Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630

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EL GRAFITI COMO CRÍTICA SOCIAL EN GUAYAQUIL

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Introducción
Desde la antigüedad el grafiti era una manifestación artística ya practicada aunque el término era desconocido, tal es el caso de los romanos que se pronunciaban sobre las paredes y los sitios públicos con profecías y protesta, con el deseo de compartir con sus ciudadanos. Los macedonios, los griegos o los antiguos egipcios con sus indescifrables jeroglíficos ya utilizaron los muros como soporte de su escritura y de su arte. (Cabrera, 2015).
El grafiti no es un término desconocido o recientemente incluido en el contexto social, estas manifestaciones existieron en épocas donde los individuos buscaban formas de comunicarse o de plasmar sucesos por medio de dibujos o símbolos que tenían un significado concreto, dejando una huella que permitió el nacimiento de un movimiento artístico. 
Anteriormente el arte se limitaba a representaciones a través de pinturas, esculturas, que eran expuestas en galerías, teatros o lugares públicos, sin embargo, a lo largo del tiempo esta concepción de arte ha sido cambiante, hasta lo que hoy se denomina arte urbano o callejero, una nueva forma de comunicar que permite al individuo expresar sus emociones, pensamientos, criterios, utilizando diversos recursos y plasmándolo en espacios públicos.
El grafiti, desde sus orígenes en Nueva York, más que una expresión artística fue la voz de aquellos jóvenes que deseaban mostrar lo que pensaban y sentían, plasmando sus ideas en las paredes, convirtiéndose de este modo en un movimiento juvenil que ha traspasado desde hace más de veinte años las fronteras de su lugar de origen para extenderse por cualquier parte del mundo. (Vera, 2008)
A fines de 1960, el grafiti ya era practicado por grupos conformados por jóvenes hispanos, negros y norteamericanos, en Ecuador Lady Pink, el portorriqueño Mono, Taki 183, de ascendencia griega la nacida en Brooklyn Diva, quienes empezaron a formar crews, grupos para “dejarse ver” principal objetivo del graffiti, donde el término dejarse ver significa hacerse presente de forma anónima y contundente en el espacio público urbano.  (Hernández, 2016).
El street art transforma las calles de diversas ciudades en exhibiciones de arte al aire libre y sin ningún costo, generando un impacto socio-cultural que permite una comunicación global con todos los miembros de una misma sociedad, pues las personas que no tienen acceso a museos o galerías quedan fascinadas con la producción artística realizada por graffiteros. (León, 2015).
Si bien es cierto que el término grafiti aún se encuentra vinculado con el vandalismo o la ilegalidad practicada al inicio de este movimiento, teniendo en cuenta que existen grupos que lo hacen de forma incorrecta, también es evidente el arte que se puede observar en las calles, permitiendo crear un ambiente de cultura y aprecio hacia algo novedoso y diferente pero no desconocido, que de a poco va atrayendo más integrantes y aceptación por parte de la sociedad.
Estas manifestaciones artísticas van acompañadas del nombre del que realiza el grafiti o el crew al que pertenecen, dejando una huella en diferentes espacios de la ciudad, una forma de mostrar su trabajo a través de varios escenarios. Los crew es un término empleado para hacer referencia a grupos de grafiteros, compartiendo los mismos intereses en cuanto a la actividad se refiere e interrelacionándose entre sí.

