Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


LA FORMACIÓN DE NOCIONES Y REPRESENTACIONES HISTÓRICAS EN EL NIVEL PRIMARIO

Autores e infomación del artículo

Liuván Nuñez Díaz*

Universidad de Artemisa, Cuba

liuvan@uart.edu.cu


RESUMEN
El proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba posee un alto potencial formativo y humanista. Su tratamiento debe estar acompañado por una adecuada y coherente aplicación de un sistema de medios, donde se aprecie complementación, interdependencia y subordinación entre ellos, que muestre el objeto de estudio desde varios soportes con dinámicas comunicacionales diferentes para contribuir a la formación de nociones y representaciones históricas en los escolares, esta es de suma importancia al constituir la base del conocimiento, para luego poder transitar hasta los conocimientos lógicos (conceptos, regularidades, leyes e ideas rectoras) que son más abstractos, generalizadores, racionales y subjetivos.  En el nivel primario, nos percatamos que todavía existe debilidad y se hace necesaria la formación de nociones y representaciones históricas en el proceso de enseñanza de la Historia de Cuba. Por lo que el siguiente trabajo ofrece fundamentos teóricos y metodológicos que existen en la bibliografía consultada que permiten sustentar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba en la escuela primaria y en especial la formación de nociones y representaciones históricas.
Palabras clave: proceso de enseñanza aprendizaje-conocimientos facticos-nociones- representaciones.
SUMMARY
The teaching-learning process of the History of Cuba has a high formative and humanistic potential. Its treatment must be accompanied by an adequate and coherent application of a media system, where complementarily, interdependence and subordination among them is appreciated, showing the object of study from various supports with different communication dynamics to contribute to the formation of notions and representations historical in school, this is of utmost importance to be the basis of knowledge, and then move to the logical knowledge (concepts, regularities, laws and ideas governing) that are more abstract, general, rational and subjective. At the primary level, we realize that there is still weakness and it is necessary to form notions and historical representations in the teaching process of the History of Cuba. Therefore, the following work offers theoretical and methodological foundations that exist in the consulted bibliography that allow sustaining the teaching-learning process of the History of Cuba in the primary school and especially the formation of notions and historical representations.
Key words: teaching-learning process-factical knowledge-notions-representations.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Liuván Nuñez Díaz (2018): “La formación de nociones y representaciones históricas en el nivel primario”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (septiembre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/09/nociones-nivel-primario.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1809nociones-nivel-primario


INTRODUCCIÓN
La enseñanza primaria, en Cuba, enfrenta en la actualidad una serie de transformaciones que constituyen condiciones favorables para conducir un proceso educativo con mayor calidad. En este nivel se encuentran escolares, cuyas edades constituyen una de las etapas fundamentales del desarrollo humano, en cuanto a adquisiciones y desarrollo de potencialidades en las diferentes áreas de su personalidad. Todas estas condiciones, hacen que cada vez tengan que ser más planificados, precisos y eficientes los procesos educativos que se desarrollan en la escuela, tanto en el proceso de enseñanza-aprendizaje como en las variadas actividades en que participan los escolares, las que guiadas por el fin y los objetivos y teniendo en cuenta las particularidades de las edades y el diagnóstico, prevean las transformaciones necesarias.
Uno de los objetivos que persigue la Escuela Primaria es demostrar sentimientos de amor y orgullo por la patria, y sus símbolos, así como de admiración y respeto por sus líderes, héroes y mártires, el deseo de seguir su ejemplo, y manifestar sentimientos de repudio hacia el Imperialismo. Este exige urgentemente que se preste atención especial a la enseñanza-aprendizaje de la Historia.
El estudio de la Historia de Cuba, como asignatura, se introduce en 5to.y 6to. grado donde los escolares caracterizan las cuatro etapas historia –Sociedad Comunitaria, Colonia, Neocolonia y Revolución en el poder- en que de divide para su estudio. El proceso de enseñanza-aprendizaje de esta debe posibilitar el análisis de importantes conflictos regionales del pasado y, además, potenciar sistemas de conocimientos esencialmente fácticos, ya que representa uno de los primeros acercamientos de los escolares a su estudio.
El programa de Historia de Cuba en el nivel primario posee un amplio sistema de conocimientos a tratar en el curso escolar y a lo que se aspira es a que los escolares comprendan la historia, además, jugar un rol protagónico en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el que puedan, mediante el debate y la reflexión acerca de los contenidos objetos de estudio, opinar de forma sincera lo que piensan, intercambiar criterios con sus compañeros en el marco de respeto, reconocer y entender sus valores, y los valores e ideales de la sociedad en que viven; rol que beneficia su formación humanista y los prepara para la vida.
Para el logro de lo antes mencionado se hace necesario aplicar un adecuado sistema de medios, donde se aprecie concatenación, complementación, interdependencia y coherencia entre ellos, que evite la repetición de información dentro de la clase y que, además, muestre el objeto de estudio desde varios soportes con dinámicas comunicacionales diferentes. Esto debe contribuir a la formación eficiente de nociones y representaciones históricas en los escolares.
A partir de la experiencia profesional del autor, observación a clase y el intercambio sistemático con escolares primarios (Anexo 1), posibilitaron revelar un conjunto de debilidades que se aprecian en el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba:

