Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


DE LAS “CIENCIAS DURAS” Y LAS “CIENCIAS BLANDAS”. APUNTES SOBRE LAS “DOS CULTURAS”

Autores e infomación del artículo

Jorge Luis Padron Acosta*

Dariel Alba Bermúdez**

Universidad de Cienfuegos, Cuba

Correo: jlpadron@ucf.edu.cu


Resumen:
Históricamente, la enseñanza de las ciencias se caracterizó por la separación de saberes y de disciplinas, dando peso a las ciencias técnicas y exactas en detrimento de las ciencias sociales y humanísticas. Tal problemática es conocida como las “Dos Culturas”. Todo el debate surgió a raíz de la Conferencia Rede, impartida en Cambridge por el investigador Charles Percy  Snow, donde quedó plasmado el abismo existente entre las ciencias exactas y naturales, y las ciencias humanas. El presente artículo propone un análisis de dicha dicotomía utilizando elementos concretos del proceso de las Dos Culturas, brindando la posible solución a través del criterio de  John Brockman sobre la creación de una “Tercera Cultura”, híbrido resultante de la fusión de materias y saberes. Además, es válido destacar el papel de la ciencia y la tecnología como un proceso social, fomentando la educación CTS y la aplicación de políticas científicas inclusivas para dar solución al problema en cuestión.
Palabras Claves: -“Dos Culturas”  -ciencias “duras” y ciencias “blandas” -educación científica -“Tercera cultura” -CTS.
Abstract:
Historically, the teaching of science was characterized by the separation of knowledge and disciplines, giving weight to technical and exact sciences to the detriment of social and humanistic sciences. Such a problem is known as the "Two Cultures". The whole debate arose as a result of the Rede Conference, given in Cambridge by the researcher Charles Percy Snow, where the abyss between the exact and natural sciences, and the human sciences was captured. The present article proposes an analysis of this dichotomy using concrete elements of the process of the Two Cultures, providing the possible solution through the criterion of John Brockman on the creation of a "Third Culture", hybrid resulting from the fusion of materials and knowledge. In addition, it is valid to highlight the role of science and technology as a social process, promoting STS education and the application of inclusive scientific policies to solve the problem in question.

Keywords:
-"Two Cultures"-"hard" sciences and "soft" sciences- scientific education -"Third culture" -CTS.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Jorge Luis Padron Acosta y Dariel Alba Bermúdez (2019): “De las “Ciencias duras” y las “Ciencias blandas”. Apuntes sobre las “Dos culturas””, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (octubre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/10/ciencias-duras-blandas.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1910ciencias-duras-blandas


Introducción:

La ciencia y la tecnología juegan un papel fundamental en la conformación de la sociedad misma. Es por ello, la necesidad de conocer a fondo, todas las implicaciones científico-tecnológicas en los procesos sociales que analicemos, sea cual sea su objetivo.
Teniendo en cuenta esa visión, no podemos ver a la ciencia simplemente como un conjunto de acumulación de saberes y conocimientos, como métodos y paradigmas, como un compendio de leyes del conocimiento, sino también como un proceso social que va unido al de tecnología, rompiendo con la base neutral y tradicional de la misma.
Esa visión es planteada también como:
“Una institución social, una serie de métodos producto de la tradición acumulativa del conocimiento, un factor determinante en la producción, una de las influencias más poderosas en las opiniones de la conformación del universo y el hombre. Es una subcultura sostenida por la actividad comunal de grupos practicantes ya sea por normas, valores, jerarquías, recompensas, estándares, controles, tradiciones y ordenes de autoridad” (Bernal, 1954:24) etc.
Unido a ello, existe el criterio de Jorge Núñez Jover de que “la Ciencia es una forma de la actividad humana, un proceso social de producción, asimilación, aplicación y comunicación de conocimientos” (Jover, 2007:14).
Ello demuestra que la ciencia presenta un contenido altamente social y debe ser pensada y hecha desde el contexto donde se realiza.
Para que lo anteriormente planteado se cumpla, y comprendamos a la ciencia como algo más allá que maquinarias y teorías, la ciencia debe ser entendida como la fusión de las ciencias humanas y las ciencias exactas y naturales. La cooperación entre ambas debe ir a la par olvidando rencores que puedan mellar sus objetivos.
Sobre las “Dos Culturas”.
En 1959, el investigador y literato Charles Percy Snow 1, promulgó en la Universidad de Cambridge una tesis referida a la separación de los conocimientos científicos y los conocimientos intelectuales o humanísticos. Ello quedó proyectado como el problema de “Las Dos Culturas”2 .
Según lo planteado por Snow, existe un abismo entre la enseñanza de las ciencias exactas y naturales y entre las ciencias humanísticas o sociales. Se dividen en grupos conocidos como los “intelectuales literatos” y “los científicos”.
Son “dos grupos polarmente antitéticos: los intelectuales literarios en un polo, y en el otro los científicos. Entre ambos polos, un abismo de incomprensión mutua; algunas veces (especialmente entre los jóvenes) hostilidad y desagrado, pero más que nada falta de entendimiento recíproco” (Snow, 1987: 14)
Concurren, además, criterios y prejuicios sobre los profesionales de una rama u otra. Han surgido imágenes estereotipadas sobre las ciencias y sus especialidades, yendo en detrimento del verdadero desarrollo científico.
La distancia entre humanidades y ciencias tiene su origen en la especialización y profesionalización de las ciencias en el siglo XIX. En esa etapa, se afianza la fe ciega en la ciencia y se le da una importancia superior al conocimiento práctico y a las investigaciones de la física, biología, matemáticas, química, botánica, etc. Más aún, al acontecer la Revolución Industrial. Ese hecho marcó el despegue de la carrera científica con fines económicos y de resolver los problemas tecnológicos del joven sistema capitalista.
Las “Dos Culturas” es una crítica  que no se dirige sólo a los que no alcanzan a entender la ciencia (en los “literatos” encuentra la mayor expresión)  sino también a los científicos que no logran ver el alcance práctico de su trabajo, disociándolo de las metas y valores sociales.  Se trata, como es conocido, de “la famosa torre de marfil en la cual toda una tradición de pensamiento occidental consideró que debería recluirse a la ciencia para evitarle conflictos con las sociedades donde se produce”. (Jover, 2009:12)
En parte, esa división de saberes se debe a la constante especialización de las materias. Es positivo en cierta forma, pues permite un mejor aprovechamiento del conocimiento y su utilidad práctica, pero a la vez, afianza la separación de culturas, provocando la polarización científica.
Tal problemática comenzó desde que impusimos patrones y estereotipos en las ciencias. En los estudios y sistemas de enseñanza se distinguen los criterios relacionados con que los estudios de las ciencias constituyen las elites del conocimiento, mientras que los estudios humanísticos, al carecer supuestamente de valor útil, están relegados a un segundo plano.
