Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


FÉLIX VARELA Y EL PROBLEMA RELIGIOSO

Autores e infomación del artículo

Sira Delia Varona Vega*

Jorge Luis Artiles Beltrán**

Yaima Rodríguez Gonzáles***

Universidad José Martí Pérez, Cuba.

Correo: sira@uniss.edu.cu


RESUMEN
Félix Varela, 1788/1853, pensador que marcó el tránsito  del escolasticismo: base teórico filosófica de la colonización capitalista en los pueblos de América Latina a la ilustración nacional, fundamento filosófico de la emancipación anticolonialista nacional; pensamiento nacionalista revolucionario que desarrolló durante el siglo XIX cubano y alcanzó su madurez en las obras de José Martí (1853 – 1895) y Enrique José Varona (1849 – 1933). Félix Varela fue  uno de los iniciadores del pensamiento nacional y su  obra,  por su impronta  en la cultura   nacional, ha sido muy  estudiada por los investigadores contemporáneos,  sobresalen: Eduardo Torres Cuevas, Isabel Monal, Olivia Miranda, Pablo Guadarrama González. Los autores del artículo analizan el desarrollo de la concepción de Félix Varela sobre la religiosidad, mediante el estudio crítico de su obra sobre el tema, contenidos en los escritos  desde la  década del veinte del siglo XIX: Instituciones de la filosofía ecléctica, Misceláneas Filosófica, Lecciones de Filosofía cuando Varela ejerció su magisterio en el Colegio Seminario de San Carlos y la Primera Universidad de La Habana hasta las Cartas a Elpidio, publicadas  en los años treinta del XIX durante  su exilio en los Estados Unidos. El artículo estudia  las concepciones del autor  sobre el origen y esencia de la religiosidad. Valora el lugar de la críticaque hizo Varela  a la autoridad: divina y de los sabios, , en su propuesta filosófica de superación al  sensualismo y racionalismo ilustrado europeo y para  su proyecto de reforma  institucional, terminada la revolución anticolonialista. Se analizan sus reflexiones sobre el  panorama religioso estadounidense de la época citada, asimismo,  sus propuestas para evitar los conflictos entre las religiones cristianas.  En la investigación los autores utilizaron  los siguientes métodos: análisis bibliográfico, analítico – sintética e inductivo deductivo.

PALABRAS CLAVES
Ilustración – autoridad- religiosidad – cristianismo –tolerancia – condescendencia – ecumenismo –laicismo.
ABSTRACT
Félix Varela, 1788/1853, thinker who marked the transition from scholasticism: theoretical philosophical basis of capitalist colonization in the peoples of Latin America to national enlightenment, the philosophical foundation of national anticolonial emancipation; revolutionary nationalist thought that developed during the 19th century Cuban and reached its maturity in the works of José Marti (1853 - 1895) and Enrique José Varona (1849 - 1933). Felix Varela was one of the initiators of national thought and his work, for its imprint on the national culture, has been very studied by contemporary researchers, stand out: Eduardo Torres Cuevas, Isabel Monal, Olivia Miranda, Pablo Guadarrama Gonzales. The authors of the article analyze the development of Felix Varela's conception of religiosity, through the critical study of his work on the subject, contained in writings since the twenties of the 19th century: Institutions of eclectic philosophy, Misceláneas Philosophical, Lessons in Philosophy when Varela practiced his teaching at the Seminary College of San Carlos and the First University of Havana until the Letters to Elpidio, published in the 1930s during his exile in the United States. The article studies the author's conceptions about the origin and essence of religiosity. It values ​​the place of Varela's critique of authority: divine and of the wise, in his philosophical proposal of overcoming sensualism and enlightened European rationalism and for his project of institutional reform, the ant colonialist revolution finished. Their reflections on the American religious panorama of the aforementioned period are analyzed, as well as their proposals to avoid conflicts between Christian religions. In the research the authors used the following methods: bibliographic analysis, analytical - synthetic and inductive deductive.

KEYWORDS
 Illustration - authority - religiosity - Christianity - tolerance - condescension - ecumenism - laicism.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Sira Delia Varona Vega, Jorge Luis Artiles Beltrán y Yaima Rodríguez Gonzáles (2019): “Félix Varela y el problema religioso”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/06/varela-problema-religioso.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1906varela-problema-religioso


INTRODUCCIÒN

Las bases epistemológicas del pensamiento ilustrado cubano: fundamento teórico  de la emancipación anticolonialista  endógena del siglo XIX, que fueran gestadas en la década de los ochenta del siglo XIX y maduradas en la primera mitad del XIX a través de las polémicas que sostuvieran José de la Luz y Caballero y los hermanos Gonzáles del Valle, la labor de la Sociedad Económica Amigos del Paísy del activismo político de los diputados de La Habana ante las Cortes Españolas; consolidaron, principalmente, en los muros de las Instituciones Eclesiásticas de la Isla, sin que la citada circunstancias limitaran su apego a la Ciencia y a la valoración objetiva de los fenómenos de la naturaleza y de los procesos sociales que penetraron en su área investigativa.

Félix Varela (1788/ 1853 ),teólogo, profesor del Colegio – Seminario de San Carlos y de  la Universidad de la La Habana en las disciplinas de Historia de la Filosofía,  Derecho Romano y Derecho Constitucional  durante las dos primeras décadas del XIX, diputado por la Provincia de La Habana en las Cortes Españolas, marcó la ruptura del nuevo esquema de pensamiento con la escolástica, y, consiguientemente, el nacimiento de la ilustración endógena a través de su propuesta de filosofía ecléctica, comprendida  como la asimilación crítica de la ilustración clásica europea, principalmente, del sensualismo inglés y  el racionalismo cartesiano, fuentes teóricas inmediatas de su pensamiento.

Su pensamiento creador y compromiso militante con las urgencias de la Isla; manifiesto en su magisterio identificado  con las urgencias  de la Isla, en sus radicales posiciones ante asuntos medulares en  las Cortes Españolas por La Habana y en  sus escritos sobre la sociedad estadounidense en los años de su exilio, le convierten en una de los paradigmas clásicos de la cultura cubana. Alumno de José Agustín Caballero  y maestro espiritual de José de la Luz y Caballero, su compañero en la transformación radical de las  bases escolásticas del pensamiento endógeno durante la primera mitad del siglo XIX.

Diversos investigadores han estudiado distintas facetas de su obra: Isabel Monal, Eduardo Torres Cuevas, Pablo Guadarrama, Olivia Miranda, entre otros. En lo fundamental, se explicaron las particularidades de su propuesta filosófica ecléctica, la lógica de la formación conceptual de su pensamiento y el lugar de los escritos políticos del filósofo, recogidos en el papel periódico El Habanero en la escuela cubana que maduró durante la primera mitad del siglo XIX.

Los resultados investigación que presentan los autores, explican las reflexiones del filósofo sobre las particularidades y el origen de la religiosidad, sus definiciones del lugar de la Iglesia en la organización institucional y las conclusiones teóricas que el intelectual deduce en sus análisis crítico del comportamiento religioso estadounidense en los años treinta del siglo XIX.

El artículo es una propuesta para solucionar  la contradicción que define esencialmente la obra  de Félix Varela: entre su espíritu radical revolucionario, democrático burgués, matizado por  un  anticlericalismo especial  y la  defensa de la doctrina cristiana que mantuvo durante toda su vida. Debido a lo anterior, el artículo, escoge dentro de los múltiples problemas que le ocuparon y que contienen sus escritos; las valoraciones del intelectual sobre la esencia y origen de la religiosidad y  define las ideas esenciales del filósofo que actúan como principios teóricos en la definición que hizo  del lugar  de la Iglesia en su propuesta de organización institucional independiente.

