Guido Poveda Burgos*
Pedro Avilés Almeida**
Universidad de Guayaquil, Ecuador
guido.povedabu@ug.edu.ec
La presente investigación trata acerca  de los manglares en la ciudad de Guayaquil, donde se menciona conceptos  específicos y la importancia de estas reservas en la ciudad. El manglar es un  ecosistema marino-costero ubicado en costas tropicales y subtropicales del  planeta, en el cual la especie fundamental es el mangle conformado por una gran  variedad de árboles.
  El objetivo de la investigación es dar a  conocer a sus lectores la problemática existente en los manglares, ya que  dentro de ellos existen una gran biodiversidad en cuanto a su flora y fauna con  un alto nivel de productividad primaria que generan la utilización de recursos  para poder llevar a cabo acciones que brindan bienestar tanto a la comunidad y  a su entorno. Pero, así como existen problemas con estos ecosistemas, también  existen organizaciones interesadas en la protección y sostenibilidad de los  Manglares ecuatorianos y a nivel mundial, por la cual algunos gobiernos  decidieron realizar y ejecutar proyectos para la mejoría y conservación de la  flora y fauna y al mismo tiempo incentivar el turismo, para de esta manera  generar un incremento en la economía del país.
  Para el siguiente análisis se utilizaron  diversos medios oficiales como son los documentos publicados por el Ministerio  del Ambiente, Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador, donde se  detallan y sustentan por medio de proyectos y resoluciones apoyados por la  Municipalidad de Guayaquil.
  Palabras  claves: Manglares, ecosistema, tropicales, flora,  fauna, Guayaquil.
The present investigation deals about  the mangroves in the city of Guayaquil, where the specific concept and the  importance of these reserves in the city is mentioned. The mangrove is a  marine-coastal ecosystem located on tropical and subtropical coasts of the  planet, in which the fundamental species is the mangrove formed by a great  variety of trees.
  The objective of the research is to  inform its readers about the problems existing in human beings, that within  them there is great biodiversity of flora and fauna with a high level of  primary productivity that generate the use of resources to be able to carry out  actions that provide welfare to the community and its environment. But just as  there are problems with these ecosystems, there are also organizations  interested in the protection and sustainability of the Ecuadorian Mangroves and  worldwide, by which some governments decided to carry out and execute projects  for the improvement and conservation of flora and fauna and at the same time  encourage tourism, in order to generate an increase in the economy of the  country.
  For the following analysis, various  official media were used, such as the documents published by the Ministry of  the Environment, the National System of Protected Areas of Ecuador, where they  are provided and supported by means of projects and resolutions supported by  the Municipality of Guayaquil.
  Keywords: Mangroves, ecosystem, tropical, flora, fauna, Guayaquil.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Guido Poveda Burgos y Pedro Avilés Almeida (2018): “Situación de los manglares de la ciudad de Guayaquil - provincia del Guayas - Ecuador”, Revista DELOS Desarrollo Local Sostenible n. 31(febrero 2018). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/delos/31/guido-poveda3.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/delos31guido-poveda3
Los ecosistemas naturales que se  encuentran dentro de las áreas urbanas deberían ser los más protegidos,  aprovechando no solo el paisajismo, sino los servicios ambientales que estos  otorgan.
   Los manglares son humedales tropicales  de aguas saladas y estuarinas que se establecen en zonas intermareales, son  asociaciones anfibias de plantas leñosas y arbustivas que reciben nutrientes y  energía tanto del suelo como del mar
   Los manglares son ecosistemas que están  caracterizados por lo que son plantas de las cuales crecen en la interface de  la tierra, también se lo denomina mangle a lo que son las especies de plantas  que se encuentra dentro de un ecosistema (Kathiresan & Bigham,  2001). Los manglares son, por tanto, ecosistemas  marino-costeros que se encuentran en los trópicos y subtrópicos del planeta, en  el cual la especie fundamental es el mangle. 
   Constituyen un ecosistema irremplazable  y único, que alberga a una increíble biodiversidad por lo que se los considera  como una de las cinco unidades ecológicas más productivas del mundo, con  niveles de productividad primaria que superan la de muchos sistemas agrícolas.
