Jorge Manuel García Vázquez*
Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba
jgvazquez@uclv.edu.cu
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Este artículo aborda de manera crítica los cambios relacionados con la  vivienda, propuestos en el modelo económico y social cubano, desde la  aprobación de los lineamientos en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba  (PCC). En este contexto, el presente trabajo tiene el objetivo de analizar el  proceso de implementación de este tipo de “políticas”, a partir de la  problemática actual de la vivienda en Cuba y las medidas que se han ido  implementado hasta la actualidad. El estudio ha sido dirigido también hacia la intención  de una estrategia para la vivienda, que parte del vínculo entre los diferentes  actores existentes (estatales y no estatales) y la posibilidad de reincorporar  otros, aprobados por el Estado en su momento, permitiendo a la gestión del  gobierno disponer de diferentes alternativas para la solución al problema del  déficit y precariedad de la vivienda en los territorios.
  PALABRAS CLAVE: demanda de viviendas - modelo económico y social - oferta  y mercados de la vivienda - políticas públicas - vivienda.  
  ABSTRACT
  This article approaches in  a critical way the changes related with the housing, proposed in the Cuban  economic and social pattern, from the approval of the political in the VI Congress  of the Communist Party of Cuba. In this context, the present work has the  objective of analyzing the process of implementation of this type of political,  starting from the current problem of the housing in Cuba and the measures that  have left implemented until the present time. The study has also been directed  toward the intention of a strategy for the housing that leaves of the bond  among the different existent actors (state and not state) and the possibility  to reinstate other, approved by the State in its moment, allowing to the  government's administration to have different alternatives for the solution to  the problem of the deficit and precariousness of the housing in the  territories.
  KEY WORDS: demand of housings (R21) - economic  and social model (O41) - it offers and markets of the housing (R31) - political public (R38) - housing (P25).
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato: 
Jorge Manuel García Vázquez  (2018): "La política actual de la vivienda en el modelo económico y social cubano", Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, (octubre 2018). En línea: 
https://www.eumed.net/rev/oel/2018/10/politica-actual-vivienda.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/oel1810politica-actual-vivienda
A  partir del triunfo de la Revolución Cubana (1959), la construcción de viviendas  se ha realizado principalmente por tres vías: por el Estado, por la población,  y en menor escala por las cooperativas agropecuarias (desde 1990) y por las no  agropecuarias (desde su aprobación en 2012). Como respuesta a la carencia  inicial de viviendas, el Estado aumentó el presupuesto para la construcción y  la diversificación de su producción con sistemas industrializados. “La  producción estatal de capacidades habitacionales ha sido notable en los  períodos de 1959-61 (Repartos Pastorita), 1971-76 (Microbrigadas), 1980-86  (fabricación industrializada), 1987-90 (Microbrigada social), y 1997-2001 (construcción  con recursos locales)” (ONU-Hábitat, 2014, p. 7).
   En el año  2006, se puso  en marcha en Cuba un programa especial para la construcción, conservación y  rehabilitación de su fondo habitacional, con una productividad de más de 110 000  viviendas (ONE, 2009). Esta impresionante  cifra fue el resultado de la política aplicada, la cual exigía concentrarse en  terminar las miles de obras cuya construcción se había detenido y entregar los  certificados de término a las ya habitadas. 
   En el año 2011, con la celebración del VI Congreso del PCC, se lleva a  cabo el proceso de actualización de la política económica y social del país. La  cual estuvo esencialmente marcada en la práctica por el reconocimiento e  introducción de nuevas figuras productivas y amplió su carácter heterogéneo en  sectores como la construcción de viviendas, donde se ha originado un escenario  que reconoce la necesidad de identificar a los sujetos económicos existentes y viabilizar  su participación en los resultados productivos y de servicios (comp. Muñoz, Donéstevez, & García, 2014).
   Más tarde, en 2016, con el VII Congreso del PCC, se produce una nueva  actualización de dicha política, donde se ponen en práctica un conjunto de  medidas dirigidas a la consolidación del modelo social socialista y a la  elevación del nivel y la calidad de vida de la población. También se presenta el  Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el  2030: propuesta de visión de la nación, ejes y sectores estratégicos (2016),  a través del cual el país apuesta por un modelo económico donde es esencial y  primordial el lugar que ocupan las relaciones sociales de producción  socialistas, en un contexto de reconocimiento de la heterogeneidad de formas de  propiedad y de gestión, así como la participación y desempeño de los  principales actores económicos y del Estado en todos sus niveles de dirección. Hasta  el año 2018 el sector de la construcción y específicamente el de viviendas  aparecen como estratégicos y se priorizan, mostrando la introducción de nuevas  tecnologías, sistemas constructivos de alta productividad y desarrollo de la  industria de materiales para la construcción.
