Miralvis Núñez Peña*
Manuel de Jesús Verdecia Tamayo*
Universidad de Granma. Cuba
mnunezp@udg.co.cu
RESUMEN
  El artículo tiene como objetivo recuperar las ideas  generales que motivaron y además se generaron con la inclusión de la asignatura  Sociología del Género Aplicada a la Educación en la carrera Licenciatura en  Educación. Pedagogía Psicología. Se propone demostrar la importancia de fortalecer  el análisis sociológico del género y su vínculo con las prácticas educativas, como  un conocimiento que en la actualidad necesita el y la profesional de esta  especialidad. Se reflexiona a partir de las experiencias obtenidas en el  semestre impartido donde se observaron resistencias, cambios y desafíos que  estimulan su perfeccionamiento para próximos cursos. Se inicia con una serie de  ideas introductorias generales, se proponen los temas que conformaron el programa  analítico de la asignatura yse exponen los retos fundamentales que persisten,  así como los indicadores de progreso del estudiantado en acuerdo con su visión  del tema al cierre de la asignatura. 
  PALABRAS CLAVES: Género- sociología- educación-formación  inicial-pedagogía psicología. 
  ABSTRACT
The article has the objective to back up the general ideas that were motivated and generated with the inclusion of subject Gender’s Sociology Applied to Education in the major Batchelor in Education, Pedagogy Psychology. It is proposed to demonstrate the importanceof strengthening the sociological analysis of gender and its link with educational practices as knowledge currently needed by the professional of this specialty. It is an analysis based on the experiences obtained in the semester taught where resistance, changes and challenges that stimulate its improvement for future courses were observed. It begins with a series of general introductory ideas, it is proposed the topics that formed the analytical program of the subject and it exposes the fundamental challenges that persist, as well as the indicators of student’s progress according to their vision of the subject at the close of it.
KEY WORDS: Gender- sociology - education - initial formation - Pedagogy Psychology.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Miralvis Núñez Peña y Manuel de Jesús Verdecia Tamayo  (2018): “Sociología, género, formación inicial. Experiencias desde la carrera pedagogía psicología”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (noviembre 2018). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/11/sociologia-genero-formacion.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1811sociologia-genero-formacion
INTRODUCCIÓN
En Cuba se ha avanzado de manera significativa en la inclusión del análisis  de género en diferentes ámbitos de la sociedad. De esta manera su  transversalización es la  expresión  metodológica que favorece acciones a nivel de políticas públicas y demás áreas de  la realidad que exigen cambios en el orden de género establecido.
No obstante, para lograr transversalizar de manera consciente, planificada  y sistemática toda la vida social, que se ha construido sobre bases  patriarcales, es inmediata la sensibilización (como primer paso) y formación de  de género de agentes socializadores que acción tras acción, mensaje tras  mensaje, intervienen como mediadores o protagonistas de las prácticas cotidianas  de los individuos.
Es aquí donde el profesorado cubano, como agente socializador, se enfrenta  aun enorme desafío, al tener la misión de educar desde la instrucción. La idea  incluye no solo a quienes ya están en el ejercicio de la profesión, sino además  a aquellos (as)  que, en las aulas, recepcionan  hoy los contenidos necesarios para fortalecersu potencial educativo.
Este desafío impone en los tiempos que corren, con más fuerza, integrar de  manera coherente tres elementos, que sin equilibrio, introducen fallas  considerables en laformación de profesionales. Dígase, demandas de conocimiento  ajustadas a las necesidades de los contextos locales, avances de la ciencia y  formación de competencias profesionales pertinentes. Elementos que, al conjugarse,  dan lugar al especialista que se necesita y en un sentido teleológico al ser  humano que requiere nuestro país. 
Las ideas que se presentan en este estudio giran en torno a la necesaria congruencia  entre los elementos planteados, con la impartición, por primera vez, de la  asignatura Sociología del Género Aplicada a la Educación (SGAE) para  futuros(as) especialistas de la Pedagogía Psicología en la Universidad de  Granma. Su inclusión permitió constatar cuan difícil es el camino de la  sensibilización y la preparación de género en este contexto. Dos procesos  paralelos que, en no pocas ocasiones, se ven limitados por desconocimiento y por  las consecuencias inevitables de las cargas culturales que se resisten a los  cambiosrelacionados con la asunción de toda una diversidad de prácticas  mediatizadas por las cuestiones de género.
Se proponen además en este artículo, reflexiones acerca de la importancia y  necesidad de potenciar el estudio sociológico del género, como una de las  propuestas que pueden  utilizarse, para perfeccionar  la formación inicial de psicopedagogas y psicopedagogos, específicamente. De  esta manera revertirse en habilidades intelectuales, profesionales y personales  que concreten competencias (Le Boterf, 2001; Romero y Abril, 2008;  Montané, 2015) imprescindibles para el cambio en el orden que subordina y/o  excluye a las mujeres y a toda expresión que a ellas se parezca. 
El análisis pretende contribuir con las acciones que hasta el momento se  han puesto en práctica en las universidades cubanas para crear profesionales  con una  formación  sustentada en la equidad  y la justicia de género, además de  resignificar lo establecido. 
