Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


CALIDAD EDUCATIVA EN COLOMBIA: UNA APROXIMACIÓN CRÍTICA

Autores e infomación del artículo

Luis Eduardo Villamil Mendoza*

Escuela Colombiana de Ingeniería

levillamil@gmail.com


Resumen
El mejoramiento en la calidad de la educación es un tema recurrente en todos los países en general, y muy especialmente en los países en vías de desarrollo; para conseguir mejorar los estándares de calidad en la educación, las naciones recurren a la aplicación de evaluaciones periódicas de sus sistemas educativos, con el fin de poder detectar  fallas en estos y así poder formular políticas públicas, encaminadas a mejorar la calidad en sus procesos educativos; Colombia no es ajena a esta dinámica global, y desde la década de los sesentas ha venido aplicando diversas estrategias para mejorar sus procesos educativos, y tratar de ponerse en este aspecto al nivel de las naciones desarrolladas.
Palabras claves
Calidad educativa, sistemas educativos, pruebas estandarizadas, procesos educativos, políticas educativas.
Abstract
The improvement in the quality of education is a recurring theme in all countries in general, and especially in developing countries; In order to improve the quality standards in education, the nations resort to the application of periodic evaluations of their educational systems, in order to detect failures in these and thus be able to formulate public policies, aimed at improving the quality of their educational processes. ; Colombia is no stranger to this global dynamic, and since the sixties has been applying various strategies to improve their educational processes, and try to put in this aspect at the level of developed nations.

Key words

Educational quality, educational systems, standardized tests, educational processes, educational policies.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Luis Eduardo Villamil Mendoza (2018): “Calidad educativa en Colombia: una aproximación crítica”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (septiembre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/09/calidad-educativa-colombia.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1809calidad-educativa-colombia


1. Calidad educativa   
La calidad en un producto, bien o servicio se entiende como la capacidad que tiene dicho producto bien o servicio para satisfacer a cabalidad las necesidades para las que fue desarrollado; sin embargo si la necesidad o necesidades, son satisfechas por diferentes productos o procesos se empezará necesariamente a comparar con otros productos elaborados para tal fin, encontrándose que uno satisface mejor la necesidad que otro; se dirá entonces que el segundo producto tiene una mejor calidad que el primero. Para tratar de unificar procesos o procedimientos que permitan elaborar productos, bienes o servicios de mayor calidad se hace necesario realizar un control de calidad; este control realiza un recorrido general por cada uno de los pasos que se realizan hasta llegar al producto final que se entregara al consumidor; esta revisión tiene como fin último evaluar los procesos de elaboración o detectar errores en la producción del mismo con el fin de corregirlos  y así mejorar la calidad del producto final; de no existir fallas se debe analizar la forma de potenciar los procesos para mantener, o en el mejor de los casos obtener una mayor calidad del producto.
Si se entiende la educación como un servicio público o privado, que se le presta a la comunidad se ve la necesidad de hacer que dicho servicio sea de muy buena calidad; sin embargo  para lograr ese objetivo se deben evaluar los procesos educativos que se estén realizando ya que de acuerdo con Gálvez (2005) calidad y evaluación son conceptos estrechamente relacionados, hasta el punto de que no podría entenderse la una sin la otra. Si se habla de calidad es porque implícita o explícitamente se ha realizado una evaluación y si se evalúa se hace con algún criterio. En este sentido: "es poco congruente hablar de calidad sin hablar de evaluación, puesto que tildar una cosa como algo que tiene calidad exige realizar una medida, compararla con un referente ideal y elaborar un juicio sobre la adecuación del objeto o sujeto evaluado al referente utilizado" (María González, 2004: 17). Las reflexiones en torno a la calidad de la educación no pueden, por tanto, limitarse a aportar proposiciones sobre ese único concepto, sino que deben incluir también la reflexión sobre los procedimientos que se emplean para comprobar si aquello que se entiende por calidad existe en realidad.
El concepto de calidad educativa hace su aparición formalmente en la década de los 60 y en un comienzo se asimila al concepto de calidad generado en la industria; desde esta perspectiva se plantea el dilema de saber si lo que se ha pagado por un servicio está acorde con el servicio recibido, o si por el contrario, el costo es muy alto para recibir un producto de baja calidad según Gálvez (2005) En este sentido, muchos autores sitúan la preocupación por la calidad de la educación en el interés de las sociedades postindustriales por la rentabilidad de los procesos educativos, es decir, en la preocupación por saber si el coste de la educación está justificado por los productos que proporciona. Concretamente, la puesta en práctica de sistemas amplios de evaluación de la calidad de la educación que abarcan el conjunto del sistema educativo puede situarse en Estados Unidos en ese periodo.
En este contexto surge la necesidad de realizar una efectiva evaluación educativa con miras a determinar y de ser posible mejorar la calidad educativa; sin embargo la evaluación educativa conlleva muchos riesgos ya que los procesos educativos no son procesos ubicados en tiempos y lugares específicos, razón por la que se hacen muy difíciles de medir de una manera objetiva, quedando lugar para que se realicen evaluaciones más de tipo subjetivo que objetivo; por otro lado existe el riesgo latente de utilizar la evaluación de la calidad educativa para justificar recortes presupuestales, dar enfoques específicos de carácter político o ideológico encausando de esa forma a las nuevas generaciones hacia formas específicas de ver la realidad que sirven a los intereses de las clases dominantes; según afirma Gálvez (2005) El segundo grupo de argumentos, centrado en las finalidades de los procesos de evaluación, coinciden en señalar que aunque explícitamente el objetivo de los mismos es la mejora, en realidad en las evaluaciones existen finalidades latentes, como el control sobre los actores del proceso educativo, la justificación de decisiones tomadas sobre la base de otros criterios o la distribución de recursos. Desde este planteamiento, cuando se argumenta la necesidad de que los centros educativos rindan cuentas a la sociedad, no se tiene en cuenta la dificultad de delimitar qué es lo que deben conocer los ciudadanos y para qué. Si sólo se conocen los resultados o productos, sin conocer las variables de entrada, la información no será válida e incluso estará distorsionada.
Aunque hoy día no exista un consenso generalizado sobre las formas de evaluar la calidad de los procesos educativos es clara la importancia de la evaluación de dichos procesos  con miras al mejoramiento paulatino de la calidad de los mismos y de esta manera potencializar los productos finales que se entregan a la sociedad con el fin último de educar adecuadamente las nuevas generaciones, pero estos deben hacerse desde la comunidad educativa misma evitando injerencias de sectores alejados del quehacer educativo que no conocen las dinámicas propias de los procesos educativos y que en ultimas pretenden por lo general aprovechar las falencias que se presenten par fines distintos a la educación misma.