Es importante comprender que Varela en los límites de su propuesta filosófica ecléctica que maduró enmarcada en  su humanismo cristiano comprometido desarrolló su proyecto social  profundo y radical que fundamenta el pensamiento cubano.

El presente trabajo tiene como objetivo explicar la propuesta del pensador  sobre  el papel de la Ciencia, la Religión y la Filosofía en la sociedad y  sus reflexiones sobre las capacidades del hombre, comprendido como sujeto libre y culto, para transformar la sociedad y modificar sus modos de actuación.

DESARROLLO

1.1 Bases filosóficas de la concepción de Félix Varela sobre la religión y la religiosidad.

En sus primeras precisiones sobre la esencia de la filosofía ecléctica, el autor la describió como la corriente filosófica; “que sigue diversas opiniones, pero concordantes entre sí. Muy equivocados están los que piensan que los filósofos eclécticos admiten teorías disconformes. Nunca podrá consistir en ese error la tan exaltada libertad de filosofar, sino en librarnos de la servidumbre (..)” 1

Su   filiación a la  ilustración universal lo demuestran varias razones.  en lo más inmediato, la presentación de su obra  en prosa  e idioma castellano y en  lo esencial los problemas que centraron sus reflexiones teóricas: la crítica y propuesta superadora del pensamiento escolástico, el problema del hombre como protagonista libre, racional  y culto de sus procesos, el problema del método y  el origen del conocimiento humano y, consiguientemente, la crítica a los unilateralismos del  sensualismo inglés de los siglos  siglo XVII –XVIII y del racionalismo francés. El problema de la libertad, la justicia social, su concepción sobre  la institucionalidad burguesa por construir en la Isla y la democracia.

El cubano se acercó desde su prisma crítico creador a la filosofía de René Descartes: reconoció el gran mérito del notable filósofo en  la reforma del esquema de pensamiento escolástico con la duda cartesiana, instrumento teórico  que asestó duros golpes  a los dogmas escolásticos y abrió  espacios para el restablecimiento de la Ciencia frente a la teología; “Pero la principal gloria en este proceso de restauración le corresponde a Descartes, que hizo una guerra sin cuartel a los partidarios de Aristóteles y enseñó, en cuanto las circunstancias de aquellos tiempos se lo permitieron, una excelente Filosofía (..)”2

El sensualismo de Locke,  la filosofía cartesiana, las ideas de Gassendi, la física de Isaac Newton y  el pensamiento de Leibniz, filósofos  que desarrollaron sus obras entre los siglo XVI  y XVIII y cuyas ideas,  marcaron el viraje del  escolasticismo al restablecimiento de la razón y la Ciencia,  son los principales antecedentes teóricos de la obra del filósofo cubano. Varela, a partir de  su eclecticismo  definió las limitaciones de sus concepciones: en Descartes la teoría de las ideas innatas – fuente del especulatismo filosófico, en Locke el  desmedido empirismo que lo incapacitó para valorar el papel de la razón en la obtención de la verdad y que derivó  en  el idealismo subjetivo del siglo XVIII en  Inglaterra.

El propio pensador reconoció el lugar de los filósofos citados en su obra;“En nuestros tiempos los filósofos eclécticos, mejor diría los verdaderos filósofos, parecen apoyar su doctrina en las opiniones de Descartes, Gassendi y Newton entre otros  (…) no he de pasar en silencio a Gottfried, Leibniz, nacido en Leipzig, Alemania, de fertilísimo ingenio, y al que, en opinión de Guevara, se puede aplicar lo que de Catón dijo Livio, que fácil para todo, ejecutaba cada cosa como si para ella sola hubiera nacido. Loiguió Wolff, filósofo y matemático alemán ( ..)”3

En  la lógica histórico filosófica universal la ilustración cubana, por la presentación asistemática  de sus obras y su resuelta  crítica,  con intenciones de superación ( filosofía electiva en José Agustín Caballero, filosofía ecléctica en Varela y filosofía experimental en Luz y Caballero )a  las limitaciones  de la ilustración clásica burguesa desde el estudio crítico del espiritualismo de Víctor Cousìn, representante de la filosofía de la restauración, pudiera situarse, ajustado a la dinámica  interna de la Filosofía,  en el  período
posthegeliano, pese a que el citado pensador no fuera uno de sus antecedentes teórico más inmediato de su obra.

El posthegelianismo es el movimiento contradictorio y multiforme que marcó la crítica superadora a  las manifiestas contradicciones de las bases teóricas de la ilustración europea clásica, generalmente, condicionado por los impactos de los adelantos de la Ciencia, la sociedad y las distintas esferas de la espiritualidad humana sobre  la cosmovisión.

 Es la etapa, iniciada en Alemania, después de la muerte de Hegel y  la desintegración de su sistema, caracterizado porque  Hegel,  figura cimera de los grandes sistemas filosóficos, se situó  en el centro de  encontradas polémicas filosóficas: por una parte, el pensamiento racionalista, personificado en el tradicionalismo burgués  y el marxismo y por la  otra, las tendencias irracionalistas de la segunda mitad del XIX:  transformadas  con posterioridad  en clásicos del pensamiento burgués contemporáneo.

En su obra Dialéctica de la naturaleza, Federico Engels caracterizó  las particularidades de la etapa con las siguientes palabras; “ (..)en Alemania brotan por todas partes, como las setas, de la noche a la mañana, por docenas, multitud de sistemas filosóficos, y principalmente de filosofía de la naturaleza, para no hablar de los innumerables nuevos sistemas de política, economía, etc. (..)”4

Significa, que si en Alemania los cambios en la base teórica de la cosmovisión ocurre a partir de crítica al sistema filosófico de Hegel, pensador más sistematizado de la ilustración clásica y en cuya obra emergen las contradicciones internas del esquema de pensamiento ilustrado; en Cuba, por condiciones concretas de la Isla, se da el mismo proceso cuestionador de las bases iluministas, pero desde la crítica de las contraposiciones lógico teóricas  del sensualismo materialista inglés y la teoría de las ideas innatas de René Descartes, teniendo como plataforma filosófica para la crítica al  irracionalismo de Víctor Cousìn sin dejarse atrapar por las redes del irracionalismo.

Después de valorar las particularidades de la propuesta de filosofía ecléctica de Félix Varela y su lugar en el proceso universal cuestionador de la ilustración clásica europea, se  analizarán las principales ideas del pensador sobre la esencia de la religiosidad, la relación de la Iglesia, la Ciencia, el Estado y el Hombre y sus propuestas de reconocimiento de las autonomías de las citadas instituciones sociales.

En el espíritu explicado, debe subrayarse, que la problemática sobre  la relación entre la Ciencia, la Filosofía, el Estado, Las leyes, la Escuela  y el Hombre;   fue una  de las problemáticas más importantes que centró la atención de los pensadores endógenos de la primera mitad del siglo XIX; lo más significativo de sus  apreciaciones  residió en que  se hicieron dentro de los marcos de las Instituciones Eclesiásticas sin propuestas de ruptura con la Iglesia y, particularmente  en Varela, sin abandonar su militancia sacerdotal  católica    hasta su muerte en 1853. Sin embargo, su obra es la crítica audaz a las  políticas  eclesiásticas denigrantes del humanismo cristiano originario, desde su propia base doctrinal, y el clamor por la construcción de la nueva  Iglesia Católica, comprometida con los pobres, por medio de  su reencuentro con su esencia liberadora original.

