Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


LA FORMACIÓN DE UNA CONDUCTA AMBIENTAL EN LOS NIÑOS DEL GRADO PREESCOLAR

Autores e infomación del artículo

Hirina Dionisia Reyes Arias *

Agustina Baldoquín Tamayo **

Universidad De Granma, Cuba

hreyesa@udg.co.cu

RESUMEN
En la infancia preescolar se manifiesta el desarrollo de los intereses cognoscitivos, el deseo de saber, la curiosidad y la formación de sentimientos positivos hacia el entorno, su diversidad y conservación del medio ambiente. La investigación se dirige a resolver las insuficiencias que se presentan en la formación de una conducta ambiental que limitan la formación integral de los niños del grado preescolar. El presente artículo se plantea reflexionar sobre la formación de una conducta ambiental en los niños del grado preescolar. Los estudios socializan la conducta ambiental, en tres dimensiones esenciales: percepción ambiental; sensibilidad ambiental; comportamiento ambiental de los niños. Para valorar la efectividad y factibilidad de la propuesta se asume la metodología cualitativa de Pérez-Borroto, (2002) Responde al proyecto perfeccionamiento de la formación inicial y permanente de los profesionales de la educación.
PALABRAS CLAVES: Formación-conducta ambiental-niños-grado preescolar.
ABSTRACT
The development of the cognitive interests, the desire to know, the curiosity and the formation of positive sentiments toward the surroundings, the diversity and conservation of the environment are manifested in the preschooling childhood. The investigation tries to solve the insufficiencies in the formation of an environmental conduct that limit the integral formation of girls and children of the preschool grade. The purpose of this article is to reflect on the formation of an environmental conduct in the preschool children. The studies were made to socialize the environmental conduct, in three essential dimensions: Environmental perception; Environmental sensibility; The children´s environmental behavior. In order to evaluate the effectiveness and feasibility of the proposal, the authoresses the assume Pérez-Borroto´s qualitative methodology, (2002).  The article is a result of the project The perfecting of professionals of education in the initial and permanent formation.
KEY WORDS: Formation-environmental conduct-children-preschool grade.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Hirina Dionisia Reyes Arias y Agustina Baldoquín Tamayo (2018): “La formación de una conducta ambiental en los niños del grado preescolar”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (enero 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/02/conducta-ambiental-ninos.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1802conducta-ambiental-ninos


