Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA A LA FAMILIA PARA DESARROLLAR LA MOTRICIDAD FINA EN LOS NIÑOS DE 3 A 4 AÑOS

Autores e infomación del artículo

Yirma Cedeño Medina *

Maribel Asín Cala**

Universidad de oriente. Santiago de Cuba. Cuba.

Email: maribela@uo.edu.cu


Resumen:
El objetivo de este trabajo es reflexionar en torno a los fundamentos teóricos de la orientación educativa a la familia para estimular el desarrollo de  la motricidad fina en niños de 3 a 4 años, en las condiciones del hogar,  como vía eficaz para el logro de la calidad requerida en la función educativa  a partir de una estrategia que permita aprovechar los escenarios y espacios que ofrece la institución y la familia,  integrando acciones interrelacionadas entre sí, que al ser ejecutadas contribuyan a la elevación de la función educativa de la familia. En su desarrollo se asumen los postulados del  materialismo dialéctico y  el enfoque socio histórico cultural.
Palabras clave: orientación educativa, motricidad fina, familia, función educativa.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Yirma Cedeño Medina y Maribel Asín Cala (2018): “Fundamentos teóricos de la orientación educativa a la familia para desarrollar la motricidad fina en los niños de 3 a 4 años”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (diciembre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/12/orientacion-educativa-familia.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1812orientacion-educativa-familia


Introducción
En documentos básicos la política del país como la Constitución de la República, el Código de la Familia y el Código de la Niñez y de la Juventud, se aborda a la familia como la matriz social de donde todo ser humano deviene heredero de la cultura acumulada y en condiciones de apropiarse de valores sociales más progresistas.
El papel de las familias como elemento vital en la estructura social e individual, que garantiza la adquisición de las primeras experiencias humanas, la formación, el desarrollo de la personalidad, el crecimiento como persona y la reproducción de los sujetos; resulta incuestionable en el logro de uno de los objetivos mediatos declarado por el Estado Cubano: la formación del hombre nuevo.
La orientación educativa se constituye en una función inherente al rol profesional de todo educador y  en un reto de particular importancia  para su eficiente materialización, especialmente orientada a la familia de niños de edad preescolar para desarrollar la motricidad fina.Esta investigación realiza desde una visión histórica y actual, el análisis crítico de la orientación educativa para que la familia desarrolle la motricidad fina en los niños de edad preescolar que asisten al círculo infantil a partir de la fundamentación de su sustento teórico, atendiendo a los aportes de la filosofía, sociología, psicología y la pedagogía y se diagnostica el estado actual de estas.
En Cuba diversos investigadores se han referido a la temática de la orientación educativa, en entre ellos se pueden citar a:  Torroella (1985); Collazo (1992); González (1995);Calviño (1998 -2000); Cubela, (1999 - 2005); Suárez, (1999, 2000); Vinent, (2000); del Toro (2002); del Pino y Recarey (2004), Paz, (2005), Aranda (2006), entre otros, quienes sustentan sus planteamientos esencialmente en las concepciones de L.S. Vigostky y en su carácter preventivo y de ayuda.
En este sentido se asumen los fundamentos pedagógicos de la orientación educativa de autores cubanos (Collazo, 1992; Suárez 1999; Del Pino  y  Recarey. 2004), que ofrecen una visión holística del aprendizaje significativo y el valor formativo. Resultan interesantes los planteamientos de  Collazo (1992) al definir  la  orientación educativa como un proceso de ayuda que realiza un orientador a un estudiante o a un grupo de ellos en un proceso de crecimiento para que aprendan a conocerse a sí mismos y a su medio, de manera que puedan elegir, decidir y hacer proyectos de vida responsables. Esta autora reconoce el papel que debe desempeñar el educador en las actividades de orientación, sin embargo se dirige más al desarrollo de la orientación grupal que al  tratamiento personalizado al escolar.
Estos autores reconocen  que la orientación educativa  es un proceso que debe ser desarrollado por docentes como agentes de cambio mediante su labor de asesoría educativa con la familia, además a la hora de realizar la estrategia de orientaciones educativas hacen ver que hay que dejar bien claro que se deben elaborar con el uso de técnicas desde un enfoque preventivo y desarrollador.
Dentro de los autores que han abordado la orientación educativa en el ámbito internacional se encuentran:( Moreno 1995, Vizquerra 1996, de Medrano 1998, Boza 2001, y Avilés 2006). Este último autor plantea que la orientación educativa consiste en evitar la aparición de problemas a través de la preparación de las personas para hacer frente a las situaciones de crisis que se le presentan en su desarrollo. Dirigido  al fortalecimiento interior.
De manera general los autores analizados coinciden en los siguientes elementos.

  • Es considerada  una ciencia de la intervención pedagógica
  • Se basa en un proceso de ayuda que debe acompañar al individuo durante la vida, su fin es el desarrollo personal, social y profesional delindividuo en su contexto.
  • Se desarrolla dentro del proceso educativo y no de forma aislada.
  • Incluye a la totalidad de agentes educativos y sociales implicados.
  • Se caracteriza por el principio de prevención, desarrollo e intervención social.