Para comprender la concepción social de Varela es imprescindible la correcta interpretación de su visión de sociedad, implícita en su obra. Según  el cubano, la sociedad es el cuerpo social con funcionamiento sistémico, cuya  organicidad funcional interna depende de la actividad de sus instituciones; interpretadas por Varela como entidades aglutinadoras del protagonismo cívico  de sus   componentes. En los marcos de la citada comprensión  analizó  el lugar y los nexos esenciales entre la Escuela, el Estado, las leyes  y la Iglesia.

En la base  de su concepción sobre la sociedad y su visión orgánica de las principales instituciones: garantes de su funcionamiento sistémico  está su interpretación del principio  escolástico de la autoridad, que si en la ideología medieval justificó la supeditación de la Ciencia, la Filosofía,  la Escuela y el Hombre a la Iglesia, en Varela adoptó un nuevo contenido que le permitió adoptar posiciones diametralmente opuestas al  escolasticismo y por momentos trascendentes al iluminismo europeo.

Según su definición; “La autoridad es divina si procede de Dios y humana si procede del hombre. Conocemos la primera por las Escrituras y la Iglesia, y la segunda por el testimonio de los hombres. Cada una, pues tiene su finalidad, la divina se ocupa de las cosas divinas, la humana, de las cosas humanas. Aunque Dios creador de la naturaleza, pudiera también enseñarnos respecto a las cuestiones humanas, no nos consta que así lo haya querido; más bien prefirió entregar el mundo a las disputas de los hombres (...)” 5

Con anterioridad a la explicación de lo ya citado, es necesario abrirse a la comprensión del pensador sobre la esencia y origen de la divinidad. Según sus criterios, la divinidad no es el fruto del engaño de unos hombres a otros, sino que sus causas están en las limitaciones que pudiera presentar el entendimiento  para atrapar conceptualmente ciertas percepciones humanas desprovistas de la necesaria definición sensorial. En las circunstancias citadas, la autoridad divina explicaría las  percepciones humanas  que trascendían  las sensaciones de los hombres y, por consiguiente, trascendían lo natural. Sin embargo, aún en las compleja situación, el optimismo gnoseológico del pensador entreabría espacio y reconocía las capacidades de  la Ciencia para  definirlas en otras circunstancias,  utilizando los métodos científicos.

Según sus palabras;”(..)frente a cosas que sobrepasan la capacidad de nuestra naturaleza o la facultad de percepción de nuestros sentidos, la mente humana, embotada e inmóvil, siente la necesidad de un guía que la conduzca, función que corresponde a la autoridad divina y, a veces, a la autoridad humana, siempre que ésta se apoye sobre bases sólidas de verdad (.. alcance de nuestro entendimiento (,,)” 6

Por la importancia de su interpretación  sobre el origen de lo divino para comprender sus ideas sobre el principio escolástico de la autoridad se expondrá la misma idea, expresada con más claridad;  “ (..)Hemos de reconocer y dejar bien sentado, y así nos lo enseña la propia experiencia, que el entendimiento del hombre es de tal condición que no puede conocerlo todo, enredado como está entre las inclinaciones de la carne, y que necesita de una sabiduría providencial que lo oriente y lo salve de irremediables extravíos. Pero reconozcamos también que dispone de su propia fuerza y eficacia para investigar los hechos de la naturaleza, sin necesidad de ajenas ayudas  (..)7

En síntesis, la verdad divina es la sublimación máxima de ciertas percepciones humanas sin base sensorial bien definida;  y  que   el entendimiento esta capacitado para explicarlas, lo hace  lo divino. Lo humano, sensorialmente determinado y lo divino, sin definición de la causa sensorial no se contradicen, quizás pudieran completarse porque el primero actúa con  la razón y lo segundo con  los sentimiento y lo volitivo humano.

Su peculiar visión de lo divino, junto a su reinterpretación del principio escolástico de la autoridad, son las ideas directrices esenciales de su obra, particularmente,  su visión  sobre las múltiples relaciones entre las instituciones de la sociedad. A la Ciencia le ocupa la verdad científica y a la Iglesia, la divina. Una y otra difieren entre sí por su objeto de reflexión y por la forma de obtención de la verdad. La verdad teológica es revelada mediante la lectura reflexiva de las Sagradas Escrituras y el ejercicio culto y consciente de  los Santos Sacramentos, la científica se deduce  de la naturaleza   con la utilización de  los  métodos científicos novedosos.

La verdad científica se  apoya en la razón, la teológica en los sentimientos. Los Santos padres prescindieron de lo racional para elaborar sus postulados. necesaria  sólo para explicar su origen; “La Sagrada Escritura no fue dispuesta para los doctos en las ciencias físicas, sino para información de los hombres piadosos, por lo que no hay un solo argumento de ella derivado, con excepción de su verdad histórica, que pueda ser incomparable con los sistemas filosóficos (..)” 8

La educación en la verdad teológica de las nuevas generaciones presuponía la asimilación culta, reflexiva y creadora, por los creyentes,  de sus preceptos y postulados  y nunca su memorización acrítica. Sólo así la moral cristiana, verdad teológica, formaría individuos bien dispuestos, conscientes y capacitados para evaluar sus modos de actuación y comprometerse con la realización del bien social.

Varela planteó sus dudas sobre la veracidad de la teoría sobre el diluvio universal, reflejo de cierto estadio incipiente del conocimiento y definió la necesidad de ajustar los preceptos religiosos sobre el origen del universo a los datos de la Ciencia. En su opinión, contrario a las visión escolástica; predominante, pese a todo, entre los ilustrados y los representantes eclesiásticos, acercar las interpretaciones teológicas sobre el tema a los resultados que ofrecía la Razón no contradecía su esencia; (..)”De la Escritura surge una fuerte argumentación contra ciertos sistemas de Filosofía, en sus explicaciones acerca de la formación del mundo y del Diluvio Universal, porque a este propósito la verdad histórica de la Escritura y dichos sistemas son incompatibles. Los autores sagrados se acomodaron a la comprensión del pueblo rudo y se valieron, por esto, de un lenguaje vulgar. Podemos apartarnos de tal modalidad de estilo sin que ello suponga una merma de la fe, sino un empleo discreto de la razón, pues reconocemos en dichos autores la prudencia, y no la ignorancia, como norma de sus escritos (..)” 9

Siguiendo la lógica de lo ya citado, el objeto de la Religión es Dios omnipotente y omnipresente moral; el objeto de la Ciencia es la naturaleza objetiva regida por sus propias leyes. Por diferir entre sí según su objeto  y por la forma de reproducción ideal del objeto no pueden existir entre ambas ni acercamientos baldíos, ni supeditaciones de una a otra y mucho menos  contradicciones.