INTRODUCCIÓN

La conducta humana es esencialmente el producto de múltiples influencias sociales, educativas y ambientales que sobre la base de un sustrato biológico, el sistema nervioso central, influye desde los primeros días de nacidos sobre el sujeto. Es la manifestación de una personalidad sana, se caracterizará por su objetividad, por múltiples motivaciones y actitudes, por lo que depende del modo de actuación de cada individuo.
El hombre, portador de un cerebro humano, cuya característica principal es su extraordinaria plasticidad, está sometido desde el primer momento a una educación integral. Ambos factores íntimamente interrelacionados conforman el desarrollo de la personalidad y dentro de ella su manifestación externa: la conducta, es una forma individual de comunicación, interacción y cooperación social entre los hombres. (Fontes O. y otros, 2006:25)
El niño como ser social expresa toda su personalidad a través de su conducta; por lo que para conocer a fondo a un niño es necesario conocer y comprender cómo se comporta dentro de su ambiente, es necesario poder explicar las principales motivaciones, necesidades e intereses que sustentan y guían su comportamiento, esencialmente cuando es portador de un organismo sano, cuyo sistema nervioso funciona adecuadamente. 
Educar la conducta ambiental en los niños desde la primera infancia, constituye una de las prioridades del proceso de adquisición de conocimientos, hábitos, habilidades, sentimientos, actitudes y cualidades, fundamentalmente cuando se orienta hacia los problemas ambientales, por la importancia que tiene la experimentación de vivencias, emociones y experiencias en relación con el entorno.
En Cuba son numerosos las investigaciones que se han dedicado al estudio de la conducta ambiental en la infancia preescolar, las autoras destacan las investigaciones de la Estrategia Ambiental Nacional del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente del CITMA (1997); el Programa Director de Promoción y Educación para la Salud, (1999) que ofrecen indicaciones metodológicas sobre la educación ambiental desde la primera infancia; los trabajos científicos de la Cátedra de Educación Ambiental de la Universidad de Granma y las publicaciones de Martínez, M. (2014) sobre la Educación Ambiental en la diversidad cultural.
En la Educación de la Primera Infancia se destacan los estudios de Esteva, M. (1995); Burke, M.T, (1995); Amador, A. (1995); Martínez, F. (1995) que enfatizan en la necesidad de iniciar el tratamiento formativo de la educación ambiental desde edades tempranas, los postulados de Delgado, C. J. (2001); García, S. y otros (2007), sobre el perfeccionamiento del currículo de Educación Preescolar en la dimensión, Relación con el entorno; Pérez, R. (2014) sobre la Educación Ambiental en la Educación Preescolar Cubana; Pérez-Borroto, T., (2002) ofrece un folleto de apoyo al sistema de superación de la educación ambiental y el descubrimiento del entorno.
Las investigaciones consultadas por las autoras, corroboran la diversidad de enfoques y posiciones que se le otorgan al proceso educativo de la educación ambiental, además destacan la coincidencia de los autores al confirmar que no solo se reduce a la solución de los problemas del medio ambiente, sino que tiene en cuenta la formación de una conducta ambiental que favorezca la calidad de vida, sobre todo si conduce a la formación integral de los niños del grado preescolar.
El diagnóstico factoperceptual y su estudio, así como las visitas de ayuda metodológica e inspecciones realizadas a las instituciones infantiles revelan: limitada articulación de la educación ambiental con las áreas del desarrollo que conforman el desarrollo integral de los niños; no siempre se promueve la estimulación de la educación ambiental desde el grado preescolar y pocas veces los niños manifiestan un comportamiento ambiental ante la diversidad del entorno natural y social.
Lo anterior da muestra de limitaciones en la formación de una conducta ambiental en los niños de la muestra. Para la solución de esta problemática se ofrecen reflexiones teóricas sobre la formación de una conducta ambiental en los niños del grado preescolar. Los estudios socializan la conducta ambiental en tres dimensiones esenciales: percepción ambiental, sensibilidad ambiental y comportamiento ambiental de los niños. Responde al proyecto de formación inicial y permanente de los profesionales de la Educación de la Primera Infancia.