   Fiel (1997), indicó que los manglares prosperan en aquellas regiones con  temperaturas altos permanentes, una alto precipitación y un terreno apropiado.  Por miles de años los pueblos costeros de los trópicos han aprovechado  ampliamente los bosques de manglar. 
   Muchas comunidades dependen de los  manglares para su supervivencia y utilizan una amplia gama de productos  naturales provenientes de los manglares y sus aguas circundantes.
   La importancia del ecosistema manglar  desde el punto de vista biológico radica en que protege a gran cantidad de  organismos en sus troncos, entre sus raíces o en el fango, tales como bacterias  y hongos, que intervienen en la descomposición de materiales orgánicos e  incluso transforman materiales tóxicos en azufre o sulfuro, purificando el agua  que llega al mar.
   Asociados a los manglares viven una gran  variedad de vegetales, cientos de hongos, y decenas de especies de plantas  acuáticas, que son la base productiva del ecosistema. Cuando sus hojas caen  alimentan a una enorme diversidad de organismos y también a los ecosistemas  vecinos, puesto que exportan parte de esa energía. 
   Es así como favorecen la reproducción de  innumerables especies marinas, que desovan en los estuarios y en algunos casos  pasan algún periodo de su desarrollo en el ecosistema en busca de alimento y  protección. Un 80% de las especies marinas dependen del ecosistema de manglar  para subsistir, por lo que la destrucción de este incide en la disminución de  la pesca.
   Desde el punto de vista ambiental, el  ecosistema manglar reduce el impacto de las mareas depositando barro y formando  pantanos donde se fijan los organismos. Igualmente, sirve como estabilizador de  la línea costera ayudando en el control de erosión y constituye una barrera  natural de amortiguamiento que protege a las costas de marejadas y vientos  huracanados a manera de cortina rompe vientos.
   Así mismo, previene las inundaciones y  depura el aire que se desplaza hacia suelos agrícolas, al detener finas  partículas de sal que acarrean las brisas marinas.
   Complementariamente, el ecosistema de  manglar funciona como un filtro que evita la entrada de material suspendido de  otros ecosistemas, siendo un eslabón entre la vida marítima y la vida  terrestre, retiene sedimentos y filtra sales minerales integrándolos a una gran  cadena alimenticia.
   Es de resaltar como una de las funciones  más importantes del ecosistema, el complicado proceso de desalinización del  suelo a nivel subterráneo, a través del intercambio de agua. También que cuando  desaparecen los manglares, el agua salada penetra en la bolsa de agua  subterránea hasta hacerla inútil para sus usos agrícolas, o para el consumo  humano.
   Un aspecto muy importante radica en que  la pesca artesanal depende del ecosistema manglar que sirve como sitio de  desove y nodriza de especies juveniles marinas, así mismo, la pesca industrial  de la región tropical depende en gran medida, directa o indirectamente de las  especies del estuario.
   Los manglares proporcionan una gran  diversidad de servicios ecosistémicos que contribuyen al desarrollo sostenible  de las comunidades costeras. Debe tenerse en cuenta que el desarrollo  sostenible está enfocado en tres elementos fundamentales; los cuales son:  social, económico y ecológico, para que este pueda cumplir su objetivo tiene  que ser equitativo, que beneficia la calidad de vida de una población y lo más  importante ayuda a la conservación y protección de los recursos naturales, el  cual es el encargo de las personas que deben tener un compromiso de vida de  aquellos que habitan en las áreas protegidas. (Lopez Ricalde, López, &  Ancona , 2005).
   El desarrollo sostenible se enfoca en  ser un modelo del futuro, pero ante todo debe pasar por un proceso de evolución  y es importante involucrar el sistema ambiental y social, para que pueda tener  un equilibrio por lo que esto también ayuda a promover el bienestar de poder  satisfacer las necesidades que se puedan presentar en aquellos ámbitos ya  mencionados para así beneficiar en un futuro a la población sin que afecte los  recursos de ellos en un futuro. 
