéndola en un nodo vinculatorio entre las dos áreas geográficas.
Las metodologías para el análisis de una representación social son variadas1 . La identificación de los discursos compartidos o núcleo central se realizó en dos etapas: la primera, de exploración e identificación; la segunda, uniformidad de opiniones. Para tal cometido se aplicaron cuestionarios de asociación libre a un total de treinta participantes de cinco licenciaturas que se distribuyeron de la siguiente forma: derecho, arquitectura, sociología, ingeniería y administración. De los encuestados 19 fueron mujeres y 11 hombres. Sus edades oscilaron entre los 18 y los 35 años de edad. Siendo el grupo más numeroso el comprendido entre las edades intermedias de 20 y 21 años de edad2 .  
Los lugares y palabras recolectadas no fueron sometidos a un proceso de categorización con la finalidad de evitar interferencias por parte del investigador. Lo recolectado fue analizado tal y como lo expresaron los participantes. Sin embargo, se homogeneizaron plurales, singulares y género.
El método a seguir para la exploración e identificación de los elementos estructurales de la representación y los discursos sobre la ciudad y los otros, consistió en la determinación de frecuencias y el rango promedio de evocación de las palabras, bajo el supuesto de que las palabras más frecuentes y primeras en la evocación tienen una mayor probabilidad de pertenecer al núcleo central de la representación (Sá, 1996).

En el análisis se compararon las frecuencias de las respuestas positivas y negativas, aunque no se consideró como un elemento esencial; y la diferencia evaluada mediante una distribución binomial. La técnica de análisis de correspondencia exploratoria permite la simplificación de una gran cantidad de datos, con el fin de formular hipótesis sobre un problema y se llevó a cabo utilizando el programa SPSS.
La sistematización y levantamiento de información, en esta primera fase de la investigación, referente a los discursos con respecto a la ciudad y a los otros, las trayectorias cotidianas y de lugares con más alto impacto simbólico y representativo, que guardan los sujetos en su subjetividad con respecto a la ciudad, brindaron un punto de partida empírico.

2. Resultados preliminares para el abordaje cualitativo de las representaciones sociales sobre la ciudad de México.

En la obra “El psicoanálisis, su imagen y su público (1979)”, Serge Moscovici, define a las representaciones sociales como una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Las representaciones sociales clasifican a los objetos sociales, los explican evaluándolos a partir del discurso y las creencias de sentido común; es éste conocimiento el elemento base en la interacción. Por último, las representaciones se constituyen en la realidad social en tanto se configuran apoyándose en fenómenos recurrentes, considerados colectivamente como reales (Cfr. Moscovici; 1979: 17-18).

La complejidad de este proceso y su materialización nos lo muestra Moscovici en los conceptos de objetivación y anclaje, procesos esenciales para la comprensión de las representaciones sociales. El primero, evidencia la composición de las representaciones sociales, esto es, el conjunto de elementos que caracterizan el objeto que ella aprehende, transformándola en un nuevo pensamiento. Por otra parte, el anclaje refiere al enraizamiento de una representación en el espacio social para ser utilizada en la vida cotidiana. Moscovici menciona: “en el anclaje se le dota al objeto de sus raíces de representación y en la imagen (objetivada) del individuo una proyección (del objeto de representación) eminentemente social. El anclaje testimonia de lo social con un sentido unificado, donde la unidad que porta concierne tanto al objeto como al contexto social donde se produce”. (Moscovici; 1979:179).

Los resultados obtenidos, del cuestionario exploratorio, evidencian la naturaleza de las representaciones sociales: pese a la heterogeneidad de los entrevistados, en edad, género, lugar de residencia y formación profesional, encontramos opiniones compartidas y estereotipadas de lugares concretos de la ciudad, mostrándonos según la objetivación y el anclaje ciertas representaciones sociales de la ciudad. Lo cual podemos observar cuando se les preguntó a los estudiantes acerca de cuáles eran los tres lugares de la ciudad de México que tenían presentes en el momento de la entrevista. Siendo, el Zócalo (60 %), Six Flags (3.3 %) y mi casa (3.3 %), los lugares con más frecuencia en la subjetividad de los individuos.

