Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


EL MUSEO. SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO CULTURAL DE LA LOCALIDAD

Autores e infomación del artículo

Edelsi Lucía Muñagorri Salabarría*

Esnedy Muñagorri Salabarría**

Aleida Ofelia Delgado Varona***

Universidad de Las Tunas, Cuba

Correo: esnedy@ult.edu.cu


RESUMEN
El museo es la institución que muestra objetos del patrimonio de cada localidad, concebidos en un discurso cronológico, didáctico y dialéctico que se presenta al público a través de la exposición permanente, como la forma más importante de las exposiciones museales. En el artículo se propone el análisis de cómo la exposición permanente contribuye al desarrollo cultural de la localidad, visto desde la creación del Museo Provincial de Las Tunas. En la realización del estudio se utilizaron métodos generales de investigación: histórico – lógico, análisis – síntesis, inducción – deducción, encuestas, entrevistas. Fue seleccionado el paradigma interpretativo o hermenéutico, para ejecutar la investigación, en la medida que este reconoce un carácter dinámico y diverso de la realidad –la exposición permanente – y su interacción con el público que la visita y la interpreta.
Palabras claves: museo - desarrollo cultural - exposición permanente

SUMMARY

The museum is the institution that shows objects of the heritage of each locality, conceived in a chronological, didactic and dialectical discourse that is presented to the public through the permanent exhibition, as the most important form of the museum exhibitions. The article proposes the analysis of how the permanent exhibition contributes to the cultural development of the locality, seen since the creation of the Provincial Museum of Las Tunas. In the realization of the study, general research methods were used: historical - logical, analysis - synthesis, induction - deduction, surveys, interviews. The interpretive or hermeneutic paradigm was chosen to carry out the research, inasmuch as it recognizes a dynamic and diverse character of reality -the permanent exhibition- and its interaction with the public that visits and interprets it.

Keywords: museum - cultural development - permanent exhibition

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Edelsi Lucía Muñagorri Salabarría, Esnedy Muñagorri Salabarría y Aleida Ofelia Delgado Varona (2019): “El museo. Su contribución al desarrollo cultural de la localidad”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (octubre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/10/museo-desarrollo-cultural.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1910museo-desarrollo-cultural


  • EXPOSICIÓN PERMANENTE Y DESARROLLO CULTURAL DE LA LOCALIDAD

A partir del siglo XVII, los museos comenzaron a concebirse desde la perspectiva de los objetos, con una temporalidad secuencial y lineal de colecciones y exposiciones destinadas a la enseñanza, como uno de los objetivos esenciales. Este precepto fue una revolucionaria contribución de acceso a los conocimientos.
De ahí que la institución museal como centro emisor de información cualificada, muestre a través de la exposición permanente, un sistema de comunicación particular interrelacionado con las acciones culturales que organiza, para lograr la transmisión de la cultura, la identidad y el patrimonio cultural a las comunidades.
De las funciones que realizan los museos, la exposición permanente es un medio de comunicación que posee un universo de información para sustentar los conocimientos a través de los mensajes que transmite y del carácter educativo implícito en ella que se expresa mediante el lenguaje museal al interactuar con el público, dando sentido a la razón de ser del museo dentro de la sociedad.
Una nueva época para la Museología en Cuba, estuvo determinada por la Ley #23 de Museos Municipales, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 18 de mayo de 1978, que contribuyó a la creación de la Red Nacional de Museos e impulsó y fortaleció el trabajo en esas instituciones dirigido al rescate, conservación e investigación del patrimonio cultural tangible e intangible, en función de la exposición permanente que se muestra en los museos.
La exposición permanente constituye un elemento esencial en la existencia y funcionamiento de los museos, sin embargo, no ha sido estudiada en una dimensión que permita valorar su aporte a las transformaciones y cambios culturales y sociales en general, a partir de los bienes autóctonos e identitarios de las localidades, que en la institución alcanzan el reconocimiento como objetos museales del patrimonio cultural.

  • La exposición permanente

La cultura, dentro de amplias consideraciones, también está signada en los objetos culturales que integran el patrimonio cultural de las naciones, pueblos y localidades, como manifestaciones de la evolución social y de la naturaleza. Desde esa arista, las piezas y colecciones museales de objetos culturales, alcanzan valor documental a través de la exposición permanente de los museos en cada localidad.
La exposición permanente es una modalidad de las exposiciones que realizan los museos y la más importante, al constituir el nexo de la comunicación con el visitante o público, a través de símbolos, signos y las lecturas de la exposición, es capaz de contextualizar los objetos que se muestran. El concepto exposición permanente es analizado desde la perspectiva de la Museología, que clasifica las exposiciones en: exposición permanente, exposición transitoria, exposición circulante o itinerante y exposiciones de gabinete o estudio. 
La Doctora Marta Arjona explicó la necesidad de un discurso cronológico y coherente en la exposición permanente de temáticas históricas, cuando planteó: “(…) para que un acontecimiento figure en la historia es necesaria la referencia, a partir de la cual surge el relato o narración del asunto (…) en el museo, evidencia y relato deben presentarse en el ámbito de un contexto determinado y dialécticamente interrelacionados”. (1986:36 -37).
Arjona, ratificó la necesidad de la documentación científica –componente indispensable de las colecciones museales –, para fundamentar los hechos históricos que se exponen en la exposición permanente, como referencia válida a su aporte didáctico y establecen una unidad dialéctica en la transmisión de mensajes adecuados a los visitantes.
Por su parte, la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, al referirse a la exposición permanente, sólo describen el tiempo de duración de cada una: “Exposiciones permanentes: se conciben para mantenerlas abiertas al público por tiempo indeterminado. Los recursos de montaje que requieren son mayores y más complejos”. (1987: 7).
El planteamiento anterior se aproxima a la exposición permanente desde su temporalidad, no así desde el contenido y forma, aspectos importantes para la Museología, porque son los elementos que definen los componentes de la exposición y su esencia.   
Además de referirse a la temporalidad de la exposición permanente, diferentes museólogos han trabajado el concepto desde otras aristas. En este sentido, David Gómez, especialista del museo “La Periquera”, de Holguín, ha realizado una disertación sobre la importancia de esta, como eje sobre el cual gira la labor de los museólogos, y la definió como: “(…) reunión de un conjunto de objetos acogidos para expresar una idea, a través de una sintaxis museológica y en la que se conjugan diversos elementos de montaje, con el propósito de influir de alguna manera en el espectador. De este modo, el visitante es el elemento clave sin el cual la exposición no estaría completa (…) la finalidad o función es acercar el objeto al público o viceversa”. (2001; 4).
En este concepto, el autor distingue la exposición como el atributo fundamental de los museos porque es en ella donde se representan las ideas, los sentimientos, los valores, las formas, estilos; la exposición es el compendio de la labor museal y el autor con certeza, la acentúa como el resultado de la conjugación de varios factores que se combinan para establecer una comunicación museal con el público. 
Otro análisis sobre la exposición permanente, la diferencia de otras exposiciones como las ferias: las de libros y las de comercio, al Schreiner precisar: “Es la presentación temática de objetos museales y de materiales auxiliares que han sido clasificados y fundamentados científicamente para ser comunicados desde el punto de vista didáctico y científico. Las exposiciones tienen un carácter formativo y educativo, porque transmiten los conocimientos que encierran los hechos de una época y cuya forma principal es la comunicación museal”. (1993: 55).
Aunque no tipifica Schreiner las exposiciones en las instituciones museales, sin embargo, se refiere a que deben estar sustentadas en una relación cronológica de hechos en la presentación de las temáticas que se exponen, argumentadas por el material informativo como resultado de las investigaciones de las colecciones y con el soporte de un adecuado diseño museográfico, elementos que intervienen en el proceso de comunicación museal con los visitantes.
La exposición es una de las actividades principales de la institución, es el vehículo que facilita comunicar al público los contenidos de los objetos museales, dados como fuentes originales y testimonios del desarrollo de la naturaleza y de la sociedad.
El museo, se muestra como el lugar por excelencia de la aprehensión sensible, especialmente por la presencia, a la vista,de elementos concretos que permiten presentarse por sí mismos; según Schärer,la exposición aparece entonces como “(…) la visualización explicativa de hechos ausentes por medio de objetos, así como de medios (…), utilizados como signos”. (2003).
Las ideas de este autor caracterizan la exposición museal desde la arista comunicativa de acontecimientos pasados, a través de objetos interrelacionados con otros elementos de montaje. Las exposiciones se presentan como lecturas simbólicas a través de los objetos museales2, por tanto, no sólo se representan en ellas “hechos ausentes”, en tanto constituyen evidencias del patrimonio cultural.
Relacionado con la exposición permanente, el museólogo del Centro Provincial de Patrimonio Cultural en Cienfuegos, DrC. David Soler Marchán enriqueció el término, al considerar que: “La exposición es el vehículo que facilita comunicar al público los contenidos de los objetos museales, dados como fuentes originales y testimonio del desarrollo de la naturaleza y de la sociedad. Constituye la actividad principal de las funciones externas de la institución museal” (2006:1).
Soler Marchán, precisa que son las exposiciones los recursos que poseen los museos para lograr establecer el vínculo con el público, además de puntualizar que los objetos museales que las integran, deben ser originales, que representen el patrimonio cultural y natural. Enfatiza en que constituye una de las funciones más importantes de los museos, en la medida en que éstos obran como el lugar por excelencia, de la aprehensión sensible por la exposición a la vista de elementos concretos que permiten presentarse por sí mismos, con el fin de evocar conceptos o construcciones mentales. 
Sin embargo, este autor no concibe que, en la exposición, además, sea posible representar la evolución de la sociedad y de la naturaleza, a través de reproducciones o sustitutos de los objetos originales, siempre que sean debidamente justificados en el Guión Museológico.
En cuanto al contenido de la exposición de los museos en general, en el Código de Deontología del Consejo Internacional de Museos (ICOM) se explica que “Los museos deben velar porque la información ofrecida en las exposiciones no solo sea fundada y exacta, sino que además tenga en cuenta adecuadamente las creencias y grupos representados”. (2006: 8).
El concepto carece de la visión particular de las exposiciones cuando solo se refiere a la información que estas ofrecen a un determinado grupo social y no incluye a toda comunidad donde está enclavado.
El ICOM y el Comité Internacional para la Museología, (ICOFOM), publicaron los Conceptos Fundamentales de la Museología, con la colaboración de especialistas y museólogos de países de habla francesa en Europa. En el mismo la exposición se aborda como: “(…)la función más general de comunicación del museo, que comprende igualmente las políticas de educación y de publicación”. “(…) comprende tanto los objetos de museo o `cosas verdaderas´, como los substitutos (calcos, copias, fotos, etc.); el material expográfico accesorio (elementos de presentación, vitrinas o paneles de separación del espacio) y los elementos de información (textos, filmes o multimedia) así como la señalización utilitaria”. (2009).
La idea destaca las funciones educativas e ideológicas de la exposición, en la transmisión de mensajes culturales, estas reflexiones son más precisas al contemplar dentro de las exposiciones objetos museales originales y sustitutos, así como los elementos museográficos. Desatacan otros conectores como los textos en su función didáctica y los pies de exponentes o rótulos que identifican a los objetos. Se concuerda con las ideas de los autores anteriores, en tanto explican que las exposiciones constituyen una función imprescindible de los museos, donde se muestran los objetos que integran el patrimonio cultural.
Por lo que las autoras asumen que la exposición permanente se muestra por un largo tiempo, de ahí que constituyan el eje de las exposiciones de los museos. En ellas se presentan y/o representan las evidencias materiales e inmateriales del patrimonio cultural. En su concepción confluyen armónicamente:

