Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


LA INTEGRACIÓN DE LA FORMACIÓN INICIAL DEL DOCENTE CON LOS AGENTES Y PROCESOS FORMATIVOS

Autores e infomación del artículo

Yusmil Carmenates Romero*

Ermis González Pérez **

Universidad de Las Tunas (ULT), Cuba

yusmilcr@ult.edu.cu


SÍNTESIS

La investigación está relacionada con el proceso de formación inicial  del profesor en el contexto de la Unidad Docente, a partir de las insuficiencias que se presentan en la práctica pedagógica. En la misma revelar elementos  sobre el papel de la escuela en la integración del proceso de formación inicial del docente con los procesos y agentes formativos en la Unidad Docente y el análisis de fuentes bibliográficas. Se ofrece un modelo pedagógico, que llevan a considerar que la integración de la formación inicial con los procesos y agentes formativos en el contexto de la unidad docente, encuentran su esencia en el  carácter cooperado–integrador, lo que constituye el núcleo  del modelo como aporte fundamental en la investigación. Los datos e informaciones obtenidas de los métodos investigativos utilizados, posibilitaron ofrecer valoraciones y resultados cualitativos en el proceso de formación inicial  del docente en el contexto de la Unidad Docente.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Yusmil Carmenates Romero y Ermis González Pérez (2019): “La integración de la formación inicial del docente con los agentes y procesos formativos”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (marzo 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/03/formacion-inicial-docente.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1903formacion-inicial-docente


INTRODUCCIÓN
La historia de los sistemas educacionales revela que su desarrollo está condicionado por un proceso de transformaciones socio – históricas que ocurren en los diferentes períodos ontogénicos para dar respuesta a las exigencias sociales. Cuba, inmersa en este proceso, tiene la experiencia de transitar por cambios en la concepción de dirigir el proceso formativo en los distintos niveles educacionales.
Una de estas transformaciones es la universalización de la Educación Superior, con la cual se  garantiza a todos los jóvenes cubanos la igualdad de oportunidades y posibilidades de realizar estudios universitarios desde sus propios municipios.
Llevar los estudios universitarios a cada territorio permite que el estudiante se forme desde el propio contexto en que luego ejercerá su profesión y en este proceso interactúa con sus futuros compañeros de trabajo, que en algunos casos son sus propios profesores o tutores en su formación inicial como docentes, que al mismo tiempo salen beneficiados en tanto deben profundizar y actualizar sus conocimientos en determinadas ramas del saber para cumplir cabalmente esas funciones.
La política del Partido Comunista de Cuba (PCC), trazada en la Tesis y Resoluciones del Primer Congreso del PCC, define que: “La finalidad es formar las nuevas generaciones y a todo el pueblo en la concepción científica del mundo; es decir, la del materialismo dialéctico e histórico: desarrollar en toda su plenitud humana las capacidades intelectuales, físicas y espirituales del individuo y fomentar en él, elevados sentimientos y gustos estéticos; convertir los principios ideo – políticos y morales en convicciones personales y hábitos de conducta diarios” (Tesis y Resoluciones, del I Congreso del PCC, 1976)
También se plantean los principales resultados del desarrollo económico, social, referidos a la educación.  Se insiste en que el objetivo fundamental es la formación multilateral y armónica de la personalidad comunista de las nuevas generaciones y que deberá garantizarse la formación de los especialistas necesarios para el desarrollo científico-técnico y cultural del país para seguir elevando la calidad de la educación; lograr un mayor nivel de preparación de maestros y profesores, además de propiciar adecuadamente las investigaciones fundamentales; por lo que será necesario continuar realizando todos los esfuerzos posibles.
La formación del docente es prioridad del Estado y desde los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución se puntualiza, en el artículo 146, se requiere formar con calidad el personal docente que se precisa en cada provincia y municipio, para dar respuesta a las necesidades de los centros educativos de los diferentes niveles de enseñanza, aspecto a lograr mediante la Universalización de la Educación Superior Pedagógica, que es el método por excelencia de la formación universitaria de profesores en Cuba, donde se  concreta la práctica profesional en la escuela como microuniversidad, un  contexto fundamental del modelo y a la vez de vital importancia para complementar la formación inicial del docente,  ya que en ella se integran todos los componentes y procesos de la formación, lo que ha significado un replanteamiento de su concepción y funciones.
La política educacional cubana en estas circunstancias orienta las soluciones para reafirmar la educación como un derecho universal, cada vez más incluyente y equitativo. En la materialización de esta justa aspiración surge en el año 2002 la universalización de la educación superior como concreción práctica, de las ideas renovadoras de Ernesto Che Guevara; al enunciar una universidad para todos, independiente de razas o clase social. Es además, la aplicación de la concepción de justicia social enarbolada por Fidel Castro Ruz, al permitir igualdad de oportunidades de todos los cubanos a  acceder a un título universitario.
La formación de docentes en condiciones de universalización de universalización de la Educación Superior, constituye una transformación revolucionaria, con la misma aparecen nuevos conceptos, entre los que se destacan los de: Centro Universitario Municipal, profesor universitario a tiempo parcial, tutor y Unidad Docente, como contexto donde el docente en formación inicial realiza su práctica laboral-investigativa con el objetivo de: elevar la calidad de la formación, de manera que puedan dar respuesta a las crecientes necesidades y perspectivas del desarrollo económico y social del país, además se perfeccionan las concepciones del proceso de enseñanza-aprendizaje. La escuela se convierte en una pequeña universidad, capaz de formar al profesional que se necesita a partir de sus características y a los recursos de que dispone.