Por lo cual el presente artículo busca analizar los mensajes de crítica social de grafitis de la ciudad de Guayaquil, categorizando las principales temáticas expuestas mediante los grafitis, además, identificar los códigos gramaticales utilizados y finalmente de explicar el proceso comunicativo del grupo Amos del Sur.
El grafiti es una expresión que va más allá de una representación gráfica y es al mismo tiempo una acción reivindicativa de lucha social de carácter simbólico. Es una forma de ocupar un espacio, de manifestarse y de explicitar una presencia y una existencia en la realidad concreta. (Arriagada, 2012).
Los cambios en la vida urbana, generados por los medios de comunicación o por las tecnologías, han hecho aparecer nuevas configuraciones comunicacionales. (Lopera, 2016). Es el caso de los grafitis que se han convertido en una herramienta de  comunicación informal, donde el individuo a través de palabras e imágenes con códigos gramaticales intenta trasmitir un mensaje, en algunos casos la decodificación de los mismo resulta complicado debido a que las personas que observan el grafiti no tienen conocimiento de los códigos y de las expresiones lingüísticas utilizadas, según Umberto Eco frente a un mensaje visual, el sujeto selecciona los datos de la experiencia y los estructura según sistemas de expectativas y suposiciones que implican el conocimiento de ciertas técnicas aprendidas, es decir, suponen el uso de códigos. (Eco).
El arte callejero específicamente los grafitis simplifican las barreras de comunicación interpuestas por los medios de comunicación masivos donde no hay espacios suficientes para dar a conocer las diversas problemáticas y críticas sociales en las que el individuo se ve involucrado, manifestándolo de otra forma y de esta manera lograr ser escuchados, logrando un impacto positivo en la sociedad que permita la concientización de las personas.
A pesar de que los grafitis son considerados como un arte callejero o urbano, en la sociedad actual aun estigmatizan a los grafiteros considerándolos como personas con falta de educación, pandilleros, sin embargo, por medio de sus representaciones expresan problemáticas sociales, además, sus grafitis permiten que un lugar abandonado o poco agradable visualmente, se vuelva llamativo e incluso artístico. En una tesis realizada por un estudiante de la Universidad Central del Ecuador de la Carrera de Comunicación Social acerca del grafiti contemporáneo manifiesta que es un modo de expresión artística que aporta como elemento estético en los espacios públicos de las ciudades por lo que interviene en el modo en cómo se las perciben, ya que se constituyen como un testimonio relevante de las relaciones entre ciertos sectores de la ciudadanía y el espacio urbano. (Ortega, 2014).
Cabe mencionar que la realización de grafitis no es fácil, ya que al igual que otros artistas, se lleva a cabo mediante un proceso previo que permita consolidar la idea que quieren plasmar, realizar modificaciones e identificar el lugar, además, de estar preparados para la improvisación. 
De acuerdo al artículo realizado por Gartus, Klemer & Leder, el grafiti puede ser definido como un estilo artístico que hace uso de la calle como su principal recurso artístico, donde la escritura y la pintura forman parte de paredes públicas. (Gartus, 2015).
En Guayaquil existen varios grupos de grafiteros que mediante su arte buscan comunicar y expresar las diferentes problemáticas tanto sociales como personales en los que ellos se encuentran involucrados, por medio de sus experiencias o por lo que perciben del entorno en que se desenvuelven, por tal motivo se realizará un audiovisual y como complemento investigativo un artículo académico que permita profundizar el tema, desde un enfoque especifico, como lo es la crítica social.
Marco teórico referencial
Desde épocas donde el arte no era un tema definido o empleado para especificar una práctica, este ya existía, es así como Bazurto Guillermo (2005), manifiesta en su trabajo investigativo “Grafiti: la voz ante el silencio” que el arte urbano tiene como precedente el hombre de la prehistoria, quienes utilizaban los muros de las cavernas para plasmar sus emociones, sentimientos y sus dotes, por medio de grabados que surgió de la necesidad de manifestarse y comunicarse con los demás.
Otro de los antecedentes del grafiti se remonta a la arqueología, como lo menciona Vieira & Rocha (2009) en su artículo investigativo sobre “el grafiti y ciudad” estas manifestaciones se daban sobre inscripciones pompeyanas, término referido a los dibujos y surcos en las paredes de piedra.
Es así como Mora Liliana (2009) indica que el arte ha estado presente en todos los tiempos, considerando al grafiti como una manifestación artística que le permite al individuo exteriorizar y reflejar mediante imágenes acampanadas por letras o individualmente una de la otra deseos que muchas veces han sido reprimidos, utilizando paredes de espacios públicos como medios alternativos de comunicar.
Esta concepción acerca del grafiti ha ido cambiando a lo largo del tiempo, paso de ser una legítima expresión de protesta que incluye un mensaje específico dirigido a un grupo social, a contribuir la estética, la decoración y cultura de una ciudad como lo menciona Camargo Alex (2008) en su investigación, otorgándole un nuevo significado a un espacio, permitiendo que los grafiteros puedan transmitir su mensaje y sobre todo se evidencie el arte que realizan.
De acuerdo con Escamilla (2010) el grafiti surge como una de las formas de expresión más modernas y presentes en todas partes del mundo, manifestando el reclamo colectivo y la creatividad, tomando muros y fachadas de espacios público como lienzo, muchas veces las restricciones y controles ejercidos sobre lo público y privado no son acatados.

