Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


REFLEXIONES SOBRE LA ENSEÑANZA Y CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO HISTÓRICO

Autores e infomación del artículo

Alan Tonatiuh López Niño *

Colegio Superior para la Educación Integral Intercultural de Oaxaca (CSEIIO). México

Email: zagato00@gmail.com


Resumen:
El presente artículo analiza las dificultades de la enseñanza de la Historia, presentando las bases y referentes conceptuales para plantear una estrategia didáctica que integre a los alumnos como agentes activos y constructores de su conocimiento histórico, considerando su presente y su vida cotidiana, y desarrollando la empatía histórica como una de las habilidades específicas de la disciplina a través del uso del método de investigación histórica. Por tanto, se tiene como objetivo presentar un panorama general de la relación que existe entre la enseñanza de la Historia y la motivación como parte del constructivismo y este a su vez como una teoría psicopedagógica, aunado a las problemáticas que tiene la Historia como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje del alumno.

Palabras clave: Historia, Construcción histórica, Enseñanza de la historia, Constructivismo, Conocimiento histórico, Aprendizaje cooperativo.

REFLECTIONS ON THE TEACHING AND CONSTRUCTION OF HISTORICAL KNOWLEDGE.

Abstract:
This article analyzes the difficulties of teaching History, presenting the bases and conceptual references to propose a didactic strategy that integrates students as active agents and builders of their historical knowledge, considering their present and their daily life, and developing the historical empathy as one of the specific skills of the discipline through the use of the historical research method. Therefore, it aims to present a general picture of the relationship between the teaching of history and motivation as part of constructivism and this in turn as a psychopedagogical theory, coupled with the problems that history has as part of the teaching and learning process of the student.

Keywords: History, Historical construction, Teaching history, Constructivism, Historical knowledge, Cooperative learning.

Mots clés: comportamiento. Aprendizaje Enseignement Skinner. Educación del terreno

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Alan Tonatiuh López Niño (2019): “Reflexiones sobre la enseñanza y construcción del conocimiento histórico”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (septiembre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/09/conocimiento-historico.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1909conocimiento-historico


1. Introducción: la motivación e interés por aprender.

La educación es un proceso en el que a través de la socialización se involucran valores, normas, conocimientos, habilidades y actitudes que servirán para mejorar a la sociedad en la que vive el sujeto a fin de transformarla a beneficio de todos (Díaz Barriga, 1998). Esta premisa, evidencia distintos problemas del sistema de educación, y propicia una reflexión para la búsqueda de su solución con el uso de las herramientas adecuadas. Los cambios en la educación generados por las transformaciones sociales a lo largo de las últimas décadas han impulsado a realizar investigaciones en psicología educativa como respuesta a las nuevas necesidades de aprendizaje de los alumnos, cada vez más influenciados por el uso de las tecnologías y recursos digitales, así como estrategias para motivarlos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La motivación es parte fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje, los alumnos, al sentirse motivados adquieren conocimientos y habilidades, los hacen significativos para ellos, es decir, los relacionan con su vida diaria e impulsa a desarrollar otros aprendizajes; esto orienta al docente y al alumno sobre qué y cómo se ha aprendido, de esta manera guía el conocimiento, para después ser socializado. Se puede definir a la motivación como una energía o fuerza interna que estimula y dirige la conducta de un individuo a realizar acciones como una respuesta integrada al organismo. Es decir que la motivación lleva a la persona a realizar acciones como pensar, sentir, o responder para satisfacer las necesidades de ese impulso (González, 2006), dirige la conducta y puede potencializar las necesidades del ser humano; es un estado interno que activa y mantiene la conducta. La motivación, en algunas ocasiones necesita de un estímulo externo para tener el resultado esperado, (González, 2006) por ejemplo, si a la persona le gusta bailar no es necesario un estímulo, sin embargo, no le gusta requiere un estímulo para realizar la acción.

Esta idea sobre los estímulos internos que dirigen la conducta ha sido trabajada por varios autores, entre ellos, (Rogers, 1998; Allpont, 1998; Maslow, 1975), refiriéndose a que las necesidades del ser humano son intrínsecas, mueven y activan al individuo a satisfacer sus necesidades. Estos autores son considerados como representantes de la psicología humanista, cuyas ideas centrales son: que el hombre tiende de forma natural hacia la autorregulación, es decir, busca su bienestar a través de las condiciones que él encuentre como favorables para su vida, por lo tanto cuando el ambiente es empático logra desarrollarse satisfactoriamente; el hombre es un ser en un contexto humano, ya que vive y se relaciona con otros seres humanos como parte de su estado natural; el hombre tiene facultades para decidir, para ello crea conciencia propia considerando sus propósitos e identidad personal, de esta forma sus acciones son justificadas según las intenciones de cada individuo (Hernández, 1998). Por tanto, todas las acciones del hombre tienen una motivación.

La motivación puede ser interna (intrínseca) o externa (extrínseca) (Mateo, 2001). La primera es el impulso interno del individuo, que proviene de sus intereses, gustos, actitudes. Es resultado de la satisfacción de necesidades humanas, pero pude crecer y empujar al individuo a ponerse metas o retos; se relaciona directamente con realizar actividades por placer. La segunda es provocada por un estímulo externo al individuo, por el ambiente, acciones, o por otra persona aunque depende de la disposición y capacidad para generarla. Este tipo de motivación pude ser recompensada, por lo tanto, crece el interés del individuo en ella y las probabilidades de repetir la acción; también puede ser castigada o incentivada. En esta tesis se pretende abordar los dos tipos de motivación y de esta manera el desarrollo de la empatía histórica será generado de forma integral para obtener un resultado satisfactorio al encauzar los conocimientos de los alumnos a la vida diaria.

La motivación por sí sola no asegura el éxito, tiene que ser encaminada para lograr una meta en específico, en el caso de esta tesis, la motivación se relaciona con el desarrollo de la empatía histórica, ya que los alumnos elegirán el tema del programa por el que más se sientan atraídos y con él trabajaran su proyecto y texto argumentativo; esto con la finalidad de que la empatía se desarrolle intrínsecamente y el aprendizaje sea significativo desde la atracción y se involucren con el tema.

El interés forma parte de la motivación al ser una predisposición del sujeto a determinadas actividades, objetos, eventos, o sucesos, proviene de un impulso interno en el que intervienen factores emocionales, actitudinales y cognitivos. Hay dos tipos de interés, el interno o personal y el situacional que se relaciona con el contexto.