De esta forma es el proceso de la universalización de la Educación Superior, es valorado como “… la transformación más estratégica de todas las emprendidas en el sistema educacional”. (R. Forneiro, 2007:4)
La introducción del nuevo modelo pedagógico para la formación de docentes condujo a la constitución de la sede pedagógica municipal: institución académica que, en el municipio, concreta el cumplimiento de las funciones de las Universidades.
De acuerdo con las exigencias planteadas por la sociedad cubana, el sistema educacional se traza como prioridad “Elevar la calidad de la formación inicial de los profesionales de la Educación (…) y a la vez consolidar la superación sistemática de los docentes en ejercicio, todo ello logrado en el marco del perfeccionamiento de la universalización de la educación superior” (E. Velásquez; 2010: 9)
La literatura científica revela estudios referidos al proceso de formación de docentes entre los cuales se encuentran los realizados por autores cubanos como: (I. Parra, 2002), (V. Cortina, 2005), (R. Forneiro, 2005, 2007), (A. Macías, 2005), (P. Horruitiner, , 2006), (M. Carballo, 2008), (J. Vela, 2008), (E. González, 2009, 2013 y 2014), (M. Alonso, 2010), (Z. Ávila, 2011), (R. González, 2013 y 14), (M. Mulet, 2014), los mismos profundizaron en el estudio de la concepción general del modelo de formación permanente del licenciado en educación, el diagnóstico pedagógico, la integración de los componentes formativos, las relaciones de tutoría, la superación sistemática de los docentes en el funcionamiento de la escuela como microuniversidad y La formación y autoformación permanente del maestro primario desde la microuniversidad.
En el ámbito internacional la literatura científica revela estudios referidos al proceso de formación de docentes entre los cuales se encuentran los realizados por algunos autores como: (B. Ávalos, 1997 al 2002), (C. Marcelo, 2002), (C. Pérez, 2003), (A. Castro, 2003), (J. A. Sánchez, 2007), (R. Mercado, 2010), (G. Obando, 2014) y (R. Calle, 2015), los cuales trabajaron en lo referido a la formación inicial y permanente de los educadores, en la calidad una formación inicial de docentes basada en competencias, en los procesos de reflexión colectiva durante la práctica pre-profesional en la formación de profesores en Ecuador, en la Formación de docentes para la construcción de saberes sociales, formación inicial para la docencia universitaria y en la actualidad de la formación inicial de docentes en México.
Como se aprecia, tanto en Cuba como en otras latitudes se alude la formación inicial del docente desde diversas perspectivas, sin embargo les falta profundidad al argumentar, desde la ciencia, cómo se manifiestan las relaciones que se dan entre los procesos formativos que acontecen en la realización de las actividades de la práctica pre-profesional en función de garantizar la adecuada formación integral del docente, que en el caso de nuestro país ocurre en las Unidades Docentes.
“Constituye un requisito para que la escuela cumpla sus funciones como Unidad Docente: lograr que esta se inserte coherentemente en la concepción pedagógica general de la formación docente, en estrecha relación con las Universidades y los Centros Universitarios Municipales, así como con las instancias que dirigen las enseñanzas, donde se establecen los vínculos más directos entre la formación académica y la laboral-investigativa”. (MINED, 2010: 12)
DESARROLLO
La importancia de la formación de los profesionales del magisterio cubano actual, hace que la misión de la Universidad, se dimensione, provocando que estos tengan que perfeccionarse continuamente para lograr que sus egresados sean cada vez mejores. La búsqueda constante de vías que contribuyan a desarrollar conocimientos, capacidades, hábitos, habilidades, valores, y modos de actuación profesional, es un objetivo primordial del trabajo de estos centros.
La Universidad tiene la responsabilidad de formar los profesores, tiene la responsabilidad de superar a los profesores, tiene la responsabilidad de perfeccionar el sistema, incluso, de investigar aquellos aspectos en que hay que perfeccionar el sistema en este territorio de acuerdo a las características principales de la provincia, de cada municipio o cada escuela.
En el Seminario Nacional para el personal docente (2001), el Ministro de Educación planteó que es responsabilidad de la UCP:
• La formación del personal docente.
• El desarrollo de la práctica docente.
• El entrenamiento de las estructuras.
• La superación del personal docente.
• La preparación de los tutores de los practicantes.
• La investigación educativa.
El término formación se emplea con acepciones diferentes, considerado como sinónimo de educación escolar en su sentido amplio, vinculado a la categoría instrucción y relacionado con la categoría desarrollo.
El concepto de formación proviene de la palabra latina formatio. Se trata de un término asociado al verbo formar (otorgar forma a alguna cosa, concertar un todo a partir de la integración de sus partes). La formación también se refiere a la forma como aspecto o características externas
Actualmente, la noción de formación suele ser asociada a la capacitación, sobre todo a nivel profesional. La formación de una persona, por lo tanto, está vinculada a los estudios que cursó, al grado académico alcanzado y al aprendizaje que completó, ya sea a nivel formal o informal. Parte de esta educación suele ser obligatoria en muchos países y en general comprende los conocimientos necesarios para desenvolverse en la vida adulta, sea para trabajar como para afrontar la compra de una casa y el mantenimiento de la misma.
