Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


LA IMPLICACIÓN PERSONAL ANTE LA LECTURA DE LA OBRA LITERARIA: UNA EXPERIENCIA ÁULICA

Autores e infomación del artículo

Milenis Castro García *

Lazaro Nochea Vilella **

Universidad de Artemisa, Cuba

milenis@uart.edu.cu


Resumen
En la Educación Superior, particularmente en las Facultades de  Ciencias de la Educación, donde se forman los futuros profesionales de Español - Literatura, son diversas las aspiraciones que se pretenden alcanzar en relación con el proceso de la lectura y análisis de la obra literaria; entre las más importantes y necesarias está lograr que el estudiante se implique personalmente, pues cada vez más, como lector, debe jugar un papel activo, al poder enriquecer la obra y aportar nuevos significados desde su cultura y experiencia. Lamentablemente, no siempre los profesores son consecuentes con esta aspiración y no logran que se convierta la lectura en una actividad más personal y gratificante. El profesor de literatura, desde sus clases, debe tener en cuenta el mundo afectivo de los estudiantes para cambiar formas de concebir la lectura y al lector, en estrecha relación con su contexto, y  se puedan despertar emociones para alcanzar una implicación personal. Así, la lectura  y el análisis de las obras debe poner al estudiante en los roles de coautor y crítico, con el fin de acercar la lectura cada vez más a su vida. En este trabajo se presenta una experiencia áulica, desde la asignatura Literatura Española I, que muestra al profesor cómo, ante la lectura de la obra literaria, puede el estudiante implicarse personalmente.
Palabras clave: implicación personal ante la lectura de la obra literaria, experiencia áulica
Summary
In Higher Education, particularly in the Faculties of Education Sciences, where the future professionals of Spanish - Literature are formed, there are diverse aspirations to be achieved in relation to the process of reading and analyzing the literary work; Among the most important and necessary is to make the student personally involved, since increasingly, as a reader, he must play an active role, being able to enrich the work and contribute new meanings from his culture, experience and worldview. Unfortunately, teachers are not always consistent with this aspiration and they do not succeed in making reading a more personal and rewarding activity. The teacher of literature, from his classes, must take into account the affective world of students to change ways of conceiving reading and the reader, in close relation with their context, and can arouse emotions to achieve personal involvement. Thus, the reading and analysis of the works should put the student in the roles of co-author and critic, in order to bring the reading more and more to his life. This paper presents an aulic experience, from the subject Spanish Literature I, which shows the teacher how, before reading the literary work, the student can be personally involved.
Key words: personal involvement in the reading of the literary work, aulic experience

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Milenis Castro García y Lazaro Nochea Vilella (2019): “La implicación personal ante la lectura de la obra literaria: una experiencia áulica”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (noviembre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/11/lectura-obra-literaria.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1911lectura-obra-literaria



Introducción
La formación  de los estudiantes en el siglo XXI impone nuevos retos a la sociedad en general y a la escuela en particular. Le corresponde, entonces, a los educadores la necesidad de renovar creadoramente su trabajo, de perfeccionar la dirección del proceso-docente-educativo, de ser capaces de integrar saberes psicopedagógicos y sociológicos, de cambiar métodos de enseñanza para acomodarse a las exigencias de este tiempo en la formación de un hombre nuevo. Significa esto hacer énfasis en el estudiante como ser humano y educarlo con amor y para el amor, sobre todo en estos momentos donde un acelerado avance en la ciencia, la tecnología y la información confluyen con la necesidad de preservar convicciones, valores, sentimientos.
"El mundo nuevo requiere la escuela nueva" (Martí, J., 1975: 96). Se hace indispensable, por tanto, asumir que el modelo del ser humano al que se aspira es el de una persona integral, con principios elevados y la capacidad para desenvolverse eficientemente en el mundo actual. Los estudiantes no se convertirán, entonces, en simples almacenadores de información, sino en sujetos capaces de comprender el mundo en que viven, de aprender a aprender, de continuar aprendiendo a lo largo de su vida y de comunicarse también en el plano de los sentimientos. Todo esto contribuirá a su crecimiento personal, social y profesional.
La actividad humana transcurre en un medio social en activa interacción con otras personas a través de variadas formas de colaboración y comunicación. Este es un presupuesto del enfoque histórico-cultural de Vygotsky, que insiste en propiciar el desarrollo integral de la personalidad sobre bases de cooperación y en que el aprendizaje escolar está mediado por la existencia de "los otros" y por la actividad de comunicación; así la creación de diálogos e intercambios cooperativos, de saberes y vivencias resultan fundamentales para la estimulación y la construcción del aprendizaje. En este sentido explorar motivaciones, gustos, intereses, preferencias, aptitudes, disposiciones y estados afectivos resultaría muy útil.
La contribución del campo lingüístico-literario es fundamental para el alcance de los propósitos referidos anteriormente. El análisis de los textos es entendido como un hecho sociológico, un intercambio sociocultural de sentido mediante el cual se relaciona lo individual con lo universal.                  
En la Educación Universitaria el desarrollo de habilidades de lectura constituye uno de los objetivos fundamentales para que los estudiantes amplíen su cultura y crezcan espiritualmente. Los que se forman como futuros profesores de Español-Literatura, además de estudiar lo relacionado con la historia, la teoría y la crítica literarias deben, esencialmente, aprender a amar la literatura e incorporar a su vida la necesidad interminable de aunar tanto saberes como goce espiritual. Según la profesora Marialina García Escobio, el verdadero objetivo de la materia dentro de las concepciones  actuales, es ¨enseñar a apreciar las obras literarias, lo que implica la participación personal del receptor¨ (2007:5). Dotar al estudiante-lector de la adecuada competencia literaria y un consciente desarrollo de su intertexto son objetivos didácticos que harían más verosímil el tratamiento de la literatura.
Sin embargo, no siempre el profesor de literatura es consecuente con esto, por lo que no llega a convertirse la lectura en un ejercicio más íntimo, personal y recreativo. Ello provoca que en la enseñanza de la literatura se le preste un mayor interés a lo ético y estructural y se olvide lo humano y social. Así, no se permite que los estudiantes lleguen a implicarse personalmente para poder sentir la lectura como una experiencia única, como un encuentro especial entre el texto y ellos, ¨ como un momento que se busca y se disfruta¨ (Mañalich, R., 2007: 26).
La entrevista con profesores y estudiantes, así como la observación permitieron a los autores plantear la problemática anterior. Por tanto, es objetivo del presente trabajo mostrar una experiencia áulica que puede ayudar al profesor de literatura, desde su clase, a que el estudiante se implique personalmente ante la lectura de la obra literaria. 
Desarrollo
La clase de literatura se caracteriza por su sensibilidad y buen gusto, por generar el disfrute de los textos. ¨ El desarrollo literario- dice Kudriashev- es uno de los aspectos del desarrollo de la personalidad; ofrece amplias oportunidades, por la influencia educativa del arte sobre lo más íntimo y profundo del campo espiritual del niño, y ejerce una influencia decisiva sobre su visión del mundo¨ (1968: 25).
En tal sentido, es conveniente que no se atienda solo a la apropiación de lo puramente literario, sino que, con marcado interés, se tenga presente el mundo afectivo de los estudiantes para no correr el riesgo de frustrar una enseñanza que puede ser decisiva en la formación de la personalidad. Al respecto Juan Ramón Montaño expresa: "la literatura sirve, como pocas materias, para refinar la sensibilidad, porque en contacto con ella nuestra habla será más elocuente, rica y precisa; porque ella nos hace más libres y nos permite vivir con mayor intensidad; porque ella será siempre estímulo seguro para la actuación" (2011: 14).
Por consiguiente, en las aulas donde se enseñe literatura se impone el reto de crear ambientes vivenciales, más abiertos y participativos, que evidencien cambios en la forma de concebir la lectura, al lector, al contexto y se  tenga en cuenta su estrecha relación. El profesor debe propiciar que el estudiante asuma un rol protagónico, que participe en el proceso de manera creadora, para que la asignatura le resulte útil y pueda experimentar cambios duraderos en su pensamiento y actuación.
La enseñanza de la literatura, al decir del Dr.C José Emilio Hernández Sánchez, se dimensiona como proceso dialéctico, centrado en superar distancias en la lectura, lo que significa que el texto se rescata y reescribe en las nuevas condiciones de socialización del lector, quien debe transformar lo lejano en cercano, lo extraño en propio; activo: la clase debe desarrollar un lector como generador autónomo y flexible; dialógico: la lectura de la obra es reflexiva y dialógica. El grupo deviene el espacio interpretante fundamental, donde la elaboración compartida del significado constituye su recurso esencial; multilateral: la correlación entre autor-texto-lector y cultura precisa orientar multilateralmente la lectura hacia el contexto, el intratexto y el intertexto en marcos culturales más integrales.
Esto supone lograr que una obra que aparece como distante para el estudiante se convierta en propia para su disposición y contexto.
El acercamiento a la obra literaria se enseña y cada estudiante va a ir adquiriendo su propia forma de adentrarse en la lógica del texto a partir de sus necesidades, expectativas y experiencias; así se implica en este proceso, pues lee, comprende, analiza y construye, aunque no siempre lo hace desde la emoción.
¿Qué significa implicarse personalmente ante la lectura de la obra literaria? Después de haber consultado diversos criterios : García Alzola, E. (1992), Grenberg y Korman (1994), López Barberá, E. (1994), Maggi, B. (1996), Goleman, D. (2001), Mañalich, R. (2007), René Estévez, P. (2014), Mora, F. (2015), Montaño, J.R. (2015), Roméu Escobar, A. (2015) acerca de la lectura literaria y la implicación personal, los autores, desde su experiencia, consideran que para lograr que el estudiante se implique personalmente ante la lectura de la obra literaria tienen que necesariamente despertarse en ellos emociones. Así, la implicación personal ante la lectura de la obra literaria es entendida como un procedimiento de análisis que comprende desde una lectura íntegra, vivencial, inteligente y crítica hasta la valoración y creación personales, esta última asociada, esencialmente, a la construcción de textos re-creativos (Milenis Castro García y Lazaro Nochea Vilella).
Se requiere, entonces, de profesores que sientan y vivan la literatura, que transmitan emociones para ser capaces de hacerlas sentir como una necesidad en el aprendizaje de sus estudiantes. Por consiguiente, la lectura se convertirá para estos en una vivencia personal, que los hará buscar otras vivencias y experiencias relacionadas con la lectura y que les permitirá encontrarse verdadera y placenteramente con el texto;  a aportar y crear desde su experiencia y subjetividad.
El análisis de las obras debe estar dirigido a convertir al estudiante en un colaborador, testigo presencial, personaje, crítico, que desde su contexto de actuación valore y se sienta libre para cambiar actitudes de personajes, pasajes determinados, brindar otras soluciones, transformar su persona,  su medio y soñar.
Ocuparían un importante lugar, por ejemplo, la creación de textos propios como cuentos, poemas, ensayos sencillos, así como las dramatizaciones, sobre todo aquellas en las que los estudiantes, a partir de las huellas que les dejó la lectura, reflejan la historia con una visión y estilo propios. De esta manera  estarían creando sus intertextos como resultado de las relaciones de diálogo que establecen con la obra, de sus valoraciones.
Julia Kristeva, al referirse a la intertextualidad, plantea que ¨ todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto¨ (2011: 94). Esto evidencia cómo un texto puede resignificarse en otro, construirse a partir de otro.
Tomando en consideración los referentes teóricos tratados hasta aquí, lo que puede hacer el profesor cuando tiene como propósito que sus estudiantes se impliquen personalmente ante la lectura de la obra literaria, se muestra, a continuación, con una experiencia de los autores, en el presente curso escolar, en las clases de Literatura Española.
El trabajo se organizó a partir de los siguientes aspectos:

  1. Diagnóstico de conocimientos precedentes e intereses de lectura en relación con la obra que se estudiaría: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra.
  2.  Motivación. Búsqueda de un clima psicológico y emocional para posibilitar un encuentro placentero entre la obra y las estudiantes.
  3. Orientación de la lectura.
  4. Selección de capítulos para el análisis literario.
  5. Selección de métodos que posibiliten un adecuado proceder para la construcción y deconstrucción de la obra
  6. Análisis literario propiamente dicho, guiado hacia la implicación personal.
  1. Experiencias creadoras con la implicación personal de las estudiantes ante la obra.

Descripción de la experiencia áulica:
Cuando se presenta el estudio de la novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, los estudiantes que cursan el  segundo año de la especialidad de Español-Literatura en la Universidad de Artemisa, no estaban motivados. Explicarles, entonces, la necesidad de la lectura de la obra para todo profesor de Español-Literatura no sería suficiente para acercarlos a su conocimiento y disfrute plenos. De ahí que se comenzara a trabajar para despertar su interés y tratar de familiarizarlos cada vez más con la obra.
Se diagnosticaron sus intereses de lectura con el propósito de encauzarlos convenientemente hacia niveles cognoscitivos superiores y el disfrute de la novela con formas estéticas más acabadas y trascendentes. Fue necesario excluir algunos de los capítulos que se tenían previstos para el análisis e incorporar otros (como el duodécimo de la primera parte, donde Cervantes además de incluir la técnica narrativa de las novelas cortas dentro de la novela, toma partido por los derechos sociales de la mujer) de acuerdo con sus necesidades, motivaciones, inquietudes, sin dejar de guiar el análisis literario hacia el legado de la obra en el sentido de ofrecer una interpretación de la idiosincrasia de la especie humana y de su mejoramiento. También se sugirió la lectura de otros capítulos que no iban a ser estudiados en clases, con el objetivo de que tuvieran una visión más amplia de la novela y la hicieran más suya.
En cada uno de los análisis el trabajo estuvo dirigido al logro de una mayor sensibilidad por parte de los estudiantes ante la obra y a que construyeran el conocimiento de esta en relación con su contexto sociocultural, con sus experiencias y expectativas profesionales y personales, sobre todo, a partir de los valores universales de que es portadora la novela: justicia, fidelidad, solidaridad, honestidad, respeto entre los seres humanos. Esto posibilitó que, paulatinamente, en cada uno de los seminarios y talleres  realizados, se vieran envueltas cada vez más en las aventuras de don Quijote y Sancho Panza. En ocasiones rieron, compartieron las fantasías del hidalgo manchego, las habladurías de Sancho, sintieron lástima; en otras, se ofendieron, criticaron, y así fueron creando su propia visión de la obra y de sus dos grandes personajes. A esto contribuyó el que pudieran apreciar la universalidad de la obra reflejada en otras manifestaciones del arte como la pintura, la escultura, el ballet.
Se les presentaron dibujos sobre el Quijote del pintor cubano Juan Moreira y del español Pablo Picasso. Para complementar la información que acerca de ellos se les ofrecía, se les pidió investigar más sobre la obra de estos artistas. Además se les mostraron imágenes del Ballet Nacional de Cuba con la interpretación de la pieza El Quijote, bajo la dirección artística y coreográfica de Alicia Alonso. Como curiosidad y para que pudiesen establecer también comparaciones, se les contó la leyenda del llamado Quijote de la Habana, el Caballero de París.
Después de todo este proceso de motivación, de acercamiento, de análisis literario de la obra, de miradas intertextuales y de enriquecimiento cultural y espiritual, como actividad final se les indicó:
Lea atentamente el siguiente planteamiento:
La obra sobrevive gracias a las interpretaciones de sus lectores. Esas interpretaciones son en realidad resurrecciones: sin ellas no habría obras.
A partir del sentido que le ha encontrado a estas palabras, dele vida nueva a El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Puede hacerlo mediante una pintura, una dramatización, un poema,  un texto escrito en prosa u otra manera que elija, a fin de crear su propio intertexto. 
Finalmente, con gran responsabilidad e interés, los estudiantes lograron sus trabajos. El haberles guiado la lectura, comprometiéndolas con una experiencia creativa alrededor de la comprensión de la obra y asociada a sus diferentes contextos de actuación, les permitió vivenciar nuevas impresiones, emociones y transformar lo universal en particular.
Lo anterior le imprime un carácter auténtico y humanista al tratamiento de la literatura desde la clase, dirigido a la educación literaria de los estudiantes para que puedan llegar a convertirse en lectores sensibles, inteligentes y críticos, a asumir  una posición valorativa, con un gusto estético formado y capacidades para el desarrollo de la imaginación, la creatividad y la implicación personal.
Fue un trabajo arduo, pero de otra manera no quedaría la satisfacción de haber podido compartir con los estudiantes sus trabajos. Seguidamente se presentan dos de ellos.  
Carta al Quijote 
Alquízar, 15 de marzo del 1019.
"Año 58 de la Revolución".
Estimadísimo don Quijote:
Perdóneme la confianza, pero después de haber conocido su historia de principio a fin, me siento en completa familiaridad con usted. Tengo tantas inquietudes, dudas,  que me complacería muchísimo que usted dondequiera que esté me las aclarara. Sabe, es una verdadera pena que enloqueciera por esas novelas de caballería que leía, no me imagino lo que hubiese repercutido su epopeya en la historia de la humanidad si todo lo que hizo, lo hubiera hecho cuerdo. Quizás, lo bello de su crónica consistía precisamente en su desequilibrio. A lo mejor no lo sabe y tal vez nunca se lo imaginó, pero se convirtió en un héroe, en un titán, en un campeador para el mundo. ¿Qué significa ser el Quijote? Me imagino que no sea solamente estar loco, aunque Aristóteles dijo que "no hay gran genio sin mezcla de locura", y analizo que la suya no era precisamente una enfermedad mental; aunque nadie le crea, ni lo comprenda, yo sé que su enajenación era de la buena, de la que hace que las personas nos atrevamos a desafiar esquemas, prejuicios, limitaciones y asumamos nuestra cotidianidad con poesía como usted lo hizo. En una de sus aventuras detalla que un Quijote es "casto en los pensamientos, honesto en las palabras, liberal en las obras, valiente en los hechos, sufrido en los trabajos, caritativo con los menesterosos y finalmente, mantenedor de la verdad aunque le cueste la vida el defenderla".  ¡Qué respeto le tengo! No sabe ¡cuánto lo admiro!, porque sé que debió ser muy difícil luchar contra tanta injusticia, deslealtad, inmoralidad, deshonestidad y el agravio de tanta gente. Dejó un gran legado, aunque inconcluso y es, concretamente, esa respuesta la que necesito, porque tengo varias, pero solo usted podría darme la correcta. ¿Qué pretendía?, ¿conseguir discípulos, seguidores, fanáticos o sencillamente locos que continuarían su historia?

                                                                                    Espero ansiosa su  respuesta
Sin más,
Maité Pérez Aria

Poema: Quijote, ¿dime por qué?
Quijote, ¿dime por qué,
ahora te has ido tú,
después de tantos pesares
e infortunados encuentros?
Alonso Quijano, ahora de vuelta estás,
sin molinos, no hay galeotes,
ya no existe Dulcinea;
se acabaron las andanzas
e historias de don Quijote.
Sancho Panza, don Quijote,
ya se terminó el relato
y ni miles de lingotes
compensarán sus aportes,
"a más dura la pelea,
el éxito es más brillante".
Quijote, ¿dime por qué,
hoy te miro yo
tan GRANDE?
Susana Valle Salgado

En sentido general, esta propuesta se relaciona con el proyecto sociocultural de lectura Hacia todas partes voy, que dirige uno de los autores del presente trabajo -Milenis Castro García-  en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Artemisa.

Conclusiones
La lectura se convierte en eje transversal, pues constituye base para el aprendizaje, para el desarrollo del intelecto humano en todas sus manifestaciones y permite que se alcancen momentos de recreación y satisfacción personales.
Enseñar a leer para el engrandecimiento y el gozo es tarea que urge en estos momentos donde, generalmente, se le da prioridad solo al aspecto cognoscitivo y se dejan atrás las motivaciones de los estudiantes para estimular el placer, esto provocado, en esencia, por la visión tradicional que aún tienen muchos profesores en relación con las clases.
La clase de literatura, por su naturaleza humanista, constituye un espacio que debe aprovecharse al máximo para cambiar la realidad e incentivar en los estudiantes el deseo de leer para sentir y disfrutar con la lectura. Ayudarlos a acercarse a la obra literaria con una implicación personal puede ser una vía ya que de esta manera aprenden a sentir la lectura como una vivencia personal, emocionante, a partir de la realización de una lectura más completa, madura, que los lleve a vivir la obra como cómplices, testigos, con la libertad para opinar, para transformar.

 Bibliografía
Cervantes Saavedra, M. (1980).  El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. La Habana: Ed. Arte y Literatura
García Alzola, E. (1992). Lengua y Literatura. La Habana: Ed. Instituto cubano del libro
Henríquez, Ureña, C. (1983). Invitación a la lectura. La Habana: Ed. Pueblo y Educación
Hernández Sánchez, J. E. (2011). Introducción a los Estudios Literarios. La Habana: Ed. Pueblo y Educación
Herrera, R. L. (2016). Magia de la letra viva. La Habana: Ed. Pueblo y  Educación
Mañalich Suárez, R. (2007). La enseñanza del análisis literario: una mirada plural. La Habana: Ed. Pueblo y Educación
Martí Pérez. J. (1975). Obras Completas. T. 17. La Habana: Instituto cubano del libro
Montaño Calcines, J. R. (2011). Temas de Actualización Literaria.  La Habana: Ed. Pueblo y   Educación
----------------------------------(2011). (Re) novando la enseñanza del Español y la Literatura. La      
Habana: Ed. Pueblo y   Educación
Roméu Escobar, A. (2013). Didáctica de lengua española y la literatura. Tomo 1.
La Habana: Ed. Pueblo y Educación
Vigotsky, L.S. (1979) Pensamiento y lenguaje. La  Habana: Ed. Pueblo y Educación

*Profesora Asistente, Lic. Milenis Castro García milenis@uart.edu.cu (Universidad de Artemisa, Cuba)
**Profesor Asistente, MSc. Lazaro Nochea Vilella lazaronv@uart.edu.cu (Universidad de Artemisa, Cuba)

Recibido: 24/07/2019 Aceptado: 15/11/2019 Publicado: Noviembre de 2019

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