Ivania García Viamonte*
Yailén Rodríguez Acosta **
Elizabeth Font Abreu ***
Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez” Uniss. Cuba
vania@uniss.edu.cuRESUMEN
La cultura popular es la que  surge de manera espontánea y no académica entre los trabajadores y el pueblo en  general, por ende, sus recursos materiales son escasos, mínimos. El presente  trabajo se trazó como objetivo general diseñar una propuesta de acciones que  contribuyan a la revitalización de las tradiciones culturales en el barrio  África del municipio de Yaguajay. Se utilizó como perspectiva metodológica el  estudio etnográfico, empleando el paradigma cualitativo, donde la recogida de  información se efectuó a través de diferentes técnicas como fueron: el análisis  de documentos, la entrevista y la encuesta. La muestra fue escogida de forma  intencional. Según los resultados obtenidos se aprecia que las tradiciones culturales  en el barrio África es un elemento conformador de la identidad de los lugareños  y se consideró que la novedad e importancia práctica de la investigación  estuviera dada por el vacío que llenara la misma, ya que hasta la actualidad no  existía en el municipio un estudio científico acerca del quehacer cultural del  mismo.  Los resultados obtenidos  contribuyeron a la reanimación de la tradición del barrio específicamente en  los más jóvenes. 
Palabras clave: identidad- revitalización- tradiciones culturales
SUMMARY  
The popular  culture is the one that arises in a spontaneous and not academic way between  the workers and the town in general, for ends, its material resources are  scarce, meeting. The present work was traced as general objective to design a  proposal of actions that they contribute to the revitalize of the cultural  traditions in the neighborhood African of the municipality of Yaguajay. It was  used as methodological perspective the study ethnography, using the qualitative  paradigm, where the collection of information was made through different  technical as they were the analysis of documents, the interview and the survey.  The sample was chosen in an intentional way. According to the obtained results  it is appreciated that the cultural traditions in the neighborhood African is  an element conformation of the identity of the villagers and it was considered  that the novelty and practical importance of the investigation was given since  by the hole that filled the same one, until the present time a scientific study  it didn't exist in the municipality about the cultural chore of the same  one.  The obtained results contributed  specifically to the reanimation of the tradition of the neighborhood in the  youngest.   
Key words: identity- revitalizations-cultural traditions
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Ivania García Viamonte, Yailén Rodríguez Acosta y Elizabeth Font Abreu (2018): “La cultura como herencia identitaria de los pueblos: tradiciones afrocubanas en el barrio África de Yaguajay”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (febrero 2018). En línea:
 https://www.eumed.net/rev/index.html/caribe/2018/02/tradiciones-afrocubanas.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1802tradiciones-afrocubanas
INTRODUCCIÓN 
   La mayoría de los autores que se han  dedicado al estudio de la evolución de la cultura en la historia de la  humanidad, han partido de concebir al hombre como sujeto social, cuya  experiencia está basada en lo aprendido y en lo vivido como miembro de una  colectividad, determinadas reglas que proponen e imponen. Por tanto, el  concepto de cultura se posiciona, en su dimensión antropológica en cuanto es  expresión de una particularidad histórica que le ofrece al hombre una forma de  vida, por y en la que se configura su existencia individual, lo sitúa en un  tiempo y un lugar, le confía cierta herencia y le abre posibilidades de  creatividad que se adecuen a su futuro concreto. 
   La cultura abarca desde  la base material hasta las formas en apariencia más refinadas y más remitidas a  valores espirituales (...) los hábitos y las costumbres forman parte también de  la cultura y expresan una tradición”. De lo anterior se deduce que el hombre es  portador de valores culturales que ha ido acumulando a través del tiempo,  trasmitiendo a través de las generaciones, creando en el proceso de  transformación del mundo (Pogolotti ,1986: 190).       
   Por otro lado se asume que la cultura nacional  alberga y expresa una riqueza de rasgos y elaboraciones propias, hechas con los  más disímiles materiales y modos, por los más diversos grupos sociales, en  depósitos sucesivos y simultáneos. Esa acumulación cultural es la que opera en  cada época y en cada coyuntura, en ella se inscriben todos los aspectos y casos  particulares, con sus complejos de relaciones e interacciones (Heredia, 1998:  3).
   Paralelo a lo anterior también denominan a la cultura como un conjunto  de valores materiales y espirituales que ha creado la humanidad a través de los siglos. La cultura material  está constituida por los valores materiales, las fuerzas productivas y los  vínculos que se establecen entre los seres humanos en las relaciones de  producción que, a su vez, generan las económicas y las sociales (Valdés, S,  2006: 10).
   La cultura espiritual, por su parte, está representada por toda una gama  de resultados obtenidos en el campo de la ciencia, la técnica, el arte, la  literatura y la construcción, a lo que se suman los conceptos filosóficos,  morales, políticos, religiosos, etc. Claro está que la división entre “cultura  material” y “cultura espirituales” es relativa, pues la elaboración de objetos  o instrumentos de trabajo de cualquier tipo es imposible sin la participación  del pensamiento: mientras que el resultado de la producción espiritual (ideas,  normas, preceptos, imágenes, etc.), tiene una determinada forma material de  manifestarse (libros, esculturas, notas musicales, diseños, cuadros, gestos,  etc.). (Valdés, S, 2006: 10.)   
   Al comienzo del siglo XlX para dar un concepto  de cultura era necesario separarse del medio natural, ya que el nacimiento de  un concepto científico de cultura equivalía a la demolición (o, por lo menos,  estaba relacionado con ésta) de la concepción de la naturaleza humana que  dominaba durante la ilustración. En la segunda mitad  del siglo XIX se produce una conceptualización de carácter fundacional, que  remueve los cimientos teóricos de la cultura con una marcada raíz  antropológica. 
   Por lo que aflora el  término de que la cultura es actividad humana acumulada y acumulable, y como  tal es el ser y estar del ser humano; o sea, la cultura nos envuelve, nos  condiciona, da sentido y razón a nuestros actos y también permite planificar  nuestros actos. Por consiguiente no hay hombre sin cultura como no hay cultura  sin hombre; es decir la cultura es intrínseca al ser humano […] (Rodríguez,  2012: 26).
   Resumiendo, la cultura  es la manifestación compleja del ser humano que incluye conocimientos,  creencias, arte, que conllevan a la formación de costumbres, actitudes o  hábitos que el pueblo hace suyo, a fin de que contiene dentro de sí todos los  contrastes y contradicciones presentes en su proceso formativo. Los que  manifiestan factores activos expresados y visibles en la conducta de los grupos  personales que nutren una estética popular con valores de alta positividad. 
   A  partir de la creación del Ministerio de Cultura en 1976 se ha observado un  marcado interés en el desarrollo cultural amplio, trascendiendo al marco  estrecho en que habitualmente transitaba la cultura y así la situó en las  importantes relaciones con lo económico y social.