   En esta perspectiva, los manglares son  vitales, entre otras cosas, para la seguridad alimentaria de las poblaciones  locales y proporcionan una gran diversidad de recursos biológicos y productos  forestales (maderables y no maderables), sitios de reproducción y crianza de  muchas especies acuáticas, áreas para la pesca y recolección, captura y  almacenamiento de carbono, y protección de la franja costera para prevenir y  mitigar los impactos de la erosión costera y el cambio climático.
Muchos países en el mundo hacen un análisis de las posibles causas de la degradación ambiental de los ecosistemas de los manglares, ya que mucho de ellos incluyendo a Ecuador diseñan estrategias para poder prevenir esto en sus manglares, uno de los principales factores que en la actualidad afectan y es una amenaza es el cambio climático, los desarrollos urbanísticos, la sobreexplotación de recursos y los cambios en los usos de los suelos. (Harpem, Selkoe, Micheli, & Kappel, 2001).
Los efectos que tienen el calentamiento  global sobre los manglares es una realidad, según un informe que fue publicado  en el año 2007 del Panel Intergubernamental de cambio climático (IPCC). 
   Dentro de del cambio climático existen  otros factores tales como los cambios de temperatura, cambios de los niveles  atmosférico de Co2 y cambios de precipitación.
En la década del 50 comienza el proceso  de asentamiento en el suburbio sur-oeste, en terrenos municipales y privados  cercanos al 'centro de la ciudad, zonas bajas y fácilmente inundables, la  carencia de datos confiables hasta 1950 impide determinar el peso relativo de  los flujos migratorios hacia la. sierra y hacia la costa en rela ci6n a la  crisis del sector externo entre 1920 y 1948.
   Esto implica que mientras más aumente la  población humana, se incrementan de una manera rápida la demanda de agua dulce  para el consumo de la población y así se disminuye la disponibilidad de lo que  es este recurso para los ecosistemas marino, los desarrollos urbanísticos  constituyen una barrera para la expansión de tierra, dentro de los ecosistemas  de manglares frente al aumento del nivel del mar.
   Uno de los factores que más afecta a los  manglares referente al desarrollo urbanístico es la alteración de los procesos  hidráulicos y geomorfológico y a este le sigue los cambios estructurales y las  alteraciones de las funciones ecológicas del ecosistema, esto es principlante  causado por los flujos migratorios que se masificaron desde varias provincias y  ciudades a Guayaquil, se acentaron mayoritariamente en los entonces barrios  suburbanos de la ciudad, compuestos mayoyritariamente por manglares, qu fueron  talados, y posteriormente rellenados para empezar a dar una forma más aprpiada  a los asentamientos irregulares que continuamente se venían dando.
   El impacto ambiental que ha sufrido la  ciudad de Guayaquil, por la tala de manglares para el desarrollo urbanístico de  la urbe más poblada del Ecuador no tiene datos ni cifras exactas, pues como ya  se indicó que desde el año 1950 en que se masificron los flujos migratorios  hacia la ciudad no había datos suficientes de la población y como esta afectó  de manera significativa a la reserva natral de los manglares de la ciudad, de  la cual no existía ningún control ni regulación al respecto, tan sólo para  imaginar el irreversible daño que se estaba realizando a esta barrera natural,  el mangle era cortado no sólo para ser utilizado en la construcción de  viviendas u otros enseres, sino que se lo convertía en carbón vegetal, acabando  rápidamente con cientos de hectáreas de la especie, todo en nombre del  desarrollo urbanístico de Guayaquil.
Ha habido casos que los acuicultores eliminan  los manglares para poder establecer lo que son piscinas para cría de especies  de importancia económica (por ejemplo los camarones, crustáceos y peces). Y la  causa de esto hace que se vaya perdiendo con el tiempo los peces, el  esparcimiento de parásitos y enfermedades, el uso mal utilizado de químicos y  la contaminación de las zonas costeras. 
