Reynier Santiesteban Urquiza *
Yithsell Santiesteban Almaguer **
Universidad De Las Tunas. Cuba
reyniersu@ltu.sld.cu
RESUMEN
  La presente  investigación constituye un aporte a la formación del residente en cirugía pediátrica  en tanto aborda un tema no estudiado hasta el momento, la función orientadora  de la comunicación como elemento esencial de la tarea docente-asistencial del  referido profesional. Se pretende ofrecer una alternativa metodológica que  favorezca la formación integral del residente, donde se privilegie el diálogo y  la reflexión entre cirujano y paciente. La muestra está integrada por siete residentes,  cinco de primer año, uno de tercero y uno de cuarto año. La  actualidad radica en que la función orientadora de la comunicación en el  proceso de formación del residente en cirugía pediátrica no ha sido abordada  por otros autores, ni en Cuba ni a nivel internacional, y que es determinante  para la formación integral del residente en cirugía pediátrica. Se realizarán  talleres de opinión crítica y construcción colectiva para evaluar la  efectividad de la alternativa metodológica. 
  PALABRAS  CLAVES: Función  orientadora, comunicación, formación.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Reynier Santiesteban Urquiza y Yithsell Santiesteban Almaguer  (2018): “La función orientadora de la comunicación en el proceso de formación del residente en cirugía pediátrica”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (noviembre 2018). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/11/comunicacion-formacion-residente.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1811comunicacion-formacion-residente
INTRODUCCIÓN
El proceso de formación del cirujano pediatra  está caracterizado por el desarrollo de la función docente-asistencial durante  toda la duración de la residencia; por ser una especialidad quirúrgica requiere  de un gran volumen de actividades prácticas y por lo tanto la educación en el trabajo  cobra especial importancia; de manera que el dominio y aplicación, durante su  proceso formativo; de la función orientadora favorecerá su futuro  desempeño profesional.
 La función orientadora  muestra lo imprescindible que resulta para el profesor centrarse en la  presentación y explicación de las posibles alternativas en cualquiera de las  esferas del conocimiento y del comportamiento humano, en la creación de climas  y situaciones de educación en los que ayude, sin imponerlas ni exigirlas  verticalmente; facilite el desarrollo de estrategias comunicativas; potencie la  autorreflexión, la crítica, el aprendizaje y la participación de los  estudiantes, la que puede existir en el nivel de la atención, en el de la  ejecución de la tarea y en el más significativo de todos, el de la implicación  personal y privilegie los aspectos afectivos del proceso, con énfasis en el  papel de lo vivencial- experiencial. 
Lo anterior se puede  justificar a partir del hecho de que la educación se convierte en una fuerza  constructiva permanente segura, en aras del mejoramiento humano, a partir de  una concepción básica relativa a la vida, porque significa la transformación  del pensar, el sentir y el actuar del ser humano, al respecto se coincide con  el planteamiento de J.E. Pestalozzi al referir que: “La Educación significa el  desarrollo del hombre íntegro”; donde el profesor, en su calidad de guía del  proceso, debe lograr mejorar la calidad de vida del estudiante, así como  orientar y dirigir de manera más efectiva la formación de la personalidad. 
Varios  autores han investigado sobre la función orientadora,  entre ellos se destacan(C. Álvarez, 1994; L. García 1996; F.  Addine, 1996, 2010;  A. Blanco, 1999; H. Fuentes, 2000, J. L. Del Pino, 2001; M. V. Chirino e I. B. Parra, 2002; M. Fuxá, 2004; G. García, S. C. Recarey, 2004; B. Capote,  2005; A. Macías, 2006; J. F. Parra, 2007); entre otros. 
Sobre la formación del residente en cirugía pediátrica  han realizado interesantes aportes, (Rostión, (2001) Puri y Höllwarth (2009); Ashcraft, (2010); Trinchet y  Trinchet, (2014); entre otros.
A pesar de que el  Plan de Estudio del residente en cirugía pediátrica exige que este profesional  debe cumplir con la función docente-asistencial, no se explica cómo hacerlo,  solo se hace alusión en este documento a los contenidos relacionados con lo  asistencial, sin embargo al cirujano en formación se le evalúa mensualmente, a  través de la tarjeta de habilidades, lo relacionado con la docencia que deben  impartir a los estudiantes de cuarto de año de Medicina. 
Coincido con el  criterio de Trinchet (2014) cuando planteó que: “El médico tiene que ser un  pedagogo, está dentro de sus acciones diarias, y el cirujano pediátrico lo ha  de ser por excelencia, porque tiene que educar y enseñar a sus pacientes y a  los familiares (…)”; añado que además, debe enseñar y educar a sus estudiantes  de Medicina y a los residentes, como parte de su función docente- asistencial.
Trascendental resulta  en este sentido los aportes de José Martí (1961) cuando expresó que el maestro debía ser: “Aquel hombre a  quien aman tiernamente los alumnos que le ven de cerca la virtud, aquel  compañero que en la conversación de todos los instantes moldea y acendra, y  fortalece para la verdad de la vida, el espíritu de sus educandos, aquel vigía  que a toda hora sabe dónde está y lo que hace cada alumno suyo (…)”. 