En el sondeo destacan dos porcentajes, uno del 3.3 de quienes en mente tienen su casa, en tanto para el 13.3 en su imaginario está la UAM-AZC, lo cual permite hacer, de entrada, dos observaciones, teniendo en cuenta que no son definitivas, por el carácter de sondeo: primera, indica la desarticulación que existe entre los lugares cotidianos de vida y el resto de la urbe. Segunda, pone de relevancia el tema del centro como punto nodal de interpretación, significación y articulación de la ciudad. Si bien disquisiciones como lo son la centralidad3 inauguran una nueva visión de organización espacial; el centro al menos en la ciudad de México sigue siendo el gran referente simbólico de poder, cohesión e identidad. Ahora bien, si la recomposición del centro y la configuración de la ciudad han descentralizado la funcionalidad del centro, éste aun conserva su gran peso social como punto principal de reunión, expresión social y poder simbólico.

Así pues, el sondeo arrojó que por lo menos podemos agrupar los discursos sobre la ciudad en tres grandes grupos: la ciudad como espacio de vida cotidiana o espacio vivido, la ciudad como espacio político y la ciudad como espacio de memoria histórica. Dentro del espacio de vida cotidiana, destaca que el 13. 3 % de los encuestados ve a la ciudad como su hogar y de ellos el 16.6 % considera a la ciudad como un lugar inseguro y peligroso. Mientras que sólo un 6.6% consideró a la ciudad como el lugar más poblado del mundo y un lugar turístico.

Como espacio político, el 20 % de los encuestados coincidieron en que la Ciudad significaba el centro del país; y apenas un 3.3 % consideraron a la ciudad como un lugar de corrupción. Por otro lado, como espacio histórico, un 20 % significó a la ciudad como el lugar de origen e historia, tal vez se pueda interpretar, también, como el epicentro cultural e histórico por antonomasia; y sólo un 6.6 % la consideró un lugar de origen y mezcla de culturas.

3. Los lugares más representativos de la ciudad.

La ciudad de México en los últimos veinte años ha crecido exponencialmente hacia las periferias, tal condición supondría que los habitantes de esas zonas organizan el espacio y sus representaciones simbólicas entorno a los hitos existentes a sus lugares de residencia, es decir, las periferias; sin embargo, el centro histórico de la ciudad se erige como punto nodal del cual irradia la organización espacial y representación simbólica de los habitantes de las zonas periféricas de la ciudad.

De tal forma, de los 30 encuestados, 20 (66.6 %) que dijeron tener su lugar de residencia en el Estado de México, coincidieron en que el lugar más representativo de la ciudad de México era el Zócalo. Mientras que sólo el 2 (6.6 %) consideró al Ángel de la Independencia el lugar más representativo. Por su parte, 7 (23.3 %) de los 30, que dijeron residir en el DF, consideró al Zócalo como el lugar más representativo y tan sólo un 3.3 % dijo que el Palacio de las Bellas Artes era lo más representativo de la ciudad.

Ahora bien, a la pregunta ¿cuál cree qué es el segundo lugar más representativo de la ciudad de México? El abanico de respuestas se abrió a 6. En donde figuraron en los tres primeros sitios: el Palacio de Bellas Artes con un 43.3 %, el Museo de Antropología con un 20 % y el Monumento a la Revolución con un 13.3 % (ver Figura 9). Por último, en el tercer sitio de lugares representativos destacaron el Monumento a la Revolución y el Ángel de la Independencia con el 20 %, en segundo lugar el Museo de Antropología e Historia con un 13.3 %. Destacando la zona arqueológica de Teotihuacán con el 6.6 %. La importancia de este último dato reside en que por primera ocasión se nombra un lugar posicionado en el Estado de México, pero que forma parte de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

Tras observar estos resultados, podemos inferir que tanto los habitantes del DF como los del Edo Mex, aún y cuando pertenecen a una sola gran área geográfica conciben a la ciudad de México como el Distrito Federal. Tal situación puede ser responsable de fragmentar no sólo las decisiones políticas que afecten a ambos territorios, sino que puede incidir en la no conformación de una identidad metropolitana única, así como en la concepción de un proyecto conjunto de ciudad.

