Diego Velázquez Barroso*
Juan Carlos Hernández Martín**
Centro Universitario Municipal de Consolación del Sur, Cuba
jcarlos63@ur.edu.cu
Resumen
    El  presente artículo hace un esbozo sobre la labor de José Martí respecto a la  pedagogía y al sistema educativo cubano del siglo XIX. Para ello se hace en  consideración acerca del quehacer martiano en diferentes etapas de su vida en  la sociedad que le tocó vivir y sus proyecciones futuras ara Cuba y América. Se  expone reincidentemente, el interés de Martí en la formación de un hombre nuevo  con preparación integral, humanista, de crecimiento espiritual continuo en  correspondencia con las necesidades objetivas de la sociedad. Igualmente se  muestran acciones concretas de cómo el pensamiento educativo martiano ha sido  implementado en la educación cubana a partir de 1959, insertándose en distintos  programas de estudio y modelos educativos. Se expresan además consideraciones respecto  a las concepciones de Martí sobre la educación a lo largo de la vida, la  formación de valores y los modos de actuación como ejemplo para las nuevas  generaciones, su preocupación por el uso de métodos de enseñanza novedosos y  productivos, su amplia visión en educar no solo a los hombres en particular  sino a los pueblos en general, asegurando el camino de la emancipación, la  defensa de los derechos humanos, la justicia social. Se argumentan las ideas de  considerar a Martí como un educador social, personalidad ejemplar, comunicador  competente, que logró con pensamiento y acción producir transformaciones para  la formación y consolidación de una nueva cultura y pedagogía cubana. Se  sustentan muchas de las ideas expuestas con palabras y conceptos textuales de  la obra martiana.
    Palabras claves:  educador social, vigencia martiana, pensamiento educativo, pedagogía cubana,  comunicador competente.
    Abstract
    The present article makes a sketch on José's work  Martí regarding the pedagogy and to the system educational Cuban of the XIX  century. For it is made it in consideration about the chore martiano in  different stages of their life in the society that he/she played him to live  and their future projections plow Cuba and America. It is exposed recurrently,  the interest of Martí in the formation of a new man with integral, humanist  preparation, of continuous spiritual growth in correspondence with the  objective necessities of the society. Equally concrete actions are shown the  thought educational martiano has been implemented in the Cuban education  starting from 1959 of how, being inserted in different study programs and  educational models. They are also expressed considerations regarding the  conceptions of Martí on the education along the life, the formation of values  and the performance ways like example for the new generations, their concern  for the use of novel and productive teaching methods, their wide vision in not  educating alone to the men in particular but to the towns in general, assuring  the one on the way to the emancipation, the defense of the human rights, the  social justice. The ideas are argued of considering Martí like a social  educator, exemplary personality, competent comunicador that achieved with  thought and action to produce transformations for the formation and  consolidation of a new culture and Cuban pedagogy. Many of the exposed ideas  are sustained with words and textual concepts of the work martiana.
    Key words: social educator, validity martiana,  educational thought, Cuban pedagogy, competent comunicador.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Diego Velázquez Barroso y Juan Carlos Hernández Martín  (2019): “Consideraciones sobre el pensamiento educativo martiano”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (marzo 2019). En línea: 
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/03/pensamiento-educativo-martiano.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1903pensamiento-educativo-martiano
Introducción
  La  historia de los pueblos ha contado siempre con numerosas figuras por su  pensamiento político, filosófico, ideológico y demás ramas del saber. Muchos  han trascendido en el tiempo por la validez de sus ideas y las proyecciones  claras y justas a favor de la humanidad. Ese es el caso de José Martí quien su  lucha permanente la tuvo dirigida a la defensa de la emancipación del hombre,  su libertad y sus derechos. Luchó también a preparar los hombres para la vida,  por su crecimiento espiritual; proyectó sus ideas en beneficio de la  preparación de la humanidad, promoviendo así cambios en los sistemas políticos  que conllevaron implícitamente a cambios educativos. Acerca de dicho  pensamiento se hacen ciertas consideraciones en el presente trabajo, valorando  además su contribución a la educación cubana, latinoamericana y universal.