   En  tal sentido, el entonces Ministro de Cultura Hart señaló en su momento que el  papel de la cultura y el arte en el desarrollo de nuestras sociedades estaba  planteado hoy, de una parte como necesidad de carácter ideológico, y de otra,  como un enriquecimiento del propio desarrollo de las relaciones sociales de  producción, es decir como requerimiento del propio desarrollo económico (Hart, 1986: 52.)
   De igual modo  se advirtió tempranamente que el contenido de la política cultural cubana, no  se refería sólo al tratamiento de creadores individuales (…) sino a la  promoción y difusión en la población, es decir (…) la participación activa y  creadora del pueblo, tanto en la elaboración de la política cultural como en el  desarrollo de la creatividad artística. 
   Por  tales razones una mirada a las tradiciones culturales de los pueblos constituye  un eje de trabajo ya que la cultura popular es el alma del pueblo. Este es el  escudo y el arma que tenemos para luchar contra la invasión de cualquier  producto enajenante, alienante, foráneo. Nosotros no tenemos que defender la  cultura, como decía Sartre, la cultura se defiende sola; y la cultura popular  tiene sus escudos, sus yelmos y se defiende sola… (Barnet, 2001: 101) 
   La  cultura popular tradicional abarca un conjunto de  manifestaciones y expresiones, generadas por un grupo o por individuos de una  comunidad, que reconocidamente responden a sus expectativas en cuanto a  expresiones de su identidad cultural y social, que se trasmiten de generación  en generación, ya sea, oral o por imitación.
   Cualquier gestión sociocultural que se  refiera a una localidad o grupo social concreto, está obligada a proyectarse  atendiendo a la síntesis de aquellos elementos identitarios que intervienen  directo en el comportamiento y el quehacer de la comunidad. Esa visión de  identidad, es el resultado no de meditaciones y reflexiones teóricas, sino más  bien, de la aceptación vivencial de la pertenencia individual y colectiva al  entorno local dado y a la existencia social del grupo o comunidad en que cada  uno se inserta.
   El Barrio África es un núcleo poblacional  característico del pueblo de Yaguajay, tiene sus orígenes hacia el año 1832,  constituyendo uno de los primeros asentamientos de africanos procedentes de diversas  regiones del continente en los tiempos en que Tadeo y Tá Managua, rey de los  congos, presidieron el cabildo, o quizás mucho tiempo atrás cuando el Barrio no  era como se conoce hoy. Era un lugar muy pobre donde lucumíes, mandingas,  carabalíes, generalmente conocidos como congos reales y sus descendientes,  habitaban un número inferior a las 40 casas de guano y pisos de tierra en las  que bailaban y cantaban a las deidades africanas, se rendían cultos a los  orishas y se comían apetitosos platos de la cocina africana.
   A  pesar de que existen investigaciones sobre el tema de las tradiciones y el  Ministerio de Cultura tiene creado proyectos comunitarios que promueven estas  expresiones del arte no es menos el hecho de que aún coexisten dificultades en  cuanto a reconocer y practicar uno de los fenómenos culturales que caracterizan  a la ciudad de Yaguajay desde su fundación: Las tradiciones afrocubanas del  Barrio África. 
   Esto  se justifica por la pérdida parcial de la memoria histórica del Barrio de África (con respecto a las tradiciones  culturales) de las nuevas generaciones ya que en ellas han confluido otras  manifestaciones y han dejado al lado el legado cultural histórico de los  antepasados y no es menos cierto que los portadores de la sapiencia popular de la  tradición están desapareciendo por su edad biológica , entonces se corre el  riesgo que si no se dedica más tiempo a promover este legado cultural en breve  período esté extinguido.
   Además, es de suma importancia para los vecinos del barrio dar  continuidad al legado cultural africano que aportó diferentes actividades de  antaño que se realizaban en su seno como son los bembés, las rumbas, los  cantos, los rituales, la música, etcétera. Cultura que se ha ido perdiendo y  quedando en el olvido y hoy es solo practicada por una minoría y grupos  culturales de aficionados que aún no han dejado sucumbir el legado.
   A partir de estas  carencias prácticas se definió como objetivo: diseñar una propuesta de acciones que contribuyan a la revitalización de  las tradiciones culturales en el barrio África del municipio de Yaguajay. 
  DESARROLLO
  1. Acercamiento al  concepto de Cultura
   El desarrollo de las Ciencias Sociales y la  apertura de sus campos  ha permitido  clarificar la compleja polisemia en torno al término cultura, pese al amplio y  prolongado debate de estudiosos provenientes de diferentes esferas del  conocimiento humano, la cuestión cultural parece seguir ramificándose, de  manera que no existe un consenso claro que ayude a establecer una unidad  conceptual. 
   A mediado del propio siglo los cambios  significativos que se produjeron en la vida social y particularmente en la  conciencia de la época del Renacimiento, ofrecieron posibilidades para que se  desarrollara una teoría sobre las potencialidades transformadoras del hombre y que  permitiesen un estudio más profundo de las diferentes formas de la actividad  humana. A partir de este momento el mundo de la cultura es apreciado como algo  creado por el propio hombre.
   La mayoría de los  autores que se han dedicado al estudio de la evolución de la cultura en la  historia de la humanidad han partido de concebir al hombre como sujeto social,  cuya experiencia está basada en lo aprendido y en lo vividocomo miembro de una  colectividad, determinadas reglas que propone e impone.Por tanto, el concepto  de cultura se posiciona, en su dimensión antropológica en cuanto es expresión  de una particularidad histórica que le ofrece al hombre una forma de vida, por  y en la que se configura su existencia individual, lo sitúa en un tiempo y un  lugar, le confía cierta herencia y le abre posibilidades de creatividad que se  adecuen a su futuro concreto.
   El pensamiento de la Ilustración descubrió que se gestaban dos  categorías importantes: lo culto y lo popular (como lo inculto o le que  faltaba) y ya en el Romanticismo la idea de la civilización ya abordada  anteriormente se aleja, trayendo la pluralidad de las culturas del cual ya  venía hablando Herder (1744 - 1803) al utilizar el término pueblo, asociando la  cultura con el pueblo y donde además añadió: ´´Era necesario hablar de culturas  antes de cultura, así como aceptar su variabilidad  y reconocer dentro de toda cultura la  complejidad y variabilidad de sus fuerzas configurativas... ´´(Williams, 2004:  43).
   Pese a  todos estos antecedentes la Antropología tuvo un concepto de cultura dado por  Taylor (1871) que la definía: ´´… complejo que incluye al conocimiento, las  creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros  hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad´´.  (Taylor, 2004: 16).
   En los inicios del siglo XX aparece el concepto  de cultura abordado por el científico alemán Franz Boas (1858 - 1942) que lo  concibió desde la antropología plural, lo cual lo llevó a proponer una  metodología que implicaba desechar los estudios comparativos y reemplazarlos  por estudios detallados que se plasmaran en monografías dedicadas a tribus  particulares. Su propuesta validaba el estudio cultural desde adentro y no  desde la lógica del investigador. (Neufeld, 2004).