Chávez J. y otros autores entienden por formación: “al nivel que alcance un sujeto en cuanto a la explicación y comprensión que tenga de sí mismo y del mundo material y social. La formación del sujeto como personalidad no se da aislada del desarrollo y este conduce, en última instancia, a un nivel psíquico de orden superior.”(Chávez, Suárez y Permuy, 2003)
Parra (2004) plantea que: “este proceso permite la aproximación gradual del estudiante al objeto, contenido y métodos de la profesión” . Este mismo autor asegura que la formación inicial del docente ocurre en la interacción directa del estudiante con la teoría, la práctica y con los sujetos en el contexto de actuación pedagógica. (Parra, 2004)
Suárez, Clara O., del Toro M. y Matos E. lo definen como: “un proceso que se desarrolla de manera permanente durante toda la vida del ser humano. Tiene una dinámica que es personalizada y se va conformando por medio de los aprendizajes sistematizados en la escuela, los cotidianos, en la familia, la comunidad y, en general, en el sistema de relaciones sociales que establece el sujeto”. (Suárez, del Toro y Matos, 2006).
La formación del profesorado universitario se debe considerar como un proceso continuo, en evolución, programado de forma sistemática, cuyo primer eslabón sea una formación inicial, dirigido tanto a sujetos que se están formando para la docencia (doctorandos y becarios) como a docentes en ejercicio (Sánchez, 1996).
Para el Ministerio de Educación Superior significa preparar a los ciudadanos para la vida, para su desempeño en la sociedad. (MES, 2008 Conferencia Congreso Internacional Universidad).
Existen diversas definiciones sobre formación del profesional, para Tejeda R. y Sánchez P.: “tiene su esencia en la educación a través de la instrucción, como elemento que permite que lo formativo dé orientación al desarrollo del proceso, y en la misma medida que este ocurre, lo formativo se mejora”. (Tejeda y Sánchez, 2009)
Según Chávez, J.Suárez A. y Permuy L “se presenta como una categoría que abarca todo el proceso educativo, bien sea general o técnico y profesional”.
Para Álvarez C.: “es un proceso mediante el cual se prepara a las generaciones de un país, que integra en uno solo la educación, la capacitación y la instrucción". (Álvarez, 2003)
Para Fuentes H.: “constituye el proceso que de modo consciente se desarrolla en las instituciones de educación superior, a través de las relaciones de carácter social que se establecen entre sus participantes, con el propósito de educar, instruir y desarrollar a los futuros profesionales, sistematizando y recreando de forma planificada y organizada, la cultura acumulada por la humanidad, para dar con ello, respuesta a las demandas de la sociedad” (Fuentes y Álvarez, 2006)
La formación docente es una actividad en permanente perfeccionamiento y búsqueda de estrategias para avanzar en la conceptualización y en la definición de los lineamientos concretos para el desarrollo, comprensión y transformación del proceso docente, afirma que “la formación hace referencia a un proceso más amplio que debe insertarse en lo reflexivo, en el conocimiento de campos del saber que dan cuenta de lo educativo: la filosofía, psicología, pedagogía, etcétera”. (Díaz, 1988).
Otra definición considera que la formación profesional que ofrece la universidad está conformada por un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que los estudiantes deben adquirir y desarrollar en el transcurso de sus estudios universitarios. Los conocimientos que conforman esa formación pertenecen al campo de la ciencia, la tecnología y las humanidades. Las habilidades y actitudes propias de cada una de las carreras profesionales giran en torno a esos conocimientos. (De Lira, 2006)
En el artículo 1 del Reglamento de trabajo docente y metodológico se define a: la formación de los profesionales de nivel superior como el proceso que, de modo consciente y sobre bases científicas, se desarrolla en las instituciones de educación superior para garantizar la preparación integral de los estudiantes universitarios, que se concreta en una sólida formación científica, humanística y de altos valores ideológicos, políticos, éticos y estéticos, con el fin de lograr profesionales revolucionarios, cultos, competentes, independientes y creadores, para puedan desempeñarse exitosamente en los diversos sectores de la economía y de la sociedad en general”.(MES, 2007)
Horruitiner P. plantea: “El término formación, en la educación superior cubana, se emplea para caracterizar el proceso sustantivo desarrollado en las universidades con el objetivo de preparar integralmente al estudiante en una determinada carrera universitaria y abarca, tanto los estudios de pregrado (o de grado, como se le denomina en algunos países) como los de posgrado”. (Horruitiner, 2006,)
Supone no sólo brindar los conocimientos necesarios para el desempeño profesional, sino también tener en cuenta otros aspectos de igual relevancia.
Se identifican tres categorías esenciales:
La instructiva relacionada con la idea de que para preparar un profesional resulta necesario instruirlo. Sin instrucción no hay formación posible. Ello supone dotarlo de los conocimientos y las habilidades esenciales de su profesión, prepararlo para emplearlas al desempeñarse como tal, en un determinado pues todo trabajo.
El desarrollado, su esencia es el vínculo entre el estudio y el trabajo, se requiere desarrollar en las competencias profesionales para asegurar su desempeño laboral exitoso.
La educativa, elemento de primer orden en el proceso de formación, se encarga de la formación de la personalidad de los jóvenes, en particular en lo referido a aquellos valores que caracterizan su actuación profesional, y constituye la idea rectora principal y la estrategia más importante del proceso de formación.