Resignificación que obedece a la idea planteada por Pierre Bourdieu en su  magistral Dominación Masculina (2000: 9), ¨inventar e imponer, unas formas de  organización y de acción colectivas y unas armas eficaces, simbólicas  especialmente, capaces de quebrantar las instituciones, estatales y jurídicas,  que contribuyen a eternizar su subordinación¨, osea la de las mujeres y también  la de homosexuales, como refiere este autor.
SGAE es una asignatura que se introdujo en el plan de estudios “E”  de la carrera Licenciatura en Educación.  Pedagogía Psicología, para el curso 2017- 2018. Forma parte de las materias que  conforman el currículo optativo/electivo propuesto para estos(as) profesionales  en formación, en su segundo año de estudios. 
En acuerdo con el artículo 80 de la resolución # 2 del 2018,  ¨ las asignaturas optativas son aquellas que  se incluyen en el plan de estudio y de entre las cuales el estudiante  selecciona una cantidad determinada para cursar en forma obligatoria.Los  contenidos de estas asignaturas tienen como propósito ampliar y actualizar al  estudiantado sobre temas científicos o tecnológicos relacionados con la  profesión¨ (Gaceta Oficial de la República de Cuba, 2018: 676).
Aunque constituye un logro para la carrera contar ya con estos conocimientos  en el proceso formativo, sigue siendo un obstáculo la no existencia de una conciencia  con respecto a la relación que se establece entre esta materia y la profesión  psicopedagógica. Hecho que reduce la posibilidad de visualizar ventajas que se  reviertan en competencias de género, necesarias por las características de su  profesión. Elementos que, en este caso, quedan sujetos a la elección espontánea  del estudiantado de acuerdo a sus gustos o simple selección azarosa. 
De todas formas es  productivo destacar que su inclusión se fundamenta en la idea de que esta (e)  profesional concreta como modos de actuación la dirección del  proceso educativo y de enseñanza - aprendizaje de las asignaturas pedagógicas y  psicológicas en la formación de educadores y educadoras, la asesoría al personal  directivo y profesorado, investigación educativa en los contextos en que se  desarrolla la orientación educativa a estudiantes, familias y comunidad1  (Modelo de profesional, 2016).
Estos  modos de actuación, sustentados en aprendizajes de género desde una visión de  la equidad como derecho de todo ser humano, pueden garantizar la trascendencia pertinente  de su función socializadora en los subsistemas del sistema nacional de educación: 
Así profesionales con formación de género, de esta  o de cualquier otra carrera, se convierten en  un eslabón clave, en los diferentes contextos de trabajo, al superar, con sus  intervenciones, determinados estereotipos sexistas que conforman una cadena  aparentemente inquebrantable.  
   El análisis sociológico del género y su implicación de manera  explícita en el currículo permite minimizar a  largo plazo, los efectos de prácticas pedagógicas que, “amparadas” por la  teoría, según el discurso de algunas (os) docentes, continúan re/produciendo  especialistas con una visión sexista del mundo. 
   A una arista de esta problemática González se refirió cuando planteó: 
   Denominador común en seminarios y conferencias sobre  mujeres y género, es el listado de ponencias con títulos muy sugerentes, pero  con los errores teóricos más variados. Muchos conceden poco prestigio a los  debates. Argumentan escaso rigor e incapacidad para lograr un aparato teórico  metodológico que vaya más allá de los chistes alrededor del sexismo en el  lenguajey la utilización de los vocablos los y las o la sustitución de la  palabra mujer por la de género. (2005: 87-88)
   Resulta lamentable que esta cita refiera desde el 2005 tal situación y que  sin embargo en la actualidad, con trece años de activismo en el país, todavía  se manifieste en diversas variantes y contextos.Vale la interrogante que al  estilo de este autorse plantea en el texto citado: ¨ ¿Cuál es esta perspectiva  tan divina que aparece solo referida como nombre y no utilizado como corpus de la investigación?¨ o para este  caso específico, como corpus delas  prácticas docentes.
   Las páginas siguientes brindan una aproximación a las potencialidades que  ofrece el nexo entre sociología,  género y  educación en el pregrado para el y la especialista en cuestión. ¿Por qué  fortalecer el análisis sociológico de género en la formación de profesionales  de la pedagogía psicología? es la interrogante que figura como eje conductor de  las valoraciones.Se muestra además un resumen de las experiencias  generales del trabajo en la carrera a partir  de la inclusión de la asignatura SGAE desde los retos, logros fundamentales y avances  del estudiantado al culminar el semestre.
¿POR QUÉ FORTALECER EL  ANÁLISIS SOCIOLÓGICO EN LA FORMACIÓN DE PROFESIONALES DE LA PEDAGOGÍA  PSICOLOGÍA? ALGUNAS RESPUESTAS. 
   Formulada de otra manera la pregunta sería ¿para qué sirve la Sociología (Beltrán,  2014) en la formación inicial de estos profesionales?
