Betty Elizabeth Alarcón Chávez*
Pamela Salvador Pérez**
Universidad Técnica de Manabí, Ecuador
bealarcon@utm.edu.ec
Resumen
El  presente estudio tiene como objetivo determinar la efectividad del  entrenamiento para padres en familias donde se encuentren niños con problemas  de conducta. En los últimos años, muchas son las intervenciones recomendadas  para este grupo, que se estima que tiene una prevalencia de entre el 6-15% de  los pacientes. Los trastornos de conducta no solo afectan al niño, sino tienen  un efecto que alcanza a su familia, escuela, amistades, rendimiento académico y  autoconcepto. 
La  investigación se la realizó con 18 familias que terminaron las 6 sesiones  ofrecidas por el programa. El tipo de investigación fue longitudinal y los  instrumentos usados fueron el CBCL, una ficha sociodemográfica, observación y  entrevista. 
Los  resultados demuestran cambios no solo a nivel del comportamiento, sino también  se ven mejorías en los ámbitos de los problemas afectivos, ansiosos y somáticos  de los niños.
Palabras  claves
  Niños  – Entrenamiento para padres – Trastornos de conducta – Familia – Crianza 
Abstract
  The objective of this study is to determine the  effectiveness of parent training, for parents in families with children with  behavioral problems. In recent years, there are many recommended interventions  for this group, which is estimated to have a prevalence of between 6-15% of  patients. Behavioral disorders not only affect the child, but have an effect  that reaches your family, school, friendships, academic performance and  autoconcept. 
  The research was carried out with 18 families who  completed the 6 sessions offered by the program. The type of research was  longitudinal and the instruments used were the CBCL, a sociodemographic record,  observation and interview.
  The results show changes not only at the behavioral  level, but also improvements are seen in the areas of affective, anxious and  somatic problems of children.
Keywords
  Child – Parent training – Conduct disorders – Family –  Upbring 
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Betty Elizabeth Alarcón Chávez y Pamela Salvador Pérez  (2018): “El entrenamiento para padres y su incidencia en los problemas del comportamiento de los niño”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (noviembre 2018). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/11/padres-comportamiento-ninos.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1811padres-comportamiento-ninos
Introducción
Los  tratamientos infantiles han tenido un cambio radical, antiguamente, los  problemas infantiles tales como los desórdenes de conducta, el trastorno negativista  desafiante así como el trastorno por déficit de atención se los trabajaba  directamente con los niños, pero a partir de la década de 1970 se empezó a  implementar programas de entrenamiento para padres, ya que diversos estudios  han dado como resultado que la ayuda a los padres es decisiva para modificar  los problemas de conducta de los niños que han aflorado en edades tempranas,  conductas que en ocasiones reflejan el inicio de un comportamiento antisocial (Alan E Kazdin, 2017; Alan E. Kazdin & Wassell,  1999; Patterson, DeBaryshe, & Ramsey, 2017; Webster-Stratton & Reid,  2010). Se cambió el enfoque de tratar al niño y se empezó a brindar  apoyo a los padres brindándoles técnicas, conocimientos y habilidades que les  ayuden a tratar de la mejor manera estos problemas de comportamiento de sus  niños dentro del ambiente familiar. Este nuevo enfoque permitió a los padres  fortalecer su rol de padres, dando como resultado un mayor bienestar y mejor  desarrollo de sus hijos, logrando de esta manera que el tratamiento tenga  mejores resultados que cuando se trataba solamente al niño.
Este  nuevo enfoque tiene varias ventajas sobre la visión tradicional de la  psicoterapia infantil (Box, Copley, Magagna,  & Moustaki, 2015; McLeod, Smith, Southam-Gerow, Weisz, & Kendall, 2015;  Peter, 2017). La primera ventaja es la de mejorar el trabajo de crianza  de padre y madre, para que más adelante puedan enfrentar de manera exitosa los  nuevos retos en la educación de sus hijos y prevenir problemas de  comportamiento que puedan surgir más adelante. La segunda ventaja es que se  utilizan métodos de tratamiento que han tenido un gran apoyo práctico. La  tercera ventaja es que se puede realizar de manera grupal, siendo mejor el  resultado costo-beneficio. Y la cuarta ventaja es una terapia más amorosa por  que la imparten las personas que están a cargo de los niños y están en su  ambiente natural. Aunque la principal ventaja es el poder prevenir que  aparezcan problemas de comportamiento infantil al fortalecer la labor de los  padres que están en peligro de maltratar a sus hijos debido a la estrecha  relación que hay entre el maltrato y la existencia de los problemas de  comportamiento ya mencionados (Bernazzani, Côté,  & Tremblay, 2001; Piquero et al., 2016).
