Karelia Pérez Benet*
Sucel Ramos Flores**
Universidad de Ciencias Médicas ,Granma . Cuba
sukyperez@ucm.grm.sld.cu
  Resumen
Es meritorio  investigar acerca  de los esfuerzos que  nuestro país hace para controlar el avance de la infección por VIH, el futuro  parece agravarse tras el aumento del número de casos nuevos; el SIDA representa  una de las principales causas de muerte en hombres y mujeres en el mundo. 
En el marco de la bioética para la  atención a la salud, existen varias reflexiones sobre la comunicación  médico-paciente, la necesidad del humanismo, el enfoque bioético, la  repercusión del SIDA en los niños, sobre diversos aspectos éticos de las  relaciones sociales y la atención a la salud de los pacientes VIH/SIDA, dentro  de la dinámica de una sociedad compleja y demandante como la contemporánea  donde se ha adquirido conciencia del respeto a la autonomía de los pacientes.  La relación médico-paciente VIH/SIDA requiere humanismo, contribuyendo de este  modo a construir una sociedad más justa y solidaria y evitando las habituales  tendencias al sesgo, el carácter sensacionalista y morboso que a lo largo de  los años de evolución de la pandemia, desafortunadamente ha sido difundida a la  población. 
Se hace énfasis desde el punto de vista  social, hay que vencer los tabúes y la discriminación que desata el SIDA; todas  las formas de transmisión del VIH, en nuestro medio, son previsibles, por esto  para detener la epidemia es esencial llevar la enseñanza, desarrollar  habilidades de comunicación eficientes, adoptar decisiones responsables y  autoestima; esto se logra promoviendo la salud sexual en los escolares y  jóvenes en general en su círculo de amistades, en la escuela y en su Comunidad,  y constituye un desafío de la sociedad actual. 
Palabras clave: Reflexión  bioética, ética médica, VIH/SIDA.
ABSTRACT: FILOSOPHICALS AND BIOETHICALS CONSIDERATIONS ABOUT THE HIV/AIDS.
Abstract
  After more than one  decade of controlling efforts to stop the advance of the HIV infection, future  appears gray, facing the increase of new cases. AIDS represents one of the most  important causes of deaths of females and males in the whole world.
  Inside the  bioethical frame for health attention, we present several considerations about  the doctor-patient communication, the need for a more humanistic approach, the  bioethical approach, repercussions of AIDS in children, about different ethical  aspects of human relations and the attention to patients with HIV/AIDS inside  the dynamics of our modern, intricate and demanding contemporary society where  consciousness' has been gained regarding patient's autonomy. The doctor-  patient with HIV/AIDS requires of a humanitarian touch, contributing by this  mean, to build up a fairer and solider society, avoiding the current tendencies  to errors, sensationalism and morbid image that has mistakenly been opened to  population.
  Inside the frame  of responsibilities and moral obligations are those which concern the state,  society and the patients with a fatal consequences disease, still unresolved.  We emphasize from the social point of view, that taboo and discrimination  against AIDS must be defeated, all the transmission ways of the disease, in our  environment, are perfectly avoidable; therefore, to stop the epidemics, it is  essential to carry out teaching, develop efficient communication techniques,  the taking of responsible decisions and self esteem. All these is achievable by  promoting sexual health in schools, communities, etc, which constitutes a  challenge to our society.
  KeyWords: Bioethical Considerations, Medical Ethics, Social Ethics, HIV/AIDS
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Karelia Pérez Benet y Sucel Ramos Flores  (2018): “Reflexiones filosóficas acerca del VIH/SIDA y la bioética”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (agosto 2018). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/08/reflexiones-vih-sida.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1808reflexiones-vih-sida
INTRODUCCIÓN
 
El estigma y la discriminación son los principales obstáculos a una prevención  y atención eficaces del Virus de Inmunodeficiencia Humana, VIH. Estigma y  discriminación es el lema de la Campaña Mundial contra el Síndrome de  Inmunodeficiencia Adquirida, VIH/SIDA desde el año 2003. La salud es más que un  derecho, es una necesidad primordial del Hombre y la sociedad en su conjunto;  se convierte en un inestimable bien social.1 
Para la Organización Mundial de la Salud  (OMS), la creciente injusticia constituye una cuestión de vida o muerte, ya que  los pobres pagan el precio de las desigualdades sociales con su salud. Como de  costumbre, los países mas pobres han sido los más afectados. Datos recientes de  algunos países industrializados muestran que las diferencias cada vez mayores  de ingresos entre los ricos y los pobres van acompañados de creciente  diferencia de mortalidad, según planteamientos de la OMS, 1994. 2
 Los enormes progresos alcanzados en los  últimos tres decenios en materia de desarrollo sanitario están en peligro,  porque la desigualdad creciente entre ricos y pobres supone una amenaza sin  precedentes para la salud y el bienestar de las poblaciones del globo.
