Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


LA DOCENCIA UNIVERSITARIA Y SU PAPEL EN LA FORMACIÓN DE VALORES

Autores e infomación del artículo

Leticia Sesento García*

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México

leticiasesentogarcia@yahoo.com.mx


Resumen
La globalización tiene un impacto enorme en el campo educativo y cultural de cara a este fenómeno, no se han modificado formas de investigar la representación de cómo adecuar los escenarios mostrados en los últimos años. El neoliberalismo traza objetivos pedagógicos pragmáticos seleccionados a afirmar una sociedad cuyas particularidades valiosas son el fomento de la puesta en práctica de propósitos como capital humano y otros análogos con carácter sustancialmente mercantilistas que se establecen en recapacitar el avance de la sociedad. El objetivo del presente trabajo es, analizar la docencia universitaria y su papel en la formación de valores.
Es transcendental subrayar que en los últimos años las problemáticas de nuestro país, no se han eliminado, se han tornado en escenarios más arduos y dolorosos. Por ello, las universidades consiguen, en algunos casos, efectuar las funciones académicas cabalmente; sin embargo, no favorecen a eliminar los males de la sociedad donde se hallan sumergidas. De ahí la necesidad de la formación humanística como un dispositivo preciso, que permitirá la presencia de estudiantes en el nivel superior que en un futuro establezcan los escenarios útiles para el progreso del país. La formación de valores en el nivel superior es transcendental que se desenvuelva en los siguientes aspectos: el discernimiento y enseñanza de valores del egresado que pertenece colocar como bagaje personal e instrumento de vida para sí mismo y como herramienta para el mercado laboral.
Palabras claves: docencia, universidad, formación y ciudadanos


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Leticia Sesento García (2018): “La docencia universitaria y su papel en la formación de valores”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (agosto 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/08/docencia-universitaria-valores.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1808docencia-universitaria-valores