  Desarrollo
  La  pedagogía cubana, heredera de la historia y la cultura nacionales tiene entre  sus principales fundamentos, la concepción humanista y filosófica del  pensamiento martiano, como componente esencial de la ideología de la Revolución.  El estudio minucioso de las diferentes etapas de la vida de José Martí, su  quehacer cotidiano en la lucha por la justicia y la equidad social, así como su  labor como periodista y escritor de todos los tiempos, evidencia de manera  continua y sistemática su proyección educativa en defensa de una pedagogía  encaminada al crecimiento espiritual y humano de distintas generaciones.
  En miradas  reflexivas a la vida de este Héroe de la República de Cuba se aprecia un Martí  niño inteligente, motivado por la lectura, el saber y el acercamiento a sus  maestros y al estudio. De 1875-1883 insiste en la educación escolarizada, en  teorías fundamentales de la enseñanza: instrucción y educación, en la educación  familiar, cuestiones que deslumbran en él un sentir universal. Hacia 1889  continúa profundizando en ese tipo de educación con énfasis en Latinoamérica.  Ya piensa en buscar un nuevo hombre para nuestra América. Refiere una  alternativa funcional para las escuelas rurales dispersas en las cuales,  señala, que no se debe explicar en los campos como se hace en un aula con  pizarrón. Hablar sobre el arado, la tierra, según las circunstancias. Asume una  dimensión latinoamericanista.
  De  1883 a 1895 consolida su pensamiento educativo, aparece La edad de Oro como  alternativa educativa de educación a distancia, como elemento formativo  importante. Se amplía la educación familiar para los obreros. Su pensamiento se  torna más coherente y enriquecedor.
  En  toda la obra martiana está ligado el pensamiento educativo martiano a su  pensamiento político. Hay que leer, releer, buscar, encontrar su pensamiento,  su pedagogía, su teoría educativa. Indagando sobre ello se descubren las  regularidades fundamentales de su obra: la educación, el derecho y el deber, la  educación y la sociedad interrelacionados, la educación y la época como  necesidad de cambio; la educación y la libertad, la educación y la  autoeducación, la educación de lo afectivo y lo cognitivo. No hay en martí  separación entre pensamiento y sentimiento, entre pensamiento y acción.
  Las  acciones fundamentales de toda su actuación se relacionan, además, con la  unidad de la teoría y la práctica, del estudio y el trabajo, del aprendizaje y  el descubrimiento, de la enseñanza y la educación. Así se evidencia en  expresiones como: “los niños saben más de lo que parecen…”, “…”lo importante es  que el niño quiera saber”, haciendo énfasis en la importancia de la motivación;  o cuando afirma “no se sabe bien sino lo que se descubre”.
  La  escuela cubana actual implementa la vigencia del ideario martiano en todo el  sistema nacional de educación. Teniendo como premisas el asalto al Cuartel  Moncada y su programa. Martí se convierte en su autor intelectual, pues a partir  de ahí se materializan transformaciones en el proyecto educativo de la  Revolución, encontrándose entre ellas: 
Reclamó así la necesidad de luchar contra  la escolástica, métodos arcaicos, envejecidos, tradicionales y favorecer la  búsqueda y aplicación de nuevos conocimientos, otras formas y vías que  conllevaran al uso de los más avanzado de la ciencia y la técnica para su  tiempo,. principio filosófico que hoy se mantiene vigente en todo el sistema  educativo cubano. 
  La figura de Martí está muy cerca del sentir de  los pueblos, mantiene su contemporaneidad. Al caer en Dos Ríos su pensamiento  queda como asignatura pendiente y continua, la cual va pasando de generación en  generación, de mano en mano hasta llegar al legado de la Revolución Cubana, Su  ideario es cimiento de la estrategia fundamental de la educación en Cuba; es  también eslabón fundamental en la defensa constante por la cultura de los  pueblos latinoamericanos, proyectada en proponerse nuevos retos, en cultivar la  inteligencia, en producir cambios en los sistemas educativos (“como quien  vuelve al revés de una vaina de espada, se ha de cambiar de lleno todo el  sistema transitorio…”). Defensor de la cultura, afirmó: “ser cultos para ser  libres”.