   Para poder lograr el manejo sostenible  de los manglares, respecto a las prácticas que ocasionan deterioro ecológico  deberán ser reemplazadas por unas prácticas más sanas, así como localizar  piscinas de cultivo fuera de los manglares cuando esta sea posible y usar  especies nativas entre otras alternativas.   (Primavera, 2000).
   Pese a la regulación para el manejo, y conservación de los  maglares en la ciudad de Guayaquil, se siguen realizando actividades que  afectan directamente a los manglares característicos de la ciudad de Guayaquil,  sobre explotando el uso de suelos y talando los árboles de mangle para el  desarrollo de conjuntos habitacionales privados o centros de recreación  turística, como una nueva oferta para la reactivación económica, y turística.
   Es importante tener en cuenta que el estero  Salado, una de las tres reservas naturales que hay en el Golfo de Guayaquil,  constituye el 10% (10.635 hectáreas) del total del ecosistema  de  manglares que sobrevive  en el país pese al desarrollo urbano en  las  últimas cuatro décadas, siendo cada vez más afectado por el desarrollo  urbanístico.
   En la siguiente fotografía se observa claramente que la  construcción del centro turístico y balneario de Puerto Hondo, ubicado en la  parroquia Chongón de Guayquil fue desarrollado en zona protegida de manglares,  y que pese a las distintas regulaciones para el manejo y conservación de los  mismos, los proyectos desarrollados en este caso por el Ministerio de turismo,  atentan contra los esfuerzos de conservación que realiza el Minsiterio del  ambiente, lo que nos hace un serio llamado a la reflexión al respecto de la  ética de los organismos del estado en materia ambiental. 
Los ecosistemas forestales son de importancia estratégica debido a la gran diversidad de especies que albergan; así como por los servicios ambientales queofrecen (la estabilización de los suelos y su potencial de captura de carbono, la regulación del ciclo hídrico y el clima, etcétera).
A pesar de la importancia ecológica y económica de los ecosistemas forestales, no hay la transparencia suficiente de un sistema de monitoreo de los cambios de uso de suelo, sus causas, explicación y predicción. No obstante que existen escasos estudios sobre las tasas de deforestación de los principales ecosistemas forestales a nivel nacional sobre los manglares, diversas fuentes reconocen que estas tasas no han sido constantes ni homogéneas en el espacio ni en el tiempo, como consecuencia de la heterogeneidad espacial de las características físicas, políticas, sociales, culturales y climáticas.
La deforestación y otros cambios de uso de suelo son las principales causas de pérdida de los recursos forestales y degradación ambiental en escalas locales, regionales y globales. Estos procesos son causados por factores tecnológicos, económicos, políticos, sociales y culturales.
La pérdida de la vegetación natural de los manglares en Guayaquil influye directamente en la pérdida de hábitat y de especies, la pérdida de valores culturales y estéticos, la reducción de losrecursos forestales, el incremento en la erosión y la pérdida de la fertilidad del suelo. Además, contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, CO2; óxido nitroso, N2O; metano, CH4). De hecho, se ha considerado que los cambios de uso del suelo influyen indirectamente en la desertificación, las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y el cambio climático.
En la ciudad de Guayaquil existen dos tipos de manglares en la provincia del Guayas, los cuales son los siguientes:
Este tipo de manglar se lo puede  encontrar en la dirección mar y tierra, que está sujeto a inundaciones diarias  lo que quiere decir que más de 700 veces por año, respecto a la vegetación que  posee alcanza a un gran desarrollo estructural y esto se debe a las grandes  descargas de los nutrientes. 
   Estos tipos de manglar se los puede encontrar  a lo largo de la provincia del Guayas.
En el ambiente de este tipo de manglar las descargas de agua dulce y nutriente por lo general son muy elevadas lo cual produce bosques de características estructurales bien desarrolladas, los bosques ribereños se encuentran normalmente ubicado en la provincia del Guayas, en el golfo de Guayaquil y a lo largo del río Guayas.