DESARROLLO

  1. REFLEXIONES TEÓRICAS SOBRE LA FORMACIÓN DE UNA CONDUCTA AMBIENTAL EN LOS NIÑOS DEL GRADO PREESCOLAR

En las concepciones filosóficas de la existencia humana, Pupo, R. (2006) la formación constituye una categoría que responde al proceso de desarrollo histórico del conocimiento sobre la base de la práctica social. En la relación del hombre con el mundo que lo rodea, la actividad humana media todo el sistema de relaciones, es precisamente en virtud de la actividad que se logran establecer los vínculos necesarios del hombre con el mundo natural y con los otros hombres.
Los estudios pedagógicos conciben la formación como proceso y resultado, cuya función se dirige a preparar al hombre como ser social en todos los aspectos de su personalidad, considerando la dimensión educativa, instructiva y desarrolladora, las que se interrelacionan en un solo proceso integrador y totalizador, este proceso formativo aglutina un sistema categorial de conocimientos, habilidades, valores, desde las dimensiones del proceso formativo. (Álvarez, 1999:14)
En las concepciones psicológicas, la formación se concibe como la relación que se da entre las categorías educación y desarrollo, la educación precede al desarrollo, lo impulsa, pero tiene que tener en cuenta el desarrollo alcanzado y las propias leyes del desarrollo. Señala que solo es buena aquella enseñanza que se adelanta al desarrollo. Se asume esta concepción al concebir el proceso educativo como portador de una conducta intencionada hacia actuaciones que conduzcan al desarrollo integral de los niños. (Vigostki, 1987:15),
El proceso educativo es un espacio para promover el desarrollo integral del niño, dirigido al logro de formaciones intelectuales, socio-afectivas, actitudinales y valorativas; no se pretende excluir o ignorar los conocimientos que el niño aprende o adquiere en su relación con el entorno, simplemente destacar que en estas edades no constituye un fin en sí mismo, sino un medio de crecimiento personal. (López, 2005:10)
El proceso educativo se concibe en una unidad inseparable entre lo instructivo y lo educativo, lo cual conlleva a la adquisición de conocimientos, concebidos conforme a las características de la etapa, cuando se apropian de los procedimientos de actuación, de las formas de comportamiento social, de sus intereses, de sus motivos, es decir, de lo que tenga para ellos un sentido personal.  
Según esta concepción, el proceso educativo en el grado preescolar permite que el niño, de manera activa asuma todos los productos de la cultura correspondiente al contexto sociocultural en que se desarrolla, pues en el transcurso de su actividad y en el proceso de comunicación con los otros, asimila lo nuevo, los conocimientos, las normas de conducta, así como las relaciones que interactúan con su entorno.
Se considera el entorno como el ambiente que rodea al niño y del que forman parte las condiciones o circunstancias naturales, biológicas, físicas, geográficas y las condiciones sociales, históricas, culturales, económicas, ambientales, propias de su desarrollo individual, las que se manifiestan en las actitudes de respeto, cuidado y conservación del medio ambiente. (García, 2007:6)
El conocimiento del entorno favorece la formación de una conducta ambiental, es un resultado que connota la apropiación de los contenidos ambientales, como elemento esencial para el desarrollo integral de los niños, a partir de reconocer la necesaria integración de la esfera cognitiva, afectiva y volitiva que deben caracterizarlos en los diversos contextos formativos, familiares, institucionales y comunitarios.
Los contenidos ambientales favorecen la formación de actitudes, sentimientos y cualidades de los niños sobre el medio ambiente, que aprendan a actuar con responsabilidad ante los fenómenos de la naturaleza inanimada, el mundo animal y vegetal, el trabajo en la naturaleza, el cuidado y protección del medio ambiente, el cuidado de las plantas, su cultivo, la importancia para la alimentación, cómo proteger y preservar la naturaleza, de respetar el trabajo de las personas, de mantener el cuidado de los animales, entre otros.
La formación de una conducta ambiental permite la relación del niño con el medio ambiente, para que estos a su vez sean capaces de mitigar los problemas ambientales del entorno familiar, institucional y comunitario. Las vivencias y representaciones de los niños sobre la naturaleza, amplían las percepciones ambientales y contribuyen al desarrollo y el bienestar del entorno que les rodea, pues en la medida que conozcan los contenidos ambientales, se apropian de ellos y se interiorizan como necesidad de sus modos de actuación.
La conducta ambiental hacia el cuidado, conservación y protección del medio ambiente en los niños del grado preescolar, se favorecen cuando las actividades se desarrollan en un ambiente lúdico, apoyada de medios de enseñanza, esencialmente, de utilización directa, se destacan los medios didácticos, juguetes, dioramas, maquetas, fotografías, láminas, mapas, carteles, ilustraciones, pinturas y los medios audiovisuales, televisión, vídeo, cine, computación que les permiten asumir conductas ambientales responsables. Ejemplo: cuando obtienen vivencias sobre el cuidado y preservación de la naturaleza, a través de aquellos elementos que no están a su alcance como las ilustraciones, las pinturas, dibujos de cuentos, la utilización de la naturaleza muerta, entre otros.