  • Los objetos museales (o sustitutos de estos)
  • Los elementos de apoyo (reproducciones, fotografía, mapas, croquis entre otros)
  • Los elementos didácticos (textos)
  • Los elementos de montaje (paneles, vitrinas, módulos)
  • Coherente Discurso Museológico de la Exposición

Los objetos museales constituyen la esencia del proceso expositivo, pues a partir de ellos se encaminan los objetivos didácticos que se plantean en el Guión Museológico. La exposición no solo trasmite conocimientos, sino que lo demuestra a través de la utilización de los objetos museales o sustitutos de estos, organizados en la tesis, como emisor especializado de los códigos y símbolos que en ella se representan y que intervienen en los procesos cognitivos del público. 
El lenguaje didáctico de la exposición trasmite mensajes educativos, ideológicos y culturales por la presencia de objetos relacionados con la historia, las ciencias, la naturaleza y la cultura en general e interviene en el desarrollo cultural de los pueblos.
La exposición permanente constituye una forma de representación social, donde los ejecutores del proyecto expositivo elaboran el discurso museológico a partir de la información que poseen sobre los objetos museales y los significados de estas en el contexto histórico–social, que en el museo adquieren otra connotación en dependencia de las ciencias o temáticas que representen; el público la percibe a través de la comunicación museal.
La exposición permanente de los museos establece la relación objetos museales–público que posibilita a los visitantes interpretar la trama de significados que se representan y que enriquezcan sus conocimientos, teniendo en cuenta que los fenómenos existen y se desarrollan en constante cambio y trasformación, en dependencia de las condiciones reales existentes. Esta apropiación teórica de la dialéctica materialista fue de vital importancia para comprobar la evolución de la exposición permanente en el Museo Provincial y su integralidad con relación al desarrollo cultural de la localidad.
A partir de las ideas analizadas, las autoras precisan que el rol educativo, estético y de comunicación de los objetos museales extraídos de los procesos culturales y de la evolución de la naturaleza que se muestran en la exposición permanente, desempeñan una función importante en los procesos de cambio y transformación que sugieren desarrollo cultural.