En la educación, se privilegió siempre a las ciencias técnicas y exactas. Es por ello que los trabajos de ciencias sociales tradicionalmente son menos remunerados de recompensas. Eso hace que los jóvenes que cursan estudios se decanten por el polo científico “puro” antes de quedarse estancado en el mundo de las ciencias de letras.
Se ha polarizado la enseñanza de las ciencias y la cultura dando lugar al ensanchamiento de las diferencias entre ambos polos del saber. La vida intelectual se divide en grupos externos y también esa división repercute en la vida práctica.
La división del trabajo científico aísla no solo a las ciencias técnicas y naturales de las sociales, sino también las diferentes ciencias que la conforman. Ello constituye una percepción cotidiana que se impuso en los sistemas de educación, y por tanto, en el argot popular.
El mutuo desconocimiento de una rama a la otra, propicia el choque de materias y la incomprensión. Los sistemas educacionales defectuosos donde se prioriza la enseñanza de las ciencias exactas y naturales fomentan y son la base del problema de las llamas “dos culturas”.
En otros aspectos, la enseñanza general, está dividida por estamentos. Existen facultades, departamentos, oficinas, divididas por materias y niveles de enseñanza. En el orden institucional vigente, se estudian carreras y posgrados por separados y también en universidades diferentes.
Aunque resulte beneficioso para las investigaciones y obtener mejores rendimientos en materias de ciencia, también va en detrimento del trabajo científico unido y la universalización de las ciencias. Acrecienta además la separación de las ciencias y evita la cooperación en los saberes, al no haber comunidad científica 3.
En las sociedades más avanzadas, en muchos casos no existe comunicación entre intelectuales de letras y científicos, y conviven en un ambiente de hostilidad 4. Esta situación impide por así decirlo, el empleo de tecnologías eficientes para solucionar los problemas del mundo
La globalización y los intereses de las transnacionales, hacen de la ciencia actual un instrumento para la obtención de ganancias. Cuando financian un proyecto científico siempre predomina el interés monetario-mercantil, y se olvidan de las implicaciones sociales de la ciencia. Ello contribuye al mantenimiento del abismo entre culturas y prolongar la situación y la no cooperación entre catedráticos de ambas ramas.
El conocimiento en el mundo de hoy, es prácticamente propiedad privada. El esfuerzo científico-tecnológico se encuentra en manos de las empresas. Existe una desigualdad en cuanto a la distribución de los saberes científicos y, por tanto, fomenta la migración de “cerebros preparados”5 desde los países más pobres hacia las naciones industrializadas. Además, es una realidad la disminución de presupuestos destinados a la investigación científica básica y a la cooperación I+D+H6 .  Así se abre aún más el problema de las “culturas”.
Un factor que entorpece también esa unión en las ciencias, lo constituyen las trabas impuestas a los jóvenes investigadores a través de posturas conservadoras y criterios de autoridad. En muchas ocasiones, las autoridades científicas dificultan las investigaciones nóveles asumiendo principios tradicionales y ateniéndose a resultados ya comprobados.
Robert K. Merton7 , sociólogo estadounidense, reconoció que existen algunos hechos o fenómenos que atentan contra la posible vinculación de la ciencias y la creación de las comunidades científicas. Tal es el caso del “Fenómeno del Sillón 418 , el “Efecto Mateo 9 o el “Efecto Trinquete” 10. Constituyen ejemplos de la actualidad.
La educación científica moderna debe replantearse y vincular los procesos sociales y científicos. Por ello, la necesidad de conocer a fondo, todas las implicaciones científico-tecnológicas en los procesos sociales que analicemos, sea cual sea su objetivo para así entender las revoluciones científicas y las sociedades donde vivimos.
En los programas de estudio, obligatoriamente conviene incluirse la enseñanza de las ciencias y a la vez su relación con los problemas del mundo moderno y la sociedad misma. Además, los jóvenes estudiantes y futuros hombres de ciencia han de ser guiados hacia la aplicación de sus investigaciones en la solución de problemas prácticos y de índole comunitaria.
Actualmente, los practicantes de las ciencias técnicas, naturales, médicas, etc., están necesitados de las ciencias sociales, como de aquellas disciplinas científicas y técnicas que pueblan los planes de estudio de pre y posgrado en que se forman (Jover, 2007:55). Debemos abogar por que las “Dos Culturas” trabajen juntas, limando sus diferencias y cooperando.