La realización de grafitis incluye procesos semiológicos que permiten la construcción del sentido de las palabras empleadas, como lo menciona Guarnizo Nicolás en su tesis, lo que permite la apropiación del término para emplearlo como una descripción representativa de su existencia y permanencia en un escenario especifico. (Guarnizo, 2010).
Mientras Sepúlveda (2012) considera al grafiti como una producción lingüística cuya finalidad es causar un efecto social y transformarlo en un proceso comunicativo de gran alcance, debido a su accesibilidad y lo llamativo en que se puede convertir un grafiti, siendo esta una práctica social, una manifestación de conflictos que transcurren en el entorno y que son expresados de forma libre.
Citando a Canclini en la investigación de Palacio Andrea (2012), los grafitis son considerados como un género legítimamente híbrido, es decir, resultado de dos elementos de diferente naturaleza, constituyendo una práctica que desde su origen se ha desentendido del concepto colección patrimonial, conformando un espacio de encuentro entre lo visual y lo literario, lo culto y lo popular.
Se puede identificar cuatro formas distintas de grafitis, como lo son: el tagging, tirar-ups, piezas y consignas, mediante el cual se utilizan diferentes estilos de caligrafía, imágenes, formas y colores para escribir firmas o murales, como lo manifiesta de Haworth, Bruce & Iveson (2013) en su investigación. 

Al hablar de la historia moderna del grafiti hay que situarse en los años sesenta del siglo XX, en Nueva York, surgió como un movimiento influenciado por la música hip-hop que en esa época estaba en auge, los primeros grafitis que se evidenciaron en la ciudad fueron firmas que nacieron como una forma de dejar una huella. (Franco, 2013).
Las manifestaciones artísticas que implica el grafiti hacen uso de lo visual, como lo indica Casallas Yeraldin (2014), además, de diferentes símbolos que permiten expresar un mensaje, recobrando importancia ya que a través de estos los sujetos dan a conocer las diferentes realidades en las que se ven involucrados y de la que forma parte la sociedad, de esta forma construyen diferentes narrativas visuales.
Guerra Gustavo (2014) en la tesis realizada sobre “la reapropiación del espacio público en Quito: en el caso del grafiti”, lo analiza desde aspectos ligados a los actores principales que intervienen en la creación de los mismos, además, del contexto político, el contenido lingüístico y visual que permitan la captación del mensaje que se quiere transmitir, así mismo el espacio público donde son ubicados, que por lo general son paredes de terrenos vacíos.
Por otro lado, en una tesis realizada por un estudiante de la Universidad Central del Ecuador acerca del grafiti contemporáneo como expresión creativa y cultural manifiesta que es un modo de expresión artística que aporta como elemento estético en los espacios públicos de las ciudades por lo que interviene en el modo en cómo se las perciben, ya que se constituyen como un testimonio relevante de las relaciones entre ciertos sectores de la ciudadanía y el espacio urbano. (Ortega, 2014).
Además, Coya Michel (2015) desarrollo un proyecto de grado denominado “El grafiti muralista y su impacto en la contaminación visual de Guayaquil” donde manifiesta que el grafiti muralista es una opción de expresión artística que tiene el grafitero para no sentirse limitado ante la sociedad. Para ellos, el grafiti es una manera de comunicarse y llegar ante ciento de ciudadanos, construyendo una nueva forma de expresión, que involucra a varios actores. 

El grafiti es una manifestación artística muy importante debido a la necesidad que tienen los ciudadanos de expresar sus propias ideologías, pensamientos, emociones, además, el grafiti puede ser considerado como parte de la identidad urbana como lo menciona Gama Martha & León Freddy en su investigación, considerándolo como un acontecimiento cultural. (León, 2015).
García Jonathan (2016) manifiesta que el grafiti es una de las expresiones de arte urbano más popular y característico de la actualidad. El grafiti no es más que un dibujo o una obra de arte pictórico realizadas en paredes y muros, es una forma de comunicar dejando a un lado lo convencional y abriendo nuevas puertas hacia lo diferente y autentico. 