En las décadas de los 80´y 90´ hubo una  gran amenaza en la cual se enfrentó este sistema ribereño fue la sustitución  del manglar por actividades camaroneras, que se reportó de esta manera una  fuerte pérdida de biodiversidad en ecosistemas sensibles y de alta prioridad  para la preservación a nivel mundial, aunque en la actualidad existe un proceso  de recuperación y regularización de la actividad camaronera.
   Las aguas del Río Guayas también  soportan fuertes procesos de lo que es la contaminación, por lo que es la  actividad industrial con las descargas de aguas a los ríos, aunque tienen que  hacerlo con un control, pero en el año 2013 este aún no había empezado, ya que  todavía era insuficiente garantizar una reducción en la contaminación del Río  Guayas.
   El desarrollo económico de la ciudad de  Guayaquil en el siglo XX dio un giro en torno al río Guayas y en menor medida  al Estero Salado, y eso se debió a la falta de planeación en lo que es el  desarrollo de la ciudad, ya que debido a eso hubo pérdidas de cobertura vegetal  original, siendo el Estero Salado uno de los más afectados 
   En la actualidad existen programas para  cuidar la biodiversidad y las empresas deben controlar lo que desechan para que  así no contaminan el agua del Río Guayas.
   El sistema de manglares del golfo de  Guayaquil esta comprendidos de varias zonas de mucha importancia ecológicas  protegidas como aérea de conservación estatales tales como: Área Nacional de  Recreación Isla Santay y del Gallo, la Reserva de Producción Faunística  Manglares El Salado, el Refugio de Vida Silvestre Manglares el Morro, la  Reserva Ecológica Manglares Churute.
A pesar de la importancia ecológica,  cultural, social y económica de los manglares para el bienestar y desarrollo de  las comunidades costeras, todos los países que poseen este ecosistema han  experimentado, en las últimas décadas, una disminución acelerada de su  superficie y un deterioro del ecosistema como resultado de diferentes  actividades humanas.
   En junio de 2012 los Jefes de Estado y  de Gobierno y los representantes de alto nivel que participaron en la  Conferencia Río+20, efectuada en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil,  reconocieron las importantes contribuciones económicas, sociales y ambientales  y la vulnerabilidad de los manglares a los efectos producidos por el cambio  climático, la pesca excesiva, las prácticas pesqueras destructivas y la  contaminación.
   Los países del Pacífico Sudeste que  poseen manglares (Colombia, Ecuador, Panamá y Perú) no son la excepción y  también han sufrido la pérdida y degradación acelerada de sus manglares.
   En respuesta a la pérdida y deterioro de  los manglares en la región, los países que integran el Plan de Acción para la  Protección del Medio Marino y Áreas Costeras del Pacífico Sudeste durante la  XIX Reunión de la Autoridad General, llevada a cabo el 12 de abril de 2013 en  la ciudad de Guayaquil, Ecuador, resolvieron participar en la gestión y diseño  de un Plan de acción regional para la conservación de los manglares en el  Pacífico Sudeste (PAR-Manglares), mediante una alianza estratégica con la  Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura  (UNESCO) y la organización no gubernamental Conservación Internacional (CI).
Objetivo general 
   El objetivo general del PAR-Manglares es  ayudar a los Gobiernos participantes a fortalecer sus políticas y programas  para la protección, recuperación y uso sostenible de los manglares en la  región, así como contribuir a mejorar la calidad de vida de las comunidades que  dependen de los recursos naturales de este ecosistema.
   Este instrumento busca proporcionar un  marco apropiado para la ejecución de actividades de cooperación regional sobre  la base del respeto a la soberanía y a las prioridades de los Gobiernos  participantes.
Objetivos específicos
De acuerdo con la investigación realizada, los manglares que se encuentran en la ciudad de Guayaquil son los siguientes:
Este manglar se encuentra a lo largo del  Estero Salado, que se encuentra en la ciudad de Guayaquil, para este manglar se  ha creado una reserva, el resto del estuario de manglar fueron protegidos, la  importancia de esta radica no sólo en que es vital para la fauna y flora del  área del Golfo, sino que posee un gran paisaje, su valor estético y recreativo. 