El anterior supuesto se ve reforzado por las respuestas obtenidas a la pregunta ¿qué es lo que significan las demás personas que habitan la ciudad? En donde podemos observar, que sí bien el 23.3 % respondió que significaban parte de una comunidad, contrasta con los 16.7 % que contestaron ser unos pobladores y habitantes más. Situación que es desconcertante, puesto que la palabra “más” supondría que se sienten parte de un grupo al cual se suman, pero con un dejo indiferente o de menosprecio; y si a esto le sumamos el 10 % que contestaron unos ciudadanos “más”, entonces estamos hablando de un significado nada alentador en cuanto a reconocimiento del otro. Situación que denota falta de identidad y pertenencia, puesto que ésta no es definible ni entendible en sí misma, sino en función del otro, en la diferencia; y que evidentemente se construye a través de un arduo proceso de interacciones simbólicas.

El considerar al otro como nada, masa ignorante y problemas refleja el fenómeno de pérdida de vínculos y de relaciones fugaces que en las grandes ciudades se ha venido desarrollando4 . Comparémoslo con las respuestas compañeros de vida y personas semejantes a mí con un 6.7 % y un 3.3 %, respectivamente, en donde se reconoce al otro como parte de la Ciudad. En donde la pertenencia socio-territorial juega un papel muy importante, ya que ésta se dimensiona en arraigo y apego5 , base de la interacción social y construcción de redes sociales, que se plasman en los ámbitos de la convivencia.
De la lectura de las respuestas se infiere que la representación social que los individuos tienen de los otros y del espacio que habitan es de desconfianza y nula incidencia en la ciudad, tal situación se objetiva en las respuestas a la pregunta: ¿qué crees que tú representas para la ciudad de México? En donde el 23. 3 % respondieron representar un ciudadano “más”; y otro 23.3 %, de los encuestados, dijeron representar nada, pues no son tomados en cuenta; y sólo un 13.3 % dijo representar un factor de cambio.

 4. Reflexiones finales

Más que conclusiones definitivas, el ejercicio exploratorio nos permite conjeturar que la representación de la ciudad en su conjunto se reduce a las áreas históricas de la ciudad, quizá sea el resultado de la ausencia de símbolos identitarios fuertes a nivel local, suscitando en los habitantes metropolitanos no reconocer sus respectivos lugares de cercanía (municipios, colonia, barrio) como parte de la ciudad. Más bien, Apuntala la representación de lugares de gran influencia e importancia económica, política, histórica y simbólica de las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza; se reconoce así una ciudad con un fuerte peso en las áreas correspondientes a lo que era la ciudad central 6.

Otro resultado que se vislumbra es el de una desvinculación afectiva y de pertenencia a la ciudad, lo que se objetiva en el extrañamiento de la urbe como lugar de habitación, como el lugar de residencia y en una falta de identidad hacia la misma. La ciudad presente en la memoria inmediata de los sujetos son sólo lugares aislados, estandarizados, que más allá de presentar a la ciudad como un conjunto de espacios y lugares interrelacionados, habitada por conciudadanos, ésta se muestra como fragmentada y habitada por individuos difícilmente reconocidos como compañeros en la experiencia de vivir la ciudad.