En  correspondencia con esta idea del Apóstol ha de proyectarse la función  orientadora como aspecto esencial de la función docente-asistencial del  residente en cirugía pediátrica.
De  igual modo constituyen pilares esenciales las reflexiones de Martínez Llantada  cuando expresó: “La verdadera educación exige mente flexible y rápida, libre de  prejuicios, libertad individual e inteligencia que logre seres dinámicos,  responsables, comprometidos, en continua búsqueda, seguros, confiados en sí  mismos, abiertos al cambio (…) esas deben ser las características de la  educación en el siglo XXI.” 
Mi experiencia  como docente en esta área, el intercambio con médicos de reconocido prestigio y  experiencia en la formación del cirujano pediatra,  así como la revisión de varios documentos me  permitieron identificar las siguientes manifestaciones:
 El análisis de la situación descrita me  permitió identificar una contradicción entre las exigencias del Plan de Estudio  del residente de cirugía pediátrica y las insuficiencias relacionadas con la  función orientadora evidenciadas en la práctica diaria.
   Por lo que identifico  el siguiente problema científico:  ¿cómo favorecer la función orientadora en el proceso formativo del residente en  cirugía pediátrica?
   Asumo el proceso de  formación del residente en cirugía pediátrica como objeto de investigación, acotado por la función orientadora como campo de acción, con el objetivo de: diseñar una alternativa metodológica que favorezca la función  orientadora en el proceso formativo del residente en cirugía pediátrica.
   La idea a defender de la  presente investigación se centra en  que: la función orientadora de la comunicación constituye un elemento esencial  en  el desarrollo de la tarea docente-asistencial  durante el proceso formativo del residente en cirugía pediátrica.
   Para dar cumplimiento al objetivo  precisé las siguientes tareas investigativas:
La  población está integrada por siete residentes en cirugía pediátrica, cinco de primer año, uno de tercero y uno  de cuarto.  La muestra coincide con la población.
   Determinados  por el objetivo y las tareas seleccioné los  siguientes métodos investigativos, sustentados en el enfoque  materialista-dialéctico. Ellos son:
   Histórico-Lógico:  para hacer el análisis de la evolución de los planes de estudio.
   Análisis  documental: para sustentar teóricamente la función  orientadora en el proceso formativo del residente en cirugía pediátrica.
   Hipotético-deductivo:  para la confirmación de la idea a defender en la  aplicación de la alternativa metodológica.
   Como  procedimientos utilicé el análisis y la síntesis, la inducción y  deducción, la abstracción y generalización,  presentes durante todo el proceso investigativo.
   Observación a clases y a pases de visitas: para identificar las principales  manifestaciones en torno al proceso de formación del  residente en cirugía pediátrica; así como los cambios operados en los sujetos  implicados en la investigación. 
   Encuesta a especialistas: para recopilar información en torno al proceso  de formación inicial del residente en cirugía  pediátrica.   
   Entrevista a especialistas y a familiares de los pacientes : para recopilar  información en torno al proceso de formación inicial del  residente en cirugía pediátrica.
   Modelación:  para representar la formación de la función orientadora  y para la alternativa metodológica.
   Talleres de opinión crítica y construcción colectiva: para evaluar la  efectividad de la alternativa metodológica en el proceso de formación del  residente en cirugía pediátrica.
  La novedad de la investigación consiste  en el diseño de una alternativa metodológica para favorecer la función  orientadora de la comunicación en el proceso de formación del residente en  cirugía pediátrica. 
   La  actualidad radica en que la función orientadora de  la comunicación en el proceso de formación del residente en cirugía pediátrica  no ha sido abordado por otros autores, ni en Cuba ni a nivel internacional, y  que es determinante para la formación integral   del residente en cirugía pediátrica.
 DESARROLLO 
   Caracterización histórica  del proceso de formación del residente en cirugía pediátrica con énfasis en la  función orientadora de la comunicación 
   Desde el surgimiento de las Ciencias Médicas hasta la actualidad, ha  sido una preocupación a nivel mundial la educación en las Ciencias de la Salud,  dada las exigencias sociales en relación con la formación de médicos; en el  caso particular del residente en cirugía pediátrica se presta especial interés,  en tanto la atención al niño cobra relevancia en nuestro país.
   Se ha priorizado el  perfeccionamiento continuo de los programas de estudios de Cirugía Pediátrica;  muchos han sido los avances alcanzados en este sentido como es la formación de cirujanos con sólidos conocimientos y enfoque científico de los problemas de  salud que deben resolver o prevenir.  Sin embargo, tal como he referido con anterioridad el tema de la función  orientadora de la comunicación es tarea pendiente, por lo que la tarea  docente-asistencial se ve limitada. 
   Hoy la formación médica exige desarrollar en los residentes variadas competencias profesionales, que garanticen una  correcta práctica médica, una vez graduados, por tanto, debe promoverse el  desarrollo de un pensamiento crítico a fin de que logren una actitud autónoma  en la adquisición de nuevos conocimientos, especialmente sobre la base de la  reflexión y el diálogo.