En la integración de las categorías se expresa la nueva cualidad a formar: preparar al profesional para su desempeño exitoso en la sociedad. (Horruitiner, 2006,)
El autor de la investigación asume la definición de formación dada por Suárez, del Toro y Matos, 2006 al considerarlo como un proceso que se lleva a lo largo de la vida y los docentes en profesionales de la educación están en constante formación.
En las definiciones anteriores se reconoce por los diferentes autores la relación entre formación y las restantes categorías de la pedagogía: instrucción, e la formación inicial del profesional de la educación está delimitada por la correlación apropiada entre la actividad y la comunicación. Esta última, vale de elemento mediador para que la actividad tenga lugar en el proceso; pero a su vez la comunicación forme el fin del proceso enseñanza-aprendizaje que dirige el docente y su desarrollo depende del grado de independencia con que los profesionales de la educación logren en la planificación, organización y materialización de su actividad profesional.
Los profesores en formación inicial asumen la responsabilidad de dirigir el proceso educativo encaminado a la formación integral de la personalidad, por medio de los contenidos de las disciplinas de la carrera y la coordinación, desde la institución, de las influencias educativas y socioculturales de la familia y la comunidad.
El profesor asume la instrucción, como categoría que identifica al conocimiento, con respecto a la educación identificada con la formación de intereses, convicciones, ideales y valores como un reflejo de la imagen puramente cognoscitiva de la ciencia pedagógica; esto es un elemento que ha caracterizado el modo de actuación asumido por diferentes generaciones de profesores durante el ejercicio de la profesión, las cuales han divorciado la unidad entre lo instructivo y lo educativo al concederle mayor relevancia a los conocimientos.
Para que el profesor en formación inicial obtenga resultados favorables en su quehacer es necesario que esté motivado, debe tener clara su actuación, sostenerse en la misma, poseer los conocimientos necesarios, desarrollar un sistema de acciones y operaciones en correspondencia con las condiciones que le permitan desarrollar habilidades, hábitos, capacidades y sobre todo saber qué es lo que no conoce, cómo puede llegar a conocerlo, qué pasos debe ejecutar, cuáles son las variantes que puede usar.
El profesor en formación inicial implica la solución conjunta de tareas pedagógicas, tanto de carácter educativa como instructivas en condiciones de plena comunicación entre ellos, los estudiantes, la institución educativa, la familia y las organizaciones estudiantiles, mediante el cumplimiento de los principios pedagógicos que los rigen.
Su formación debe erigirse desde la integridad de un pensamiento de la ciencia en particular que aprende, que será quien le permita dominar el objeto de la ciencia y el método de investigación científica de la misma, pero esa relación ciencia-docencia-profesión quedaría incompleta si ese pensamiento científico no se proyectara en una dimensión pedagógica, la cual se aborda entonces desde la imbricación que la lógica de la ciencia tenga con la lógica de la profesión. El elemento epistemológico es necesario; pero se trata, además, de saber cómo se enseña y en ello incide que este pensamiento científico alcance su dimensión pedagógica, cuando se estructura la actividad pedagógica dirigiendo el conocimiento científico con carácter instructivo, educativo y desarrollador.
Estas funciones propias de la actividad pedagógica, permitirán al profesor de en formación inicial establecer la relación dialéctica que existe entre la formación desde el objeto de la ciencia y el objeto de la profesión; desde la tarea instructiva irá formando los conocimientos, habilidades, valores y capacidades que le permitirán actuar con la lógica de la ciencia, pues asimilará conscientemente el contenido.
La tarea educativa que está estrechamente vinculada a la instructiva; permitirá que, simultáneamente al desarrollo de sus procesos intelectuales, forme su personalidad de manera integral y multifacético (justamente a través del proceso de comunicación y mediante la actividad), enfatizando en el significado afectivo, motivacional que ese contenido va alcanzando para él, lo que le permitirá pensar, sentir, y actuar como si fuese un profesor.
Debe saber solucionar, desde su actividad profesional, los problemas relacionados con el proceso educativo que dirige desde una correcta educación e instrucción y con la coordinación del sistema de influencias educativas que ejercen la familia y la comunidad.
Es así que se declara la dimensión conceptual, con los indicadores: dominio de la ciencia que enseña; dominio del saber profesional pedagógico (objeto de la profesión, tareas y funciones contenidas en el rol profesional, problemas profesionales, métodos, contextos de actuación); capacidad metacognitiva (poder argumentativo, capacidad de análisis, capacidad de razonamiento y juicio crítico, pensamiento estratégico).
El desarrollo de la formación inicial del profesional de la educación, tiene un carácter social. Este fenómeno está presente en el proceso educativo, e interviene de forma directa en la formación integral y multifacética de los docentes en formación en el contexto de la microuniversidad donde se desempeñan, que constituye la agencia socializadora de este.
La formación inicial le permite al profesional de la educación asimilar y interactuar con los miembros de su grupo social, la familia o comunidad; pero a su vez, reelaborar y evolucionar sus conocimientos a un estadio superior, a partir de la incorporación de estos contenidos a su desempeño profesional. La socialización de los conocimientos, hábitos, habilidades y valores, en el proceso de formación profesional del docente, forman una parte esencial de su educación para la vida.
En esta dirección, es preciso señalar que la concepción del proceso de formación inicial desarrollador le posibilita al docente la apropiación activa y creadora de la cultura, el constante autoperfeccionamiento de su autonomía y autodeterminación, en estrecha relación dialéctica con los procesos de socialización en los cuales está inmerso el docente.