Para esta  investigación resultan válidos los criterios  expuestos por Velaz de Medrano (2002) al señalar que la orientación educativa es un conjunto de conocimientos metodológicos y principios teóricos que fundamentan la planificación, diseño, aplicación y evaluación de la intervención psicopedagógica preventiva y comprensiva ,  sistémica y continuada que se dirige a las personas , las instituciones y el contexto comunitario , con el objetivo de facilitar y promover el desarrollo integral de los sujetos a lo largo de las distintas etapas evolutivas de vida , con la implicación de los diferentes agentes educativos (orientadores , tutores , profesores , familia ) y sociales.
Este autor aporta la realización del análisis histórico por el que ha transitado la orientación educativa, las etapas y su evolución, así como ha sido la participación de los agentes socializadores para incidir en la familia.
P.L Castro (2006), señala que la orientación educativa a la familia  es un sistema de influencias pedagógicas dirigidas a elevar la preparación de las familias a estimular su participación consiente en la formación de su descendencia en coordinación con la escuela. Es a través de esta que se dota a las familias de los conocimientos, herramientas y  actitudes ,  convicciones, estimulan intereses y consolidan motivaciones vertiéndose el logro  de un adecuado autodesarrollo de forma tal que se auto eduquen y se auto regulen en el desempeño de la función con sus hijos.
Este autor aporta la necesidad de investigar bien a fondo las particularidades de cada familia, el nivel de preparación que poseen y las necesidades que estas presentan, aspectos de vital importancia para el cuerpo del trabajo que es el diagnóstico certero de cada familia para diseñar las estrategias a seguir para su preparación.
Existen aspectos comunes en los aportes de los autores citados como son:

  • Las relaciones humanas.
  • Atención necesaria al sujeto en función de su preparación para la vida futura.
  • La participación de agentes socializadores.
  • Desarrollo humano desde un enfoque preventivo e integral.

En correspondencia con lo expuesto anteriormente las autoras de este trabajo  consideran que: La orientación educativa es un proceso de ayuda con carácter preventivo del orientador hacia un grupo de personas, familias y agentes socializadores para su desarrollo integral.
Además los problemas relacionados con la preparación de la familia no se limitan a la esfera cognoscitiva sino que abordan también aquellos aspectos en el orden educativo como una forma de responder a las exigencias sociales que demandan la formación de un hombre integralmente superior, a la altura de los requerimientos de la sociedad contemporánea. En este empeño ocupa un especial lugar la orientación educativa que en su praxis desarrollan las familias, particularmente en la educación preescolar la que como proceso encuentra su sustento filosófico dialectico materialista, al construir la base metodológica para la interpretación, comprensión, explicación y el consecuente tratamiento a la naturaleza educativa del ser humano , especialmente de los niños de 3 a 4 años , lo que permite definir en términos de fines , objetivos y modelos este proceso con la intencionalidad requerida y con los fundamentos científicos pertinentes Su concreción se logra sobre la base de la teoría del conocimiento que ofrece la filosofía y como expresión de la comprensión del hombre.
Desde el punto de vista de la psicología,  el desarrollo de la orientación educativa adquiere gran significación a partir de los planteamientos vigotskyanos, por el papel que desempeña la enseñanza en desarrollo psíquico y cómo esta influye en el aprendizaje y crecimiento personal del individuo. Estos constituyen el principal referente psicológico de la investigación.
El enfoque histórico- cultural de Vygotsky (1999) concibe al docente como uno de los agentes medidores del aprendizaje individual y grupal a partir de la aplicación del concepto de zona de desarrollo próximo que definió como la distancia entre el nivel de desarrollo, lo que sabe, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo próximo , lo que puede llegar a saber , determinado a través de la resolución de problemas bajo la guía o mediación de un adulto  o en colaboración con otro niño más capaz. Lo anterior habla a favor de que la actividad transformadora del hombre solo puede serlo en condiciones de relación social (interacción), relación con los otros y durante el desarrollo que  controla el propio comportamiento (marcado por una historia y determinado socialmente),
Del Pino, J (1999) expresa que la orientación es la actividad científica de definir (implementar) como ayudar con efectividad a alguien en un momento y un espacio dado para facilitarle el mayor nivel de crecimiento personal posible, según la etapa  especifica del desarrollo en que se encuentre y su situación social y personal concreta, la orientación educacional (y desde el enfoque que defendemos), ese alguien es el alumno y el espacio es el ámbito escolar.
La concepción integradora de la orientación educativa promovida por este autor apuesta por propiciar la inserción de la orientación en el proceso docente educativo potenciando la función orientadora del maestro, intenta además, satisfacer las necesidades de aprendizaje de por vida, fundamentada en los aprendizajes básicos; ser, conocer y convivir. La orientación educativa permite establecer un contacto positivo con el escolar y la familia, identificar y mostrar interés por sus problemas y los estilos de enfrentamientos a estos, motivarlos a reflexionar  en relación al proceso de su formación que ante todo se potencie en ellos unaevolución positiva.
En el empeño de llevar la orientación educativa al contexto escolar cubano se destacan los trabajos de García (2000), Acosta y Cruz (2004), Ferreira (2010), Ojeda (2016),  y Gutiérrez (2017) quienes reconocen la orientación desde la tendencia integrativa, por la necesidad de un mayor inserción de la orientación con la institución escolar.