Para el caso específico de Colombia se ha venido presentando una mejora paulatina en lo que respecta a un sistema unificado de evaluación educativa,
El país ha avanzado en la conformación de un Sistema Nacional de Evaluación que incluye, entre otros, la elaboración y aplicación de pruebas censales SABER y de Estado, así como la participación en pruebas internacionales tales como PISA, TIMSS, SERCE y el Estudio Internacional de Cívica y Ciudadanía que permiten conocer los logros de los estudiantes, generar instancias de referenciación con otros países (véase sección Por Colombia, resultados PISA) y promover acciones en los procesos del aula para mejorar el grado de desarrollo de las competencias de los estudiantes. En la medida en que se entiendan estos desarrollos se podrá ir adecuando el grado de exigencia de los estándares. El ideal es que el desarrollo de las competencias permita que los estudiantes alcancen niveles cada vez más altos y el sistema se cualifique. (MEN, 2008: 1).
En este contexto surge la necesidad de realizar una efectiva evaluación educativa con miras a determinar y de ser posible mejorar la calidad educativa; sin embargo la evaluación educativa conlleva muchos riesgos ya que los procesos educativos no son procesos ubicados en tiempos y lugares específicos, razón por la que se hacen muy difíciles de medir de una manera objetiva, quedando lugar para que se realicen evaluaciones más de tipo subjetivo que objetivo; por otro lado existe el riesgo latente de utilizar la evaluación de la calidad educativa para justificar recortes presupuestales, dar enfoques específicos de carácter político o ideológico encausando de esa forma a las nuevas generaciones hacia formas específicas de ver la realidad que sirven a los intereses de las clases dominantes; según afirma Gálvez (2005). El segundo grupo de argumentos, centrado en las finalidades de los procesos de evaluación, coinciden en señalar que aunque explícitamente el objetivo de los mismos es la mejora, en realidad en las evaluaciones existen finalidades latentes, como el control sobre los actores del proceso educativo, la justificación de decisiones tomadas sobre la base de otros criterios o la distribución de recursos. Desde este planteamiento, cuando se argumenta la necesidad de que los centros educativos rindan cuentas a la sociedad, no se tiene en cuenta la dificultad de delimitar qué es lo que deben conocer los ciudadanos y para qué. Si sólo se conocen los resultados o productos, sin conocer las variables de entrada, la información no será válida e incluso estará distorsionada.
2. Medición de la calidad en los sistemas educativos
La calidad de un sistema educativo se debe medir, para de esa manera poder determinar los diferentes rumbos que se deben tomar con el fin primordial de mejorar y cualificar cada vez más la calidad de la educación que se brinda  a una comunidad; en este sentido la evaluación de la calidad de los sistemas educativos se hacen con miras a dos fines especifico, estos son, el apropiamiento de la situación actual que caracteriza un sistema educativo con el fin de tomar decisiones que permitan elevar la calidad de la educación que emerge de dicho sistema; por otro lado se requiere hacer un diagnóstico del sistema educativo para realizar ajustes que permitan reorientar aquellos aspectos en los que luego de la evaluación se detecten falencias que incidan sobre la calidad de la educación producto del mencionado sistema educativo.
La dinámica contemporánea de la sociedad está directamente influenciada por los avances tecnológicos  que son el reflejo de la aplicación de los principios científicos para el desarrollo de instrumentos y herramientas altamente sofisticadas desde el punto de vista tecnológico; sin embargo los sistemas educativos no han estado a la par de estos desarrollos en especial por su rígida estructuración y burocratización en los sistemas administrativos, que por lo general tienden a mantener el estado tradicional de ,los sistemas educativos para asegurarse un puesto permanente y sosegado en el mundo cada vez más cambiante y dinámico de los adelantos tecnológicos; sin embargo es en estos sistemas educativos en donde están centradas las esperanzas de las sociedades para que se permita entender, comprender y dinamizar aún más el mundo cámbiate de la tecnología que es en ultimas la base del desarrollo económico de las sociedades, “Las transformaciones globales del orden internacional y el avance del reordenamiento de las economías mundiales en torno al valor de la tecnología han puesto en el ojo de la mira a los sistemas educativos. En ellos recae la responsabilidad de generar y difundir el conocimiento en la sociedad y por lo tanto, se instituyen en la instancia decisiva que está a la base de la carrera tecnológica (es decir, de las posibilidades económicas futuras de la sociedad).” (Aguerrondo Inés, 2014:2).