En oposición al esquema escolástico de pensamiento, desde sus primeras obras, el filósofo  definió que la autoridad  divina operaba en ciertos límites de la actividad humana que  no  podía transgredir para conservar   su integridad institucional; “(..)Los hombres abusan de la autoridad divina y quieren extenderla arbitrariamente, pues no hay doctrina filosófica que no se quiera  defender o impugnar con autoridades de las Sagradas Letras, las cuales, como observa el Padre San Agustín, no se dirigen a formar filósofos, ni matemáticos, sino creyentes. Muchos con una veneración irracional, pretenden que los Santos Padres, tengan autoridad en materias filosóficas, oponiéndose a la misma doctrina de tan respetables maestros (..) 10

Si la ilustración clásica europea criticó el escolasticismo por los desvaríos teórico filosófico que ocasionara la utilización de la lógica aristotélica para fundamentar las Sagradas Escrituras, Varela la enfrentó  por la pérdida de la esencia humana del cristianismo originario con la arbitraria  fusión que hiciera el esquema de pensamiento escolástico   del Cristianismocon la Filosofía. Si los primeros defendieron la autonomía de la Ciencia y la Filosofía de las supeditaciones medievales; Varela abogó por el reconocimiento de la independencia de la Religión sin dejar de aceptar el valor social  de la Filosofía y la Ciencia.

Su  diferenciación  de la Ciencia, la Filosofía y la Religión como formas espirituales,  actuó como método en la  obra del pensadora. En sus Conferencias Filosóficas de la década del veinte,  analizó el desarrollo filosófico en su lógica histórica y caracterizó el panorama científico de su tiempo: el desarrollo alcanzado por  la Física y la química. En especial calificó  la Teoría de la Mecánica Clásica de Isaac Newton como una revolución en la investigación de la naturaleza porque sus resultados científicos  liquidaban las concepciones medievales sobre el origen divino del universo.
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De Newton escribió en sus Conferencias; “Y ha llegado el momento de citar al inglés Isaac Newton, padre y maestro de la Física, celebérrimo matemático, prez y gloria de las letras, de clarísimo y seguro juicio y de insuperable pericia en la investigación, que merece ser considerado (permítase decirlo) como el primero entre todos, en la explicación de la naturaleza. Lo han seguido después casi todos los autores que han tratado de Física, aunque sin aquel servilismo que era característico de los antiguos filósofos”11

Además, con objetividad científica estudió los acontecimientos históricos de su tiempo: en sus artículos recogidos en el papel periódico El Habanero, definió la necesidad de la revolución descolonizadora en la Isla, analizó los procesos revolucionarios de las Provincias de Ultramar, culminados con su independencia en 1825, asimismo, explicó las posibles ventajas y desventajas de la propuesta de Simón Bolívar de incorporar a Las Antillas  al proceso descolonizador para evitar  la intromisión de los Estados Unidos en la contienda emancipadora continental y, por último,  valoró el panorama social, económico y religioso de los Estados Unidos durante la década del treinta del siglo XIX.

En los límites de su concepción cristiana militante, fue un pensador de su tiempo, defensor de la Ciencia y comprometido con las necesidades sociales de la Isla lo que atestiguan su propuesta a las Cortes Españolas  de su Proyecto para la extinción de   la esclavitud y su reconocimiento del derecho de las Provincias de Ultramar a su independencia12 . En el primero, el autor, sin dejar de valorar  los impedimentos económicos y políticos de la esclavitud para el florecimiento capitalista independiente de la Isla, valoró  con amplitud  la presencia e impacto de la población originaria africana en la cultura en formación, como parte de la nueva  colectividad humana que se gestaba, fruto de la colonización española  con una fisonomía distinta de la Península.

En el segundo, Varela propuso que la democratización burguesa del imperio colonial consolidara con el reconocimiento del derecho de las Provincias de Ultramar, enfrascadas en lucha anticolonial e independentista, a su  reconocimiento  como estados independientes. Los citados artículos demuestran que la radicalidad de sus ideas trascendían las aspiraciones del resto de los diputados de la Isla a las Cortes.

La obra y la actividad política del pensador demuestran su confianza en la moral cristiana para el mejoramiento humano y el afianzamiento protagónico del hombre y, a su vez, su  reconocimiento de la capacidad de la Ciencia para conocer la realidad y humanizar al hombre. Fue Varela  uno de los revolucionarios más consecuentes y radicales  de la Isla durante la primera mitad del XIX  y uno de los más notables conocedores de la Ciencia en la Isla.

Por otra parte, el principio de la autoridad reinterpretado, le posibilitó  designar con objetividad y sin contradecir su cosmovisión religiosa, el encargo social de  la Iglesia, la Escuela,  la Ciencia, El Estado y las Leyes; y  redefinir el lugar del hombre en el universo como ser  con capacidad racional suficiente para conocer  y ajustar constantemente su destino.

Para el cubano, la  Ciencia era la institución, encargada de  multiplicar  los conocimientos naturalistas, indispensables para el mejoramiento de las condiciones de vida de  la sociedad y la consolidación de la verdadera justicia e igualdad. La Escuela, liberada del tutelaje  eclesiástico y guberidntal,  sería la formadora de los miembros del cuerpo social  en la aplicabilidad de los resultados científico – naturalista y la institución formadora  cívica ciudadana para el  correcto ejercicio democrático.

La Ciencia,   la Filosofía,  el Estado y la Iglesia se supeditarían al objetivo fundamental social: el perfeccionamiento humano; “(..) El hombre está obligado a procurar su perfección y la de la sociedad en que habita, y cuando haya llenado este deber (..) sembrar, para las generaciones que existirán sobre la tierra cuando él y los presentes hayan desaparecido (..)” 13

En su concepción filosófica, la normatividad moral era esencialmente trascendente  a la actividad humana, concentrada en el Dios omnipotente y omnipresente e impuesta a los individuos del cuerpo social; la normatividad moral se humanizaba a través de la lectura culta y reflexiva de las Sagradas Escrituras y el debido cumplimiento de los Santos Sacramentos con la ayuda de la autoridad de los sacerdotes.

 La principal tarea social  de la Iglesia residía en la educación de la población en la moral cristiana sin que hiciera  intromisiones en los asuntos de la Ciencia,  de la Escuela, de las leyes  ni del  Estado; las últimas, ocupadas respectivamente,  en el  estudio de  la naturaleza, en la formación de los individuos  en el saber científico y en garantizar  la armonía del cuerpo social.

En su propuesta reformadora de la enseñanza separó las funciones del maestro y el sacerdote en la Escuela: el segundo  destinado a formar a las nuevas generaciones en los preceptos de la moral cristiana, el primero encargado de la educación de los individuos en los adelantos de la Ciencia con la utilización de métodos reproductivos educativos que trascendieran la memorización escolástica.

Por su parte, el Estado debía contribuir materialmente con la Iglesia para propiciar su labor formativo moral, sin que ésta última se ocupara de los asuntos de administración política, asunto esencialmente del Estado;  “(..)no quiero privar a la Iglesia de la protección que debe recibir, pero si quiero sacarla de una esclavitud en que no debe estar, haciéndola juguete del trono, sólo por suponer que le debe su existencia. Quiero quitar esa arma de las manos de la cruel, hipócrita y astuta política (..)” 14

En sus  escritos la idea de la necesaria separación de la Iglesia y el Estado maduró desde la defensa de la integridad de la Religión, comprendida como una institución autónoma que debía defender su independencia y enfrentar cualquier intento de afiliarla a otras entidades con objetivos diferentes. pues el Estado, históricamente,  la había utilizado para justificar decisiones contrarias a su naturaleza humana. Siguiendo la lógica de su propuesta: siempre que  la Iglesia aceptaba ser parte de los manejos políticos del Estado perdía su naturaleza esencialmente humana original  y transgredía sus límites, participando en problemas que no sólo le fueran ajenos, sino que no podía solucionar y había cometido graves equívocos. Duramente criticados por la historia. 