   Una mirada preliminar al proceso docente educativo de la carrera  Pedagogía Psicología de la Universidad de Granma, permitió constatar que la enseñanza,  en este contexto, demanda constantemente de un necesario fortalecimiento en  torno al análisis sociológico. La observación participante y la revisión de  documentos como: exámenes para la culminación de estudios, predefensas y  defensas de diseños en trabajos de cursos, las ponencias para jornadas  científicas, el análisis inter y transdisciplinar que se estimula desde los  colectivos de disciplina y proyectos de investigación que se crean, arrojó que  esta ciencia no se ha revelado indispensable en el trabajo cotidiano de la  carrera y menos en la utilización de sus aportes2  por parte del estudiantado. 
   Se constató además, que en lo referido a esta perspectiva, son múltiples  las utilizaciones de referentes para la fundamentación de investigaciones a  nivel del pregrado. Sin embargo, la insuficiente consulta de fuentes teóricas  clásicas y contemporáneas, además de la aprehensión limitada y la no  sistematización de sus aportes teóricos- metodológicos en el resto de la  formación inicial, atentan contra el logro de profesionales integrales. 
   El Modelo de Profesional  (2016) describe las funciones: docente metodológica, asesoría psicopedagógica,  la orientación educativa y la de investigación– superación a concretarse desde  varios objetivos generales, algunos de ellos son: 
   - Dirigir el proceso educativo y de enseñanza-aprendizaje a partir de  las problemáticas, de los fines de la educación y la diversidad de los sujetos  individuales y colectivos.
   - Orientar a sujetos individuales y colectivos en función de su  formación y desarrollo en diversas situaciones educativas del contexto de  actuación profesional pedagógica.
   - Asesorar a directivos y docentes para la dirección del proceso  educativo y de enseñanza-aprendizaje a partir de documentos normativos del  sistema y nivel de educación, de las particularidades de los sujetos y los  contextos de actuación profesional.
   Resulta contradictorio que  los  aportes de la Sociología se encuentren relegados a las zonas periféricas de la  formación inicial de esta especialidad, cuando es ella una de las disciplinas  básicas que brinda el sustento gnoseológico esencial para el logro de los  objetivos mencionados en este modelo de profesional. 
   Unido a lo anterior y en contradicción con lo que, desde hace años, se  viene implementando en distintas carreras de nivel superior, a partir del  trabajo de diferentes instancias 3 investigativas del  país, tampoco se  posee una estrategia sistematizada para incluir el género como categoría de  análisis y/o como herramienta teórica y metodológica que permita minimizar la  formación de profesionales con una visión estereotipada del mundo circundante. 
   La existencia de un proyecto de investigación en la carrera, relacionado  con temas de salud inyectó de manera transitoria elementos, que como refieren  algunos(as) docentes: “…en un tiempo se realizaron acciones relacionadas con el  género  por  el proyecto, pero ya no se trabaja”4 .
   Esta y otras expresiones similares  indican un fallo en el trabajo con el tema,  al no incorporarse este conocimiento como  práctica cotidiana e ideología de vida en la carrera y asumirse desde la coyuntura  creada por un proyecto. Si es insuficiente lo relativo a la utilización de la perspectiva  sociológica en el análisis de los fenómenos  educativos, es nula su explicación transversalizada o simplemente vinculada al  género.
   Esto quiere decir que si este(a)   especialista en su crecimiento profesional inicial potencia la visión  analítica de la sociedad como un entramado de relaciones sociales complejas, desde  una concepción de género que incluya la equidad, la justicia y la flexibilidad,  podrá incidir, en la formación de la personalidad y, por consiguiente, en las  realidades de quienes constituyen su objeto social. Así, favorecerá la  transformación de contextos de socialización tan importantes como la familia,  la escuela y la comunidad. 
   La incorporación del análisis sociológico del género como herramienta  teórica y metodológica ratifica la idea que plantea Corcuff (1995: 55) al  referir que la institucionalización no es en absoluto irreversible en nuestras  sociedades. Aunque este autor no hace alusión a la problemática de género en  específico, si brinda una pista interesante que ha sido tomada como pieza clave  en este estudio. 
   De esta manera se asume que la desinstitucionalización de las ideas  sexistas y tradicionales que sustentan las prácticas cotidianas de los seres  humanos es posible. Lo que indica que las representaciones de género de  carácter hegemónico que posee la sociedad, las que abarcan la distribución del  espacio, lenguajes (tipificaciones) y el marco jurídico disponible pueden  experimentarcambios significativos, a mediano o largo plazo, si se modifica la  percepción que se tiene creada en torno a ellas. La Universidad, en calidad de  entorno educativo, ofrece un escenario fértil para concretar lo expuesto. 
   Se hace énfasis desde la Sociología pues es una  ciencia que se ocupa de áreas de la realidad con  fronteras comunes a otras disciplinas como la Antropología, la Economía yla Historia,  en el campo de las ciencias sociales. Además de la Psicología, la Filosofía y  la Pedagogía en el área de las Ciencias de la Educación.