Es claro que en la actualidad la calidad de un sistema educativo en una determinada región ya no se mide por la cantidad de planteles educativos que se hallan construidos o en la cantidad de maestros que estén asignados a la población estudiantil; si bien es cierto que la cobertura de un sistema educativo debe procurarse que sea universal, esto no es suficiente ya que se necesita brindar educación de calidad a los estudiantes actuales y a los futuros estudiantes que vendrán en muy poco tiempo con unas necesidades de enseñanza mucho más avanzadas, acorde con los desarrollos tecnológicos que dinamizan la economía a nivel regional y mundial.
La calidad en los si temas educativos se puede determinar  a partir de la capacidad que el sistema  posee para generar, construir, distribuir y trasmitir un conocimiento socialmente aceptado, socialmente valido y económicamente útil para el desarrollo de los individuos, en particular y  de la sociedad en general; es por esto que si el conocimiento que se brinda en los planteles educativos no está a la par de los desarrollos científicos y tecnológicos o no está en capacidad de interpretar las realidades sociales políticas y económicas de la sociedad a nivel regional y mundial se puede afirmar que el sistema educativo no es un sistema de calidad y se debe intervenir en pos de alcanzar ese nivel de competitividad para poderse aplicar a la sociedad actual, “El contexto de nuestro tiempo está enmarcado por la cultura tecnológica que supone un modelo específico de conocimiento científico distinto del anterior.          A la tradicional definición de conocimiento científico que entendía que conocer era describir y explicar, hoy se agrega la necesidad de conocer para operar, para transformar (investigación y desarrollo). Conocimiento y transformación operación son dos cara de la misma moneda.” (Aguerrondo Inés, 2014:2).
A los sistemas educativos se les exige no solo una formación técnico científica acorde a los desarrollos actuales que a diario se realizan en estos campos, también se le pide que transmita los valores políticos que deben caracterizar a los ciudadanos de una sociedad desarrollada; es así como la educación en principios democráticos y humanísticos hace parte fundamental de los conocimientos que se espera sean transmitidos a las generaciones futuras para que prevalezcan y se fortalezcan con el pasar de los tiempos.
Un sistema educativo de calidad no solo debe estar a la par de  los desarrollos científicos y tecnológicos que se presentan a nivel mundial, sino que también debe estar a la vanguardia de los nuevos enfoques sociológicos, filosóficos, antropológicos y políticos; también se debe hacer un enfaticen el cuidado de la salud física y mental desde las primeras etapas de la vida para que a futuro la sociedad esté compuesta por sujetos que no solo poseen profundos y extensos conocimientos en ciencias exactas y humanas sino que además estén en posesión de una muy buena salud lo que redunda en una mayor calidad de vida para el individuo y para la sociedad.
La evaluación de los sistemas educativos no es sencilla ya que tiene una gran cantidad de elementos que es necesario tener en cuenta a la hora de sacar conclusiones que permitan tomar decisiones para ajustar los diferentes eslabones de la cadena que en un determinado momento no están funcionando bien con el fin de potenciar la capacidad de construir y transmitir unos conocimientos que sean socialmente validos en la medida en que sirvan de impulso para cualificar las sociedades presentes y proyectar las futuras generaciones que serán la base de la estructura social del mañana.