Problemas  de conducta
   Los  problemas de atención clínica más relevantes en la práctica clínica de  niños y adolescentes son los llamados  trastornos de conducta, donde se encuentran el trastorno negativista desafiante,  los desórdenes de conducta y el trastorno por déficit de atención con  hiperactividad (TDAH), si bien este último de acuerdo a nuevas investigaciones  es un trastorno del neurodesarrollo, su sintomatología es de corte conductual,  con alteraciones en la actividad y conducta.
   Los desórdenes  de conducta inician en la edad pre escolar y continúan durante la edad escolar,  sin ser tratados pueden tener graves repercusiones en el rendimiento y  desarrollo de los niños, afectando no solo en su esfera escolar, sino también  en el hogar, autoestima y auto concepto. 
   Los  problemas de conducta afecta mayoritariamente a los niños, con una prevalencia  de alrededor a 4:1 y se calcula que un 10% de los niños tienen problemas de  conducta y de un 6-15% TDAH (Benjet et al., 2009;  Cardo & Servera-Barceló, 2005; Fonseca-Pedrero, Paino, Lemos-Giráldez,  & Muñiz, 2011)
   Algunos  estudios muestran que los trastornos de comportamiento, constituyen más de la  mitad de las consultas clínicas (Déry, Toupin,  Pauzé, & Verlaan, 2004; Gamazo Garrán, Díaz-Caneja Greciano, Rapado Castro,  & Soutullo, 2007; Herreros, Sánchez, Rubio, & Gracia, 2004). 
   Si  bien los problemas de conducta no se dan por un factor único, la familia es el  lugar donde estos problemas empiezan y se multiplican, siendo de vital  importancia que los padres puedan identificar y trabajar sobre los mismos. Un  trastorno de conducta que no se trate, puede llevar hacia la instauración de  una personalidad antisocial y problemas que trascienden a una rabieta o una  mala nota, llegando a casos de criminalidad y delincuencia (DeLisi et al., 2018; Myers, Stewart, & Brown,  1998; Patterson et al., 2017; Schaeffer, Petras, Ialongo, Poduska, &  Kellam, 2003). 
   Simonoff et al. (2004) plantea,  luego de varios años de investigaciones, cual es la ruta por la que circulan  los niños con problemas de conducta (gráfico 1), por lo que se vuelve de vital  importancia el trabajo temprano con estos niños y sus familias. 
Características  del enfoque para padres
   Tiene  como objetivo que la madre, el padre o tutor legal del niño atiendan los problemas  de comportamiento que este puede presentar. Con esto se trata de que con el  entrenamiento adecuado las personas a cargo del niño con problemas aprendan las  nociones sobre comportamiento y la manera de aprender, de tal forma que  conozcan sobre el comportamiento de su hijo y realicen las destrezas y técnicas  más convenientes para ayudar en los problemas de conducta. Básicamente se  enseña lo relacionado al aprendizaje operante (Skinner,  1958, 1963; Skinner, 1977; Skinner & Ardila, 1977) y el aprendizaje  social (Bandura, 1978; Bandura & Rivière,  1982; Bandura, Walters, & Riviere, 2007), y se aplican las destrezas  y habilidades que son parte del enfoque de modificación del comportamiento como  son el fortalecimiento positivo entre otros y tienen una gran eficacia  comprobada. Se debe mencionar que actualmente los programas de entrenamiento  para padres incluyen elementos distintos a los antes mencionados y que permiten  a los padres realizar una mejor labor, dentro de estos elementos podemos  mencionar el aprendizaje sobre desarrollo infantil, aprender sobre el manejo de  estrés y control de la ira, así como una guía para solucionar los problemas y  desarrollar habilidades sociales y comunicativas.
Entrenamiento  para padres
   Se define  el entrenamiento de padres como una visión terapéutica en la cual se capacita a  madres, padres y otras personas que están a cargo de los niños en nociones,  técnicas y habilidades que les ayuden a comprenden y tratar los problemas de  conducta de sus hijos. En un inicio el entrenamiento para padres se trató como  una forma de análisis de conducta o conductual, luego se crearon programas bajo  una óptica cognoscitiva de comportamiento, al involucrar en las técnicas  terapéuticas algunos métodos cognitivos. 
