Luis Daniel Sánchez Ravelo*
Grechel Calzadilla Vega**
Universidad de Las Tunas, Cuba.
grechel@ult.edu.cu
RESUMEN
La ponencia aborda el tratamiento de la competencia comunicativa como una temática  de actualidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje de Español-Literatura.Se  argumenta su tratamiento desde la centralidad del léxico, en tanto se considera  que este componente lingüístico atraviesa todos los componentes de la  competencia comunicativa, estructurando y dinamizando sus relaciones,a la vez  que contribuye a ampliar el universo conceptual y elevar la preparación cultural  de los estudiantes como usuarios de la lengua. En consecuencia, en la ponencia se  ofrece una periodización del tratamiento de la competencia comunicativa en el  proceso de enseñanza-aprendizaje de Español-Literatura en la Educación  Preuniversitaria y se realiza una sistematización teórica sobre el tema en  dicho proceso desde una perspectiva marxista-leninista, que le sirve de  sustento a la clase contemporánea de lengua y literatura.
Palabras claves: Léxico, competencia comunicativa, formación  inicial. 
SUMMARY  
  The report  approaches the treatment of the talkative competition as a thematic of present  time in the teaching-learning process of Spanish-Literatura.Se its treatment  argues from the centralidad of the lexicon, as long as it is considered that  this linguistic component crosses all the components of the talkative  competition, structuring and energizing its relaciones,a the time that  contributes to enlarge the conceptual universe and to elevate the cultural  preparation of the students like users of the language. In consequence, in the  report he/she offers a periodización of the treatment of the talkative  competition in the process of teaching-learning of Spanish-literature in the  Education Preuniversitaria and he/she is carried out a theoretical  systematizing on the topic in this process from a Marxist-Leninist perspective  that serves him from sustenance to the contemporary class of language and  literature.  
  Key words: Lexicon, talkative competition, initial  formation.   
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Luis Daniel Sánchez Ravelo y Grechel Calzadilla Vega  (2018): “Enfoque léxico de la competencia comunicativa en la formación inicial del profesional de español-literatura”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (mayo 2018). En línea: 
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/05/competencia-comunicativa.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1805competencia-comunicativa
INTODUCCIÓN
La educación cubana, de raigambre  marxista-leninista, martiana y fidelista, tiene la misión de contribuir a  desarrollar la personalidad de los estudiantes, de modo que sean capaces de  tener una participación activa y responsable en la sociedad. En el siglo XXI,  la situación imperante en el contexto internacional y nacional ha generado  transformaciones en la educación, que incluyen cambios en los diseños  curriculares de los diferentes subsistemas educativos, entre los que destaca el  otorgarle cada vez más un papel protagónico a la enseñanza de la lengua materna. 
Lo anterior ha generado que, en la  actualidad, la enseñanza de la lengua materna se conciba como macroeje  transversal del currículo y como elemento esencial de cognición y comunicación  social humana. Unido a ello, se valora la incidencia del lenguaje en la  construcción del conocimiento y la importancia de la actividad y la  comunicación para el desarrollo de la personalidad de los individuos que  necesita la sociedad cubana.
Desde la Didáctica de la lengua y la  literatura se concibe como objetivo supremo a alcanzar el desarrollo de la  competencia comunicativa del estudiante, en cuyo logro es necesario tener en  cuenta que, tanto para el desarrollo de habilidades comunicativas como para su  concreción en los procesos de comprensión y construcción textuales, se requiere  que el estudiante posea un vocabulario suficiente y adecuado. 
Por su importancia algunos autores se han  encargado de investigar la incidencia del léxico en los procesos de producción  de significados y en la calidad del aprendizaje, de manera general, sobre todo  al asumir como enfoque didáctico el enfoque comunicativo, del que deriva el  enfoque didáctico que rige la clase contemporánea de Español-Literatura: el  enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural (Roméu, 2007).