Significa, que en la concepción de Félix Varela emerge los fundamentos de cierto laicismo que lo hacen trascendente a la ilustración europea clásica con posiciones más conservadoras respecto a la problemática Estado  - Iglesia. Laicismo que brota desde la defensa del espíritu humano del cristianismo originario y la designación de su función formativo moral.

A modo de síntesis pudiera subrayarse que referido a las relaciones de la Escuela, la Iglesia y el Estado, las posiciones del pensador son muy definidas, las primeras han sido explicadas: la Escuela educa en los preceptos de la Ciencia, la Iglesia en la normatividad moral cristiana, tan necesaria para garantizar la armonía del cuerpo social. La segunda: Estado -  Escuela, el cubano  le otorgó plena libertad a la Escuela para organizar, administrar y elaborar los programas de enseñanza, siempre ajustados  a las demandas objetivas de la sociedad. El Estado sólo propiciaría a la Escuela, la imprescindible  infraestructura  para su correcto funcionamiento; “ (..) En el momento en que el gobierno ejerce un poder sobre la instrucción pública, aquella está  entorpecida y casi paralizada (..)”15 BUSCAR REFERENCIA

El estado, encargado de sentar las condiciones del bienestar, apoyado en las leyes  trascendería  la actividad eclesiástica  y la educacional. Respecto a la primera se ocuparía sólo de eliminar los obstáculos que la pudieran limitar   para cumplir con su encargo moral, referido a la segunda, la Escuela, la concebía como una  institución autónoma y capacitada para elaborar   los  modelos educativos adecuados para la formación ciudadana de la población en función de las necesidades concretas de la sociedad; la Escuela sólo necesitaba del Estado el apoyo material para sustentarse y perfeccionarse continuamente.

En su propuesta de modelo reformador educacional, reconoció la conveniencia  de que coexistiera la educación privada y pública porque la primera actúa  como  estímulo para  el continuo perfeccionamiento de la segunda. Respecto a una y otra el Estado adoptaría la política de no intromisión en los asuntos educativos de la privada y controlaría los procesos de enseñanza en las escuelas públicas, formadoras de la amplia base  social del perfeccionamiento del cuerpo social.

La esencia de la  relación del Estado con la enseñanza privada la define con las siguientes palabras; “ (..) El gobierno puede dar preferencia a un método y establecerse en la escuela que paga (..) pero cuando pasa a prohibir directa o indirectamente la introducción de otro método en las escuelas particulares, ejerce una acción gobernativa sobre un punto puramente literario y causa un grave daño (..) 16

En su  propuesta de reforma educacional, Varela diferencia la labor del  maestro, trasmisor principal de los adelantos de la Ciencia con la utilización de los métodos científicos de enseñanza de la época; y los profesionales de la Iglesia, verdadero intérpretes de los preceptos morales cristianos y capacitados para inculcarlos con creatividad.

Se opuso el cubano a que los maestros educaran a los alumnos en los preceptos cristianos; “(..)no se debe promover a todos los maestros de primeras letras enseñar la doctrina religiosa, sino que no se debía permitírsele a ninguno, pues a la verdad muy pocos son capaces de desempeñar tan arduo encargo . Se necesita un gran tino, instrucción y prudencia para enseñar a un niño las primeras ideas religiosas (..) 17

Su visión, garantes de la organicidad y la sistematicidad del cuerpo social fue opuesta al innatismo cartesiano y adscrita   a la teoría  del pacto social; “Todo pacto social no es más que la renuncia de una parte de la libertad individual para sacar mayores ventajas de la protección social del cuerpo social, y el gobierno es un medio de conseguirlas (..)” 18

Las leyes sintetizan  la voluntad de los miembros del cuerpo social, los protege, los declara iguales y les define sus deberes y derechos esenciales; “Expresando la ley la voluntad general, (..)se  deduce que todos los individuos están obligados a su observación, (..)porque viviendo en un cuerpo social está obligado a promover su bien común, y no hacer oficios contrarios a su unidad (..)”19

Contrario a la visión cartesiana sobre el Derecho, para el filósofo, la subjetivación individual de la normatividad jurídica, nacida del pacto social y de la renuncia de cierta parte de las libertades individuales de los miembros del cuerpo social,   no demuestra su naturaleza innata y trascendente al tiempo y a la dinámica del cuerpo social, sino, su capacidad de síntesis para  impulsar y regular los modos de actuación de los individuos; “Yo convengo en que éste Derecho  no es innato en el sentido cartesiano, cuando se doce  impreso en nuestras almas, sòlo se quiere indicar su permanencia, màs no el modo de adquirirlo, tampoco se usa la palabra infundido para indicar vedada inspiración, sino una excitación constante de la naturaleza, quiere decir del conjunto de los seres, a formar siempre una idea (..) 20

Significa, que el cubano desde su reinterpretación del principio de la autoridad definió la sociedad como un cuerpo social,  cuya organicidad y sistematicidad interna la garantizaban las múltiples relaciones que pudieran establecerse entre sus instituciones, apoyado en su comprensión sobre de los distintos encargos sociales que posee cada una de las instituciones que condensan el activismo humano..

Los  ciudadanos están  obligados a garantizar la armonía, organicidad  y buen funcionamiento del cuerpo social a partir  del respeto de las leyes, salvaguardas del bien común. Cualquier transgresión de la legalidad social, nacida del consenso público y la renuncia voluntaria de ciertas libertadas individuales por los miembros del cuerpo social, tenía que ser sancionada  Sanción, siempre impuesta por la colectividad  al infractor que pudiera, en caso extremo, conducir a la pena de muerte, medida que si bien era esencialmente  contraria a la naturaleza humana que tiende a la conservación de la especie, pero que pudiera ser necesaria  para proteger  la estabilidad social.

Según sus palabras; “ (..)el homicidio hecho por autoridad pública y con justa causa, aunque sea contrario a la naturaleza física e individual de aquel a quien se le quite la vida, es conforme a la naturaleza de toda especie humana que exige su conservación política (..)21

El filósofo fue defensor de la República, forma de gobierno asentada en el protagonismo ciudadano culto y creador  y multiplicado en la gestión política, el reconocimiento de los derechos y deberes de todos los componentes de la sociedad y apoyada en la pequeña propiedad, catalizadora de las iniciativas de todos los miembros de la colectividad. La maduración de su ideal republicano  atraviesa su obra: desde los años que realizó su magisterio en  el Colegio Seminario de San  Carlos y La Universidad de San Gerónimo de la La Habana, hasta sus Cartas a Elpidio de los años veinte. 

En la base de su propuesta de República situó a la ilustración y a la virtud, un pueblo culto, capacitado  y moralmente preparado puede definir con acierto su destino y ejercer con eficiencia su gestión pública con independencia a las formas concretas que pudiera adoptar la democracia;  ²(..) Todo pueblo religioso e ilustrado es superior a todas las leyes y a todos los sistemas políticos, que son para él como los vestidos para el cuerpo, que pueden afearlo y aun molestarlo, pero no altera su naturaleza ni la hermosura de sus formas (...)” 22

Los orígenes de su republicanismo están en las observaciones que escribió a la Constitución Española de 1821, en cuyo contexto definió su contradicción más esencial entre el absolutismo medieval, personificado en la figura del Rey y las aparentes libertades democráticas, esencialmente limitadas por la Monarquía, sintetizado en la gestión política de las Cortes Españolas, o sea, el espíritu republicano democrático burgués estaba atrapado en las redes de la Monarquía Medieval.

