Beatriz Moreira Macías*
Mónica Murillo Mora **
Universidad Técnica de Manabí, Ecuador
Correo: ibmoreira@utm.edu.ec
RESUMEN
La  Gestión del Talento Humano en la Dirección Financiera (DF) de la Universidad  Técnica de Manabí (UTM), tiene como objetivo implementar planes de mejoramiento  en sus procesos, mediante un estudio que involucre a directivos, personal administrativo  y operativo, orientado al diseño de un modelo de gestión por competencias  laborales para el fortalecimiento del desempeño laboral. Entre sus objetivos  específicos se busca determinar las funciones ocupacionales para elaborar el  perfil del cargo por competencias; la elaboración de una guía de procedimientos  para la ocupación de cargos en las unidades operativas de la dirección,  determinar la importancia de las funciones y responsabilidades de los  servidores públicos según la Ley Orgánica de Servicio Público (LOSEP), identificar  las estrategias de motivación para que los servidores se comprometan a cumplir los  objetivos de la dirección, determinar técnicas para aplicar la evaluación de  desempeño laboral, estableciendo los ascensos o capacitaciones específicas, y  determinar un modelo de gestión por competencias laborales en esta área, para  fortalecer el desempeño laboral. 
  El  estudio de campo considera a las personas involucradas de manera directa con la  DF de la UTM, además de los instrumentos relevantes para el desarrollo, de  igual manera la investigación documental con la finalidad de extraer la  información correspondiente a la organización del talento humano en esta área,  los aspectos del desempeño laboral, entre otros. 
  El  modelo de gestión por competencias es una herramienta que contiene procesos  administrativos establecidos en los subsistemas de gestión del talento humano  de acuerdo a lo establecido en la LOSEP.
  Palabras Claves: gestión, talento humano, competencias laborales, desempeño, servidores  públicos.
SUMMARY
  The Human Talent Management in  the Financial Management (DF) of the Technical University of Manabí (UTM), aims  to implement improvement plans in their processes, through a study involving  managers, administrative and operational staff, oriented to the design of a  management model for labor competencies to strengthen work performance. Among  its specific objectives, it is sought to determine the occupational functions  to elaborate the profile of the position by competences; the elaboration of a  procedure guide for the occupation of positions in the operational units of the  management, determine the importance of the functions and responsibilities of  the public servants according to the Organic Law of Public Service (LOSEP),  identify the motivation strategies so that the servants commit themselves to  fulfill the objectives of the direction, to determine techniques to apply the  evaluation of labor performance establishing the promotions or specific  qualifications, and to determine a model of management by labor competitions in  this area, to strengthen the labor performance.
  The field study considers the  people directly involved with the DF of the UTM, in addition to the relevant  instruments for development, in the same way the documentary research with the  purpose of extracting the information corresponding to the organization of the  human talent in this area, aspects of work performance, among others.
  The management model is a tool  that contains administrative processes established in the human talent  management subsystems according to the provisions of the LOSEP. 
Keywords: management, human talent, job skills, performance, public servants.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Beatriz Moreira Macías y Mónica Murillo Mora (2019): “Análisis conceptual de la gestión por competencias laborales en la dirección financiera - Universidad Técnica de Manabí”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (agosto 2019). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/08/gestion-competencias-laborales.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1908gestion-competencias-laborales
INTRODUCCIÓN
En el siglo XXI los equilibrios del poder en el mundo están cambiando, nuevas potencias se incorporan al contexto internacional, las agrupaciones económicas de naciones avanzan en la búsqueda de nuevos horizontes, el cambio estructural, el avance tecnológico, las corrientes comerciales y las nuevas formas de la competencia, en los mercados mundiales son todos elementos de una profunda transformación. Durante mucho tiempo los administradores se preocuparon solo de la eficiencia de la máquina como medio para aumentar la productividad, pero esto no ayudo de mucho para lograr elevar el nivel de la productividad (Chiavenato, 2000).