De este modo, en la ponencia se argumenta  la necesidad de abordar la competencia comunicativa desde el proceso de  enseñanza-aprendizaje de Español-Literatura en la Educación Preuniversitaria  cubana, prestando especial atención al componente léxico. Se asume, por tanto, como  principal sustento para argumentar tal necesidad, el enfoque cognitivo,  comunicativo y sociocultural, entendido como “una construcción teórica,  resultado del complejo proceso de   desarrollo de las nuevas concepciones lingüísticas que centran su  atención en el discurso y en los procesos de comprensión y producción de  significados en diferentes contextos que, (…) se interpretan a la luz de la  psicología y la pedagogía marxistas, según   los postulados de la Escuela   histórico-cultural y los más recientes aportes de la didáctica  desarrolladora, que se ha ido construyendo a partir de sus aplicaciones”  (Roméu, 2007, p. 25).
DESARROLLO
   A  través de la historia, el ser humano ha estado ligado indisolublemente a la  comunicación. El lenguaje, surgido como una necesidad de tipo social,  constituye un sistema de comunicación complejo en que el ser humano incursiona  hasta construir un mundo de múltiples realidades; de ahí que paulatinamente se  fuera asumiendo también la importancia de su enseñanza y aprendizaje, no solo  para su desarrollo individual, sino al mismo tiempo para el propio desarrollo  de la sociedad en la que se inserta.
   En  Cuba, los antecedentes de la enseñanza de la lengua se encuentran en la labor  de pedagogos como De la Luz, Varela, Martí, Varona, Aguayo, Henríquez,  Marinello, entre muchos otros. Sin embargo, no es hasta después del Triunfo de  la Revolución que comienza a perfilarse un diseño coherente, con objetivos bien  definidos, que se ha ido perfeccionando a través del tiempo.
   Abordar  el tratamiento que ha tenido la competencia comunicativa en el proceso de  enseñanza-aprendizaje de Español-Literatura en la Educación Preuniversitaria conduce  a periodizar este proceso, en aras de orientar con mayor objetividad su  estudio. De esta manera, se considera el año 1973 como punto de partida para la  periodización, en tanto esta fecha marcó el inicio de esta enseñanza en Las  Tunas. En consecuencia, se determinaron los enfoques didácticos imperantes y  tratamiento dado a la comunicación como indicadores que guían el estudio. En la  periodización se determinaran dos etapas: desde 1973 hasta 1989, caracterizada  por la coexistencia de enfoques didácticos, y desde 1989 hasta la actualidad,  caracterizada por la aplicación de los enfoques comunicativos.
   Primera etapa (1973-1989): Es a partir  de la década de 1960, dada la inexistencia de un enfoque que guiara  coherentemente la enseñanza de la lengua, que en la educación cubana se sientan  las bases para asumirla desde posiciones epistemológicas marxistas, al  considerar el lenguaje en su indisoluble relación con el pensamiento, a lo que  contribuyó el conocimiento de la obra de Vigotski (1966) y sus seguidores. 
   El análisis y crítica de fuentes  permitió comprobar en esta etapa la coexistencia de enfoques didácticos que  conllevaron a que la enseñanza de la lengua mantuviera una concepción  estructuralista y tradicional. De manera general, “el enfoque normativo enfatiza en el estudio de las  reglas y tiene como objetivo la fijación de patrones de corrección en el uso”  (Barzaga, 2015, p. 26); por lo tanto, “enseña a escoger el código adecuado y  permite dominar un estilo propio en la exposición para comunicarse en cada  situación específica, aunque su limitación fundamental radica en el interés  casi absoluto que brinda al estudio de los aspectos formales, en detrimento de  otros no menos importantes para el estudio de las lenguas” (Sales, 2004a, p.  20). 
   El enfoque productivo pone énfasis en  la enseñanza de las nuevas habilidades, fundamentalmente en la lectura y  escritura; de manera que, al igual que el normativo, se ciñe a un aspecto  específico de la enseñanza de la lengua, la producción textual, y en menor  medida la atención a las estructuras formales, lo que limita el análisis  sistémico de los componentes de la asignatura. Mientras que el enfoque sistémico-estructural  o descriptivo-funcional se centra en el estudio de la estructura y el  funcionamiento de los medios lingüísticos en los límites de la oración, con un  fin en sí mismos, sin considerar el uso, por lo que la orientación hacia el  desarrollo de las habilidades comunicativas se ve restringida. 
   De manera general, podemos afirmar que  esta etapa se caracteriza por la coexistencia de enfoques didácticos que no  propician la enseñanza funcional de los medios lingüísticos y literarios y, por  ende, la enseñanza comunicativa de la lengua se ve afectada, sobre todo, por su  naturaleza inmanente desligada del uso. La enseñanza de la lengua estuvo regida  por lo que se ha dado en llamar una didáctica de la lengua.
