Maily Morejón Concepción*
Juana Pérez Rodríguez**
Yuniet de la Caridad Varela Rodríguez ***
Universidad de Cienfuegos, Cuba
Correo: mmorejonconcepcion@gmail.com
Resumen: 
El desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones y  el acceso cada vez mayor a ellas han provocado que los jóvenes desarrollen una  relación muy importante ellas. Los usos de estas nuevas tecnologías por parte de los  jóvenes, en el contexto cubano, tanto en la facilidad con que se apropian de  ellas como en su calidad de nativos digitales conlleva a que estos vivan  continuamente en la recomposición de prácticas y representaciones y a su vez  impactan en la manera en que desarrollan sus relaciones sociales. Lo anterior  obliga a los científicos sociales y decisores políticos a tomar a los jóvenes  como protagonistas de su realidad y a comprender la condición juvenil que  emerge en este siglo. Con este trabajo  nos hemos propuesto reflexionar sobre la realidad de los jóvenes cubanos ante  las TIC en el contexto actual.
Palabras Claves: Tecnologías- Información-Comunicaciones-Jóvenes-Internet-Redes  Sociales
Abstract: The development of information technologies and communications and the increasing access to them have caused young people to develop a very important relationship. The uses of these new technologies by young people, in the Cuban context, both in the ease with which they appropriate them and in their capacity as digital natives means that they live continuously in the recomposition of practices and representations and in turn impact on the way they develop their social relationships. This forces social scientists and political decision makers to take young people as protagonists of their reality and to understand the youthful condition that emerges in this century. With this work we have proposed to reflect on the reality of young Cubans facing ICT in the current context.
Keywords: Technologies- Information-Communications-Youth-Internet-Social Networks
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Maily Morejón Concepción, Juana Pérez Rodríguez y Yuniet de la Caridad Varela Rodríguez (2019): “Las tecnologías de la información y las comunicaciones: una mirada a la realidad de los jóvenes cubanos”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2019). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/06/tecnologias-informacion-cuba.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1906tecnologias-informacion-cuba
MÁS QUE INTRODUCCIÓN,  PUNTO DE PARTIDA.
El progreso tecnológico ha hecho posible que cada día se cuente con  herramientas mas eficientes para acceder a contenidos informativos, transmitir  datos e imágenes, comunicarnos y relacionarnos con otras personas. Muchas de  las llamadas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), están  basadas en el uso de Internet y se han incorporado como aplicaciones o  servicios que utilizamos desde nuestro ordenador, tableta o teléfono móvil.
Es incuestionable que vivimos inmersos en una época de cambio social  debido a la influencia de las TIC. Estas herramientas tecnológicas nos han  proporcionado muchas ventajas en cuanto a movilidad, información fácil y  actualizada, entretenimiento, relación social, etc. 
Las TIC, de manera  equivalente a la escritura (como tecnología de la palabra), no son únicamente  un conocimiento técnico, una habilidad discreta, que produce cambios en las  personas independientemente del contexto. Por el contrario, las TIC son una  práctica social; es decir, están inmersas dentro de contextos sociales. Por  ello, involucran comportamientos, valores y significados asociados a ellas, y  están inscritas en las relaciones de poder y desigualdad que atraviesan las  sociedades (Ames, 2014: 4). 
El desarrollo de estas nuevas tecnologías y el acceso cada vez mayor a  ellas han hecho que los jóvenes tengan una relación muy importante,  concretamente con Internet y la telefonía móvil. Estos cambios que se producen  en nuestra sociedad de una forma tan rápida, repercuten directamente en las  relaciones sociales y en la actitud de las personas ante las nuevas situaciones  que provocan.
Los usos de las nuevas  tecnologías por parte de los jóvenes, en el contexto cubano, tanto en la  facilidad con que se apropian de ellas como en su calidad de nativos digitales  conlleva a que estos vivan continuamente en la recomposición de prácticas y representaciones  y a su vez impactan en la manera en que desarrollan sus relaciones sociales. Lo  anterior obliga a los científicos sociales y decisores políticos a tomar a los  jóvenes como protagonistas de su realidad y a comprender la condición juvenil  que emerge en este siglo. 
