Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


LA EDUCACIÓN EN VALORES DE LAS NUEVAS GENERACIONES EN EL CONTEXTO ESCOLAR

Autores e infomación del artículo

Laura Luis Bombino*

Evaristo Reinoso Porra**

Universidad de Sancti Spíritus. Cuba

Email: lauraluis@uniss.edu.cu.


Resumen: La educación en valores constituye un aspecto esencial a desarrollar en las más jóvenes generaciones desde las instituciones escolares con la figura del docente al frente del proceso pedagógico. Este constituye un tema de  gran interés en el ámbito educacional formando parte de  los currículos escolares de cada nivel educativo. El presente artículo aborda diversas concepciones sobre el término valor, sus clasificaciones, la preparación docente en ese sentido y peculiaridades de la educación en valores en las nuevas generaciones.
Palabras Claves: educación en valores, preparación docente, nuevas generaciones.

Abstract: Values ​​education is an essential aspect to develop in the youngest generations from school institutions with the figure of the teacher at the forefront of the pedagogical process. This constitutes a topic of great interest in the educational field forming part of the school curricula of each educational level. The present article deals with diverse conceptions about the term value, its classifications, the teacher preparation in that sense and peculiarities of education in values ​​in the new generations.

Keyword: education in values, teacher preparation, new generations


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Laura Luis Bombino y Evaristo Reinoso Porra (2019): “La educación en valores de las nuevas generaciones en el contexto escolar”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (julio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/07/educacion-nuevas-generaciones.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1907educacion-nuevas-generaciones


INTRODUCCIÓN

La sociedad constituye un espacio macro integrada por conjunto de personas que conviven y se relacionan entre sí, pero realmente es algo más.
Es en sociedad, como realidad objetiva, donde el hombre se desarrolla, interactúa y proyecta su subjetividad.  Su accionar va a estar mediado por todo lo bueno y digno que un ser humano puede poseer. Se hablaría entonces de los valores como único responsable de que el individuo exponga al medio conductas aceptadas socialmente.
El término de valores proviene del latín valere (fuerza, salud), se caracteriza por su complejidad y multilateralidad, pues incluye una relación entre la realidad objetiva y los componentes de la personalidad, lo que se expresa a través de conductas y comportamientos. Se jerarquizan según su importancia y significación y además son expresión de la cultura e historia de una nación.
Por tanto, es deber de toda sociedad formar valores en sus nuevos miembros, pues cultivarlos fomentaría la calidad humana tan necesaria para vivir en armonía.  Realmente esto constituye un problema pedagógico complejo que deviene un reto para los docentes como afianzadores de aquellos saberes provenientes del hogar. Aun así, muchas veces la familia no cumple con su función educativa y rompe con esta donde comienza la escuela; cuando debía ser un proceso multifactorial, o sea, influenciado por las diferentes áreas del desarrollo de un individuo: familia, escuela y comunidad.
Especialmente se centra la atención en el ámbito escolar, con el objetivo de explicar la preparación de los docentes del nivel educativo primario en la educación en valores de las nuevas generaciones.