Según sus definiciones; “(..)en el sistema actual se produce un monstruo político, reuniendo la democracia con la monarquía, que son dos formas de gobierno tan distintas, y dos poderes tan rivales, que están expuestos a destruirse mutuamente (..)” 23

1.2 Félix Varela en los Estados Unidos. Profundizaciones  en su visión sobre la religión y la religiosidad

Desde  los años veinte hasta su muerte en 1853, tras la restauración del absolutismo político del Imperio Colonial Español, Varela permaneció exiliado en los EE UU. En la citada nación corren los tiempos de la proliferación de  distintos credos y sectas religiosas no cristianas y cristianas, de la persecución de los católicos por los protestantes, pese al reconocimiento legal de la igualdad de todas las religiones ante la ley. En los  escritos de la década del treinta que reflexionan sobre la convulsionada  situación ideoreligiosa estadounidense,   maduró   su concepción sobre la naturaleza de la religiosidad,  el lugar de la Iglesia Católica en  la diversidad religiosa,, manifiesta en la proliferación de credos, sectas religiosas y distintas formas de prácticas religiosas en apariencias contradictorias entre sì.

En sus Cartas a Elpidio, Varela profundizó en  las particularidades de la religiosidad;  y a la reinterpretación  que hizo  del principio escolástico de la autoridad y sus valoraciones sobre el origen y peculiaridades de la divinidad; le incorporó nuevos análisis sobre  panorama religioso estadounidense y la conceptualización de los siguientes fenómenos religiosos desde la contextualizad norteamericana: igualdad, Dios, tolerancia religiosa, en sus dos acepciones,  Iglesia Católica y unidad religiosa.

Varela partió de  su concepción deísta sobre el universo, contenida y desarrollada en sus primeros escritos: Dios único, omnipresente y omnipotente creó el universo por el primer impulso,  tras el cual, la naturaleza  desarrolló, ajustada a sus leyes objetivas,  interpretadas y apropiadas por el Hombre a través de la Ciencia  con la utilización de  los métodos científicos. Para  conocer las particularidades  sobre el  origen del universo se debiera recurrir a Dios como impulsor inicial, para conocer lo natural, dirigirse al conocimiento naturalista; “(..)Dios es un ente perfectísimo; nada más podemos decir. Su existencia la publica abiertamente la naturaleza, la comprueba el consentimiento de los pueblos y la evidencian las razones metafísicas (..)24

Para estudiar su enfoque sobre la unidad religiosa, desarrollado en  sus valoraciones sobre las confrontaciones religiosas en los Estados Unidos, en cuyas bases está sus definiciones sobre  la igualdad social, comprendida en su obra, como el derecho de unos de reconocer sus virtudes y espacios  en la consustancial aceptación de las virtudes y los espacios  de los otros; “(..)uno de los resultados de la verdadera libertad es el derecho de la igualdad, que quiere decir el derecho de que se aprecien sus perfecciones y méritos del mismo modo que otros iguales que  se hallen en cualquier individuo (..) 25

En su obra, el cubano fue consecuente con  su punto de partida cosmovisivo y Dios no le entorpeció en su discurrir sobre la Filosofía, la Ciencia, la Escuela, la Política, el Hombre, entre otros y  su cosmovisión cristiana no limitó sus resueltas y radicales posiciones respecto a los puntos esenciales de las entidades sociales ya citadas.

La respuesta más inmediata está en su  deísmo, pero no basta, y para profundizar en las causas se propone explicar algunas de sus ideas sobre la moral. En toda la obra del pensador, implícitamente, se evidencia su adscripción a la concepción sobre la moral revelada: la normatividad, tan necesaria al hombre para lograr la armonía y buen funcionamiento del cuerpo social,  trasciende  la actividad humana; son eternos, divinos y revelados a través de las Sagradas Escrituras. 

 El Dios cristiano es el depositario de de la Moral eterna y divina y los hombres la  humanizan mediante el ejercicio consciente, inteligente y culto  de los Santos Sacramentos; “El hombre reconoce naturalmente que todo se lo debe a Dios y en consecuencia le tributa homenaje, sometiendo su espíritu a sus divinos mandatos (..)26

Es meritorio recordar que para el autor la divinidad se origina por la existencia de ciertas percepciones sin determinación sensorial que el sublima y exalta y si bien el conocimiento es fruto del entendimiento humano, la divinidad  es resultado de las emociones humanas. Por consiguiente, el Dios del autor, interpretado como el primer impulsor del universo se convierte en cierto estereotipo moral y se refiere al Creador; “(..)no  como autor de la naturaleza, sino como vengador del crimen (..) 27

Desde el estudio de la sociedad estadounidense de la época, Varela   conceptualizó la tolerancia religiosa, la cual interpretó en dos acepciones: la tolerancia  religiosa legal y la tolerancia religiosa social. La primera,  la más inmediata y  siempre  recogida  en el Sistema Legal. Esencialmente, consistía en el reconocimiento de  la igualdad de todos los miembros de la sociedad ante la ley con independencia del tipo de credo que profesasen o si no estuvieran adscripto a ningún credo ni secta religiosa. Asimismo la igualdad de todas las religiones ante la ley.

La tolerancia legal no permite privilegios de unas religiones sobre otra, no admite     diferencias entre religiones, sectas, credos religiosos, creyentes y no creyentes. Es  impuesta  a la ciudadanía, que si bien pudiera aceptar lo que establece la legislación no siempre la comprende ni la acepta.

En sus reflexiones sobre el tema, el autor diferencia lo legal de lo legítimo. El primero es lo impuesto a la colectividad y de obligatorio cumplimiento;  lo segundo, lo que pudiera ser o no  respaldado y aceptado socialmente. En sus Cartas a Elpidio analizó las contradicciones que existían en la sociedad estadounidense entre lo legal y lo legítimo respecto al manejo de la diversidad religiosa.

Según sus palabras; “(..)Si un hombre me dice que no creyendo en religión alguna, le es indiferente que otros crean en ellas, (..) yo lo entiendo y no hay que disputar, pero que me diga que es verdadero creyente de una de las religiones y que, sin embargo, aprueba o tiene por ciertas las otras, que son contrarias a la que profesa, no puedo entenderlo (..) no creo al que use de semejante lenguaje, a menos que por otras circunstancias no se conste que es un tonto de recibo, o un iluso tan rematado en su locura religiosa, que no advierte la significación de las palabras (..)” 28

En la sociedad norteamericana de la década del treinta  existía la tolerancia religiosa legal, irrespetada continuamente por una ciudadanía fanática, violenta y tendenciosamente irracional; “En cuanto a la tolerancia legal no puede negarse que es perfectísima en éstepaís pues a excepción de algún caso muy extraordinario, que puede mirarse como un fenómeno, jamás se encuentra un juez ni un jurado que no proceda con imparcialidad y firmeza cuando se trata de asegurar la libertad de conciencia, sancionada en la Constitución (..)” 29

El ejercicio del proselitismo religioso,  la búsqueda de nuevos adeptos a una u otra religión mediante la socialización de sus formas de interpretar las Sagradas Escrituras y oficiar los Santos Sacramentos, irrespeta a los creyentes de otras religiones y a los no creyentes, resueltos a no profesar ninguna. Para el pensador adscribirse o no a una religión debía ser una decisión libre de cada ciudadano, sin convencimientos de otros ni imposiciones.