  La  trascendencia de su obra y su pensamiento están presentes en el sistema  educativo cubano de estos tiempos por su carácter científico, natural, integral,  desarrollador, práctico, útil para la vida “educar es depositar en cada hombre  toda la obra humana que le ha antecedido…”. Abogó por la enseñanza científica  (“y en los campos y ciudades urge sustituir la pluma por la azada…”), (“pensamos  que no hay mejor sistema de educación que aquel que prepara al niño a aprender  por sí…”), o cuando refiere “quien quiera pueblo, ha de enseñar a los hombres a  crear”, ratificando la creatividad como un derecho de todos los hombres  (“puesto que a vivir viene el hombre, la educación ha de prepararlo para la  vida. En las escuelas se ha de aprender el manejo de las fuerzas con que en la  vida se ha de luchar”).
  En  su permanente empeño por la educación, Martí destacó el papel de la cultura en  la preparación integral del hombre y con insistencia daba nuevas metas a las  escuelas: “la escuela debe ser sabrosa y útil” y sentenció “el pueblo más feliz  es el que tenga mejor educado a sus hijos en la instrucción de su pensamiento y  en la educación de sus sentimientos”. Las escuelas han de proyectarse, en ese  sentido, en una concepción útil y práctica respecto al trabajo, a la  laboriosidad y valorar los resultados de cuánto hace cada  persona (“el hombre crece con el trabajo que  sale de sus manos”). Asimismo insistió en el sentido patriótico de la educación  (“la patria es la suma de amores todos, que sin ella son como una flor de aroma  que se va todo al viento”, “Patria es la novia por quien se rinde alegre la  fortuna del mundo y la vida”. Para Martí el patriotismo es amor, fe en el  mejoramiento humano, en la vida futura, en el cultivo de las virtudes, en los  hombres vestidos de pluma.
  La  figura de Martí como educador social es un paradigma  que ejerce influencias positivas sobre los  individuos y su comportamiento social. Su ejemplo contribuye a la adquisición  de conocimientos y habilidades, a la formación de convicciones y valores, a la  consolidación de la sociedad educativa. Su legado pedagógico trasciende a las  masas propiciando la universalización de la educación, la justicia social y la  formación de principios éticos, morales, políticos, ideológicos entre otros. En  síntesis, su labor como educador social reúne como rasgos esenciales:
Cada  palabra, cada obra de Martí es una enseñanza en las disimiles áreas del saber.  No utilizó aulas y escuelas específicas, educó desde las tribunas, desde sus  trincheras de lucha que son hoy trincheras de ideas. No enseñó a pocos, enseñó  a pueblos enteros. No se enmarcó en años, en épocas o en siglos, trasciende  eternamente de generación en generación como un educador social excepcional. Sus  obras así lo demuestran.
  Conclusiones.
  El pensamiento educativo cubano se ha nutrido  de destacadas figuras que a lo largo de la historia se ha destacado por valiosos  aportes a la formación de una cultura general, humanista, científica, de  crecimiento espiritual a favor del desarrollo social de los pueblos. Muchos han  sido los pedagogos cuyas proyecciones trascienden su época y sirven de pilares  filosóficos y estéticos para la formación de las nuevas generaciones. Lugar  privilegiado en estos senderos merece el pensamiento educativo y pedagógico de  José Martí.
  Martí como precursor de su tiempo avizoró las  principales necesidades que la sociedad cubana debía transformar, proyectó la  concepción de un hombre nuevo, como centro de las transformaciones que debían  realizarse, formando verdaderos patriotas, con nuevos conceptos acerca de la  vida, los valores humanos, los métodos de enseñanza, el valor de las virtudes,  la introducción de la ciencia y la técnica, la importancia del ejemplo, entre  otros que hoy constituyen objetivos priorizados en todos los programas  formativos de Cuba y otros países de América Latina, de ahí el valor universal  que alcanza e irradia el pensamiento pedagógico y educativo, quien fue también  un comunicador eficiente.
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