   Ya en el siglo XIX la teoría social solo tuvo  necesidad de desarrollar según las circunstancias el concepto de cultura:
   ´´… es la suma de conocimientos y convicciones  trasmitidos de una generación a otra, la memoria colectiva .Esta herencia  social hace posible la integración de los miembros de una comunidad,  impregnándoles sus normas y comportamientos, valores, sabiduría y habilidades,  es decir; la cultura constituye la síntesis de los valores materiales y  espirituales de una sociedad determinada, la personalidad de cada pueblo.´´  (Guadarrama ,2001: 586).  
   Por  tanto, el concepto de cultura se fundamenta en su dimensión antropológica en  cuanto es expresión de una particularidad histórica que le ofrece al hombre una  forma de vida, por y en la que se configura su existencia individual, lo sitúa  en un tiempo y un lugar, le confía cierta herencia y le abre posibilidades de  creatividad que se adecuen a su futuro concreto. 
   En Cuba antes de 1959 la cultura sólo era de  interés de algunas instituciones y sociedades de recreo, así como de un  limitado grupo de intelectuales, entre los que se destaca Fernando Ortiz. Según  él, cultura cubana: “Es un intrincadísimo complejo de elementos emocionales,  intelectuales y volitivos, no sólo en las manifestaciones de las  individualidades destacadas en la vida cubana por la relevancia de sus  personalidades, sino también en todas las sedimentaciones (…) Toda cultura es  creadora, dinámica y social. Así es la de Cuba”. (Ortiz, 2005:132).
   En relación  con estos criterios, la  Dr.C Graciela  Pogolotti (1986: 190), estudiosa cubana, planteó : "la cultura abarca  desde la base material hasta las formas en apariencia más refinadas y más  remitidas a valores espirituales (...) los hábitos y las costumbres forman  parte también de la cultura y expresan una tradición”. De lo anterior se deduce  que el hombre es portador de valores culturales que ha ido acumulando a través  del tiempo, trasmitiendo a través de las generaciones, creando en el proceso de  transformación del mundo.
   A la par Fernando Martínez  Heredia expresó: “La cultura nacional alberga y expresa una riqueza de rasgos y  elaboraciones propias, hechas con los más disímiles materiales y modos, por los  más diversos grupos sociales, en depósitos sucesivos y simultáneos. Esa  acumulación cultural es la que opera en cada época y en cada coyuntura, en ella  se inscriben todos los aspectos y casos particulares, con sus complejos de  relaciones e interacciones” (1998: 3).
   Por su parte, el lingüista y  antropólogo Sergio Valdés Bernal enunció lo siguiente en torno a cultura:   
  “Llamamos cultura a un  conjunto de valores materiales y espirituales que ha creado la humanidad a  través de los siglos. La cultura material está constituida por los valores  materiales, las fuerzas productivas y los vínculos que se establecen entre los  seres humanos en las relaciones de producción que, a su vez, generan las  económicas y las sociales. La cultura espiritual, por su parte, está  representada por toda una gama de resultados obtenidos en el campo de la  ciencia, la técnica, el arte, la literatura y la construcción, a lo que se  suman los conceptos filosóficos, morales, políticos, religiosos, etc. Claro  está que la división entre “cultura material” y “cultura espirituales” es  relativa, pues la elaboración de objetos o instrumentos de trabajo de cualquier  tipo es imposible sin la participación del pensamiento: mientras que el  resultado de la producción espiritual (ideas, normas, preceptos, imágenes,  etc.), tiene una determinada forma material de manifestarse (libros,  esculturas, notas musicales, diseños, cuadros, gestos, etc.). (Valdés; S.2006:  10).
   Se puede afirmar, según estos especialistas, que al  comienzo del siglo XlX para dar un concepto de cultura era necesario separarse  del medio natural, ya que el nacimiento de un concepto científico de cultura  equivalía a la demolición (o, por lo menos, estaba relacionado con ésta) de la  concepción de la naturaleza humana que dominaba durante la ilustración. En la segunda  mitad del siglo XIX se produce una conceptualización de carácter fundacional,  que remueve los cimientos teóricos de la cultura con una marcada raíz  antropológica.
   A los efectos de esta tesis se  asume la idea de que la cultura es actividad humana acumulada y acumulable, y  como tal es el ser y estar del ser humano; o sea, la cultura nos envuelve, nos  condiciona, da sentido y razón a nuestros actos y también permite planificar  nuestros actos. Por consiguiente no hay hombre sin cultura como no hay cultura  sin hombre; es decir la cultura es intrínseca al ser humano. (Rodríguez, P,  2012: 26).
   Resumiendo, la  cultura es la manifestación compleja del ser humano que incluye conocimientos,  creencias, arte, que conllevan a la formación de costumbres, actitudes o  hábitos que el pueblo hace suyo, a fin de que contiene dentro de si todos los  contrastes y contradicciones presentes en su proceso formativo. Los que  manifiestan factores activos expresados y visibles en la conducta de los grupos  personales que nutren una estética popular con valores de alta positividad. La  cultura por tanto es la suma de toda la historia del hombre en su devenir como  ser racional, la cual es adquirida, transformada de acuerdo a sus necesidades y  posteriormente trasmitida de generación en generación es necesaria su  conservación y protección ya que al ser aceptada por la sociedad se convierte  así en cultura popular y tradicional.
  2. ¿Qué es la Identidad cultural y nacional? 
   La identidad siempre es un resultado dinámico, no  estático, que se logra y  modifica como  consecuencia de las relaciones interculturales que se producen entre los  integrantes de un grupo humano dado en el marco de los procesos de la vida  cotidiana. ( Rojas Molina, 2015:74).
   Llámese  identidad cultural a un grupo social determinado o un sujeto determinado de la  cultura,  a la producción de  respuestas  y valores que, como heredero  y trasmisor, actor y autor de su cultura, éste realiza en un contexto  histórico  como consecuencia del  principio sociopsicológico de difernciación- identificación en relación con  otros grupos o sujetos culturalemnte definidos. (Baeza Martín , 2006: 51).
   Armando Hart Dávalos ante la UNESCO expresó: ´´ Si en  la identidad cultural de cada  uno de  nuestros respectivos pueblos  hay una  riqueza expresiva  de enorme significado  ,el entrecruzamiento  cultural  que se dio cita en esta región del mundo  brinda elementos para identificación   continental  y ofrece  la particularidad  de expresar   lo auténticamente  americano. Toda  cultura es, en cierta medida, consecuencia del incesante movimiento de los  pueblos que de un lado a otro de la tierra han ido combinándose y creando  valores artísticos, literarios, ideológicos, etc.´´. (Hart, 1978: 38).
   La identidad cultural se conforma por conjunto de  rasgos, entre ellos está la religión y las raíces culturales reconocida como  los aportes más antiguos del pueblo y los más influyentes.  De ahí que ningún proyecto de desarrollo  social pueda prosperar sin tener en cuenta los valores culturales intrínsecos  de una sociedad: todo proyecto social consciente, vincula todas las manifestaciones  de la vida humana, al expresar en él los valores más elevados del hombre y el  sentido de su existencia.