   En este contexto, el presente trabajo tiene el objetivo de analizar el  proceso de implementación de dichas políticas y las medidas que hasta la  actualidad el país ha ido tomando para satisfacer la demanda de viviendas. El  estudio ha sido encaminado a la propuesta de una estrategia para la solución  del estado actual del sector de la vivienda, la cual parte del vínculo entre  los diferentes actores existentes (estatales y no estatales) y la posibilidad  de reincorporar otros, aprobados por el Estado en su momento, permitiendo a la  gestión del gobierno disponer de diferentes alternativas en los territorios.
En el orden metodológico el trabajo se basó en un estudio exploratorio y  teórico, a fin de dar cuentas del estado actual del sector de la vivienda,  dentro del marco de las políticas aprobadas por el país a partir del VI y VII  Congresos del PCC.
   La documentación analizada comprende diversas fuentes documentales,  entre ellas: los Lineamientos del PCC aprobados en el 2011 y actualizados en el  2016, el Censo de Población y Viviendas del 2012, artículos de varias revistas (Temas,  Nueva Sociedad y, Arquitectura y Urbanismo), periódico Granma, Anuario  Estadístico de Cuba de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI),  y las nuevas legislaciones aprobadas y las modificadas que aparecen en la  Gaceta Oficial de la República de Cuba.
   A partir de la técnica de revisión documental se logró seleccionar y  sintetizar la información necesaria, dispersa en diferentes fuentes. También se  aplicaron entrevistas a varios especialistas, directivos de los Organismos de  la Administración Central del Estado (OACE) y otras instituciones vinculadas a  los procesos de construcción de viviendas en los territorios, Ministerio de la  Construcción (MICONS), vice-presidentes del Consejo de la Administración  Provincial y Municipal; lo cual permitió diagnosticar el estado actual de la  vivienda, así como la implementación de las nuevas políticas y sus efectos en  la población y consiguientemente en los territorios. Este proceso investigativo  permitió arribar a conclusiones y consideraciones, a partir del análisis  histórico-lógico de las políticas aprobadas por el país vinculadas con la  vivienda y con los actores que se relacionan a este sector.
A pesar de las políticas aplicadas por el Estado para la solución de la demanda de viviendas, ésta se ha agudizado progresivamente y su programa de solución se ha visto seriamente afectado debido a las restricciones impuestas por el bloqueo norteamericano a la economía del país. Estos inconvenientes de economía no sustentada y carencia de recursos financieros propios, junto a la urgencia de respuestas condicionadas por los daños de la inclemencia climática y la pérdida absoluta de una parte importante de la riqueza material, ha reclamado medidas rápidas y audaces (Triana, 2012/noviembre-diciembre ).
1. Cambios y realidades
El proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del  Partido y la Revolución, aprobados en el VI Congreso (2011) con el objetivo de actualizar  el modelo económico, garantizar el desarrollo económico del país y elevar el  nivel de vida de la población, consideran las políticas relacionadas con la vivienda  como premisas encaminadas a lograr, de forma paulatina pero irreversible, una  respuesta al deterioro del fondo habitacional y la necesidad de una vivienda  digna o adecuada1  (Cecchini & Martínez, 2011; ONU-HABITAT, 2010) para los  ciudadanos cubanos.
   A partir del lineamiento 292 hasta el 299 se trazan políticas que van  desde: la recuperación e incremento de la producción de materiales para el  programa de la vivienda (con énfasis en la producción a nivel local); su  comercialización; el mantenimiento y conservación del fondo habitacional  existente; la atención a los edificios multifamiliares (fondo habitacional que  tomó un fuerte auge en los primeros años de la revolución y que ha sufrido un rápido  deterioro por la falta de mantenimiento); la introducción como alternativa de  las formas no estatales de producción y servicio; la atención a la vivienda  rural (programa vital para contribuir al completamiento y estabilidad de la  fuerza de trabajo en el sector agroalimentario) y la incorporación de nuevas tipologías y el empleo de tecnologías  constructivas que ahorren materiales, recursos energéticos, fuerza de trabajo y  que sean de fácil ejecución por la población (Lineamientos de la política económica y  social del Partido y la Revolución, 2011/abril/18). 