   En el estudio histórico del proceso de formación del residente en cirugía  pediátrica, con énfasis en la función orientadora de la comunicación, se  revisaron varias fuentes bibliográficas, programas de estudios, así como sus  correspondientes módulos con las respectivas estrategias docentes e  investigaciones nacionales e internacionales sobre este tema.
   Para analizar la evolución histórica del proceso  de formación del residente en cirugía pediátrica, con énfasis en la función  orientadora de la comunicación,    se  seleccionaron como criterios que guían este estudio y que posibilitaron  precisar las etapas, los siguientes:
Primera etapa: de 1988, con el surgimiento del primer Plan de Estudio para  cirujanos pediatras, hasta el año 2001
   Antes del Triunfo de la Revolución en Cuba no existía la formación del  especialista en Cirugía Pediátrica, todos los niños con afecciones quirúrgicas  eran tratados por los Cirujanos Generales, ya que la Cirugía Pediátrica para  aquel entones era una sub especialidad de la Cirugía General.
   Los antecedentes históricos de esta especialidad se remontan al año 1910.  El doctor William Ladd  es uno de los  primeros en dedicar todos sus esfuerzos a operar los niños, lo que inicia en  Children Hospital de Boston. Tres años después un barco cargado de municiones  que estaba en los muelles de Halifax fue torpedeado por un submarino alemán y  la explosión lesionó gran cantidad de niños que se encontraban en las ventanas  de su casa frente al muelle. Este fue el inicio de la Cirugía pediátrica como  especialidad. El libro que publica en 1941, es una de las literaturas básicas  de la especialidad, describe en forma clara metódica con el asocio de  magníficas ilustraciones las enfermedades quirúrgicas del abdomen. Después de  esta publicación se acepta que ningún niño es demasiado pequeño para ser  tratado quirúrgicamente, y los médicos comienzan a admitir que los niños  prematuros con malformaciones podían ser operados con éxito, antes de su  aparición, la muerte de estos pequeños se escudaba en frases como: demasiado pequeños  para vivir.
   Como ya se mencionó, los niños cubanos con afecciones quirúrgicas  eran  tratados por los cirujanos de  adultos, en la década de los años 70 comenzaron a tratar solo a los niños  cirujanos generales, pero sin un programa de formación específico para la  especialidad, no existía formación pura de cirujanos pediatras.
   En 1988 se describe el primer Plan de estudio de la especialidad  de cirujanos pediatras en Cuba, con una  duración de cuatro años, que se refería   sobre todo a la educación en el trabajo, y el vínculo de las residentes  en formación con la función docente asistencial; a pesar  que no se explicaba en ningún acápite como  lograr una buena función docente asistencial. Este Plan de estudio estuvo vigente  hasta el año 2001. 
  Segunda etapa: desde  finales del año 2001, con el inicio de un segundo Plan de Estudio de la  especialidad, hasta la actualidad
   A finales del año 2001 se propone un segundo plan de estudio de la  especialidad, denominado Análisis del programa de especialización en cirugía  pediátrica, pero en este, no se hace alusión en ningún aspecto a la función  docente asistencial que debía cumplir el residente, sin embargo, la debía  realizar a diario con los estudiantes de medicina y se le evaluaba  mensualmente   en las tarjetas de habilidades del residente. 
   Este programa de estudio estuvo vigente hasta el año 2012, donde se  conformó el tercer programa de estudio de la especialidad. Programa Analítico,  que es el que está vigente hasta nuestros días, en el mismo también se hace  referencia pero muy brevemente, a la función docente asistencial que deben  cumplir los residentes en formación para su culminación de la especialidad,  esta función docente asistencial que debe ser con los estudiantes de Medicina  de cuarto año, se realiza diariamente por los residentes, sin embargo no  se  explica en el programa como se debe  realizar exitosamente.
   El análisis de la situación descrita me permitió  identificar una contradicción entre las exigencias del Plan de Estudio del  residente de cirugía pediátrica y las insuficiencias relacionadas con la  función orientadora evidenciadas en la práctica diaria.
CONCLUSIONES 
   El análisis  epistemológico de la orientación educativa en pos graduados se ubica como un  presupuesto teórico esencial en la Pedagogía Cubana para la atención a la  diversidad en la formación de los estudiantes de medicina, el término tratado en  la investigación, se analizó a través del método histórico lógico, este tiene  sus fundamentos en el Enfoque Histórico Cultural al cual se integran los  aportes del Humanismo y del Enfoque Personológico.
En correspondencia de las necesidades afectivas y cognitiva del residente de Cirugía Pediátrica, los profesores deben de prepararse, con el fin de brindarle una orientación educativa diferenciada.
El modelo de orientación educativa configura la dimensión, revelando el papel esencial de los contextos que influyen en la proyección orientadora, de cada estudiante como espacio de plenitud para el desarrollo de la individualidad de ellos a través del establecimiento de una comunicación emocional desarrolladora por los directivos, profesores y las familias en correspondencia con sus potencialidades y barreras existentes en el quehacer educativo.
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