3. La evaluación educativa
En los momentos actuales las evaluaciones educativas han migrado de la pretensión de evaluar conocimientos para enfocarse en evaluar competencias, ya que estas reflejan de manera más adecuada el nivel de preparación de los estudiantes de las diferentes naciones evaluadas
Es mejor evaluar competencias que conocimientos, porque las competencias comprenden otros aspectos claves para el desarrollo cognitivo, dado que tienen en cuenta habilidades, estrategias, rutinas y aspectos psicosociales que le permiten a una persona aplicar los conocimientos adquiridos. Este nuevo enfoque evaluativo resulta del cambio en la concepción del propósito de la educación en Colombia: se pasó de una educación que se preocupaba por la transmisión de conocimientos a una instrucción que se enfoca en el desarrollo de las competencias. (Ayala Jhorland, 2015:11).

La evaluación de los sistemas educativos por lo general tienden a enfocarse únicamente en los logros alcanzados por los estudiantes de los diferentes sistemas educativos dejando de lado otros aspectos que son igualmente relevantes, es por esto que,
La evaluación del sistema educativo no se refiere únicamente a evaluar el logro escolar. El proceso educativo se basa en la interrelación de objetivos, experiencias de aprendizaje y evaluación estudiantil; por tanto, las posibilidades de evaluar el sistema dicen relación con evaluación de objetivos, de los docentes, de los factores que influyen en el proceso (textos, establecimientos, padres, etc.) directores de establecimiento, ambiente, características personales de los alumnos —como autoestima, influencia familiar, condiciones de vida, gasto en educación, nutrición. (Arancibia Violeta, 1997: 7).

 Si bien es claro que las evaluaciones de los sistemas educativos (reflejadas en gran medida en las evaluaciones de competencias realizadas a los estudiantes inmersos en este sistema), resultan no solo positivas sino también necesarias al momento de diseñar políticas públicas educativas en las diferentes regiones del mundo, se debe tener cuidado de la forma y los métodos utilizados para realizarlas, dado que en la actualidad hay un afán generalizado por competir o para obtener los mejores resultados y poderse ubicar dentro de los primeros puestos del ranking primero a nivel nacional y luego a nivel internacional; en esta carrera no solo son las instituciones educativas las que compiten entre sí por alcanzar los mejores puestos, también lo hacen los padres de familia quienes quieren que sus hijos estudien las instituciones que se encuentran posicionadas en los primeros puestos.
Es altamente inquietante que las instituciones que están mejor posicionadas sean en su inmensa mayoría las instituciones de carácter privado, lo cual es un claro mensaje respecto a que la educación pública es de mucha menor calidad que la educación privada; igual ocurre en cuanto a países se trata, ya que los países que ocupan los primeros lugares en estos ranking son los países desarrollados, mientras que los países en vías de desarrollo siempre quedan relegados a los últimos puestos enviándose con ello el mensaje según el cual la educación de los países en vías de desarrollo es de menor calidad que la educación impartida en los países desarrollados o del llamado primer mundo; sería muy beneficioso establecer si efectivamente esas privilegiadas posiciones en los resultados de las evaluaciones internacionales son el reflejo de unas mayores capacidades educativas o si son el reflejo de un adecuado adiestramiento para responder correctamente los tipos de preguntas que se plantean en las pruebas que les van a ser aplicadas; en muchos países Latinoamericanos ya existen expertos en las pruebas internacionales y nacionales que brindan asesoría a las instituciones con mayores capacidades económicas para orientar a sus estudiantes respecto de cómo contestar de manera adecuada las difere4ntes preguntas realizadas en las pruebas internacionales; los resultados como es de esperar son muy buenos, pero no son el reflejo del conocimiento que posean los estudiantes si no que son el resultado de un buen entrenamiento que los hace especialistas en responder evaluaciones educativas de carácter internacional.
El afán de los países por ocupar algún lugar destacado en los resultados de la evaluaciones internacionales ha hecho que se diseñen una serie de políticas educativas para alcanzar buenos resultados en las referidas pruebas; sin embargo y al ser estas pruebas realizadas en un contexto extranjero no pueden evaluar conocimientos que son fundamentales en países geográfica y culturalmente alejados de los países en que se diseñaron estas pruebas; es así como no se evalúan aspectos que hagan referencia el folklore, tradiciones, historia, narrativas, usos y costumbres propias de cada región y esenciales para la convivencia pacífica y colaborativa, es por esto que,
Es preciso tener en cuenta que en una diversidad de ámbitos de las ciencias sociales (y naturales, por supuesto) la mera observación altera el comportamiento de lo observado. En la evaluación de competencias se cumple esta afirmación; uno de los ámbitos en los que más claro resulta es su incidencia sobre el curriculum educativo. El cambio de enfoque, en los últimos años, en la organización y definición de los contenidos en la programación curricular, la adaptación a una programación según competencias, ha sido paralelo a la implantación de sistemas de evaluación externos, precisamente centrados en las competencias. (Calero Jorge y Choi, Álvaro, 2012: 9).