   Hay que recordar que en el 2006, como respuesta a las afectaciones que  sufrió el fondo habitacional producto a los 16 fenómenos climatológicos  ocurridos en el período 1998-2008 y a través del  esfuerzo concertado de varios ministerios construyendo simultáneamente, se logran  más 110 000 viviendas, aunque 77 840 de ellas se atribuye su  construcción por parte de la población (ONE,  2011). Sin embargo, ese resultado no logró mantenerse en el período 2007-2010  (Gráfico 1), en el cual se evidencia una significativa  disminución de la producción de viviendas, lo que perjudicó severamente a la población.
   En este sentido, una de las primeras acciones fue la aprobación del  Decreto-Ley No. 288, el cual regula la libre compra y venta de viviendas por  nacionales y residentes permanentes en Cuba y la selección del lugar de  residencia sin restricciones. Este era un viejo anhelo del pueblo cubano, por  lo cual constituía un paso importante en los cambios que se querían llevar a  cabo en respuesta a la carencia de viviendas (Consejo  de Estado, 2011/octubre/28). Con esta norma jurídica se observa una  transitoriedad institucional en el sector de la vivienda, generándose la  necesidad de redefinir las funciones rectoras y la reasignación de  responsabilidades entre las entidades protagonistas y el gobierno en sus  diferentes niveles.
   La legalización de la compra-venta de casas a pesar de haber favorecido  a un pequeño segmento de la población con alta solvencia económica, impactó  positivamente en la renovación y mantenimiento del fondo habitacional en riesgo  de deterioro estructural. No obstante, actualmente el mercado inmobiliario supone  un desafío para el ciudadano común que busca su vivienda ya que los precios y  valores monetarios practicados tanto en las permutas como en el propio sistema  de compra-venta van mucho más allá de la capacidad de adquisición de la  población con ingresos salariales medios.
   Por otro lado, el marco jurídico (a partir del 2011) busca flexibilizar  los trámites relacionados con la transmisión de la vivienda entre sus  propietarios (permutas, donaciones y compraventas), así como la reducción de  sus limitaciones, a fin de que se ejerzan los derechos que se derivan del  Código Civil (Asamblea Nacional, 1987/julio/16).  Esto permite la actualización y/o fortalecimiento del Registro de la Propiedad  (creado en 1880), a través del cual se refuerza la legalidad, legitimidad,  sostenibilidad de la propiedad y mercado de la vivienda.
   En noviembre de 2011 se aprueba también el Decreto-Ley No. 289, que  autoriza aprobar créditos a las personas naturales, así como otros servicios  bancarios para realizar reparaciones constructivas en sus viviendas, ya que los  montos de los créditos no cubren los costos necesarios para construir (Consejo de Estado, 2011/noviembre/21). Esta opción  la tienen sólo el sector de familias trabajadoras que pueden ofrecer garantías  de retorno al préstamo; aunque se muestra como una alternativa de muy buena  aceptación entre la población, ya que el ciudadano cubano profesa confianza al  banco y tiene cultura del ahorro (a pesar de que en la situación económica  actual el banco no estimula a la familia con ingresos a ahorrar). 
   El banco por su parte ha ido especializando gradualmente su personal  para el otorgamiento de los créditos, pero carece de conocimientos técnicos sobre  reparaciones y mantenimientos constructivos de viviendas. Es por esto que resulta  aconsejable que los solicitantes de crédito, antes de realizar el trámite, tengan  el asesoramiento técnico pertinente del Arquitecto de la Comunidad, lo que  permite cuantificar a partir de un presupuesto el monto necesario para cada  actividad y respalda en términos legales la acción de préstamo del banco. Este  vínculo se propone como parte de los procesos que realizan el Banco Popular de  Ahorro (BPA) y el Banco de Crédito y Comercio (BANDEC).
   En el 2012 el Censo registró un total de 3 885 416 unidades de  alojamiento en el país, con un promedio de 2,87 personas por vivienda. Paralelamente,  el análisis socio-demográfico del censo destaca un decrecimiento poblacional de  10 418 habitantes en los últimos diez años, acompañado de una reducción del 17,2%  de los índices de población de 0 a 14 años y un incremento del 18,3% de las personas  de más de 60 años (ONEI, 2014).
   Este escenario indica la necesidad de estrategias de trabajo que  consideren los cambios demográficos en la composición de la población y las  necesidades de las familias, a partir del empleo de nuevos proyectos diseñados  para mejorar el rendimiento en las diferentes tipologías constructivas dentro  del sector de la vivienda.