En sí, las competencias están constituidas ante todo por la integración y la coordinación de las competencias individuales, al igual que, a otra escala, las competencias individuales representan una integración y una coordinación de savoir – faire, conocimientos y cualidades individuales, de ahí la importancia, para la empresa, de administrar bien su stock de competencias individuales, tanto actuales como potenciales. (Levy-Leboyer, 2000 en Alles, 2000).
Las instituciones necesitan ejecutar procesos y aplicar  orden a las tareas que realizan, este es el caso de la Dirección Financiera de  la Universidad Técnica de Manabí, cuya actividad es financiera - académica. 
   Teniendo en cuenta lo anterior, se detecta la necesidad de  establecer manuales de procesos y procedimientos, alcanzando el cumplimiento de  las actividades internas de manera concreta, con miras a una posible propuesta  que cumpla lo señalado anteriormente.
   Autores  como Alles (2013); Zarifian (2001); McClelland (1989), Gallart y Jacinto  (1995), estiman que la gestión del  talento humano a través de la gestión   por competencias, puede mejorar la productividad, en el desempeño  individual, grupal y organizacional.
   El precisar objetivos en las instituciones establece una  tarea sustancial e ineludible, pero su puesta en marcha dentro de una organización  es otro trabajo totalmente diferente, todo plan compuesto por manuales de  estrategia organizacional le faltará ventajas si solamente existe en la mente  de los directores y administradores de una organización. Si pocos de los que ocupan  los niveles inferiores de un organigrama alcanzan a conocer, deferir o seguir  estos objetivos, poco se habrá logrado. Es por esta razón que el proceso de las  competencias se torna indispensable y es aquí donde el papel del jefe juega un  rol importante. 
   Para ello es necesario preparar educativamente a la sociedad  en general en esta orientación hacia la competitividad. El comportamiento  organizacional de cada empresa permite conocer y entender las fortalezas y  debilidades de manera grupal e individual, de tal manera, que le permita a la  organización analizar el desempeño laboral mediante las competencias críticas  definidas previamente en base a los objetivos de la compañía,(Robbins 2004). Un país que garantiza a su  población una formación educativa con una filosofía hacia la productividad  estará procurando la ocupación de fuerza de trabajo eficiente y altamente  preparada, su efecto en el corto, mediano y largo plazo, es contar con  organizaciones productivas y competitivas en todos los órdenes económicos y  sociales.
   Alles (2000), define las competencias laborales como la  combinación integrada de conocimientos, habilidades y actitudes conducentes a  un desempeño adecuado y oportuno en diversos contextos. Son todos estos  elementos los que, en conjunto, ilustran la cualidad fundamental de una  competencia, a saber, su relación directa con la estrategia institucional en el  marco de un puesto de trabajo determinado. Se puede añadir, por tanto, que las  competencias están ancladas en comportamientos observables, en el ejercicio de  un oficio o profesión y que se traducen en comportamientos que contribuyen al  éxito de toda institución. 
   Para conocer esto es importante auxiliarse de un buen  sistema de evaluación de desempeño el cual tiene que ser integral, que permita  evaluar de primera instancia, los resultados definidos encaminados al logro de  los objetivos de la organización y por otro lado que también evalué  comportamientos, actitudes y habilidades observables es decir, conocer las  habilidades laborales con las que cuenta cada trabajador, lo que propicia  lograr al éxito y  crear el vehículo para  lograrlo y construirlo (Alles 2007). 
   Visto el panorama histórico y fundamentada la necesidad de  la implantación de un modelo de gestión basado en competencias, el objetivo del  presente artículo busca describir las definiciones y conceptos sobre la  temática, para plantearla a futuro como un modelo de gestión basado en  competencias que involucre a los diversos procesos técnicos de recursos humanos  practicados en la institución, alineados al logro de objetivos institucionales.