   Segunda etapa (1989-actualidad): Afirma Roméu (2013) que a principios de la década del  80 se conoce en Cuba el texto TheLinguisticScience  and TheTeachingLanguage, de Halliday, McIntosh y Steven, en el que se  sistematizan los criterios acerca de la enseñanza de la lengua que habían  prevalecido hasta ese momento: el prescriptivo, el descriptivo y el productivo,  lo que permitió valorar la fragmentación que caracterizaba la enseñanza de la  lengua en Cuba y la necesidad de su integración (Calzadilla, Domínguez y  Valledor, 2016).
   En este contexto comienza a  transformarse la Didáctica de la lengua española y la literatura en Cuba, a partir de asumir los  postulados de los enfoques comunicativos que, según Cassany (1999), deben  enfocarse en plural ya que constituyen un conjunto heterogéneo de propuestas  didácticas para el aprendizaje de la lengua surgido en variados contextos a  partir de la década del 70 del pasado siglo, justo cuando a nivel mundial se  ponen en primer plano los problemas de la comunicación y su importancia para el  ser humano. En consecuencia, estos enfoques comparten el objetivo fundamental  de enseñar a usar la lengua a través de actividades prácticas que permiten al  alumno aprender y ejercitar la comunicación. 
   De esta manera, la enseñanza y el aprendizaje de la  lengua y la literatura en Cuba ha ido transitando por un proceso  cualitativamente creciente de asunción de los enfoques comunicativos, que  incluye la aplicación, primero, del enfoque cognitivo-comunicativo y, más  tarde, del enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural que caracteriza la  clase de Español-Literatura contemporánea.
   Así, el objetivo fundamental de la  enseñanza de la lengua se enfoca al desarrollo de la competencia comunicativa  del estudiante, lo que se alcanza solo cuando el estudiante llegue a  convertirse en un comunicador eficiente, lo que supone: que logre comprender lo  que otros tratan de significar; que posea una cultura lingüístico-literaria  adquirida en el proceso de análisis de diferentes textos y en el descubrimiento  de la funcionalidad de los medios lingüísticos empleados; que logre construir  textos en diferentes estilos funcionales acordes a las exigencias de la  situación comunicativa en que se encuentre y sabiendo usar adecuadamente los  medios lingüísticos de que dispone. (Roméu, 2013)
   La aplicación de los enfoques  comunicativos —cognitivo-comunicativo y cognitivo, comunicativo y  sociocultural— trajo como consecuencia que se transitara de una concepción en el  tratamiento de los componentes  tradicionales de la asignatura (gramática, ortografía, vocabulario, caligrafía,  expresión oral y expresión escrita, según Abello et al., 2014) a una concepción que los integra y  concreta en virtud de los componentes funcionales (comprensión, análisis y  construcción de textos) y su orientación comunicativo-funcional.
   De manera general,  esta segunda etapa se caracteriza por la búsqueda de una concepción  comunicativa en la enseñanza de la lengua, que contribuye a ir transformando la  didáctica de la lengua en una didáctica del habla, a partir de la aplicación en  la escuela media de enfoques comunicativos, que abordan el tratamiento de los  medios lingüísticos en función de los usos discursivos. Aparece como objetivo  fundamental el lograr que los estudiantes alcancen un adecuado nivel de  competencia comunicativa. 
   Esta segunda  etapa, que marca el tránsito de una didáctica de la lengua a una didáctica del  habla, encuentra en el enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural el  enfoque didáctico que conduce la enseñanza de la lengua hacia el logro de la  competencia comunicativa del estudiante. Este enfoque, referido con  anterioridad, posee fundamentos eminentemente marxistas.