   Con los cambios iniciados después del VI Congreso PCC, se evidenció un  auge en la participación del sector no estatal vinculado al problema de la  vivienda. Se autorizaron un grupo de actividades, dentro del trabajo por cuenta  propia, para ejercer como: electricista, plomero, albañil, productor de  materiales de la construcción, gestor de permutas y compraventa de viviendas,  carpintero, etc.; así como la oportunidad a los propietarios de viviendas o  habitaciones de arrendar en moneda nacional (Consejo  de Estado, 2012/diciembre/11).
   Para esta última actividad  el Instituto Nacional de la Vivienda (INV) aprobó la Resolución No. 283/2011,  que establece el “Reglamento sobre el arrendamiento de viviendas, habitaciones  y espacios” (Instituto Nacional de la Vivienda,  2011/septiembre/7).
   Como parte de la política del país a partir del año 2012 se aprueba el  Decreto-Ley No.305, el cual permite gradualmente y de forma experimental la  implementación de cooperativas en sectores no agropecuarios como por ejemplo la  producción de materiales y servicios para la construcción (Consejo de Estado, 2012/diciembre/11). En este  sentido, se debe considerar que cuando se establecen políticas públicas que  promueven la creación de cooperativas, la decisión de crear cooperativas debe  partir del interés de un grupo de personas; por lo que es importante que los  beneficiarios de esos programas se conozcan antes de decidir (voluntariamente)  con quiénes asociarse. (Piñeiro, 2012/febrero/20).
   Por consiguiente es primordial accionar correctamente y evitar, solucionar  y corregir los errores cometidos en este sentido, tales como: la creación  forzada de cooperativas, los innumerables pasos ―hasta nivel de Consejo de  Estado― para obtener la aprobación, la poca atención e importancia por parte  del sector estatal como parte del tejido empresarial y la desvirtualización de  la concepción inicial de creación, la cual muchas veces sirve de sombrilla para  la creación de empresas que satisfacen los intereses de lucro de unos pocos,  vinculándolas al final a actividades ilícitas.
   Otro de los decretos aprobados fue el Decreto-Ley No. 272/2013 “Reglamento  para el otorgamiento de subsidios a personas naturales para realizar acciones  constructivas en su vivienda” (Comité Ejecutivo  del Consejo de Ministros, 2012/mayo/6), el cual constituye una opción  para las personas con falta de solvencia económica de realizar acciones  constructivas en sus viviendas con financiamiento del presupuesto del Estado. Más  tarde, en noviembre de 2014 se aprueban modificaciones al reglamento vinculado  con el otorgamiento de los subsidios como:
La opción de subsidio2  que  ha sido ampliamente aceptada por la población ―permite a las familias con baja  solvencia económica solucionar su problema― es limitada por depender de una  sola fuente de ingreso: la venta de materiales en el mercado minorista.
   El alto componente de subsidio en la vivienda construida por el Estado  requiere muchos recursos financieros, lo que hace imposible dar respuesta a  toda la demanda social existente. Hay limitaciones en las fuentes de recursos  para ampliar y mantener la fuerte inversión que demanda el déficit de vivienda.  La recuperación mínima de los gastos impide fomentar un fondo de reserva para la  inversión en vivienda.
   El financiamiento del Programa de la Vivienda depende sólo del  presupuesto del Estado, en cambio, no existe captación de financiamiento a  nivel municipal para proyectos sustentables de rehabilitación y desarrollo  habitacional, con mecanismos similares a los que opera la Oficina del  Historiador de la Ciudad en La Habana Vieja. Es por esto que es necesario  repensar las formas y métodos actuales, y emplear y/o buscar alternativas de  financiamiento como por ejemplo: el uso del 1% de los ingresos a nivel municipal.
   El 31 de julio del 2014 se firmó el Decreto-Ley No.322 del Consejo de  Estado —modificativo de la Ley No.65 Ley General de la Vivienda— el cual  determinaba el cese de las funciones del Instituto Nacional de la Vivienda  (INV) y las reasignaba a los organismos del sector relacionados con la  actividad: Instituto de Planificación Física (IPF), Ministerio de Trabajo y  Seguridad Social (MTSS), Tribunales, Ministerio de Justicia (MINJUS), OACE y MICONS  (Tabla 1) (Consejo de Estado, 2015/enero/05). 
   Tales transformaciones, de acuerdo con lo referido en la propia norma  jurídica, respondían a la necesidad de perfeccionar la atención estatal hacia  los asuntos de la vivienda y reorganizar el trabajo en esta esfera.