La educación debe decantarse por mostrar la relación permanente entre ciencia, tecnología y sociedad, la multidiciplinariedad de las ciencias en todos sus ámbitos y el creciente condicionamiento social de la ciencia y la multiplicación de sus impactos económicos, militares, culturales y de todo orden (Jover, 2009:7). Todo ello sirve de contexto a cambios en los discursos intelectuales (filosóficos, históricos y sociológicos, etc.) que se encaminan a instruir mejor a la sociedad y a los científicos.
La sociedad actual es altamente tecnificada y con uso excesivo de la tecnología. Desde edades tempranas contamos con conocimientos de tecnología y como  ella satisface nuestras necesidades. De esa forma, es olvidada en alguna medida, el contenido social de dichas tecnologías  y damos peso a las llamadas “ciencias duras”11 .
Contra esa postura y ese optimismo cientificista, debemos inculcar que lo más importante no es la ciencia sola o la tecnología, sino el proyecto social o intereses sociales que responda, o los actores sociales que le den sentido. Esa es la forma posible de solucionar la dicotomía existente entre los grupos mencionados anteriormente.
Otro eslabón en este conflicto de las dos culturas, lo constituye el saber científico propiamente dicho y  el saber tradicional o cultura científica tradicional–popular, (conocimientos de los campesinos sobre agricultura, medicinal tradicional y natural, innovaciones artesanales a determinados equipos, etc.) El conocimiento popular sobre determinado fenómeno, sobre determinado proceso no hecho por el hombre, etc., es ignorado en su mayoría por las autoridades científicas pertinentes.
En muchos casos ese conocimiento tradicional es considerado herrado y sin base científica y por eso se desecha. He ahí el error, aunque no sea un conocimiento científico calificado y reconocido, debe ser tomado en cuenta. Dicho saber encierra detalles que aportan a un mejor desenvolvimiento de la ciencia en la sociedad. La educación científica requiere la unión del saber científico y el saber popular, en vistas de dar participación pública al proceso científico-tecnológico, y democratizar los saberes científicos.
La solución a dicho problema, es planteada por el investigador John Brockman12 en 1995, al proponer la tesis de una “Tercera Cultura”, la cual corresponde a un híbrido de las famosas “Dos culturas”, donde aúnan fuerzas sobre la base de una filosofía natural en común.
La teoría de la construcción de la tercera cultura está basada en el interaccionismo simbólico de ambas ciencias. No se centra en las dificultades comunicativas de ambas, sino en los resultados de dicha comunicación. Para ello Brockman propone tres modelos (Brockman, 1995:85) para alcanzar la interacción ciencias exactas-naturales y ciencias humanas: El ciclo de actuación en la construcción individual de la tercera cultura, la construcción de la tercera cultura y el tercer modelo basado en la interacción de los dos anteriores: el ciclo de actuación individual y la actuación en conjunto en la obtención de resultados.
Además, desde la perspectiva teórica de Brockman, para que se den los tres modelos, deben de cumplirse una serie de fases que se cumplen cíclicamente entre la comunicación y cooperación de “ciencias duras y ciencias blandas”:
* Comunicación intracultural intrapersonal basada en las etapas de conciencia y presentación unilaterales, caracterizadas por la curiosidad y motivaciones iniciales para la comunicación intercultural.
    * Comunicación intercultural interpersonal basada por los estadios de búsqueda de información, de reciprocidad y de ajuste mutuo. Todo intento de superioridad de una de las partes puede desfavorecer la construcción de la tercera cultura.
    * Comunicación intercultural retórica, donde las dos partes empiezan a considerar no solo su propia perspectiva cultural y se establecen las funciones de convergencia e integración de aquellos elementos que constituirán la tercera cultura.
    * Comunicación metacultural basada en el intercambio simbólico y reinterpretación y los primeros intentos de acción mutua. Se propician dos estadios de reajuste y asimilación mutua, que favorecen respectivamente la reducción de desviaciones respecto a las normas establecidas y el establecimiento de la negociación como aspecto natural en la interacción. Aspectos que a su vez, favorecen trascender de las diferencias entre los referentes culturales que se fusionan en la tercera cultura.
    * Comunicación intracultural corresponde al estadio de abandono de la cultura primaria para la formación de una metaidentidad que reinará en las próximas interacciones ( Vila Banos, 2005:41-104).
Estos enfoques teóricos, lejos de resultar contradictorios, iluminan el proceso de la comunicación intercultural desde diversos puntos de mira