Según sus palabras; “ (..)el proselitismo es una infracción de la tolerancia teológica, (..) una prueba de que no existe. Supone claramente que se quiere remover y destruir un dogma y sustituir otro, trayendo a todos por una fuerza intelectual y moral a la secta que se quiere extender (..)”30

Para el autor, la ciudadanía estadounidense debía educarse en la  condescendencia religiosa: capacidad de los creyentes a realizar sus Santos Sacramentos y  venerar a Dios sin menospreciar ni rechazar las otras formas de acercarse a la divinidad religiosa ni ofender a los no creyentes. Las relaciones entre los diferentes credos de origen cristiano, la Iglesia Católica, las distintas sectas  y los no creyentes debían sustentarse en el mutuo respeto, el mutuo reconocimiento  sin rechazo de  unas ni otras.

Los distintos credos de origen cristiano y la Iglesia Católica lejos de contradecirse mutuamente, los unía el mismo Dios y, esencialmente, las Sagradas Escrituras y el contenido de los Santos Sacramento, diferenciados mutuamente sólo por las  interpretaciones concretas que recibían las primeras según el credo que profesasen los creyentes  y las formas de oficiarse los segundos por las distintas  religiones de origen cristiano. La base de la  unidad de la  familia religiosa cristiana residía en su contenido  moral.

Según sus consideraciones; “(..)la voluntad de Jesucristo fue reunir a todos los hombres en una sola creencia, introducirlos por una sola puerta, en un sòlo templo; y formar de ese modo una sola familia reigiosa,  en la cual se obtiene la salud eterna, y fuera de la cual no hay que esperarla (..) 31

Los verdaderos creyentes, protestantes y católicos aceptan a los otros  con independencia de sus diferencias en la interpretación de las Sagradas Escrituras y el ejercicio de los Santos Sacramentos;  “ (..)los protestantes , mi Elpidio, admiten como nosotros la necesidad de pertenecer a la Iglesia para salvarse y excusan a los que por una ignorancia invencible no son suyos, como nosotros excusamos a los que en igual caso no son nuestros (..)”32

Esencialmente, no existen contradicciones doctrinales entre los protestantes y católicos, ambos se acercan a Dios; arquetipo moral con algunas diferencias  por las distinciones formales  en sus interpretaciones  de los documentos sagrados;”(…)los que tienen una ignorancia invencible de la doctrina católica no son castigados por dicha ignorancia y habiendo recibido el bautismo (que es válido y es  único, sea cual fuere la creencia del que lo administra) son miembros de la única Iglesia, que es la católica, aunque el uso común de hablar los adscribe a algunas de las sectas (..)”33

En los límites de su crítica del  panorama convulso religioso de la sociedad estadounidense de la década del treinta del XIX, Varela desarrolló su idea sobre la unidad religiosa alrededor de la Iglesia Católica, en cuyas bases se encuentran su visión sobre la igualdad social, su visión del Dios Moral Cristiano Único, sus reflexiones sobre  las convergencias entre las distintas interpretaciones de las Sagradas Escrituras y las similitudes de las formas de los  ejercicios de los Santos Sacramentos de las religiones de origen cristiano.

Varela estaba convencido de las limitaciones de la tolerancia religiosa legal que para que pudiera cumplirse se necesitaba educar la ciudadanía en la tolerancia religiosa natural. La idea sobre la tolerancia religiosa natural fluye en sus escritos de la época y pese a no definirla, pudiera conceptualizarse como la consolidación de las relaciones de respeto y aceptación mutua de todos los creyentes entre sì con independencia de la diversidad de interpretaciones que pudieran hacer a las Sagradas Escrituras y las distinciones en el oficio de los Santos Sacramentos, siempre que el amor al prójimo y el interés por consolidar el bien común los pudiera acercar y no alejar unos de otros.

La doctrina cristiana lejos de separar, une a todos los adeptos al Cristianismo; “(..)la voluntad de Jesucristo fue reunir a todos los hombres en una sola creencia, introduciéndolos por una sola puerta en un sòlo templo, y formar de èste modo una sola familia religiosa, en la cual se obtiene la salud eterna, y fuera de la cual no hay que esperarla (..)34

Félix Varela  legó al pensamiento universal no sólo su propuesta de separación de la Iglesia, el Estado, las Leyes y la Escuela desde posiciones del cristianismo originario, sino sus reflexiones sobre la necesaria unidad de las Iglesias Cristianas desde el respeto a la diversidad religiosa y su oposición a la  designación de Iglesias oficiales por los Estados.

Consustancial con el laicismo en Varela,  estaban sus pretensiones de fundar la Nueva Iglesia Católica, renovada en el espíritu del cristianismo originario, ecuménica y capaz de convertirse en el principal regulador moral; “La Iglesia es el conjunto de creyentes bautizados, que guiados por la ley de la fé, unidos con el vínculo de la caridad, aunados por la consoladora y bien fundada esperanza y nutridos por los Santos Sacramentos corren por las sendas de la virtud y de la paz hacia el centro de la felicidad, bajo el eterno pastor que es Cristo y su vicario que es el Papa. Esta es la verdadera idea de la iglesia, más suele darse este nombre al cuerpo eclesiástico o al conjunto de sus ministros de santuario con cierta jerarquía, sujeto a ciertos cánones y con ciertas prerrogativas civiles”

En los límites de su visión, la Iglesia  no era la institución que se diluía en las políticas hegemonizantes como su justificador teórico mediante la divinización de la naturaleza y la sociedad, tampoco era  obstáculo  del libre desarrollo de las ciencias y la propagación de la cultura, factor importante para la toma consciente decisiones a favor de sus colectivos y la sociedad,  ni elemento represor del pensamiento científico,  sino la institución que aglutinaba a los individuos con fe, dispuestos a  transformar la realidad constantemente.

CONCLUSIONES

Las ideas de Félix Varela sobre la cuestión religiosa se erigen en los fundamentos teóricos siguientes: su crítica a la autoridad: divina y de los sabios, dirigida a trascender los obstáculos del conocimiento científico. En sus concepciones sobre el origen de la divinidad que encontró en las percepciones humanas sin fundamento sensorial que no pueden ser conceptualmente atrapadas por el entendimiento humano y son explicadas por lo divino que las sublima. En su definición de Dios como el primer impulsor del universo y  arquetipo Moral, que los hombres humanizan por medio de la lectura reflexiva de las Sagradas Escrituras y el ejercicio consciente de los Sagrados Sacramentos.

En los límites de su propuesta de filosofía ecléctica, Varela desarrolló cierta visión laicista desde la defensa del respeto de la autonomía institucional de la Iglesia Católica que lo separa de la ilustración clásica europea y que se  manifiesta en su propuesta de separación de la Iglesia del Estado, de la Ciencia, de la Filosofía y de la Escuela. 

En los marcos del análisis crítico del panorama religioso de los Estados Unidos en los años treinta del siglo XIX desde el prisma del cristianismo, maduró en la obra de Félix Varela, su concepción ecuménica de la cuestión religiosa, manifiesta en su propuesta de  unidad de las religiones cristianas alrededor de la Iglesia Católica, la cual fundamentó  en el reconocimiento de la libertad de creencia, el mutuo respeto de los distintos credos y sectas, la mutua aceptación de las distintas formas de interpretación de los documentos sagrados y el ejercicio de los Santos Sacramentos, la prohibición del oficialismo estatal religioso y el proselitismo religioso.