Desarrollo
La orientación a la familia.
En el afán de satisfacer las expectativas que la sociedad demanda de la escuela como institución educativa, es que cada vez más esta debe convertirse en el centro a partir del cual emanen las mejores influencias para los niños, adolescentes y jóvenes que se forman en la comunidad a la que pertenece la escuela.
Sin embargo resulta un hecho que las influencias educativas de la escuela deben trascender los marcos de sus aulas porque el proceso de formación de la personalidad es multifactorial y por tanto, la escuela debe atender las necesidades educativas de otros agentes que intervienen en este proceso. Uno de ellos es la familia, institución a la que se le ha brindado especial atención debido a que es en ella que se reciben las primeras influencias y donde comienza el proceso de educación de la personalidad de los futuros escolares.
Lo anterior se ha convertido en algo más que una prioridad, si se tiene en cuenta que a pesar de los altos niveles de escolaridad de la población cubana y de los importantes logros en el ámbito de desarrollo social y de calidad de vida se han obtenido como parte  de la voluntad estatal de perfeccionar cada vez más el sistema social, todavía la familia no llega a satisfacer  las expectativas sociales en cuanto al cumplimiento de su labor educativa.
Lo cierto es que en este sentido nunca serán suficientes los esfuerzos que en el plano investigativo se lleven a cabo para perfeccionar el funcionamiento de la familia y sus relaciones con otras instituciones como la escuela, a la que le corresponde la continuación y el complemento primeramente de la educación recibida por el niño en el medio familiar.
El trabajo con las familias comenzó a ser una prioridad a la par que se obtenían niveles cada vez más altos de escolaridad y se perfeccionaba el sistema educacional cubano.
La  educación de las nuevas generaciones es reconocida como una de las funciones más importantes de la sociedad. De hecho no es posible concebir el desarrollo de la humanidad, ni su propia historia, si no se hubiera asegurado, de una u otra forma, la transmisión de la experiencia anterior a las nuevas generaciones, si no se hubieran  encontrado los medios y las vías para trasladar, de ancianos a jóvenes, de padres a hijos, la herencia cultural contenida en los instrumentos de trabajo, las técnicas y habilidades, las tradiciones y conocimientos, los hábitos y los modelos educativos.
Es entonces, a partir de lo expresado anteriormente, que la consolidación de las formas de trabajo con las familias (visitas al hogar, despachos individuales, reuniones de padres y las escuelas de educación familiar), resulta indispensable para el adecuado funcionamiento de la institución escolar y para su relación con otros agentes educativos.
Es por eso que para el sistema de educación cubano, el trabajo a favor del perfeccionamiento de las relaciones  entre las escuelas y las familias comenzó prácticamente desde la educación pasó a ser una prioridad estatal.
La historia de las actividades educativas de la escuela con las familias es rica en enseñanza. Desde el Congreso Nacional de Educación y Cultura en el año 1971, y a propuesta del mismo, se pasó balance en las actividades que se realizaban por las familias de los alumnos, tanto en la escuela de padres como por el medio de difusión. Las mismas se institucionalizaron por aquella época en el departamento de psicología del Ministerio de Educación (MINED) que contaba con una sesión de orientación a padres que se convirtieron en los primeros pasos para la concepción de la escuela de orientación familiar.
El trabajo científico práctico en las escuelas de padres de los centros de estudio y la conducción de los espacios de orientación, a mediados de los ‘80 se había elaborado un enfoque específico sobre el accionar educativo de las familias, así como en la vía para la educación de los padres y la preparación de los docentes para esta labor.
Los aportes de esta experiencia se reflejaron en algunos documentos representativos, como fue el informe de Cuba a la Reunión de Ministros del Campo Socialista celebrada en 1983 (MINED 1983) y el tema elaborado para el seminario nacional a dirigentes, metodólogos e inspectores de educación, del año 1985 (MINED 1985).
Con la creación del grupo familia en el Ministerio de Educación, a finales de los años ’80 se profundiza en la elaboración teórica y metodológica del trabajo con la familia. El salto que se produce al culminar esta década se debe al interés de la política educacional por dar mayor atención a las familias desde la escuela. Este grupo tuvo una concepción intersectorial y transdisciplinaria, en aquel momento se acude a algunas instituciones que tenían preparación en Educación Popular, desde la educación de adultos y la actividad de las organizaciones femeninas. La extensión social de esta labor estaba asegurada mediante la producción permanente de mensajes educativos a los padres, a través de la prensa plana en espacios como “Minisiquis” en Juventud Rebelde, las revistas “Mujeres” y “Muchachas”  de la FMC, y “Con la Guardia en Alto” de los CDR.
Las Escuelas Educación y las Familias como guía de orientación a los padres, y la reformulación de los Consejos de Escuela, como pivote de movilización y participación comunitaria alrededor de los objetivos de trabajo de la escuela, fueron los soportes sobre los cuales se diseñó una nueva estrategia de trabajo. Un hecho de especial significación fue el proceso de revitalización de los Consejos de Escuelas a partir de una amplia y democrática consulta con los Presidentes de los Consejos de Escuela de todos los municipios del País.
Las tendencias de educación a padres que se ha seguido, han atravesado por una primera etapa de discurso moral que resultó algo impositivo o cuando menos externo a las necesidades y vivencias de los sujetos de cada comunidad. Por ejemplo, los temas de escuelas de padres que se indicaban desde el Equipo Nacional de Orientación a Padres del departamento de Psicología del MINED a inicios de los años ’70 era una reproducción de representaciones morales, sociales generales, y en ocasiones no estaba acorde con las realidades cotidianas de los sujetos de cada grupo socio clasista.
En los años ’70 del siglo XX los temas y contenidos de esas escuelas de padres e elaboran en el ámbito central, para impartirse de forma homogénea por todo el país. Para ello se realizaba una serie de seminarios escalonados hasta la escuela. Solo al finalizar esa década es que comienza a existir las condiciones para que los temas se generaran a escala municipal, tomando en cuenta las experiencias de las escuelas; pero se mantuvo el criterio de que fueran temas preparados por el docente, y no por los padres de forma participativa (Castro Alegret, 1975), sin embargo se estaba muy lejos de satisfacer las necesidades de preparación a las familias.
A partir de entonces  muchos de los programas a los padres, dirigidos por el MINED que se realizaron para los medios de difusión tenían el estilo de “Castigar simbólicamente” o recompensar a los pasivos espectadores. Lo que no resultaba efectivo al no ser incorporado a los modos de actuación de las familias a  las que estaban dirigidos los programas y por otra parte éstos no partían de las necesidades particulares de cada comunidad en su integración con la escuela, ni mucho menos con el diagnóstico de cada familia.
Así fue necesario dar el vital salto cualitativo para lograr, desde aquel entonces, la implicación de las escuelas de educación familiar, es por eso que al surgir ellas, el cambio de nombre reflejaba una transformación del enfoque que poco a poco se gestaba.
Todo esto fue posible porque los años finales de la década de los ’80 resultaron fundadores de las posiciones cubanas sobre el funcionamiento familiar. Lo evidencia en lo teórico y en lo metodológico, el ejemplo del Seminario Nacional desarrollado por un equipo del MINED en 1989, dirigido por Pedro Luís Castro Alegret. También se realiza por el Centro de Investigación Psicológicas y Psociológicas (CIPS) de la Academia de Ciencias de Cuba, a  fines de este periodo, la mayor de las investigaciones para caracterizar las familias cubanas.
Sin embargo, vale señalar el trabajo con los padres, los paradigmas cubanos no son universales; es decir, no son reconocidos concientemente por todos los implicados en esta labor. Tampoco su expresión y empleo son homogéneos y su desarrollo en el tiempo les introduce cambios al integrar estas valoraciones sobre la educación a la familia.
Las particularidades educativas de la familia cubana, a partir del proceso revolucionario, son superiores a los del pasado (antes de 1959), y en esto, la escuela cubana goza una hermosa tradición de trabajo, considerando las mediaciones dialécticas que se han originando en las estrategias educativas con efecto de la política educacional desarrollada y potencializada por las diferentes estructuras educativas del país.
Para definir Educación Familiar, se toma lo planteado por J. Rodríguez (1990) al decir que esta es un sistema de influencias conscientes pedagógicamente dirigidas a los padres y a otros familiares cercanos responsabilizados con la educación de los niños y adolescentes en el hogar, encaminados a elevar su preparación pedagógica y a estimular su participación activa en la formación de su descendencia.