4. Las pruebas estandarizadas y su aplicación en Colombia     
Las evaluaciones estandarizadas en la educación son una herramienta fundamental para los administrativos, directivos, docentes y en general para toda la comunidad educativa, ya que permiten determinar el nivel de aprendizaje alcanzado por los estudiantes en los diferentes periodos y niveles escolares con el fin de determinar qué aspectos del quehacer educativo hay que mantener y cuales aspectos es necesario adaptar o en el peor de los casos cambiar para poder alcanzar los objetivos propuestos; la elaboración de políticas educativas que desconozcan o que no posean estudios resultado de las evaluaciones estandarizadas no van a ser políticas educativas efectivas  para la comunidad educativa de las distintas regiones; sin embargo no se debe contar únicamente con esta herramienta  al momento de evaluar la calidad educativa ya que éste no es el único tipo de evaluación que se puede o se debe aplicar; a lo anterior se debe adicionar la evaluación que se realiza de parte de los docentes, directivos de planteles y de la comunidad en la que se encuentra ubicado cada uno de los planteles educativos.
En la actualidad se ha tomado conciencia de la importancia que tiene para las naciones la educación de las nuevas generaciones, Colombia no es un país ajeno a esta realidad y ha entrado en la dinámica de evaluación educativa bajo los parámetros internacionales,
Desde su creación el 1968, el ICFES ha sido la institución encargada de la evaluación de la educación en Colombia. Actualmente es un ente nacional independiente adscrito al Ministerio de Educación Nacional (MEN). Inicialmente, el ICFES realizaba solo lo que se denominaba “examen de Estado” para acceder a la educación superior. Luego se incluyeron otras pruebas como los exámenes de validación del bachillerato y las pruebas muéstrales SABER. (Ayala Jhorland, 2015:10).
Para lograr el objetivo de ser una nación competitiva en cuanto a los estándares internacionales de educación se refiere se dedica gran cantidad de esfuerzos y recursos para asegurarse que la educación impartida a los estudiantes en Colombia sea la mejor posible, es decir que sea de alta calidad; dicha calidad se alcanza si la labor de los profesores es acertada y los estudiantes alcanzan unos niveles educativos altos, para asegurar esta alta calidad se aplican pruebas estandarizadas a los estudiantes de toda una nación con el fin de medir los educativos alcanzados por los estudiantes; para el caso de Colombia la realidad no es la más deseada ya que los resultados obtenidos por los estudiantes colombianos en las diferentes pruebas estandarizadas internacionalmente no son los mejores,
Una de las claves para mejorar la educación radica en formar una fuerza laboral con los más altos estándares de calidad; sin embargo, los resultados de las Pruebas Pisa a nivel internacional publicados esta semana, dejan un claro mensaje para nuestro país: No hemos avanzado lo suficiente para garantizar que nuestros jóvenes adquieran las competencias mínimas de lenguaje, matemática y ciencias que les permitan ser ciudadanos productivos en medio de un escenario internacional cada vez más competitivo. (Said, Elías,2013: 1)
Si a la anterior realidad se le suma el hecho según el cual se tiende a pensar que los profesores son los únicos responsables de un mayor o menor desempeño de los estudiantes en las pruebas estandarizadas a las que son sometidos y que esto se ve reflejado en los puntajes que se obtienen ya que
Si los puntajes que obtiene una escuela en pruebas estandarizadas son altos, la gente piensa que su profesorado es eficaz. Si los puntajes en las pruebas estandarizadas son bajos, se considera que el cuerpo de profesores es ineficaz. En ambos casos, esas evaluaciones pueden ser erradas, porque la calidad educativa está siendo medida con una vara equivocada. (James Popham, 1999:2).
Adicionando una nueva problemática al contexto de las pruebas estandarizadas, este es el de culpar directa o indirectamente del fracaso de los estudiantes en las pruebas estandarizadas a los maestros liberando de esta forma a los estamentos gubernamentales de las responsabilidades que les compete por ese fracaso, ya que se supone que la falta de destrezas para reforzar la competitividad de los estudiantes se encuentra localizada en el grupo de docentes, En esa línea, uno de los temas de estudio prioritario para el Observatorio de Uninorte son los resultados de las Pruebas de Rendimiento Académico, los cuales evidencian el déficit actualmente existente para mejorar la competitividad de nuestros estudiantes. Said, Elías, 2013: 1)