Por otra parte, los espacios de la ciudad de México que no son vividos y experimentados, no forman fuertes vínculos de apropiación y arraigo como aquéllos que son vividos y experimentados de forma cotidiana. Así pues, los lugares se erigen como una apropiación del espacio de la ciudad global, discontinua y ajena, atribuyéndoles significados según las experiencias sociales y personales de cada individuo. Fenómeno que se visualiza perfectamente en dos momentos. Por un lado, se señalaron siete lugares como los más representativos de la ciudad: el Palacio de Bellas Artes, el monumento a la Revolución, la columna del Ángel de la independencia, avenida Reforma, el museo y castillo de Chapultepec, el Zócalo de la ciudad de México, lugares que además de tener un fuerte peso histórico para ciudad de México, se localizan sobre los principales ejes metropolitanos de la ciudad; y por otro, el Estado de México aparece como una zona invisible, inexistente.

El fuerte peso histórico de la ciudad central - delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza - y el centro histórico de la ciudad, refuerzan la visión de epicentro de origen cultural, donde el Zócalo Capitalino es punto de partida y llegada de todo simbolismo. En el ámbito ciudadano y en su dimensión política, hay una representación de invisibilidad, de no pertenencia, de exclusión en la toma de decisiones que atañen en la construcción física y simbólica de la ciudad. Tal situación se manifiesta no sólo en el desinterés por la ciudad, sino también por un debilitamiento y desinterés por el conciudadano y en una representación de impotencia en la toma de decisiones con respecto a la construcción de la ciudad.

Por último, este primer acercamiento a las representaciones de la ciudad mostró cosas interesantes a nivel metodológico, primero, la técnica cuantitativa del sondeo contextualizó e introdujo de forma tangible a un problema de investigación poco explorado en la ciudad de México 7. Segundo, bridó parámetros para redefinir y mejorar los métodos utilizados: si bien es cierto, que lo cuantitativo arroja datos interesantes, no son los suficientes para apreciar en toda su complejidad las representaciones urbanas, que permanecen ocultas en la subjetividad de los individuos y en el entramado simbólico de los habitantes de la ciudad de México. En donde una metodología y técnicas cualitativas serían más enriquecedoras para desentrañar lo subjetivo y el mundo simbólico.

Bibliografía

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Moscovici. Serge. (1979). El psicoanálisis, su imagen y su publico. Amorrut. Buenos Aires.

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Terrazas, Oscar. (1995). “Los ejes de metropolización” En: Anuario de Espacios Urbanos. Historia, Cultura, Diseño 1995, UAM-AZC, México.

Fecha de recepción: 14 de enero de 2013
Fecha de aceptación: 4 de marzo de 2013
Fecha de publicación: Abril de 2013

1 Para profundizar sobre el tema ver Abric, 1994; Moliner, 1994 y De Alba, 2006.

2 Cabe aclarar que sí bien la tesis tuvo como caso de estudio a los estudiantes de licenciatura de arquitectura de la Universidad Autónoma Metropolitana –Azcapotzalco; esta primera fase del estudio tuvo como objetivo obtener una visión global y heterogénea de discursos e imágenes sobre la ciudad, por lo que era importante considerar no sólo a los estudiantes de la licenciatura de arquitectura, sino a un grupo más extenso de la comunidad universitaria.

3 Con la expansión de las ciudades y la creación de nueva infraestructura suburbana el centro geométrico, original, de las ciudades pierde preponderancia, mientras se crean nuevos nodos que responden a la economía de aglomeración (Terrazas; 1995).

4 Flores y Salles. Arraigos, apegos e identidades. 2001.

5 Arraigo y Apego, se integra por diferentes tipos de elementos: afectivos como los lazos familiares o de amistad; culturales como tradiciones y fiestas; materiales como las razones económicas; y ecológicas como el paisaje o el medio ambiente.

6 En términos generales, la ciudad central corresponde actualmente al territorio que abarcaba la ciudad de México hacia 1930, inicialmente dividida en cuarteles.

7 Martha de Alba (2004, 2006); Guitar, Anna y Mendoza, Cristóbal (2008); Mandoky, Katia (1998).



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