Tal como plantea este autor resulta importante de las escuelas de Educación Familiar mantenga una posición de apertura con relación a la solución, sugerencias o alternativas que favorezcan la eliminación de las dificultades que enfrenten con respecto a la educación de sus hijos e hijas. La Educación Familiar, por otra parte no constituye una novedad de la escuela cubana ya que  sus primeros vestigios se observaron a finales de la década de los ’60 en París y fue a partir de la orientación familiar definida como un proceso que ayuda para la mejora personal de quienes integran las familias y para la mejora de la sociedad en y desde las familias, fundamentalmente en todo aquello que hace referencia a la Educación Familiar (Casas Fernández, Gerardo, 1988).
Pero sí resulta novedoso el hecho que por la manera en que está concebido el Sistema Nacional de Educación Cubano y la integración masiva de su población infantil a este sistema, así como la concepción del trabajo con las familias desde el propio sistema de trabajo metodológico de las escuelas, como funcionamiento de estructuras comunitarias y la coherencia en la interacción de todas las instituciones sociales, solo es posible desde un sistema social que tenga como centro al ser humano y muy especial a sus nuevas generaciones.
Por esto a pesar de que sus progenitores son los primeros responsables de la educación de sus hijos pero no los únicos, se deduce la importancia que reviste para los docentes tomar conciencias de su rol de facilitadores de un proceso en que ellos como representantes de la escuela, tienen la misión de valorar su misión como orientadores y no como recitadores de políticas, críticas que aunque válidas pueden carecer de sentido para sujetos pertenecientes a este grupo social o institución no formal que tienen sus niveles de funcionamiento particular.
Hoy las exigencias sociales en las que se produce la educación de las nuevas generaciones hacen dispensables que la escuela y las familias actúen como engranaje perfecto, de manera tal que se garantice la formación de las nuevas generaciones. Como se ha visto el trabajo de preparación a las familias que se han realizado hasta el momento obedeció a determinadas condiciones socio históricas, en las que las familias asumía a su labor educativa a partir de las condiciones que desde la institucionalización, a partir de la década del ’70 que se venía llevando a cabo, lo cual recargó en el Estado y la escuela la responsabilidad de la formación de la personalidad de las nuevas generaciones y las familias asumió un papal pasivo al respecto. Sin embargo al cambiar estas condiciones y con ellas las familias, se hacen necesarios nuevos métodos de trabajo acordes con las propias necesidades de ellas, que a partir de logros sociales como los altos niveles de escolaridad y el desarrollo tecnológico posibilitan que sean las propias familias quienes se autogestionen sus conocimientos aras satisfacer sus necesidades de preparación para contribuir a la atención educativa integral de sus hijos.
En el desarrollo de las relaciones entre la escuela y las familias ha sucedido que como consecuencia  del proceso de institucionalización, llevado a cabo por el Estado  en la década del ’70, pasó a ser la escuela la responsable de la educación de las nuevas generaciones, quedando las familias en un segundo plano; esto provocó en las familias cubanas una actitud de pasividad hacia el cumplimiento de la labor educativa.
No fue hasta los años 80 que se retoma el papel prioritario de las familias en la educación de los hijos, al respecto Fidel Castro apuntó que el Estado no le pide a las familias que eduque  a sus hijos; se exige. Es cierto que los educadores, por su formación, están preparados para trabajar con las familias, por estar profesionalmente capacitados para enseñar, de ahí que pueden elevar la preparación pedagógica y psicológica de los padres, de modo tal que estos ejerzan mejor su influencia educativa, justamente a partir de un conocimiento más profundo de sus propios hijos: el conocimiento de las particularidades de las edades, de sus intereses, necesidades y aspiraciones; el conocimiento de las particularidades de la vida familiar, el sistema de relaciones en el cual vive y se desarrolla cada niño, adolescente y joven, va a ser determinante para el desarrollo de su personalidad (Burke Beltrán, Maria Teresa: 1980), pero ninguna de las dos instituciones debe suplantar a la otra.
Por esto es importante el tema de la educación  a las familias, que según Pedro Luís Castro Alegret consiste en un sistema de influencias pedagógicamente dirigido, encaminado a elevar la preparación de los familiares adultos y estimular su participación consciente en la formación de su descendencia en coordinación con la escuela.(Castro Alegret, Pedro L.:2005) A pesar de los cambios que ocurren en el seno de la sociedad y de cómo estos repercuten en las familias, esta es y seguirá siendo un actor insustituible en la educación y formación de sentimientos, valores y convicciones, asó como en la trasmisión de la experiencia  social; la acción educativa de las familias es imprescindible en la formación física, laboral y social de cada uno de sus hijos, es por esto que del adecuado funcionamiento de ellas y de cómo esta se relacionen con la escuela, depende en gran medida tener una sociedad con personalidades más estables y mejor desarrolladas.
Orientación educativa y familia
Rogers (1977) y  Carkuff (1978) en Pedraza (1998),  ubican a la orientación educativa en el campo profesional de la educación en el de las profesiones de ayuda, por lo tanto el desempeño profesional de la orientación educativa se ubica en el escenario escolar, manejando teorías y estrategias pedagógicas y psicológicas así como también teorías y estrategias grupales.
La educación en Cuba tiene su basamento en la didáctica materialista como la más alta expresión del pensamiento universal que se conjuga con el ideario educativo martiano, razones por las que se asume como sustento filosófico en esta investigación. La filosofía de la educación sirve como guía orientadora para la definición de todos los demás fundamentos teóricos de la pedagogía y de sus categorías esenciales.
Áreas Beatón (2002: 46) plantea:
´´ El niño es el único ser vivo que nace y sin la ayuda del adulto, durante un prolongado período de tiempo, no logra un desarrollo de su existencia, pero paradójicamente a esta aparente insuficiencia adaptativa, posee la capacidad para la educabilidad, para que mediante la ayuda y colaboración con los otros se convierta en una persona independiente, autónoma, que contribuya a la educabilidad de los demás y de sí mismo, con su creatividad y trabajo al enriquecimiento de la cultura humana¨.
La orientación educativa como objeto de investigación y la preparación de la familia como el campo exige la solución de una serie de problemas teóricos y metodológicos, que según Patricia Ares algunos de ellos se relacionan con:¿Qué debe entenderse como familia?
En el estudio de la familia convergen concepciones de diferentes disciplinas científicas entre los que están la sociología, psicología, pedagogía y la antropología, entre otros. Cada una de ellas conceptualiza este término a partir del objeto de investigación que despliega, por lo que bajo un mismo concepto se incluyen criterios o enfoques diferentes, quedando la acepción del mismo a juicio del propio investigador o lector.
La familia es en sí misma un sistema de apoyo que ofrece a sus miembros información sobre el mundo, transmite a los más pequeños el conocimiento de su cultura necesaria para tener éxito en su vida cotidiana y enseña a sus hijos cómo son y para qué sirven las cosas, también aporta a los hijos sistema de valores que hacen que se alaben o repriman determinados comportamientos del niño, impregnando a través de los cuentos que se les narran, el tipo de juegos que se les enseña, los mensajes que les dan y en general todas las actividades que inician con ellos. La familia aporta también códigos de conducta, enseña a sus hijos cómo deben comportarse en las diferentes situaciones y contextos sociales o, lo que es lo mismo a tener comportamientos adecuados, siempre de acuerdo a su sistema de valores.
Es importante en estas reflexiones, con respecto al carácter histórico social de la familia, hacer alusión a las particularidades actuales de la familia cubana, que la distinguen de la de otros países. El contexto social funciona como una institución que garantiza la transmisión de valores que siempre se producen en la dinámica cotidiana del hogar, como parte de la convivencia natural entre los padres e hijos. Al existir condiciones de vida en la población que garantizan la elevación del nivel cultural donde todos tienen las mismas posibilidades de superación, incluyendo a la mujer, impregnando a la familia cubana de un sentimiento de seguridad en el futuro y en el desarrollo de sus hijos.
Sobre la base de las concepciones históricas que fundamentan el origen de la familia se expone a continuación el fundamento psicológico y pedagógico de la función primaria de la familia en la sociedad, es decir: su función educativa, particularizando en las familias que tienen niños en los centros infantiles
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Consideraciones sobre la función educativa de la  familia.