1.2. Desarrollo cultural
El desarrollo cultural es un proceso complejo y abarcador en función de los intereses y aspiraciones materiales y espirituales de las naciones, los pueblos, localidades y grupos humanos. Debe atender a las condiciones existentes en cada lugar de manera que se traduzca en beneficio para la sociedad.
El término desarrollo está asociado al crecimiento, evolución, transformaciones, que indican bienestar y mejor calidad de vida. Sin embargo, si en su concepción no comprende la cultura, entonces se estará gestando una porción de aquel, que puede ser desarrollo económico, desarrollo humano, que no significaría la integración de la cultura y de la vida de un pueblo en el proceso de desarrollo global y en consecuencia a la revalorización cultural de los procesos de crecimiento económico y las transformaciones tecnológicas.
El desarrollo cultural está vinculado a los conceptos de evolución, transformación, cambio y crecimiento, los cuales lo transforman en una definición histórica planteada desde diferentes posiciones que provocan que no exista una acepción única. En el estudio de los procesos económicos, el desarrollo se asume como criterio rector en el incremento de la producción y la productividad, en las distintas formaciones socio – económicas del devenir histórico.
Para los estudios relacionados con las Ciencias Sociales, el desarrollo representa modos de comportamiento, estilos de vida, sistemas de valores morales y formas de organización social. En los años 70 del pasado siglo XX, la UNESCO  comenzó a considerar la dimensión cultural del desarrollo como un elemento indispensable y primordial en cualquier proyecto de desarrollo y en la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales, celebrada en México en 1982, surgió con fuerza la idea de que la cultura debe ser parte armónica, elemento imprescindible y a la vez esencia fundamental, en una concepción adecuada de desarrollo, aquel que coloque el bienestar material y espiritual del ser humano, como el centro de sus objetivos.
Como proceso activo e incitador de transformaciones, el investigador Carlos Arteaga Basulto, apunta que “(...) consiste en acelerar y estimular el cambio integral, dirigido hacia el progreso de acuerdo con las necesidades sentidas por la población, con la participación de las mismas”. (2001:32).
Es importante el análisis del desarrollo cultural que incorpore la participación de la población, en tanto estas, junto al gobierno, el Estado y las instituciones estatales y sociales, hacen posible el cumplimiento de proyectos, estrategias y programas de desarrollo cultural que determinen los cambios y progresos para la sociedad, comunidad o grupo humano. 
Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana, sostiene que el desarrollo cultural solo es posible concebirlo a partir del crecimiento cultural, e incorpora en el mismo elemento identitarios como las tradiciones, las diversas formas de actuar en un contexto determinado, además de destacar a la familia como la génesis de la comunidad, y puntualiza que “(…) todo desarrollo que se produzca ajeno a estos fundamentos generará decadencia”. (2002). 
La idea de que en los procesos de desarrollo cultural confluyen factores externos e internos, lo aborda la Doctora Alicia Martínez Tena, en los Apuntes de la Maestría de Estudios Culturales Comunitarios, donde asevera que “(…) se privilegia el desarrollo desde las comunidades, esas reflejan las dinámicas globales”. (2003:27).
Destaca el protagonismo de los comunitarios en la búsqueda y gestión de su desarrollo cultural, pues es en ellas donde están presentes las relaciones e interrelaciones sociales, medioambientales, familiares, con las organizaciones y organismos estatales, en fin, las comunidades son las gestoras de los procesos culturales que determinan el desarrollo cultural.
Las reflexiones del Máster en Desarrollo Cultural, Guillermo Hernández Rodríguez, en torno al desarrollo cultural, apuntan al carácter consciente, planificado y preponderante de este, considera: “(…) desarrollo cultural no es una acción aislada que realiza alguna individualidad o que surge espontáneamente, (…). Al contrario, desarrollo cultural reviste características de proceso, en el cual deben actuar un grupo de factores implicados, llámese Estado, gobierno, (…) que tengan prestigio e influencia en las decisiones. La participación es un eje transversal de cualquier modelo de desarrollo cultural, en tanto la población debe sentir como suyo el proyecto, para que lo pueda hacer realidad de manera efectiva.  Promover la creatividad y la defensa de la identidad y diversidad culturales son también propósitos concretos de los proyectos de desarrollo cultural, los cuales no deben perder la perspectiva de ubicación en su contexto sociocultural y económico. (2004). 
Señala aspectos ineludibles para alcanzar el desarrollo cultural, como la gestión de factores decisivos: Estado, gobierno u otros implicados en el asunto; la participación consciente de la población en los proyectos de desarrollo para que estos puedan darle respuestas a sus necesidades. El concepto preconiza el papel del desarrollo cultural en la preservación de la identidad como esencia de la conservación de la memoria histórica y del patrimonio cultural de las naciones, localidades o grupos humanos.
La cultura como factor que modifica el desarrollo cultural, fue analizada por el Doctor Alberto Velázquez en la conferencia “El desarrollo cultural: la experiencia cubana”, en la que reflexiona a través de la práctica en el entorno cultural, y señala: “El desarrollo cultural no es funcional, solo lo puede ser a través de una cultura general integral de unidad y solidaridad, de respeto a la diversidad, del decoro y dignidad plena de los seres humanos. (2007).
En este concepto, sitúa el desarrollo cultural en otros niveles de relaciones, entre Estados, gobiernos y pueblos, que signifiquen el reconocimiento y respeto a los otros, a su soberanía, independencia, también está implícito en los principios de solidaridad y se convierte en un importante factor para la unidad de las naciones.
Desde esa perspectiva, la UNESCO plantea que en el desarrollo cultural son los pueblos los que fomentan y construyen su futuro y lo valora como: “Proceso dialéctico cuya resultante permitirá la aparición de lo nuevo y la evolución progresiva de lo existente. El proceso de desarrollo se sustenta en el papel de la cultura, solo esta posee la capacidad de abarcar las diversas expresiones productivas y espirituales de la sociedad, de expresar los elementos esenciales que identifiquen a los pueblos”. (1994)
En esta idea, el desarrollo se expresa como un fenómeno socio – cultural con la necesaria participación de la cultura, que le confiere el carácter dialéctico e identitario y de la producción de expresiones materiales y espirituales como factores esenciales para el progreso social.
La relación cultura-desarrollo para comprender las realidades, valores y aspiraciones de la humanidad están referidas en la valoración que realiza el investigador cubano Alain Basail quien al respecto plantea: “Los conceptos cultura y desarrollo, constituyen ideas-fuerzas directrices de los tiempos modernos (…). La ideología del Desarrollo presupones, más que un repertorio de teorías económicas o de soluciones técnicas, una determinada concepción de la historia de la humanidad y de las relaciones entre el hombre y la naturaleza (…)”. (2004:25).
En este contexto el desarrollo cultural expresa su presencia en el desarrollo histórico de la humanidad, de ahí que sea palpable en las trasformaciones sociales, económicas, políticas y culturales de las naciones, localidades y grupos humanos, y que se derive de un sistema de relaciones e interrelaciones del hombre con la naturaleza.
En Cuba, la política cultural que establece el Estado es un indicador fundamental para el desarrollo cultural, pues sus objetivos esenciales están encaminados a propiciar el desarrollo de una cultura general e integral, el rescate y preservación del patrimonio cultural cubano en defensa de los valores esenciales de la identidad nacional concebidos a través de la participación de la población en la vida cultural. Estas son premisas necesarias en la consecución del desarrollo cultural. 
Abel Prieto Jiménez, quien fue Ministro de Cultura de Cuba explica la importancia de la correcta aplicación de la política cultural, en cuanto a la adopción de vías que conduzcan a un desarrollo cultural factible para la población, coherente con las características culturales propias a de cada lugar y expresa: “(…) desarrollo de la cultura se manifiesta cuando el hombre por un lado crea un mundo variado, crea las bases materiales y espirituales de su existencia. Ello en primer lugar requiere de promover variaciones en el contenido y enfoque de las políticas culturales, lo que no debe significar la mera adopción directa del mundo de los conocimientos, modos de vida o experiencia de una región; es necesario tomar en cuenta que el desarrollo local, nacional y regional esté en relación con sus valores y con su cultura propia”. (2009).
En la reflexión, Prieto Jiménez señala al Estado, gobierno, organismos y a las organizaciones en general, como los mecanismos que, junto a la población, implementan la política cultural en pos de lograr el desarrollo cultural, desde el conocimiento de las particularidades de cada localidad, nación o región.
En Cuba, el desarrollo cultural está signado por la necesidad de mantener la soberanía del pueblo cubano, expresada en el crecimiento espiritual del hombre, la conservación de la identidad y el patrimonio cultural, como rasgos esenciales de la cultura.
Se asume entonces que el desarrollo cultural está condicionado por la cultura, en tanto en su centro protagoniza al hombre y todo su entramado de relaciones con la sociedad donde crea, convive, adquiere valores morales y participa en la satisfacción de sus necesidades. Es el proceso de cambios, transformaciones y progresos, a partir de los valores autóctonos de cada sitio, donde participan los grupos sociales en interrelación con el Estado, que implementa la política cultural y los programas de desarrollo, encaminados a la satisfacción material y espiritual de la población.
Se presenta entonces el desarrollo cultural a través del conocimiento de los atributos culturales de las localidades, regiones o grupos humanos, que participarán en la implementación de programas, estrategias y otras acciones, que consoliden su cultura, conserven los rasgos identitarios y contribuyan a la protección del patrimonio cultural.
2. DEL COLECCIONISMO INCIPIENTE A LA EXPOSICIÓN PERMANENTE DEL MUSEO PROVINCIAL EN LAS TUNAS
Las Tunas ha tenido modificación en su denominación. Tuvo sus orígenes en el Hato de Las Tunas en el territorio del cacicazgo aborigen de Cueybá. En 1729 era conocido como San Jerónimo de Las Tunas. El 16 de agosto de 1869 se produce el asalto a esta ciudad por fuerzas insurrectas al mando del mayor general Manuel de Quesada, quien inesperadamente da la orden de retirada; los españoles se adjudican la victoria de inmediato y a partir de entonces la localidad fue nombrada Victoria de Las Tunas. Con la nueva división política administrativa en 1976 retomó el nombre de Las Tunas.
En Victoria de Las Tunas, entre los años 1950-1959, las logias masónicas de la ciudad, comenzaron a rescatar y mostrar en sus sedes pertenencias, fotos y documentos para homenajear a los veteranos de las guerras independentistas. A partir de enero de 1959, se organizaron las Comisiones de Historia en cada región del país, que desplegaron una amplia labor en el rescate de la historia y la identidad del pueblo cubano.
Constituyeron estos los antecedentes del coleccionismo y de las exposiciones históricas en la ciudad, que promovieron el interés de crear un museo para atesorar y exponer los objetos relacionados con la historia, sus gestores, dando la posibilidad de rescatar la identidad del pueblo tunero. El montaje de exposiciones relacionadas con efemérides, personalidades históricas en las décadas de 1960–1980, fue fructífera para la difusión de la Historia, la exaltación de los valores patrios, y para el inicio de las investigaciones relacionadas con la localidad.
En este período, el Frente de Divulgación del M-26-7 organizó una “galería de los mártires”, con fotos e información de las principales acciones en las que habían participado los revolucionarios caídos en las mismas, que propiciaron el acopio de testimonios de los combatientes. Con todo esto se va formando una especie de archivo, más o menos en 1961 e inicios de 1962; también surge la necesidad de dar conversatorios, iniciar investigaciones, fue algo espontáneo desarrollado en cada municipio.
A esa labor, se unieron las acciones de promoción y divulgación de la Historia y la cultura  realizada por barberos, zapateros, peluqueros y otros trabajadores, quienes junto al Partido, organizaron charlas, conversatorios, conferencias y exposiciones en distintos barrios periféricos de la ciudad, resaltaban la participación del pueblo tunero en los procesos de la lucha revolucionaria y estimularon en la población el interés por entregar reliquias familiares que en la mayoría de los casos estaban relacionadas con acontecimientos locales.
De este modo, se rescataron documentos importantes como Libros de la Depositaria Municipal desde 1885–1889 y Actas del Ayuntamiento de Victoria de las Tunas de 1910–1918. Para hacer control de los bienes, las comisiones establecieron un Recibo de Donación, en el que se anotaba la información primaria de los mismos.
A partir de esas acciones, la población entregó bienes de considerable valor histórico local; entre los más significativos se mencionan armas, periódicos, documentos, planos de acciones militares y placa de identificación del Puente Wood. Se trabajó bastante para lograr el rescate de bienes culturales y de la identidad del pueblo del `Cucalambe´ y Vicente García.
Como resultado del rescate de algunos bienes, en el año 1976, el Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), organizó una exposición de Numismática: “(…) no podemos pensar en exposiciones con un montaje adecuado y que cumplieran con rigor las normas científicas que deben permitir la mejor transmisión del mensaje al público, sin embargo, estimularon las donaciones en la población, de la mayoría de los objetos que hoy integran las colecciones de varios museos de la ciudad. MSc. Miriam Reyes Pérez, (entrevista 10/12/2009).
A esa tarea se sumó también la Asociación Hijos y Nietos de Veteranos, quienes reunieron en su sede cuadros con fotos y otras pertenencias de patriotas nacionales y locales que participaron en las gestas libertadoras. Las acciones referidas constituyeron premisas del coleccionismo local, aunque al respecto Víctor Marrero Zaldívar, historiador de la ciudad considera:“(…) no existieron las condiciones económicas que facilitaran a las clases medias acumular riquezas y bienes, como en otras regiones del país (…), sin embargo los antecedentes del coleccionismo en Las Tunas los tenemos en Raúl Addine Simón, que se dedicó a coleccionar documentos relacionados con la Historia local, también Luis Galano Torres, Pedro Verdecie y Alberto Álvarez, después del triunfo de 1959. Mario Góngora se dedicó al coleccionismo de la arqueología, junto a Enrique José Villegas (…). También existía en manos de la población una cantidad de objetos y documentos pertenecientes a familiares que eran los protagonistas de la Historia y ellos sentían la necesidad que en alguna ocasión eso pasara a ser patrimonio del pueblo en un museo (...). (entrevista 11/5/2010).
Las autoras consideran que en esta localidad durante la neocolonia y hasta 1980, no existió un coleccionismo consolidado, solo acciones aisladas de personas vinculadas de algún modo con lacultural local. Ello fue evidente también, al no constar en la localidad, el interés privado o estatal, por fundar un museo.
El 7 de diciembre de 1980, se inauguró el museo en el antiguo Centro de Veteranos, radicado en la calle Menocal #33 entre Francisco Vega y Julián Santana a varias manzanas del Centro Histórico de la ciudad.  El local contaba con una sala donde se agruparon alrededor de 150 objetos museales, relacionados con la historia local y la numismática.
De acuerdo a las reflexiones de la MSc Miriam Reyes Pérez, el primer museo de Victoria de las Tunas fue importante para la cultura local, no solo por las colecciones que mostraba, sino además porque:(…) se lograron resultados satisfactorios, no obstante, atentó contra su difusión el lugar alejado del centro de la ciudad y en el lenguaje museográfico una atrevida presentación de exponentes sin todo el rigor científico, que permitiera una apreciación más convincente por los visitantes de las piezas museales expuestas y su importancia histórico- cultural (…) sin embargo, promovió en la población, la donación de muchas piezas de la Historia Local, que hoy están en las colecciones del Museo Provincial (…), a pesar de la lejanía, fue visitado por muchos estudiantes, familiares de veteranos de las guerras y de mártires de la Revolución y combatientes de la lucha insurreccional (…). (entrevista, 10/12/2009).
Ricardo Avalo Avilés, especialista del Registro de Bienes Culturales refirió: “A pesar de las dificultades citadas, la institución constituyó el germen para el desarrollo de la Museología en Las Tunas a través del rescate de objetos que demostraron fuertes sentimientos patrios y sentido de identidad. Con el museo, se motivó a la población a cuidar el patrimonio familiar que conservaban.” (entrevista 26/11/2009).
A partir de la creación del Museo Municipal, se incrementó la entrada de objetos para los fondos museales, a través de la donación de personas naturales, esta búsqueda motivó a la población e incentivó los sentimientos patrióticos y de identidad del pueblo tunero, además, el trabajo de rescate de bienes culturales y el montaje del museo contribuyeron a la asimilación por parte de los pobladores del reconocimiento cultural de los objetos históricos conservados hasta entonces, que luego originaron las primeras colecciones del Museo Provincial. 
A juicio de las autoras, hasta la apertura del primer museo en este territorio, existió desconocimiento sobre el coleccionismo y la Museología en la ciudad, lo que generó enfoques inexactos en la recopilación de objetos y en el proyecto de la institución, no obstante, desplegó una importante labor en el rescate de la Historia Local, con la conservación y exposición de los bienes culturales donados por la población que constituyeron los gérmenes de la museología en la localidad.
En el análisis integral del período, la MSc Miriam Reyes Pérez aportó los elementos que caracterizaron el trabajo museológico en la ciudad.

  • No existió un fuerte coleccionismo privado en la localidad, solo bienes documentales recopilados por algunas personas y reliquias familiares que se conservaban en manos de sus propietarios.
  • El rescate de los bienes culturales se realizó de manera anárquica y empírica, de acuerdo al limitado conocimiento sobre el asunto, por parte de las personas responsabilizadas con la tarea.
  • La inexistencia de instituciones u organizaciones que dieran orientaciones precisas sobre los de inventarios de bienes culturales, provocó la pérdida de información científica de varios objetos rescatados.
  • Las precarias medidas de conservación de lo bienes culturales que poseía la población, determinaron el deterioro físico de numerosos objetos.
  • El trabajo de rescate de piezas se realizó sin criterio científico de colección, en especial el trabajo arqueológico de campo.
  • La selección de los objetos para la exposición en el Museo Municipal, careció de un Guión Museológico variado, de ahí que la mayoría de los exponentes estuvieran relacionados con la historia.
  • La exposición permanente del primer museo, adolecía de un adecuado diseño museográfico como resultado del desconocimiento y la inexperiencia del personal que en él laboró. (entrevista, 10/12/2009).