Introducción
Es importante analizar que la sociedad actualmente requiere distinguir la manera que estamos interactuando en el tejido social, donde nos encontramos. Bajo esta perspectiva no es factible excluir el fenómeno de la globalización que nos rodea hoy por hoy en los diferentes aconteceres en la existencia de los individuos, y las sociedades. Asimismo, estar en constante reflexión sobre la disertación en relación a la globalización y el contexto que tenemos que percibir en relación a la perspectiva de los valores en los jóvenes.
Además, se ha roto la comunicación, que fortaleciera las relaciones humanas y esto ha favorecido que los sujetos se aglomeren físicamente sin que esta sea efectiva; donde la interrelación humana ha quedado a un lado. Esto ha favorecido que los individuos se convoquen físicamente sin una efectiva comunicación y por ello establecen grupos antisociales en un mundo donde, contradictoriamente, los medios de comunicación se han reproducido exponencialmente e influyen de forma indiscutible en las vidas de los sujetos.
Nos encontramos en un momento complejo, donde los viejos paradigmas se han eclipsado y otros han logrado ser sustituidos con carácter definitivo, es trascendental señalar que, esta situación produce algunas facturas que se nos cobra, siendo una de ellas la propia identidad nacional y la perdida de valores por nombrar algunos de ellos. De tal manera que en el presente trabajo se menciona el importancia que tiene la docencia universitaria en la formación de valores.
Desarrollo
La globalización conserva un impacto educativo y cultural en el contexto; frente a este fenómeno no se han alternado formas de investigar la manera de cómo acomodar los escenarios presentados en los últimos años. El neoliberalismo es un proyecto global, relacionado y sólido, auténticamente afianzado. En el marco del neoliberalismo efectivo, las sociedades presentes se comportan como consorcios de ambas prontitudes, como dos sociedades apartadas la una de la otra. (Rebellato, 1998). Los valores guardan correspondencia en relación con los problemas globales, las empresas, la paciencia, el progreso de la ciencia y la médula de cualquier sociedad que compone la familia. Los valores definitivamente se encuentran afuera del dominio del discernimiento. Al confirmar que algo que tiene valor como son: los recuerdos, las adecuadas emociones, que difieren de un individuo a otro y están asociados a lo que cada uno pretende, en última instancia los valores no conservan nada que señalar con una conjeturada realidad valorativa, sino que emanan de otras satisfacciones.
Los valores se bifurcan y comprenden diversos aspectos de la existencia humana y tienen su expresión detallada en el patrimonio, en la moral, en las artes, en la vida política en el mundo del derecho en la religión y como elementos propios del asunto educativo. Por otra parte, la educación en un mundo globalizado es estimada por el capital universal como un instrumento económico, propuesto para preparar el capital humano con intenciones a su inscripción en el aparato lucrativo. Esto supone una innovación profunda en el pensamiento y apuesta en la práctica de un sistema educativo. La evolución más fundamental que sobrelleva a la educación en estos instantes es el pensamiento que la sintetiza; que se apreciaba depositada al desarrollo de los individuos, se ha pasado a beneficios que muestran las necesidades del mercado.
Además, en semejanza con la autoridad que el contexto global desarrolla sobre el asunto educativo, Pérez propone que este fenómeno se convierta de manera formal y única en los proyectos del sujeto, las peculiaridades de su educación; y las interrogantes que se ocasionan en torno a los cambios que conservan energía eventual de los nuevos proyectos que a partir del actual etapa del siglo pasado se muestran en las fórmulas educativas en el curso (Pérez, 2003: 444-452). El plan neoliberal traza objetivos formativos pragmáticos predestinados a apoyar  una sociedad cuyas peculiaridades valiosas son el fomento de la puesta en práctica de proyectos como capital humano y otros afines con carácter esencialmente mercantilista  que se fundamentan en recapacitar el progreso de la sociedad sobre el marco de la globalización. En este contexto, los representantes del capital universal muestran a la globalización como el efectivo camino al mercado con un horizonte universal.
Este aspecto conserva mediadores, inclusive dentro de las columnas en los importantes representantes del pensamiento financiero, tal es el caso George Soros, el cual acepta como garantía de la economía resguardada en lo que él distingue el fundamentalismo del mercado, mismo que descubre que el régimen capitalista global demanda de estabilidad y sea impugnable. Señala Savater que una educación de diferentes velocidades, ya que por una parte concurre una educación de cinco velocidades, predestinada a una elite privilegiada y, por otro lado, hay una educación que ha ido degradándose a insuficiente inclusive, como sugiere el autor, lograr a convertirse en una macdonalización de la educación al más bajo nivel. Conforme con Savater, esto representa la reproducción de clases en el peor sentido de la palabra, es decir que el hijo del pobre tendrá que ser pobre y el hijo del ignorante deberá serlo también (Savater, 2000, p. 51).
Es importante destacar que en los últimos años las condiciones de nuestro país no han mejorado, sino que, se han vuelto más difíciles y dolorosas. Por ello, las universidades pueden, en algunos casos, cumplir las funciones académicas cabalmente, sin embargo, no contribuir a erradicar los males de la sociedad donde se encuentran inmersas. En tal sentido, le corresponde a la universidad la creación de un compromiso con la sociedad, que le permita reintegrar a ésta, en forma de aportaciones concretas, lo recibido para hacer posible su existencia. Para ello es imprescindible la formación de la conciencia social de los profesionales que los lleve a promover la solución de los grandes problemas que hoy afectan a la mayoría de los mexicanos. A partir de esto es posible reconocer que el concepto de universidad debe construirse a partir de una estrecha relación de esta con la sociedad y sus necesidades, a las cuales deberá atender, precisamente, desde sus acciones de investigación y búsqueda del conocimiento, en nuestras universidades el apoyo a investigaciones de carácter humanísticos es insuficiente.
En gran medida el concepto de universidad se encuentra ligado a la idea de investigación, a la de trabajo inter y transdisciplinario, a los estudios de posgrado y, además de todo lo anterior, a la observación y análisis crítico de los campos del conocimiento. Sin embargo, se deja de lado el aspecto humanista y la formación de valores y el constante análisis de los hechos sociales que se producen a su alrededor, entendiendo por éstos las cuestiones relacionadas con la democracia, la seguridad y la economía así, como el desarrollo de diversas corrientes de pensamiento en el ámbito sociopolítico.
Desde la perspectiva de Villoro la universidad no debe ser posible de cernir; a partir de su origen permanece sujeta a emociones paradójicas. Una vía para pensar  a la universidad es liberarla para la reflexión de los argumentos que la instituyen. Por otra parte se consideran dos aspectos fundamentales en la preocupación de la universidad al primero le pertenece su organización interna, misma que se encuentra en contradicción con la interposición comunitaria y el valor académico; la siguiente se forma por la reciprocidad de la universidad con la sociedad a la que pertenece,  la flexibilidad entre la formación de valores, entre su organización en una representación social y su sumisión de cara a la sociedad ( Villoro, 2000).