Con este trabajo nos hemos propuesto reflexionar sobre la realidad de los  jóvenes cubanos ante las TIC en el contexto actual. Se realiza un recorrido por  conceptualizaciones en torno a las TIC y la juventud como categoría social, así  como por los elementos del contexto que condicionan las características de la  juventud cubana y el uso y desarrollo de estas tecnologías como parte del  proceso de informatización de la sociedad cubana, para finalizar analizando  realidad de los jóvenes cubanos ante las TIC.
TIC: MUCHO MÁS QUE HERRAMIENTAS
   Como todo  proceso de profunda transformación social, la expansión global de las TIC es un  fenómeno complejo y polifacético en el que coexiste la posibilidad de  reproducción de un orden económico, político, cultural y de género marcado por  la desigualdad como también por la manifestación de procesos de resistencia, de  resignificación y de apropiación de estos bienes por parte de sujetos y grupos  sociales que pugnan por democratizar y asegurar la inclusión y la diversidad de  este nuevo entorno sociocomunicativo.(Bonder, 2008: 918).
   “En líneas generales podríamos decir que las  nuevas tecnologías de la información y comunicación son las que giran en torno  a tres medios básicos: la informática, la microelectrónica y las  telecomunicaciones; pero giran, no sólo de forma aislada, sino lo que es más  significativo de manera interactiva e interconexionadas, lo que permite  conseguir nuevas realidades comunicativas”. (Cabero, 1998: 198). La columna  vertebral de estas nuevas tecnologías es Internet.
   Autores  como ManuelCastells, Edgar Morin y Stanley Aronowitz les asignan un papel  fundamental en los nuevos escenarios y dinámicas sociales. Los conceptos de  red,  de globalización, y sociedad en  red, entre otros, intentan dar sentido a un cambio de época cargado de  incertidumbres, expectativas, promesas y amenazas.
   Castells y  Hall (2001) afirman enfáticamente que los procesos tecnológicos deberían  pensarse a partir de marcos interpretativos que tomen en cuenta la aplicación  de la innovación tecnológica en las prácticas sociales y en la nueva división  social del trabajo. Su concepto de “tecnópolis” remite a la conformación de una  economía global y, especialmente, a la aparición de una nueva forma de  producción y gestión económica en la cual las TIC constituyen la base material  para la integración de los procesos económicos en el ámbito mundial, al tiempo  que proporcionan la necesaria flexibilidad para el desarrollo eficaz de tales  procesos.
   En suma, es  indudable que la expansión global de las TIC imprime una nueva dinámica y  sustancia a las construcciones socioculturales y topográficas, transforma  radicalmente las nociones de tiempo y espacio y asigna un valor superlativo a  la información y el conocimiento, o al menos, a ciertas formas de conocimiento  que se legitiman por estos mismos soportes tecnológicos (Bonder, et al: 920).
   El uso de  las TIC no se inserta en sujetos que funcionan como receptáculos vacíos, sin  historias ni contextos, sino que se entrelazan con ellas y las modifican, al  tiempo que son o pueden ser resignificadas en virtud de las necesidades,  posibilidades y creatividad de las personas. Resultando entonces significativo  explorar las relaciones que se establecen entre estas y la juventud.
  PENSAR LA JUVENTUD: LA CONSTRUCCIÓN DE LA CATEGORÍA
   Aunque la  cuestión juvenil históricamente no ha tenido un lugar central en las ciencias  sociales si ha sido analizada desde varios enfoques. No se trata en estas  páginas de rastrear las distintas formas en que se ha construido la categoría  juventud sino de destacar aquellas construcciones que más aportan a los  análisis que posteriormente estaremos realizando.
   En la actualidad la  juventud continúa siendo objeto de análisis de las ciencias sociales,  alcanzando mayor centralidad. Sin embargo, en las últimas décadas, la realidad  internacional ha cambiado, lo que condiciona los comportamientos juveniles y  las concepciones acerca de la juventud. De ahí la referencia a los efectos de  la globalización y el uso de las tecnologías de la información y las  comunicaciones, que a nuestro juicio, dejan su impronta en los jóvenes en  sentido general, y en la juventud cubana en particular.
   La juventud  como categoría científica engloba las características históricas concretas que  definen a un grupo sociodemográfico. Esta es una etapa que responde a  características sociales concretas que determinan los roles y las funciones a  desempeñar por estos actores sociales y pautan las relaciones sociales que se  establecen entre los miembros de este grupo y de ellos con los restantes grupos  sociodemográficos que constituyen una sociedad concreta.
   Es importante  tener en cuenta que este grupo social no es homogéneo y para su comprensión  partimos de una  concepción de juventuden la que  ésta se define como una categoría histórico concreta que designa un grupo  sociodemográfico interidnte diferenciado según su pertenencia a la estructura  social de la sociedad, en particular a las distintas clases y capas que la  componen, a la vez que constituye su segmento más dinámico y móvil(Domínguez,  1995). 
   Lo más  importante de este período es su contenido, o sea, el proceso de transformación  que se produce en el individuo, que va desde su capacidad para reproducirse  sexualmente hasta la de reproducir a la sociedad. 
   Buckingham en su  trabajo Crecer en la era de los medios electrónicos. Tras la muerte de la  infancia (2002), refiere que “La juventud como concepto es una representación  cultural que comparten los miembros de una cultura, una cultura que en la  actualidad está cada vez más globalizada, en la que las representaciones y los  significados socialmente construidos comparten elementos cuyo origen son otros  grupos sociales distantes en el espacio y aún en el tiempo. Esto significa que  ni la juventud, ni la infancia, ni la adultez son absolutas y universales, sino  relativas y contingentes en el tiempo histórico y en los espacios culturales.  Es decir, son construcciones sociales que revisten diversas formas en los  distintos contextos históricos, sociales y culturales.
   La nueva generación latinoamericana de científicos sociales dedicados a  la cuestión juvenil muestra consenso respecto a la diversidad actual de la  juventud. Es muy común que no se hable de juventud, sino de juventudes, cuyas  diferencias están determinadas por elementos sociales y culturales,  estrechamente relacionados con las transformaciones ocurridas en la  organización económica. 
   Como dice el  sociólogo argentino Mario Margulis (2001), no existe una única juventud. Al  interior de este colectivo existe una diversidad de culturas o tribus que son  móviles, se congregan a partir de estilos de vida, prácticas, sensibilidades,  éticas y estéticas.
   En América Latina se produce un proceso de segmentación,  generado por los cambios en la economía, el  trabajo, la política y la cultura; adicionando el enorme efecto socializador de  las tecnologías de la información y las comunicaciones como elemento  constituyente de subjetividades. 
   Balardini (2003: 23) sostiene que los medios moldean una cultura juvenil  en conflicto con la cultura forjada por los espacios tradicionales de  socialización; ya que al permitir la comunicación con gran número de personas  en cualquier lugar del mundo, sobrepasan su papel  informativo, para convertirse en agentes  socializadores de referencia, capaces de contrarrestar, complementar o  potenciar la influencia de otros agentes socializadores como la escuela o la  familia. Estos canales aportan gran parte de la información con la que se  construye la imagen de la realidad, proporcionan valores, normas, modelos,  símbolos, etc. y a su vez tienen una amplia capacidad para decir el significado  de las cosas, su importancia y cómo hay que valorarlas. Con gran despliegue  tecnológico, invaden todos los espacios, la familia, las calles, los  establecimientos, las plazas públicas, internet, entre otros, mediante  la publicidad, la música, el cine, la  televisión, etc. El fenómeno de los medios se agudiza por el proceso de  globalización, que atraviesa diversos ámbitos, de ahí que, junto a la  globalización de la producción, la distribución y comercialización, se  globalicen también  las comunicaciones y  los mensajes, contribuyendo a desarrollar una cultura globalizada de  consumidores.
   “Estas profundas mutaciones  culturales producidas los últimos años, vinculadas a cambios en la organización  productiva de nuestras sociedades y esta irrupción invasora, masiva de los  medios de comunicación que ya no podemos elegir, sino que está presente en toda  nuestra vida social, van a constituirse en la argamasa de la pluralidad de  adolescencias y juventudes con que nos vamos a encontrar.”(Balardini, 2003:  22).   
   Sin embargo, no siempre se produce una recepción pasiva de las  transmisiones mediáticas; con respecto a esta problemática, Balardini defiende  el criterio que la diferencia de influencia se relaciona con la diferenciación  social, el origen familiar, el hogar de procedencia y la capacidad de consumo.
   Es decir para  abordar los asuntos relacionados con la juventud hay que tener en cuenta su  heterogeneidad y el lugar que ocupan en la estructura socioclasista, así como  el contexto histórico concreto en el que se desarrollan pues cada fenómeno o  proceso social es asumido de manera diferente por los grupos juveniles  dependiendo de estas cuestiones. Por ello veamos ahora algunos elementos del  contexto cubano que nos hablan de las características de la juventud en nuestro  país.
  SER JOVEN EN CUBA: ALGUNOS ELEMENTOS DEL CONTEXTO
   Las  transformaciones en las condiciones materiales y sociales de existencia que ha vivido  el país ha incidido en la producción de los nuevos sujetos sociales y por tanto  en la reproducción social trayendo consigo la aparición de diferencias notables  entre las distintas generaciones   provocando cambios que van desde el plano cognitivo hasta el plano  moral. Ya para el 2013 el 20% de la población había nacido a partir de 1990, es  decir posterior al derrumbe del campo socialista y en condiciones de período  especial.
   Las características del período en el que  ha crecido la actual juventud cubana resaltan por la complejidad, tanto en el  ámbito nacional como el internacional: derrumbe del campo socialista, período  especial, crisis de los balseros, doble moneda, apertura al turismo, apertura a  las nuevas tecnologías, apertura a la diversidad sexual, diversificación de las  formas de empleo no estatal, aumento de las desigualdades, crisis mundial,  lineamientos de la política económica, actualización de la política migratoria,  pero también total acceso a la educación, impacto de los Nuevos Programas de la  Revolución en el marco de la Batalla de Ideas, crecimiento de la pertenencia a  las Organizaciones Políticas y Estudiantiles, entre muchas otras.
   A partir de  todos aquellos elementos que en el orden objetivo afectaron a la sociedad  cubana desde la década de los 90 y que impactaron directamente en el ámbito de  la vida cotidiana, los jóvenes han experimentado un crecimiento de la  heterogeneidad en el área subjetiva, en particular, en cuanto a expectativas,  valores y cultura política, lo que se expresa en un amplio abanico de intereses  y una relativa pasividad, lo colectivo ha perdido fuerza en el imaginario  social cediendo terreno al individualismo, a las estrategias familiares de  sobrevivencia y de elevación de los ingresos.
   Los jóvenes  cubanos en su mayoría poseen elevados niveles educativos y altos niveles de  inclusión a organizaciones políticas y sociales, particularidad de la juventud  cubana en el contexto internacional, donde hay desencanto con las  organizaciones políticas y por tanto no están interesados en pertenecer a  ellas. No obstante es importante destacar que los espacios de participación de  estos se han  formalizado al punto que  las organizaciones de masas han perdido capacidad de interlocución con los  jóvenes, quienes no comprenden sus roles, no ven sus intereses representados en  estas y por tanto no se involucran en sus procesos. A partir de investigaciones  realizadas 1 se determinó que los jóvenes cubanos poseen elevadas expectativas profesionales  y de consumo y bajos niveles de satisfacción con sus ingresos y con sus  posibilidades de consumo. 
   Hoy la  juventud cubana se enfrenta al reto que representa el envejecimiento  poblacional  y su impacto sobre las  relaciones intergeneracionales, quienes tienen su primera expresión en el ámbito  familiar, pero que se extienden al  espacio laboral, comunitario y al de la sociedad como un todo. Es importante  resaltar que cada  grupo generacional que  coexiste hoy se ha desarrollado en momentos históricos –sociales concretos que  les ha permitido trazar diferentes estrategias para su desarrollo y por tanto  compartir diferentes vivencias. Esto ha provocado que entre generaciones jóvenes y adultas haya cierto  distanciamiento de normas y valores.
   Especial  atención requiere este asunto, pues, aunque desde el triunfo mismo de la  Revolución los jóvenes han jugado un rol protagónico, en nuestro país  predomina  y se reproducen patrones  adultocéntricos en los diferentes espacios de interacción social, limitando en  alguna medida su integración social.
   Finalmente,  en otro ámbito, es importante señalar por su posible vinculación con los  procesos de socialización, que a la hora de compararse con las generaciones  precedentes, los jóvenes tienden a subvalorarse, justamente en cuanto al  desarrollo de sus propios valores. La dinámica de estas relaciones se enmarca  en una visualización de más diferencias que semejanzas, caracterizada por la  visión más crítica y negativa de sí mismos en relación a sus antecesores.
El comportamiento de subvaloración o mayor criticidad en su comparación con las generaciones mayores, sí alerta y pone el acento en el funcionamiento de los procesos socializadores, y la posibilidad de la existencia de mecanismos autoritarios y rígidos, que no permiten la actualización y contextualización de los valores. Estas cuestiones han sido identificadas por los diferentes estudios donde se alude a la existencia de relaciones de autoridad que afectan la interrelación generacional armónica, que se pueden manifestar en procesos de socialización marcados por la rigidez, autoritarismo y el paternalismo, tanto desde las instituciones formales como las informales(Castilla, 2016: 13).
Unido a estos  procesos demográficos la juventud se enfrenta hoy a las dinámicas  socioeconómicas, en momentos en que se están implementando los lineamientos de  la política económica y social del Partido y la Revolución como parte de la  Actualización del Modelo Económico y Social. Las repercusiones en el orden  económico están teniendo su impacto tanto en   sentido estructural como subjetivo. En primer lugar se expresan en los  procesos de movilidad social asociados a cambios en la gestión de la propiedad  y luego en la forma en que perciben esos cambios y su relación con la  continuidad del proyecto revolucionario. Este elemento es importante si se  tiene en cuenta que los jóvenes están más dispuestos al cambio que las personas  adultas.
   Otro elemento  importante a tener en cuenta es la utilización de las TIC y su paulatino  desarrollo en Cuba, así como el acceso cada vez mayor de las personas a estas y  la voluntad política del gobierno revolucionario de que esto continúe in  crescendo.  
  CUBA EN EL CONTEXTO DE LAS TIC
   Cuba es un  país, que a pesar de sus limitaciones, ha realizado enormes esfuerzos por  mantenerse a la par de los adelantos tecnológicos que han surgido a escala  mundial. Tanto es así, que nuestra sociedad ha priorizado el uso de estas  tecnologías  en los renglones  más importantes del país, estamos hablando de  la salud pública, el sector empresarial y la educación. 
   Los Jóvenes  Club de Computación también se han sumado a todo lo que favorezca el desarrollo  de la sociedad y para ello ha contribuido con su experiencia a trabajar por  tratar de erradicar las dificultades que se vayan presentando.Sin embargo la  situación de la actividad informática existente no permite dar respuesta a  todas las necesidades que se demandan por la población, con un escaso avance en  el uso de las TIC de forma uniforme y coherente.
   La  informatización, que se ejecuta desde hace varios años, demuestra la voluntad  política del país por acercar cada vez más las nuevas tecnologías a la  población, refrendado en los Lineamientos de la Política Económica y Social del  Partido y la Revolución, que rigen las transformaciones en curso, y parten de  que no es posible una sociedad próspera y sostenible sin subordinar a tales  objetivos las herramientas que garanticen el acceso al conocimiento, la eficiencia,  la productividad y la excelencia.
   Asimismo,  la Primera Conferencia Nacional del Partido se trazó, como uno de sus  objetivos, "aprovechar las ventajas de las tecnologías de la información y  las comunicaciones, como herramientas para el desarrollo del conocimiento, la  economía y la actividad político e ideológica; exponer la imagen de Cuba y su  verdad, así como también combatir las acciones de subversión contra nuestro  país".
   Un pilar fundamental en  la estrategia para llevar a cabo la informatización de la sociedad cubana es el  desarrollo de la infraestructura y el equipamiento. Para ello se trabaja en  seis puntos: integración de servicios de telefonía, televisión digital y datos,  creación de una red nacional de centros de datos,  garantías en infraestructura de cobertura  nacional, despliegue de la banda ancha en el país, comercialización de equipos  informáticos a precios asequibles, y la necesaria sostenibilidad. (Guevara,  2015)
   Las bases para la informatización de la sociedad cubana tienen como  objetivo que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), se  conviertan en un sector de desarrollo estratégico y potencien una economía del  conocimiento.  “Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) tienen el  potencial de brindar nuevas  soluciones a los problemas del desarrollo,en particular en el contexto  de la globalización, y pueden promover el crecimiento económico, la  competitividad, el acceso a la información y los conocimientos, la erradicación  de la pobreza y la inclusión social”, acotó en su intervención en la sesión plenaria de la Reunión Multisectorial Global  sobre el futuro de la Gobernanza de Internet, el Viceministro de Comunicaciones  de Cuba, Wilfredo González Vidal.
   El año 2017 marcó la  expansión del acceso a Internet en Cuba. Por solo citar un dato interesante: se  produjeron a diario 250 000 conexiones a través de más de quinientos puntos de  acceso público en todo el archipiélago. Los datos más recientes ofrecidos por  la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A.  (ETECSA) a CubaTV confirman  135 000 accesos diarios al portal de gestión Nauta y más de 300 000 conexiones  diarias en estos momentos.
   En 2017, fuimos también  la nación de mayor crecimiento en dos categorías de conectividad  digital: por un lado, presencia en redes sociales —con más de 2,7  millones de nuevos usuarios- y por otro, uso de móviles para acceder  precisamente a Facebook, Twitter, Linkedin.Yapara 2018, la informatización de  la sociedad cubana continúa como prioridad. De hecho, ETECSA anunció la  apertura del servicio de datos móviles (Schlachter, 2018) .
   Hay que destacar  además, el impacto de los Joven Club de Computación y Electrónica, la paulatina  ampliación del servicio Nauta Hogar, las posibilidades de la Banca Electrónica  y los resultados de la Universidad de Ciencias Informáticas, que ha promovido  la industria cubana del software. 
   Esta nueva situación  tecnológica en la isla viene a describir la realidad de los jóvenes cubanos ante las TIC. Este camino de  exploración está en la base del estudio que presentamos.
JUVENTUD Y TIC EN CUBA: ALGUNAS REFLEXIONES
   Según Sergio Balardini  (2004), las nuevas generaciones representan el nuevo homo videns, cuyas  nociones de tiempo y espacio difieren radicalmente de la cultura de los viejos  sapiens, de la palabra y el texto escrito. Flamantes videoformados/as  establecen una vinculación con las TIC que va mucho más allá de manipular  determinados instrumentos tecnológicos, “hay un poder subjetivador profundo en  esta relación y sus nuevos lenguajes que arroja como resultado la producción de  nuevos sujetos y subjetividades, en la que no se trata de la dimensión del  poseer, sino del ser”.
   Ahora bien, aunque el  consumo de tecnología digital sea un hecho cotidiano para los jóvenes, es obvio  que sus posibilidades de acceso y sobre todo sus oportunidades y capacidades de  apropiación son muy disímiles según el sector social, capital cultural y el  género.
   Los datos más recientes  demuestran que la brecha en el acceso a las TIC se está nivelando, evidenciando  que las mujeres superan a los varones. Sin negar que los elevados precios que  aún existen en nuestro país  sea un  factor condicionante para el acceso a estas tecnologías, los datos demuestran  que los jóvenes cubanos están entrando a ritmo rápido en estos entornos.
   Allí se encuentran con  un volumen inmenso de información de todo tipo, una amplia gama de  representaciones y valores culturales y estilos de vida; y, fundamentalmente,  con estímulos para el consumo de bienes, la creación de emblemas de identidad y  el acceso a nuevos espacios de sociabilidad que traspasan las fronteras locales  y nacionales.
   Quizás uno de los fenómenos más interesantes de  la Cuba actual sea el llamado “paquete”,compilación digital que circula por  todo el país a través de discos duros externos. Este incluye telenovelas,  series, películas, videos musicales, documentales, música, videojuegos,  catálogos, publicidad, noticieros, revistas, libros, actualizaciones de  anti-virus, reality shows, aplicaciones para móviles, entre otros.
   Según algunas de las pocas investigaciones que  se han realizado al respecto, los jóvenes son los consumidores más activos de  esta forma de entretenimiento, lo que ha hecho mermar la asistencia a los  espacios públicos que ofrecen opciones con más condiciones para socializar pero  que, tal parece, no cumplen totalmente con las expectativas de este grupo  etáreo como tampoco las deficientes y muchas veces poco atractivas propuestas  de la televisión.
   Es necesario destacar que en un contexto  desfavorecido tecnológicamente, nuestra población juvenil ha adquirido las  habilidades tecnológicas necesarias para interactuar con tecnologías digitales.  Esta ha logrado apropiarse de las competencias necesarias para hacer un consumo  crítico y creativo de bienes y servicios culturales propios de los mercados  informales; pero también para configurar sus propios consumos culturales, que  denotan prácticas de participación de mayor implicación. No obstante estas  prácticas muestran accesos diferenciados a partir de la tenencia a nivel  personal de determinadas tecnologías, economía familiar o personal distintiva y  residencia en zonas urbanas, entre otros factores.  
   Datos procedentes de  investigación realizada por el Centro de Estudios sobre Juventud en el año  2016, arrojaron que un 70 % de los jóvenes entrevistados tienen acceso a las  tecnologías, fundamentalmente a teléfonos móviles y computadoras, las cuales  utilizan como herramientas para el intercambio de información y útiles para el  estudio y el trabajo; además de considerarlas imprescindibles para los procesos  de socialización. Un  elevado número de adolescentes accede a internet a través de las zonas wifi,  lo que implica erogación de ciertas sumas monetarias, que generalmente aporta  la familia.
   El intercambio de fotos, música, videos y  juegos es lo principal del uso que atribuyen a las nuevas tecnologías, y en  segundo lugar lo relacionan con la obtención de información para el estudio. Son  las féminas las que más acceden a internet.
   La generación más joven  parece encontrarse más cómoda con el uso de las TIC y más adepta a ellas para  expandir su conocimiento.La posesión de estas tecnologías, crea en ellos  sentimientos de felicidad, pues significa una manera de estar “actualizados”, “a  la moda”; aunque en algunos casos se detectaron síntomas de superioridad  respecto a otros, teniendo en cuenta que este acceso  otorga plusvalía social2 .Los  artefactos diferencian a sus usuarios y anuncian las brechas de desigualdad  entre unos jóvenes y otros.
   El carácter  lúdico en las relaciones sociales, el presentismo y el hedonismo son cuestiones  que se han reforzado en la juventud cubana a través del uso de las TIC. Así  mismo nada de lo que pasa en el mundo les es ajeno, se mantienen enlazados a  través de complejas redes de interacción y consumo. El estar conectados  trasciende el sentido técnico para transformarse en un espacio de  socialización, de pertenencia a una o más redes sociales. 
   Según  una investigación exploratoria a nivel  nacional sobre el uso actual de las TIC por los adolescentes y jóvenes cubanos  en sus prácticas sociales,realizada por el Centro de Estudios sobre Juventud  (Juventud Rebelde, 2018),la mayoría de los adolescentes y jóvenes cubanos se  conectan a la red de redes solo cuando tienen la posibilidad. El teléfono móvil  es la tecnología más utilizada por ellos para acceder a Internet y la mayoría  ha accedido alguna vez a una o más  redes  sociales. Estos espacios los adolescentes y   jóvenes los aprovechan en primer lugar para contactar con amigos y con  personas que hace tiempo no ven, en segundo lugar para conocer personas nuevas,  en tercer lugar para subir videos y fotos, en cuarto lugar para obtener  información y por último, un porciento muy poco significativo como para  otorgarle un lugar, lo utiliza para difundir la realidad cubana.
   Atendiendo  a esto y teniendo en cuenta que, cómo se planteó anteriormente, los jóvenes  cubanos tienen una elevada integración a organizaciones políticas y sociales,  urge que estas organizaciones aprovechen los espacios generados por las TIC  para aumentar la participación social de la juventud. Para generar esa  interlocución necesaria con adolescentes y jóvenes, de manera que sus criterios  e intereses se encuentren en las plataformas digitales con los principios y  valores de la Revolución Cubana.
   Siguiendo  los resultados de esta investigación (Juventud Rebelde, et al)  la mayoría de los adolescentes y jóvenes  utilizan las computadoras, laptops, móviles y tabletas para trabajar o  estudiar, para entretenerse y para comunicarse y muchos de ellos lo hacen en su  centro de estudio. 
   Resulta entonces  importante también que los procesos educativos llevados a cabo por las  instituciones de educación cubanas conlleven a una integración de los jóvenes a  la sociedad del conocimiento a través de las TIC, lo que posibilita integrarse a  la revolución de la información, acceder a trabajos “inteligentes” y participar  en redes en las que circula el conocimiento.
   La utilización de estas  tecnologías como un medio para el desarrollo de   los jóvenes en las escuelas y universidades cubanas posibilita la  adquisición de habilidades para ejercer nuevas formas de ciudadanía, convivir  constructivamente en el multiculturalismo, y combinar el vínculo inmediato con  el vínculo mediático. 
  MÁS QUE UN CIERRE, ALGUNAS  REFLEXIONES
   Las tecnologías de información no son meros recursos o instrumentos que se  insertan en un orden socioeconómico y cultural preexistente sino que lo subvierten,  aunque de maneras altamente complejas y todavía poco exploradas (Bonder, et al:  919).
   Ante la creciente expansión y uso de las TIC en la sociedad cubana, resulta  más importante que  nunca,  ampliar   los  espacios  para   que  las  juventudes   se  re-conviertan  en protagonistas activos del cambio y  contribuyan a articular las propuestas formuladas desde el Estado con sus  propios intereses y necesidades. Ello requiere repensar las formas  de   participación  juvenil  a   través  de  diversos   canales  que  hagan   más atractivas y efectivas las formas de ejercer su ciudadanía y  participar en la solución de sus propios problemas. 
   Parece indispensable inventar con los jóvenes modos de habitar la sociedad  de la información o del conocimiento que revigoricen las maneras de pensar y  comprender su cultura e identidad, así como su papel en la sociedad cubana  actual, sin dejarse subyugar por la cultura dominante. Para ello la educación  tiene que jugar un papel preponderante.
   El estado cubano y sus políticas sociales dirigidas a la juventud tienen  que ser capaces de disminuir la brecha de desigualdades que existen entre los  jóvenes teniendo en cuenta las posibilidades de acceso a la tecnología digital.  Resulta imprescindible entonces que se amplíen y diversifiquen más las zonas  con acceso a internet y que se reduzcan los precios para acceder a este, así  como que se realice la comercialización  de equipos informáticos a precios asequibles a adolescentes y jóvenes. Es decir,   en este sentido las políticas sociales  tienen que lograr articular las expectativas y necesidades individuales con las  metas sociales que se pretenden alcanzar mediante el proceso de informatización  de la sociedad cubana. 
BIBLIOGRAFÍA