   La Sociología no ha corrido la misma suerte de algunas de las  mencionadas, es por ello que hoy sigue siendo una necesidad, como planteaba Feito,  revitalizar el debate sociológico de la educación. Hay que promover, según su  criterio, “…una mayor presencia [de la Sociología] en el debate social  sobre  educación, tan apagado en los  últimos años (…)”. Para este autor es vital aportar ideas que, “… desde  los  diferentes planteamientos  sociológicos, maticen, analicen y enriquezcan el debate educativo, hoy en manos  de psicólogos y pedagogos”. (2008: 8),
   Si este debate se enriquece desde ejes analíticos como el género, favorecerá  comprender la educación, su vínculo con las colectividades, las relaciones  sociales que estas engendran y viceversa, visualizando sus dinámicas proyectadas  por una cultura patriarcal que dictamina hasta el más mínimo detalle.
   Múltiples son las perspectivas teóricas que aunque han surgido desde  interpretaciones y momentos históricosdiferentes coinciden en reconocer el  valor que posee la mirada sociológica para el análisis, descripción y  explicación de la educación como fenómeno social complejo.
   Sin embargo, ¨es un error frecuente [según Di Pietro (2004: 96)]  considera la relación entre sociología y educación como si se tratara de un  préstamo unidireccional de la primera hacia la segunda¨. Idea que inspiró esta  propuesta al ser un error que se replica comúnmente en especialidades como la  que se analiza en este artículo. Lo que da lugar a una formación segmentada que  olvida a ratos la relevancia de las herramientas sociológicas para la  concreción de los modos de actuación descritos para este especialista, pero  además esperados y exigidos por los contextos locales en los que incide. 
   En la formación inicial de profesionales de la Pedagogía Psicología es  necesario asumir una visión de la enseñanza, que despoje a la Sociología de esa  visión lineal que la ubica sólo como auxiliadora de otras ciencias a la hora de  comprender los hechos educativos. Su rol esencial es provocar el análisis, la  descripción, interpretación, comprensión y posible diagnóstico de estos a  partir de las fortalezas de su sistema teórico y conceptual. 
   No se debe olvidar que la educación es un fenómeno eminentemente social,  ya lo dijo Durkheim (s/f): 
   Considero, en efecto, como el postulado mismo de  toda especulación pedagógica, que la educación es cosa eminentemente social, lo  mismo por sus orígenes que por sus funciones, y, por tanto, que la pedagogía  depende de la sociología más estrechamente que de cualquiera otra ciencia (…)
   Aunque resulta evidente el marcado sociologismo, Durkheim comenzó en su  discurso a otorgar el lugar que tiene que ocupar la perspectiva sociológica  como herramienta para el análisis de los hechos educativos. De todas formas  aunque su posición no ofrece respuestas enteramente convincentes para los  tiempos que corren, si genera cuestionamientos con plena actualidad. 
   No es un secreto que en las instituciones educativas cubanas existe una  preponderante discusión sicológica y pedagógica para el análisis del proceso  educativo, lo que deja fuera a la Sociología, que muchas veces se cree  utilizada por el solo hecho de tener en cuenta los problemas sociales  vinculados con el estudiantado y sus contextos.
   Resulta paradójico que en un momento de encrucijada  como el que nos encontramos, a escala global y local, atravesado por cambios,  dilemas y tensiones de orden social, económico y político, la Sociología no  tenga mayor protagonismo como ciencia explicativa y comprensiva y como  conciencia individual y colectiva. (Beltrán, 2016: 167) 
   La SGAE en el segundo año,  en  unión con la Sociología de la Educación que se recibe en el segundo semestre de  la especialidad constituyen una alianza que sustenta, teórica y  metodológicamente,la posterior intervención de cada uno de los contextos con  los que se interactúa en años más avanzados de la carrera. 
   Esto indica que la ubicación en este momento inicial favorece un  aprendizaje que, si se legitima en el cuerpo de conocimientos incorporados por  el  o la estudiante, posibilitará influir  en el cambio que el orden de género preestablecido exige hoy en la sociedad. La  idea es que esta propuesta, que está clarísimo no puede ser la única, se  convierta en una posibilidad de desmontar toda   una realidad que se muestra como natural, pero que es muy diferente a lo  que se tiene aprendido. 
   Es oportuno volver al discurso ya citado de Beltrán cuando plantea que:
   (…), el valor de la Sociología no se puede  medir tan sólo por su inmediata utilidad, sino por el sentido que ofrece para  tomar conciencia de nuestras posibilidades de mejora como sujetos individuales  y como parte de ese colectivo al que llamamos sociedad. En sociedades complejas  y de conocimiento como las nuestras, la Sociología cobra sentido entonces, y  debe ser cada vez más relevante, como una forma de reflexividad al tiempo que  como una actividad comprometida con la transformación social orientada hacia  fines emancipadores.( 2016:168)
   Lo anterior justifica que el análisis sociológico del género es una alternativa  poderosa para la construcción, deconstrucción y reconstrucción epistemológica que  permita el emprendizaje también profesional a revertirse en la intervención de las  realidades. 