  • Los escolares no logran relacional generalmente los rasgos externos e inmediato de los objetos con los acontecimientos objeto de estudio.
  • El conocimiento de los objetos de la cultura material del hecho histórico es insuficiente por parte de los escolares, que generalmente memorizan hechos y fechas sin lograr una verdadera representación de los acontecimientos y procesos históricos.
  • Generalmente los escolares no logran contextualizar temporal y espacialmente los acontecimientos históricos estudiados, ni establecen la relación líder-masas, ni toman partido sobre la actuación de los disímiles sujetos sociales en los acontecimientos.
  • En las clases de Historia de Cuba al emplearse los medios es insuficiente en los escolares una imagen integral del hecho histórico.

La situación problemática que se expone demuestra la insuficiente coherencia de la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba en el nivel primario, lo que conlleva a un aprendizaje rígido, donde predomina lo memorístico y sin tener en cuenta la relación pasado, presente y futuro, desprovisto de imágenes que le permitan al  escolar formar nociones y representaciones históricas muy diferentes al que se aspira lograr en la Escuela Primaria actual.
Por lo antes expuesto el autor se propone como objetivo: valorar las características de un sistema de actividades para la formación de nociones y representaciones históricas en los escolares del nivel primario.
1. LA FORMACIÓN DE REPRESENTACIONES HISTÓRICAS EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE DE LA HISTORIA DE CUBA EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA
1.1. El proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba en la Educación Primaria
El mundo contemporáneo ha planteado a las instituciones educativas el reto de transformarse para responder a las necesidades y las exigencias que impone la globalización. El panorama mundial, se presenta lleno de complejidades y contradicciones con problemas que exige adecuar la preparación del ciudadano de cada país para poder enfrentar los cambios que se avecinan.
En Cuba el nivel de educación primaria es una de las etapas fundamentales en cuanto a adquisiciones básicas para un aprendizaje sistemático y desarrollo de potencialidades, tanto en el área intelectual como en el afectivo-motivacional, y está obligada a poner al escolar al nivel de su tiempo y prepararlo para la vida.
Para ello se hace necesario tener en cuenta la unidad dialéctica de la enseñanza y el aprendizaje que posibilita el desarrollo del escolar en su interacción con el profesor y el grupo. En la fuente consultada se pudo constatar la diversidad de criterios existentes sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA), entre los que se destacan los expuestos por Rita Marina Álvarez de Sayas (1995), Doris Castellanos Simons (2002), Hydée Leal García (2003) y Manuel Romero (2010).
En la presente investigación el autor asume el criterio formulado por la DrC. Doris Castellano Simons con relación al proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador porque abarca lo motivacional-afectivo y le confiriere un carácter social, grupal e individual del aprendizaje. Plantea que es:
(…) aquel que constituye un sistema donde tanto la enseñanza como el aprendizaje, como subsistemas, se basan en una educación desarrolladora, lo que implica una comunicación y actividad intencionales, cuyo accionar didáctico genera estrategias de aprendizajes para el desarrollo de una personalidad integral y autodeterminada del educando, en los marcos de la escuela como institución social transmisora de la cultura. (Castellano, 2002: 45).
También se identifica con el criterio de José Ignacio Reyes sobre el proceso de enseñanza aprendizaje cuando plantea:
(…) Es uno solo, con carácter dialéctico e integral, que conlleva la participación activa tanto del profesor como de los adolescentes, e implica a su vez precisar los objetivos de enseñanza que los adolescentes asumen como sus objetivos de aprendizaje, para llegar a los diferentes niveles de esencia del contenido (conocimientos, habilidades, hábitos, destrezas, normas, actitudes y valores) con la utilización de formas de organización, métodos y medios de enseñanza que posibilitan la adquisición de esos saberes que el profesor y los adolescentes deben evaluar sistemáticamente desde una concepción de proceso y resultado. (Reyes, 2007: 16)
La definición asumida no limita el aprendizaje a la esfera cognitiva, sino la inductora o afectiva en estrecha relación con el componente axiológico, concibe la evaluación como proceso, que determina su éxito, a partir de la participación activa tanto del escolar como del profesor, además, tiene en cuenta las características psicológicas de los escolares a los que está dirigido la investigación. Se sustenta en las necesidades educativas actuales.
Con respecto a las exigencias del proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia; diversos han sido los autores que se refieren a sus características fundamentales entre los que se destacan Rita Marina Álvarez (1978), Manuel Romero (1999, 2010), Horacio Díaz (2002), Hydée Leal (2011) y otros. Se asume lo planteado por Romero que considera:
La Historia que se estudia en la escuela debe asumir el valor integrador de esta ciencia, contribuir a reforzar la identidad nacional, a robustecer la autoestima y autorreconocimiento individual y social, elevar la calidad cultural de vida, constituirse en agente regulador para la vida del hombre sobre la base de sus funciones de diagnóstico (reconstrucción del pasado) y pronóstico (hacia dónde puede devenir la realidad), y aportar una lección humana dado su potencial educativo, pues la Historia como referente permite que el hombre construya sus propios significados sociales. O sea, la Historia enriquece la memoria de los pueblos, es la gran tradición de la humanidad. (Romero, 2010: 19)
El profesor considera por lo tanto el perfil integrador de la historia en la sociedad y cómo deben ser aprovechadas sus potencialidades para vigorizar la autoestima y el autorreconocimiento individual y social, enfatiza el carácter humanista como ciencia social y como asignatura dado su potencial educativo, a partir de que cada estudiante sea capaz de identificar sus propios significados sociales.
Resulta necesario precisar que el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia tiene como propósito esencial la personalidad del estudiante, por lo que se asume lo expresado por Ondina Lolo:
(…) se debe asumir un aprendizaje no solo para la academia, sino para la vida, dada la aspiración de formar un ser humano con una educación general integral y cultural, capaz no solo de conocer las raíces de su presente para entenderlo y transformarlo si es necesario, desde su participación cívica y ciudadana, sino también para la prospección futura. (Lolo, 2014: 45)
Las valoraciones anteriores requieren de la autopreparación de los maestros, para propiciar una participación activa y consciente de los escolares, ya que se aspira a que logren adquirir un grupo de elementos esenciales y medulares en su formación de una cultura patriótica.
El proceso de enseñanza aprendizaje desarrollador de la historia debe propiciar la formación y el desarrollo integral de la personalidad del escolar, que le admita apropiarse de los conocimientos, destrezas y habilidades en armonía con la formación de sentimientos, valores y convicciones, así como potenciar su tránsito creciente de la dependencia a la independencia o autonomía y la autorregulación, propiciando la motivación y resignificación para la durabilidad del aprendizaje.
Siguiendo la misma línea de pensamiento el Dr. Ángel Felipe Jevey refiere que “el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia en la Educación Primaria para que sea desarrollador supone armonizar los nexos y relaciones entre sus componentes: escolares, grupo, maestro, objetivo, contenido, métodos, medios de enseñanza, formas de organización y evaluación”. (Jevey, 2007: 38)
En los grados quinto y sexto la Educación Primaria se promueve el aprendizaje de la Historia de Cuba, centrando su atención en los conocimientos fácticos, pues el nivel de maduración psíquico de estos escolares no les permite comprender de la historia aquellos conceptos que son reflejo de una gran abstracción.
Para lograr el desarrollo exitoso de este proceso de enseñanza-aprendizaje no debe ofrecer a los escolares los conocimientos como acabados, completos, absolutos, debe posibilitar la reflexión, dar la posibilidad que elaboren productos, que valoren, que hagan suposiciones y que relacionen los hechos del pasado con el presente para transformar el futuro, es decir, establecer la relación dialéctica pasado-presente-futuro. El escolar debe llegar a ser consciente de su rol protagónico y debe orientarse en el aprendizaje, e incluso llegar a evaluar el avance de sí mismo y de los demás.
Debe enseñarse una historia que abarque la multidimensionalidad y pluralidad de aspectos que integran la actividad humana, que esté apoyado con un enfoque sistémico de una variedad de fuentes para aprender el contenido histórico, y demás elementos. Si el escolar establece variadas relaciones con los conocimientos previamente adquiridos se lograrán conexiones más profundas y se facilitará que puedan ser aplicados a situaciones diversas.
1.2. La formación de nociones y representaciones históricas en el nivel primario
En la Educación Primaria en la asignatura de Historia de Cuba los acontecimientos, fenómenos y procesos que se abordan en el grado están en función de lograr en los escolares, nociones y representaciones históricas correctas, de ahí que predominan las descripciones, anécdotas y relatos. En el orden metodológico los contenidos hacen prevalecer las valoraciones, las narraciones, las explicaciones, el ordenamiento cronológico, etc., por tratarse de hechos políticos o militares y actuaciones de personalidades históricas, para los que son propios esos procedimientos, por ello el maestro ha de trabajar porque los escolares desarrollen habilidades del mismo tipo.
El sistema de conocimientos histórico-sociales según su grado de dificultad se divide en dos niveles, primero los conocimientos fácticos (nociones y representaciones históricas) y en segundo lugar los conocimientos lógicos (conceptos, regularidades, leyes e ideas, ejes o ideas rectoras) (Anexo 2). Cuando distingue los tipos de conocimientos históricos se está haciendo desde presupuestos psicológico-pedagógicos predominantemente, para los fácticos, y desde presupuestos fundamentalmente epistemológicos para los lógicos.
Los profesores en las clases de Historia, fundamentalmente las de Cuba, deben hacer lo posible porque los escolares  comprendan los procesos históricos y solo así podrán, desde la ciencia, establecer la relación dialéctica pasado, presente futuro. Por tal motivo, es necesario que se transite de forma correcta por los tipos de conocimientos históricos.
En Metodología de la enseñanza de la Historia, la Dra. Rita Marina Álvarez consideraba que “en el orden de la formación del conocimiento histórico, la noción ocupa el primer lugar (…) y es el primer eslabón de la cadena de conocimientos, sobre cuya base se forman las representaciones y los conceptos.” (Álvarez, 1978: 57)
Teniendo en cuenta lo expresado por la Rita Marina Álvarez, el autor asume que es necesario favorecer el paso de los elementos fácticos a la investigación por el escolar de las características esenciales de los objetos y fenómenos históricos, sus nexos y lograr una relación sujeto –objeto y sujeto-sujeto, contextualizándolo temporal y espacialmente.
Manuel Romero considera que:
(…) es útil explicar que, en este primer nivel de conocimientos fácticos, y en particular de las representaciones de lo ocurrido en un lugar y momento determinado, (…) supone un cierto nivel de abstracción, supone la comprensión de la relación entre los hechos y entre estos y las situaciones o contextos en que se desarrollan, expresan el movimiento social, la ruptura, desde el tiempo medio o de las coyunturas y el tiempo largo de las formaciones económicas y sociales. Supone ya una comprensión interpretativa sobre la base de la información fáctica. (Romero, 2010: 90)
En correspondencia con lo afirmado por Manuel Romero es preciso lograr nociones y representaciones completas y concretas del pasado, sin cuya base no es posible la formación de conceptos, ni la determinación de generalidades, leyes, ideas rectoras o regularidades que intervienen.
Al examinar lo diseñado por la Rita Marina Álvarez sobre las representaciones históricas, las clasifica en representaciones de tipo: “geográficas, de situaciones económicas, de los hombres que encabezan la acción, de acciones importantes y de objetos de la cultura material” (Alvares 1978: 59); en su clasificación le propone procedimientos específicos a cada tipo de representaciones.