Conclusiones:
Actualmente, la brecha abierta entre las distintas ciencias, se trabaja para remediarla. Existe interacción creciente entre conocimientos y profesores, sobre todo al emprender grandes proyectos, el uso en algunas ciencias humanísticas de métodos y modelos antes reservados a las ciencias naturales y exactas, y la aparición de carreras fusionadas que toman elementos de ambas culturas.
Por tanto, el diálogo entre disciplinas diferentes y entre estudiantes, catedráticos y el pueblo llano, puede resultar en una forma complementaria de conocimiento y crítica. Sería enriquecedor realizar estudios en conjunto, saldando así las inquietudes sociales al utilizar elementos de una y otra rama. No debemos menospreciar unas formas de conocimientos frente a otras.
Un factor clave en la solución del problema, lo son las políticas públicas en materia de ciencia y técnicas asumidas por los gobiernos y autoridades académicas13 . Debe mostrar tolerancia e inclusión de todos los conocimientos, sin importar prejuicios ni detrimentos que en torno a dichos temas afloren.
Creando una cultura científica bien preparada e inclusiva, es posible llegar a alcanzar el verdadero principio del conocimiento científico moderno. Haciendo uso del planteamiento mertoniano de que todos los logros científicos deben socializarse y no se debe buscar recompensas personales, los investigadores sociales y los de ciencias técnicas, han de trabar unidos para formar la verdadera ciencia.
Con el apoyo de las autoridades competentes, dichos proyectos pueden ser llevados a cabo, respetando todas las costumbres de la tradición y obteniendo resultados más eficaces. Sin una adecuada orientación, dichos logros científicos pudieran revertirse y causar y agravar daños en materia de las dos culturas.
La enseñanza de las ciencias y el predominio de los “Estudios Sociales de la ciencia y la Tecnología” (CTS) abren el camino para la comprensión mejor de la llamada sociedad del conocimiento. Si los jóvenes comprenden la perspectiva de la Tercera Cultura y se aplican políticas científicas acorde, es posible afirmar que el futuro está en buenas manos y sin peligro de ser incierto.