METODOLOGÍA  DE LA INVESTIGACIÓN
   Es de tipo documental, pues tiene la finalidad de extraer la  información correspondiente a la gestión por competencias, la organización del  talento humano, los aspectos del desempeño laboral, entre otros; sustentándose en teorías, enfoques y  conceptualizaciones de varios autores en libros, publicaciones, revistas,  folletos para el desarrollo de cada uno de los elementos.
   Por tanto, el presente estudio se fundamenta en una investigación  documental bibliográfica, aplicada o empírica, descriptiva.
   Los métodos  que se aplican en esta investigación son inductivo-deductivo y analítico porque  se realizó un análisis de lo general a lo particular, partiendo desde la causa  al efecto. En el método inductivo con los consecuentes pasos: comparación,  abstracción, generalización. 
   La encuesta  constituye la técnica aplicada a los 23 servidores que laboran en la Dirección  financiera de la Universidad Técnica de Manabí. Los resultados que se  obtuvieron mediante esta técnica se procesaron mediante un análisis estadístico  y representación gráfica que permiten una fácil comprensión de los mismos.
DESARROLLO
   El  CINTENFOR (Centro Iberoamericano de Investigación y Documentación sobre  Formación Profesional), perteneciente a la OIT (Organización Internacional de  Trabajo), indica que la competencia laboral no es probabilidad del éxito en la  ejecución del trabajo, es una capacidad real y demostrada, es aquí donde se  conocen las habilidades necesarias para un desempeño adecuado en sus funciones.
   El termino competencia según Mendoza (2018) se refiere a la capacidad de  poner en práctica los conocimientos, habilidades, pensamientos y valores que  posee una persona para actuar en un contexto específico. En tanto, se los  considera como aquellos recursos cognitivos que tienen influencia sobre el  desarrollo del individuo en el aspecto personal, social y laboral.
   Mendoza  (2018). 
De estas premisas parte que  el perfil por competencia es fundamental ya que un colaborador al mejorar sus  habilidades, conocimientos y actitudes podrá desempeñar eficientemente sus  actividades, además de lograr los objetivos organizacionales. La tarea de una  empresa es saber gestionar por competencias, es decir, examinar el tipo de  competencia adecuada para cada actividad asignada de trabajo y complementar la  acción identificando los talentos y capacidades de cada uno de sus miembros  para saber aprovecharlos u orientarlos a fin de mejorar el nivel de  competitividad y cubrir las necesidades de la empresa (Chávez, 2012).
   Un abordaje  al concepto de competencias laborales lo enmarcan Martínez y Martínez (2009) como “una cualidad personal  e intransferible que está referida a la realización de un trabajo determinado,  con un nivel de calidad aceptable, y en un ambiente de trabajo apropiado” (pág.  6).
   Hubbard (2017) hace  referencia al modelo del Iceberg que divide las competencias en dos  grandes grupos. 
En referencia al modelo del Iceberg, es importante  destacar que cuando se habla de competencia se debe considerar que existen  características en las personas (habilidades y conocimientos) que son  indispensables, pero no suficientes como para garantizar la excelencia en el  desempeño y que hay otras características que no son apreciables a simple  vista, pero que aportan un valor agregado a la excelencia y el éxito de una  persona en el trabajo o en cualquier otra actividad.
   En este sentido, las competencias forman  parte esencial del talento humano de una empresa, siendo importante la clara  identificación de la mismas a través del establecimiento de modelos de  competencias según el cargo o puesto que ocupará u ocupa el empleado o  trabajador de una empresa.
   Moreno  (2010), aporta al concepto de competencias que, ser competente no es sólo una  cuestión de aplicar conocimiento a una determinada situación, también incluye  que la persona organice sus actividades y pueda adaptarse a las peculiaridades  de sus funciones que son las bases de su experiencia en la actividades y  práctica diaria. 
   Alpizar y Molina (2018),  señalan que las competencias se logran en una dinámica de interrelación entre  el aprendizaje y el desarrollo cognitivo; que son el resultado para la  experiencia del ejercicio profesional que llevan a cumplir con la misión y  visión de la organización.