Mucho antes de que surgiera con F. Froebell (1782 - 1852), un sistema para la educación social de los niños preescolares (instituciones educativas), ya pedagogos ilustres se habían referido a la importancia de las edades tempranas para todo el desarrollo ulterior del niño y a la familia (a la madre fundamentalmente), como primera e insustituible educadora de sus hijos.
En las concepciones pedagógicas de autores como J. A. Comenius, J. J. Rousseau, J. E. Pestalozzi, se establecen los contenidos, métodos y principios didácticos para estimular el desarrollo y la educación de los niños en la etapa previa al ingreso a la escuela en la familia: “La escuela materna”, “El Emilio”, “Cómo Gertrudis educa a su hijo”, obras de estos pedagogos de avanzada.
J. A. Comenius (1592 - 1670),  subrayó el papel de la escuela materna como primera etapa de la educación, que ocupa los primeros seis años de la vida del niño, considerados por él como un período de intenso crecimiento físico y de desarrollo de los órganos de los sentidos. Como se aprecia su propuesta se dirige hacia la educación maternal resaltando el papel de la educación familiar en la educación y enseñanza de los niños, otorgando especial jerarquía a la dirección, cuidado y ejercitación de la niñez para que se desarrolle en el plano corporal y mental.
Conviene declarar que este autor aunque no propone instituciones educativas para la formación de los pequeños hasta la edad de los seis años, sí considera necesario y  de un alto valor formativo, dirigir el proceso educativo y le concedía esta misión tan importante a  la madre. 
E. Pestalozzi (1746 - 1827), en su propuesta de educación para el desarrollo armónico del niño: físico, intelectual, moral y laboral, defendió como mejor y principal educador a la madre, para las cuales escribió un manual “Libro para las madres” o “Guía para las madres”, en el cual orientaba como desarrollar la orientación y el lenguaje de sus menores hijos.
La preparación de la familia en el decursar de los enfoques teóricos está dada en la Educación Preescolar en dos momentos, la obra esencial de los precursores de la pedagogía y lo ocurrido en el campo de la Educación Preescolar en Cuba después del triunfo de la Revolución
La familia juega un papel preponderante para lograr un pleno desarrollo del niño en este periodo de su vida y contribuir a su preparación para el aprendizaje escolar. Hoy la sociedad demanda a la familia que dan a los niños y las niñas las herramientas para hacer de él un sujeto activo, consiente, creativo e independiente por lo que constituye una necesidad formar y desarrollar habilidades de carácter generar para poder formar una personalidad creadora y reflexiva para el aprendizaje-
La orientación familiar, es considerada como el tipo de orientación educativa y técnica de  intervención educativa que surge de la relación institución - familia y que forma parte de una de las funciones del docente, la que debe proyectarse hacia el protagonismo familiar, (I. Lauro, 2002; M. Torres, 2003; I. De la Vega, 2008; P. Castro, 2011), esta se enriquece de los múltiples ensayos realizados como variantes educativas en nuestra sociedad.
Dada la importancia que tiene la orientación familiar en su misión de dotarlos de los conocimientos necesarios para educar a sus niños resulta pertinente el criterio  la autora E. Núñez (1989), en su artículo “Las escuelas de educación familiar”, al  plantear que los docentes al ejecutarla deben potenciar la colaboración, ofrecerles vías, métodos y formas positivas de orientación, para que los padres puedan enfrentar situaciones y resolverlas de forma independiente en el hogar.
En los estudios relacionados con la educación y  orientación familiar también resultan importantes los estudios de P. Castro (2011) al ofrecer un sistema de principios para la orientación, tales como: conocimiento y estimulación del funcionamiento familiar, integridad de la orientación, de la participación, enriquecimiento de la comunicación y capacitación de los orientadores, que son muy necesarios para este proceso.
Uno de los retos de la educación preescolar es preparar a las familias para que puedan enfrentar la educación de sus hijos con mayores posibilidades, dando continuidad en el hogar a la  labor de la institución infantil. Uno de los elementos a los que debe prestar atención la familia en su labor educativa es al desarrollo de la motricidad fina desde la edad preescolar.
Todo niño o niña puede crecer desarrollarse más y mejor si se le ayuda y estimula en todas las áreas del conocimiento humano y en especial en la conducta motriz fina, en su preparación para la aplicación práctica y su ingreso a la escuela.
Los actos motores exigen una coordinación recíproca en el trabajo de todos los sistemas fisiológicos, lo cual depende de la regulación nerviosa correspondiente. Estos aspectos están relacionados con la motricidad fina: movimientos fundamentales de los pequeños músculos de la mano y el establecimiento de una relación óculo - manual, coordinación esencial para el dominio de acciones, instrumentos, así como para el aprendizaje de la lectoescritura
La motricidad fina es el tipo de motricidad que permite hacer movimientos  pequeños y muy precisos .se ubica en la tercera unidad funcional del cerebro, donde se interpretan emociones y sentimientos (unidad, efectiva por excelencia  siendo la unidad  de programación, regulación y verificación de la actividad mental) localizada en el lóbulo frontal y en la región pre-central. Es compleja y exige la participación de muchas áreas corticales, hace referencia a la coordinación de la función neurológica, esquelética y muscular utilizada para producir movimientos precisos.
Hasta las primeras décadas del siglo XX no se tomó en serio este apartado de la conducta humana, desde sus comienzos, las investigaciones sobre la motricidad infantil y humana en general, se realizaron con la intención de conocer mejor  a los sujetos  y poder establecer instrumentos para   valorarla, analizar y estudiar el status motor  de estos.
Diferentes especialistas e investigadores del mundo han dado su criterio sobre la psicomotricidad.
Wallón, (1979) Bajo el término de psico se encuentran desde los elementos superiores del espíritu hasta los sensitivos. Hace referencia al desarrollo psíquico que se obra en el sujeto a través del movimiento y se refiere tanto a la inteligencia como a la vida emocional. Sus puntos esenciales son: soltura motriz e ideación de esa actividad motriz.
En 1996, Johanne Durivage al abordar la psicomotricidad, se refiere al trabajo con la motricidad fina como premisa para lograr una efectividad gráfica. Y más recientemente la Dra. Susana Collado Vázquez Coordinadora de Motricidad en  la Universidad Alfonso X el Sabio, España, ha  abordado en su trabajo los estrechos vínculos del desarrollo psicomotriz con las habilidades para la escritura.