   A partir del 5 de enero del 2015 se disuelve el Instituto Nacional de la  Vivienda y su función rectora la asume el MICONS, concibiéndose dentro de su  estructura organizacional la Dirección General Vivienda (DGV).
   Con este reordenamiento se buscaba facilitar los diferentes procesos  relacionados con la Vivienda. Desde un inicio se pensó que con las nuevas  normativas jurídicas se allanaría el camino, siempre enmarañado entre papeles y  gestiones, de estos y otros trámites, lo cual tenía el objetivo de ofrecer el  camino más corto a los que requerían de estos servicios (Céspedes & Lucía, 2016/marzo/24).
   Esta fragmentación institucional ha demostrado con las prácticas actuales  que puede dificultar soluciones integrales indispensables para una tarea tan  compleja, ya que para solucionar su problema habitacional la población tiene  que interactuar con muchas más entidades encargadas.
1.2 Actualización y ajustes
La economía cubana a partir de las políticas derivadas del VII Congreso  del PCC celebrado en el 2016 comenzó a transitar por un proceso de  actualización, en el que se puso en práctica un conjunto de medidas dirigidas a  la consolidación del modelo social socialista y a la elevación del nivel y la  calidad de vida de la población. Con la presentación del Plan Nacional de  Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, el sector de la construcción y  específicamente el de viviendas aparecen como estratégicos y se priorizan,  mostrando la introduciendo nuevas tecnologías, sistemas constructivos de alta  productividad y desarrollo de la industria de materiales para la construcción.  A su vez, complementariamente, debe fomentarse el desarrollo de actividades  productivas, comerciales y de servicios de baja dotación de capital, basadas en  pequeñas y medianas empresas que tributen a encadenamientos productivos con  empresas estatales, priorizando la actividad de la construcción, reparación y  mantenimiento que favorezcan la reducción de los costos fijos y el desarrollo  local ("Plan de Desarrollo Económico y  Social hasta el 2030: propuesta de visión de la nación, ejes y sectores  estratégicos.," 2016).
   En la Gaceta Oficial Extraordinaria No.31, del 31 de julio del 2017, se  establece la Resolución del MTSS, donde se enuncia que no se concederán nuevas  autorizaciones a un grupo de actividades hasta tanto concluya el  perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia. De esta manera, un total de 27  licencias fueron limitadas, entre ellas 4 vinculadas directamente con la  vivienda:
Por otra parte el esperado proceso de reunificación monetaria y  cambiaria, medida esta última, que continúa siendo la más compleja y difícil de  todo el programa de transformaciones indispensables a emprender, con  dificultades que se han incrementado a partir de los limitados crecimientos de  la economía desde el 2016 y la elevada tensión financiera que enfrenta el país,  representa un obstáculo para ampliar y mantener la fuerte inversión que demanda  el déficit de vivienda.
   Otro de los factores negativos incidentes en el desempeño económico resultan  los devastadores efectos del huracán Irma, que causó daños valorados en  13 mil millones 185 mil pesos, con afectaciones en 179 534 viviendas (Tamayo, 2018/enero/06).
   En la “Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) de julio de 2017 se  plantea que el país aún arrastra problemas que no han podido resolverse en los  últimos 10 años, donde el déficit habitacional alcanza alrededor de 880 000  viviendas, cifra superior al faltante de 600 000 existente a la altura del año  2004. En este sentido las viviendas construidas en el 2017 (sumando las  construidas por el Estado y por la población) ascienden solamente a 23 200, a  pesar de haberse entregado a los constructores por esfuerzo propio en los  últimos años un monto de           6 000 millones de pesos por concepto de  subsidios” (Rodríguez, 2018/abril/30).
   Al cierre del año la insuficiencia habitacional producto a afectaciones  causadas por “fenómenos meteorológicos alcanza un valor de 239 863 unidades,  siendo su recuperación una de las prioridades del país. En este sentido se  concluyeron 10 200 viviendas por el Programa de la vivienda, a pesar de que sólo  el huracán Irma superó la cifra de 179 000 viviendas afectas” (Cabrisas, 2017/diciembre/22).
   Todo lo expuesto, junto a la no satisfacción de la demanda de materiales  de la construcción y la incidencia de especuladores que “dominan” las tiendas  comercializadoras de materiales de la construcción, genera una situación  compleja en el país para el ciudadano que tiene la necesidad de reparar o  construir su vivienda ("Un análisis  integral sobre la vivienda," 2017/julio/13).