   Según Ruiz (2015), a través de un modelo de gestión por  competencias se pueden evaluar las  competencias específicas para cada puesto de trabajo, y contempla el desarrollo  de las competencias adicionales necesarias para el crecimiento personal y  profesional de los trabajadores.
Partiendo de  lo anterior, existen algunos elementos que justifican el cambiar a un esquema  de gestión por competencias como: 
   1) Alinea la  gestión del talento humano a las estrategias de la empresa.
   2) Permite  operacionalizar la administración del capital humano.
   3) Los  puestos, cargos o posiciones se diseñan tomando como referencia las  competencias requeridas para lograr los objetivos del proceso; y 
   4) El aporte  de valor agregado vía competencias, puede ser cuantificado incluso en términos  monetarios.
   Bajo estas  premisas, el  perfil por competencia es fundamental ya que un colaborador al mejorar sus  habilidades, conocimientos y actitudes podrá desempeñar eficientemente sus  actividades, además de lograr los objetivos organizacionales. La tarea de una  empresa es saber gestionar por competencias, es decir, examinar el tipo de  competencia adecuada para cada actividad asignada de trabajo y complementar la  acción identificando los talentos y capacidades de cada uno de sus miembros  para saber aprovecharlos u orientarlos a fin de mejorar el nivel de  competitividad y cubrir las necesidades de la empresa (Chávez, 2012). 
   Hoyos (2010) menciona que, en el diseño  de perfiles de cargos por competencias, las empresas pretenden estar seguras de  que los seleccionados para desempeñar una actividad o responsabilidad tengan  los sustentos suficientes que demuestren su competitividad en el desarrollo  adecuado de las funciones asignadas.
   Es importante que al momento  de crear un perfil laboral el aspirante tenga conocimiento del puesto,  habilidades que debe poseer para realizar con eficiencia sus funciones,  actitudes, la forma de ser o comportarse, carácter y personalidad y valores  específicos que debe poseer para el puesto en cuestión. 
   Los procesos y su  gestión también son tratados a nivel científico en el sistema de educación  superior, así Chancay y Murillo (2019), conceptualizan que, la gestión por procesos ha evolucionado de acuerdo a las  exigencias del desarrollo humano, físico, cultural y tecnológico, empleando  reglas y planes de mejora para las instituciones privadas y públicas  principalmente para la educación superior que está evolucionando en el marco  educativo y pueda obtener los resultados propuesto por la entidad.
   En  la actualidad, las universidades se apresuran a implantar el enfoque de gestión  por competencias y lo llevan a cabo de distintas maneras, debido a que no  existen pautas de comportamiento exigidas, sino grandes líneas generales de  actuación, por lo que genera un desacuerdo de metodologías y actividades  docentes, unas más cercanas a modelos empresariales y otras más a modelos  docentes anteriores (Gutiérrez y Pablos, 2010).
   En  este sentido, González y Ortiz (2011) indican  que las competencias profesionales constituyen un término que enfoca la respuesta  integral de la personalidad en una situación determinada, en la que tiene, para  resolver de manera eficiente inconvenientes que se le presentan combinados con  conocimientos, actitudes, destrezas y habilidades. Es por ello, que la  Universidad, como la mediadora entre el individuo y el mundo del trabajo, debe  atender las competencias para garantizar la idoneidad de sus egresados y  atender los problemas reales de la sociedad.
   En cuanto a los perfiles de  puestos, Hoyos (2010) menciona que, en su diseño por  competencias, las empresas intentan estar inequívocas de que los seleccionados  para desempeñar una actividad o responsabilidad tengan los sustentos  suficientes, que demuestren su competitividad en el desarrollo adecuado de las  funciones asignadas.
   La importancia de establecer  perfiles para la incorporación de personal “radica en que hay un parámetro al  cual acudir para comparar lo que esperamos de alguien, para darle un mejor  cumplimiento a las funciones que va a desempeñar en su puesto de trabajo” (Méndez, 2017).