   El  programa de entrenamiento para padres que se siguió está basada en 6 sesiones,  mismas que van en concordancia con programas internacionales de modificación de  conducta (Breitenstein, Brager, Ocampo, &  Fogg, 2017; Comer et al., 2017; Van Mourik, Crone, De Wolff, & Reis, 2017).  El mismo consistió en seis sesiones de trabajo con los padres. Los temas trabajados  fueron: estructura familiar, tiempo compartido, reglas y límites, técnicas de  modificación de conducta, extinción de conductas y tiempo fuera. 
   Sesión  1: estructura familiar.- se trabajó con la familia en temas de jerarquía  familiar, roles y funciones que cumple cada miembro, obligaciones de los padres  y de los hijos. Ajustes en la estructura familiar están asociados con mejoras  significativas en la satisfacción familiar y tiene un impacto positivo en las  conductas de los hijos (K Hadfield, Amos, Ungar,  Gosselin, & Ganong, 2017; Kristin Hadfield, Amos, Ungar, Gosselin, &  Ganong, 2018).
   Sesión  2: tiempo compartido.- se entrenó a los padres en lo que es compartir tiempo de  calidad con sus hijos, reforzando las conductas positivas (Del Boca, Monfardini, & Nicoletti, 2017; Lee,  Miernicki, & Telzer, 2017). Ginsburg (2007)  exalta los beneficios del juego en el desarrollo saludable del niño.        
   Sesión  3: reglas y límites.- se trabajó desde la disciplina positiva, cambiando la  creencia de que el castigo físico es la única manera de poner reglas (Garcia Castillo, 2018; Kochanska, Brock, & Boldt,  2017; Soenens, Deci, & Vansteenkiste, 2017). 
   Sesión  4: técnicas de modificación de conducta.- desde el enfoque conductual, se les  enseñaron a los padres técnicas basadas en las recompensas, mismos que se  adaptaron a las situaciones individuales, con las mismas se busca reducir la  frecuencia o desaparecer las conductas disruptivas que presentan los niños (Alvarez & Esperanza, 2018; Browning, 2017).
   Sesión  5: extinción de conductas.- la técnica de extinción de conductas, se la aplica  a aquellas conductas que no pueden ser solucionadas con las técnicas antes  aprendidas, luego de una evaluación por parte del terapeuta (Apolo-Morán & Vera-Miranda, 2018; Tituana &  Dayse, 2017).
   Sesión  6: tiempo fuera.- en esta sesión se enseña a los padres a cómo lidiar con  aquellas conductas que no se logran modificar con las técnicas antes vistas. Es  una técnica controversial más si se la aplica de forma consistente y cuidadosa  resulta efectiva (Beal, 2017; Riley, Wagner,  Tudor, Zuckerman, & Freeman, 2017).
   Finalmente  se realizó una reunión con los padres para evaluar los resultados obtenidos  luego del proceso
Metodología
   Participantes
   Dieciocho  (18) familias niños con edades de 7 a 12 años con dificultades conductuales,  mismos que se encuentran participando en talleres de entrenamiento para padres  de la ciudad de Portoviejo.
   Los  criterios de inclusión para el presente estudio son los siguientes:
Instrumentos
Procedimiento y plan de análisis 
   La  captación de los participantes para el estudio se realizó con pacientes que  acudieron a consulta en clínica privada. Se realizó la primera entrevista con  los padres en donde se evidenciaron dificultades en el comportamiento de sus  hijos y se pudo observar dificultades en su comportamiento, frustración ante  las actividades, altos niveles de hiperactividad, falta de atención y otras  dificultades específicas. Así también se evidenciaron dificultades específicas  en cuanto a temas de crianza, falta de normas en el hogar y roles y funciones  familiares mal establecidas. Los padres acceden a ser parte del programa, se  les explica las sesiones, los resultados esperados y se despejan las dudas. Se  aplica un CBCL que se llena para tener el dato base y la ficha sociodemográfica.  Se realizan las 6 sesiones en un lapso de 3 meses, y se pide a los padres al  finalizar que vuelvan a llenar otro CBCL y se realiza una segunda entrevista,  misma que relata las estrategias empleadas y las dificultades encontradas.