   Consta de 10,635 hectáreas, la  importancia de este manglar no solo es en la fauna y flora, sino también en su  paisaje y área de recreación, ayudando al desarrollo turístico de la ciudad. 
   El agua es rica en nutrientes, por lo  tanto, son ideales para cangrejos, jaibas, conchas, ostiones, mejillones y  camarones; peces como bagres, bocachicos, róbalos y camotillos; aves como  garzas, y lo más llamativo el cocodrilo de la costa, aunque su caza ilegal por  su piel ha causado la reducción de su población. (Sistema Nacional de Áreas  Protegidas del Ecuador, 2014)
   Junto al estero Salado se encuentran  parques, para realizar caminatas, disfrutar de sus hermosas vistas y escuchar  el canto de algunas aves.
Reserva del Manglar  el Salado
   La Reserva de Producción Faunística  Manglares El Salado (RPFMS) se incorporó al Sistema Nacional de Áreas  Protegidas (SNAP) del Ecuador el 15 de Noviembre del 2002. Los objetivos  principales de esta categoría de manejo que tiene esta reserva es:
   La producción faunística en áreas naturales o  parcialmente alteradas, para el manejo sustentable de la fauna silvestre,  principalmente para comunidades locales existentes en la zona, recreación, turismo  y conservación de los valores culturales y étnicos (GEF-INEFAN, 1998)
Está localizada en el margen occidental  del estuario del Río Guayas el cual desemboca en el Golfo de Guayaquil, esta  reserva se encuentra aproximadamente a 15 kilómetros hacia el sur de Guayaquil  y Durán, tiene una superficie de 49, 389 hectáreas, lo que quiere decir que lo  convierte en una de las reservas marino – costera más grande de Ecuador  continental.
   Incluye seis islas las cuales son las  siguientes: Matorrillos, Los Ingleses, Los Álamos, Malabrigo, Cabeza de Mate y  Churutillo.
   Esta reserva s refugio para muchas  especies de la fauna, tales como; canclón que es un ave acuática que habita en  la laguna del Churute y el cocodrilo de las costas, aunque ya ha desaparecido  en otras zonas del litoral, cubre el 60% de su extensión. 
   En esta reserva existen cinco de las  siete especies de manglar reportadas en el país: mangle rojo, mangle blanco,  mangle negro, mangle jelí, y mangle colorado o gateado. Al igual que en el  resto de las zonas, el mangle rojo, está caracterizada por sus grandes raíces  aéreas, es uno de los más abundante.
   El ministerio del ambiente implemento  varias acciones para poder conservar este espacio natural, las acciones son las  siguientes: jornadas de educación ambiental, control y vigilancia, manejo  adecuado de la biodiversidad, entre otros mecanismos implementados. 
  
  Reserva del Manglar de Churute
   El principal ecosistema que protege la  reserva es el manglar, que cubre el 60% del territorio. En la reserva existen  cinco de las siete especies de manglar reportadas en el país: mangle rojo,  mangle blanco, mangle negro, mangle Jelí, y mangle colorado o gateado. Al igual  que en el resto de las zonas, el mangle rojo, que se caracteriza por sus  grandes raíces aéreas, es el más abundante. En las zonas de tierra firme y  hacia la parte alta de los cerros contiguos se encuentran los bosques secos  propios de esta parte de la Costa, donde crecen árboles como el guayacán, la  tagua, el moral bobo y el palosanto (ambiente).
   Al ser una reserva que protege una  extensa zona de humedales, existe una gran diversidad de peces, moluscos y  crustáceos. 
   Entre los últimos hay cangrejos rojos,  jaibas, conchas prietas, mejillones y ostiones. Uno de los grupos más  característicos es el de las aves. 
   Existen más de 300 especies, incluyendo  aves acuáticas como garzas, cormoranes e ibis, así como aves migratorias como  zarapitos y chorlitos que, durante la época de invierno y frío del hemisferio  norte, llegan a esta zona donde es más fácil conseguir alimento y refugio. 
   También son representativas de la  reserva las aves de los bosques secos, algunas de las cuales tienen  distribución restringida a este ecosistema.