Esta situación quedó sin efecto al aplicarse la Ley # 23 de Museos Municipales, que instituía: “En las capitales de provincia el museo municipal que se cree tendrá, además, carácter provincial”. El 1ro de julio de 1984, en el 155 aniversario del natalicio de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, “El Cucalambé”, se inauguró el Museo Provincial nombrado “Mayor General Vicente García”, como homenaje al prócer de la Guerra de los Diez años en la localidad.
2.1 Etapas para el estudio de las características de los montajes de la exposición permanente en el Museo Provincial “Mayor General Vicente García” y su contribución al desarrollo cultural de la localidad
En el inmueble seleccionado para el montaje del Museo Provincial, radicaba el antiguo Palacio Municipal o Ayuntamiento, que a partir de 1959 tuvo múltiples funciones administrativas y sociales. En el trabajo “La Construcción de un inmueble: Historia y Arquitectura en función de la comunidad”, de Yoanna Bas Rojas, el edificio se describe como: “El inmueble, ubicado en el Centro Histórico de la ciudad, es el más majestuoso del Centro Histórico Urbano, en su arquitectura posee un estilo ecléctico con influencia del Neoclásico. Data del año 1921 y está conformado por dos niveles de altos puntales. En el primero posee un pasillo flanqueado por dos salas en el lateral derecho y tres a la izquierda; en el segundo tiene dos amplias salas y un pequeño vestíbulo” (2005; 11).
La elección del antiguo Ayuntamiento estuvo determinada por la amplitud de los niveles y el estudio de sus espacios con capacidad para la exposición permanente, la transitoria, la muestra del mes y demás equipamiento necesario para el museo. Además, por estar situado en el centro de la ciudad, accesible a las escuelas, centros de trabajos y otras instituciones.
Para el montaje, fue necesaria su reconstrucción en correspondencia con la museografía, propuesta por especialistas de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural. A la derecha del pasillo central, en la primera sala, se montó la exposición de Artes Decorativas seguida de Ciencias Naturales. A continuación, el recorrido museal contemplaba las exposiciones referidas a la cultura material campesina y la de Arqueología.
Es preciso señalar que, junto a la exposición permanente en el primer nivel del inmueble, se previó el montaje de una sala que facilitara la atención a las exposiciones transitorias, como vehículo para exponer al público los fondos museales atesorados en los almacenes de la institución y bienes culturales que por concepto de préstamo entraban al museo y respondían a los intereses de la población y del Discurso Museológico.
Por otra parte, se concibió la exposición de Numismática, con la utilización del pasillo central y el espacio que este proporcionaba. En las dos salas del segundo nivel se ubicó la exposición permanente de Historia teniendo en cuenta el número considerable de objetos museales en cada etapa proyectada. La misma iniciaba con el período colonial del siglo XVIII en la localidad. El montaje incluía las temáticas referidas a las luchas por la independencia de 1868 y 1895, la penetración norteamericana, los movimientos obreros y sociales de la Neocolonia, surgimiento del M-26-7, el Ejército Rebelde y concluía con los logros alcanzados en la localidad después del Triunfo de la Revolución.
Desde 1983, había comenzado el rescate de bienes culturales para la exposición permanente de cada sala, al respecto Ramón Batista, quien se desempeñó como director de la institución en la primera etapa, al referirse al surgimiento del museo expresó:“Esta labor fue muy importante por cuanto le siguió el trabajo directo del personal técnico en el rescate del patrimonio y las colecciones del museo, labor sumamente difícil pues se trataba de arrancar del seno familiar, del cuidado del abuelo, de la madre del mártir, hijo o nieto de un mambí, el exponente que guardó con cuidado durante años, para entregarlo y que después que se investigara, que fuera llevado a las vitrinas de un Museo y en ocasiones al almacén de sus fondos. (entrevista, 6/5/2010).
En efecto, esta tarea posibilitó incrementar los fondos museales de la institución, muchas personas se identificaron con el nuevo museo y se llegó a la donación de más de 1500 objetos de diversas naturalezas, en su mayoría relacionadas con la Historia Local. Se destacaron donaciones de las personas vinculadas a acontecimientos históricos de la localidad, evidente en lo referido por Ubelina Ricardo: “(…) Ismaela Martínez, la señora que yo cuidaba (…), fue muy amiga de Chibás y guardaba muchas cosas de él y la Ortodoxia, cartas, prendedores con fotos (…) y cuando fueron a verla lo dio todo para el museo (…)” (entrevista, 20/4/2010).
Por este concepto de entrada al museo, la institución adquirió la mayoría de los bienes que integraron los fondos museales, los que se incrementaron con las colecciones del Museo Municipal, las compras a personas naturales y las transferencias de organismos e instituciones estatales.
Para el estudio de las características de los montajes de la exposición permanente en la institución y su contribución al desarrollo cultural de la localidad las autoras establecen tres etapas:
Primera etapa desde 1984 hasta 1996 (montaje inicial)
Segunda etapa desde 1997 hasta 2006 (resultado de la reapertura)
Tercera etapa desde 2007 hasta la actualidad (remontajes parciales) 