Los niños del grado preescolar alcanzan un desarrollo intelectual intenso, por lo que es preciso modificar su manera de pensar y actuar para desarrollar una conducta ambiental responsable y participativa, que conduzca a un desarrollo sostenible y mejora de la calidad de vida, supeditada a la adquisición de nuevos conocimientos y representaciones sobre el entorno, el cuidado y protección del medio ambiente, los modos de intercambio con el mundo natural y social, vinculados a la necesidad por proteger a la naturaleza, lo cual precisa de: la percepción ambiental, la sensibilidad ambiental y el comportamiento ambiental.
La percepción ambiental en los niños del grado preescolar, establecen una interdependencia entre la comprensión de la naturaleza y el medio ambiente creado por el hombre, resultante de la interacción de los aspectos biológicos, físicos, sociales, económicos y culturales, la adquisición de conocimientos, cualidades, comportamientos y habilidades prácticas para participar responsable y eficazmente en la prevención y solución de los problemas ambientales. (Pérez-Borroto, 2002:44)
La percepción ambiental en los niños del grado preescolar persigue la protección del medio ambiente, en pos de una conducta ambiental responsable sobre el entorno natural y social, para que sean capaces de: reconocer los problemas ambientales, la estimulación de las prácticas de la educación ambiental y el conocimiento del entorno sociocultural de la educación ambiental.
Los niños deben considerar cuáles son los problemas ambientales que afectan el entorno de la localidad en la que viven, que sean capaces de conocer que existe degradación de los suelos, producidas fundamentalmente por las explotaciones de las minas y de las canteras de piedras, por las contaminaciones de las fábricas que dejan sus residuos sólidos impregnados en la tierra, por la falta de productos vegetales para fertilizarlas y de agua para el riego.
La deforestación es otro de los problemas ambientales que deben conocer, esta afecta esencialmente a los bosques, los campos y lugares montañosos, ocurre por la constante tala de árboles para hacer muebles, casas y combustibles, por la falta de semillas para la siembra y el ciclo de remplazo de los que se cortan, así como la falta de lluvia para mantener la siembra balanceada.
Se hace alusión a la pérdida de la diversidad biológica, como otro de los problemas ambientales de la localidad, se produce fundamentalmente por la destrucción de las especies, la disminución de las aves, producto de la caza y de la contaminación del ambiente, la disminución de los peces, por la pesca y la contaminación del mar, además existen especies de animales que se encuentran en peligro de extinción por la contaminación ambiental.
Es recomendable que conozcan que la contaminación de las aguas interiores y marinas, afectan el medio ambiente, se produce por la presencia de focos contaminantes de las aguas terrestres, contaminaciones de las zonas costeras y marinas, por vertimiento de desechos y residuales agrícolas, industriales, urbanos y de embarcaciones sin un tratamiento conveniente.
El deterioro de los saneamientos en asentamientos de la población, es otro de los problemas que se manifiestan por las afectaciones de las redes de acueducto y alcantarillado, que en muchos casos producen filtraciones por roturas, y mantenimiento, la falta de áreas verdes y árboles en muchas zonas y lugares de la ciudad y el campo, la situación de los medios de transporte que contaminan el medio ambiente producto del exceso de humo, los residuos de las fábricas, los incendios de los campos, la calidad y falta de agua de algunos lugares de residencias, los vertederos de basuras en zonas pobladas, la falta de sistematicidad en la recogida de basura, la crianza de puercos en condiciones no higiénicas y la presencia de vectores producto de la falta de higiene de algunos poblados.
El niño comienza a observar, explorar y descubrir los hechos y fenómenos de la naturaleza, la variedad de sucesos y las causas que dan lugar a que se produzcan, descubren que las cosas de la naturaleza se estructuran en dos grandes grupos: lo vivo y lo no vivo; aprenden que dentro de lo vivo se encuentran las cosas naturales como las plantas, los animales y el hombre y dentro de lo no vivo las cosas que son transformadas por el hombre. En este sentido, vale resaltar la importancia de las ambientaciones del círculo infantil, de las áreas exteriores, las escenografías de cuentos y otras actividades creativas que fomentan la percepción ambiental. (González, 2011:34)