El Parque Histórico Guayaquil (PHG)  mantiene un remanente de bosque de manglar en la zona de vida silvestre y  restaurado desde el año 2000 por la Fundación Ecológica Rescate Jambelí; con un  diagnóstico sus técnicos establecieron procesos para la zonación del manglar,  hicieron viveros en sitio de: Rhizophora harrisonii, Rhizophora mangk,  Laguncularia racemosa, Avicennia germinans y Conocarpus erectus, etiquetaron  296 mangles originales del PHG de Rhizophora spp., reportaron plagas del  manglar y elaboraron un Plan de Manejo Ambiental (PMA). 
   El parque recrea los diferentes  ecosistemas encontrados en la región costera del país; por lo que su  composición original varió para albergar distintas especies tanto de flora como  de fauna, además de una zona en la que se puede observar la arquitectura de  Guayaquil de comienzos del siglo XX y las casas de la parte rural costera del  Ecuador (Parque Histórico Guayaquil, 2014).
En Ecuador existen ocho especies de  mangle; cinco están distribuidas en la provincia del Guayas; estas son: R.  harrisonii, R. inangle, A. gernunaus, L. ¡aceinosa y C. erectus, como lo  manifiesta Molina, Zambrano, Arias y Vivas (2000). Valverde y Pérez (2012,  pág.61) mencionan que según el Centro de Levantamientos Integrados de Recursos  Naturales por Sensores Remotos (CLIRSEN) en 1995 en Guayas-Santa Elena se  registró 103.730,10 hectáreas de manglar, cifra que representa una pérdida de  alrededor del 17% del manglar en un período de 26 años ya que según Valverde  (1998, pág. 19) en 1969 registró 125.523 hectáreas
   Los manglares dentro del PHG tienen dos  orígenes; un grupo fue hallado dentro del lugar en estado natural; mientras que  la otra parte fue sembrada para restaurar este ecosistema, considerando la  zonación natural de los manglares del Golfo de Guayaquil (Molina, et al., 200W;  en el caso de las especies de Rhizophora spp., se reforestó a través de  propágulos, mientras que las demás especies se sembraron mediante semillas.
   Como indica el CURSEN (2007), los  manglares del Ecuador están protegidos mediante leyes que han sido decretadas  desde 1986; por lo que en teoría los bosques de mangle deberían ser respetados  y no deforestados.
   Hasta el año 2000 el total de mangles  había disminuido en un 26%, a pesar de la legislación y de su importancia por  sus diferentes usos y funciones ecosistémicas. Suman (1994) hace énfasis en que  las prácticas que más han afectado a los bosques de manglar del país son las de  agricultura, ganadería, construcción de urbanizaciones y maricultura, siendo  Manabí la provincia en la que el porcentaje de pérdida de bosque ha sido mayor.
Los bosques de manglar no son un simple  conglornerado de arboles que se extienden en una superficie. Es un ecosistema único,  sus funciones ecológicas son multiples y su importancia econ6mica es indudable.
   Es necesario que para conservar el  recurso el que se comprenda la utilidad e importancia del manglar para las  generaciones presentes y futuras, así como la conservación y preservación de  todas las especies que habitan en el, siendo muchas de ellas endémicas y únicas  en su tipo.   
   Es indispensable realizar estudios de las causas,  consecuencias y variación espacial y temporal de la deforestación, así  como de los cambios de uso del suelo en el país, que nos permitan una  mejor planeación para conservar, restaurar y manejar nuestros diversos y  abundantes recursos forestales.
   Los resultados plasmados en la presente investigación hacen  necesario que se desarolle un plan de presenración y manejo de los manglares,  así como también la interacción de la empresa privada para que participe y  entienda la importancia del cuidado de la especie, evitando la tala  indiscriminada y uso excesivo del suelo en temas urbanísticos y de recreación.
   Se debe fomentar el diálogo entre todos los organismos del  estado vinculados con el medio ambiente, así como de turismo, para ajustar y  aplicar políticas apropiadas para el cuidado, conservación y manejo de los  manglares.  
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