Hay que tener presente los procesos que llevan a cabo para la conformación de grupos mediante la interacción entre grafiteros, como lo manifiesta Lopera Ángela & Coba Patricia (2016) en su artículo investigativo, además, la percepción de la sociedad ante este arte urbano que muchas veces ha sido catalogado como vandalismo o mera rebeldía por parte de jóvenes que mayormente forman parte de diferentes grupos de grafiteros.

Además, el grafiti no es una práctica fácil, como muchos piensan, ya que al igual que otros artistas requieren de conocimientos, ya sea para el manejo de los aerosoles que utilizan, las diferentes técnicas dependiendo del estilo de grafiti y el tipo del mismo, comportamiento en las calles y los riesgos en los que se encuentran inmersos al realizar una actividad que en ocasiones se lo hace de forma ilegal, como lo manifiesta Hernández Luisa (2016) en su investigación.  

Metodología
Para cumplir con los objetivos propuestos se acude a una metodología cualitativa, que permita obtener datos descriptivos con un alcance exploratorio ya que no hay estudios previos y específicos sobre la temática tratada.
La muestra seleccionada para la investigación se obtuvo de forma intencional, seleccionando al grupo de grafiteros “Amos del sur” de la ciudad de Guayaquil, se maneja la observación como instrumento principal, y entrevistas semi-estructuradas para recabar información. Se realiza un análisis del discurso desde una interpretación propia de las críticas sociales representadas en los grafitis, triangulando la información con las entrevistas y la observación.
La investigación se ejecutó mediante 3 fases. En la primera fase se recolecta material fotográfico de los grafitis en diferentes partes de la ciudad de Guayaquil que representen crítica social. En la segunda fase se utilizó la entrevista como método de recogida de información a integrantes del grupo “Amos del sur”.
Finalmente, en la tercera fase se realizó el análisis evidenciado en la imagen de los grafitis obtenidos mediante fotografías, clasificados en la “categoría especial” empleados en las jergas propios de determinados grupos sociales sustentado en los planteamientos de Andréu Abela Investigador Senior Fundación Centro de Estudios Andaluces. Las categorías identificadas son: problemas sociales (adicciones, territoriales, conflictos armados, violencia, delincuencia) y política.
Resultados

Amos del sur es un grupo de grafiteros que surgió aproximadamente hace 9 años, es una familia que no solo se enfoca en pintar, realizan reuniones periódicamente,  planificadas a través del uso de la tecnología, donde envían y reciben información referente a futuros eventos, próximas reuniones de la crew e inquietudes de cualquier integrante, además, del contacto directo y personal que tienen con el fundador o representantes del grupo, manejando una comunicación interna eficaz que hace partícipe a cada integrante contribuyendo al crecimiento de la crew.  

En las reuniones que realizan intercambian ideas que permiten mejorar los bocetos de los grafitis presentados, tomando en consideración la opinión de todos y adaptándola a la idea central que tiene el realizador del grafiti, abordan diferentes temáticas, desde personales hasta profesionales, no se limita al arte del grafiti. “Pley109” es quien formó la crew y junto a “Plomo76” desempeñan el papel de representantes del grupo Amos del sur integrado por cerca de 15 personas. Algunos de estos integrantes reemplazan sus nombres por seudónimos que tienen un significado emocional o simplemente surgen de la combinación de sus nombres y apellidos.

Dentro del proceso comunicativo los grafiteros emplean códigos, signos y símbolos determinados, que no siempre son decodificados en su totalidad. “Un signo es cualquier expresión gráfica, punto, línea, recta, curva y otras similares adoptada convencionalmente para representar un objeto abstracto” (Umberto, 1973). En el caso del “Wild style” o estilo salvaje, lo primero que hacen es realizar un boceto de la palabra y dependiendo del resultado que se quiere obtener se va aumentando o quitando líneas, formas o dibujos sin que esta pierda la esencia, en este proceso influye el estilo de cada grafitero y los diferentes tipos de grafitis utilizados, como: el Realismo, Vandals (ilegales) , Characters, Bomba, Orgánico y Tags.

La elección de la rueda cromática forma parte del proceso de realización de los grafitis, esta se elige a medida del desarrollo del bosquejo o al momento de plasmarlo en paredes de lugares públicos, teniendo en cuenta que la improvisación forma parte del trabajo de los grafiteros, es decir, hacen uso de los diferentes materiales con los que dispongan en ese momento, por ejemplo: aerosoles, diferentes tipos de caps, esto depende del acabado que se quiere obtener, ya sea trazos finos, gruesos, para rellenos, difuminados, con proyección a mayor distancia, con secado rápido, para realizar tags, entre otros.