BIBLIOGRAFÍA

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  • --------------------------: ²Instituciones de Filosofía ecléctica (Tomo I.  Lógica ), 1812,  en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997
  • ---------------------------²Elencos 1816², en  Obras Completas en tres tomos ,tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • ---------------------------²Carta autógrafa dirigida por Félix Varela a la sociedad patriótica de La Habana, solicitando su ingreso en la primera junta de la sociedad patriótica de La Habana², 1817, en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • ------------------------: ²Elogio del Excmo. e IIImo señor Don José P. Valiente y Bravo, pronunciado en la catedral de La Habana, por Don Félix Varela, 10 de marzo de 1818, en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • -------------------------: ²Lecciones de Filosofía²,1818 – 1820, en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • ------------------------: ²Misceláneas Filosóficas²,1819, en Obras Completas en tres tomos, tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • -------------------------: “Observaciones sobre la constitución política de la monarquía española², 1821, en Obras Completas en tres tomos ,tomo II,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • --------------------------:²Proyecto para el gobierno de las provincias de ultramar, preámbulo de la instrucción para el gobierno de ultramar², 1823, en  Obras Completas en tres tomos, tomo II,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • -------------------------: ²Discurso de Félix Varela que no llegó a pronunciar, sobre la independencia de Las Américas², 1823, , en Obras Completas en tres tomos , tomo II,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • -------------------------: ²Proyecto y memoria para la extinción de la esclavitud en la isla de Cuba. Memoria que demuestra la necesidad de extinguir la esclavitud de los negros en la isla de Cuba, atendiendo a los intereses de sus propietarios², 1823, en Obras Completas en tres tomos, tomo II,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular,  La Habana, 1997.
  • ---------------------------:²Amor de los americanos a la independencia², 1824, en  Obras Completas en tres tomos, tomo II,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • -----------------------------------: “Carta a la S. D. P.I  de Nueva York², 1 de julio de 1825, en Obras Completas en tres tomos, tomo II, compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra y Mercedes García. Introducción de Eduardo Torres Cuevas, Editorial Imagen Contemporánea y Editorial Cultura Popular,  La Habana, 1997, Pág. 302
  • ----------------------------:²Instrucción pública², 1829, en Obras Completas en tres tomos, tomo II, compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.
  • ------------------------------: ²Espíritu público², 1834, en Obras Completas en tres tomos, tomo II,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997.

NOTAS Y REFERENCIAS

Varela, Morales, Félix: “ Varias proposiciones para el ejercicio de los bisoños, escritas originalmente, disponible en  Latìn”enhttp://bdigital.bnjm.cu/secciones/literatura/autores/44/obras/FV1.pdf, Pág. 79

*Profesor de filosofía, Universidad José Martí Pérez, Cuba. Graduada de Filosofía. sira @uniss.edu.cu
** Profesor de Economía Política, Universidad José Martí Pérez, Cuba. Graduado de Marxismo-leninismo. jorgeluis @uniss.edu.cusira@uniss.edu.cu
*** Profesora de Historia, Universidad Josè Martì Pèrez, Cuba Graduada de historia
2 Varela Morales, Félix: “Instituciones de la filosofía ecléctica”, 1812,   en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997, Pà(Tomo I.  Lógica ), 1812,  en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997,Pág 21.
3 ------------------------: Obra Citada, Pàg 22.
4 Engels, Federico: “Dialéctica de la Naturaleza”, disponible en www.infotemàtica.com.ar, Pàg 21
5 Varela Morales, Félix:  “Instituciones de la filosofía ecléctica”, 1812,   en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997, Pà(Tomo I.  Lógica ), 1812,  en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997,Pág 57
6 --------------------: Obra Citada, Pàg 59
7Ibidem.
8 Varela Morales, Félix: “Instituciones de la filosofía ecléctica”, 1812,   en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997, Pà(Tomo I.  Lógica ), 1812,  en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997,Pág 22
9Ibídem.
10 Varela Morales, Félix: “Elencos”, 1812,  en  Obras Completas en tres tomos ,tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997. Pag171
11 Varela Morales, Félix: “Instituciones de la filosofía ecléctica”,.1812,  en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997, Pág. 29
12 Los escritos significados fueron intervenciones en las Cortes Españolas que el autor no presentó a las Cortes  por distintas causas y con posterioridad y después el propio autor  los publicó en el el papel periódico El Habanero.
14 Varela Morales, Félix: “Instituciones de la filosofía ecléctica”, 1812,  en Obras Completas en tres tomos , tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997, Pàág 33.
16 Varela Morales, Félix: “Instrucción pública “,1829, en Obras Completas en tres tomos, tomo II, compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1999, Pàg 309.
17 Varela Morales, Fèlix: Obra Citada, Pàg  311
18 Varela Morales, Félix: “La cuestión cubana a la luz del movimiento revolucionario continental y los intereses estadounidenses”,1820, en  Obras Completas en tres tomos, tomo II, compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1999, Pàg173
19 Varela Morales, Félix: Obra Citada,  Pág. 173.
20 Varela Morales, Félix: Obra Citada, Pàg 278.
21 Varela Morales, Félix: “Cartas a Elpidio”, Cartas a Elpidio”. Edición Facsimilar, 1835, 1838, introducción por Humberto Piñera Llera, epílogo por Raimundo Lazo, introducción general por Rogelio A de la Torre, Editorial Cubana, Miami, 1998. Pàg 261
22 Varela Morales, Félix Obra Citada, Pàg38
23 Varela Morales, Félix: “Observaciones sobre la constitución política de la monarquía española”, 1821, Cartas a Elpidio”. Edición Facsimilar, 1835, 1838, introducción por Humberto Piñera Llera, epílogo por Raimundo Lazo, introducción general por Rogelio A de la Torre, Editorial Cubana, Miami, 1998, Pàg 29
24 Varela Morales, Félix:“Elencos”, 1816,  en  Obras Completas en tres tomos ,tomo I,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997,  Pàg 30
25 Varela Morales, Félix: “Observaciones sobre la constitución política de la monarquía española², 1821, en Obras Completas en tres tomos ,tomo II,compilación realizada por Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez, introducción de Eduardo Torres Cuevas, Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997, Pág 171
26 Varela, Morales, Félix: “Cartas a Elpidio”. Edición Facsimilar, 1835, 1838, introducción por Humberto Piñera Llera, epílogo por Raimundo Lazo, introducción general por Rogelio A de la Torre, Editorial Cubana, Miami, 1998. Pág. 288.
27 Varela Morales, Félix: Obra Citada, Pág. 287.
28 Varela Morales, Félix: Obra Citada, Pag 135
29 Varela Morales, Félix: Obra Citada, Pág. 176.
30 Varela Morales, Félix: Obra Citada Pág. 176.
31 Varela Morales, Félix: Obra Citada, Pág. 378
32 Varela Morales, Félix: Obra Citada, Pág 139.
33 Varela Morales, Félix: Ibídem
34 Varela, Morales, Félix Obra Citada, Pàg378
35 Varela Morales, Félix. Obra Citada, Pàg379

Recibido: 18/02/2019 Aceptado: 07/06/2019 Publicado: Junio de 2019


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