DESARROLLO

El hecho de orientar a las nuevas generaciones e inculcar valores en los educandos desde edades tempranas resulta de gran importancia, pues estos contribuyen a la asimilación de experiencias sociales y todo un sistema de cualidades que les permite adquirir adecuados patrones de conductas.
Indudablemente los valores constituyen elementos reguladores en la esfera de actuación del sujeto; siempre y cuando sea un motivo para él, porque vale destacar que existe una realidad objetiva, pero también está presente la subjetividad, donde se incluyen las unidades psicológicas primarias (necesidades, intereses, motivos, actitudes) y las formaciones motivacionales complejas (concepción del mundo, autovaloración, motivación) lo que permite una orientación en las actividades de la vida cotidiana, respondiendo a su individualidad e interpretación de la realidad.
La preocupación por los valores ha estado presente en el transcurrir de la historia de la humanidad. No obstante, su estudio sistemático (Axiología), se inició en la segunda mitad del siglo XIX. Según Frondizi, R. (1977), el surgimiento de la Axiología implicó un importante descubrimiento en el campo filosófico: “distinguir entre el ser y el valer”. (Frondizi, R. 1977:21)
Se debe señalar que la axiología es la ciencia o rama de la filosofía que estudia la presencia, predominio y formación de los valores. Es un término que proviene del griego “axios” que significa valioso, estimable o digno de ser honrado.
Existen numerosas concepciones relacionadas con los valores, autores como López y García lo definen como “creencias, proyectos ideales que suponen la elección de determinadas opciones como deseables y apreciables. Las opciones que un sujeto o grupo realiza están en relación con una jerarquía de valores vinculada a la concepción del mundo que ese sujeto o grupo tiene.” (López, E. 1994:121).
Sobre el tema en cuestión  González, F. (1998) señaló: “A diferencia de otras formas de información aprendidas, los valores no se fijan por un proceso de comprensión, por lo tanto, no son una expresión directa de un discurso asimilado, sino el resultado de una experiencia individual, a partir de situaciones y contradicciones que la persona presenta en el proceso de socialización, del que se derivan necesidades que se convierte en valores a través de las formas individuales en que son asumidas y desarrolladas dentro del propio proceso”. (González Rey, F. 1998)
Al decir de Chacón, N. (1999), el paradigma humano que deseamos formar es la personalidad del joven sobre la base de una amplia cultura general, politecnica y laboral, formarlos en los valores patriotismo, unidad, justicia social, soberania. (Chacón, N. 1999)
El ideal de educar en valores es un proceso de preparar al ser humano para una vida completa y plena, es decir se busca el perfeccionamiento integral de las potencialidades del individuo, especificamente las humanas, partiendo desde un ámbito dinámico como: capacidades, influencias intelectuales, medios de comunicación, recursos didácticos, sin coaccionar por parte del educador y dejando la libre disposición del educando, es pretender lograr la inserción activa del individuo buscando o permitiéndole su plena realización en la familia, sociedad, escuela y cultura. (Pastora, A.M. y Barreto, S.L. 2003:34-35)
La labor formativa de la escuela primaria es importante porque a través de esta se orienta a las personas a un autoconocimiento y autorrealización. Además, sirven de guía para tomar una posición definida respecto a las costumbres sociales prevalecientes, potenciando a su vez el conocimiento y aceptación de los demás; dándole sentido y significado a la vida interna de la institución. (Angulo Camacho, M. 2006:42).
Según Hernández Alegría, A y otros (2007) “La educación en valores es un proceso complejo y contradictorio de carácter social, en el que intervienen diversos factores, familia, escuela, institución, organizaciones, entre otros. Está dirigido a la transmisión y asimilación de valores sociales (como expresión de tendencias progresivas que orienten la actuación de los individuos)”. (Hernández Alegría, A. 2007: 5)
Por otra parte, Carreras, L. y otros (2009) afirman que el término “valor”, está relacionado con la propia existencia de la persona, afecta a su conducta, configura y moldea sus ideas y condiciona sus sentimientos. Se trata de algo cambiante, dinámico, que, en apariencia, hemos elegido libremente entre diversas alternativas. Depende, sin embargo, en buena medida, de lo interiorizado a lo largo del proceso de socialización y, por consiguiente, de ideas y actitudes que reproducimos a partir de las diversas instancias socializadoras. (Carreras, L. 2009: 20)
Éstos pueden clasificarse en biológicos, políticos, económicos, estéticos, históricos, tecnológicos, sociales, científicos, religiosos, éticos o morales, etc. Ente los valores principales se encuentran: la dignidad, honestidad, honradez, responsabilidad, compromiso, justicia, laboriosidad, disciplina, integridad, solidaridad, patriotismo, humanismo, y otros. Precisamente se debe insistir en la educación de los mismos desde edades tempranas, pues resulta de gran relevancia para la formación y desarrollo de la personalidad, tomando en consideración que las experiencias infantiles son determinantes en la consolidación de esta estructura.
En su trabajo de fin de grado en educación primaria la autora Ochoa, A. (2014) hace referencia a que el valor es una cualidad real o ideal, deseada o deseable, cuya fuerza estimativa orienta la vida humana. (Ochoa León, A. 2014:14)