DESARROLLO 
El VIH/SIDA es un proceso patológico,  una enfermedad transmisible de origen viral, que se caracteriza por presentar  deterioro grave del sistema de defensa del organismo (sistema inmunológico) y  daño a diversos órganos y tejidos debido a la acción directa del virus. Representa  la etapa final y más grave de la infección viral; sin embargo, para llegar a  ella la infección tiene que pasar por una serie de etapas previas, cada una de  ellas con sus propias manifestaciones. En ocasiones, la inmunodeficiencia es de  tal severidad que le incapacita para defenderse de diversos agentes patógenos  (infecciones oportunistas) y células tumorales responsables de su muerte.3-4  Desde su inicio, adquiere un carácter epidémico explosivo que luego se extiende  por el mundo y comienza a adoptar la característica de un problema de salud  mundial, denominada por algunos como la peste del siglo XX. Este síndrome se ha  convertido en uno de los problemas de salud más graves de todo el mundo. Según  estimaciones conservadoras para el año 2000 habrá, por lo menos, 10 millones de  casos de SIDA en adultos y 40 millones de personas infectadas por el VIH, 10  millones de las cuales serán niños.5 
La infección por VIH1 se localiza en el  continente Americano, Europa, África Subshariana y muchos países más; el VIH de  tipo 2 se detecta fundamentalmente en África occidental, con algunos casos en  los países occidentales y otros países africanos vinculados epidemiológicamente  con ésta última anteriormente mencionada.6-7
La comunicación médico-paciente con  la enfermedad por el VIH.
Existen razones importantes para  estudiar la calidad de la comunicación médico-paciente en la enfermedad por el  VIH, ya que la atención a estos pacientes implica conversaciones acerca de  comportamientos sexuales, consumo de drogas, discapacidad y muerte; temas que  resultan difíciles de discutir por estigmatizantes y doloroso. Esta relación  depende potencialmente de la eficacia en la comunicación que pueda establecer  el profesional de la salud, su habilidad y experiencia a la hora de relacionarse con el paciente, al  analizar la conducta universal, dirigidas a llevar la igualdad de  oportunidades, derechos y libertades, con el objeto de garantizar la dignidad  del ser humano.8-9  
El SIDA, por sus connotaciones de enfermedad social y potencialmente  mortal, sitúa a las personas que la padecen en situaciones peculiares, que son  tributarias no sólo de un rápido diagnóstico y eficaz tratamiento, sino también  de acompañamiento durante todo el proceso que dure la enfermedad. Los  profesionales de la salud que traten con este tipo de pacientes no sólo deben  conocer este hecho, sino que deben estar dispuestos a realizar este recorrido  con paciencia, amor y profesionalidad. 10
Se debe tener presente que no sólo  afecta al paciente, familiares y amigos, sino que ha demostrado tener efectos  significativos sobre toda la sociedad. Es necesario establecer una base ética  universal que proteja y garantice la dignidad, derechos y libertades  fundamentales de las personas viviendo con el VIH-SIDA; conseguir la  sensibilización del personal de salud y la gente en general ante los problemas  de discriminación y rechazo, y subrayando la necesidad de la cooperación  internacional a fin de que la humanidad entera afronte las consecuencias que  repercuten sobre los aspectos religiosos, políticos y sociales; en fin, de la  dignidad del ser humano en ocasiones justificada por miedos irracionales,  perjuicios, atropellos, abusos y violación de los derechos, y que más allá de  las acciones políticas o meramente humanas el SIDA es una enfermedad más, y  como tal debe ser asumida por todas las sociedades, sin perjuicio de género,  raza, nacionalidad, sexo, religión, origen, ideología, preferencias sexuales,  conducta o condición social, aunque el análisis de la forma de vida, obligan a  reflexionar, evaluar conductas y enfrentar la enfermedad. 