   Es interesante, y es uno de los puntos con los que comienza la impartición  de la asignatura SGAE, que esta ciencia, como otras, ha padecido los efectos de  un androcentrismo que se hace evidente en cada texto sociológico que se consulta.  El o la estudiante en formación tiene   que comprender  que es contradictorio  que una disciplina científica que tiene como objeto de estudio las causas, efectos,  consecuencias previstas e imprevistas de las acciones humanas en calidad de  grupos, no posea en sus textos referencias explícitas a las diferencias entre  hombres y mujeres. Así lo ratifican Afonso y Muñoz, “… cuando la Sociología ha  elaborado su arsenal teórico ya constituido, y lo utiliza en sus  investigaciones o en la formación de los especialistas, el problema de la  diferenciación de los hombres y las mujeres no está presente siempre”. (2005:  57)
   Este hecho obedece a que- como plantean estas autoras- la sociología como disciplina  científica ha sido construida sobre un universo social masculino que empujó las  cuestiones femeninas a las márgenes de la teoría sociológica en Europa y en  Norteamérica.
   Esa es una de las  cuestiones importantes del programa de GAE, que el o la profesional en  formación  aprenda a despojar el  conocimiento sociológico de las máscaras históricamente heredadas. 
   Si para Beltrán  Llavador (2017) la enseñanza universitaria de la Sociología implica:
   1. Aprehender  lo   singular del fenómeno social y comprender  desde la mirada  sociológica   la realidad social de la cual formamos parte y por la que somos  creados   como seres humanos. 
   2. Conocer el  significado sociológico propio de una serie de nociones y conceptos básicos,  diferenciándolos de los usos en el lenguaje común, y discriminándolos de ese  modo de los “idola” del lenguaje, esto es, de los equívocos y confusiones  conceptuales a los que puede dar lugar un uso erróneo del lenguaje. Se trata,  pues, de potenciar la capacidad lingüística del alumnado, procurando socializar  un discurso pertinente al análisis de la realidad social. El vocabulario  académico no siempre es un vocabulario utilizado en situaciones cotidianas,  pero permite un aprendizaje práctico en situaciones reales.
   3. Adquirir conciencia  del dinamismo, de la complejidad y de la opacidad de las relaciones sociales,  con el fin de evitar explicaciones simplistas o deterministas.
   4. Discernir la necesidad  y la contingencia de las relaciones e instituciones sociales en su sentido  sincrónico y diacrónico, en tanto que constructos sociales y productos humanos,  y a la luz de las diferencias culturales y de los cambios producidos en el  decurso de la historia.
   5. Reflexionar acerca  del papel de las instituciones y de los grupos y colectivos humanos, así como  de las estrechas relaciones que se dan entre unas y otros.
   6. Reconocer la  existencia de las desigualdades sociales, bien individuales o bien grupales, con  el fin de abordar su magnitud, sus funciones, sus causas y sus posibles  soluciones.
   7. Abordar la entidad,  las causas y las consecuencias del cambio social, tanto desde una perspectiva  local como global, así como las tendencias que se apuntan y sus repercusiones  sobre las formas de vida.
   8. Adquirir una  perspectiva general de los instrumentos básicos de análisis y de conocimiento  social: métodos distributivos o estructurales de investigación, vías de  aproximación a la realidad social, procedimientos de recogida de datos, fuentes  de información, etc.
   9. Percibir la  importancia tanto de una información precisa como de los instrumentos de  conocimiento social para su análisis y del rigor en la interpretación, así como  del carácter siempre revisable de las conclusiones obtenidas.
   10. Obtener una cierta  distancia crítica frente a la esfera de lo social en general y frente a las  instituciones más próximas, con el fin de poder interrogarse sobre las mismas y  elaborar un juicio propio, fundamentado en el conocimiento previo. De este modo  el alumnado se podrá ir entrenando en la cultura de la pregunta, que no da nada  por sentado y, contra cualquier posible dogmatismo, todo lo somete al juicio  crítico de la razón.
   Sería, entonces, una  garantía si se lograran cada uno de los puntos mencionados en la formación  inicial de profesionales de la Pedagogía Psicología. La notable hibridez  científica del perfil de este/a   profesional exige la aprehensión de estos elementos, sin perder,  lógicamente, la esencia de su especialidad. 
   Por lo tanto, potenciar el análisis   sociológico de las prácticas educativas desde el género implica que estos (as) logren, además de las referidas por Bertrán  Llavador: 
   - Reconocer que la sociedad nos clasifica en categorías, tipificaciones,  al decir de los fenomenólogos, que determinan nuestras experiencias personales  y colectivas.
   - Comprender que los hechos y las decisiones que se toman de manera  individual tienen consecuencias imprevistas o no intencionadas, con una fuerte  determinación  de la sociedad en la que  vivimos y la que moldeamos también con el efecto boomerang de nuestras acciones. 
   -Visualizar el mundo, no de la manera como se nos presenta a los ojos,  sino  a partir del desarrollo de un tipo  de inquietudcientífica por el análisis, comprensión y explicación de lo  ¨otro diferente¨.