Es claro que la calidad educativa no se puede inferir de los resultados obtenidos por los estudiantes en las pruebas estandarizadas aplicadas a todos los estudiantes de una nación en general; estas pruebas a lo sumo sirven para establecer un nivel comparativo de las capacidades de los estudiantes de las distintas regiones de un país lo que permitiría realizar un análisis crítico de las razones para que se presenten diferencias en cuanto a los resultados variando de un zona geográfica a otra,
Para resumir, las pruebas estandarizadas de logros hacen una excelente labor suministrando la evidencia necesaria para hacer interpretaciones referidas a normas respecto a los conocimientos y/o a las destrezas de los estudiantes en relación a aquéllos de los demás estudiantes del país. Esas interpretaciones tienen una utilidad educativa considerable. Las pruebas estandarizadas de logros son, en realidad, bastante notables, si tomamos en cuenta las dimensiones de las esferas o dominios de contenido que están representadas y el número limitado de ítems que los diseñadores de pruebas tienen a su disposición. Hacen lo que se supone deben hacer.  (Popham James, 1999: 4).
De acuerdo con la investigación de Freeman (1983) al analizar los contenidos de los textos escolares se evidencio que entre un 50% y un 80% de los temas evaluados  en las pruebas estandarizadas no se abordaban en los textos escolares, de lo cual se puede inferir que más de la mitad de los temas evaluados por las pruebas de logros no se abordaron en el contexto de enseñanza escolar, razón por la que no es de extrañar que los resultados obtenidos por los estudiantes no sean los óptimos; desde esta perspectiva se ve claramente que la pretensión de querer conectar los resultados de las pruebas aplicadas a nivel general a todos los estudiantes de un país determinado con la calidad de la educación que brindan los docentes es completamente errónea; es claro que el problema con el bajo rendimiento escolar en las pruebas escolares estandarizadas no está en la calidad de la educación que los estudiantes reciben de parte de sus docentes, sino en la naturaleza de las pruebas mismas; realmente no se está evaluando lo que se está enseñando en las aulas de clase.
Si además se tiene en cuenta que las comparaciones de calidad educativa no se pueden hacer sin contextualizar el entorno social de las naciones que se están comparando se verá que es inadecuado tomar decisiones político administrativas basadas en estas observaciones pues,
No se puede seguir haciendo comparaciones de calidad según el desempeño en las pruebas estandarizadas porque el resultado será siempre el mismo: las escuelas o instituciones educativas que no tienen la suerte de contar con estudiantes pertenecientes al quintil de más altos ingresos de la población y con mejor calidad de vida, se ubicarán siempre por debajo del nivel de desempeño mínimo esperado para dichas pruebas. Se debe tener presente, a la hora de hablar de calidad, que los insumos educativos —el nivel educativo de los padres, el entorno social donde se vive, los antecedentes culturales y socioeconómicos de los compañeros con que se estudia, la nutrición, los textos escolares, la preparación de los maestros y el acceso a nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, etc. — determinan el rendimiento escolar. (Gómez Ricardo, 2014: 13).
Puede suceder sin embargo que se presenten preguntas o grupo de preguntas que sean respondidas correctamente por un alto número de estudiantes (más del 80%), estas preguntas no pasan el filtro de la rigurosidad de las pruebas y son desechadas ya que se consideran que son muy sencillas; paradójicamente no ocurre lo mismo con las preguntas que no son respondidas correctamente por un número significativo de estudiantes, pues se considera que este tipo de preguntas si cuenta con la rigurosidad necesaria para ser aplicadas y evidenciar con ello un adecuado trabajo de parte de los profesores del grupo de estudiantes referido.
Otra de las grandes falencias de las pruebas estándar aplicadas a todos los estudiantes de una nación es, que de acuerdo con Popham, J. (1999) en estas pruebas se mezclan ítems que los estudiantes pueden responder adecuadamente no solo con lo que aprenden en el aula de clase, si no, también con lo que los estudiantes aprenden fuera de clase en los contextos socioeconómicos de donde ellos provienen; se debe tener en cuenta también que las preguntas pueden ser respondidas adecuadamente con la capacidad intelectual innata que cada uno de los estudiantes poseen; es evidente que los profesores únicamente tendrán injerencia directa en las preguntas que tienen relación con lo que los estudiantes aprenden en el aula de clase y no con lo que los estudiantes pueden aprender en su contexto familiar o socioeconómico ni con lo que pueden deducir con su mayor o menor grado de inteligencia.