   Identidad  nacional resulta una determinación básica en la historia cubana desde hace más  de un siglo. Como todas, es hija de una lenta y prolongadísima acumulación de  rasgos , tomados , creados, reelaborados o recreados, de la vida cotidiana, los  materiales míticos, las creencias, las expresiones artísticas y los  conociminetos adquiridos de numerosas etnias , de sus choques , relaciones y  fundiciones, de comunidades locales y regiones que compusieron el país . (  Martínez Heredia, F. 2006: 161).
   Esa  visión de identidad, es el resultado no de meditaciones y reflexiones teóricas,  sino más bien, de la aceptación vivencial de la pertenencia individual y  colectiva al entorno local dado y a la existencia social del grupo o comunidad  en que cada uno se inserta, lo que resulta importante no solo porque  propiciaría la distinción de este en relación con los otros grupos existentes,  sino, principalmente, porque se   convierte en punto de partida colectivo para percibir sus necesidades,  comprender sus fortalezas y debilidades y, sobre todo, proyectar su visión  compartida del desarrollo que necesitan. Por ello, la identidad asume una  primerísima importancia en los procesos de gestión sociocultural.
   En la  presente investigación se asume la identidad cultural como aquello que  distingue a unos pueblos de otros, y a la misma vez, además de ser expresión de  cada pueblo es un elemento de conexión entre los pueblos. Para el estudioso  existe una estrecha relación entre cultura e identidad ya que de la manera en  que cada pueblo satisfaga sus necesidades materiales y espirituales y, de la  forma en que lo haga, lo va a distinguir de otros pueblos. Identifica y  particulariza su manera de hacer.  
   Atendiendo  a la investigación en curso se abordará la cuestión identitaria desde una  perspectiva histórica, ya que la visión de la identidad como pasado que ha de  conectarse con un presente está condicionada por el proceso comunicativo del  cual forma parte. En la selección, ordenamiento e integración de diferencias  que lleva a cabo el sujeto de identidad en sus relaciones con el otro, la  memoria cumple una función esencial. 
   La  identidad implica, entre otras cuestiones, la noción del ser, de la unidad y  que persiste en un objeto de estudio dado. Ella es dialéctica en el sentido de  que cambia en el tiempo, está en constante devenir a través de modalidades  contradictorias. Es de naturaleza socio psicológico, es decir, se refiere a  hechos culturales de conciencia. Precisamente uno de los factores que tiende a  incidir significativamente en los procesos identitarios que consolidan al grupo  y a la comunidad, está conformados por la cultura popular tradicional, sus  mecanismos de trasmisión y su rica gama de componentes. 
  2.1. La Cultura  Popular Tradicional
   La cultura popular surge como una  forma de satisfacer las necesidades del pueblo, es sometida a cambios y  transformaciones. Debe ser un proceso de creación colectiva. Funcional, o sea,  que satisfaga las necesidades a diferentes niveles de resolución. Utilitaria y  tener vigencia social. Popular, en oposición a lo inédito y lo culto.  Espontánea y legitimarse al margen de las estructuras sociales. La cultura  popular no es un adorno exótico, sino una cultura viva, solidaria y compartida.
   Según Néstor García Canclini:
  “Lo popular es en esta historia  lo excluido: los que no tienen patrimonio, o no logran que sea reconocido y  conservado; los artesanos que no llegan a ser artistas, a individualizarse, ni  participar en el mercado de bienes simbólicos “legítimos”; los espectadores de  los medios masivos que quedan fuera de las universidades y los museos  desconocen la historia de los saberes y los estilos”. (Canclini, 1989: 199). 
   La cultura popular es entendida  como aquella parte de la cultura espiritual creada por no profesionales al  margen de la alta cultura. Surge de manera espontánea y no académica entre  trabajadores y el pueblo en general, por ende, sus recursos materiales son  escasos. Es auténtica, refleja la vida cotidiana del pueblo, su manera de  comprender el mundo, sus venturas y desventuras, sus amores y sus odios, sus  intereses y más caras aspiraciones: Pasa de una generación a otra apoyarse en  las tradiciones y costumbres, lo cual no le impide ser tan vital como  portadores y estar en constante desarrollo. 
   Para las autoras la cultura  popular es aquella que surge de manera espontánea entre el pueblo y sus  líderes, por tanto para desarrollarse necesita de pocos recursos, donde el  pueblo visualiza a través de ella sus necesidades materiales y espirituales.  Ningún pueblo satisface de la misma forma sus anhelos y aspiraciones  espirituales.
   En consecuencia con este criterio  dentro de la cultura popular tradicional se incluye el conjunto de  manifestaciones culturales, tanto materiales como inmateriales. La misma tiene  su expresión en manifestaciones como la música y los instrumentos, los bailes,  las costumbres, la indumentaria, la fiesta, la gastronomía, los juegos, las  creaciones literarias, las danzas rituales o religiosas, los oficios artesanales,  las técnicas de trabajo, así como todas aquellas actividades que tienen  carácter tradicional y que han sido o son populares.
   En 1989 se adopta la  Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular que  estipula:
  “El conjunto de creaciones que  emanan de una comunidad cultural fundadas en la tradición, expresadas por un  grupo o por individuos y que reconocidamente responden a las expectativas de la  comunidad en cuanto a expresiones de su identidad cultural y social; las normas  y los valores se trasmiten oralmente, por imitación o de otras maneras. Sus  formas comprenden, entre otras, la lengua, la literatura, la música, la danza,  los juegos, la mitología, los ritos, las costumbres, la artesanía, la  arquitectura y otras artes”. (2004: 10).
   De aquí que Jesús Guanche define  salvaguardia como: “medidas encaminadas a garantizar la viabilidad del  patrimonio cultural vivo, comprendidas la identificación, documentación,  investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión,  básicamente a través de la enseñanza formal y no formal, y revitalización de  este patrimonio en sus distintos aspectos”. (Guanche, 2004: 11)
   Las  manifestaciones de la Cultura Popular Tradicional permiten que la personalidad  logre adaptarse con mayor facilidad a las exigencias de la sociedad y reciba,  casi sin esfuerzos, los patrones de conductas, los puntos de referencias  valorativos y las fronteras trazadas entre lo prohibido y lo permitido, o sea,  que la personalidad logre, de una manera menos dolorosa, introducirse en los  órdenes sociales y encuentre medios para realizar esos órdenes sociales. De esa  manera el hombre encuentra y conserva su puesto en la cotidianidad. 
   La Cultura Popular Tradicional está condicionada  históricamente. Se transmite y define de generación en generación  fundamentalmente por vía oral y por imitación. En síntesis, puede señalarse que  entre sus características están: la historicidad, la continuidad, la  transmisión, el anonimato, la espontaneidad y el empirismo. 
   En  términos generales la cultura desde el punto de vista antropológico, es el modo  de vida de una sociedad, es decir, todo lo creado por el hombre a partir de los  recursos materiales que la naturaleza ha puesto a su servicio y así mismo las  concepciones e ideas que desarrolla para abordar, explicar los fenómenos  naturales y cotidianos de la vida común, buscando comprender su significado  origen y desarrollo. 