Por lo que resulta evidente el creciente protagonismo de la formación inicial del docente a partir de los cambios que las tecnologías impusieron a todos los ámbitos de la vida y la importancia que se le da al conocimiento como base del desarrollo económico. Consecuentemente hay una nueva valoración de la educación y el desempeño profesional influenciados por la tecnología.
Sin un correcto trabajo para lograr una concreción adecuada de la formación inicial del profesional de la educación, deviene en el progresivo valor de la ciencia y la tecnología para la creación de riqueza y el desarrollo económico.
Por lo que el tema reviste una importancia notoria, no solo en el contexto escolar donde el docente en formación inicial materializa la dirección del proceso educativo, sino que le permite el desarrollo de competencias necesarias para su vida profesional, social y personal.

Modelo pedagógico de la integración del proceso de formación inicial con los agentes y procesos formativos en la unidad docente
La modelación permite realizar una representación del objeto que se investiga para entenderlo con mayor profundidad. Los modelos son clasificados según diferentes tipologías, en el caso particular de esta investigación, dado el objetivo que se persigue, se asume el modelo pedagógico, que a decir de Sierra (2003), “es una construcción teórica formal que fundamentada científica e ideológicamente, interpreta, diseña y ajusta la realidad pedagógica que responde a una realidad histórico concreta”. (SIERRA S, 2003: 319).
En esta concepción, se consideran las condiciones histórico-culturales para la elaboración del modelo, lo que permite al investigador representar con mayor acierto la realidad en las relaciones entre el docente en formación inicial y el contexto de la Unidad Docente, lugar donde se integra tanto lo cognitivo como lo afectivo que es atributivo al proceso pedagógico.
De los referentes analizados en el primer capítulo, se asumen como fundamentos teóricos en la elaboración del modelo. El contexto histórico–cultural, en el que se relacionan de forma dialéctica el docente en formación inicial y los agentes del contexto de la Unidad Docente, considerando a ambos protagónicos, activos y responsables a partir de la mediación, que permite la cooperación entre estos y el intercambio cultural, se considera la práctica como base y actividad social de carácter multifacético, donde se integran los componentes organizacionales del proceso a partir de los problemas profesionales y recogen aspectos cognitivos y afectivos en una concepción de la formación integral. Lo anterior se concreta como sustentos teóricos y se resume en las premisas del modelo, estas son:
• Considerar que la formación inicial del docente, en el contexto de la Unidad Docente, coexiste en espacio-tiempo y objeto de la profesión con agentes formativos.
El docente en formación se inserta en el proceso de enseñanza aprendizaje de la educación, a la que pertenece la referida institución educativa, donde comparte las tareas básicas y funciones de su objeto con profesionales de experiencia y en particular con el tutor.
Esta circunstancia posibilita que pueda encontrar y resolver problemas profesionales y con ello se pueden establecer objetivos para ser cumplidos en la integración de su accionar con el del claustro de profesores, a partir de la actividad práctico-transformadora con un carácter multifacético, donde se integran los componentes organizacionales del proceso, los cuales se enriquecen en el desarrollo del trabajo metodológico del colectivo pedagógico en sus dos formas o vertientes fundamentales.
Mediante la concreción de los tipos fundamentales del trabajo docente-metodológico, el docente en formación inicial puede perfeccionar la planificación, dirección, control, y evaluación del proceso de enseñanza aprendizaje, además, puede incorporar elementos de la función de orientación educativa, sobre todo, en lo relacionado con la inserción de los ejes transversales y programas priorizados, así como el trabajo con la familia y la formación vocacional.
En la concreción de los tipos fundamentales del trabajo científico – metodológico, el docente en formación enriquece su cultura investigativa y puede perfeccionar el trabajo científico – estudiantil, ya sea su trabajo de curso o diploma y puede socializar sus resultados con el colectivo pedagógico, de modo que profundiza en la solución del problema profesional, cuya solución ha elegido por la vía de la ciencia.
• Carácter social de la formación inicial del docente en el contexto de la unidad docente.
El accionar del docente en formación inicial en el contexto de la universidad, está condicionado por el modelo del profesional a formar, por el encargo social y condiciones de la institución en que se manifiestan las relaciones y por las características distintivas de los participantes en este proceso de formación, quienes le imprimen un sello personal.
En la microuniversidad se establecen relaciones entre pares, que pueden ser entre el tutor y tutorado o entre alumnos, aunque en este caso reviste cardinal importancia la primera de ellas, así como las interacciones positivas que se establecen entre docentes en trabajos grupales, cooperativos y solidarios; las relaciones jerárquicas que se manifiestan entre directivos y docentes, así como hechos sociales que trascienden a la institución, como su relación con otras instituciones o con la comunidad en general.
En las condiciones en que se manifiestan las relaciones sociales entre los referidos agentes, en el contexto de la unidad docente, el proceso de formación inicial se materializa a partir de su integración a la formación posgraduada en la dirección del proceso pedagógico, mediante la identificación y solución de problemas profesionales, lo cual ocurre en espacios establecidos por normativas, tales como: reunión departamental, actividades metodológicas, matutinos, escuela de padres y actividades pioneriles, comunitarias y políticas, entre otras.