Es importante que en unión a esto se auxiliemos de forma coherente de medios de enseñanza-aprendizaje que posean carácter sistémico, siguiendo el diagnóstico de los escolares y el o los objetivo/s propuesto/s. Arthur Machado Versiani (2002) considera como medio de enseñanza:
(…) los recursos materiales portadores de información que, utilizados por profesores y alumnos en el proceso de enseñanza- aprendizaje, bajo determinadas condiciones previamente planeadas, facilitan la comunicación docente y el aprendizaje, sea por presentación representación de aspectos de la realidad concernientes al currículo, sea por mediación de sistemas simbólicos que permiten una relación crítico- activa de los alumnos con su entorno – el medio físico y el espacio sociocultural. (Versiani, 2002)
Es significativo y necesario el empleo de los medios de enseñanza-aprendizaje en el proceso de formación de nociones y representaciones históricas. Este aspecto es coincidente a lo planteado por Rita Marina Álvarez y Horacio Díaz, ya que en su clasificación abogan la necesidad de la utilización de los medios de enseñanza-aprendizaje para este fin.
Respecto a esto el profesor Horacio Díaz plantea:
(…) la palabra del maestro influye tanto en la percepción como en la representación; debe ser capaz de crear imágenes del pasado que en ocasiones no pueden ser percibidas sensorialmente por los estudiantes. Si durante la exposición el maestro utiliza varias fuentes del conocimiento histórico (mapas, láminas, gráficas, objetos museables), propiciará una relación sujeto-objeto activo y reflexivo, con lo cual desarrollará imágenes y representaciones que para el estudiante resultan lejanas y abstractas. (Díaz, 2002: 24)
Por lo antes expresado, el autor de la presente investigación considera que en Historia se entiende por nociones las imágenes externas e inmediatas del hecho histórico que adquieren los escolares relacionados con los objetos de la cultura material que intervienen –instrumentosde trabajo, armas, viviendas-, el aspecto físico de los actores sociales (personalidades) y lugares históricos vinculados con las acciones de los hombres. Mientras que las representaciones constituyen una imagen íntegra del hecho histórico, como algo que ocurrió un día determinado y en un lugar determinado con toda su carga emocional. Se reflejan la actividad económica, política, militar, social y cultural de los humanos en el transcurso histórico. Todo esto permite establecer una mejor comprensión del fenómeno desde la diferenciación de las características externas –particulares y generales-, temporalmente, por una parte, las diferentes sociedades, y por otra, en un propio lugar, diferenciar las etapas o períodos por los que transcurre.
La formación de los conocimientos histórico-sociales concuerda con la teoría leninista del conocimiento, por lo que este proceso se separa de las nociones y de las representaciones históricas solo para su estudio, ya que forman una unidad dialéctica dentro del sistema de conocimientos propuesto.
1.3. Acerca del sistema de actividades
El autor propone que para la enseñanza de las nociones y representaciones, es útil que sea a través de un sistema de actividades, con el fin de que los escolares adquieran una actitud positiva  y responsable hacia el tema tratado.
Varios han sido los autores que han teorizado sobre el concepto sistema, aplicado en el ámbito educativo-pedagógico. Entre los que podemos citar al Dr. Carlos Manuel Álvarez de Zayas (1996), la Lic. Belkis de las Mercedes Ruíz Valdés (2010), entre otros.
Al constituir la propuesta un sistema, es necesario reflexionar sobre algunas definiciones de este concepto.  Julia Añorga Morales define que el sistema:
Es la combinación ordenada de partes que aunque trabajen de manera independiente, se interrelacionan e interactúan, y por medio del esfuerzo colectivo dirigido constituyen un todo racional, funcional y organizado que actúa con el fin de alcanzar metas de desempeño previamente definidas. (Añorga, 2012: 63)
La destacada pedagoga cubana Fátima Addine afirma que: “Un sistema es una totalidad, una configuración de elementos que se integran recíprocamente a lo largo del tiempo y del espacio, para lograr un propósito común, una meta, un resultado.” (Addine, 2004: 22.)
El autor considera que estas definiciones son afines al plantear que el sistema contiene elementos relacionados entre sí y que están concebidas para lograr un objetivo planificado. Las partes que lo integran, deben estar ordenadas, y a pesar de trabajar de forma individual se relacionan entre sí y actúan para lograr un fin deseado. Además, consideran que el sistema tiene propiedades superiores en cada una de sus partes por separado, además buscan un fin, o sea un objetivo.
Al analizar la estructura de una actividad, esta trascurre a través de diferentes procesos que el hombre desarrolla, guiado por una representación anticipada de lo que espera alcanzar como meta. Estas representaciones anticipadas constituyen objetivos o fines, que son conscientes y ese proceso hacia ellos encaminado, son las acciones.
Estas acciones a través de las cuales ocurre la actividad, no transcurren aisladamente, ni divorciadas de las condiciones en las que la actividad se produce. Es decir, si la acción es un proceso encaminado a alcanzar un objetivo o fin consciente, las vías, procedimientos, métodos, en fin, las formas en que este proceso se realiza varían de acuerdo con las condiciones a las que se enfrente el sujeto. Estas diferentes vías mediante las cuales la acción transcurre en dependencia de las condiciones en que debe alcanzarse el objetivo, son las operaciones.
Entonces la actividad existe a través de las acciones y estas, a su vez, se sustentan en diferentes operaciones; por tanto, existen relaciones jerárquicas o de subordinación de los sistemas de acciones y operaciones, y que, según el plano de análisis, pueden producirse variaciones en el lugar de las acciones y operaciones, de tal forma, que lo que en determinadas condiciones constituye una acción, en otras es operación y viceversa.
Las acciones surgen por la subordinación del proceso de la actividad a determinados objetivos, que es necesario vencer para la culminación exitosa de la actividad, mientras que las operaciones se originan por las condiciones en que la actividad se desenvuelve.