El interés del alumno por aprender es intrínseco en las primeras etapas del desarrollo y en general permanece en un buen nivel; sin embargo, algunas veces el docente tiene que buscar un estímulo externo para motivar y causar interés a través de estrategias, o métodos, y así desarrollar en el estudiante diversas habilidades y conocimientos, como el uso de recursos tecnológicos enfocados en la enseñanza, actividades lúdicas, pero sobre todo relacionar las actividades con su entorno próximo o vida cotidiana enfocadas en sus características sociales y culturares de los alumnos. Es por ello que la motivación en el aprendizaje es medular y se desarrolla en parte por la relación que existe entre alumno y maestro.

Desde la perspectiva del aprendizaje como una interacción social, la empatía es un elemento indispensable en el proceso de enseñanza, ya que uno se pone en el lugar del otro y tratar de comprender la perspectiva del otro, considerando esta premisa es que la empatía histórica será la habilidad especifica que se desarrollará en esta tesis y se cimentará en el desarrollo de la motivación y el interés en los alumnos.

Se podría decir que el interés se desarrolla por el impulso motivacional, es el resultado del sentirse motivado; provoca atracción sobre algo. Se relaciona con el sentimiento y valor que el individuo da a la acción, objeto, o vivencia que le permite actuar, por lo tanto se relaciona con la experiencia o el querer experimentar Schiefele (1991) propone que desarrollar un sentimiento se relaciona con el disfrute o goce, a diferencia de cuando se le otorga valor, el individuo le da significado a la acción y objeto por el que se sienta interesado. Existen dos tipos de interés individual y situacional. El primero se concibe como la preferencia hacia ciertos temas o actividades, mientras que el situacional es el provocado por estímulos externos promueven el actuar.

En opinión de Herbart (Schiefele, 1991), el interés está estrechamente relacionado con el aprendizaje. Permite el reconocimiento de un objeto, conduce a un aprendizaje significativo, promueve a largo plazo almacenamiento de conocimiento y proporciona motivación para un mayor aprendizaje. En el proceso de enseñanza- aprendizaje promueve la interiorización del aprendizaje, pero también estimula el seguir aprendiendo, ya que el alumno se siente atraído por un conocimiento o la forma en la que se desarrolla dicho conocimiento.

El interés tiene relación con la motivación intrínseca, cuando el estudiante se siente atraído y se involucra con un tema por sí mismo, provoca que disfrute aprender y mejora sus habilidades; cuando recibe un estímulo externo, el interés que se desarrolla provoca que el alumno se involucre en el desarrollo de su conocimiento de forma interna y externa, de esta manera va construyendo su propio conocimiento a partir de sus intereses personales y es influenciado por el contexto en el que se desarrolla. Así mismo forma una postura e identidad a partir del medio cultural y social que lo rodea, construyendo saberes al interactuar con otros.

Esta investigación se sustenta en la premisa del aprendizaje como un proceso activo de elaboración de significados, subjetivo y personal en donde el alumno elabora-construye su propio conocimiento al mismo tiempo que aprende a resolver tareas de la vida cotidiana; es decir, contextualiza el conocimiento. El aprendizaje social se realiza a través del trabajo entre los estudiantes, para la construcción influye el autoconocimiento de sus habilidades motivándolos para aprender (Díaz Barriga, 1998). Para ello el material utilizado en el proceso dará mayor fuerza al aprendizaje, teniendo que ser atractivo y con características específicas en las que los estudiantes encuentren interés y relacionen los conocimientos con su vida diaria.

2. El sentido de enseñar y aprender Historia hoy.

Esta investigación sustenta que la función principal de la Historia es ubicar e identificar a los individuos en la sociedad actual a partir del conocimiento del pasado y dar elementos para pensar en el futuro. El proceso de construcción de la identidad a través de la memoria colectiva y de la conciencia histórica es parte de la función social, que organiza el pasado para explicar el presente, y tiene en cuenta las causas y consecuencias. La Historia tiene práctica en la vida cotidiana, al reconocerse el hombre a sí mismo como agente histórico que crea y construye su propio conocimiento: el cine, la familia, las actividades diarias, etcétera, son fuentes para la construcción del conocimiento. La labor del historiador debe ser completa e integral, entre investigación y difusión para la construcción del conocimiento histórico, por ello todo el conocimiento histórico debe ser difundido.

Desde la propuesta de Andrea Sánchez Quintanar “La historia es vital, se necesita para la construcción del ser humano. El hombre tiene la capacidad de pensar sobre su propio ser” (Sánchez Quintanar, 2006: p. 65), es lo que lo hace ser humano, reflexiona, se conoce, piensa y se analiza a sí mismo, es por ello que se crea históricamente al reconocerse dentro de una sociedad. De esta manera el hombre trasciende de sí mismo, se relaciona con otros, los reconoce y les da un valor en la realidad humana, dentro de una sociedad determinada. Esto es muy importante, porque nos ayuda a entender claramente cuál es la función de la Historia en la vida cotidiana, que el estudio del pasado no es algo olvidado y muerto, tiene una función practica en la vida diaria.

Por lo anterior es que la Historia, como disciplina, es parte del desarrollo del hombre, “se estructura a partir de la construcción de la conciencia, estudia el pasado y organiza este estudio de forma sistemática y metódica para explicar el presente y, a partir de ello, conocer las causas y consecuencias de los hechos que sucedieron” (Sánchez Quintanar, 2000). Por lo tanto, todas aquellas personas que construyen el conocimiento histórico para transmitirlo son difusores de la Historia, los docentes tienen un papel central en ello, pues son agentes que además de construir su propio conocimiento histórico, instruyen a otros para sustentar el propio y tomar una postura ante el de los demás.

La enseñanza de la Historia se edifica en la premisa de instruir a los estudiantes en la construcción de su propia conciencia histórica, de reconocerse como individuos dentro de una sociedad que tiene características específicas que la hacen distinta, y esas diferencias la hacen ser y la constituyen como única. Los alumnos al reconocer el lugar social se apropian de una postura que le da sustento a ese lugar que ocupan, al mismo tiempo que los hace parte de la historia como agentes activos. Bajo esa condición por mucho tiempo la utilidad de la Historia ha sido crear ciudadanos e identidad nacional; sin embargo, tiene funciones didácticas (Prats y Santacana, 2001), como fortalecer la comprensión de las raíces culturales y la herencia común que tienen los estudiantes con otros. Asimismo, facilitar la comprensión del presente a través de conocer los acontecimientos del pasado desde una perspectiva analítica, con base en el estudio de la causalidad y consecuencias de los hechos del pasado, que exige explicar la complejidad de los hechos sociales creado en los estudiantes una conciencia crítica que puede ser usada con la información que reciben diariamente. Así el estudio de la Historia como disciplina se construye por investigaciones en las que se emplea un método histórico, que organiza el pasado apoyándose de otras disciplinas, por ello los estudiantes al estudiar Historia enriquecen otras áreas de conocimiento.