Los códigos éticos de los profesionales  se basan en el principio de confidencialidad de los mismos entre sí y de éstos  con las personas VIH/SIDA. El incumplimiento de esta obligación deontológica  frente a terceros, y especialmente empleadores y gobernantes habrá de dar lugar  a demanda., 11
“...El SIDA tiene una repercusión  social, humanitaria y de principios legales, amenazando socavar la tolerancia,  el entendimiento y nuestra función social.” 
El médico frente a un paciente VIH/SIDA  debe romper en primera instancia un muro a veces muy sólido, que pudiera  aislarlo para siempre del paciente de no hacerlo, teniendo en cuenta que el  paciente siente habitualmente temor a la muerte, angustia ante el futuro y lo  desconocido, tristeza y hostilidad ante el infortunio y una permanente demanda  de afecto. Aunque defienda con énfasis el Tratamiento Antirretroviral (TARV)  como la mejor solución para los pacientes con VIH/SIDA, ellos también deben  asegurarse que sus pacientes estén total y precisamente informados sobre todos  los aspectos del TAVR, incluidas la toxicidad potencial y los efectos  secundarios. Los médicos también deben aconsejar a sus pacientes con honestidad  sobre la posibilidad de fracaso del TAVR como primera instancia y de las otras  opciones en dicho caso. Se debe enfatizar la importancia de seguir el  tratamiento y así disminuir el riesgo de fracaso.
El humanismo, una  necesidad 
La revitalización del humanismo nos  permite tener una información relevante de los conocimientos ya existentes  sobre los aspectos psicosociales y económicos de las personas infectadas por el  VIH, ya sea directa o indirectamente, por las consecuencias que puede causar  esta enfermedad.12-13
Es importante que consideremos la  evolución de la enfermedad respetando los aspectos, humanos, sociales y  psicológicos que intervienen en la resistencia de las personas que viven con  VIH al avance de la enfermedad, con un enfoque humano ante cualquier intervención.  Es apreciable, en materia de salud que cualquier investigación sobre la persona  no debe efectuarse sin el previo consentimiento informado y libre, principio de  autonomía, ya sea en los exámenes de control y/o detección. Es vital en el  proceso de la toma de decisión, acto y confirmación, la ayuda psicológica,  médica y social necesarios, así como la conservación del anonimato, respeto de  la intimidad y el estricto cumplimiento de la confidencialidad, de ahí lo  significativo del conocimiento de la bioética por el personal de la salud, ya  que nos propone una metodología de solución racional y humanista a los  complejos problemas que afrontan los que tienen que adoptar decisiones con  respecto al cuidado de la salud de las personas, la comunidad y la sociedad, en  un mundo cada vez más inconsciente e irracional.
Desde el punto de vista de la sociedad,  uno de los grandes problemas que se debe vencer es la discriminación que desata  el SIDA; si somos capaces de superar el conflicto ético surgido, será una  muestra de generosidad y humanidad que le ofrendamos a la sociedad.
La discriminación contra las personas  infectadas debe afrontarse y sancionarse tanto en los lugares de trabajo, de  recreo. El libre desplazamiento, residencia y obtención de documentación y  otras situaciones no pueden estar supeditadas a la condición de ser portador  del VIH/SIDA. Pensamos que el temor que genera el posible rechazo se basa al  conocimiento superficial del modo de transmisión de la enfermedad, y esto no  justifica de ninguna manera que las personas sean despedidas de sus empleos, en  momentos que necesitan apoyo material y afectivo.