   Cada  grupo humano en su enfrentamiento con la naturaleza ha dado una respuesta  particular que lo diferencia de otros grupos, conformando una cultura, que se  encuentra en el mundo, es en definitiva la que se entiende como diversidad  cultural.
   El  término cultura tradicional tiene el mismo significado que el de folklore, que  etimológicamente se define como Folk.: pueblo y lore: saber, es decir, la  sabiduría del pueblo. Según Jesús, Guanche (1979: 8): “Es el  caudal espiritual, social y técnico antiguo que heredan los pueblos y trasmiten  por simple vía oral o por la práctica”. 
   Por decreto o  simple deseo, no se mantiene ninguna tradición, ella no es sitio donde  sentarse, sino donde se regresa, de ahí que el estudio de la Cultura Popular y  sus manifestaciones tiene una gran incidencia en el desarrollo del trabajo  comunitario,  realmente la tradición se  conserva porque está en el corazón y la mente de las personas.
   En Cuba se  asume el concepto de Cultura Popular Tradicional como categoría antropológica  compuesta por tres términos concatenados, en el que el tercero específica la  calidad del segundo y este circunscribe el amplio espectro semántico del  primero, que es la referencia principal.
   Margarita  Mejuto y Jesús Guanche(2007: 9) definen el concepto de Cultura Popular  Tradicional como: “Conjunto de actividades y valores creados, heredados y/o  transmitidos por el pueblo para satisfacer necesidades de su vida cotidiana;  responde en lo fundamental a las expectativas de desarrollo de un grupo o  comunidad determinada en un contexto geográfico y socioeconómico específico; se  encuentra en constante transformación; recibe influencias y, conjuntamente,  puede influir en otros grupos y/o comunidades” Criterio por el cual se sustenta  este estudio. 
   Entre la tradición y la  cultura se establece un nexo, en la que una existe porque existe la otra. La  cultura tradicional incluye al pueblo como protagonista, parte de un espíritu  creador, tiene un carácter compartido, colectivo, expresa las concepciones  estéticas de la vida cotidiana. La tradición enlaza lo pasado con el porvenir.
   Las tradiciones  culturales son el legado cultural que llega a partir de la tradición, herencias  de los pueblos asentados en el habla cotidiana, con singular valor para la  comunidad, pues resaltan las identidades locales. Abarca hechos históricos,  doctrinas, composiciones literarias, costumbres, tradiciones trasmitidas de  generación en generación. 
  2.2.- Promoción sociocultural  comunitaria  
   Los  antecedentes de la promoción sociocultural se ubican posteriormente a la  Segunda Guerra Mundial, cuando las grandes potencias económicas y militares se  convirtieron en un paradigma para Occidente y el resto del mundo, en un  referente como modelo de desarrollo, donde la cultura se ve limitada a la  adquisición y asimilación de saberes y al disfrute de las bellas artes por  aquellos que podían acceder a ellas. En la década del sesenta en América Latina  ocurren determinadas acciones de corte social llamándoseles desarrollo  comunitario y proyectos de tipo cultural, que se asociaron a la Educación  popular.
   La  promoción sociocultural es una disciplina existente para y desde la acción, no  se podrá revelar, sino como actividad, si se asume que la lógica y razón de su  existencia están signadas por el cambio, por el movimiento, por lo que se  concibe como un proceso siempre inacabado, a través del cual se crean  condiciones favorables para que los grupos y las comunidades encuentren sus  propias respuestas y se expresen con libertad y sentido de identidad.
   La  autora se acoge al concepto de Deriche Redondo, que entiende por promoción sociocultural:
  “El sistema de acciones dirigidas a establecer  e impulsar la relación activa entre la población y la cultura para alcanzar  niveles superiores de ambas. Incluye acciones de animación, programación,  creación, extensión, investigación, comercialización, producción industrial de  bienes culturales, conservación, rescate y revitalización de valores culturales  y la enseñanza artística y la capacitación”. (Deriche, 2006:43).
   El sistema  institucional cubano tiene entre sus estrategias la de conservar y revitalizar  las tradiciones culturales, Margarita Mejuto y Jesús Guanche proponen una  definición concibiéndola como: 
  “Proceso que se realiza como resultado de la investigación practicada y  ante el reclamo de la población local. Es el fenómeno tradicional devuelto a la  práctica social. Respeta la raíz tradicional de sus elementos principales,  pero, sin desconocer usos y costumbres gestados en los últimos años”. (Mejuto y Guanche ,2007:12)
   En  sus inicios la promoción sociocultural era entendida desde el nivel  institucional, sin embargo, los conceptos más cercanos ofrecen una relación más  estrecha entre cultura y los grupos humanos, es decir, es apreciable la  participación como elemento importante, se puede concebir como un sistema de  acciones y no, como una acción cultural aislada. 
   Para  instrumentar las acciones que permitan convertir un proyecto en realidad se  debe tener en cuenta la recuperación de espacios de expresión, participación y  organización social, desde la actuación consciente y activa de los individuos  para propiciar su bienestar espiritual, a través de su sistema de acciones que  impulsa la participación de los actores sociales, de forma consciente y  organizada en la cultura. Como principio de la promoción la  participación indica una postura y una acción dirigida a un fin. En ese proceso  se deben relacionar y articular aspectos culturales y sociales. 
   La  participación se hace auténtica cuando todos los miembros de una comunidad  tienen derecho de opinar, decidir sobre los objetivos y acciones en cada una de  las etapas del proceso, así como la posibilidad de intervenir en la toma de  decisiones en las diferentes fases , basarse en la masividad y la diversidad  para lograr implicar a la mayor cantidad de personas en relación con las  actividades que se realicen donde puedan exponer sus opiniones e intereses  dentro de los niveles organizativos alcanzados.
   La  participación de la población implica que esta mejore su nivel de vida, al  tiempo que satisface sus necesidades espirituales inmediatas, dependiendo en lo  posible de sus propias iniciativas, el esfuerzo propio y la ayuda mutua. El  conocimiento de la realidad, el flujo de comunicación eficiente y la educación  para la participación, son tres procesos básicos que la facilitan siempre que  existan posibilidades reales de participar. Estas acciones deben hallarse  integradas de forma coherente para potenciar el desarrollo en cada comunidad. 
   Esta  participación se concreta fundamentalmente a través de la acción cultural,  entendida “como aquel proceso consciente que pueden llevar a cabo los  individuos, colectivos y poderes públicos en diversos escenarios  socioculturales con el fin de influir en la creación y expresión cultural”  (Almazán y Serra, 2004: 116). En Cuba la participación popular en la cultura se  define como “la participación activa y creadora del pueblo, tanto en la elaboración  de la política cultural como en el desarrollo de la creatividad artística”.  (Almazán y Serra, 2004: 131).
   Ella es un proceso educativo, de transformación de los sujetos  conscientes de sus fines. Para hacerla efectiva hay que conjugar los procesos  motivacionales – afectivos, los cognitivos y formativos; y las posibilidades  reales de participación.  Es ejercicio de la democracia, es una vía para el desarrollo de la solidaridad.  Potencia el pluralismo y permite un mejor conocimiento de la realidad y contribuye  a la educación cívica de los ciudadanos. 
   La  participación popular no se logra de manera espontánea o natural, resulta  necesario tener en cuenta que; la participación es un punto de llegada y de  partida; para llegar a ese objetivo debe darse un proceso, hay que recorrer un  camino, producir un tránsito en el que cada persona se transforma de espectador  en actor y se va evolucionando de una participación tutelada a una  participación autónoma.
   Existen cuatro realidades en torno a la participación social:  Aceptar la participación como algo necesario "desde arriba" (estado,  sociedad política) y "desde abajo" (comunidad, sociedad civil).  Presenta discordancia, a pesar de lo anterior, con relación a la necesidad de  participación y las prácticas promovidas desde las estructuras institucionales  y las ejercidas por las comunidades.
   En  este caso la participación se ha venido definiendo en Cuba de manera más  precisa como un proceso de involucramiento de la comunidad en los cambios que  los propios participantes proponen, a partir de necesidades y recursos que se  identifican. Este es un factor poderoso para movilizar a los pobladores, para  plantearse metas comunes y trabajar de conjunto por el alcance de éstas, la  solución de problemas y el desarrollo de la comunidad; es la base de la  cohesión y la cooperación entre los habitantes.
   Para  los especialistas cubanos la importancia de la comunidad se multiplicó desde el  impacto del período especial, ya que la comunidad permitió, con su red de apoyo  y su fuerte capacidad de aglutinamiento en torno a las tradiciones y valores  históricos, sortear más de un obstáculo    en la lucha por sobrevivir .De ahí que la garantía y continuidad del  proyecto socialista cubano se asocien a la participación y movilización de las  masas desde las comunidades y al logro de su transformación.
   Por  tanto, sin definir aun el concepto de comunidad ya que se encuentra en  enriquecimiento constante puesto que Cuba cambia su entorno económico, político  y social, sí se pueden mencionar algunos temas teóricos que centran la atención  sobre el concepto de comunidad por los especialistas cubanos, ellos son:  comunidad y participación. La comunidad y sus relaciones frente a los cambios  derivados del ajuste económico. Los proyectos de sustentabilidad económica y  problemas de concepción del autofinanciamiento comunitario y la superación e  conflictos en la dinámica centralización y descentralización.
   No  obstante, autores cubanos cuyos trabajos se vinculan de una forma u otra al  tema del Desarrollo Comunitario  en centros  de investigación y proyectos específicos concuerdan en que la comunidad no es  estática sino que está sujeta a cambios   como toda institución social y aluden elementos generalizados entre  ellos sobre el concepto de comunidad que dice es:
   `` Constituye un grupo humano. Comparte un  determinado espacio físico-ambiental o territorio específico. Tiene una  permanencia en el tiempo poyada en una, o en conjunto de actividades  económicas, sobre todo en su proyección más vinculada la vida cotidiana.  Desarrolla un amplio conjunto de relaciones interpersonales .Integran un  sistema de integración sociopolítica. Sostiene su identidad e integración sobre  la base de la comunicación de necesidades, intereses, sentido de pertenencia,  tradiciones culturales y memoria histórica… `` (Vázquez, 2002:73).
   La mejor forma de  defender la cultura afrocubana es ir a sus orígenes, buscar sus raíces  populares, afincarse en ellas y estimular la participación popular.  La cultura está íntimamente relacionada con  el pueblo y en ese continuo renovar de tradiciones siempre está presente el  desarrollo sociocultural local. 
  3.- Las tradiciones afrocubanas en el Barrio África  de Yaguajay 
   El comercio de  esclavos trajo como consecuencia la entrada de los negros africanos a la zona  de Yaguajay y estos a su vez introducen los ritos y danzas africanas, dentro de  un determinado contexto social o religioso para el entretenimiento o como forma  de arte coreográfico. La danza y la música (inseparables en este contexto) eran  medios poderosos para el mantenimiento de la identidad cultural de los esclavos  africanos. 
   Por esta razón sus  propietarios intentaron muchas veces suprimirlos, pero resultó imposible,  puesto que cualquier cosa podía utilizarse como instrumento de percusión –hasta  sin instrumento se lograba el ritmo, era tan agradable que se golpeaba y se  marcaba con las manos y los pies- y conducía irresistiblemente a la danza.     
   Entre las tradiciones  culturales más representativas se encuentran los “Bembés” o toque de tambor  donde se manifiestan indistintamente las raíces congas y lucumíes,  principalmente del panteón yoruba. Antes de iniciar cualquier evento cultural,  sus pobladores le piden permiso a los orishas a través del rito de la Ceiba,  aunque actualmente esta ceremonia se realiza de forma pública, tiempos atrás se  efectuaba de forma privada y secreta. 
   La Ceiba, sembrada por un  negro mambí de procedencia conga, se alza majestuosa e imponente en el patio de  los Cartaya Cairo, tronco secular de la santería en el barrio.Iroko, orisha  mayor, vive entre sus follajes, pero todas las deidades van a la Ceiba y a  todos se le puede adorar al pie de sus raíces. 
   Los negros traídos de África,  para festejar tocaban tambores y organizaban bailes(al compás de ellos, cada  grupo étnico demostraba su cultura mezclada con elementos religiosos, sus  comidas casi siempre eran al atardecer, no difería de las que se practicaban en  su lugares de origen, estaba basada fundamentalmente en tubérculos, frutos,  legumbres, arroz, frijoles, escasa porción de carne y en las regiones costeras,  pescado condimentado, con sal y pimienta. 
   La danza africana ejecutada  por los grupos danzarios tiene un fuerte carácter narrativo, que ha ido  evolucionando desde; las costumbres de los cazadores de contar historias de  caza al resto de la comunidad. La danza narrativa podía referirse a mitos de la  creación, relatar historias morales o simplemente entretener y divertir, cada  grupo étnico demostraba su cultura mezclada con elementos religiosos traídos de  África, al negro se le respetó casi siempre estas formas de expresión, lo que  era forma de acudir a su nostalgia de desterrado, se debe destacar que los  vestidos que usaban eran muy chillones, pero a la vez llamativos. 
  4.- Materiales y métodos de investigación que  sustentan el estudio
   En la investigación se asumió la concepción dialéctico materialista  como fundamento de su gestión, con una complementariedad cualitativa y  cuantitativa que permite comprender el objeto de estudio. Se trabajó en la articulación de métodos y técnicas en correspondencia con el  diseño delimitado, sobre la base de los principios de la integralidad,  pertinencia, unidad dentro de la variedad y de la triangulación. Se estructuró  en un diseño no experimental en el que se evaluó el comportamiento de las  actividades a través de la implementación.
   El universo  de la investigación se conformó por 1184  personas del Barrio África, en Yaguajay caracterizada por tener una composición  fundamentalmente de negros y mestizos además presenta variedad en cuanto a  edad, sexo, nivel escolar y nivel ocupacional. Estructurada como sigue: 599 del  sexo femenino y 585 masculino; 94 niños, 114 jóvenes, 758 adultos y 218 adultos  mayores.
   La  población quedó conformada por 200 personas conocedoras del tema en cuestión y  a partir de ahí se tomó una muestra  no probabilística de tipo intencional compuesta por 60 personas que conservan  aun en su vida cotidiana la herencia de las tradiciones culturales que han  trascendido en el barrio de generación en generación.
   Como fortalezas se  precisan que son personas que por más de tres décadas se han encargado de  trasmitir el legado cultural africano de distintas maneras, han sido constantes  en la labor cultural como aficionados, manifiestan interés hacia la práctica  cultural relacionada con la tradición afrocubana local y la expresan en su  quehacer cotidiano. Son practicantes de la religión afrocubana y aficionados a  las manifestaciones artísticas de las    tradiciones afrocubanas, cuentan con el apoyo de los habitantes en el Barrio  y están motivados por el reconocimiento del pueblo entero cuando hacen sus  representaciones culturales y folclóricas, están conscientes del rol  sociocultural que desempeñan en el desarrollo local y en la comunidad.
   Dentro de las  debilidades pueden señalarse que no cuentan con infraestructura propia para  desarrollar como se debe las acciones religiosas, pero a pesar de ello se  efectúan los rituales en casas particulares de los pobladores. 
5. Acciones socioculturales que contribuyeron a  la revitalización de las tradiciones culturales en el Barrio África del  municipio de Yaguajay.  
   Las acciones  socioculturales interventivas que se diseñan en esta investigación utilizan  como premisa la promoción y la animación como procesos activos dirigidos a  estimular, organizar y construir en los diversos actores y agentes  locales del Barrio para que participen en la  transformación de una realidad en otra, más atractiva y participativa. Están de  acuerdo con el momento histórico en que se han gestado, al modelo económico de  referencia, a la concepción de la cultura que las sustenta, a la  intencionalidad política de quienes la formulan y sobre todo, a las  características del escenario sociocultural donde tienen lugar. Se concibieron  dieciséis actividades a partir de una estructura didáctica que contempla el título,  objetivos y proceder metodológico.
  Actividad 1
  Título: Sábado de la  rumba.
  Objetivo: Motivar a la  comunidad en el rescate de sus raíces y tradiciones.
  Proceder  metodológico:
   Se tocarán y bailarán los cantos tradicionales  como: “la botella”, “el baile del tambor”, “el palo”, “el Como no”, entre  otros.
  Ejecuta: Casa de Cultura  municipal y grupo folclórico. 
  Responsable: Consejo Popular  Comunitario
  Actividad 2
  Título: “Buscando el  personaje”.
  Objetivo: Motivar a los habitantes de la comunidad para socializar  los personajes pintorescos que convivieron allí.
  Proceder metodológico: se reunirán el cuarto viernes de cada mes en la  esquina de la calle Yara e/ Basilio Guerra y José Martí, lugar de reunión  tradicional del Barrio, a partir de las 8:00pm.
   Se escogerán vecinos del  lugar, y estos se disfrazarán de un personaje pintoresco de la comunidad, estos  se pasearán por el Barrio y el público allí presente deberá identificarlo. 
   Ejemplo: Un aficionado se  disfrazará de Eladio Vicie o Tati mantequilla, y el que lo adivine será  premiado.
   Ejecuta: Grupo de teatro de la  Casa de cultura municipal y aficionados del barrio.
  Responsable: Consejo Popular Comunitario.
  Actividad 3.
  Título: “Pintando en el Barrio”.
  Objetivo: Reflejar a través de la pintura aspectos distintivos  de la comunidad.
  Proceder metodológico:
   Esta actividad se realizará el  cuarto domingo de cada mes a las 10:00pm.Se colocarán mesas en la esquina donde  se realizan habitualmente las fiestas en el Barrio África (calle Yara), donde  los niños realizan dibujos o pinturas sobre temas relacionados con la  comunidad, desarrollando en ellos habilidades de esta manifestación artística. 
   Ejecuta: Casa de cultura  municipal. Instructores de plástica y grupo de niños aficionados de la escuela  primaria.
  Responsable: Consejo Popular Comunitario.
  Actividad 4. 
  Título: Fiesta en “Barrio África”.
  Objetivo: Conocer el origen, evolución y características distintivas de la  cultura tradicional afrocubana local en el propio contexto cultural donde se  genera.
  Dirigida a: Público adulto y  joven.
  Locación: Patio donde se encuentra la ceiba  de fundamento en Barrio África.
  Hora: 8.30 pm       Responsable: Casa de cultura municipal. (Promotores).
  Proceder metodológico:
   Actividad artística en “Barrio  África”, contexto local representativo de la cultura afrocubana. Se  interrelacionan el teatro, la música, la danza y la literatura.
   Presentación  artística con talento del barrio.
La actividad permite apreciar,  conocer y revitalizar las diferentes manifestaciones y expresiones de la  cultura tradicional afrocubana local, su evolución y características  distintivas.
   Actividad 5.
   Título:  Peña literaria “El solitario del llano”
   Objetivo: Promover la literatura de los creadores locales.
   Dirigida  a: Público juvenil y adulto.
   Locación: Portal de la casa donde existió el Cabildo.
   Hora: 3.30 pm        Responsables: Promotor de  Literatura y escritores del Barrio.
   Proceder metodológico: Comentarios, lecturas y presentaciones de obras literarias creadas por  escritores del Barrio o relacionados con él, entre ellos Mariscal Grandales,”  El solitario del llano”. La actividad permite la promoción de los autores  locales y sus creaciones.
   Actividad 6.
   Título: Changüí infantil.
   Objetivo: Garantizar la continuidad generacional de las Parrandas de barrios como fiesta popular tradicional representativa de  la localidad.
   Dirigida  a: Público infantil.
   Locación: Calle central del “Barrio África”.
   Hora: 9.00am   Responsables: Casa de cultura municipal, instructores de arte de la  escuela primaria.  
   Proceder metodológico: 
   Desarrollo de un changüí parrandero con la  participación de niños del Barrio donde se interrelacionan todas las  manifestaciones artísticas y literarias. Salida de pequeñas carrozas, salida de  los símbolos parranderos, toques de rejas y cantos parranderos ejecutados por  niños del Barrio.
  Actividad 7
  Título: Carnavaleando.
  Dirigida  a: Público general.
  Locación: Calle central del “Barrio África”.
  Hora: 10.00pm   Responsables: Cultura municipal,  parranderos del Barrio. 
  Objetivo: Promover y revitalizar los elementos que caracterizan el Carnaval como  fiesta popular tradicional en la localidad.
  Proceder metodológico:
   Se realizan las salidas de los  elementos característicos tradicionales del carnaval yaguajayense que tienen  raíz afrocubana: (música, cantos, bailes, vestuarios, instrumentos). La  actividad permite conocer los elementos característicos del Carnaval de  Yaguajay como fiesta popular tradicional.
  Actividad 8.
  Título:  Tu Danzón preferido.
  Objetivo: Preservar el danzón como baile nacional, que contiene elementos de la  cultura afrocubana, y su práctica en la comunidad.
  Dirigida  a: Público adulto mayor.
  Locación: Frente a la casa donde vivió Mollinedo, destacado promotor de este  baile y lugar donde se realizaban estos bailes en cada jornada de cultura del  Barrio.
  Hora: 8.30 pm                 Responsables: Casa de  cultura .Promotor del Barrio.  
  Proceder metodológico:
   Realización de un baile del danzón donde participen  las parejas de danzoneros de la comunidad con la amenización de la Banda  Municipal de Concierto. Aunque dirigida a adultos mayores pueden participar  otros grupos etáreos.
   La actividad permite disfrutar y a la vez apreciar las  características del baile como tradición nacional cubana.
  Actividad 9.
  Título: Manos mágicas.
  Objetivo: Exponer las obras de pintores y artesanos populares del Barrio África.
  Dirigida  a: Público general.
  Locación: Portales de la calle central del Barrio.
  Hora: 9.00am                Responsable: Promotor  cultural del Barrio. 
  Proceder metodológico: 
   Exposición conjunta de los pintores y artesanos más  representativos de la localidad con obras en las que se aprecian diferentes  materiales y técnicas de creación. 
  Actividad 10.
  Título: Identifique el personaje popular.
  Objetivo: Identificar personajes populares representativos de la localidad en  diferentes épocas y su presencia en la memoria popular.
  Dirigida  a: Público infantil y adolescente.
  Locación: Plataforma central.
  Hora: 9.00am      Responsables: Instructor de teatro de  la Casa de cultura y promotor cultural del Barrio. 
  Proceder metodológico:
   Actividad participativa promovida desde la  manifestación de teatro para reconocer a los personajes populares como  expresión simbólica de la cultura popular tradicional y la identidad local.
   Realización de dramatizaciones  sobre personajes populares para su identificación por el público.
  Actividad 11.
  Título: Wemilere en el Barrio.
  Objetivo: Promover las raíces afrocubanas existentes en el Barrio África mediante  presentaciones artísticas sobre los orichas del panteón yoruba.
  Dirigida  a: Público general
  Locación: Plataforma central.
  Hora: 9.00 pm   Responsable: Casa de  cultura, promotor cultural del Barrio y grupo Raíces. 
  Proceder metodológico:
   Espectáculo artístico con toques, cantos y bailes  representativos de los orichas pertenecientes al panteón yoruba.
  Actividad 12.
  Título: Mis raíces.
  Objetivo: Conocer el patrimonio representativo de la cultura afrocubana  existente en el museo general de la localidad.
  Dirigida  a: Público infantil y juvenil (estudiantes del barrio)
  Locación: Museo General.
  Hora: 9.00 pm    Responsable: Promotor cultural del  Barrio y especialistas del Museo Polivalente.
  Proceder metodológico:
   Visita dirigida a la sala especializada donde se  encuentran los exponentes tangibles de la cultura afrocubana local. 
  Actividad 13.
  Título: El que mejor baila rumba soy yooo… 
  Objetivo: Demostrar el dominio de la rumba mediante una competencia de baile  juvenil e infantil 
  Dirigida  a: Público infantil y juvenil (estudiantes del barrio)
  Locación: Calle central del barrio.
  Hora: 3.30 pm   Responsables: Instructor de baile de Casa de cultura, promotor  cultural del Barrio y grupo Raíces. 
Proceder metodológico:
   Se realiza un concurso para bailar la rumba de manera  individual y en parejas y así el jurado determinará quiénes son los jóvenes y  niños que mejor lo hacen. 
   Se realiza con tocadores del barrio.
  Actividad 14.
  Título: COCIN—ARTE en el barrio. 
  Objetivo: Exponer las manifestaciones tradicionales de la cocina afrocubana que  aún se mantienen en la cultura del Barrio.
  Dirigida  a: Todos los grupos etáreos.
  Locación:  Portal del museo General.
  Hora: 8.30 pm    Responsable: Promotor cultural del  Barrio. 
  Proceder metodológico: Se convocan a cocineras y cocineros del barrio con comidas y bebidas  representativas de la herencia africana que aún existen en el barrio y realiza  una exposición en el portal del museo.
  Actividad  No 15.
  Título: África mía  
  Objetivo: Adquirir conocimientos sobre las manifestaciones artísticas de la  cultura afrocubana existentes en el Barrio así como habilidades en su práctica,
  Dirigida  a: Público infantil
  Locación: Portal de la casa donde estaba el cabildo.
  Hora: 9.30 am      Responsables: Instructores  de la Casa de cultura. 
  Proceder metodológico:          Realizar un taller mixto  de apreciación—creación, desarrollado por instructores de música, danza y  teatro con acciones para apreciar las manifestaciones artísticas  representativas de la cultura afrocubana y demostrar su práctica.
  Actividad No. 16
  Título:  Con su permiso.
  Objetivo: Conocer las características distintivas de la cultura tradicional  afrocubana del Barrio África en el propio contexto cultural donde se genera.
  Dirigida  a: Público adulto y joven.
  Frecuencia: En cada evento que se realice en el Barrio.
  Locación: Patio donde se encuentra la ceiba de fundamento en Barrio África.
  Hora: 8.30 pm    Responsables: Casa de Cultura y Museo  General.
  Proceder metodológico:
   Actividad teórica y artística donde se realiza un  conversatorio sobre el origen, la evolución y la situación actual de la  tradición afrocubana en el Barrio. Se presenta a diferentes orichas con sus  toques y cantos representativos en el tronco de la ceiba de “fundamento”, a la  que se le pide permiso para realizar sin tropiezos esta y otras actividades.
Conclusiones
   Los resultados diagnósticos descritos muestran una pérdida parcial de  la práctica cultural afrocubana, así como inconformidades del ciento por ciento  de la muestra con la experiencia cultural, por lo que se percibe la necesidad  de trabajar intencionadamente con actividades socioculturales, bajo la denominación de promoción y animación cuyo fin es el de promover  y animar, implicando crecimiento e intervención destinadas a desarrollar la  cultura y tradiciones comunitarias.  
   Se concibieron  dieciséis actividades socioculturales  interventivas que están en correspondencia con el momento histórico en que se  han gestado, al modelo económico de referencia, a la concepción de la cultura  que las sustenta, a la intencionalidad política de quienes la formulan y sobre  todo, a las características del escenario sociocultural donde tienen lugar. Las  actividades se concibieron a partir de una estructura didáctica que contempla  el título, objetivos y proceder metodológico.
   La pertinencia de  las acciones para la salvaguardia de las tradiciones culturales afrocubanas en  el Barrio África en Yaguajay fue evaluada en el periodo de dos años  aproximadamente de bien ya que satisficieron las expectativas de los pobladores  del Barrio en diferentes indicadores, sobre todo el de incorporar a niños y  jóvenes a disímiles manifestaciones, recobrar espacios institucionales e  instituciones como el grupo danzario Raíces.  Todo ello devuelve la revitalización de las tradiciones afrocubanas que tanto  ha caracterizado al Barrio por más de cien años de existencia. 
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