La formación de valores es un proceso lento, complejo donde se hace imprescindible definir donde vamos a incidir que objetivos perseguimos y cómo vamos a lograrlo. La escuela juega un papel trascedente en la formación de las generaciones, ella realiza la labor de instruir y educar, ella prepara al hombre para la vida. Los valores son normas, ideales y principios de acción que constituyen un medio de orientación y regulación de la actividad humana como expresión del reflejo valorativo de la realidad. (Bastos Caetano, E. 2017:7)
La autora coincide con las afirmaciones anteriores en lo referente a la necesidad de educar en valores desde edades tempranas como elemento decisivo en la formación y establecimiento de las estructuras de personalidad; se trata de formar hombres de bien, hijos de su tiempo y de su historia, que con sus acciones enaltezcan la raza humana.
La educación en valores tiene lugar en múltiples escenarios: la familia, la escuela, la comunidad. La formación de las nuevas generaciones recae con mayor intensidad en la escuela y la familia. Esta ha de ser una tarea compartida, continuada y coordinada entre los diferentes agentes educativos en los que se desarrolla el educando, solo así se puede alcanzar el ideal de hombre al que se aspira.
La calidad de esa educación está determinada por el grado de cohesión que pueda existir entre las áreas de desarrollo del sujeto. No obstante, la atención de la autora se dirige específicamente al contexto escolar con la figura del docente como director del proceso.
La situación crítica de nuestro país en cuanto a pérdida de valores, exige a los docentes el desarrollo de acciones orientadas a recobrar esos valores perdidos, pues estos son considerados como principios y pilares que sustentan las relaciones humanas. Es por ello que desde el inicio escolar se hace necesario involucrar a los educandos a modo de que puedan apropiarse de conductas socialmente aceptadas que le permitan funcionar adecuadamente en sociedad.
Como se ha mencionado anteriormente las primeras edades son fundamentales para el desarrollo de los valores, permitiendo a su vez el desarrollo pleno como personas. Resulta importante en el ámbito escolar fomentar e inculcar valores como: la responsabilidad, la cooperación, la autoestima y la tolerancia. Todos ellos en su conjunto permitirán crear un hombre capaz de aceptarse a sí mismo, generoso, honrado, respetuoso, que fomente el trabajo en equipo y que prefiera el bien común sobre el individual.También valdría incluir dentro de estos valores deseables para la formación de las nuevas generaciones, el humanismo, la solidaridad, la justicia, el patriotismo, así como la laboriosidad.
Es cierto que el docente en la actualidad se enfrenta a una crisis de valores dentro del aula. Los educandos vienen deformados desde la propia familia, célula fundamental que lamentablemente no cumple con todas sus funciones, dejando para el docente la peor parte; o sea,  recuperar o instaurar aquellos valores que establecen el nexo insoslayable entre escuela y sociedad.
Debido a esta realidad la escuela cubana debe reforzar su labor, asumiendo un enfoque más integral, promoviendo la disciplina del educando desde edades tempranas a modo de crear una actitud consciente y consecuente en la vida.  Es por ello que los docentes tienen que ser celosos evaluadores de la disciplina, de las reglas y normas, de la moral y las responsabilidades de cada uno de ellos. Es decir, la escuela se convierte en la institución social que mayor responsabilidad adquiere, ya que es la encargada de diseñar estrategias que coloquen al docente como trasmisor de conocimientos, además de que y lo sitúa en la difícil tarea de incorporar a la familia y a otros factores de la comunidad en la formación integral de los educandos.
Educar en valores no significa imponer, sino más bien proponer, mostrar diferentes caminos y opciones y ayudar para que cada uno vea cuales son los mejores para él. Educar es ayudar a desarrollar la capacidad de elección. La educación en valores ha de favorecer el desarrollo del pensamiento, la capacidad de análisis crítico, y al mismo tiempo la afectividad.
Los docentes, son los encargados de dirigir el proceso de formación y modificación de determinados valores. Su tarea básica es la de forjar en las generaciones más jóvenes aquellos valores que los lleven a actuar con sentido humano profundo.
En su labor cotidiana, deben planificar espacios dedicados a la formación de valores sirviéndose de su inteligencia, creatividad, cultura e ideología.  Su actividad en ese sentido se centra en preparar al educando para una vida estable, asertiva y madura que permita el desarrollo de las actividades diarias.  Tal formación no debe resumirse solo a la clase, también debe hacerse extensiva a la actividad extra clase asumiendo así un carácter ecológico.
Afortunadamente, además de los métodos que pueda emplear el docente para una adecuada comprensión de los valores existen también medios de enseñanza muy novedosos facilitados por la revolución, que contribuyen a la iluminación del conocimiento. Es decir, la escuela cuenta con múltiples alternativas para facilitar que los educandos interioricen e incorporen los valores, siempre y cuando logren motivarlos, solo así tendrán un sentido y formarán parte de ellos.