Una prueba de VIH, significa que la  persona requerirá consejos profesionales respecto a la infección y la  enfermedad, chequeos periódicos; debe conocer las estrategias para protegerse de  la infección, es decir, una educación sanitaria para mantener una vida sana. El  médico debe ser consciente de que la mala información sobre los aspectos  negativos del TARV crea resistencia al tratamiento por parte de los pacientes  en algunas áreas. Cuando se difunda una mala información sobre el TARV, los  médicos y las asociaciones médicas deben tener como prioridad inmediata el  requerir públicamente la fuente de la mala información y trabajar con la  comunidad afectada de VIH/SIDA para contrarrestar los efectos negativos de esta  mala información. Es necesario hacer que el impacto negativo o sus  consecuencias afecten lo menos posible el bienestar y el de los que lo rodean.  Un diagnóstico positivo no significa necesariamente la muerte inminente, ni la  terminación de una vida normal, pero sí impone la necesidad de ordenar  prioridades y cuidados, especialmente lo que refiere a la transmisión a otra  persona.
 Enfoque bioético 
La tercera epidemia sigue fuertemente a  la primera y a la segunda de infección por VIH y el SIDA. Esta es una pandemia  económica, social, política y cultural. 14.
Constituye el paradigma de la enfermedad  mediatizada, así cataloga el psicólogo Argentino, Mario Burgos, 15  la enfermedad como tal, que la humanidad conoció por los medios de comunicación  mucho antes de tener oportunidad de convivir con sus consecuencias: personas  infectadas, posibilidades de transmisión, necesidad de cuidados, entre otras,  se produjo un elemento epistemológico, ético y social capaz de condicionar  cualquier conducta individual, grupal frente al sexo, la transgresión, la vida,  la solidaridad o la muerte. Los organismos internacionales de la salud no  pudieron menos que percibir este fenómeno, pero las circunstancias trajeron al  SIDA consecuencias discriminatorias, de aislamiento y marginación desplegadas a  lo largo del tiempo y el espacio.
Entre los conflictos éticos relacionados  con el SIDA, podemos señalar la discriminación, los problemas relacionados con  el secreto profesional, la calidad y el carácter sagrado de la vida, el aborto  y la anticoncepción, los problemas relativos al nacimiento y la muerte, el  ensañamiento terapéutico, la reproducción humana y las investigaciones  biomédicas. No se puede presentar el SIDA como una consecuencia lógica de  formas de apareamiento, elección sexual y obtención de placer diferentes al  modelo de vida y familia que se promueve socialmente, basado en parámetros ya  establecidos, o como el castigo de una “mala conducta”.15-17
En la asistencia en salud, en el ámbito  jurídico y en los medios de comunicación deben desplegarse enfoques ya  presentes en las diversas prácticas sanitarias, desplegadas sin prejuicios  sociales. Si bien desde el aspecto anatómico la mayor cantidad de inóculo del  virus, el tiempo de exposición del mismo en las secreciones y el área de  mucosas que involucra es muy superior en la mujer que lo recibe, éstas causas  multiplican el riesgo que se hace aún mayor en la adolescente por su inmadurez  anímica, hormonal y genital, por lo que hace a la mujer más vulnerable a la infección.
En todos los países existe un gran  debate acerca de cuánto deben saber los jóvenes acerca del sexo; cualquiera que  sea el debate, los hechos demuestran que los jóvenes están en riesgo cada vez  mayor, y existe una urgente necesidad de que se protejan contra el VIH y otras  enfermedades de transmisión sexual, y obtengan un desarrollo sexual seguro y  sano.
Los programas escolares pueden ayudar a  los jóvenes a desarrollar confianza en ellos mismos y reducir el riesgo del  VIH. Necesitan ser capaces de evaluar de manera realista su propia  vulnerabilidad y riesgo, la efectividad de diferentes opciones y cómo  relacionarlas con sus propios valores, así como sentirse motivados para adoptar  una conducta mas segura, solo con el conocimiento logrado mediante charlas y  conferencias educativas desde las primeras edades de la vida. La enseñanza debe  desarrollar habilidades de comunicación eficientes, adopción de decisiones  responsables y autoestima, así como entender sus responsabilidades hacia los  demás. Esto se logra promoviendo la salud sexual en los escolares, en su  círculo de amistades, en la escuela, en su comunidad.