Primera etapa desde 1984 hasta 1996 (montaje inicial).
Esta primera etapa puso en práctica el primer Guión Museológico – realizado con vistas a la apertura de la institución – que como herramienta de los especialistas para el montaje de la exposición permanente contemplaba a: los objetos museales, los textos y pies de exponentes y otros elementos de apoyo que materializarían la comunicación museal y la esencia de las funciones del museo.
Con el diseño y puesta en práctica del primer guión, surgieron dificultades derivadas de la inexperiencia en la labor técnica, que afectaron el rigor científico necesario en ese trabajo. No obstante, la exposición permanente de esa etapa fue sustancial para el fundamento de montajes posteriores. El criterio de la Doctora Marta Arjona al respecto, revela que en ese período el montaje de la exposición permanente en la Red Nacional de Museos, adoleció de diversidad museológica por la analogía de la museografía y de los discursos museológicos.
A juicio de las autoras el Museo Provincial no fue una excepción, pues hubo una incorrecta complementación entre museología y museografía, por el uso excesivo de elementos de montaje que en alguna medida debilitaba la percepción más eficaz de los objetos museales. De igual forma, en el proceso investigativo – de los objetos museales – posteriormente se determinó retirar de la exposición permanente, a aquellos que no cumplían con los requerimientos necesarios por el deterioro físico, la insuficiente información que poseían y la no adecuación a las temáticas representadas.
Por el carácter general de la institución, el montaje inaugural abarcó las colecciones de cultura material campesina, Arqueología, Numismática, Artes Decorativas,  Ciencias Naturales e Historia, “(…) los museos provinciales por su carácter general tenían que representar en sus exposiciones permanentes, el desarrollo de la historia, las ciencias y las artes, incluyendo algunas muestras de otros municipios y el museo de Las Tunas no estuvo exento de esta orientación y por este motivo, en el primer nivel se acentuó la diversidad de las temáticas que se mostraban”. Ricardo Avalo Avilés, especialista del Registro de Bienes Culturales. (entrevista 26/11/2009).
Con certeza, en la exposición permanente de los museos de la Red Nacional, se mostraron temáticas comunes, sin embargo, en la institución se concibió el montaje de una sala sobre la cultura material campesina debido al carácter eminentemente agrícola del territorio tunero, con el fin de representar mediante el patrimonio tangible, la vida cotidiana de las comunidades rurales en la provincia y reflejar a su vez la identidad del tunero.
También en el Discurso Museológico de la institución se proyectaron otras temáticas que fundamentaron el desarrollo histórico cultural de la localidad y muestras de las Ciencias Naturales. La variedad del contenido de la exposición, expresó la museóloga Maricela Vázquez Rodríguez, “(…) tuvo una incidencia positiva en la comunidad, que comenzó a sentir el museo como destino de necesaria visita y amplió el horizonte cultural de los tuneros, que pudieron identificarse en la Historia Local con el patrimonio familiar expuesto en la institución. (entrevista 6/8/2010).
Con certeza, en esta etapa se produjo la mayor afluencia del público al museo y la exposición permanente de Historia Local era la más frecuentada por maestros y estudiantes para constatar los hechos importantes ocurridos en la localidad que se mostraban con documentos, fotos, planos, armas y otros objetos museales y contribuían a la educación y formación cultural del público a través de la exposición, como basamento a los conocimientos adquiridos en clases. Con relación a la importancia de la exposición de Historia, Ricardo Avalo como especialista reflexionó:
“(…) la cronología de la exposición demostró el desarrollo histórico del territorio tunero, comenzando con la muestra de elementos relacionados con la esclavitud y otros del período colonial (…) se enaltecían los valores patrióticos del pueblo tunero en las luchas por la independencia nacional en todas las etapas históricas y se expusieron por primera vez objetos relacionados con las raíces culturales de los tuneros.  De ahí que se diera tratamiento a figuras relevantes de las Guerras Independentistas en la localidad, (…) con piezas importantes como la bayoneta tipo sable de Vicente García, cartera de Julián Santana, cartas y documentos de la guerra, armas, pertenencias de veteranos, etc. Otras piezas importantes (…) fueron el cabo de la pluma de `El Cucalambé´, los restos de la primera imprenta que se introdujo en la ciudad, además, fotocopias del primer libro, (Flores del alma) y del periódico `El Hórmigo´, publicado por primera vez en 1859. Otras publicaciones locales, fotos y otros exponentes, completaban la temática (…), igualmente se resaltaba la lucha clandestina y guerrillera, el triunfo del 59 y los logros alcanzados por la actual provincia, en todas las esferas de la sociedad (…). En general, la exposición de Historia constituyó un necesario reconocimiento del patrimonio cultural y de la identidad del pueblo tunero. (entrevista, 26/11/2009).
Las autoras otorgan especial significación a la bayoneta tipo sable, objeto museal que perteneció a Vicente García González. Por su tipología es un arma rara y única en las colecciones de los museos de la red provincial. A pesar de haber sido fabricada en el siglo XIX, posee buen estado de conservación. La pieza alcanzó su connotación por haber sido usada por el mayor general en las acciones más importantes de la Guerra del 68 en el territorio tunero y lo mantuvo durante el cumplimiento de otras funciones del Ejército Libertador y en la institución alcanzó un de alto valor museable.
Asimismo, se destaca la importancia que tiene para la localidad la exposición por primera vez, del cabo de la pluma de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, reconocido cultivador de la décima criolla y paradigma de ese género literario en Cuba en el siglo XIX, su pluma es un legado cultural del bardo, a la cultura cubana y al patrimonio local.
Por supuesto, en la exposición este objeto museal cimienta la identidad cultural de los tuneros y las jornadas que festejan el nacimiento de “El Cucalambé”, han devenido en espacios de identificación entre el público y la personalidad del poeta. Este evento de alcance local, nacional e internacional fue el espacio que favoreció la relación entre las Jornadas Cucalambeanas y el Museo Provincial.
A criterio de las autoras, otros objetos de la exposición permanente poseen relevancia singular por su valor histórico–cultural, como los restos de la primera imprenta y el escudo de la ciudad – piezas originales – que marcaron pautas en el desarrollo cultural tunero en los siglos XIX y XX. Particularmente, la imprenta marcó el inicio de los procesos literarios y de impresos en la localidad, con la tirada de las primeras publicaciones de la época: el periódico “El Hórmigo”, el libro “Flores del alma” y el folleto “Ordenanzas municipales al fiel pueblo de las Tunas”.
Por su parte, el escudo de la ciudad confeccionado por Cruz Medina de la Cueva y declarado oficial en 1939, es una representación simbólica de los valores patrióticos y culturales del pueblo de Victoria de las Tunas, a partir de un consecuente estudio de las leyes de la Heráldica, que se constatan en la simetría de los cuatro cuarteles en forma de pergamino enrollado y el equilibrio de los elementos que lo conforman.
Entre esos elementos se destacan la abeja, que en la parte superior izquierda significa la laboriosidad de los tuneros; la llave, la posición geográfica de la comarca, entre Camagüey y Oriente; la Ceiba, el árbol legendario del mambisado cubano; la abanderada indica la participación de la mujer tunera en las luchas emancipadoras y las ruinas del cuartel son alegóricas al asalto a ciudad en 1897. Orla la parte inferior del escudo la divisa con la frase “Quemada antes que esclava”, que demuestra la intransigencia de Vicente García y sus hombres en la Guerra del 68. Posee, además, símbolos alegóricos al trabajo, la fraternidad, la medicina, la agricultura y fertilidad de los suelos y la justicia, repujados en bronce.
Debido al escaso nivel de desarrollo socioeconómico que tuvo durante décadas la ciudad, no era muy factible para la población poder apreciar exponentes de la Artes Decorativas en sus diferentes naturalezas, además, los incendios producidos durante las guerras del 68 y 95, obstaculizaron la existencia de un legado tangible que pudiera ser conservado en un museo. Esos factores determinaron la necesaria compra de bienes ornamentales, para lograr la ambientación de las artes de la época colonial. Por primera vez, la exposición permanente de Artes Decorativas, propició el contacto directo con formas y esencias ajenas al visitante local, que reconoció en ella elementos importantes de la cultura cubana.
En la exposición confluían estilos pictóricos, mobiliario, adornos y lampistería de los últimos años del siglo XIX, de ahí que el Discurso Museológico diera tratamiento histórico al origen clasista privilegiado de sus propietarios, alejados del entorno tunero. Ramón Batista López, Director de la Casa Iberoamericana de la Décima precisó: “(...) los muebles de la sala de arte fueron comprados en Trinidad y los cuadros, jarrones, la alfombra y otras piezas decorativas de la exposición se compraron en la tienda La Acacia, en la capital del país (…)”. (entrevista 6/5/2010).
De la misma manera, la exposición de Ciencias Naturales no tuvo antecedentes en el Museo Municipal, por lo que fue de gran aceptación y motivó, fundamentalmente al público infantil y a los adolescentes. Con la muestra del patrimonio natural se daba respuesta a la necesaria educación sobre el medio ambiente y su cuidado, a la vez que se cumplían las orientaciones en cuanto a la diversidad de la naturaleza de las colecciones en la exposición permanente de los museos provinciales.
Según los criterios de la DrC Martha Arjona, el patrimonio natural: “(…) lo forman los paisajes que integran el territorio, con sus verdes costas, sus fértiles sabanas y las aguas que corren por nuestros ríos, así como las riquezas del subsuelo y el aire que cubre el territorio cubano. Debemos incluir en él, asimismo, las múltiples especies de animales, que, de acuerdo con el clima y la geografía de cada región, han creado –junto con la vegetación- los grandes sistemas de equilibrio de la naturaleza denominados sistemas ecológicos o ecosistemas, cuya protección permitirá que la vida continúe floreciendo”.
En consecuencia, en la exposición permanente de Ciencias Naturales se mostraron objetos relacionados con la fauna y la flora – algunos endémicos de Cuba, que, junto a las representaciones análogas en dibujos y textos, aportaban información general y especializada, al conocimiento del público sobre la evolución del hombre, las condiciones físico- geográficas y naturales de la localidad, así como muestras de rocas, suelos y minerales cubanos.
La exposición permanente de arqueología según Ricardo Avalo Avilés, “(…) fue un fundamento importante para los programas de Historia de Cuba de las enseñanzas Primaria y Secundaria Básica, pues las piezas eran evidencias de los grupos aborígenes que poblaron el territorio y la mayoría de ellas fueron encontradas y donadas al museo por Mario Góngora”. (entrevista 26/11/2009).
A juicio de las autoras, la exposición permanente de arqueología fue de las más visitadas por los estudiantes y maestros, pues en el montaje se concibió la muestra de instrumentos de trabajo y de uso en las labores del hogar y de manifestaciones religiosas, que junto a las gigantografías (dibujos a grandes escalas, que apoyaban el Discurso Museológico), distinguían los grupos aborígenes que habitaron la Isla de Cuba, de acuerdo al nivel de desarrollo alcanzado y en correspondencia con los modos de vida, para complementar la información de los programas de Historia de Cuba de todas las enseñanzas.
En cuanto a la exposición permanente de Numismática, estuvo ubicada en el pasillo del primer nivel que posibilitaba fácil acceso a los visitantes. “En la sala de numismática, se pudieron mostrar monedas y billetes de varios países del mundo por continentes y de Cuba (…), porque en los fondos de la sección existía un número considerable de piezas. La más significativa en la temática nacional, era la Orden Carlos Manuel de Céspedes, instituida en la neocolonia para resaltar a esta personalidad histórica. MSc. Miriam Reyes Pérez (entrevista 10/12/2009).
Con certeza, las colecciones de Numismática eran las más numerosas; la variedad de materiales, formas, valores, colores y significados de órdenes y condecoraciones, fueron un acicate para la visita del público, espontánea y dirigida. De esa primera etapa, Ramón Batista López – Director del museo hasta 1986 –, valoró la incidencia de la institución en la localidad: “El Museo Provincial fue y ha sido el sitio obligado de estudiantes, profesionales y estudiosos, que ha contactado con la historia y la cultura local. Las personas sentían la necesidad de visitar el museo, admirar de cerca el edificio que había sido del Palacio Municipal o Ayuntamiento, un edificio majestuoso, elegante, que, al estar en el Centro Histórico, era frecuentado por la comunidad y visitantes de otras regiones y países (…). En esa etapa el museo era un centro de gran animación, realizó muchísimas actividades de promoción, animación y divulgación, vinculadas a los fondos museales y las variadas temáticas que exponía.
Se trabajó mucho con los niños y jóvenes, por eso el museo siempre estaba lleno de público. Las actividades más sistemáticas eran las visitas dirigidas a las salas de exposición (…) que eran algo asombroso para los visitantes y a pesar de las estructuras de paneles y vitrinas, ese montaje de imprimía solemnidad a la institución. Todas las exposiciones eran instructivas y llamativas, pero creo que las que más impactaron en las gentes eran la de ciencias, numismática y arqueología. Esta última y la de historia (…) los maestros las utilizaban para apoyar los programas de estudio, también la de Artes Decorativas, a pesar de que la sala era pequeña, llamaba mucho la atención por las características de los exponentes. De manera general, el Museo Provincial fue una de las instituciones culturales que más influyó en la cultura de Las Tunas en la década del 80, por la labor de rescate, conservación, investigación y exposición del patrimonio que atesoraba y daba a conocer por los medios de comunicación, entre otras actividades importantes que realizaba. (entrevista, 6/5/2010).
En el análisis de la etapa, coincidimos con la opinión de Ridelio Fernández Bodaño, maestro del segundo ciclo de la escuela primaria “José de la Luz Caballero”, quien en la valoración de la importancia de la exposición permanente del museo, consideró que: “(…) las exposiciones de esta etapa fueron decisivas en la creación de una cultura sobre `lo museable´, o sea, sobre el arte de exponer para aprender, pues no existía en el período previo, una tradición de museos (…), la etapa referida abrió el camino, despertó el apetito por conocer más de nuestra Historia y de la cultura en general. El museo se convirtió en otra opción para recrearse de forma útil, (…) abrió un horizonte cultural nuevo al pueblo de Las Tunas. (entrevista, 6/5/2010).
Desde otra arista, en la valoración del alcance cultural que tuvo el primer montaje museológico, la especialista Maricela Vázquez Rodríguez refiere: “(…) la exposición permanente de nuestra institución es un referente cultural importante en la localidad, (…) en el primer período de montaje tuvo una significativa trascendencia por lo novedosa que son las colecciones, que la mayoría se expuso por primera vez en este museo, pero además, la comunidad participó de un hecho cultural en el que tuvo reconocido protagonismo como conservadora y gestora de un patrimonio anónimo que en la institución alcanzó su verdadero reconocimiento como bienes de la cultura y la identidad local”. (entrevista 6/8/2010). 
De acuerdo a la trascendencia del museo en la etapa que se refiere, no se puede obviar lo que representó para el desarrollo cultural de Las Tunas, si se tiene en cuenta que motivó el interés por el conocimiento y conservación de la Historia y cultura local, e inició el camino hacia la protección más consciente de los valores locales y permitió la participación de la población en el reconocimiento y auto-reconocimiento del patrimonio cultural que la identificaban.
Al referirse a la primera etapa, la MSc Miriam Reyes Pérez puntualizó: “Como novedad para los pobladores tuneros, la apertura del Museo Provincial en 1984 representó un reconocimiento a sus raíces, su historia, su cultura e identidad. De esta forma, el discurso de la exposición permanente provocó una fuerte motivación que condujo a sistemáticas visitas de la población con el interés de donar determinados bienes que podían enriquecer los fondos del museo. A pesar de las limitantes que para la etapa pudieran estar presentes, la exposición permanente proporcionó identidad, sentido y expresividad. Además, a partir de esta se diseñaron cursos infantiles y para adultos, que junto al Círculo de Interés de Museología proporcionaron un espectro cultural mayor en niños, adolescentes y jóvenes, lo cual redundó a favor del desarrollo cultural de la población. (entrevista, 10/12/2009).
Las autoras son del criterio, que la exposición permanente del Museo Provincial fue el resultado de la aplicación de la política cultural del país en interés del desarrollo humano, que posibilitó a los tuneros que por primera vez vieran representados en el museo su historia, por razón del patrimonio cultural que la institución mostraba y derivó a que la comunidad se sintiera valorizada individual y colectivamente.
Desde esa óptica, se cumple uno de los objetivos del museo con el primer montaje museológico: mostrar al público el universo local desconocido hasta entonces por los tuneros y en esa medida contribuir a elevar su nivel de conocimientos generales y particulares acerca de la Historia, las ciencias y la cultura en general, por ello la exposición permanente significó un aporte al desarrollo cultural de la localidad en esa etapa, en tanto:

  • Favoreció el incremento de objetos de la cultura local a los fondos museales de la institución.
  • Estimuló en la población el interés por la donación de objetos del patrimonio familiar, que en el museo alcanzaron un reconocimiento sociocultural como bien patrimonial.
  • Contribuyó a elevar la cultura general de la población con la muestra de objetos relacionados a ciencias particulares como la Numismática y la Arqueología y de la Historia, las Ciencias Naturales y las Artes Decorativas.
  •  La utilización de un lenguaje accesible al público en el Discurso Museológico, posibilitó la participación de la comunidad en la exposición permanente.
  •  Mostró colecciones novedosas relacionadas con la Historia, que constituyeron el fundamento de los programas de estudio del 2do ciclo en la Enseñanza Primaria y de 9no grado de la Secundaria Básica – fundamentalmente –  por el tratamiento a la Historia Local y a la cultura general.
  •  Contribuyó al rescate y conservación de valores patrimoniales locales y abrió una nueva etapa en la cultura de la población con un sentido del reconocimiento de su historia y su cultura.
  •  Posibilitó que el público accediera a nuevas informaciones histórico- culturales, carentes o de insuficiente tratamiento en el Museo Municipal de la ciudad.

Segunda etapa desde 1997 hasta 2006 (resultados de la reapertura).
En la valoración de las exposiciones permanentes que conformaron la Red de Museos en los primeros años de la década de los años 80 como resultado de la Ley #23, se requiere de un estudio de los documentos metodológicos que regían el trabajo en los museos en ese período. Por ello se consultó la “Instrucción Metodológica para la elaboración de los guiones de exposición en la Red Nacional de Museos”, de 1989 que puntualiza: “La exposición permanente de las instituciones inauguradas en el período 80-83, por haber sido organizadas con los inconvenientes lógicos de la inexperiencia y la presión de tiempo (la ley fijaba un período de 3 años a partir de su promulgación), requiere en la etapa actual una reactualización del contenido y de su presentación museográfica y una revisión profunda de los conceptos metodológicos16.
De esta manera, se proyectó el perfeccionamiento de los museos de la Red Nacional con reinstalaciones museográficas que fueran eliminando las dificultades presentes en los primeros momentos, para revitalizar la exposición permanente. Con ese fin, se establecieron orientaciones metodológicas precisas para la elaboración del Guión de Montaje, que materializaban los elementos teóricos esenciales para lograr una comunicación museal con el público más objetiva. Este factor representó un cambio necesario en la exposición del Museo Provincial en momentos en los que se fortalecía la actividad museológica en la localidad.
Las autoras consideran  que en Las Tunas, esta etapa revolucionó la museología en la localidad con la apertura del Memorial “Vicente García González” en 1987, la Plaza Martiana, 1995, el Memorial 26 de julio, inaugurado en 1996 y la Plaza de la Revolución, fundada en 1997, que fortalecieron la red de instituciones que asumió la conservación, investigación, exposición y difusión de valores histórico- culturales de la localidad, relacionados especialmente con la Guerra del 68, la labor patriótica de José Martí y la etapa de las luchas clandestina y guerrillera.
Con la apertura de los nuevos museos, se consolidó el sistema de instituciones museales que contribuyeron a fortalecer la cultura de Las Tunas, por el tratamiento a las tendencias e ideologías en los procesos revolucionarios, que sitúan a los participantes en el centro de los procesos histórico- sociales que representan. Con relación a ello, refiere la especialista Maricela Vázquez Rodríguez: “La creación de nuevos museos en la ciudad, permitió una especialización temática con relación a la Historia Local, esto significó que se reorganizara el Discurso Museológico para nuestra futura exposición permanente. De esa forma, se transfirieron algunos objetos museales a esas instituciones. En ese período se incorporan otras piezas a las secciones de nuestro museo”. (entrevista 6/8/2010).
De acuerdo a esas condiciones, en el Guión Museológico del museo, se restauran las temáticas de la exposición permanente y hubo que aligerar el montaje, del barroquismo museográfico que caracterizó la primera etapa. En cuanto al Discurso Museológico – el resultado de un estudio preliminar realizado para determinar las colecciones que se expondrían, demostró que el 70% de los encuestados estaba interesado en apreciar objetos relacionados con la arquitectura ecléctica de la ciudad –, se dispuso la inclusión de objetos nuevos sobre asuntos históricos y de la cultura en general de Las Tunas.
Con este fin, se seleccionaron elementos arquitectónicos y fotografías de inmuebles del Centro Histórico Urbano de Las Tunas, que integraron la exposición permanente “Visión de mi ciudad”. Con el uso de fotografías originales y objetos decorativos utilitarios de las principales edificaciones de esa área, en diferentes épocas histórico- sociales, la muestra representaba la evolución urbanística y las características fundamentales del eclecticismo local.
Se considera que las fotografías de la exposición eran las más llamativas al público, pues como objetos originales de las seis primeras décadas del siglo XX en Victoria de las Tunas, dejaban ver el desarrollo constructivo que se produjo en la ciudad en la época referida. Además, conservaban buen estado – en general –  y el color sepia propio de la técnica fotográfica de esos años.
En el análisis de la exposición, la especialista Maricela Vázquez Rodríguez reflexionó que “Por el conocimiento que tenían varias personas adultas, sobre los inmuebles que se mostraban, se pudo enriquecer la información primaria de fotografías y en algunos casos se pudo determinar con exactitud, datos importantes como períodos en que fueron construidas las edificaciones, en qué gobierno y las funciones que cumplieron en distintas épocas. (entrevista, 6/8/2010).
Con certeza, las fotografías del centro de la ciudad ilustraban esa zona de la localidad tunera y al público en general lo motivaban las transformaciones que todos los inmuebles habían tenido durante años. Entre ellas, las del Hotel Plaza eran las más significativas porque – junto al antiguo Ayuntamiento –, aquel se convirtió en uno de los edificios más vistosos de Victoria de las Tunas, por su amplitud y diseño. Los fragmentos de frisos, de platabandas, de cornisas, la copa ornamental del Parque Central, la ménsula, los apliques, los brazos de luces, los nombres de calle y números de casas que se exponían, eran objetos referenciales para comparar los estilos constructivos y el desarrollo socioeconómico de la ciudad en diferentes períodos históricos.
La ubicación de las salas en el primer nivel, se debió a prioridades temáticas establecidas y a la fusión de materias, de manera que quedaron distribuidas en ese nivel las exposiciones de Historia, “Visión de mi ciudad” (Arquitectura de la ciudad), Numismática y se concibió un espacio para las muestras transitorias, en la primera sala, la derecha del pasillo. En el segundo nivel, la disposición se realizó según la demanda espacial de las colecciones previstas. En este se reservaron las salas más amplias para las exposiciones de Artes Decorativas y Ciencias Naturales, en las que se mostró un número mayor de objetos museales y en esta última, se diseñaron nuevos elementos de montaje.
En cuanto a la aplicación de nuevas concepciones de la exposición permanente del museo, la profesora Odanilda Borrego, argumentó: “El museo es una referencia obligada para los profesores de Historia y los alumnos que reciben esa asignatura (…) por eso fue importante que el Museo Provincial, reordenara la exposición en aquellos años y que la sala de Historia comenzara con la Comunidad Primitiva para así darle el curso adecuado a esta ciencia (...)se apreciaban objetos de los aborígenes cubanos muy bien presentados y apoyados por grandes fotografías y siguió con la cronología de la propia Historia y la representación de la cultura y la identidad local. Fue importante que los muchachos pudieran apreciar una sala de Artes Decorativas más amplia que la primera y con más objetos (...) las fotos de la ciudad antigua y los otros elementos que estaban en el pasillo fueron muy importantes porque esa parte del pueblo es la que se conserva como patrimonio y los estudiantes desconocen la información sobre los edificios, los parques, qué eran antes de ahora (...) y se podían utilizar para la clase de la cultura (...). (entrevista 16/6/2010).
Corroboran las autoras, dada la riqueza de sus colecciones y la preferencia del público, el tratamiento museológico, respecto a los elementos de la exposición, estableció singularidades para las Ciencias Naturales y las Artes Decorativas, en cuanto a la coexistencia armónica de objetos característicos de diversos períodos históricos de la naturaleza y la sociedad.
Al referir la importancia de estas muestras, se destaca la esencia didáctica de la información para contribuir a la asimilación de valores y a incorporar en el público, conocimientos específicos:   
(…) la exposición de Ciencias Naturales, apoya los programas medioambientales emprendidos por el CITMA en la localidad, que están dirigidos al fomento de los conocimientos, la promoción y divulgación, sobre la protección del entorno natural de cada lugar (…), es por eso que los museos son instituciones que apoyan esta actividad porque en las exposiciones muestran elementos que están relacionados con esto (…), la exposición del  museo era bastante completa porque remitía a los orígenes de la vida en el planeta, a través de los dibujos y esquemas que se realizaron con información especializada del equipo medioambiental del CITMA, de profesores del Pedagógico y del arqueólogo de Puerto Padre.
Esas exposiciones son importantes para el desarrollo cultural de la localidad, porque demuestra el valor que tiene la conservación del entorno natural para la vida y la necesidad de que la población lo conozca, al respecto la bióloga Liuvis Tamayo Santamaría, expresó: “(…) para los niños son atractivas, pero también educativas porque trasmiten conocimientos sobre la naturaleza en general, con los animales y plantas que se exponen, que mayormente son endémicos de la región oriental, de Cuba y otros como las muestras de xilotecas y erpermotecas que son de la localidad, que están en peligro de extinción y los niños y el público en general deben aprender para cuidarlos y a amar la naturaleza. (entrevista 11/5/2010).
En efecto, la exposición de Ciencias Naturales incluyó objetos que representaban la fauna de las áreas protegidas de la provincia, obtenidos por la compra y transferencia del Museo Nacional de Historia Natural. Así se mostraron: flamenco, cocodrilo cubano, carey, tocororo, cotorra, dos carpinteros (verde y jabado) y mamíferos como las jutías conga y carabalí, el Majá de Santamaría y la iguana. Además de otras especies como peces marinos y de aguas dulces y aves costeras y terrestres. Existió en la exposición también un ejemplar de macabí, especie que vive en Cuba desde la época primitiva y que actualmente está en peligro de extinción.
En una de las vitrinas de la sala, se expusieron ejemplares de mamíferos, entre ellos: cráneos de varios géneros de murciélagos compuestos por especies endémicas de Cuba; de un equino y de un humano; de dos jutías, una conga y una carabalí, así como coprolitos de perro mudo, objetos que fueron el resultado de la donación de un arqueólogo y geólogo de la localidad de Puerto Padre.
En cuanto a las Artes Decorativas, en la exposición permanente del Museo Provincial, – ubicadas en el segundo nivel – establecían comparaciones entre épocas, clases sociales, estilos del mobiliario, de la lampistería y demás adornos. Por ello se expusieron – además de los objetos decorativos de la primera etapa –, un juego de sala de estilo Art- Déco, adquiridos en la ciudad en la década del 40 del siglo XX, junto a serigrafías, dos cuadros de las hermanas Batallán (artistas tuneras cuyas obras se sitúan entre los años 1940-1960), una lámpara de bronce y dos para el techo (con profusión de adornos de cristal), un piano, entre otras decoraciones.
La referida exposición según la MSc. Liudmila Quiala, “(…) era la de mayor atracción del museo porque exponía una muestra de piezas que sitúan al espectador en un acercamiento a cronología de las Artes Decorativas en Cuba. La exposición patentizaba dos épocas, finales del siglo XIX y los años 30 y 40 del XX, además en ella se podía establecer qué clases sociales tuvieron acceso a esos objetos y las diferencias estribaban básicamente en los estilos del mobiliario. Todos los objetos de la sala eran capaces de estimular el gusto estético de los visitantes, por los diversos materiales, formas, colores, dimensiones y el diseño de cada uno de ellos”. (entrevista 16/6/2010).
Ahora bien, en el año 1999, el Museo Provincial comenzó a aplicar “Lo transitorio en lo permanente”17, en la sala de Historia. La idea surgió en Cienfuegos como una alternativa de exposición ante las dificultades generadas por el Período Especial, en el que la carencia de recursos imposibilitaba el remontaje de los museos de aquella localidad.
Las autoras consideran necesario explicar en este análisis, que, en la exposición de la Historia Local, comenzaron a mostrarse objetos que ingresaron a los fondos de la institución después de la reapertura (1997), relacionados Eduardo Vidal Fontaines – el primer alcalde tunero –, fotos, un bastón de mando y la medalla de comandante de la Guerra del 95, que profundizó la información del período neocolonial. A la temática del internacionalismo se incorporaron fotos, diplomas y documentos de otros combatientes tuneros caídos en África, que admitió una mayor representación de los mártires locales en la exposición.
A criterio de las autoras en el período analizado, la contribución de la exposición permanente del museo al desarrollo cultural de la localidad, se manifestó en:

  • La exposición reveló el uso de varios lenguajes culturales en su acción comunicadora, que permitió la emisión- recepción de mensajes basados en códigos comunes entre la institución y el publicó; accesibles y reconocibles por los visitantes, porque el guión y el Discurso Museológico de la exposición fueron más objetivos.
  • La incorporación de los objetos de Arqueología a la Historia Local, posibilitó una lectura cronológica adecuada de los hechos y acontecimientos históricos, sociales y culturales del desarrollo tunero, que se mostró en colecciones museales más abarcadoras y enriquecidas con informaciones derivadas de procesos de investigación en etapas precedentes. La reubicación de esta sala en el primer nivel, facilitó las visitas de diferentes públicos.
  • De igual modo, causó gran impacto en el público infantil y en la población en general, el proyecto de montaje de la exposición permanentes de Ciencias Naturales, por la diversidad de especies de la fauna cubana y objetos de la flora, que enriquecieron la información sobre la evolución y desarrollo de la vida en el planeta y que incorporó mayor número de objetos a la exposición, los que junto a los elementos de montaje, perfeccionaron la misma e influyeron en el incremento de las visitas del público local y foráneo.
  • La exposición “Visión de mi ciudad”, fue ampliamente acogida por el público con mayor incidencia en los tuneros adultos. Los objetos expuestos posibilitaron el conocimiento sobre estilos constructivos, la comparación entre los cambios estructurales que tuvieron los principales inmuebles de la ciudad, así como los distintos usos de la mayoría de las edificaciones.
  • El reordenamiento de las salas y exposiciones facilitaron la muestra de nuevos objetos que se incrementaron en los fondos museales en etapas anteriores y fortalecieron la información sobre el desarrollo cultural de la localidad, por las diferentes temáticas que se trataban.
  • El aligeramiento de los elementos de montaje, favoreció la mejor observación de los objetos museales y la comunicación museal de la exposición permanente con los visitantes.   