A partir de sus inicios en la Edad Media, la universidad fue considerada como una colectividad. Desde esta valoración sus peculiaridades les corresponden estar mezcladas a una acción de ejemplo agrupado, mediante reflexiones frecuentes, independiente de todas las personas que la componen participan en períodos y áreas. Desde las contradicciones que marca Villoro concibe el sentido de colectividad en la universidad localiza problemas para brindar un seguimiento  efectivo. Esto, sin vacilación, concierne con los cambios explícitos en la época acontecida entre los principios de la institución y los presentes. A la universidad le corresponde estar custodiada, por la formación que orienta a los estudiantes, asimismo como la motivación que estimule a los profesores para, la generación del conocimiento sea a posteridad por el cuidado de la capacidad crítica y propositiva. Esto concibe viable la interrogante favorable en los trabajos de la universidad y de los contenidos del conocimiento formados
Situación que se obtiene con la alineación del pensamiento y el perfeccionamiento de la sensibilidad, la adquisición de valores en los representantes del hecho educativo, lo cual se localiza más allá del estar al tanto en una disciplina, se forja en la reflexión acerca de los sucesos y  en los individuos; la capacidad para resguardar aquello en lo que se concibe, por lo que se trabaja a fin, de contar con una predisposición serena y una forma en el resultado, en relación del universo y de la vida. De aquí la necesidad en la formación humanística como un mecanismo puntual, ya que admitirá la presencia de estudiantes en el nivel superior que en un futuro instituyan los escenarios convenientes para un buen desarrollo del país. En correspondencia a la formación de valores en la universidad, proceden, del carácter social que tiene la institución y que ha, avanzado posteriormente a las etapas de desarrollo para el país. No obstante, el carácter social de la universidad todavía va más allá del que le concede la sociedad, si reflexionamos que esta institución es, al mismo tiempo, una pretensión educativa y que la educación en cualquiera de sus párrafos es la vía para la transmisión de los valores.
La formación de valores en el nivel superior es importante que se desarrolle en los siguientes aspectos: la generación que ella puede proporcionar, el discernimiento y enseñanza de valores del egresado que corresponde depositar como bagaje personal e instrumento de vida para sí mismo y como herramienta para la destreza para permanecer en el nivel superior y para ingresar al mercado laboral. Por tal motivo es preciso plantear la introducción en los métodos de estudios de materiales encaminadas de carácter deliberada a la educación en valores. Podríamos mencionar que es importante lo que algunos expertos mencionan, que la enseñanza de la ética en el nivel superior, le corresponde tener un carácter formal y sistemático. Los programas que al respecto es posible proponer se relacionan, en general, con temas como teoría ética, el entorno de la profesión y cuestiones específicas de valores universales. Es necesario ampliar el marco, la visión y el alcance de la formación en valores para los estudiantes de nivel superior.
Es preciso señalar que la formación de valores debe ser con mayor profundidad de la existente, ya que se trata de la formación de un ser humano como tal y no solamente de la preparación de un buen egresado que se atenga solamente a las normas existentes. La formación en valores abarca los aspectos profesionales y también aquéllos más generales que competen a la humanidad en su conjunto. Hay quienes se preguntan si ésta es función de la universidad, si no es una acción que antes debió efectuar la familia y los demás niveles educativos. Cada periodo en la vida posee sus propias demandas, inquietudes y controversias, por ello es viable aseverar que una de las misiones esenciales de la universidad en correlación con los jóvenes de nivel superior que a ella asisten es, al mismo tiempo de efectuar la formación específica que buscan, proporcionar los recursos para percibir el universo en que viven, la complicada sociedad en la que convendrán desempeñarse y para destinar esa penetración el ejercicio de los valores que permiten la vida en comunidad y el impulso hacia excelentes beneficios sociales.
Es probable que al mencionar la formación en valores específicos que se deben cultivar en el nivel superior; no son en manera alguna independientes de los valores sociales en general; por tal motivo es trascendental seguir trabajando en ellos. La responsabilidad que tenemos los docentes de nivel superior, en una sociedad, compleja, con polos de desarrollo que ponen en evidencia las grandes regiones de depresión económica en el mundo entero, una sociedad evidentemente injusta para la mayoría de los seres humanos, la responsabilidad que como futuros ciudadanos los egresados de nivel superior se relacionan con la educación en la cual entrelazamos nuestra labor como docentes y cumplimos nosotros mismos una tarea. La comprensión de problemas sociales y la sensibilidad ante los mismos son instancias que es importante estén en la agenda de cada una y cada uno de los estudiantes de nivel superior. Esto es importante porque supone el conocimiento de la sociedad que demanda de ciudadanos reflexivos, así como la comprensión de sus circunstancias, lo que se asienta, sin duda, en el conjunto de valores en la formación.
Por lo cual es importante proponer los siguientes aspectos de manera breve:
El compromiso es un valor del cual, los estudiantes de nivel medio superior, es necesario encaminar, para convertirse en responsabilidad social de cara a los beneficios de una colectividad en habitual.
Motivar hacia una actitud democrática y participativa de una ciudadanía en los estudiantes de nivel medio superior registrará la independencia intelectual que concurre a cada individuo, respetar el concebir y recapacitar de los beneficiarios, examinando que para serlo es suficiente con disfrutar la necesidad de una formación en el nivel superior o en su defecto al mercado laboral.
Reflexiones finales
Indudablemente nos hallamos en una crisis de valores cuya manera, no se encuentra del todo en la tecnología moderna, si no probablemente, en la investigación humanística, por lo cual es importante fortalecerla.
Es preciso la formación de estudiantes de nivel superior que señalen el restablecimiento de valores tomando en cuenta la formación integral como individuos y aquellos que afirman la formación del ser humano. Al profesor le concierne un papel fundamental en la educación de valores, de ahí la importancia en su formación profesional y como docente en la práctica y transferencia de los valores humanos y profesionales que conserve un terreno preferencial. Es transcendental rescatar los valores en nuestros jóvenes de nivel superior, sobre todo aquellos que pensamos, se halla afuera de la práctica y concentrarlos en todas las proximidades de nuestra vida, en la educación substancialmente.

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*Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo leticiasesentogarcia@yahoo.com.mx

Recibido: 10/06/2018 Aceptado: 06/08/2018 Publicado: Agosto de 2018

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