El análisis de la realidad escolar en la microuniversidad y de los presupuestos antes expuestos permitieron arribar, al modelo teórico de la investigación que, en síntesis, expresa cómo en las relaciones que se establecen entre los diferentes agentes, que concurren en la unidad docente, y se integran los procesos de formación inicial con procesos formativos, mediante la identificación y solución de problemas profesionales, de modo que se perfeccione el proceso de formación inicial del docente.
Del estudio histórico-tendencial, la revisión de la literatura especializada y los resultados de los instrumentos aplicados para determinar el estado inicial del proceso de formación inicial del docente, en el contexto de la unidad docente, se pudo revelar que aunque están bien definidos los objetivos, contenidos y funciones del docente en formación inicial, se asume un enfoque bilateral.
Este criterio del enfoque unilateral que se manifiesta es debido a que la acción transformadora fundamental que se produce, es fruto del trabajo del tutor como su principal preceptor y en ese sentido se desentiende un tanto de las relaciones que se establecen con los demás agentes que intervienen en su desarrollo, además, se limita así el peso que tienen la integración de los procesos de formación inicial y permanente en el proceso pedagógico para la identificación y solución de problemas profesionales.
Se determinó como regularidad que la atención integral del docente en formación inicial, en el contexto de la microuniversidad como unidad docente, se concreta a partir de los cuatro componentes del proceso de formación inicial, sin tener en cuenta las relaciones sociales que se manifiestan entre los diferentes agentes, así como la integración de los procesos de formación inicial y posgraduada en el proceso pedagógico, para identificar y resolver problemas profesionales.
De lo anterior se desprende la necesidad de solucionar la contradicción interna, manifestada entre: el carácter integral-bilateral y el carácter integral-multilateral de la formación inicial del docente, en el contexto de la microuniversidad como unidad docente.
El primer polo de la contradicción explica la concepción actual, es decir, el carácter integral-bilateral de la formación inicial del docente, en el contexto de la microuniversidad como unidad docente, presupone la atención al docente que se forma a partir de sus necesidades en todos los componentes del proceso de formación inicial, que se concreta en funciones a cumplimentar en la microuniversidad en un plan de desarrollo individual estructurado por cada uno de los componentes.
En esta concepción el docente en formación, en fuerte vínculo con su tutor, identifica y soluciona problemas profesionales que se manifiestan en la microuniversidad y cuya solución puede acometer mediante el trabajo metodológico o el trabajo científico estudiantil, con lo cual perfecciona sus funciones profesionales y puede cumplir con cierta eficiencia sus tareas básicas, pero tiene la limitante de que es una visión de solamente dos personas.
Mientras que el segundo polo, es decir, el carácter integral - multilateral de la formación inicial del docente en el contexto de la unidad docente, presupone el actuar consciente y responsable del docente en formación inicial, al considerarse las relaciones de todos los agentes y la integración del proceso de formación inicial y posgraduada en el proceso pedagógico, para determinar sus necesidades y potencialidades y concebir acciones que contribuyan a su formación integral, sobre la base de identificar y resolver problemas profesionales que se manifiestan en la microuniversidad como unidad docente.
De la solución a la manifestación interna de la contradicción, emerge el nuevo conocimiento visto como la integración de agentes y procesos formativos en la formación inicial del docente, en el contexto de la unidad docente
La relación esencial del modelo es la integración cooperada de agentes y procesos formativos que se concretan en los diferentes espacios, en la formación inicial del docente en el contexto de la unidad docente.
En el modelo se descubren tres componentes en la integración de la formación inicial al contexto de la microuniversidad:
Componente académico-profesional: a la formación constituido por la relación entre los procesos formativos y los agentes a través de los problemas profesionales. En este componente los participantes del proceso de formación, a partir del modelo del profesional, de sus potencialidades y necesidades y las del contexto, determinan los problemas profesionales a resolver en la práctica pedagógica, en lo que se manifiesta la integración de los componentes organizacionales del proceso: el laboral y el académico. Para ello deben trazarse objetivos, determinar recursos y planificar el accionar de forma cooperada, mediante la colaboración y la coordinación, que permita delimitar qué debe hacer cada cual para cumplir de conjunto con el objetivo trazado. Las relaciones se dan desde lo interno, pues amerita el accionar planificado de los participantes del proceso, lo que no niega que aparezca un complemento, visto por lo que le puede aportar para completar la formación integral o por lo que le puedan aportar mediadores sociales externos, con los que coexisten en la microuniversidad.
En este componente se presupone la interrelación del docente en formación y los agentes formativos las agencias, a partir de los problemas profesionales, que se descubren en el proceso de formación del docente. Los problemas profesionales se manifiestan en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la microuniversidad y se le busca una solución a través de la integración, por lo que se integran los componentes organizacionales del proceso de formación inicial del profesional para lo que interactúan con los mediadores contextuales, recursos humanos y materiales (herramientas), con los que la formación inicial, que alcanzan su coherencia en la dirección de la microuniversidad.
Componente científico-laboral: La práctica investigativo-laboral en la escuela (también llamada en la actualidad por algunos investigadores como práctica profesional integral, y los procesos de reflexión sobre sus resultados que permiten al docente en formación se desempeñe teniendo como base las teorías científicas que sustentan su actuación en el proceso de enseñanza-aprendizaje y que él debe aprender a hacer explícitas en el proceso que va dirigiendo en la escuela.