La enseñanza de la Historia en la educación media superior tiene diversas problemáticas que provocan la deserción, reprobación y desmotivación en las estudiantes, mismas que se desarrollan en diferentes ámbitos. En el contexto global, en la mayoría de lugares, la Historia es vista como una disciplina sólo para formar ciudadanos en donde se ve a los héroes como un ejemplo, sin embargo esta no es la única función de la Historia, existen otras, de las que hablaré más adelante, que apoyan la formación de ciudadanos desde la creación de una conciencia histórica y enriquecen el conocimiento histórico desde una enseñanza situacional o empática.

La Historia es tomada en cuenta como parte central de la formación de los alumnos, pero tiene menor jerarquía dentro de los planes de estudios que tienen una orientación enfocada en el desarrollo laboral y no en un desarrollar conciencia y crítica sobre el lugar social de cada joven, como resultado los jóvenes no se reconocen en el mundo y por lo tanto no pueden construir su identidad a partir de la comprensión del tiempo como un flujo constante de hechos diferentes a los del presente pero que tienen una relación intrínseca con los actuales y de igual forma tendrán un sentido constructivo para el futuro.

Buena parte de los problemas desarrollados en el contexto institucional se centran en el valor que se le da a la Historia, pues en la mayoría de las instituciones han reducido el apoyo a los proyectos y a la misma asignatura, sosteniendo la idea de que la Historia sirve sólo para las ceremonias, efemérides y fechas importantes de la nación. Todo ello ayuda a crear en los estudiantes una idea de la Historia como un estudio en donde la memorización es la capacidad más importante.

Dentro del aula los problemas para la enseñanza de la Historia reflejan las problemáticas de los contextos mencionados anteriormente, al mismo tiempo que presenta los propios, como el uso de métodos poco atractivos para los estudiantes, sin considerar los cambios psicosociales de los adolescentes y la motivación del docente por impartir la clase, pues muchas veces ven el ejercicio docente un trabajo en el que se tienen que recitar datos de acontecimientos, sin darle sentido al por qué sucedieron. El aula es el lugar más importante para cambiar las concepciones y problemáticas de la enseñanza de la Historia a partir de la práctica docente, al integrar o innovar en métodos y estrategias que integren a los estudiantes a la construcción del conocimiento histórico y romper con los prejuicios sobre la disciplina, pero sobre todo, que comprendan la utilidad de la Historia en la vida cotidiana.

Cada contexto presenta problemáticas propias, pero todas convergen y plantean situaciones específicas, que responden a por qué los alumnos cada vez tienen menos interés y cómo los profesores, instituciones y los propios alumnos tienen los elementos para construir métodos, técnicas y estrategias que disuelvan estas problemáticas (Arteaga, 2016). Sin embargo, esta situación nos lleva a reflexionar como docentes, cuál es la labor del historiador como investigador y docente al mismo tiempo.

La diferencia de posturas entre investigadores-historiógrafos y docentes crea uno de los problemas internos en la enseñanza de la Historia, pues los investigadores - historiógrafos se sitúan en la idea de que la Historia es para historiadores y que basta con la curiosidad de los mismos para crear líneas de investigación que tengan grandes aportaciones hacia ese gremio; por otro lado están los docentes que consideran a la Historia como parte de la vida cotidiana, que está presente todo el tiempo y es por ello que debe enseñarse a los alumnos cómo construir conocimiento histórico. Esta situación crea un problema de articulación ente colegas historiadores para mejorar la enseñanza y generar apoyos académicos en investigaciones que otros han hecho, pero sucede al contrario, los docentes son vistos como menos, por lo cual la valoración de su trabajo es considerada inferior (Lamoneda, 1998).

Desde el análisis de Joaquim Prats (2001) las dificultades de la Historia a las que se enfrentan los docentes pueden dividirse en dos: contextuales y de la naturaleza de la Historia. Las dificultades contextuales, a su vez se dividen en tres factores, la visión social de la historia, la función política, y la tradición y formación de los docentes.

La visión social forma parte de la vida cultural y social de los alumnos, es cómo se observa a la historia en la vida cotidiana a través de los mensajes emitidos por los medios de comunicación masiva, la tradición oral y los discursos institucionales, que desarrollan una perspectiva erudita de los conocimientos del pasado como un cúmulo de conocimientos de fechas, personajes y datos.

La función política de la historia se basa en el uso de los acontecimientos para festejos de efemérides y justificar o legitimar realidades políticas actuales, al mismo tiempo que es usada para configurar la conciencia de los ciudadanos a través de la construcción de un discurso nacionalista, en México es una de las funciones principales desde hace mucho tiempo pues el método se basa en la enseñanza memorística, basta con leer los libros de texto gratuito y los planes de estudio de primaria y secundaria para comprender el discurso de los héroes que han construido con valor la identidad nacional (Arce, Montoya y Velázquez, 2017).

La tradición y formación de los docentes se enfoca en la visión que éstos ofrecen, entendiendo la Historia como una disciplina compuesta de informaciones acabadas, tomada por los estudiantes como hechos pasados que no tienen relación con el presente. Por esta situación la historia es poco atractiva y se convierte en una acumulación de hechos que sucedieron cronológicamente, sin tener una utilidad en la vida cotidiana.

Las dificultades ligadas a la naturaleza de la historia como ciencia social se dividen en dos: las dificultades generales y las específicas. Las primeras se refieren al concepto de la historia como un entramado complejo en el que los fenómenos están entrelazados entre sí, por ello para el estudio de la Historia se usa el pensamiento abstracto al interpretar fuentes e imaginar cómo era el tiempo y espacio en el que se desarrollaron los hechos, por esta situación no todos los historiadores están de acuerdo en una misma definición y caracterización de la historia, dando como resultado las múltiples versiones e interpretaciones de un sólo hecho.

Las dificultades específicas de la historia parten de la concepción del tiempo histórico, la causalidad y multicausalidad y la comprensión de conceptos sociales e históricos. El uso de estos concepciones en el proceso enseñanza - aprendizaje es complejo, ya que para los estudiantes no es sencillo entender que existen distintos tiempos para comprender los acontecimientos pasados y que al mismo tiempo en otro lugar sucedían distintos hechos, así como la interpretación de distintas fuentes para conocer el acontecimiento desde diversas perspectivas, estas dificultades son las que más se relacionan con la labor docente, al ser el agente que guiará la comprensión de conceptos, por ello es muy importante que tenga en cuenta que a partir de su propia concepción del tiempo y de la Historia es que los alumnos construirán la suya.