   Al referirse a  este particular, Roméu (2007, p, 78) refiere que este enfoque “surge en  nuestros días, a partir de la necesidad de sustentar desde las concepciones del  materialismo-dialéctico la importancia de la lengua en los procesos cognitivos  y comunicativos, que tienen lugar en situaciones sociales de comunicación, en  diferentes contextos culturales. La enseñanza de la lengua ha estado limitada  hasta hoy por las concepciones normativas y estructuralistas, que asumen el  lenguaje como un objeto simple, que tienen como límite la oración y que colocan  en polos opuestos el aprendizaje de la lengua y su desarrollo. Una concepción  marxista solo puede ser aquella que asuma el discurso como objeto complejo, que  revele la importancia del lenguaje en uso, que tenga en cuenta la diversidad y  variedad de los discursos que se producen por los hablantes y que se ocupe de  la enseñanza de estrategias que contribuyan al desarrollo de las habilidades  para comprender, analizar y construir textos. 
   La  interpretación marxista del lenguaje y su unidad indisoluble con el  pensamiento, que constituye uno de los aportes esenciales de la escuela  histórico-cultural, nos permite reinterpretar, desde la  dialéctica-materialista, las concepciones actuales de la lingüística del texto,  la psicolingüística, la sociolingüística, la semiótica, la estilística y otras  ciencias, cuyas aportaciones esenciales revelan la relación entre los procesos  cognitivos, comunicativos y socioculturales, y permiten un acercamiento al  discurso en toda su riqueza y complejidad”.
   Los fundamentos  teóricos que sustentan el tratamiento al componente lexical en el proceso de  enseñanza-aprendizaje de Español-Literatura poseen una naturaleza  interdisciplinaria, transdisciplinaria y multidisciplinaria, lo que obliga a  enfocarlos desde la Filosofía, la Sociología, la Psicología, la Pedagogía, la  Didáctica y la Lingüística.
   Marx y Engels en el siglo XIX esbozaron el cuadro social del mundo, a  partir del surgimiento de materialismo dialéctico e histórico, lo que los sitúa  entre los pensadores más influyentes de la humanidad. Entre los aportes  fundamentales del marxismo se encuentra la reinterpretación de las leyes de la dialéctica  desde una concepción materialista, como leyes generales que explican el  movimiento de los fenómenos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.
   La ciencia lingüística ha alcanzado un  vertiginoso desarrollo a partir de nuevos enfoques que paralelamente desarrollan  otras ciencias que estudian el lenguaje y la comunicación. De esta manera, la  lingüística, se apropia de la dialéctica materialista, que constituye su base  metodológica, en la interpretación del origen y desarrollo del lenguaje definiéndolo  como un fenómeno social, que surge en unidad indisoluble con el pensamiento, lo  que revela sus dos funciones esenciales: la cognoscitiva o noética y la  comunicativa o semiótica.
   La importanciade la filosofía  marxista-leninista como base metodológica de la ciencia lingüística estriba en  que solo desde una concepción dialéctico materialista ha sido posible explicar  la unidad indisoluble entre las categorías pensamiento y el lenguaje, en los procesos  de humanización y socialización del individuo. Desde esta perspectiva los  fenómenos que se dan al interior de la lengua tienen su basamento en la  dialéctica materialista en tanto el sistema categorial con los que se opera  tienen un estrecho vínculo, en este sentido como los fenómenos: diacronía-sincronía;  lenguaje –pensamiento, lenguaje-sociedad; lengua-habla; sistema-discurso,  estructura-función, entre otros pares dialécticos.
   Los postulados marxistas en torno a la  transformación del antropoide en hombre tienen en Engels (1982, p. 7) un  paradigma, al considerar al trabajo como premisa fundamental, al afirmar que  “en una palabra, los hombres en proceso de formación acabaron comprendiendo que  tenían algo que decirse los unos a los otros. Y la necesidad creó su órgano  correspondiente: la laringe no desarrollada del mono fue transformándose  lentamente, pero de un modo seguro, mediante la modulación, hasta adquirir la  capacidad de emitir sonidos cada vez más modulados, y los órganos de la boca  aprendieron poco a poco a articular una letra tras otra”. 
   El lenguaje es definido por Marx como la  envoltura material del pensamiento debido a su doble función, que revela la  íntima relación entre el pensamiento y este. Es la capacidad humana que permite  transmitir los pensamientos, por tanto, forma de comunicación por excelencia  que surge de la vida en sociedad, de ahí su carácter eminentemente social.