Datos sociodemográficos
   La  edad media de los participantes fue de 9 años 5 meses; participaron 12  pacientes masculinos (67%) y 6 pacientes femeninos (33%). De los padres 8 (44%)  están casados, 5 (28%) tienen segundas nupcias, 3 (17%) son divorciados, 1 (6%)  es soltera y 1 (6%) viudo. Los participantes tienen un estatus socioeconómico  medio – alto. La escolaridad de los padres es: 10 (56%) tercer nivel, 4 (22%) universidad  incompleta, 2 (11%) bachillerato y 1 (6%) cuarto nivel.
  Resultados
   En la tabla 1 se pueden  apreciar los resultados del CBCL inicial, mismos que muestran problemas  significativos dentro de lo que es atención, hiperactividad, problemas  opocisionalistas desafiantes y problemas de conducta. 3 participantes (17%)  tienen algún grado de dificultades a nivel afectivo, 4 (22%) presentan  complicaciones ansiosas, 4 (22%) presentan problemas somáticos, 18 (100%)  presentan problemas de atención e hiperactividad, 12 (66%) presentan problemas  oposicionalistas desafiantes y 15 (83%) presentaron problemas de conducta.
   A los 3 meses muestran resultados positivos en 16 (89%)  participantes, mostrando mejoría sobretodo en el área de conducta desafiante, atención  e hiperactividad y problemas de conducta en general. La tabla 1 muestra los  resultados obtenidos en la totalidad de la muestra. En el gráfico 2 se pueden  apreciar los cambios luego de las 6 sesiones. A menor valor, menores problemas  específicos se encontraron. 
Una sorpresa que se encontró dentro de los resultados es  que si bien, donde más cambios hay es en los trastornos de conducta, en los  afectivos, ansiosos y somáticos también se vieron reflejada una mejoría. 
   Así también, los resultados de la entrevista con los padres  arrojaron datos de interés para la investigación. Posterior al entrenamiento, la  mayoría de los padres se siente más satisfecho con su rol, sienten que tienen  mejor comunicación con sus hijos y sus parejas, se sienten más involucrados en  las actividades de crianza y se sienten empoderados en su función como padres. 
Discusión
   Con  los datos obtenidos del presente estudio se puede concluir que el entrenamiento  para padres ha resultado bastante efectivo para el manejo de las dificultades  conductuales que se presentan en niños, así también las cifras de problemas  afectivos y somáticos han mejorado. El poder conectar a través del juego y la  atención a los padres y sus hijos ha tenido efectos positivos en los síntomas  presentados por los niños. 
   El  objetivo primordial de los programas de entrenamiento para padres es el mejorar  los problemas de conducta que presentan los niños, siendo interesante aunque no  sorpresivo que tanto los problemas afectivos, ansiosos y somáticos se hayan  visto reducidos. Esto se podría explicar con el tiempo compartido entre padres  e hijos que da como resultado una mejor comunicación y permite a los niños  hablar más fluidamente con sus padres, o simplemente el interés de los mismos  en cuanto a sus hijos y sus dificultades.
   Existen  muchos debates en los que se cuestiona cual es la manera correcta de educar a los  niños. Muchos padres en nuestro medio reconocen el castigo físico como muy  efectivo, dando como resultados personas que a futuro desarrollarán  sentimientos de minusvalía, depresión, ansiedad y rasgos violentos dentro de su  conducta. La sociedad ha cambiado, y la forma de criar que anteriormente  funcionaba, los padres se dan cuenta que hoy en día no. Vivimos en un mundo  globalizado, los niños crecen conociendo cosas que los padres no conocen y en  general su vida es muy diferente a la vida que vivieron sus padres. 
   Los  padres al final del entrenamiento manifestaron sentirse “en control de la  situación”, el empoderar a los padres a asumir sus funciones es una de los  logros más importantes del entrenamiento y por lo que se suele recomendar más  que otras técnicas. Al empoderar a los padres y que estos se den cuenta que el  proceso de crianza no sobrepasa sus fuerzas, les da a los padres una  perspectiva diferente de lo que es ser familia, y además, cuando otros  problemas se presenten, esos padres saben que tienen las herramientas para  solucionarlo. 
   Como  muestra la evidencia científica, es importante conocer que los trastornos de  conducta, llevan a desarrollar en las personas personalidad antisocial, por lo  que no solo es importante un tratamiento efectivo, sino que debe ser en los  primeros años de vida, y debe incluir a la familia, que es el primer apoyo del  individuo, ya no estamos hablando solamente de que los niños se porten bien,  estamos hablando de como va a ser su vida tomando en cuenta que, una vez que se  cometen crímenes, y peor si son violentos, es muy difícil salir del circulo y  recuperar al paciente.