La clasificación propuesta por Prats (2001) es minuciosa ya que analiza las diversas problemáticas de la Historia desde las propias de la disciplina hasta las institucionales y desarrolladas en el aula, todas enfocadas en la enseñanza en Europa, sin embargo su trabajo no plantea alguna propuesta para resolver las dificultades de la Historia, pero nos deja ver una gran cantidad de problemas a combatir. Este análisis se puede llevar al contexto mexicano pues la enseñanza de la Historia en nuestro país tiene las mismas problemáticas, durante las últimas décadas se ha incrementado el número de académicos dedicados la investigación, muchos de ellos construyendo propuestas con la finalidad de resolver paulatinamente los problemas de la enseñanza de la Historia. Esta tesis forma parte de esos trabajos, que si bien no pretende resolver en su totalidad las dificultades, sí es una aportación de cómo se pude aplicar el método de investigación histórica y desarrollar habilidades específicas de la disciplina y así resolver una de las dificultades planteadas, sin embargo no podría llevarse a cabo si no existieran en México instituciones que busquen un cambio en la enseñanza.

Como ya se ha mencionado, en la enseñanza de la Historia existe una disociación entre la investigación histórica y la docencia, ya que se abre el debate sobre qué enseñar y en qué nivel escolar, pues los investigadores se encargan de “hacer la historia” que debe de enseñarse, sin embargo en las últimas décadas, docentes, historiadores y pedagogos se han cuestionado esa postura, sobre todo en el quehacer docente pues no en todos los espacios, se enseña lo mismo, y se tiene una visión distinta de los hechos, pues la mayoría los ven desde su lugar y no del otro; un ejemplo de ello es el “Descubrimiento de América” que según el nivel escolar y el lugar del mundo cambia la postura y la interpretación sobre él (Arteaga, 2006).

Esta situación ha llevado a la investigación de diversas propuestas didácticas en dónde se construya el conocimiento histórico desde el contexto del alumno y el tema sea sólo una guía, esta tesis pretende ser parte de esas investigaciones; ya que se centra en la construcción del conocimiento desde el lugar del alumno, considerando como parte esencial el desarrollo de empatía. El objetivo del desarrollo de empatía histórica se basa en que los alumnos comprendan los hechos y acontecimientos históricos desde la perspectiva de los sujetos que los vivieron y la relación de empática que se desarrolla a partir del interés; para ello el docente tiene que orientar la búsqueda de fuentes en las que se basa la reconstrucción de esos hechos o acontecimientos.

Dentro del proceso de enseñanza de la historia una de las figuras medulares es el docente al dirigir y guiar la construcción del conocimiento histórico de los alumnos, es por ello que tiene que analizar, reflexionar, comprender y reconocer el lugar donde se encuentra y desde donde va a ubicarse para construir su propio conocimiento. Asimismo, sustentar su práctica a través del uso y aplicación métodos, estrategias y técnicas que generen el aprendizaje de los estudiantes desde una perspectiva de la psicopedagogía, en el caso de esta investigación es el constructivismo. De igual forma el apegarse a una postura historiográfica define cómo se va a construir la historia, bajo qué propuesta teórica y cuál será el método y uso de fuentes, al mismo tiempo que definirá para sí mismo por qué y para qué enseñar historia, con ello se considerará como investigador y docente al mismo tiempo (Galván, 2006).

Actualmente la Historia tiene múltiples concepciones, sin embargo, desde la perspectiva de la Escuela de los Annales la enseñanza permite acercarse al método de investigación a través de la conjunción con otras disciplinas al dar sustento teórico; siendo esta postura la que sustenta nuestra investigación pues se retoma el constructivismo como una propuesta teórica de la pedagogía y la psicología educativa para la construcción del conocimiento histórico, al mismo tiempo que da una explicación sobre el acontecimiento estudiado desde un punto de vista más amplio enfocado en cómo es que se va a transmitir para su enseñanza y aprendizaje.

3. Enseñanza constructivista de la Historia.

La enseñanza de las ciencias sociales y la Historia desde el constructivismo es una actividad de pensamiento, que tiene como objetivo la adquisición de habilidades cognitivas que faculten a los alumnos a comprender cómo es que se construye la historia, con relación al método de investigación, crítica de fuentes e interpretación, al mismo tiempo que desarrollan hipótesis sobre causas y efectos de los acontecimientos del pasado, para definir todos esos procesos es muy importante definir con precisión los conceptos abstractos con los que se inicia la construcción del conocimiento histórico (Carretero, 2009).

Los objetivos para el aprendizaje de los alumnos desde una visión constructivista inician en la comprensión de los fenómenos sociales para entender y construir su papel en la sociedad y cómo es que está funciona. Así como la formación de sujetos libres, autónomos y críticos que comprendan y construyan una postura sobre los acontecimientos del pasado. La comprensión de procesos entre el pasado y el presente, sus causas y consecuencias; la adquisición de conceptos y habilidades específicas de la disciplina histórica, es decir, que los estudiantes aprendan el método con el que se construye la Historia.

Una de las primeras propuestas constructivistas para la enseñanza de la Historia fue el “pensar históricamente” (Carretero, 2009; Pla 2005; Santisteban, 2010) que se remite a la comprensión de conceptos propios de la Historia, como crítica de fuentes, casualidad, tiempo histórico o relativismo histórico y con ellos explicar el entramado de procesos sociales como base de la construcción histórica; para ello es necesario que los estudiantes comprendan el concepto de la Historia desde una postura crítica y teórica y la puedan construir a partir del uso crítico de fuentes, que se establece a partir de la búsqueda, análisis, selección, uso e interpretación para dar sentido al hecho y tratar de reconstruir desde el lugar social que tiene el alumno; la representación del tiempo histórico que implica hacer un análisis sincrónico del hecho con variables sociales en el mismo momento y, el análisis diacrónico, al mismo tiempo que se relaciona con fenómenos sociales a lo largo del tiempo; y la búsqueda de causas de los hechos del pasado y su efecto en el presente, que ubica y da sentido al lugar social de los estudiantes.

El uso del método didáctico del historiador se justifica a través de cuatro objetivos, desarrollados por Prats y Santacana (2001): la comprensión de los hechos ocurridos en el pasado y para saber situarlos en su contexto, poder analizar el pasado desde distintos puntos de vista, conocer que existen diversas formas de adquirir, obtener y evaluar información sobre el pasado y ser capaces de trasmitir de forma organizada lo que sobre el pasado se ha estudiado o se ha obtenido.