   Para Sapir (1974, p. 249) el lenguaje es  “(…) la obra más importante y más monumental que ha llegado a crear el espíritu  humano: es nada menos que la forma acabada con que se expresan todas las  experiencias susceptibles de comunicación. Esta forma puede sufrir infinitas  variaciones en cada individuo, sin que por eso pierda sus contornos  característicos. Como todo arte, el lenguaje se está remodelando  incesantemente. El lenguaje es el arte de mayor amplitud y solidez que  conocemos, es la obra gigantesca y anónima de incontables generaciones”.
   El juicio del  lingüista estadounidense sintetiza la importancia del lenguaje y de la  comunicación para el ser humano, como necesidad surgida de la vida en sociedad,  que influyó decisivamente en el propio desarrollo de este como ser social.
   En concordancia con lo anteriormente consideramos  que la necesidad de significar surge en el proceso de la interacción  comunicativa en situaciones sociales de comunicación, y como resultado de esta  surgieron el lenguaje articulado y el pensamiento verbal que fueron  desarrollándose progresivamente.
   Para la definición de lengua asumiremos la  que expresa Roméu (2011, p.3), en tanto “constituye un sistema, cuyos  componentes están unidos mediante relaciones de solidaridad y dependencia. Los  signos articulados constituyen las unidades del sistema, y la relación de los  elementos que lo integran determina su estructura. Esta se organiza en planos  (contenido y expresión) y niveles lingüísticos (fonológicos, morfológicos,  léxico y sintáctico) que se definen como la estructuración jerárquica del  sistema lingüístico, en virtud de la cual cierto tipo de unidades sígnicas y  subsígnicas se combinan sintagmáticamente unas con otras a fin de construir una  unidad de rango superior. A la lengua se le denomina también idioma y se  considera una abstracción pues existe solo en los hablantes que la usan, es  decir, en el habla —que constituye la realización concreta de la lengua por  cada uno de los hablantes”. 
   La lengua es un producto social y un  conjunto de convenciones adoptadas por una comunidad lingüística que utiliza la  facultad del lenguaje. Es decir, una lengua es la manifestación particular en  una determinada comunidad de individuos de esa facultad general y específica de  los seres humanos a la que normalmente llamamos lenguaje. El lenguaje es, pues,  conceptualmente más amplio, ya que abarca la suma de imágenes verbales, con sus  reglas de relación y funcionamiento, y el fenómeno humano del habla. 
   El proceso de enseñanza-aprendizaje de  Español-Literatura en Cuba está regido por el enfoque cognitivo, comunicativo y  sociocultural (Roméu, 2007); que tiene en cuenta la relación entre el discurso,  la cognición y la sociedad y, a su vez, presta especial atención al trabajo con  los procesos de significación, metodológicamente enfocados a partir del trabajo  con los componentes funcionales: comprensión, análisis y construcción textual.  Incluye como finalidad de la enseñanza de la lengua y la literatura lograr un  adecuado nivel de competencia comunicativa que le permita al estudiante operar  eficientemente en cualquier contexto.
   La Lexicología es la disciplina que dedica  su estudio del nivel lexical, a partir del análisis y la descripción de las  estructuras de las unidades lexicales que lo conforman (palabras y unidades  fraseológicas), así como el vocabulario y reglas que permiten su uso.   
   En el sistema de la lengua resulta  evidente el papel central del léxico y las relaciones que a través de él establecen  los otros niveles.Tanto las funciones del nivel fonológico, como las del  nivel  morfológico, se realizan en el  lexema, cuyo papel como unidad básica de la lengua se confirma. Según se  afirma, la palabra constituye el puente entre el sistema de la lengua y el  discurso.
   La competencia léxica, junto a  la gramatical, la semántica, la fonológica y otras integra la competencia  lingüística. Para Quilis (2010, p. 263), “el léxico o la competencia léxica se  manifiesta en la cantidad de palabras en potencia que reconoce un individuo o  que puede utilizar en un momento dado; su vocabulario o su actuación léxica es  el reflejo del léxico en un enunciado dado”.
   Se asume, por tanto, que el léxico es el  conjunto de todas las unidades léxicas de la lengua, vinculadas a un concepto,  que forman parte de la cultura, de las que el hablante puede disponer para la  comunicación, cualquiera que sea el tema, la intencionalidad, la finalidad o el  contexto comunicativos. El vocabulario, por su parte, constituye una parte del  léxico que se actualiza en un acto de habla concreto (oral o escrito). 