Por lo general los grafitis se realizan en eventos organizados por grupos o a través de gestiones que permitan la comunicación directa con los dueños de paredes donde quieren plasmar su arte, mostrándoles un boceto que permita la aceptación del trabajo y cambiar la percepción que las personas tienen sobre los mismos, facilitando al grafitero perfeccionar su técnica por medio de la práctica.

Según los puristas, solo los verdaderos artistas deberían pintar las paredes de las calles, quienes lo hacen de forma ilegal, no son más que jóvenes dispersos y desadaptados que quieren expresar “porque sí” un algo sin concepto y sin sentido. (León, 2015). Al referirse al término “puristas” la real academia de la lengua española lo define como el mantenimiento de una doctrina, práctica o costumbre, en toda su pureza y sin permitir cambios.

Por tal motivo existe una controversia sobre el término artista y durante la investigación y la obtención de información surgieron las preguntas ¿solo quienes tienen un título en esta área son artistas? ¿es necesario un título para poder hacer arte?, sin embargo, es notorio que detrás de los símbolos o los gráficos existe verdadero arte realizado por los que pueden denominarse artistas empíricos, que no necesariamente estudiaron para ello, pero la experiencia y la interacción de ese mundo contribuyó para transformar una práctica considerada como vandalismo a un arte representativo, una práctica aprendida y perfeccionada a lo largo del tiempo, cabe mencionar, que también existen grafiteros que tiene una profesión enlazada con lo que plasman en paredes, por ejemplo: a los diseñadores gráficos facilitando su trabajo y permitiéndoles aplicar otras herramientas como software para desarrollar el arte  o tener una alternativa donde también se manifiesta la libertad de poder plasmar arte en otras superficies como la piel en el caso de los tatuajes.

Dentro de la investigación realizada se constata que la categoría de grafitis políticos no ha sido hallada en la ciudad de Guayaquil.  

Discusión

Los resultados de la investigación indican que en Guayaquil los grafitis se han convertido en una forma alternativa de comunicar diferentes temáticas,  plasmadas en paredes de la ciudad, teniendo en cuenta que esta práctica artística existió en épocas donde la comunicación era el resultado de la búsqueda y creatividad de las personas que querían ser escuchadas o transmitir un reclamo o mensaje especifico ante su pueblo, en relación a lo mencionado por Cabrera (2015) donde explica que el término “grafiti” se vinculaba con las profecías o criticas expuestas en los muros de aquella época, más bien era una forma de comunicar.

Los grafitis convierten un lugar poco agradable visualmente en uno renovado y atractivo a los ojos de los espectadores, debido a la carga cromática que tenga o al mensaje conciso que transmite, tomando en cuenta que para que exista una decodificación los miembros de  la crew y personas externas deben compartir un mismo código, que no se da en todos los casos, existiendo una contradicción con León (2015), donde manifiesta que el grafiti permite una comunicación global que incluye a todos los miembros de una sociedad. Es evidente que existen grafitis cuya decodificación incluso es complicada para integrantes de otros grupos al no compartir un mismo código o estilo, por ende el mensaje no será recibido por el espectador de forma completa, lo que significa que una comunicación global con la sociedad  no es posible a través del grafiti.

Los integrantes de las crew ven en los grafitis una forma de transmitir sus emociones, problemas personales y sociales en lo que se ven involucrados, dejando una huella que favorezca al cambio en diversos aspectos de la sociedad y contribuya a diferenciar entre lo vandálico y el arte, en concordancia a Gama y León (2015) que consideran al grafiti como una manifestación artística donde el sujeto tiene la libertad de exteriorizar diferentes situaciones. Sin embargo Lopera y Coba manifiesta que la percepción de la sociedad ante este arte ha sido catalogada como vandalismo o mera rebeldía por parte de jóvenes que mayormente forman parte de diferentes grupos de grafiteros. La indagación y estudio por parte de la investigadora permiten señalar que algunas personas hacen vandalismo a través del graffiti o de una crew, contribuyendo a un pensamiento de rechazo de la población hacia estas manifestaciones, en contraparte están los que realizan un trabajo con un trasfondo social comunicativo, aportando a la concientización de las personas hacia diversos temas y convirtiéndose el grafiti en arte urbano. 