   - Detectar los  sesgos sexistas en los contextos donde interactúa y en la personalidad de sus  educandos, de manera que pueda ejercer su función orientadora dede postulados  de equidad que lleven a la eliminación a nivel individual, familiar y social de  la discriminación de género. (Naranjo, 2010: 31)
   - Incidir en la construcción de  subjetividades masculinas y femeninas desde posiciones y relaciones de género  sobre la base de la equidad, el crecimiento personal y el desarrollo humano. (Naranjo,  2010: 31)
   Esto indica visualizar al estudiantado en el ejercicio de la  especialidad  al diseñar desde el mínimo  detalle la transformación de su accionar en funciones como: la orientación  educativa en los diferentes contextos de actuación, la asesoría psicopedagógica  a los diversos agentes, la prevención de situaciones, teniendo en cuenta la  diversidad educativa que se encuentra en los seres humanos que interactúan en  los diferentes contextos, todo lo cual se proyecta como una realidad perspectiva  para este profesional (Modelo de profesional,  2016).
UN  ACERCAMIENTO AL PROGRAMA IMPARTIDO. 
   La  asignatura, como parte del currículo optativo/electivo del plan  “E” de la carrera,  en su segundo año,  se anexa a la disciplina Fundamentos Filosóficos  y Sociológicos de la Educación. Ella está conformada por Filosofía y Sociología  de la Educación las que constituyen parte del currículo base de la especialidad  mencionada. Se ubica en el segundo semestre del segundo año con un fondo de  tiempo de 30 horas lectivas.
   La concepción educativa  de esta asignatura se fundamenta en un enfoque humanista al promover: 
SGAE  tiene como objetivos generales lograr que el estudiantado sea capaz de:
   1. Desarrollar una visión  crítica desde la interpretación sociológica de las relaciones de género y sus  consecuenciasque le permitan de-construir los patrones culturales de lo  femenino y lo masculino que en la actualidad no son viables para el crecimiento  equitativo de ambos. 
   Este primer objetivo constituye el eje vertebrador que ratifica, entre  otros logros, la sensibilización lograda por la asignatura.
2. Asumir, desde la ética profesional, sensibilizada con la necesidad política, moral, legal y social, la responsabilidad que implica el trabajo con las problemáticas de género.
3. Reflexionar críticamente, desde el análisis sociológico del género,  sobre problemas de  interés socio- educativo que influyen  en cada uno de los contextos institucionales de actuación del psicopedagogo y/o  la psicopedagoga: la escuela, la familia, y la comunidad.
   El proceso docente educativo de la asignatura buscó en todo momento  desarrollar y potenciar en el estudiantado valores morales y éticos propios de  la profesión con una mirada de género. En este sentido todas las formas de  enseñanza planificadas estuvieron orientadas a fomentar valores como la  honestidad, la solidaridad, la tolerancia y el respeto ante la diversidad  social, sexual y de género, la discreción, así como la responsabilidad y el  compromiso social, político e ideológico con la transformación de la realidad  educativa. 
   También se trabajó en la formación y desarrollo de valores  socio-ideológicos como la responsabilidad y amor al trabajo (a través del  compromiso contraído con la identificación de problemáticas relacionadas con  las relaciones de género que en nuestra sociedad se re-producen), el compromiso  personal con el cambio social revolucionario desde su formación profesional.
   El programa propuso tres temas fundamentales (Programa Analítico de  Sociología del Género Aplicada a la Educación, 2018):
   TEMA I: Aspectos teóricos y  conceptuales de la Sociología del Género.
   Sistema de conocimientos: Objeto de estudio de la Sociología de Género. Surgimiento  y desarrollo de la Sociología de Género como rama especial. Género: Suanálisis  en la teoría sociológica. Género: como categoría de análisis. Sistema categorial: género, socialización de  género, rol de género, identidad de género, empoderamiento. 
   TEMA II: Relaciones de poder  y construcción de géneros.
   Sistema de  conocimientos: Desigualdad de género  con énfasis en la educación.El enfoque de Género en la Educación para el Desarrollo actual.Barreras  para la incorporación del enfoque de Género a la Educación para el Desarrollo.Agentes  de socialización de género: familia,  escuela/ sistema educativo, medios de comunicación.Condición de los varones y la construcción de  las masculinidades como problema sociológico. Los estudios de las  masculinidades como campo de investigación sociológica.  Masculinidades: paternidades, sexualidades,  espacios laborales y violencias.
   TEMA III: Transversalización de la perspectiva  de género como  estrategia de trabajo en  los diferentes contextos de actuación. 
   Sistema de  conocimientos: Ideas  básicas acerca de la  transversalización  de la perspectiva de género como estrategia de trabajo para el análisis e  intervención en los contextos: escuela -  familia-  comunidad. Proyectos sociales y género. Principales nudos problemáticos en la  investigación con perspectiva de género: familias, trabajo, violencias,  sexualidades.
Esta asignatura propuso un punto de partida para que el estudiantado, con  mediación docente, transitara por elcomplejo camino que incluye la  transformación personal en cuanto a lo que hasta el momento tiene asumido como  válido en su visión de ¿qué es ser un hombre o una mujer? en estos momentos en  la sociedad cubana.