   Para el año 2018 el país ha definido un conjunto de nueve prioridades,  las que cubren segmentos de la economía como las inversiones en infraestructura,  el crecimiento de los ingresos en divisas, priorizar producciones industriales  como: acero, cemento, envases, materiales de la construcción, piezas de  repuestos y equipos y la recuperación de los daños causados al fondo  habitacional por los huracanes Irma y Matthew. Dentro de las prioridades se  considera la terminación de 13 754 viviendas y el inicio y desarrollo de 7 146,  priorizando la recuperación de las afectadas por el huracán Irma (Cabrisas, 2017/diciembre/22).
   Con vistas a lograr el éxito, a corto y mediano plazo a partir del 2018,  pueden destacarse algunas reflexiones que no pretenden agotar el tema, ni son  soluciones mágicas, pero si persiguen el objetivo de meditar en todo lo que  pudiera hacerse objetivamente en las actuales condiciones de tensión que vive  la economía del país.
1.3 Reflexiones y proyecciones estratégicas
Teniendo en cuenta que el fondo habitacional cubano es en lo esencial  viejo y que el país está expuesto con frecuencia a fenómenos meteorológicos que  afectan considerablemente las edificaciones, es necesario orientar las  políticas y acciones de forma proactiva, a fin de reforzarlo progresivamente.
   Aunque a partir del triunfo revolucionario ha permanecido la intención  de solucionar la demanda viviendas, las estrategias han tenido que adaptarse a las  condiciones propias de cada etapa que ha vivido Cuba. En la actualidad las  principales pautas persiguen mantener los índices de terminación de viviendas  alcanzados, erradicando las deficiencias observadas en el diseño, la calidad,  la utilización del suelo, y otras; fortalecer la rehabilitación y  mantenimiento; recuperar y completar las infraestructuras y diversificar las  formas de participación, así como las fuentes de financiamiento.
   También sería importante, a fin de solucionar los problemas presentes en  el sector de  la vivienda, considerar los  siguientes aspectos como parte de la estrategia.
En la concepción de la estrategia es vital la participación y  cooperación entre diferentes organismos, como: el MICONS, los Consejos de la  Administración del Poder Popular, el IPF y de Recursos Hidráulicos (RH), los  organismos constructores, proyectistas, productores y suministradores de  materiales, el Ministerio del Interior (MININT), el Ministerio de la FAR  (MINFAR), el Grupo Empresarial AZCUBA, el Ministerio de la Agricultura, el  sector no estatal (cooperativas agropecuarias y no agropecuarias, trabajadores  por cuenta propia y el esfuerzo propio), la colaboración internacional (tabla 2)  y entre otros.
   Este vínculo entre diferentes actores de la economía permite mayor  flexibilidad para responder a necesidades específicas del sector de la  vivienda, favoreciendo la actuación desde los territorios como alternativa para  acercar a la población la producción y servicios destinados a la vivienda y  disminuir también sus costos.
   Los  retos que tiene el sector de la vivienda impone a todos los vinculados que se  centren, sobre todo, en los objetivos que se generan de una concepción  estratégica, los cuales deben tener en cuenta: aspectos económicos,  ambientales, de desarrollo urbano y de su infraestructura técnica y de los  servicios; y que esas acciones se realicen en un contexto que se asegure su  eficacia y calidad; sin olvidar los objetivos sociales de la Revolución Cubana.  Además, la aplicación de una estrategia constituye una herramienta imprescindible  de dirección para las autoridades guberidntales de este territorio, con  vistas a lograr un proceso inversionista integral, planificado y coherente en  el sector habitacional.
   Hay  que reconocer que en Cuba la seguridad de tenencia de la vivienda es una  realidad casi única en el mundo. Es un privilegio que comparten los ciudadanos  que poseen su vivienda, que es el bien patrimonial más preciado de la familia  cubana. Pero la vivienda no se expande fácilmente ni se mueve de un sitio al  otro como sí lo hace la población. La movilidad residencial es un elemento  importante de un sector de vivienda dinámico que acompaña las actividades  laborales en la economía de un país. Así empieza una problemática para el  individuo que busca oportunidades de empleo para avanzar en la vida. No  obstante, el fondo físico de la vivienda se renueva en ciclos largos de 50, 100  o más años, y no se adapta fácilmente a los cambios demográficos, económicos y  sociales del país. Así se explica por qué siempre un porcentaje de población no  encuentra una situación de alojamiento conveniente, lo que afecta la demanda  actual de la vivienda en Cuba.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS