Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA SEXUALIDAD EN INDIVIDUOS CON RETRASO MENTAL: MITOS Y TABÚES; REALIDADES QUE AFRONTAR

Autores e infomación del artículo

Yulior Ramírez Valladares*

María Aleyda López Aristica**

Universidad de Cienfuegos, Cuba

Correo: malopez@ucf.edu.cu


Resumen
Los valores sociales en torno a la sexualidad y las discapacidades se mediatizan a través del sistema familiar de tal forma que el individuo los recibe de sus padres, los interioriza y solo más tarde tendrá posibilidades de intentar crecerse sobre ellos. Entre estos valores o estereotipos están los relacionados con la educación sexual del hijo, el acceso a experiencias diversas de relación con el otro sexo y la elaboración de planes para el futuro. La familia es fuente permanente de estimulación y transmisión de experiencias, razón por la cual se potencia su rol educativo y/o preventivo correctivo, sobre todo si alguno de sus miembros es portador de Retraso Mental.
Concepciones erróneas acerca de la sexualidad de estos miembros prevalecen en múltiples sectores de la sociedad incluyendo el propio núcleo familiar donde se encuentra insertado lo cual conduce a que la educación sexual que se ejecuta sea inadecuada y genere ansiedad tanto en los miembros adultos al tratar estos temas como en el educando que recibe los conocimientos distorsionados lesionándose su autoestima.   
Resulta incuestionable la prevalencia de prejuicios, mitos, tabúes e ideas preestablecidas erróneas sustentadas en el desconocimiento que poseen las familias sobre las reales particularidades que asume la sexualidad en miembros con diagnóstico de Retraso Mental de lo cual se desprende la inadecuada capacidad de estas para educar sexualmente a sus hijos con el ya citado diagnóstico, causa por la cual muchos exhiben conductas desviadas de la moralidad social. Una vez más la familia cubana protagoniza un importante desafío: la conformación sana y multilateral de la personalidad de sus hijos. Hacia ese propósito va encaminado el presente trabajo.
Summary
The social values around sexuality and the handicaps are channeled through the family system in such a way that the individual receives them from their parents, he also appropriates them and just further more he will enrich them. Among this values or stereotypes are those related to the sexual education of the children, the access to diverse experiences with the other gender and the elaboration of plans for the future. The family is a permanent source of stimulation and transmission of experiences, that’s why its educational and/or preventive- corrective role is powered, mainly if some of its members is retarded.
Erroneous conceptions about sexuality of the members prevail in multiple sectors of society including the own family nucleus where he lives wich drives to an inadequate sexual education and generates anxiety in the mature members when treating these topics as well as in the kids that receives the distorted knowledge being injured their self-esteem.
It is unquestionable the presence of the prejudices, myths and taboo supported in knowledge on the part of the families about  the real particularities that sexuality assumes in the retarded members with the result of an inadequate capacity of the family to educate their children sexually. The children also exhibit some behaviors deviated of the social morality. Once again the Cuban family plays an important challenge: the healthy and multilateral conformation of their children. Toward this purpose is directed this investigation.   
 Palabras Claves: Sexualidad, Sexo, Educación Sexual, Familia, Retraso Mental, Tabú, Prejuicio, Orientación familiar

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Yulior Ramírez Valladares y María Aleyda López Aristica (2019): “Percepción social de la sexualidad en individuos con retraso mental: mitos y tabúes; realidades que afrontar”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/06/sexualidad-retraso-mental.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1906sexualidad-retraso-mental


DESARROLLO
“La adquisición y desarrollo (…) depende en gran medida del medio social en que vive el sujeto. Por tanto el sujeto humano al nacer hereda toda la evolución filogenética, pero el producto final de su desarrollo estará en función del medio social en que vive. ”
L.S. Vigotsky
El interés por el sexo es  manifestación de una curiosidad que madura progresivamente, y varía según la edad, la relación con los padres, el medio sociocultural, la inteligencia y la personalidad. Sus expresiones van más allá de la genitalidad, se amplía a la esfera afectiva, la conducta y los sentimientos. Es una parte importante de la personalidad que se expresa en todas las acciones que realiza el individuo en su vida, y se le reconoce su índole pluridimensional.
Históricamente la sexualidad ha sido reprimida, impidiendo la construcción sana, responsable, gratificante y enriquecedora de la personalidad. Sin remontarse mucho al pasado, hace pocas décadas se consideraba injurioso y denigrante para la sociedad el tratamiento y difusión de estas cuestiones. Sociedades y organizaciones defensoras de la moralidad alzaban sus voces toda vez que aparecía algún artículo destinado a proclamar conocimientos sobre las condiciones biológicas, fisiológicas o los fundamentos del acto sexual.
Si se realizara una revisión antropológica de la sexualidad en diferentes culturas, con toda seguridad se descubren elementos que se han trasmitido de generación en generación. La presencia de estos rasgos culturales da lugar, en la actual era científica, a contrastes notables con la labor desmitificadora que de algunas de ellas ha hecho la ciencia. Fueron precisamente estos factores, así como la reacción ante determinadas instancias de poder, en los primeros años de la modernidad los que justificaron el nacimiento de la sexología como ciencia bien definida en el campo de las ciencias de la salud.
La sociedad aún conserva prejuicios y tabúes acerca de la sexualidad, acentuándose los mismos al tratarse de individuos portadores de alguna discapacidad como lo es el Retraso Mental mientras explícitamente afirman  que no tienen sexualidad, que son eternos niños y que la sexualidad en ellos no debe despertarse por ser exagerada con respecto a la norma, que no tienen sentimientos sexuales como el resto de la población, o que no deben tener actividad sexual por ser altamente fértiles. Otros sectores les atribuyen la característica de agresores y víctimas de agresiones sexuales. Indudablemente estas opiniones reducen la sexualidad a la relación sexual íntima y/o a la reproducción desestimando el invaluable rol que juega la familia en la instauración de las  supuestas características o conductas anteriormente atribuidas.
Tales cuestiones en la cultura influyen mucho sobre las actitudes  socializadoras de los adultos, incluidos los padres y maestros, que limitan las posibilidades de socialización en los casos de individuos con diagnóstico  de Retraso Mental.
Hasta hace poco  tiempo estas personas eran consideradas asexuadas, en un estado de inocencia semejante al de un niño e instigados totalmente por los impulsos,  incapaces de controlar sus apremios sexuales instintivos. Las falsas  creencias, junto con la negativa actitud de la colectividad social poco propensa a reconocerlos como individuos con derecho propio, se han conjugado para convertir este tema en una cuestión inquietante, que suscita  indignación.
Resulta  lamentable como una sociedad tan digna, justa y respetuosa de los derechos de sus ciudadanos pasa por alto la necesidad de estos seres de expresar su sexualidad.
En algunas variantes del Retraso Mental el desarrollo intelectual no les permite la conformación  de una identidad de género al ritmo y en las edades normales para la cultura. Muchos de estos sujetos se autovaloran desfavorablemente, se sienten rechazados por sus limitaciones y los estigmas que estas traen consigo, de ahí que su autoestima se encuentre muy lesionada. Por ello los individuos portadores de esta discapacidad van desarrollando a lo largo de sus vidas una sexualidad cuestionada por su entorno socializador.
Es válido señalar que los valores sociales en torno a la sexualidad y a las discapacidades se mediatizan a través del sistema familiar de tal forma que el individuo con discapacidad los recibe de sus padres, los interioriza, y solo más tarde tendrá posibilidades de intentar crecerse sobre ellos. Es importante recordar que Vigotsky  subrayó el carácter social del defecto, no lo vio como un fenómeno natural o biológico, sino ante todo social.
La familia necesita enfocar de manera optimista la crianza y estimulación de la esfera psicosexual del hijo con Retraso Mental. Su  trabajo formativo radica en conducir el desarrollo de las actividades formadoras de necesidades y motivos que se estructuran como motrices de la personalidad en cada etapa de su desarrollo, así como contribuir a la formación de sus capacidades. En el interior de la familia se desarrolla indudablemente un proceso educativo, aunque esta educación hogareña en ocasiones no está conscientemente dirigida, ni es sistemática, pero realmente constituye el eslabón inicial en la formación de la sexualidad proporcionada al nuevo ser humano.
Las manifestaciones sexuales son inherentes a cualquier individuo independientemente del déficit intelectual que posea. En tal sentido la educación de la sexualidad puede ser un instrumento  que facilite la comprensión del papel que juegan en el mundo como seres sexuados y de los determinantes histórico sociales que marcan  las actitudes y roles.
El adolescente con retraso mental presenta un desarrollo psicosexual semejante a los adolescentes  de la norma, pero por sus propias características es un poco más lento, depende del grado de afectación intelectual que presenta el individuo, lo cual no impide que llegue a manifestar sentimientos e interacciones sociales las cuales muchas veces no se comprenden ni se saben interpretar, puede que no sean cuestionados conceptualmente por sus dificultades en las operaciones formales, por lo que si no han adquirido autocontrol o no se han preparado correctamente para hacer frente a sus impulsos sexuales, estos actuarán libremente, sin tener en cuenta las normas morales de la sociedad. .
“D.M.Griffiths (1993) considera que como consecuencia del retraso mental la incidencia de conductas desviadas puede ser el resultado de los entornos de aprendizaje a los cuales estas personas están expuestas.  ”
Es frecuente encontrar adolescentes varones masturbándose sin la necesaria privacidad, en ocasiones en el aula u otro local de la escuela; se dan situaciones de voyeurismo, de exhibicionismo, muestras de acoso sexual a las muchachas utilizando formas agresivas  y vulgares para dirigirse a ellas
No obstante, se trata de sujetos que en algún momento de su vida ven limitadas de una u otra forma la expresión de las necesidades sexuales propias de la edad, así como sus posibilidades  para el amor y la vida en pareja.
El significado de la sexualidad  en este grupo de individuos tiene el mismo principio que para el resto: la posibilidad de desarrollo, la expresión de sentimientos, la comunicación y el amor, pero la sociedad y la familia no se encuentran totalmente orientadas acerca del tratamiento de la sexualidad en estos sujetos, por lo que necesitan más información.
En esta problemática humana resulta evidente que ellas y ellos desean ser reconocidos como seres sociales en toda su plenitud, y buscan un espacio para la realización de sus ansias de amar y ser amados. Su sexualidad no puede ser negada o ignorada, debe ser comprendida como una poderosa fuerza movilizadora del proceso de su educación y rehabilitación desde temprana edad. La afirmación de su vida sexual  resulta muy valiosa para el desarrollo pleno de sus personalidades.
Los prejuicios limitan el desenvolvimiento de las personas discapacitadas desde el punto de vista social y espiritual desde la niñez, aumentando en la adolescencia y la adultez, y son solo producto de temores, desconocimiento, encubrimiento y rechazo, siempre en nombre de la protección. Además constituyen una violación flagrante a sus derechos sexuales como son: a la propiedad de su cuerpo, tener privacidad,  a recibir información acerca de este tema, explorar su cuerpo y descubrir sus fuentes de placer sexual.
Diferentes autores estudiosos del tema  afirman que los propios retrasados mentales, no suelen manifestar inquietudes, ni formular preguntas de índole sexual a los adultos y a sus educadores. Procuran controlar sus impulsos, viven con ansiedad y culpa. De ahí que muchos de ellos eviten hacer públicas determinadas expresiones afectivas y no manifiestan deseos sexuales. Claro, han aprendido a no hacerlo. Se niega su sexualidad pero, en el fondo no se deja de temer por su existencia. El miedo paraliza. Las personas retrasadas mentales tienen necesidades de conocimientos sexuales y ello es natural y saludable; aunque este interés no es solo relativo a la reproducción. También les interesan los aspectos placenteros y sensuales que tiene la sexualidad. Pero no es justo ni ético, esperar que ellos/as tengan patrones de comportamiento social adecuados cuando no son capacitados para ello, ni siquiera se les ofrecen los conocimientos mínimos en materia sexual. Más tarde o temprano tendrán que enfrentarse a situaciones sexuales. Negarles la más mínima información, supone incrementar los problemas y disfunciones en el área en cuestión.
En la medida que un individuo con Retraso Mental es atendido por su familia o las instituciones escolares, está a su alcance adquirir hábitos de relación y desarrollar cierta conciencia de sí mismo. Cuando se  le pretenda entrenar para el autovalidismo y alguna actividad laboral será ineludible plantearse también la educación de su sexualidad.
Como puede apreciarse resulta necesario emprender acciones que permitan organizar el sistema de influencias educativas que propicien su preparación y educación sexual, pues existe el criterio  de que es una asignatura pendiente en las familias y en los centros de educación.
Un reciente estudio ejecutado en el territorio por Ramírez, Y. (2011) corrobora el escaso nivel de conocimientos sobre la educación sexual que ha de brindársele al adolescente con Retraso Mental. Tomando como muestra 39 familias se explora mediante un cuestionario su concepción acerca de cuándo debe un adolescente portador de Retraso Mental iniciar las relaciones sexuales constatándose que solo 2 familias responden de manera correcta lo cual equivale a un 5%, estas  consideran que  es una decisión personal pero educada y orientada previamente, lo cual denota el escaso conocimiento que se tiene en materia de sexualidad y de la dimensión abarcadora de esta categoría.  

Así lo ratifican estudiosos del tema como López, R (2006) quien considera que aún la familia cubana no se ha sensibilizado con las verdaderas necesidades sexuales de estos miembros, porque se les frustra su autodeterminación en cuestiones sexuales debido a la poca información y preparación que se le brinda al miembro portador de Retraso Mental.
Según Castro P.L (2006:103)   “El objetivo fundamental de la educación de la sexualidad consiste en hacer posible que el desarrollo psicosexual de cada persona sea lo más armónico posible y orientado a que sus necesidades sexuales y afectivas, sean cubiertas y se facilite el cumplimiento de este modo sus derechos humanos y su salud. Esto requiere conocer el proceso de sexualización para comprenderlo y respetarlo.”   
Ciertamente los individuos portadores de Retraso Mental transitan por las mismas regularidades en la formación de su esfera psicosexual, no puede haber una psicología diferente, como no  hay una cultura distinta ni una educación intrafamiliar diferenciada para estos sujetos. Han de pasar por iguales etapas formativas, pero al parecer con un ritmo más lento, en correspondencia con la formación del resto de sus procesos intelectuales y emocionales. Pero ¿como ha de actuar la familia en la instauración de adecuados comportamientos sexuales aceptados socialmente sin lacerar la autoestima de nuestros miembros portadores de Retraso Mental?
Es importante que quede muy claro que la educación sexual no es solo dar información sobre la anatomía y el funcionamiento de los órganos genitales. Tampoco enseñar una serie ejercicios y técnicas para lograr una buena relación de pareja. La Educación Sexual debe tener una parte de información, que se da a través de la palabra, charlas, diálogos, conversaciones, etc. Otra parte que se enseña sin palabras, o sea, que se aprende con las actitudes, los sentimientos y con la forma en cómo vemos que se maneja el tema de la sexualidad en nuestro ambiente familiar y social. Sea de manera correcta o incorrecta, todos y todas tenemos una Educación Sexual. Todos y todas la hemos recibido de nuestros padres, tutores y figuras de autoridad ya sea cuando hablan o cuando callan. Los padres no reciben entrenamiento, se aprenden a ser madre o padre en la práctica, por lo que siempre cometeremos errores.
Es imposible tratar de orientar ante todas las posibles preguntas de tales miembros, lo que si podemos recomendar es:

  • No te incomodes ni insultes ante sus preguntas.
  • No ignores las preguntas ni tampoco le respondas con evasivas, en otras palabras ¡no le des la vuelta!
  • No cambies el tema de la conversación.

-     Evita ridiculizarlo si lo descubres ante la práctica de la masturbación o juegos sexuales, este es un buen momento para responderle sus inquietudes y enseñarle que esta conducta es privada.  Este comportamiento solo puede crear conflictos que repercutirán negativamente en su sexualidad.
Se aconseja escuchar, prestar atención y tratar de brindarle siempre una respuesta coherente, lógica y asequible con su edad, recuerda que necesitan siempre de la orientación de la familia Las explicaciones tienen un valor asombroso para él.
Conquistar sus derechos a expresar su sexualidad en el medio social,  lograr sus aspiraciones de pareja y reproductivas, constituye algo decisivo en su integración social.
Urge reconceptualizar arquetipos y reminiscencias propias de la Edad Media que solo laceran  la esencia humana. Dialéctica además de un concepto empleado en forma de cliché en disímiles discursos científicos es un instrumento de transformación práctica de la sociedad, es inconformidad con las viejas formas respecto al nuevo contenido, es la necesidad de pasar a formas superiores que faciliten el progreso de la humanidad.
Aferrarse a viejos patrones culturales que discriminan al ser humano ya sea por su raza, sexo, origen social o por sus capacidades intelectuales como tema que nos convoca es una forma más de manifestarse lo inmutable, lo metafísico.
Resulta incompatible el llamado siglo de la Revolución Sexual con las limitaciones que en esta esfera le impone la sociedad a los individuos con Retraso Mental.
Visualizar las necesidades sexuales de estas personas partiendo del conocimiento de sus particularidades, favorecerá una mayor comprensión del tema y por ende un mejor tratamiento. Corresponde a pedagogos, psicólogos, médicos orientar a las familias. Corresponde a las familias revisar sus concepciones sobre la educación sexual que desarrollan en sus hijos con esta característica especial. Corresponde a toda una sociedad eliminar las barreras mentales que obstaculizan la plenitud, la realización sexual y con ello la conformación sana, pluridimensional y multilateral de sus miembros portadores de Retraso Mental. No es una súplica lo anterior, es un derecho que ha de respetarse. No en vano nuestra digna Revolución Cubana ha erigido una sociedad sobre la máxima: “Con todos y para el bien de todos”.

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* Profesor Instructor Centro Universitario Municipal Cumanayagua Lic. Psicología
**Master en Educación Lic en Psicología Profesor Asistente de la Filial Universitaria Cumanayagua Universidad de Cienfuegos

Recibido: 04/03/2019 Aceptado: 17/06/2019 Publicado: Junio de 2019


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