5. Evaluación y el desarrollo de políticas educativas
En la actualidad en la mayoría de países las políticas públicas educativas no se realizan de acuerdo a unas directrices ideológicas o políticas como se realizaban de antaño; en los tiempos actuales muchas de las políticas públicas educativas se realizan con base en los resultados de las evaluaciones en competencias realizadas a los estudiantes; a la luz de estos resultados se deciden las políticas educativas necesarias para alcanzar las competencias que no se evidenciaron en la evaluación, así como las políticas encaminadas a potenciar las fortalezas de los estudiantes que poseen las referidas competencias; sin embargo se debe realizar un análisis crítico de los métodos de evaluación utilizados, ya que la mayoría de ellos son pruebas internacionales que desconocen los contextos propios de cada país.
En las últimas tres décadas se han venido realizando en la región centro y suramericana evaluaciones estandarizadas en educación con el fin de identificar los aspectos más relevantes que hay que mejorar y aquellos en los que la educación de estas regiones tiene fortalezas; es claro que si se quieren desarrollar políticas educativas adecuadas al contexto educativo particular se deberán realizar evaluaciones, ya que,
La evaluación es esencial para la calidad educativa, ya que arroja distintas clases de información que permiten tomar decisiones mejor informadas y entender procesos de enseñanza-aprendizaje que no son tan claros sin su aplicación. El uso pedagógico de los resultados orienta el trabajo de las instituciones, los docentes, los estudiantes y los padres y madres de familia. De ahí la importancia de verla como una herramienta para potenciar los aprendizajes y los procesos que ocurren en el aula, dentro del ciclo de calidad que busca fortalecer las instituciones educativas y conjuga estándares básicos de competencia, procesos de evaluación y diseño e implementación de planes de mejoramiento institucional. (MEN, 2008: 1).
El fin de todas estas evaluaciones siempre es el de formular nuevas políticas educativas que permitan el desarrollo de nuevos currículos adaptados a las diferentes necesidades de las poblaciones educativas en donde se realizan los estudios evaluativos; sin embargo y como es costumbre en los países en vías de desarrollo en la gran mayoría de ocasiones los estudios terminan como informes con grandes análisis estadísticos que se engavetan en los departamentos de planeación pero que casi nunca se ejecutan; desde esta perspectiva es totalmente ineficiente cualquier tipo de evaluación educativa pues no se ve reflejada en los cambios que se deben realizar, esto debido principalmente a la negativa de asignación de recursos de parte del estado; al no contar con recursos económicos lo que generalmente sucede es que dichos estudios pierden actualidad y en el momento en que una nueva administración general quiera asignar los recursos para el mejoramiento y potencializarían de los programas educativos, se deberá empezar de cero y volver a implementar las evaluaciones.
Es de resaltar que aunque en los resultados de los procesos evaluativos se fundamentan muchas de las políticas educativas a futuro se debe tener en cuenta que las concepciones de los términos de calidad y evaluación educativa tienen múltiples enfoques y no es fácil obtener acuerdo respecto a los mismos,
Al igual que la evaluación, es importante señalar que los conceptos de calidad y calidad de la educación, se caracterizan por tener múltiples percepciones que los ubican como conceptos polisémicos de naturaleza compleja. Desde esta perspectiva, se hace necesario expresar la imposibilidad de manejar un solo concepto o un único enfoque para su abordaje. No obstante, uno de los propósitos de la elaboración de la presente investigación es el de intentar una sistematización válida de los diferentes estudios e investigaciones que sobre esta problemática se han desarrollado en las últimas cuatro décadas. (Nelson López, 2007:7).
En los casos en los cuales se logra superar el análisis de los resultados de las evaluaciones estandarizadas y se cuenta con los elementos necesarios para entrar al terreno de la aplicación de los correctivos o la generación de nuevas estrategias educativas que permitan superar los problemas detectados por los análisis de las evaluaciones realizadas, por lo general en los países en vías de desarrollo como es el caso latinoamericano se deben enfrentar nuevos retos ya que,
Los Ministerios de Educación han tenido, por lo general, una limitada capacidad para concebir, formular e implementar políticas que den respuesta a los problemas identificados en las evaluaciones. Falta para ello mayor articulación entre las Unidades de Evaluación y otros actores educativos relevantes, dentro y fuera de los Ministerios de Educación, y mayor articulación entre la evaluación, el desarrollo curricular, la formación inicial y el desarrollo profesional de los docentes. (Pedro Ravela, Patricia Arregui  y otros, 2008: 50).
Para formular políticas educativas de alto impacto se necesita realizar evaluaciones estandarizadas a los procesos educativos; sin embargo en la gran mayoría de ocasiones los primeros que se oponen a un sistema evaluativo son los mismos docentes quienes por lo general desconocen la naturaleza de las diferentes evaluaciones que se van a realizar y cuál es el objetivo de las mismas; se hace necesario que las evaluaciones educativas sean socializadas para que no encuentren obstáculos en la misma comunidad educativa que es a la que se pretende beneficiar ; también es importante que los docentes se acostumbren a ser evaluados para que puedan transmitir las bondades de las evaluaciones a los estudiantes y de paso los acostumbren a una cultura evaluativa que es a la que se van a enfrentar cuando salgan de las aulas al mundo laboral.