   Aunque existen diferentes definiciones  del término perfiles de puesto, resulta que es la herramienta para determinar  la necesidad que se tiene en una empresa para tener un talento humano  competente. 
Este proceso deberá definir las competencias de las personas mediante las siguientes fuentes:
Una vez que se cumple con el proceso  respectivo se procede a la implantación del sistema de diseño de perfiles, que  tiene como objetivo satisfacer una necesidad primordial de la empresa. Además,  la efectividad de un sistema de gestión por competencias dependerá en gran  medida de la aceptación y promoción del mismo, que incidirá en su éxito o  fracaso. Pues, este puede presentar dificultades en su aplicación ya que  requiere de gran esfuerzo en cuestión de tiempo, dinero y recursos materiales.
   Es importante destacar que el diseño  de los perfiles está ligado a las competencias que se requiere de las personas  para desempeñar un cargo y cumplir con eficiencia las responsabilidades  asignadas, objetivos y metas de la empresa.
   El perfil por competencia es fundamental  ya que un colaborador al mejorar sus habilidades, conocimientos y actitudes  podrá desempeñar eficientemente sus actividades, además de lograr los objetivos  organizacionales. La tarea de una empresa es saber gestionar por competencias,  es decir, examinar el tipo de competencia adecuada para cada actividad asignada  de trabajo y complementar la acción identificando los talentos y capacidades de  cada uno de sus miembros para saber aprovecharlos u orientarlos a fin de  mejorar el nivel de competitividad y cubrir las necesidades de la empresa (Chávez, 2012). Los perfiles por competencia  en la actualidad son de gran importancia para las empresas, tanto públicas como  privadas, ya que permiten adaptar sus estrategias competitivas y de desarrollo  a las tendencias que cada día exigen más del talento humano. Otro elemento que  se debe considerar sobre esta temática, es el establecimiento de las  características o aspectos que identifican un cargo, que se lo realiza a través  de la identificación del mismo.
   Según Mondy  (2014) consiste en describir  las tareas, los deberes y las responsabilidades de un cargo. Debe incluir  enunciados concisos de lo que se espera que hagan los empleados en el puesto,  cómo lo harán y las condiciones en las cuales cumplirán con los deberes. Las  descripciones de puestos concisas ponen fin a la posibilidad de escuchar  argumentos como “Ese no es mi trabajo” (p.98). 
   Por lo tanto, su descripción consiste en  exponer de manera detallada las atribuciones o responsabilidades del cargo, así  como el detalle de las acciones que deberá desarrollar el ocupante del mismo (Chiavenato, 2015). 
   En este sentido, se puede  concluir que la gestión por competencia es un marco en el que se determinan las  habilidades y destrezas que tiene el talento humano para desarrollar una  actividad específica, basado en la filosofía de gestión de la empresa. De tal  manera, que la formación y desarrollo que tiene el recurso humano es  fundamental en las actividades que tiene inherencia y en las cuales mantiene  responsabilidades para hacer frente a los requerimientos de los clientes  internos y externos que tiene una organización.
   Se debe destacar que las competencias  definen en gran medida el desempeño que tendrá una persona sobre las  actividades encomendadas, es por ello, que Acosta  (2018) define el desempeño laboral como la evaluación de la aptitud que  demuestra un empleado durante la ejecución de su trabajo. Para un buen  desempeño el trabajador debe cumplir con objetivos específicos relacionados a  las actividades sobre las que es responsable y esforzarse por alcanzarlos en  base a las políticas y procedimientos empresariales. 
   En este  sentido, Gutierrez (2018) señala que el desempeño de los  empleados se mide mediante la evaluación del desempeño considerado como algo  vital para cualquier organización que quiera verificar el nivel de  productividad interna, pues, es útil para analizar si los empleados cumplen con  los objetivos o no y de esta manera tomar decisiones oportunas que aporten al  desarrollo del trabajador y le permita seguir cumpliendo con los objetivos  propuestos. 