   La asignatura trabajó por contribuir a que el o la futura profesional en  formación valore, fundamente y argumente una posición frente a la opresión de  género, las problemáticas de las relaciones intergenéricas, las instituciones  que se relacionan, determinan, sancionan y/o   legitiman las normas, deberes y los límites de género. 
   La sensibilización, como uno de sus propósitos, estimuló que el  estudiantado lograra incorporar esta visión a su modo de ser y hacer profesional,  como ideología de vida para modificar su percepción acerca del tema. 
LIMITACIONES  QUE PERSISTEN Y RETOS A SUPERAR. EL  COLECTIVO PEDAGÓGICO.
   A manera de inventario se proponen las diferentes limitaciones que se  relacionan con la visión de género que posee el colectivo pedagógico de la carrera y que hoy constituyen los retos más importantes a vencer  para el logro de un trabajo efectivo con la temática: 
   - El género no  constituye un tema prioritario y contradictoriamente las expresiones del  profesorado muestran desconocimiento acerca de la materia: En reuniones de  carrera y colectivos de años la realidad muestra acciones aisladas, con  múltiples resistencias, sujetas a modos tradicionales de concebir un hombre  o  una mujer. Se asume que  transversalizar la perspectiva de género es agregar una coletilla que mencione  mujeres y hombres o los y las.Unaarista interesante está referida a la imagen  que tiene que proyectar el maestro o maestra donde no se conciben cambios que  rocen con la diversidad sexual y/o de género, tampoco se tiene sensibilidad con  la identificación de nuevas, paralelas o alternativas masculinidades  y feminidades.
  - Desconfianza en torno a la utilidad del análisis de  género en cada contexto de actuación, sustentada en visiones estereotipadas  sobre el tema: Es una idea bastante generalizada que si se introduce la  temática en las prácticas docentes y educativas aunque se realice desde  posiciones estereotipadas. A través del proceso Pedagógico el profesorado en  sus modos de actuación trasmite estereotipos sexuales pautados por la sociedad  que no siempre conllevan a un aprendizaje de equidad de género (Naranjo, 2013:  232) 
   - Concepciones  incongruentes  acerca del género como  categoría de análisis: Estas se  manifiestan a través de mensajes estereotipados sutiles y no intencionales  relacionados con  posiciones tradicionales acerca de qué es un  hombre o una mujer. 
   - Resistencias manifiestas  en cuanto a las diversas formas didácticas de impartir la docencia  transversalizada desde la perspectiva de género: Por  ejemplo en ejercicios realizados vinculados con algunas asignaturas,  miembros del claustro admiten que el  estudiantado ha impartido bien una clase, sin embargo entran en contradicción  con la crítica referida a que solo algunos implementan acciones que indican la  transversalidad de la perspectiva de género en su presentación. Lógicamente  impartir bien una clase no indica que haya una posibilidad de que tanto mujeres  como hombres obtengan de igual manera el conocimiento, se sientan motivados  (as) por la materia, o simplemente se desnaturalicen ideas de carácter  tradicional en el conocimiento impartido, etc.
   - Notables deficiencias en lo relativo a la sensibilización y capacitación  de género lo que se revierte en una educación sexista. 
   Las múltiples valoraciones del estudiantado que aparecen en las líneas  siguientes y las limitaciones de carácter subjetivo, que todavía persisten,  ratifican la importancia de asumir un trabajo inmediato en equipo. La idea es  que se valoren alternativas que no sean impuestas de forma externa, tienen que  emerger de reflexiones como estas, apartir de las vivencias que forman parte de  la realidad en y con la que se trabaja,  para que surtan su efecto transformador. Deben  ser reforzadas con una intervención que integre al colectivo docente y demás  agentes que interactúan en el contexto universitario, de lo contrario se corre  el riesgo de no mantener en el tiempo las prácticas docentes que se necesitan y  el efecto conllevaría a expresiones como las ya escuchadas: “…eso antes se  trabajaba pero ya ni se habla de ello”. 
INDICADORES  DE PROGRESO AL CULMINAR LA ASIGNATURA. EL ESTUDIANTADO.
   Es interesante como el sistema de conocimientos de SGAE provocó la atención  del estudiantado al proponerle el análisis y discusión científica de contenidosrelacionados  con su vida personal y colectiva  en la  institución universitaria y fuera de ella. Sin embargo, es lamentable que no encuentren  en el resto de sus estudios universitarios, contenidos de género específicos  dentro del currículo obligatorio, lo que se erige como una barrera  significativa que limita su formación.
   A continuación se reproducen algunas de las expresiones emitidas por el  estudiantado, las que evidencian la posibilidad de un “gancho temático” a tener  en cuenta desde otras materias del currículo oficial de la carrera:
  “Es la primera vez en los dos años  que llevo de la carrera que he visto el  trabajo con temas relacionados con el género. El programa no es muy amplio, y es  una pena, pues considero que es una asignatura genial y que estos temas no se  tratan en ningún otro espacio, a pesar de su importancia” 
  “La asignatura me ha posibilitado, con esos espejuelos de  género, como usted dice,  desnaturalizar  lo que hasta ahora creía que me tocaba como mujer. Ahora sé reconocer y nombrar,  por ejemplo, los micromachismos que tan sutiles son y sin embargo nos afectan a  nosotras y a ustedes los varones”.