 

CONCLUSIONES

  • El mejoramiento en la calidad de la educación es uno de los retos más significativos de todas las naciones; Colombia no es ajena a ese reto y realiza constantes ajustes en pos del mejoramiento de la calidad de la educación que brinda a sus ciudadanos.
  • Las evaluaciones a los sistemas de educación para adecuarlos a las exigencias de los tiempos actuales son necesarias y muy importantes para el diseño de políticas públicas pero las evaluaciones no se deben hacer únicamente con los parámetros extranjeros, se debe también valorar las pruebas realizadas en los contextos regionales.
  • No se puede concluir que la educación pública sea de menor calidad que la educación privada solo por los resultados de las pruebas internacionales; lo que se podría concluir es que los estudiantes de instituciones privadas tienen mayor capacidad para responder cuestionarios extranjeros.
  • El afán por ocupar lugares destacados en los rankings internacionales puede llevar a que se prioricen en los sistemas educativos los conocimientos que se evalúan en las pruebas internacionales y se descuiden los conocimientos que tienen un gran valor regional.
  • En Colombia se realizan esfuerzos significativos para lograr mejorar los resultados obtenidos por sus estudiantes en las pruebas internacionales.
  • La evaluación por sí sola no es garantía de mejoramiento en la calidad de la educación; se deben realizar correctivos y ajustes en aquellos ítems en los cuales se detectaron problemas para que el mejoramiento educativo sea efectivo.
  • Es necesario transparencia  y responsabilidad para aceptar los resultados de las pruebas estandarizadas tanto de parte de la comunidad educativa como de los gobiernos; es común que los directivos y docentes no se quieran someter a evaluación y que los gobiernos no acepten los resultados cuando no les son favorables.
  • Es necesario incentivar la cultura de la evaluación en toda la comunidad educativa, en especial en la comunidad docente para que la evaluación deje de ser vista como algo negativo y se aceptada como lo que es, una herramienta de mejoramiento personal e institucional.

 

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*Filósofo UN, Licenciado en Matemáticas y Física UGC, Especialista en Ciencias Físicas UN, Magister en docencia U La Salle, Doctorando en Educación UBC.

Recibido: 13/09/2018 Aceptado: 21/09/2018 Publicado: Septiembre de 2018

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