Tercera etapa desde 2007 hasta la actualidad (remontajes parciales). 
Se precisa por las autoras, que en esa etapa dos temáticas relacionadas con las artes, renovaron la exposición permanente de la institución en el 2007, “Arte Contemporáneo de Las Tunas” (Artes Plásticas) y “Relojes en el tiempo” (Artes Decorativas). 
El primer tema fue habitual en el museo desde su etapa fundacional, pues la institución había sentado las bases para enriquecer su colección de arte, a partir de la creación artística de la década de 1980, período en que las artes plásticas devinieron en una de las manifestaciones más fuertes en la cultura tunera, cuando la práctica artística se replanteó nuevas orientaciones estéticas y sociales acorde con la realidad existente.
Por ello, en el año 1987, la sala transitoria del Museo Provincial acogió la primera edición del Salón de Invitados, auspiciado por la UNEAC, que reunió el quehacer de diez artistas de las artes visuales en el territorio en diferentes manifestaciones y estimuló la convocatoria anual al concurso provincial “Mi ciudad en la plástica”.
La realización del concurso posibilitó la entrada a los fondos de la institución de los tres primeros premios de cada edición que fue convocada. Sin embargo, durante el llamado Período Especial, el concurso dejó de realizarse por la carencia de materiales de los artistas y otros factores económicos del presupuesto de la institución.
El concurso aludido posibilitó formar una colección de Artes Plásticas en la institución, que, junto a otras piezas de actual manufactura, sustituyó la exposición “Visión de mi ciudad” –donde se exponían elementos arquitectónicos y fotos de la ciudad del período neocolonial –, debido al deterioro de las paredes del pasillo que provocó afectaciones a las fotografías. En su lugar se inauguró, el 18 de mayo de 2007, la exposición permanente de Arte Contemporáneo.
Se precisa que la exposición muestra obras de reconocidos artistas de la localidad (pinturas, linóleos, grabados y esculturas) y que aún cuando en la ciudad existen varias instituciones concebidas para exponer artes plásticas, es significativa su presencia en el museo pues: “(…) para los artistas es importante que sus obras se muestren en el Museo provincial de la localidad, por su prestigio cultural y el reconocimiento social que tiene, además, allí las obras perduran en el tiempo y el espacio, las gentes las dinamiza (…). La exposición muestra el crecimiento del arte pictórico y de la escultura en Las Tunas, (…) están montadas en un orden lógico que evidencia la evolución de la subjetividad creadora de los autores y el perfeccionamiento hacia nuevas tendencias, donde confluyen –en un orden preestablecido –, cuadros y esculturas de artistas de las primeras generaciones, sin reñir con las creaciones de los más jóvenes”. MS Bárbara Carmenate Hernández, (entrevista 1/8/2010).
Se considera, esta exposición es un reconocimiento a las artes plásticas como una de las primeras manifestaciones culturales en la ciudad desde la tercera década del siglo XX, pues a la misma se incorpora el escudo de la ciudad, obra de Cruz Medina de la Cueva de 1937, – que se expone en la sala tres de Historia – sin embargo, en el Discurso Museológico, es el nexo entre la primera etapa del arte pictórico y la plástica contemporánea tunera, exposición que se renueva con los nuevos talentos.
De acuerdo al criterio de las autoras, en el período analizado el museo se convierte en un eficaz instrumento de reflexión y crítica, porque el Discurso Museológico de la exposición permanente, presenta la Historia y la cultura en general desde un punto de vista más dialéctico, que enfatiza en el conocimiento de la realidad social del entorno local en todas las etapas. Ha logrado la reevaluación del papel educativo y social de la institución que se manifiesta como sujeto adaptado a las necesidades culturales de una población en activa transformación.
Es una exposición permanente con una nueva lectura, enfrascada en producir para los miembros de la comunidad un instrumento que les permita ampliar sus conocimientos con el acercamiento interdisciplinario, en el que la exposición no se dirige a un público indeterminado de visitantes anónimos, sino que despoja al museo de las aristas tradicionales, edificio – colección – público, para presentarse a través de la relación territorio – patrimonio material e inmaterial – comunidad en desarrollo.
En cuanto al fortalecimiento de la exposición en la etapa que se explica, la especialista del museo Maricela Vázquez Rodríguez es del criterio que “(…) el año 2007, marcó un momento importante para las exposiciones de la institución porque también se dinamizaron las artes decorativas, por el intercambio de objetos museales, con el museo de Colombia (…)” (entrevista, 6/8/2010).
Exacto, esta exposición en la etapa anterior la integran, además, un juego de sala de mediados del siglo XX y otros elementos decorativos análogos, que fueron intercambiados con el museo “Rogelio Rojas Tamayo” – del municipio Colombia –, por un juego de comedor de la misma época, que a su vez posibilitó que se incluyeran cubiertos y vajillas de los fondos museales de la institución, que fueron adquiridos en anteriores etapas.
Al analizar la importancia de esta temática y la contribución de esa exposición permanente al desarrollo cultural de Las Tunas, las autoras precisan que la misma sitúa al público en un recorrido cronológico ante la muestra de estilos diferentes de mobiliario y lampistería; de materiales como la cerámica y la porcelana y de técnicas en las pinturas y esculturas, determinados por las épocas a los que pertenecen y representan. La muestra se hace notoria como la más atractiva de la institución, con un alto grado de información artística y comunicación de gustos estéticos, que evidencian su evolución hasta la actualidad.
A partir del año 2007, se mostró – en una sala creada al efecto – la colección de relojes con la peculiaridad de que la mayoría funcionaba. Esa decisión se sustentó en el interés y motivación mostrados por los visitantes ante la apreciación de algunos objetos que se expusieron en la Muestra del Mes, pero de manera parcial y limitada por las características de esta; además, por la existencia de un considerable número de esos bienes conservados en los fondos museales y que se incrementaron por distintas fuentes de ingreso hasta la actualidad.
A juicio de las autoras, la exposición de relojes tiene aceptación entre los visitantes porque está formada por relojes de pared, de bolsillo, de mesa, un reloj abuelo, reloj para ciegos, entre otros y en cuanto a los materiales se muestra la diversidad en: madera, mármol, cristal y metal. Para mostrar cómo funciona el mecanismo, se determinó exponer un reloj sin la esfera y por el cristal de la tapa, el público puede observar con nitidez los movimientos ininterrumpidos de la maquinaria del objeto. Esta exposición se ha ido actualizando hasta la era de los relojes digitales.
En la actualidad el Museo Provincial, posee cinco salas de exposiciones permanentes de: Ciencias Naturales, relojes, Artes Plásticas e Historia –en el primer nivel – y Artes Decorativas en el segundo. Como resultado del deterioro de la cubierta en el segundo nivel, la sala de Ciencias Naturales fue desmontada, lo que motivó la necesidad de seleccionar una colección y remontarla en el espacio que ocupaba la exposición transitoria (primera sala a la derecha).
Derivado de ello, se muestra la colección de aves terrestres y acuáticas de Cuba del museo, complementada con afiches afines al medioambiente y un póster donde el público (mayormente niños), escribe cómo contribuye a proteger la naturaleza, que complementa el lenguaje didáctico del discurso de la exposición y conserva la propuesta inicial del montaje del patrimonio natural, como factor de educación ambiental para la población.
Según criterio de las autoras, esta exposición continúa siendo la más atractiva para el público infantil, por la variedad de aves que muestra, el buen estado de conservación que poseen y están montadas fuera de vitrinas, con la utilización de elementos naturales (pedazos de ramas, arena, hojarasca, tierra y piedras medianas y pequeñas), que sugieren los sitios en que habitan las diferentes especies y afiches alegóricos al cuidado y conservación del entorno natural.
Respecto a la exposición permanente del museo, se realizaron otras entrevistas, instrumentos que validan la contribución de las mismas al desarrollo cultural de la localidad. En ese sentido, Ricardo Avalo Avilés, especialista del Registro de Bienes Culturales, afirmó que:
“La exposición permanente es la médula de los museos (…) En el Museo Provincial, la exposición logra la comunicación museal con el público y cumple una importante función en la difusión de la cultura en general (…). A través de la misma son trasmitidas las huellas de un pasado y la memoria histórica que sirve de sustento a las actuales poblaciones (…) y de apropiado acicate para estimular en los visitantes la necesidad de conocer un entorno, un tema, un objeto, un período o un estilo artístico determinado, por los objetos museales donde la  mayoría son importantes originales como la bayoneta de Vicente García, la pluma del “Cucalambé, la imprenta, (…) pero además, han contribuido a que las personas se identifiquen con su patrimonio, ya que de esta ciudad provienen la mayor cantidad de piezas que se exponen en las salas. (entrevista, noviembre de 2009).
En efecto, la exposición permanente constituye la esencia del trabajo cultural de la institución, en ella se revelan la conservación e investigación de los objetos que se muestran. En las salas del museo se exponen bienes culturales auténticos que conforman el patrimonio local y que contribuyen a conservar la identidad cultural en el territorio.
Al referirse a la contribución de la exposición permanente del Museo Provincial al desarrollo cultural de la localidad, Ramón Batista López, apuntó: “Siempre se dice que atesorar, tesauro, como se decía en los conceptos griegos, no basta y el Museo Provincial ha sido fuente de riqueza espiritual de varias generaciones de tuneros; sólo basta expresar que un niño que pasó por el museo cuando estaba en la primaria, en la 2da mitad de la década del 80, hoy ya es un profesional que conoce, difunde y sabe valorar su propia historia y su propia identidad cultural. Para los conocedores de su papel en la historia local, diríamos que el Museo Provincial es el padre (…) es un caudal de conocimientos que mantiene hoy viva una tradición y una expresión latente de la cultura para las presentes y futuras generaciones, por su papel en la enseñanza y formación patriótica en las nuevas generaciones. La exposición permanente viene siendo el libro abierto y visualizado al alcance de todo el mundo. (entrevista, 6/5/2010).
Desde esa perspectiva, la exposición permanente ofrece información primaria sobre acontecimientos y hechos histórico – culturales, que fundamentan los   programas de Historia de Cuba de 6to y 9to grados. Maestros y profesores opinaron que en el museo es donde los estudiantes pueden constatar la veracidad del desarrollo de los hechos históricos que se explican en los programas de estudio. De acuerdo con esa idea, Ridelio Fernández Bodaño, maestro del segundo ciclo de la escuela primaria “José de la Luz y Caballero”, valoró la contribución de la exposición permanente del Museo Provincial de Las Tunas, para la enseñanza de la historia local:
“La exposición permanente ha contribuido notablemente a forjar una cultura de identidad en el pueblo tunero, porque ha permitido a este reencontrarse con sus raíces, al reflejar  muestras documentales y materiales; el pueblo ha podido comprender que la evolución de su terruño natal ha sido parte de la historia nacional, que los procesos y fenómenos presentes en los textos de la historia nacional, hallan su expresión en el  decursar histórico local, por ejemplo: el desarrollo de la esclavitud, el proceso de liberación de la colonia, o sea, la lucha por la independencia de Cuba, la penetración del capital norteamericano, el triunfo de la Revolución. La exposición de ciencias naturales ha favorecido la formación de una cultura ecológica y ambiental en el pueblo, sobre todo en lo concerniente a identificar ejemplares típicos de la flora y la fauna cubana, con el objetivo de fraguar una conciencia sobre la necesidad de preservar las riquezas naturales”. (entrevista, 6/5/2010).
Por la experiencia de sus visitas al museo, como profesora de Historia y bibliotecaria de la secundaria “Wenceslao Rivero”, Clarisbel Roselló, valoró la significación de la exposición permanente del museo para el desarrollo cultural de la localidad, cuando explica:
“Visitar las salas de exposición, es como viajar en una máquina del tiempo (…) los objetos están ahí, presentes, y para los alumnos recordar los sucesos, las acciones, un período, es muy ilustrativo ver las piezas que se relacionan con el contenido (…) las exposiciones de artes decorativas y la plástica, son importantes porque con ellas los profesores y alumnos aprendemos sobre los estilos, materiales, técnicas, en el caso de la de pinturas y esculturas. El incentivo al conocimiento es, a mi juicio, el mayor aporte de las exposiciones del museo, al desarrollo cultural de la localidad”. (entrevista, 20/4/2009).
Las autoras coinciden con las valoraciones anteriores y además consideran que el público más asiduo a la exposición permanente del museo son los niños de las enseñanzas primaria y secundaria, por su interés en conocer acerca de la Historia Local, con mayor énfasis en las temáticas de los aborígenes y las Guerras del 68, el 95, y el proceso revolucionario.  De igual manera los atrae la novedosa exposición de aves de las Ciencias Naturales.

CONCLUSIONES
Los museos, como instituciones culturales, se convierten en un medio de comunicación no verbal a partir del lenguaje que proporcionan objetos y fenómenos demostrables en el marco de la exposición permanente: testimonios de la Historia, la cultura, la naturaleza y otras ramas del saber humano, como símbolos del patrimonio, la identidad, el desarrollo cultural del hombre y la sociedad en general.
Como recurso de los museos, la exposición permanente es un emisor especializado de los códigos y símbolos que en ella se representan y que intervienen en los procesos cognitivos del público. Su lenguaje didáctico trasmite mensajes educativos, ideológicos y culturales por la presencia de objetos relacionados con la historia, las ciencias, la naturaleza y la cultura en general y que intervienen en el desarrollo cultural de las localidades.
El análisis establecido de las diferentes etapas del montaje de la exposición permanente del Museo Provincial, posibilitó el estudio sistemático de la contribución de la misma al desarrollo cultural de la localidad. Constituye un vestigio importante del legado cultural de generaciones precedentes y actuales, al patrimonio, la identidad y a la cultura, factores que contribuyen al auto reconocimiento y valorización individual y colectiva de la población.
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*Licenciada en Historia de Cuba. Master en Desarrollo Cultural Comunitario, Museóloga A en el Museo Provincial “Vicente García” en Las Tunas. Profesora adjunta en la carrera Marxismo- Historia de la Universidad de Las Tunas, con la categoría docente de profesora asistente. Ha participado como ponente en eventos a nivel provincial y nacional.
** Licenciada en Educación. Especialidad. Preescolar. Master en Educación Preescolar. Profesora de la Universidad de Las Tunas, Investiga asociada al proyecto “La atención educativa de calidad en niños, adolescentes y jóvenes”. Ha publicado artículos científicos en revistas indexadas: Revista electrónica Opuntia Brava, Revista IPLAC, Revista Cognosis, Revista Pertinencia Académica y en CD-ROM. Es miembro de la Asociación de Pedagogos de Cuba.
***Licenciada en Educación. Especialidad. Español. Desde su graduación ha trabajado en la formación de maestros y educadoras de círculos infantiles. Master en Educación. Profesora en la Universidad de Las Tunas, con la categoría docente de Profesora Auxiliar. Ha realizado diversas investigaciones relacionadas con la labor pedagógica tanto para la Educación Infantil, como para la Educación Superior desde los Proyectos de investigación que integra. Ha impartido cursos en el extranjero. Ha publicado artículos en revistas nacionales e indexadas, relacionados con el desarrollo del lenguaje y la formación vocacional y orientación profesional.

Recibido: 19/06/2019 Aceptado: 09/10/2019 Publicado: Octubre de 2019


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