   En conclusión,  para que exista una gestión eficaz del desempeño laboral es necesario que  exista la colaboración entre el empleado y el supervisor, ya que es el único  medio que ayuda a mejorar las habilidades y objetivos de los empleados. Para  medir el desempeño de los empleados se realizan evaluaciones que permiten  mantener un control sobre el rendimiento del personal y el cumplimiento de los  objetivos.
   La evaluación  de desempeño, “es un método de retroalimentación del comportamiento laboral que  ayuda a tomar decisiones relacionadas al desarrollo, remuneración, promoción y  establecimiento del plan de carrera del trabajador” (Contreras,  2018, p. 21).
   Si bien la  evaluación de desempeño contribuye de manera favorable a la organización, esta  se puede realizar a través de técnicas, las cuales se enfocan en determinados  objetivos que están apoyados por políticas de aplicación personal, por lo que  estas varían también de una institución a otra, ya que cada sistema de  evaluación responde a determinados objetivos específicos y a determinadas  categorías de personal.
   En conclusión,  cualquiera que sea el método aplicado por una organización para evaluar el  desempeño de los empleados, tendrá como fin mejorar los resultados del talento  humano, lograr la eficiencia en la toma de decisiones y cumplimento de  objetivos, los mismos que se ven reflejados en la gestión por competencias.
   Los  indicadores de evaluación que tienen los organismos que regulan las entidades  de educación superior mantienen diferentes ámbitos de acción, en el cual uno de  los de mayor importancia es el de docencia, en este aspecto se valora mucho la  formación profesional y de post grado, así como la difusión de resultados que  aporten a la investigación que aportará significativamente en la formación  académica (Jimenez, Hernández y González, 2013). 
   La gestión por  competencia en el ámbito docente se mide directamente en los procesos de  evaluación de desempeño, los cuales se elaboran en cada periodo académico y  generalmente no son cumplidos en su totalidad generando una brecha que permite  plantear mejoras futuras.
RESULTADOS
   Según los datos obtenidos mediante la técnica de investigación (encuesta),  realizada a 23 servidores que laboran en la Dirección Financiera de la Universidad  Técnica de Manabí, la misma que contribuyó a determinar la importancia de las  competencias profesionales por parte del talento humano que conforma esta área  y valorar su impacto dentro de los objetivos y metas institucionales.
La mayoría de los servidores si conocen las competencias laborables, pero algunas veces no son aplicables debido a la falta de un ambiente adecuado que preste las condiciones para el mismo por las ocupaciones que realizan y la presión laboral que tienen.
El ser competente le da una ventaja competitiva a una persona sobre otra, basado en factores como experiencia, perfil profesional, antigüedad, que se deriva en una fortaleza lo que permite aprovechar las oportunidades presentadas.
Dentro de las planificaciones estratégicas y la gestión institucional se determinan objetivos claves los cuales se pueden lograr solo con un recurso humano adecuado, con énfasis en el compromiso y sentido de pertenencia que tiene un trabajador para su institución.
CONCLUSIÓN 
   Al término de este proyecto de modelo de gestión del talento  humano por competencias, en la Dirección Financiera de la Universidad Técnica  de Manabí, se puede llegar a manifestar que el factor humano, eje fundamental  de todo proceso, se sentirá respaldado, por la mejora continua que  experimentará, con la aplicación de estrategias de medición de desempeños en  base a indicadores de gestión, que serán determinados en función del análisis  de las competencias para cada unidad de este departamento.
   En tal sentido, este artículo aporta con el inicio de la  investigación, partiendo del análisis conceptual de las temáticas actuales  sobre la gestión por competencias laborales; un amplio detalle de los aportes a  la definición tratada, permite en lo posterior la organización y control del  desempeño de los trabajadores, bajo indicadores acordes a cada actividad  operativa dentro y fuera de la universidad.
BIBLIOGRAFIA