Según Cánovas, L, Chávez, J, Rico, P, Silvestre, M y col. (2002): Los educadores no deben perder la oportunidad de utilizar todas las formas y posibilidades de activación de las mentes y de los corazones de sus almnos como son: las conversaciones individuales y colectivas; el debate grupal, donde tengan que fundamentar y defender sus puntos de vista y decisiones; la realización de tareas que respondan a un objetivo común; de trazar metas alcanzables a veces con un poco más de esfuerzo para algunos; de valorar y analizar en el momento oportuno el por qué y para qué se efectúan las diferentes actividades, qué obtuvo éxito y qué no, y ser capaces de tomar a tiempo las medidas oportunas.( Cánovas, L, Chávez, J, Rico, P, Silvestre, M y col. 2002)
Es cierto que el docente juega un papel esencial, pues además de la metodología que pueda emplear para favorecer el aprendizaje de los educandos, también debe considerar y propiciar otros aspectos como el ambiente, la voluntad, el interés, la participación y la afectividad. Además, para lograr esta empresa debe conocer al educando; dígase estructuras internas de la personalidad, actitudes, proyectos de vida y el ambiente en que se desarrolla con el fin de diseñar un modelo ideal de educación.
Un aspecto fundamental, que debe tener presente el maestro en la educación de sus alumnos y en la formación de valores, como núcleo que oriente la conducta, y consecuentemente determine sus actitudes es el de ser capaz en cada contenido que exponga, el tratar de dar la suficiente información para que cada estudiante logre el conocimiento de este, de una manera lo más objetiva posible y sobre todo estableciendo las relaciones en cada caso de ese contenido con la vida, pero no en abstracto, sino en correspondencia directa con lo que vive a diario; solo así tendrá significación y valor para sí. (Cánovas, L, Chávez, J, Rico, P, Silvestre, M y col. 2002)
Lo anteriormente expuesto constituyen elementos importantes para llevar a adelante un proceso pedagógico instructivo, formativo y desarrollador. En ese sentido la preparación que pueda tener el docente como mediador de ese proceso intencionado es vital, pues sus conocimientos, habilidades, creatividad, dinamismo y subjetividad determinarán en gran medida la comprensión de la importancia de los valores para la sociedad y el propio hombre.
Los criterios anteriores se corroboran con los argumentos de Latapí cuando dice que “el docente es pieza clave en el aspecto formativo de los educandos, “…dentro de la escuela el maestro destaca como el factor fundamental para la formación en el orden moral y de los valores… porque…encarna los valores deseables, sirve de “ejemplo” y se convierte en paradigma de identificación. (Latapí Sarre, P. 2003:97)
La formación de los profesores habría de centrarse, primero, en la maduración del docente como persona. Y después, cuando una adecuada madurez fundamental lo pueda permitir, formar al docente como experto en relaciones interpersonales, en el marco de una comunicación didáctica. De ese modo existirá mayor probabilidad de que el profesor pueda transmitir aquello que está siendo conquistado antes en sí mismo. (Herrán Gascón, A. 1998:414)
Por otra parte, autores como Néstor, L. y Riani, R. (1999) insisten en que es necesario que el educador sea poseedor de una ideología propia con matices personales que, aunque heredada pueda ser modificada, internalizada, desdogmatizada y dinamizada con caracteres propios. Una ideología que sea la expresión viva y constante del espíritu (del psiquismo total) del individuo (Néstor, L. y Riani, R. 1999)
En el proceso de formación de maestros (…)  se trabaja por la interiorización de valores a través de diferentes vías, entre las que se encuentra el trabajo con las diferentes disciplinas del plan de estudio. También a través de toda la práctica laboral investigativa en contacto directo con el educando y el ambiente del escolar, se van logrando entre los futuros profesores una serie de valores positivos como por ejemplo el amor y respeto a los alumnos, su profesión y el medio que lo rodea; aprende a ser estudioso, a resolver los problemas mediante la investigación, encontrando alternativas de solución; aprende también a ser optimista, observador, a trabajar en grupo, estableciendo relaciones correctas en el orden profesional. (Cánovas, L, Chávez, J, Rico, P, Silvestre, M y col. 2002)
En la clase el docente suele identificar educandos con características diversas, formaciones deficientes y en muchas ocasiones negativas que provienen del hogar, la comunidad. De manera que esto constituye un estímulo para el profesional de la educación a la hora de prepararse; quien además debe proyectar sus conocimientos y estrategias educativas en función de las peculiaridades que posea el educando a modo de lograr transformar la falta.
Es importante destacar que el proceso pedagógico no solo debe centrarse en la exposición de conceptos, pues para lograr una mejor interiorización de los valores se debe vincular lo teórico con elementos prácticos, donde se le ejemplifique de forma clara y precisa la realidad objetiva. También este proceso debe incluir elementos motivadores y novedosos que capten la atención de los educandos.
Atendiendo a lo señalado por la autora, la educación en valores emerge como una necesidad de enseñar al individuo a comportarse como hombre en una sociedad demandante, siempre cambiante y dinámica. En el caso de la escuela se ha de insistir en la especial atención que requiere por parte de los docentes, pues se trata de buscar los recursos ideales para la transmisión de conocimientos tomando siempre en consideración la individualidad del educando.

CONCLUSIONES

  1. Los   valores constituyen una categoría compleja y multilateral, expresión de la cultura y la historia donde existe una relación entre la realidad objetiva y los componentes de la personalidad (realidad subjetiva). Se manifiestan a través de la conducta.
  2. La educación en valores es un proceso complejo y contradictorio, fundamentado y enmarcado por los valores, que a su vez forma parte de un proceso más amplio (formación de la personalidad). Es multifactorial e incluye componentes cognitivos, afectivos y conductuales.
  3. La escuela primaria es la institución donde se consolida lo aprendido en el hogar y donde el docente constituye elemento indispensable para instruir y educar en valores.
  4. La preparación del docente de manera general, así como sus conocimientos, habilidades, creatividad, dinamismo y subjetividad, determinarán en gran medida la asimilación de los valores por parte de los educandos.

BIBLIOGRAFÍA

Angulo Camacho, M. (2006). La formación de los valores en la escuela primaria: el sentido humano de la educación. Tesis presentada en opción al grado de maestría en Docencia e Innovación Educativa. (PP.42) La Paz, Baja California Sur. Universidad Pedagógica Nacional.
Bastos Caetano, E. (2017). La educación en el valor solidaridad a escolares de tercer grado. Trabajo de diploma en opción al título de licenciado en educación. Sancti-Spíritus. Facultad ciencias pedagógicas. Universidad José Martí.
Cánovas, L, Chávez, J, Rico, P, Silvestre, M y col. (2002) Compendio de Pedagogia.
Carreras, Ll. y otros. (2009). Cómo educar en valores. Materiales, textos, recursos, técnicas. (pp.20) Madrid: Nárcea.
Chacón, N. (1999). Formación de valores morales. PROMET. México.
Frondizi, R. (1977). ¿Qué son los valores? Introducción a la Axiología. (1ª ed. 1968). (pp.21) México: Fondo de Cultura Económica.
González Rey, F. (1998). Los valores y su significación en el desarrollo de la persona. Revista “Temas”. La Habana.
Hernández Alegría, A., Guevara Calancha, M. y Remedios González, J. M. (2007). Formación de valores en Secundaria Básica desde la clase. Exigencias teóricas y metodológicas. (pp.5) La Habana, Cuba: Editorial Academia.
Herrán Gascón, A. de la (1998). La conciencia humana. (pp.414) Madrid: San Pablo.
Latipí Sarre, Pablo. (2003). El debate sobre los valores en la escuela mexicana. (pp.97) México. Fondo de Cultura Económica
López, E y García, D. (1994). Aproximación al tema de los valores en LOGSE. Revista complutense de educación, (pp 121-133).
Néstor, L. y Riani, R. (1999). Axiología Educativa. Una visión nacional. México: Plaza y Valdés.
Ochoa León, A. (2014). Educar en valores en educación primaria. Trabajo de fin de grado en educación primaria. (pp.14) Universidad de La Rioja. Facultad de letras y educación.
Pastora, A.M. y Barreto, S.L. (2003). Vivir los valores desde el preescolar: una necesidad. Trabajo de grado para optar por el titulo de licenciadas en preescolar. (pp.34-35) Universidad de la Sabana. Facultad de Educación.

*lauraluis@uniss.edu.cu. Hogar Materno Municipal de Sancti Spíritus. Psicóloga.
** ereinoso@uniss.educu. Universidad de Sancti Spíritus. Profesor titular.

Recibido: 11/04/2019 Aceptado: 09/07/2019 Publicado: Julio de 2019

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