En la revisión bibliográfica realizada sobre las investigaciones realizadas en Cuba  se destacan los trabajos realizados por la enseñanza especial sobre el tema de la motricidad. Autores como  Orlando R. G (1999), Ramón López Machín (2000) ponen  el énfasis en que la psicomotricidad es un elemento  que  hay que desarrollar para el aprendizaje del lenguaje escrito en la preparación laboral. Por su parte Orlando R B. Vásquez. (2002), aborda la importancia  del área terapéutica para el  desarrollo psicomotor del niño. 
Según Molina de C. D, (1980) la psicomotricidad es una integración de las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio motrices en la capacidad de ser y de expresarse  en un  contexto psicosocial.
J. Durivage, (1996) expresa que la psicomotricidad estudia la relación entre los  movimientos y las funciones mentales indaga la importancia del movimiento en la formación de la personalidad y en el aprendizaje y se ocupa de las perturbaciones del proceso para establecer medidas educativas y reeducativas.          
Como antecedentes relacionados con el tema en Cuba, se deben mencionar: la tesis de maestría de Catalina González (1999) “La Motricidad del niño y la niña de 1 a 6 años de edad¨, la tesis de doctorado de Gladis Bécquer “La Estimulación temprana en los niños del primer año de Vida (2002) y  la tesis de maestría de Alina Manzano Salazar (2009)¨Los juegos didácticos. Una vía para el desarrollo de las acciones de correlación e instrumentales¨.
La motricidad es una entidad dinámica que se divide en noción de organicidad, organización, realización, funcionamiento, unido al desarrollo y a la maduración, todo lo cual se agrupa bajo la terminología: función motriz.
Las autoras de este investigación comparten el criterio de la MSc. Marisol Griñan Marrero (2003),  de que a estas  definiciones les faltan elementos que revelen la influencia del medio y del adulto en la evolución y desarrollo de la psicomotricidad, aunque si valora el papel del cerebro como órgano importante en el desarrollo de los movimientos del niño.
El desarrollo de la psicomotricidad estará por ello vinculado a la maduración física, que se expresará en aspectos que van desde los movimientos rudimentarios y reflejos del recién nacido a aspectos que señalarán un alto grado de coordinación, ‘’motricidad fina’’ que se dan en conductas como vestirse solo o control de esfínteres, que están implicando ya un control diferenciado de músculos específicos.
Al analizar lo expuesto por estos  especialistas la autora considera entonces, que la motricidad desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad por lo que se pueden desarrollar diferentes formas de intervención psicomotriz que encuentra su aplicación en cualquier edad desde el punto de vista  preventivo, reeducativo y terapéutico.
Investigaciones  significativas se han  realizado respecto al tema de la motricidad fina a nivel nacional e internacional. Entre las desarrolladas a nivel internacional se encuentran: Sánchez Torres, Luisa (2010) Estimulación en el hogar y desarrollo motor en niños mexicanos de 36 meses; Castillo Cándales, Rosalba, (2012) La capacitación psicopedagógica para desarrollar la motricidad fina en los niños de 3 a 6 años del Centro de Educación Bolivariano  El Llano, (2012).
Mientras que a nivel nacional sobresalen las investigaciones realizadas por  González, Catalina (1999) relacionadas con la motricidad del niño de uno a seis años de edad hace referencia a los logros motores en la motricidad gruesa,   Hernández Penton, Belkis (2007) La motricidad fina en la etapa infantil, sin embargo de la motricidad fina no se abordan elementos que se consideren importante determinar para valorar que preparación tiene el niño para aprendizajes superiores relacionados con las habilidades manuales.
La autora de esta investigación comparte criterio con la Msc. Marisol Griñan Marrero  al asumir la posición de Molina de C. D, por cuanto desde el punto de vista educativo, la psicomotricidad  de la personalidad desde las edades más tempranas se prepara  al niño para aprendizajes superiores en diferentes momentos del proceso educativo.
Así mismo, a partir del análisis de la teoría de Vygotsky quien considera al niño como una  consecuencia de la organización de sus vida por el adulto y aplicando la teoría de J. P. Pavlov,  acerca de la actividad refleja del cerebro trató de demostrar el desarrollo psíquico de los niños como la formación de conexiones reflejas condicionadas que constituyen la base de la experiencia individual acumulada por el niño y de la experiencia de los adultos, la autora de esta investigación considera que la psicomotricidad es  una actividad psíquica consciente, que es provocada antes determinadas situaciones motrices  que tendrá mayor o menor éxito en correspondencia con la acción que ejerza sobre el niño su entorno social y los adultos.
El estudio del proceso de orientación familiar requiere de la profundización en el análisis de su desarrollo histórico  en la pedagogía cubana. La orientación familiar, no constituye una novedad de la escuela cubana, ya que sus primeros vestigios se observaron en la década de los 60 en Paris, sin embargo en el periodo fundacional de la pedagogía cubana, se destacan el legado de Martí, Varela, Luz y Caballero, Enrique José Varona que destacan la importancia de educar a las familias para esta empeño.
En su pensamiento pedagógico Enrique José Varona y Pera (1849-1933), consideraba a la madre como la figura esencial en la formación de sus hijos y sustentaba a su vez la idea de orientar y educar a las madres. Estas ideas siempre han estado presentes en el quehacer pedagógico después del triunfo de la revolución cubana, porque siempre fue política del estado y del ministerio de educación (MINED) atender las necesidades y problemas de los escolares y brindarles ayuda desde las diferentes instituciones sociales. En este sentido la orientación familiar ha tenido diferentes formas y manifestaciones que merecen el devenir del análisis histórico.
En el estudio de la evolución histórica del desarrollo de la orientación familiar se parte de consideraciones acerca de la orientación educativa en el periodo de la construcción de la sociedad socialista en el que se inician grandes transformaciones en la educación que trajeron como resultado avances significativos en la base científica del trabajo con las familias.
Sobre estas consideraciones se presenta un análisis histórico que sintetiza las transformaciones de los contenidos de la orientación y sus influencias en la preparación de las familias, las cuales se contextualizan en los cambios a partir de 1959. Autores como Castro, Pedro Luis (2011) y Gutiérrez, (2016) realizan importantes aportaciones al análisis de la evolución histórica de la orientación educativa y de la orientación a la familia las cuales sirven de punto de partida en este trabajo.