  “Profe, me parece que ahora soy  más crítica con situaciones que antes de  recibir la asignatura pasaban ante mi desapercibidas”
  “La asignatura me ha servido para mirar la realidad desde  otro punto de vista que antes me era desconocido, por ejemplo ahora se que si  mi novio me chequea el móvil está violando mi espacio como mujer y como ser  humano,  que no tiene derecho a hacerlo y  que estoy siendo víctima de un tipo de violencia”.
  “En mi caso como varón ya me he dado cuenta de que soy  víctima también de estereotipos, por ejemplo con esto de que el hombre tiene  que ser fuerte, pero además me ha servido para mi vida personal, pues ahora no  miro de la misma forma que lo hacía antes a otros varones que no quieran jugar  fútbol porque simplemente no les gusta”. 
  “Considero que ahora tengo una idea más justa de cómo  orientar, asesorar e investigar en mi futuro laboral, sin embargo desconozco  cuáles son las formas idóneas de cumplir con estas funciones aplicando la  visión analítica que desde el género usted nos ha propuesto”.
   Con todo lo anterior las evaluaciones del proceso, realizadas a lo largo  del semestre y en su culminación indicaron:
CONCLUSIONES
Esta es solo una experiencia inicial, falta mucho por recorrer.  No obstante, estas son las primeras impresiones de un semestre, que desde la  opinión de ambos autores, fue bastante satisfactorio. Con estas valoraciones acerca  de su desarrollo, emergió la necesidad de actualizaciones en el sistema de  conocimientos y didácticas que sustentaron el proceso docente educativo. Presupuestos  que también se orientarán por el desarrollo de la epistemología y la  modificación de las relaciones sociales.
   En otro sentido, el   personal, el cierre de este semestre dejó el sabor de una tarea compleja.  La responsabilidad, el compromiso y la identificación con lo que se dice y se  hace en un espacio formativo, y en todos los demás en que se interactúa,  tiene que ser el cetro ético del profesorado.
   Para el estudiantado, las  dimensiones de análisis planteadas desde la  asignatura son cotidianas, lo que les lleva a suponer que  el o la docente tiene la verdad absoluta en  su discurso, pero también en su hacer. Sin embargo, la realidad impone otras  vertientes que se alejan de esa suposición y hacen tambalear constantemente lo  que, por principios aprendidos  en el  desarrollo y superación profesional, se asume. 
   El intercambio cada semestre desde materias como esta  necesita de un replanteamiento personal/profesional y grupal/académico acerca  de cuestiones básicas como: métodos, procedimientos, temáticas, objetivos, en  fin de concepciones pedagógico-didácticas que guían el sentido de la educación.  La tarea de orden es lograr la formación integral de quienes mañana serán los  dueños y dueñas de estos discursos, pero desde sus roles en otro  tiempo. 
   En el artículo se ha tratado de proponer una visión que  indica que, en primer lugar, incluir materias relacionadas con el género o  aplicarlo desde variantes metodológicas, en la formación inicial de cualquier  profesional, es necesario. Justamente el análisis prevé que la realidad a la  que se enfrentan puede ser víctima directa de análisis reduccionistas y  estereotipados que hoy no son viables.
   Otro punto, el segundo, guió la reflexión a fortalecer la  mirada sociológica del género, como herramienta analítica, desde una perspectiva  más humana que incluya justicia, igualdad, equidad y compromiso hacia mujeres y  hombres. Es una idea para formar profesionales con una capacidad reflexiva en  torno la realidad con la que se trabaja y un saber que trascienda el presente  con vista a la transformación de futuras situaciones sociales. 
   Sin dudas, hoy es una necesidad incluir en los programas  de estudios, relacionados con la Sociología, una importante dosis de contenidos  que orienten a los futuros egresados(as) a trabajar en el mundo de la  multidisciplinariedad y la orientación a los resultados. Se debe insistir en  transmitir habilidades transversales necesarias para gestionar la complejidad  en el mundo del trabajo, tales como la comunicación, el trabajo en equipo, las  habilidades de gestión (Fernández, 2016), entre otras importantes. 
   Es imprescindible convertir al profesional en  formación  en interprete de la realidad  social con habilidades para identificar,  comprender y analizar las diferencias en las relaciones que se establecen como  parte del proceso educativo, dentro de la propia cultura, entre un hombre y una  mujer. En la medida en que no excluya, etiquete y/o estigmatice por razones de  género, raza, etnia u orientación sexual se habrá cumplido con la misión que la  política educacional norma a niveles macrosociales. Por  consiguiente se generará un/una profesional más integral y pertinente para  enfrentar problemáticas que a niveles micro se generan en la realidad actual. 
   De todas formas, queda por demostrar la necesidad de que  no permanezca como una asignatura que depende de la elección del alumnado para  poderla cursar y del interés personal de docentes sensibilizadas (os) para  desarrollar el tema.
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