La actividad es una de las formas de actuación del hombre, que persiguiendo siempre un fin en dependencia de sus intereses desarrolla la actividad humana, como vía para el logro de objetivos propuestos en la satisfacción de sus necesidades ya sean espirituales y/o materiales.
De acuerdo al Diccionario Filosófico teniendo gran correspondencia a lo antes planteado: “(…) la actividad es estimulada por la necesidad, se orienta hacia el objeto que da satisfacción a esta última y se lleva a cabo por medio de un sistema de acciones”. (Rosental, 1981: 4)
El autor asume como actividad la forma más compleja de actuación del hombre y su medio, donde trata de obtener o lograr un fin consiente en dependencia de un interés y motivación, lo que permite en él un cambio y una trasformación. La actividad concreta la actuación del hombre como ser racional, su manera de pensar, de relacionarse con el medio y su desarrollo social. Para ello lleva a cabo mediante la actividad un conjunto de acciones con un fin determinado, cuyo propósito fundamental es el aprendizaje.
Al organizar un sistema de actividades hay que considerar la estructura interna de cada actividad del proceso pedagógico, para que el fin o meta de la integración sistémica de estas se logre. Cada elemento del sistema tiene que responder a la estructura funcional de la actividad con sus tres momentos: orientación, ejecución y control. Al elaborar un sistema de actividades es imprescindible partir de una totalidad de elementos, configurados de modo tal que se integren para alcanzar una finalidad común en el tiempo y el espacio, esta constituye un resultado. Para ser considerado como un todo, el sistema tiene que cumplir determinadas propiedades que se ubican por encima de cada parte.
2. PROPUESTA DEL SISTEMA DE ACTIVIDADES PARA LA FORMACIÓN DE NOCIONES Y REPRESENTACIONES HISTÓRICAS
Las edades promedio a los que se les enseña en la Educación Primaria, las nociones y representaciones históricas en la Historia de Cuba como asignatura, es de 10 años. Se caracterizan por presentar dificultades en cuanto a logran contextualizar temporal y espacialmente los acontecimientos históricos estudiados, ni logran relacional generalmente los rasgos externos e inmediato de los objetos con los acontecimientos objeto de estudio, además, generalmente no logran establecen la relación líder-masas, ni toman partido sobre la actuación de los disímiles sujetos sociales en los acontecimientos, dada la falta de motivación y utilización de medios en las clases de Historia de Cuba.
El autor recuerda que el término nociones y representaciones históricas como: proceso en el que el escolar se apropia creadoramente de las imágenes externas e inmediatas del hecho histórico que adquieren los escolares relacionadas con los objetos de la cultura material que intervienen –instrumentos de trabajo, armas, viviendas-, el aspecto físico de los actores sociales (personalidades) y lugares históricos vinculados con las acciones de los hombres. Mientras que las representaciones constituyen una imagen íntegra del hecho histórico, partiendo de un contexto temporal y espacial determinado. Se reflejan la actividad económica, política, militar, social y cultural de los humanos en el transcurso histórico.
La determinación de necesidades se tuvo en cuenta por los siguientes indicadores:
Nivel de conocimiento de los objetos de la cultura material relacionados con el hecho histórico
Alto: El escolar logra describir, identificar y comparar los objetos de la cultura material relacionados con el hecho histórico objeto de estudio. Relaciona los objetos con los acontecimientos y procesos estudiados.
Medio: El escolar logra describir e identificar los objetos de la cultura material relacionados con el hecho histórico objeto de estudio; pero no logra comparar con otros objetos y ni arriba a conclusiones. No siempre relaciona los objetos con los acontecimientos y procesos estudiados.
Bajo: No logra describir, identificar o comparar los objetos de la cultura material relacionados con el hecho histórico. No relaciona los objetos con los acontecimientos y procesos estudiados.
Nivel de contextualización espacial del hecho histórico
Alto: Logra la localización del hecho histórico, ubica los límites geográficos del escenario en que se desarrolla el hecho objeto de estudio. Caracteriza las condiciones naturales presentes en el escenario geográfico, que pueden influir en el desarrollo del hecho determinado.
Medio: Logra localización geográficamente en el mapa el hecho histórico; es capaz de ubicar los límites geográficos del escenario objeto de estudio. Caracteriza las condiciones naturales, pero no analiza la influencia de esta para el hecho estudiado.
Bajo: Solo se limita a la localización geográfica, de forma memorística del hecho histórico objeto de estudio, sin caracterizar las condiciones naturales e influencia en el hecho objeto de estudiado.
Nivel de contextualización temporal del hecho histórico
Alto: Logra ubicar los acontecimientos o procesos históricos en la línea del tiempo. Confecciona tablas cronológicas teniendo en cuenta la fecha y una breve descripción de los hechos seleccionados. Logra periodizar los hechos históricos. Delimita el período histórico al que pertenecen los hechos objetos de estudio. Establece la relación de antecesión, duración y sucesión que se produce entre los hechos históricos.
Medio: En ocasiones utiliza la línea del tiempo para la ubicación temporal de los acontecimientos o procesos históricos. Se auxilia en la tabla cronológica para describir los hechos seleccionados y delimita el período histórico al que pertenecen. No siempre establece las relaciones de antecesión, duración y sucesión.
Bajo: Analiza la cronología solo como la ubicación temporal de los hechos en la gráfica del tiempo y no aborda los demás aspectos referidos anteriormente.
Nivel de dominio de los sujetos sociales que participan
Alto: El escolar logra describir, identificar y comparar los sujetos que participan en los acontecimientos y procesos históricos. Emite juicios contextualizándolos en el tiempo y espacio. Establece la relación entre líder-masas, así como su origen clasista y status social.
Medio: El escolar describe e identifica los sujetos que participan en los acontecimientos y procesos. En ocasiones es capaz de comparar los sujetos. No siempre logra valorar sus acciones teniendo en cuenta su origen clasista y status social, contexto temporal-espacial, así como la relación líder-masas.
Bajo: No logra identificar, describir o comparar los sujetos que participan en los hechos, fenómenos y procesos, ni aborda los demás aspectos referidos anteriormente
Nivel de comprensión de la relación entre hechos históricos
Alto: El escolar logra relacionar el hecho histórico objeto de estudio con otros acontecimientos y procesos históricos que le antecedieron, se desarrolla en el mismo periodo o le sucedieron. Busca semejanzas, regularidades, diferencias entre ellos; los concatena entre sí y hace juicios valorativos de estos.
Medio: El escolar logra relacionar el hecho histórico objeto de estudio con otros acontecimientos y procesos históricos que le antecedieron, se desarrolla en el mismo periodo o le sucedieron. Se les dificulta la concatenación entre sí, aunque logran determinar semejanzas entre ellos.
Bajo: El escolar no logra relacionar el hecho histórico objeto de estudio con otros acontecimientos y procesos históricos que le antecedieron, se desarrolla en el mismo periodo o le sucedieron, ni logran concatenarlos hechos, fenómenos y procesos ente sí.
2.1. Caracterización de un sistema de actividades para la formación de nociones y representaciones históricas
El sistema de actividades debe tener como base teórica y filosófica la Filosofía Marxista-Leninista, pues tiene que considerar como punto de partida la práctica social, visto desde la relación entre el hombre-sociedad en el centro del contexto educativo. Asumir como principio el de la objetividad, el desarrollo constante, la transformación de los hechos y fenómenos objetos del conocimiento histórico.
Desde el punto de vista gnoseológico, el sistema de actividades descansar en la teoría leninista del conocimiento. En el proceso del conocimiento, esta teoría establece partir de la contemplación viva, es decir, la práctica como punto de partida del conocimiento (permite constatar el estado actual del problema objeto de investigación y sus manifestaciones en la práctica pedagógica), al pensamiento abstracto (referentes y fundamentos teóricos y metodológicos que posibilitaron la definición de las nociones y representaciones de la Historia de Cuba); y de este a la práctica, es decir, a la implementación del conjunto de actividades.
La sociedad requiere la formación de jóvenes comprometidos con su época, sobre todo, enfrenar cualquier efecto desestabilizador que comprometa el destino de su realidad. En este sentido cobra especial significación la relación que se establece entre las instituciones educativas y la sociedad,  planteado desde la Sociología de la Educación.
Desde lo sociológico, la propuesta debe tener en cuenta el contexto social de la época y de la sociedad que exigen la preparación de un escolar preparado y la enseñanza primaria cubana actual, que contribuya a formar patriota y  lograr un aprendizaje social, donde  la sociedad sea fuente y marco de acción de esos estudios sociales.
La propuesta de actividades debe resaltar la función social de la escuela, y conferirle a ella un lugar cimero en la formación de nociones y representaciones históricas, que por ende se aproxima al desarrollo de una cultura histórica. Lo anteriormente expuesto determina que el sistema de actividades esté en consonancia con las exigencias sociales del momento histórico actual, en función de atemperar la educación a la luz de los nuevos retos y al papel transformador y activo de los escolares como sujetos activos y protagonistas de su propia historia (proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador).
La propuesta debe estar dirigida a un objetivo primordial, con el fin de que los escolares adquieran una actitud positiva,  desarrollen habilidades y capacidades; brindándole a sí mismos confianza, seguridad y por ende buenos resultados en sus actividades. Se debe tener en cuenta una educación desarrolladora de la personalidad, donde se establece un vínculo entre lo racional y lo emocional, lo afectivo y lo cognitivo, en su unidad dialéctica.
El  carácter personológico debe de identificarla, dado en la individualidad de las respuestas que cada escolar dará a las actividades, según sus necesidades y aspiraciones, además de posibilitar la reflexión, crítica y análisis con un enfoque clasista, lo que debe propiciar una adecuada relación entre lo cognitivo y lo afectivo motivacional, por lo que debe contribuir a un aprendizaje desarrollador. Al considerarse al alumno como sujeto que se implican en su aprendizaje y asume una actitud activa y responsable en este, persigue el Enfoque Histórico-Cultural de Vygotsky.
Desde la Didáctica, debe tener presente la concepción desarrolladora de la Historia al basarse en los fundamentos epistemológicos, pues transita por los elementos que conforman el conocimiento fáctico. Se establece la relación con la ciencia, puesto que se ofrece a los alumnos un grupo de herramientas para desarrollar un pensamiento histórico coherente con su contexto social.
El empleo de diferentes fuentes del conocimiento histórico, para darle tratamiento a las nociones y representaciones de la Historia de Cuba, es otro de los elementos que debe tipificar la propuesta. Es importante que, en cada una de ellas, estén presentes los indicadores determinados sobre la variable, reforzando su interrelación dialéctica en el análisis de un acontecimiento o proceso histórico.
La propuesta se debe caracterizar por ser:
Aplicable: Su contenido debe ajustarse a las exigencias de la enseñanza primaria, sobre todo si se tiene en cuenta las particularidades y grado de profundización  de la Historia de Cuba para este nivel de escolaridad.
Flexible: La propuesta no puede ser un esquema rígido e inamovible que debe ser asimilada de forma acrítica por los alumnos, todo lo contrario, se tendrá en cuenta los múltiples criterios para enriquecer las actividades y así convertirlas en un espacio de reflexión y debate que, en la práctica, pueden condicionar su rediseño en función de los objetivos trazados.
Contextualizada: Responder a una necesidad de la asignatura en el contexto actual. Pues ser la base para transitar de los conocimientos facticos a los lógicos. 
Desarrolladora: Favorecer en los alumnos la determinación de contradicciones entre el conocimiento real del hecho, personalidad o proceso histórico sucedido durante el proceso histórico, lo cual implica la estimulación de la actividad productivo-creadora en la significatividad del aprendizaje.
Ejemplo de actividad:

  • Diga si los siguientes acontecimientos históricos ocurrieron antes (1), durante (2) o después (3) de la Guerra de los Diez Años.
  • __ Fundación del Partido Revolucionario Cubano
  • __ Se canta el Himno de Bayamo por primera vez
  • __ Represión de La Escalera
  • __ Incendio de Bayamo.
  • __ Pacto del Zanjón
  • __ La Protesta de Baraguá

1.1. Establezca la relación entre algunos de los acontecimientos históricos.
1.2. Realice un relato de cómo nació nuestro Himno Nacional a partir de lo estudiado en clase.
1.3. Considera que eres uno de los protagonistas del acontecimiento del inciso  d. ¿Cómo lo describirías?
2. Diga verdadero (v) o falso (f) según corresponda:

  • ___ Las condiciones económicas y sociales de la región Oriental posibilitó que la Guerra de los Diez Años se inicie en esta región.
  • ___ La primera Constitución de la República de Cuba en Armas se aprueba en la Asamblea de Guáimaro.
  • ___ Carlos Manuel de Céspedes fue elegido presidente en el Rescate a Sanguily
  • ___ Ignacio Agramonte y Loynaz era conocido como el Mayor.
  • ___ La creciente de Balmaceda se produce debido a las peticiones que le hace el Ejército Libertador al gobierno español

2.1. Justifique con dos elementos correctos las o la que considere falsa.
3. Al referirse a la primera de nuestras gestas emancipadoras Fidel expresó:
“Aquella década dio hombres extraordinarios, increíblemente meritorios, (…) infinidad de figuras que sería interminable enumerar. (…) en el momento en que aquella lucha de diez años iba a terminar surge aquella figura, surge el espíritu y la conciencia revolucionaria radicalizada, simbolizada en ese instante en la persona de Antonio Maceo.

  • Menciona dos figuras de esta guerra, además de Antonio Maceo, a las que pudiéramos catalogar de hombres extraordinarios y justifica con dos elementos en cada caso.
  • ¿Por qué Fidel identifica a Maceo como uno de los revolucionarios más destacada de la Guerra de los Diez Años?
  • Localiza en el mapa uno de los hechos en que participó Maceo durante la Guerra de los Diez Años

CONCLUSIONES
Dentro de los principales fundamentos teóricos y metodológicos relacionados con el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia de Cuba en la Educación Primaria se encuentran concepciones pedagógicas, psicológicas y filosóficas que revelan la necesidad del  tratamiento  de las nociones y representaciones históricas en cada periodo histórico desde un enfoque dialéctico materialista e histórico cultural, abordadas desde una metodología lógica que satisfaga las necesidades didácticas de la escuela cubana actual.
En el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba en la Educación Primaria se pueden apreciar dificultades por parte de los escolares para contextualización temporal y espacial, además, de no tener en cuenta los sujetos sociales (hombre y mujer) ni los objetos de la cultura material que participan en los hechos, estableciendo relación de subordinación entre ellos o la concatenación que puede existir; por ende se les dificulta la formación de nociones y representaciones históricas.
Las actividades para la formación de nociones y representaciones históricas en el que se emplea el enfoque sistémico en el proceso de enseñanza aprendizaje en la Historia de Cuba deben ser aplicables, flexibles, contextualizadas, vivenciales, significativas, desarrolladoras, transitan por los diferentes grados de complejidad (de menor a mayor), además, tener en cuenta los fundamentos gnoseológico, sociológico, personológico, didáctico, entre otros para sustentarla, para así responder a la etapa del desarrollo psíquico de los escolares y servir de ejemplo para la aplicación de su lógica a otros hechos estudiados.
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*Licenciado en Ciencias de la Educación especialidad de Marxismo Leninismo e Historia. Máster en estudios interdisciplinarios sobre América Latina el Caribe y Cuba. Mención Cuba.

Recibido: 07/07/2018 Aceptado: 12/09/2018 Publicado: Septiembre de 2018

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