Reflexión sobre el SIDA  y los niños 
Y es que produce un efecto devastador en  la persona infestada y todas aquellas personas vinculadas por lazos de  parentescos y afectivos, y dependencia económica. De gran proporción resulta la  situación que genera la muerte por SIDA de una madre y un padre, cómo enfrentar  el gran problema en los hogares de padres y madres fallecidos, si conocemos que  dentro de la próxima década se estima que 10 millones de niños en África  quedarán huérfanos o vivirán con otros familiares.18 En relación con  estas interrogantes hemos dado con tres factores que rigen este impacto y  resaltan el papel económico, social global del SIDA que lleva a la muerte:
- Disminuye la capacidad de la familia  para sufragar los gastos escolares.
   - Aumenta la demanda de trabajo  infantil.
   - Disminuye la expectativa del futuro de  los niños huérfanos.
   Constituye verdaderamente un duelo el  que sufren los sobrevivientes, es considerable destacar el daño psicológico  perdurable en particular en los niños de corta edad que pierden a un  progenitor. Estas, consideramos, constituyen las consecuencias más lesivas de  la epidemia a la sociedad. En tal caso no solo afecta a los huérfanos del SIDA,  como se conoce, sino también representado por un número cada vez mayor de  nacimientos, seropositivos o no seropositivos; estos últimos expuestos a otro  sinnúmero de riesgos predominantemente sociales que condicionarían  eventualmente serias patologías clínicas, nos referimos al ámbito humilde; sin  embargo, se ha demostrado que al ser mejorado el entorno social, gran número de  niños que presentaba características de infectados, negativizaron incluso su  serología; esta observación realizada por un equipo multidisciplinario,  descubrió que el entorno social de la enfermedad por el VIH, es responsable mayoritariamente  de los distintos hallazgos clínicos.19
  Desafíos del SIDA 
   El VIH/SIDA es una pandemia mundial que  ha creado desafíos sin precedentes para los médicos y las infraestructuras de  salud. Representa una asombrosa crisis de salud pública; el VIH/SIDA también es  fundamentalmente un problema de derechos humanos. Muchos factores contribuyen a  la propagación de la enfermedad, como la pobreza, la falta de vivienda, el  analfabetismo, la prostitución, el tráfico de seres humanos, el estigma y la  discriminación y la desigualdad basada en el sexo. Los esfuerzos para vencer a  esta enfermedad se ven limitados por la falta de recursos humanos y financieros  disponibles en los sistemas de salud.20 
   Estos factores sociales, económicos,  legales y de derechos humanos no sólo afectan la dimensión de salud pública del  VIH/SIDA, sino que también a los médicos/personal de salud y pacientes  individualmente, sus decisiones y relaciones. 21-22
   El SIDA, en sus primeras décadas se ha  convertido en una de las grandes preocupaciones en el campo de la salud  pública, afectando innumerables aspectos del comportamiento humano, esta  epidemia constituye un desafío sin precedentes, pues representa un elevado  costo de vidas humanas, cambios culturales y sociales que transforman el  comportamiento cotidiano de los individuos y la sociedad. 23-24
   El SIDA atraviesa las sociedades y sus  culturas en toda su extensión, los derechos humanos, jurídicos y patrimoniales  de las personas, la falta de políticas preventivas y asistenciales  imprescindibles, engendra múltiples problemas, modifica la vida cotidiana,  laboral y social de las personas afectadas por el virus, las inesperadas  dificultades, la discriminación laboral y social, engendra pérdida de los  afectos y el desamparo, el miedo, la ignorancia del medio que circunda al  enfermo y su familia; hoy, sin embargo, quienes acceden a la medicación y se  adhieren a los tratamientos, tienen la verdadera posibilidad de vivir existencias  plenas y prolongadas. 
   NOTAS FINALES: 
   - La relación médico-paciente VIH/SIDA  requiere humanismo.
   - Desde el punto de vista social exige  eliminar los tabúes y la discriminación que desata el SIDA.
   - Todas las formas de transmisión del  VIH, en nuestro medio, son previsibles; por esto para detener la epidemia es  esencial el adoptar las medidas de prevención necesarias para proteger al  Hombre y la sociedad.
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