Para alcanzar estos los objetivos es necesario que el profesor introduzca al alumno en la búsqueda y recolección de información adecuada sobre el hecho o proceso histórico que se estudia, de esa forma se comenzarán a formular hipótesis explicativas sobre el objeto de estudio, que serán sustentadas bajo el análisis y clasificación de fuentes históricas, de éstas se desprenderá una crítica exhaustiva en donde el alumno establecerá una postura, que sostendrá su interpretación de las fuentes y dará validez a su hipótesis, finalmente se entramarán unas serie de preguntas y respuestas sobre el hecho para dar una explicación sobre su función en el hecho.

El docente es una guía y mediador para la ejecución de las actividades, a través del diseño de actividades en las que el método de investigación histórica sea la parte central, propiciará en sus alumnos la crítica a partir de la reflexión sobre la utilidad de la historia en su vida cotidiana. Es decir, que el aprendizaje activo potencializa el conocimiento histórico de los estudiantes a partir de sus vivencias y contexto social.

Pensar históricamente (Carretero, 2009; Pla 2005; Santisteban, 2010) es una propuesta compleja que explica la construcción del conocimiento histórico desde una perspectiva psicopedagógica, por ello es que para alcanzar sus objetivos se tendrían que diseñar programas basados en esa propuesta pues se requiere mucho tiempo para el desarrollo de cada habilidad, sin embargo es una excelente propuesta pionera en el tema; es por ello que esta investigación se centra en la enseñanza constructivista, en donde el alumno es comprende cuál es su papel dentro de la sociedad y la relación que tiene el pasado con el presente, de igual forma se busca alcanzar el desarrollo de empatía histórica como una habilidad especifica de la Historia, sin embargo, no se pretende alcanzar el pensar históricamente.

4. Construcción del conocimiento histórico.

En esta investigación se considera a la Historia como parte de la vida cotidiana y se propone resaltar la importancia de los acontecimientos del pasado en el presente, a través del análisis de las causas y consecuencias de los hechos vistos desde el presente con una postura crítica ante ellos, considerando que existen diversos puntos de vista sobre un mismo acontecimiento, de igual forma que se toma como parte indispensable para la construcción del conocimiento histórico el lugar social que tienen los alumnos dentro de la sociedad, al reconocerse como individuos y parte de la Historia.

El pensamiento histórico desde la propuesta de Seixas y Morton (2004), se construye y es condicionado por el presente debido a los problemas a los que se enfrenta el historiador durante la investigación, además que la Historia que construye y se basa en su propia interpretación y el lugar del sujeto dentro de la sociedad en el que se encuentra. Por ello la Historia es necesaria para la sociedad, como se ha dicho anteriormente, es parte de la cotidianeidad del ser humano, y lo construye al mismo tiempo que su lugar social.

Al igual que la propuesta de pensar históricamente, Seixas y Morton (2004), conjugan la teoría historiográfica con la psicopedagogía sin embargo, proponen una serie de materiales y actividades aplicables en el aula, que no había sucedido con el pensar históricamente. Su propuesta aborda el estudio del pasado en seis problemas: cómo decidimos lo que es importante (historical significance); cómo sabemos  sobre  el pasado (evidence); cómo podemos dar sentido al complejo fluir de la  historia (continuity and change); por qué suceden los acontecimientos y cuáles son sus consecuencias (cause and consequence); cómo se puede entender a las personas del pasado (historical perspectives) y cómo la historia puede explicar el presente (ethical dimension). Todos los conceptos, no se ven de forma aislada o en etapas sino al mismo tiempo en el aula, con diversas actividades que los combinan y desarrollan en conjunto, a través de preguntas detonadoras.

Una de las aportaciones más importante de esta propuesta son las actividades pues están construidas con una base teórica bien sustentada y se puede aplicar al contexto mexicano. Pues cada concepto tiene actividades introductorias y finales, y no es necesario que el docente esté dedicado a la investigación, puede adaptarse a diversas estrategias educativas, sin embargo, se necesita disposición del profesor para cambiar la forma de enseñanza de la Historia. Por lo tanto el desarrollo del pensamiento histórico no va ligado a un contenido que responde a qué enseñar, sino a una estrategia de enseñanza que se basa en cómo enseñar Historia.

El pensar históricamente (Carretero, 2009; Pla 2005; Santisteban, 2010) y la propuesta de Seixas y Morton (2004), se complementan ya que ambas explican la construcción del conocimiento histórico como una propuesta de enseñanza sustentada desde una teoría disciplinar y psicopedagógica, sin embargo lo abordan desde distintas perspectivas. Para la investigación presentada en esta tesis se retoman ambas; del pensar históricamente la construcción del conocimiento desde el constructivismo y el uso del método de investigación histórica para el desarrollo de habilidades específicas. De Seixas y Morton (2004), la importancia de la Historia en la vida cotidiana de los alumnos y cómo está se puede explicar desde el presente a partir de búsqueda, análisis y uso de evidencia (fuentes) para construir un hecho histórico o por el que los alumnos se sientan atraídos.

Como parte de la teoría disciplinar la propuesta del historiador francés Michel De Certeau (1985) acerca de la Operación historiográfica sustenta la construcción del conocimiento y es una propuesta viable de enseñanza de la historia. Establece que la construcción de la Historia es, la combinación de un lugar social, prácticas “científicas” y una escritura; es decir que, la Historia se enlaza con el lugar donde se produce, el medio social, económico, político, cultural e institucional y cómo el sujeto se relaciona directamente con él para la construcción de su discurso histórico. No puede existir el discurso histórico sin un contexto, es una parte esencial que da identidad al lugar y al hecho, la práctica se considera “Hacer historia” en la reglamentación de lo que se puede o no, validada por el lugar mediante el cual se obtiene el conocimiento, lo que lleva a una producción de objetos determinados (De Certeau, 1985). Es el proceso práctico que el historiador hace para construir su discurso, produce concepciones del pasado que tiene que ver en cómo este lo recibe, cómo lo interpreta y cómo se encuentra en el lugar social.

El conocimiento histórico en esta investigación se construye a partir de la didáctica, se desarrolla introduciendo a los estudiantes al uso del método de investigación histórica, con la búsqueda, análisis, reflexión, crítica e interpretaciones de fuentes, así como crear hipótesis sobre los acontecimientos con la finalidad de comprender las casusas y consecuencias y dar una explicación sobre los acontecimientos del pasado. Sin embargo se busca integrar en las actividades el uso del método con la finalidad de desarrollar una habilidad o procedimiento especifico de la Historia, empatía histórica, esta se relaciona con la propuesta de Seixan (2004), en el momento en el que los estudiantes construyen el conocimiento histórico a partir de entender a los sujetos del pasado, sin perder de vista que es su propia interpretación del hecho.

El desarrollo de Habilidades específicas de la Historia ha sido trabajado y explicado por diversos autores, como Carretero (2009), Díaz Barriga (1998), Trepat (1995), entre otros, cada uno con matices y perspectivas distintas, pero con la intención de que el alumno comprenda, explique y construya el conocimiento histórico a partir del uso del método de investigación histórica, al mismo tiempo que desarrolla habilidades cognitivas. A diferencia de estos autores Seixas y Morton (2004), retoman a las habilidades como problemáticas a resolver de forma integral, con ello no sólo se logra la construcción del conocimiento, sino también la comprensión de la construcción del lugar dentro de la sociedad en la que se encuentran y al mismo tiempo que resuelve un problema histórico desde distintas perspectivas.

Para lograr la construcción del conocimiento histórico a través del uso de habilidades o procedimientos específicos de la Historia es necesario que el docente defina cuáles serán desarrolladas por el alumno y con ello planificar y diseñar estrategias para alcanzar su objetivo, así como la forma en la que estas pueden ser integradas. Algunas de estas habilidades se refieren a: tiempo histórico, razonamiento relativista, pensamiento crítico, causalidad histórica y empatía histórica.

La representación del tiempo histórico en los alumnos implica hacer un “análisis sincrónico”, que se relaciona con acontecimientos sociales sucedidos en el mismo momento que el acontecimiento analizado y un “análisis diacrónico” relacionado con fenómenos sociales a lo largo del tiempo (Carretero, 2009). Para los estudiantes ambas representaciones causan dificultad pues para la comprensión del tiempo histórico es necesario haber desarrollado capacidades cognitivas de abstracción de un nivel superior, fundamentadas en el proceso el análisis, reflexión, capacidad de síntesis y pensamiento crítico, ya que se debe entender que al mismo tiempo, pero en diferentes espacios sucedían otros hechos que afectaron al que se observa; de igual forma preguntarse cómo se llegó al hecho, por qué aconteció de esa forma, qué relación existe entre el acontecimiento y el presente; por esas características es que el tiempo histórico es considerado una construcción cognitiva y evolutiva. De igual forma para su construcción es necesario tener conocimientos previos sobre el acontecimiento analizado y estudiarlo por medio de herramientas conceptuales que le den sentido en el presente.

El tiempo histórico tiene dos acepciones que se complementan, la primera se refiere a la comprensión y establecimiento de una secuencia cronológica en el espacio y tiempo, a partir de la idea, en qué tiempo y dónde sucedieron los acontecimientos históricos, denominado tiempo cronológico. En la segunda el tiempo histórico ubica y explica los procesos históricos en un periodo determinado, estableciendo su consecuencia, el proceso de transformación, su continuidad y duración, al mismo tiempo que relaciona la sucesión de hechos en distintos lugares en un periodo determinado. Es una de las categorías más complejas ya que se refiere a cómo se percibe el tiempo en las distintas sociedades.

La comprensión de los conceptos sociales e históricos se ve muy acotada y limitada al relacionarse con la realidad actual, y es por ello que los desafíos cognitivos son simplificados a ideas concretas y no a procesos de cambio. La Historia abre un panorama al uso de conceptos, pues como lo dije anteriormente no es acabada y se pude hacer un concepto del concepto y relacionarlos con una interpretación distinta a la nuestra, así se va construyendo un entramado conceptual para comprender un hecho o acontecimiento apoyado en los procesos de cambio de la sociedad en la que sucedió.

A la capacidad del alumno de comprender que en la Historia no existe una verdad absoluta y única, y que es posible comparar distintas versiones o posturas sobre un acontecimiento para poder construir una versión propia del hecho histórico, se le denomina relativismo histórico (Díaz Barriga 1998). Se pueden identificar tres niveles de complejidad; el primero es absolutista, por lo general el sujeto no puede identificar los hechos como tal, de interpretaciones de ellos; el segundo muestra una relativista radical, en ella el sujeto cree que todos persona tiene una interpretación del hecho y que todas son válidas, el tercero y último nivel es denominado epistemología evaluadora, considera que el conocimiento histórico es construido a partir de una interpretación estructurada del hecho, implica la declaración de juicios, argumentos y fuentes que la sustenten.

El pensamiento crítico forma parte de las capacidades cognitivas superiores que se deben fortalecer en los estudiantes: análisis, síntesis, conceptualización, manejo de información, pensamiento sistémico, investigación y metacognición (Hervás y Miralles, 2006). Es uno de los procedimientos propios de la Historia, es la actividad sistemática para comprender y evaluar las ideas y argumentos propios y de los otros. El sujeto reconoce y analiza los argumentos en sus partes constitutivas, juzga las propiedades y cualidades del conocimiento, para comprender y dar una explicación teórica. Para su desarrollo involucra otras habilidades además de las propias de la disciplina, cognitivas, afectivas y de interacción social (Díaz Barriga, 1998), a través del diseño y uso de actividades planteadas didácticamente y sustentadas en los contenidos curriculares históricos.

La causalidad histórica y multicausalidad, para algunos autores, es entendida por algunos como un “metaconcepto” para la comprensión de la Historia (Carretero, 2009) su construcción propone explicaciones sobre las causas de los acontecimientos analizados, así como su relación con otros hechos que sucedieron en el mismo espacio, pero en otro tiempo. Sustenta la concepción de la Historia por su complejidad, pues los profesores tienen diversas concepciones de la disciplina y en algunos casos pueden dejar de lado el desarrollo de la explicación causal del acontecimiento estudiado o en ser inexistente con docentes que cimientan la construcción del conocimiento con la idea de una Historia acabada, fáctica y sin explicaciones sociales.

La causalidad histórica parte de que los estudiantes encuentren una relación entre el proceso y hecho histórico con el presente, así como comprender las causas y consecuencias que llevaron a cambios en la sociedad; explicar sus características principales y ser conscientes de las motivaciones humanas que llevaron a los cambios y procesos y dar una explicación propia. La causalidad no sólo se limita a un análisis de causa y efecto, sino a una serie de eventos que a lo largo del tiempo generan otros. Da una explicación social sobre los agentes que construyeron el hecho histórico y desde una postura epistemológica “es entendida como la dimensión referente al papel contextualizado del individuo y grupos humanos en su carácter social para la gestación y desarrollo del hecho como procesos históricos" (García Hernández, 2011, p. 18).

La causalidad histórica tiene un papel muy importante en la enseñanza de la Historia pues, la mayoría de los ejercicios que buscan dar una explicación histórica se establecen a partir del análisis de causas y consecuencias. Para la construcción de las explicaciones causales de la Historia son esenciales las estrategias de los profesores, y la articulación entre eventos y condiciones históricas, que explican el acontecimiento, no sólo como una cronología de hechos, sino como un evento en donde se relacionan diversas situaciones sociales, políticas, culturales, etc., que dan una interpretación sobre qué lo provocó o cómo fue que se realizó, en esta explicación multicausal en su construcción tiene elementos motivacionales que encausan la relación de los acontecimientos del pasado con el presente, de igual forma se encuentran la relación temporal entre los eventos y sus consecuencias para los posteriores.

A través de la causalidad histórica se busca que los estudiantes encuentren las relaciones entre los acontecimientos del pasado y el presente; para alcanzar este objetivo es necesario que el docente tenga en claro de qué forma va introducir a los estudiantes a una postura historiográfica, ya que de ésta dependerá la forma en la que se reconstruirá el hecho. Las causas por las que sucedió el acontecimiento histórico puede ser vista desde muchas perspectivas y por ello los estudiantes van a construir, con base en la interpretación de fuentes, su propia postura acerca de por qué sucedieron los hechos y cuál es su relación con la vida actual.

Estas son algunas habilidades específicas, que como anteriormente se mencionó, su desarrollo depende del objetivo que se establezca para la construcción del conocimiento y el enfoque que se le pretenda dar. Esta investigación tiene el objetivo de contribuir al desarrollo de la empatía histórica en los alumnos, al mismo tiempo que explican los hechos y acontecimientos del pasado desde el presente a través del uso de fuentes documentales, es por ello que para el diseño de todas las actividades aplicadas en la propuesta didáctica son retomadas de forma integral.

La empatía histórica es la habilidad social afectiva relacionada con entender los hechos desde una perspectiva del pasado, existen diversas postura e investigaciones para su desarrollo y aplicación en la enseñanza, dos de las más significativas y que apoyan esta investigación son las de Trepat (1995) y Frida Díaz Barriga (1998), ambos coinciden en que el objetivo es el que el alumno explique los acontecimientos del pasado desde el presente al comprender el hecho histórico, ambos autores retoman las propuestas de D. Shemilt (1984) que fue el pionero en el tema al plantear la empatía histórica como una parte del desarrollo cognitivo de los alumnos al desarrollar ciertas actividades.

Ambos autores establecen que la empatía histórica, se construye a través de niveles o estadios, ambos inspirados en la investigación de D. Shemilt, (1984). El primero se refiere a la ausencia de empatía, es decir, que los hechos se juzgan desde el presente, se cree que los hombres del pasado son inferiores a los del presente y no existe una razón o necesidad de explicar sus acciones. En el segundo se crean estereotipos simplistas, se identifican a las personas en el pasado con los mismos motivos y capacidades que en el presente. El tercero se refiere a la empatía basada en la experiencia cotidiana, los alumnos entienden los acontecimientos desde su experiencia personal, se preguntan sí ellos habrían hecho lo mismo. En el cuarto nivel se reconoce que la gente del pasado no podía tener los mismos conocimientos, se buscan explicaciones en fuentes primarias y secundarias para entender las acciones de las personas del pasado. En el último nivel los alumnos contextualizan los hechos, distinguiendo que su punto de vista es distinto a los individuos del pasado, se encuentra vinculado con el método de investigación histórica, ya que los alumnos ubican y explican las causas y sucesos de los acontecimientos en el tiempo. La propuesta de Diaz Barriga (1998) se queda en el cuatro, esto puede deberse a que su investigación se centraba en la educación media superior y Trepat (1995, p. 309) explica que el quito nivel, es desarrollado en alumnos universitarios por su complejidad y nivel de cognición.

Trepat (1995) en su propuesta subdivide cada uno de los niveles de acuerdo a la edad de los alumnos y propone actividades para alcanzar cada uno, lo que hace que su propuesta sea más enriquecedora y puntal sobre los logros en cada nivel; las actividades diseñadas en esta investigación se basan en ello y se considera como punto de partida que van dirigidas a estudiantes de bachillerato. Por esa razón es que se retoma el concepto de procedimiento específico “como propio de una disciplina, en donde se desarrollan habilidades desde un método particular” (Trepat, 1995, p. 31), por ello se pretende desarrollar la empatía histórica, definida como “la capacidad o la disposición de comprender las acciones humanas en el pasado desde la perspectiva de los agentes propios del tiempo” (Trepat, 1995: p. 301) es una de las habilidades específicas desarrolladas en el método de investigación histórica. A través de ésta, el adolescente toma parte como investigador y tiene utilidad en la vida cotidiana de los alumnos al identificar y explicar los cambios y permanencias de los acontecimientos estudiados en el presente.

Existe un debate sobre la definición de empatía, hay quienes como Díaz Barriga (1998) la interpretan como una disposición afectiva y una destreza de la imaginación en donde el sujeto se pone en el lugar del agente histórico. Por otro lado, están los que interpretan el concepto como una habilidad cognitiva, en donde la imaginación controlada es parte esencial de la interpretación de los hechos (Domínguez, 1986), esto con la finalidad de situarse a través del procesos de la "imaginación" en el lugar y/o personaje, por ejemplo, tratar de introducirse en la personalidad de Porfirio Díaz y comprender desde su postura cómo y por qué se comenzaron los cambios culturales y artísticos en la Ciudad de México durante la segunda mitad del siglo XIX, tratando de no juzgar desde la postura del historiador, si no del personaje y dar una explicación e interpretación sobre la influencia de los cambios políticos y sociales en la entrada de la modernidad. Esta postura es muy interesante porque puede llevarse a cabo y tener resultados exitosos, sin embargo necesita un sustento documental para poder entender el contexto en el que sucedió el hecho o acontecimiento histórico, de tal manera, que ambas definiciones pueden complementarse.

El conocimiento histórico en los alumnos de nivel medio superior, está ligado a la compresión y desarrollo de habilidades propias de la disciplina, que se construyen desde la interacción de conceptos cotidianos y científicos. El uso del método de investigación histórica, guiado por el docente es indispensable para la construcción de dichos conceptos (Domínguez, 1986). Los conceptos cotidianos se establecen a partir de la relación que existe entre lo que el alumno recibe en la escuela y cómo los asume en la vida actual.

La comprensión del pasado por el alumno no se puede limitar a un desarrollo lógico-operativo, pese a que es parte del proceso, la interpretación a través de analogías e imaginación tienen un papel destacado para comprender la Historia, pues siempre que se remite al pasado, se trazan paralelismos con el presente buscando similitudes y diferencias, por ejemplo, en una visita al Castillo de Chapultepec, se piensa: aquí estuvieron los niños héroes y ahora es un Museo, pero se toma en cuenta qué pasó, cómo fue el acontecimiento, y cómo cambió el lugar a ser lo que es en el presente, sin embargo, si no existe una guía u orientación se puede llegar a distorsionar el hecho y dar una interpretación superficial del acontecimiento y quedarse en el primer nivel del desarrollo de la empatía histórica, por ello los ejercicios para el desarrollo de los niveles de empatía histórica deben ser guiados y supervisados por el docente, que a su vez debe tener claro cuáles son sus objetivos con el desarrollo de esa habilidad.