   Para convertirse en un comunicador competente el individuo  necesita dominar, paulatinamente, un número considerable de palabras y saber  emplearlas eficientemente en los contextos de interacción comunicativa. Téngase  en cuenta que el léxico repercute sobre el desarrollo cognitivo, afectivo y  social y desempeña un papel fundamental en el proceso de aprendizaje, pues la  cantidad y calidad de palabras conocidas condiciona las habilidades para la  producción de significados; también, constituye el  vehículo de transmisión de la cultura (Calzadilla, 2017).
   Para Calzadilla (2016,  p. 2), “El caudal léxico constituye la vía mediante la cual el hombre logra de  manera efectiva interactuar con la realidad y referirse a ella. De esta  forma, para lograr que los estudiantes se conviertan en comunicadores  competentes se necesita, entre otros aspectos no menos importantes, dotarlos de  una competencia léxica que les permita operar eficientemente en su  comunicación, pues el léxico contiene y atraviesa a todos los aspectos  contenidos en la competencia comunicativa 
Se tiene en cuenta que “la adquisición de  vocabulario es un proceso lento que requiere planificación, selección,  repetición, reorganización de la información, así como una combinación de  distintos tipos y situaciones de aprendizaje, pues la organización de los  conceptos en el cerebro se basa en la interconexión y el significado de los  elementos se define por sus relaciones múltiples con otros conceptos  (Calzadilla, 2016, p. 43).
   Para Roméu (2014, p. 53) resulta evidente el  papel central del léxico dentro de la estructura del sistema y las relaciones  que, a través de él, establecen los otros niveles de la lengua. El  léxico actúa también como nodo cohesionador en los procesos de significación, al estos estar mediados por  el análisis de este componente de la lengua. 
   En tal sentido,  Roméu (2014, p. 53) afirma que “es posible hablar de un eje  léxico-comprensión-análisis-construcción, en tanto se reconoce la omnipresencia  de las estructuras léxicas en el discurso y su importancia en los procesos  cognitivos, comunicativos y de interacción social. El léxico como eje central,  desde el enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural, permite establecer  relaciones de tres tipos: las  relaciones léxico-semánticas, las relaciones léxico-sintácticas y las  relaciones léxico-pragmáticas (…)”.
   Todo lo abordado conlleva, desde posiciones marxistas, al abordaje del  léxico como elemento transversal y dinamizador dentro de la estructuración del  sistema lingüístico, al revelar como ningún otro nivel de la lengua española  las relaciones que se operan en las unidades que lo conforman. 
CONCLUSIONES
   El proceso de enseñanza-aprendizaje de  Español-Literatura constituye un acto comunicativo por excelencia, a través del  cual se estimula el aprendizaje escolar, lo que favorece el desarrollo de la  conciencia lingüística como forma de la conciencia social. En este sentido, la  primera es entendida como la capacidad del hablante de identificar a través de  la lengua las características sociales de las personas a partir de sus  discursos, así como el respeto hacia la lengua materna y la valoración de esta,  de sus normas y usos correctos, y su defensa como base esencial de la identidad  cultural. 
   En este proceso, el léxico constituye una  herramienta de importante valor y su estudio permite una comprensión cabal de  este nivel de la lengua como contenido estructurante y dinamizador de la  competencia comunicativa de los estudiantes, a la luz del enfoque cognitivo, comunicativo  y sociocultural.
   El abordaje del tratamiento de este  componente lingüístico desde posiciones epistémicas marxistas valida la  consideración de su papel central en la comunicación y la importancia misma del  lenguaje, sin el que no podía hablarse de sociedad ni de verdadera praxis. El  lenguaje es, por tanto, una actividad social y una forma de acción conjunta en  la que los individuos colaboran para lograr una meta común.
   De esta forma, asumir el lenguaje como la  envoltura material del pensamiento permite destacar la relación dialéctica  entre ambos generada en el proceso de aprehensión y transformación de la  realidad y, de modo general, en el proceso de comunicación: la actividad  noética se nutre de la actividad sensoperceptual, que le aporta sus contenidos  de base a partir de la relación ser humano-medio; mientras que la actividad  semiótica acompaña a la praxis como elemento instrumental y, mediante un  proceso de interiorización, enriquece la actividad noética.
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