Bibliografía:
Bernal, John D.  (1954): “La Ciencia en su Historia” Tomo I, Dirección General de Publicaciones, UNAM, México.
Brockman, John. (1995): “The Third Culture: Beyond the Scientific Revolution”. Simon & Schuster.
Merton, R. K.  (1977): “La sociología de la ciencia”. Alianza Editorial, Madrid.
Núñez Jover, Jorge. (2007): “La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Lo que la educación científica no debería olvidar”. Editorial Félix Varela. La Habana.
_______________.  (2009) Ciencia y Cultura en el Cambio de Siglo. A propósito de C.P. Snow. La Habana.
Snow, C.P. (1987): “Las dos culturas y un segundo enfoque”, Alianza Editorial, Madrid.
Valencia Restrepo, Darío. (2009): “Las Dos Culturas”. Discurso pronunciado al recibir el titulo Honoris Causa, conferido por la Universidad Nacional de Colombia. En revista Avances en Recursos Hidráulicos. Núm. 20, junio-octubre 2009, pp. 81-84
Vila Banos R. (2005): La Competencia Comunicativa Intercultural, CAP.2, pp. 41-104

Reconocimientos a la labor investigativa

  • Premio Relevante en el IV Jornada Científica “Enrique Edo y Llop”. Universidad de Cienfuegos (2013). Cuba.
  • Premio Relevante en el XX Taller de Educación Patriótico-Militar e Internacionalista. Universidad de Cienfuegos (2014). Cuba.
  • Premio Destacado en el Evento Municipal de “Pedagogía 2015”. Ranchuelo (2014). Cuba.
  • Premio Relevante en el Seminario de Estudios Martianos. Universidad de Cienfuegos (2015). Cuba.
  • Premio Relevante en el VI Jornada Científica “Enrique Edo y Llop”. Universidad de Cienfuegos (2015). Cuba.
  • Condición de Graduado Más Integral de la Facultad de Historia, Artes y Lenguas. Universidad de Cienfuegos (2016). Cuba.
  • Premio al Mérito Científico del Rector de la Universidad de Cienfuegos (2016). Cuba.
  • Reconocimiento de la Unión de Historiadores de Cuba (Filial de Cienfuegos) a la labor investigativa a los cinco años de la carrera (2016).  Cuba.
  • Premio CITMA al Joven Investigador (2016). Cuba.
  • Premio Mención en el XI Taller Científico Nacional de Jóvenes Historiadores “Humberto Leyva in memorian”. UJC-BTJ de Santiago de Cuba (2018). Cuba.
*Licenciado en Historia. Profesor de la Universidad de Cienfuegos
** Licenciado en Historia. Profesor de la Universidad de Cienfuegos
1 Charles Percy Snow (15 de octubre de 1905-1 de julio de 1980), también conocido como C. P. Snow. Físico y novelista inglés. Es autor de una serie de novelas conocidas en conjunto como Strangers and Brothers y por Las dos culturas, una obra de 1959 en la que lamenta la brecha entre científicos e «intelectuales literatos»
2 Se refiere a la conferencia “Rede lecture” impartida en la Universidad de Cambridge en 1959, titulada Las Dos Culturas y La Revolución Científica. Las conferencias Rede son lecturas públicas que se hacen una vez al año en la Universidad de Cambridge y que llevan el nombre de Sir Robert Rede, un importante jurista británico muerto en 1519.
3 Sobre el tema, el investigador Robert K. Merton publicó un artículo referido a las comunidades científicas, los paradigmas y la universalización de las ciencias. Plantea que los criterios en ciencias deben evaluarse sin distinción de clase, raza, género, etc., con criterios universales. También, que los descubrimientos científicos deben ser de propiedad de la comunidad científica, que los científicos deben mostrar desinterés en sus investigaciones y debe existir el escepticismo organizado en la ciencia. Dicho criterio es conocido como ETHOS de las ciencias y CUDEOS. Tal afirmación no quedó exenta de críticas. En: Jorge Núñez Jover. (2007) La ciencia y la tecnología como procesos sociales, lo que la educación científica no debería olvidar. Editorial Félix Varela, La Habana, pp176-208
4 Valencia Restrepo, Darío. “Las Dos Culturas”. (2009): 82
5 Se refiere a las personas que cuentan con un nivel de preparación en materia de saberes y han pasado determinados cursos de pre y posgrado. Esos cerebros son captados por intereses de naciones más desarrolladas y abandonan sus países, dando lugar a la fuga de conocimientos y personal calificado
6 Se refiere al Índice de Desarrollo Humano.
7 Robert King Merton (Filadelfia, 4 de julio de 1910 - Nueva York, 23 de febrero de 2003) sociólogo estadounidense. Entre sus campos de estudios se encuentra la sociología de las ciencias. Entre sus obras publicadas se encuentra “La sociología de la ciencia”, Alianza Editorial, Madrid, 1977. Dicha obra fue consultada para realizar este artículo.
8 Hace alusión a la Academia de Ciencias Francesas, donde solo existen 40 puestos, y, por tanto, existen muchos investigadores que, pese a sus méritos, nunca accederán a la Academia.
9 Haciendo alusión a un pasaje bíblico, trata sobre la acumulación de recompensas en personas distinguidas y negación de estas a los investigadores emergentes
10 Se trata de que aquellos científicos que han acumulado prestigio y reconocimiento, no apoyan a los jóvenes emergentes y se imponen ante estos.
11 En el argot popular, las llamadas ciencias duras se corresponden con aquellas con carácter técnico, las ciencias exactas, las ciencias naturales, etc. En consonancia, las llamadas ciencias blandas se corresponden con aquellas ciencias humanas, ya sea la historia, la antropología, la lexicografía, el derecho, etc.
12 John Brockman (Boston, Estados Unidos, 1941) Empresario estadounidense dedicado a la empresa del arte, asesor de instituciones como el Pentágono, General Electric, etc. Dicho investigador aboga por la ciencia vanguardista y por lo que él llama, una Tercera Cultura.
13 Dichas políticas también hacen referencia al cuidado del planeta, el medio ambiente y se aboga por una producción científica-industrial sin contaminación.

Recibido: 10/07/2019 Aceptado: 31/10/2019 Publicado: Octubre de 2019


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