Para el análisis de la orientación educativa en las diferentes etapas se identificaron los siguientes indicadores que devienen del propio desarrollo de este proceso y sus regularidades   

  • Lugar e importancia de la orientación educativa,
  • Concepción acerca de la orientación educativa a la familia.
  • Vías y métodos utilizados en la labor educativa de orientar a la familia.
  • Papel de la institución y el educador en la orientación y educativa a las familias.

A partir de estos indicadores se establecen 4 etapas para el desarrollo de la orientación familiar.
Primera etapa: orientación educativa predominante empírica y espontánea a la familia 1961-1971.
Segunda etapa: establecimiento de las bases científicas de la orientación educativa en la institución 1972-1981.
Tercera etapa: consolidación de la orientación familiar 1982 hasta  1993.
Cuarta etapa; 1996 hasta la actualidad
A partir de 1961 se inicia una nueva  etapa. La orientación en la educación cubana. la orientación adquiere una función educativa con la creación de la educación especial(1962), con el fin de influir en la formación de una personalidad sana , eficiente, madura con un desarrollo de sus potencialidades que le permita enfrentar con éxitos las tareas propias de cada edad para preparar al hombre para la vida teniendo en cuenta que el proceso de formación de la personalidad multifactorial comienza entonces a darse los primeros pasos en una nueva modalidad de orientación educativa, la orientación familiar.
En 1971 en el congreso nacional de educación y cultura a propuesta del mismo  pasó balance a las actividades que se realizaban con las familias de los alumnos tanto en las escuelas de padres como por los medios de difusión. Las mismas se institucionalizaban por aquella época en el departamento de psicología del ministerio de educación (MINED), que contaba con una sesión de orientación a padres y se convirtieron en los primeros pasos para la concepción de las escuelas de orientación familiar. En esta etapa las tendencias de orientación educativa a padres que se ha seguido estaban determinadas por un discurso moral que resultó algo impositivo o cuanto menos externo a las necesidades y vivencias de los sujetos de cada comunidad. Por ejemplo los temas de escuelas de padres que se indicaban desde el equipo nacional de orientación a padres del departamento de psicología del ministerio de educación (MINED) a inicio de los 70 eran una reproducción de representaciones morales y que en ocasiones no estaban acordes con las realidades cotidianas de los sujetos de cada grupo. Como se ha visto el trabajo de orientación educativa que se ha realizado hasta el momento obedeció a determinadas condiciones socio-históricas en las que la familia asumía su gestión educativa a  partir de las condiciones que desde la institucionalización, a partir de la década del 70  se venía llevando a cabo lo cual recargo en el estado y la escuela la responsabilidad de la  formación de la personalidad de las nuevas generaciones y la familia asumió un papel pasivo al respecto.
Segunda etapa: con la institucionalización del país en la década del 70 provocó que la escuela fuera la responsable de la educación de las nuevas generaciones quedando la familia en un segundo plano, esto provoco en la familia cubana una actitud de pasividad en el cumplimiento de su gestión educativa  a partir de este análisis en la etapa de 1975-1996 existe un auge en los estudios relacionados con la familia y se retoma el papel primario de la familia en la educación de sus hijos.
En el año 1989 se comienza la labor de perfeccionamiento del trabajo con la familia con la creación del grupo familia en el ministerio de educación, se profundiza en la elaboración teórica y metodológica del trabajo de la orientación educativa a la familia desde la escuela.
En esta etapa se reconoce el papel de la escuela y el maestro en el desarrollo de la orientación, se reconoce el papel del maestro como orientador aunque esta función solo la cumplen aquellos que eran preparados con esta fin por lo que no constituye una función del mismo. Aunque aparecen intentos de acercar la orientación a las particularidades de la familia estas trabajan aún de forma general y no particularizando en el diagnóstico de las familias.
Se determinaron características de la segunda etapa:

  • Se generaliza en todo el país el trabajo con los consejos de escuelas y las escuelas de padres como vías de orientación educativa  a padres.
  • Se reconoce el papel de la escuela como institución educativa capaz de influir en la educación de la familia y del maestro como orientador aunque no es función del mismo.

Tercera etapa: consolidación de la orientación educativa 1996 hasta la actualidad.
Características generales de la etapa:

  • La orientación educativa en la escuela adquiere mayor relevancia, sus contenidos comienzan a abordarse en los planes de estudios y otras formas de superación pero no constituye una función del maestro.
  • Se enriquece el aparato categorial de la orientación educativa.
  • Se crean condiciones propicias para la orientación educativa por parte del maestro con las transformaciones realizadas en la escuela.
  • Se impone revelar en el proceso pedagógico el desarrollo de la orientación teniendo en cuenta las particularidades de las familias.                                                         

CONCLUSIONES
Las exigencias sociales en las que se produce la educación de las nuevas generaciones hacen indispensable que la escuela y las familias actúen como engranaje perfecto, de manera tal que se garantice la formación de las nuevas generaciones.
La orientación educativa a las familias es un  proceso que debe ser desarrollado por los docentes, conscientes de su papel como agentes de cambio, mediante su labor de asesoría educativa a  la familia desde una comprensión más social de los problemas de los niños y sus familias y sus posibles soluciones,  a  partir de  proporcionar la reflexión, sensibilización y la toma de decisiones de cada uno de sus miembros. A partir de esta tendencia el educador debe constituir el primer eslabón en el proceso de orientación familiar a partir del nivel de asesoramiento que requiere la familia y lograr la armonía en relación a las influencias educativas que recibe el educando en la formación de su personalidad.
El desarrollo de la motricidad resulta esencial en la formación integral del niño, pues es a través del movimiento que descubre las infinitas posibilidades de acción de su cuerpo, establece  mayores relaciones  con su entorno, satisface  además sus necesidades de comunicación, expresión y el desarrollo de los diferentes sistemas del organismo.

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*Educadora del Círculo Infantil Soldaditos del Futuro. Municipio Mella. Santiago de Cuba. Cuba. Teléf.. 53-54075500. Email: yirma@uo.edu.cu
** Metodóloga de la Dirección de Formación de Pregrado. Vice Rectoría docente. Universidad de oriente. Santiago de Cuba. Cuba. Teléf. 53-58562614. Email: maribela@uo.edu.cu

Recibido: 08/10/2018 Aceptado: 29/12/2018 Publicado: Diciembre de 2018

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