El carácter rector de lo investigativo-laboral como forma de organización del proceso pedagógico es fundamental desarrollarlo en un entorno donde se materializan las relaciones entre la Universidad y la escuela como microuniversidad. Posición defendida por Addine F. F. (1998), Chirino R. M. V. (2002), Herrera J. L. (2003), Calzado L. D. (2004).
Ello implica el carácter profesional del proceso de enseñanza-aprendizaje, el cual debe estar centrado en la solución de problemas profesionales por lo que la investigación, atendiendo a la naturaleza dinámica de los problemas profesionales que aborda, deben ir configurando y desarrollando el modo de actuación profesional pedagógica.
Se requiere partir del diagnóstico y la problematización para llegar a la proyección de estrategias de actuación para la solución de los problemas profesionales, donde se incentiva la investigación, la reflexión, la reformulación tanto de la práctica en la que el docente en formación participa como profesor, como del proceso de enseñanza-aprendizaje en el que está inmerso como estudiante.
Ello permite que el profesor en formación valore las posibilidades reales que le ofrece el currículo con el que trabaja para profundizar en los problemas de formación profesional que a él se presentan y que debe aprender a solucionar.
En esta característica es importante clarificar los vínculos entre estudio y el trabajo y ciencia-tecnología en el proceso de enseñanza-aprendizaje en condiciones de la universalización en la que se debe destacar la orientación hacia el desarrollo de un modo de actuación profesional que se manifieste en el cumplimento de las funciones que debe desempeñar el profesional, con aceleración en su introducción a la práctica profesional y desarrollo de políticas más dinámicas de formación inicial con el fin de introducir a los jóvenes en actividades productivas y socialmente valiosas bajo nuevas condiciones.
Un proceso en que las nuevas tecnologías tengan un papel importante en la adquisición del contenido, como medios que sirven de base en la utilización de los métodos y como herramienta de trabajo, por lo que se debe promueve la organización flexible y abierta con permanente renovación teniendo en cuenta las tradiciones culturales y los logros científicos nacionales, regionales y mundiales.
Se reflexiona sobre el modo de actuación profesional pedagógica, para potenciar la coherencia con los valores educacionales que se defienden como principios para la actuación: de colaboración en el proceso de solución de problemas, participación productiva y transformadora, cultura de diálogo, la implicación personal-profesional en las tareas, el amor por la labor profesional que realiza, la investigación sistemática en su actividad profesional, la autopreparación consciente, entre otros: El carácter educativo, como eje para perfeccionar el modo de actuación profesional pedagógica que va desarrollando y con ello el perfeccionamiento de sus funciones en el proceso de enseñanza-aprendizaje, las que se enriquecen por la acción conjunta del colectivo de profesores, de trabajadores, de padres, de estudiantes donde realiza su práctica.
• La descentralización y/o multiplicación en Centro municipales y en las microuniversidades para la formación inicial del profesor, en la que debe tenerse en cuenta las condiciones del contexto de actuación y del propio sujeto, sin dejar de tener como guía la actuación el desarrollo profesional.
• Incluye un modo de actuación profesional pedagógica que tiene en cuenta la diversidad para lograr la unidad e integridad, adecuado a las demandas de cada grupo de profesores y estudiantes según el nivel y el grado de desarrollo alcanzado y por alcanzar, para lograr los objetivos de máximo nivel.
• Asume un modelo que tiene como objetivo desarrollar una cultura general integral para afrontar el reto que supone ser reconocidos como uno de los pueblos más cultos del planeta, lo que permitirá adaptarse mejor a las necesidades formativas de la sociedad actual y con ello potenciar el desarrollo económico y científico del país.
• Sitúa al estudiante como ente productivo ante su propio desarrollo profesional, en un proceso centrado en la práctica investigativo–laboral y la autopreparación, guiado por los profesores de los institutos superiores pedagógicos y por los profesores de la escuela donde está laborando.
• Asigna a los profesores de la escuela el papel de profesor a tiempo parcial de la universidad y de tutor para que desarrollen tareas concretas en la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes en formación inicial como profesores.

Componente educativo-extensionista: la incorporación masiva de los estudiantes de las Universidades a las microuniversidades como Unidad Docente de la formación, ha traído consigo una nueva dinámica al trabajo de la FEU, cuya complejidad hay que valorarla teniendo en cuenta que en la actualidad el incremento de la docencia presencial universitaria se ejecutan las sedes centrales de las universidades o en sus Centros Universitarios Municipales (CUM), organizando a los estudiantes en grupos docentes, mientras en las escuelas pueden coinciden los estudiantes de diferentes carreras o años de estudio de una misma carrera.
Siempre que la cantidad de estudiantes lo aconseje, en las microuniversidades se organizarán brigadas de la FEU, cuyo dirigente debe representar a la organización en los consejos de dirección, lo cual constituye un fortalecimiento del trabajo político, ya que el papel de la FEU en ellos no se debe limitar al análisis solo de los problemas propios de los estudiantes o la organización; sino que se constituye en una valiosa fuente de retroalimentación de todos los procesos que se desarrollan en la escuela, en los que ellos participan directamente, por lo que pueden aportar ideas, soluciones e iniciativas de interés para todos.
Los estudiantes se vinculan directamente con las restantes organizaciones estudiantiles, ya sea la Organización de Pioneros… o la FEEM, según corresponda, contribuyendo así a una alianza de gran valor movilizativo.