Conclusión
Los grafitis son una nueva forma de comunicarse con la sociedad que permite romper la barrera impuesta por los medios de comunicación al ser considerados como la fuente principal de transmisión de mensajes, teniendo en cuenta la importancia de los procesos comunicativos dentro de las crew, ya que cada grupo que forma parte de la sociedad interactúa de distintas formas, de esto depende la percepción que las personas tengan acerca de los grafiteros y de sus trabajos como artistas independientes, adjudicándoles un valor significativo como una agrupación consolidada lo que permite tener una proyección amplia de lo que buscan  al plasmar un grafiti y expandiendo el arte a otros espacios.
El arte es un campo que abarca diferentes estilos, tal es el caso de los grafitis considerados como arte urbano que implica una práctica diferente al resto, debido al estilo, los tipos y los lugares donde serán expuestos, generalmente la plataforma de comunicar y transmitir criterios es la calle, en específico, paredes de lugares públicos, que a base de experiencias, spray, imaginación, práctica e improvisación plasman una ilustración o caracteres que contienden un trasfondo más allá de lo visible, son mensajes o formas de pensar  que los grafiteros dan a conocer, ya sea social, político o de cualquier otra índole, es como a partir de una idea surge una obra de arte que enriquece la cultura de una ciudad o de un lugar en específico, transformando la percepción que gira en torno a los crew o a los grafiteros independientes y creando una cultura de aceptación y apreciación a lo nuevo y autentico.
Las controversias acerca de que es arte y que no continúan latente en la sociedad actual, sin embargo, su escala es menor puesto que la sociedad no puede cegarse a lo visible, los grafitis se han convertido en arte, en uno que no es expuesto en lugares acondicionados, más bien se han volcado a diferentes paredes de la urbe Guayaquileña, abarcando gran territorio y ofreciendo una nueva identidad de cultura y arte a la ciudad, sin ningún costo pero de gran calidad, por otro lado, no se puede dejar de mencionar que existen personas que se hacen llamar grafiteros pero sus trabajos son vulgares y ofensivos a los ojos de los demás, por tal motivo aún hay prejuicios o juicios de valores generalizando a los grafiteros y perjudicando a los que realizan un trabajo con esmero para que puedan ser apreciados y valorados.
Durante la investigación se pudo constatar que un factor que perjudica el trabajo de los grafiteros es lo efímero en relación a la permanencia en un determinado lugar, debido a que las paredes que son utilizadas son tumbadas por remodelación o deterioro de las estructuras, por rayones de bandas o por sustitución del grafiti.
Recomendaciones
La autora de la investigación considera que la temática puede ser profundizada y relacionada con otros campos de investigación que permita la obtención de información a otra escala, aunque existe varias investigaciones sobre los grafitis se considera que el tema se puede expandir, sobre todo a nivel local dejando un precedente para los futuros estudios y permitiendo que las personas conozcan más acerca del arte en otras dimensiones, aportando al cambio de percepción de los grafiteros.
Se considera que para futuros estudios se debería utilizar una metodología mixta, ya que se pudo constatar que no existen investigaciones de este tipo, lo que sería un plus para el conocimiento.
Además, se sugiere a los futuros investigadores que accedan completamente a zonas suburbanas, para obtener mayor número de fotografías de grafitis sobre crítica social, teniendo en cuenta según lo manifestado por miembros de las crew que son en estos lugares donde existe mayor afluencia de grafitis que aportan a la temática expuesta.
Se recomienda tomar en consideración la prevención de accidentes que perjudiquen la integridad de los investigadores al realizar las fotografías en lugares de mayor concurrencia vehicular, desolados y frecuentados por personas de dudosa procedencia, por tal motivo, la seguridad debe ser un elemento fundamental a la hora de realizar una investigación de esta clase.

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*Universidad Politécnica Salesiana - Sede Guayaquil janchundiaj@est.ups.edu.ec
** Docente Investigador - Universidad Politécnica Salesiana - Sede Guayaquil dchang@ups.edu.ec

Recibido: 20/04/2018 Aceptado: 20/06/2018 Publicado: Junio de 2018

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