La construcción del conocimiento histórico se puede desarrollar por medio de la empatía histórica a través de la atracción de los estudiantes a ciertos temas en específico por alguna relación afectiva, por identificación o por gustos. Esta postura de empatía puede tomarse como premisa para acercar a los estudiantes a la construcción del conocimiento histórico. (Carretero y Montanero, 2008). Retomando esta habilidad o procedimiento de la historia, en la estrategia didáctica propuesta en esta tesis se formaron grupos de aprendizaje cooperativo, en donde cada estudiante aportará sus conocimientos al equipo para llegar a la meta en común que será la elaboración de un video, al mismo tiempo que realizaron ejercicios tratando de imaginar ser personajes que vivieron o se encontraban dentro de un acontecimiento histórico, guiados y supervisados por el profesor para desarrollar empatía histórica de forma gradual.

Las actividades son enfocadas en favorecer el contraste entre el pasado y el presente usando dilemas empáticos, basados en posicionarse en el lugar del sujeto del pasado y tratar de comprender y el proceso o hecho histórico desde el análisis del contexto social y cultural (Trepat, 1995). Para lograrlo se analizaron fuentes primarias con la intención de desarrollar una explicación sobre los acontecimientos del pasado basados en el contexto, el proceso fue paulatino desde la lectura de fuentes hasta la construcción de una postura propia acerca del acontecimiento histórico.

La explicación histórica se establece a partir de cómo los alumnos entienden el concepto de Historia y construyen esta misma a través el uso del método de investigación, para dar una interpretación de los hechos y acontecimientos es por ello que es indispensable para el desarrollo de la empatía histórica. Es por esto que uno de los objetivos de la propuesta de enseñanza desarrollada en esta tesis, es que los alumnos construyan una explicación sobre un acontecimiento histórico para lograr un nivel cuatro de empatía.

5. Lo histórico desde el aprendizaje cooperativo.

Las actividades diseñadas por el docente deben sustentarse en el aprendizaje cooperativo como un método pedagógico, con una concepción de enseñanza que oriente y motive a aprender al alumno junto con los demás, es un modelo educativo que establece una dinámica de trabajo provechosa, al mismo tiempo que organiza el proceso de enseñanza en el salón de clases y propicia el trabajo digital en línea.

Es un método de “cómo enseñar a todos, todo”, respetando y tomando en consideración sus características y potencialidades, tanto en lo individual como en lo grupal. El aprendizaje cooperativo posibilita la verdadera participación de los alumnos en su proceso de construcción del conocimiento, privilegia las relaciones en el salón de clases y en la escuela, promoviendo la cooperación y la construcción del conocimiento se centra en los alumnos con la guía del docente.

Existen diversas técnicas para desarrollar el aprendizaje cooperativo, siendo una de las más aceptadas la formación de “grupos formales de aprendizaje” (Johnson y Johnson, 1999), en los que los estudiantes trabajen juntos durante una o varias horas a la semana para lograr objetivos comunes, asegurándose que los compañeros del grupo logren las tareas de aprendizaje asignadas, el trabajo se realizará de forma presencial y en línea.

Por tanto, en esta propuesta los equipos tienen que elegir un proyecto en el que se usa el método de investigación histórica y explicarlo desde la empatía histórica con la finalidad de desarrollar una postura sobre el acontecimiento estudiado. El aprendizaje cooperativo se aplica en las actividades realizadas a través del uso de las wiki, los alumnos construyen su conocimiento histórico por medio de la cooperación con otros y la plataforma será el punto de enlace, al apoyar el principio de estar abierta a cualquier cambio y registrar los datos de modificación, al mismo tiempo que todo el trabajo puede hacerse en línea y en constante cooperación.

6. Conclusión.

Como se describió a lo largo del presente escrito, para desarrollar empatía histórica es necesario que los alumnos se reconozcan dentro de su entorno social y cultural, así como los factores que marcan las diferencia entre el pasado y el presente y cómo las acciones del pasado influyen directamente en el presente del que forman parte; de esta forma se crea conciencia histórica al mismo tiempo que logran percibir e interpretar al tiempo como un movimiento constante que afecta a las acciones de los sujetos. Este momento es esencial pues retomando el concepto de Trepat (1995, p. 301) la empatía histórica se construye a partir de la comprensión de las acciones humanas del pasado desde la perspectiva del presente, por lo tanto este autoreconocimiento es el punto de partida que sustenta esta estrategia didáctica. Además que se conjuga con el uso de fuentes históricas para comprender las acciones de los sujetos del pasado, como parte del método de investigación histórica.

El aprendizaje cooperativo de igual forma sustenta el aprendizaje histórico al retomar la idea de los alumnos como seres sociales que construyen el conocimiento al compartirlo entre ellos mismos. Por tanto, el reconocimiento como agentes históricos y la construcción de conciencia histórica se establece dentro de un grupo en el que se comparten características sociales y culturales, lo que facilita este proceso al no quedarse como un conocimiento aislado dentro del aula, sino que se lleve a la vida cotidiana.

En síntesis, el valor que tiene la Historia en la sociedad se basa en la concepción de esta como una disciplina que estudia los hechos del pasado desde la causalidad y busca una explicación sobre su efecto en el presente. Igualmente, constituye una parte esencial en la vida del ser humano, ya que se sustenta en el desarrollo de una conciencia histórica generada a partir del reconocimiento del individuo dentro de una sociedad, así como sus diferencias y similitudes con otras, de esta manera uno se autoreconoce como elemento indispensable para la Historia, pues las acciones humanas tienen causas y consecuencias que se reflejarán en el presente y a su vez en la construcción del futuro. De ahí que debe revalorizarse la importancia de la Historia en los programas de estudio y su función como formadora de individuos.

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*Labora en el Colegio Superior para la Educación Integral Intercultural de Oaxaca (CSEIIO). Función: Asesor-Investigador. Perfil: Licenciatura en Informática, Maestro en Pedagogía de las Ciencias Sociales por el Instituto de Investigaciones Sociales y Humanas (IISH) y estudiante de Doctorado en Investigaciones Educativas por la misma institución. Especialidad en Educación Media Superior Línea I. Competencias docentes, por la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Email: zagato00@gmail.com.

Recibido: 06/06/2019 Aceptado: 13/09/2019 Publicado: Septiembre de 2019

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