Las direcciones de las Unidades Docentes deben incorporar, en la planificación del tiempo de atención a las organizaciones estudiantiles de su centro, el correspondiente a la FEU, tener encuentros sistemáticos con su dirigencia y también con el grupo de estudiantes en general, para conocer sus opiniones, analizar diversas problemáticas del trabajo, escuchar sus sugerencias para mejorarlo y esclarecer la política cuando fuera necesario.
Mantener activa la existencia del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech resulta esencial para evitar lo que ocurre cuando no hay una sistemática comunicación y atención a sus miembros, Ello debe propiciar que los activos se conviertan verdaderamente en momentos de intercambio fructífero para analizar las mejores iniciativas y resultados del trabajo, así como estimular estos, por lo que cada microuniversidad debe velar porque el desarrollo de estos encuentros sea satisfactorio y se garantice la participación de los estudiantes que en ella se forman, así como la representación de otros factores cuando sea necesario.
Una esfera que se debe garantizar por su trascendencia en la formación integral de los estudiantes es la relativa a la Extensión Universitaria que los tiene como sus principales protagonistas, por lo que deben crearse todas las condiciones que garanticen que el trabajo extensionista, en particular el trabajo cultural y su movimiento de artistas aficionados, el deporte universitario y la labor comunitaria se fortalezcan, potenciando su desarrollo desde la propia escuela.
De ahí que para garantizar la participación de los estudiantes de la Universidad en los festivales de artistas aficionados y los juegos deportivos, como antecedente para los de otros niveles superiores, ha de lograrse que desde la brigada FEU a la que pertenecen los estudiantes se fomenten actividades de este tipo, las que pueden organizarse entre los de una misma escuela o escuelas cercanas y, en otros casos, incluso de conjunto con sus alumnos, según las posibilidades y el nivel de enseñanza de que se trate.
El la integración de la formación inicial al contexto establece relaciones de subordinación con los agentes y procesos formativos. Los agentes y procesos formativos, a través de las funciones de la universidad, el CUM, la DME y la unidad docente, dirige el desarrollo de la práctica laboral para que alcance sus fines de manera sistemática y gradual. Demuestra que la organización del sistema educativo en la unidad docente, responda al proceso de formación inicial del estudiante, en el desempeño laboral investigativo, a partir de las funciones profesionales en un proceso integrado.
Entre el desempeño laboral investigativo y las influencias educativas, se produce una relación de coordinación, es un proceso en que se incorpora la experiencia social del colectivo pedagógico a la actuación individual de los estudiantes, este proceso es asistido por los agentes que intervienen en la formación inicial en la unidad docente, y a la vez, estos con su ejemplo y actuación transforman el modo de sentir, pensar y actuar de los estudiantes.
Con las actividades integradas se produce una relación de coordinación, en tanto las actividades académicas, laborales, investigativas y extensionistas, orientan al estudiante desde su contenido, para su desempeño durante la práctica laboral investigativa en la unidad docente, en interacción con los agentes que intervienen en la formación inicial, posibilitan el modo de actuación planteado en la DPI.
Desde esta modelación, durante la formación de estudiantes en la PLI en la unidad docente, se desarrolla el análisis del cumplimiento de los objetivos de año, de carrera y las funciones y tareas del profesional de la educación. Esto favorece desarrollar individual y colectivamente la personalidad de los estudiantes, pues desde las influencias educativas se apropian de un sistema de conocimientos, habilidades generales y profesionales y valores propios de la profesión, que le permite el desempeño laboral investigativo para solucionar problemas que se presentan en el PEA que dirigen en la unidad docente, lo que favorece un modo de actuación en correspondencia con el modelo del profesional.
De las relaciones que se establecen entre los componentes del sistema, se produce como nueva cualidad: el carácter cooperado–integrador de la formación inicial del docente en el contexto de la microuniversidad como unidad docente, a partir de que los agentes y procesos formativos que intervienen en la formación inicial, influyen a través de las actividades que se desarrollan para el logro de la transformación del desempeño laboral investigativo de los estudiantes en el contexto de actuación.
Se cualifica la cualidad del carácter cooperado–integrador de la formación inicial del docente, para connotar que el estudiante se forma, formando a otros, porque se trata de la formación de un formador

CONCLUSIONES
El proceso de formación inicial en el contexto de la Unidad Docente han transitado por diferentes momentos, en el transcurso de del desarrollo de nuestro país en la esfera educacional, enfatizando en la investigación en el proceso la universalización de la Educación Superior, el cual marcó un cambio significativo en dichas relaciones.
Los fundamentos teóricos del proceso de formación inicial en el contexto de la microuniversidad han determinado las concepciones del proceso de formación del profesional de la Educación, las leyes; las relaciones, la cooperación y la teoría de la mediatización por la actividad, y la sistematización realizada permitió identificar resultados científicos específicos aplicables.
Con la puesta en práctica del modelo con carácter cooperado–integrador de la formación inicial del docente se logrará una formación más integral del futuro profesional de la educación en las condiciones del contexto de la Unidad Docente.
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*(Asistente). E-mail: yusmilcr@ult.edu.cu Centro Universitario Municipal de Colombia. Universidad de Las Tunas (ULT). Provincia Las Tunas
** (Asistente). E-mail: ermisgp@ult.edu.cu Jefe de Departamento, Centro Universitario Municipal de Colombia. Universidad de Las Tunas (ULT). Provincia Las Tunas

Recibido: 11/01/2019 Aceptado: 29/03/2019 Publicado: Marzo de 2019

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