El trabajo educativo de la percepción ambiental incita a que los niños diferencien y clasifiquen los elementos de la naturaleza, identifiquen que los seres vivos nacen, se alimentan, crecen y que las cosas no vivas, no nacen, no crecen, no se alimentan, así como las diversas formas en que nacen, se alimentan y crecen, la observación de las partes de las plantas: raíz, tallo, hojas, flores y frutos. En estas edades aprenden a comparar y agrupar las plantas ornamentales, medicinales y alimenticias, así como a los animales en cuanto a la manera de trasladarse de un lugar a otro y por su aspecto exterior, a diferenciar las partes del cuerpo humano y sus funciones, a diferenciar al hombre del resto de los seres vivos que habla y transforma la naturaleza según sus necesidades, intereses y motivos.
El conocimiento de los entornos socioculturales de la educación ambiental en los niños, se fomenta a partir de sus necesidades e intereses, de la relación con la realidad inmediata del mundo que los rodea, de sus motivaciones por el conocimiento sobre la naturaleza inanimada, la observación de las características del sol, del aire, del agua, del estado del tiempo y sus cambios (día soleado, nublado y lluvioso), la identificación de algunas características del verano (días largos, noches cortas, calor), del invierno (noches largas, días cortos, frío), reconocer la importancia de algunos elementos de la naturaleza (agua, aire, luz y calor) para la vida de las plantas, los animales, el hombre y la necesidad de conservar y proteger estos recursos naturales. Aprenden las diferencias que presentan las plantas y los animales en cuanto a la cantidad de agua, luz, aire y calor que necesitan para vivir.
En la relación del niño con el mundo circundante, la percepción ambiental les permite adquirir la experiencia sensitiva que los lleva al razonamiento, pues las vivencias y representaciones obtenidas mediante las observaciones y actividades prácticas en la naturaleza, crean las condiciones propicias para el desarrollo de sentimientos de amor por la naturaleza, la formación de una actitud para su cuidado y preservación, así como la importancia de cuidarla y utilizarla mejor.
La sensibilidad ambiental es la expresión externa del mundo circundante en el niño, tiene un carácter involuntario, aparece y desaparece con facilidad, lo que denota su estado ambiental e inestable, pues la interpretación que tienen del mundo circundante, varía su actitud respecto a dicho mundo, comienzan a surgir sentimientos producidos por nuevas motivaciones y se perfilarán las causas que con anterioridad no tenían significado alguno para él, estas actividades se proyectan para que los niños sean capaces de: lograr la formación de sentimientos ambientales, de sentir autonomía e independencia por el ambiente, así como la construcción ambiental del entorno natural y social.
Los motivos de conducta y el surgimiento de la jerarquía de motivos adquieren una gran significación para el desarrollo de la sensibilidad ambiental, se manifiestan en la independencia y la autonomía del niño preescolar, pues el desarrollo alcanzado por estos, les permite realizar un conjunto de actividades con diferentes niveles de complejidad, que hace que surjan en ellos intereses y necesidades que orientan y dirigen su conducta en un determinado sentido.
La satisfacción de las necesidades pasa por un proceso en el que juega un papel fundamental la valoración, el niño analiza, compara y valora los fenómenos de la naturaleza, de acuerdo con sus intereses y en dependencia de estos, los incorpora a su comportamiento. Se hace alusión a las emociones que manifiestan por el cuidado y preservación del medio ambiente, las observaciones sistemáticas de algunos experimentos. Ejemplo: el proceso de germinación de las plantas, la transformación de la rana en su crecimiento, la observación de los seres vivos, en cuanto a su aspecto exterior, la transformación del agua, el trabajo de los niños en el huerto escolar, entre otros.

La subordinación de motivos favorece la regulación consciente de la conducta, los intereses cognoscitivos estables y discriminados, motivan en el niño el deseo de aprender, de obtener conocimientos sobre el mundo circundante y de sensibilizase por los problemas ambientales que se manifiestan en el entorno. Se reafirma que los motivos de conducta varían de manera significativa en este nivel, pues actúan bajo la influencia, de los deseos y sentimientos ambientales que surgen en un momento dado, provocados por causas diversas, sin percatarse claramente de qué lo impulsa a realizar una u otra acción. Los motivos cognoscitivos se expresan en el deseo de conocer la causa de los fenómenos, ocupando un lugar destacado los motivos sociales. (Domínguez, 2004:60)
El comportamiento ambiental se manifiesta en las actuaciones del niño sobre el medio ambiente, estas pueden modificar o no la conducta, pero al mismo tiempo pueden prevenir y resolver problemas ambientales, participar activamente en la mejora y en la protección y cuidado ambiental, mediante un consumo responsable para aprovechar mejor los recursos naturales con la disminución de residuos producidos, persigue que los niños sean capaces de: lograr la autorregulación y autovaloración del comportamiento ambiental, la autoconciencia de la conducta ambiental y la capacidad de actuación ante la diversidad ambiental.
El comportamiento del niño es motivado casi por completo por acciones impulsivas, la voluntad se manifiesta cuando las condiciones para su surgimiento son especialmente favorables, por lo que, para desarrollar la toma de conciencia y la comprensión de los problemas del medio ambiente, es necesario la adquisición de conocimientos, la generación de actitudes positivas ante la solución de los problemas ambientales y los comportamientos favorables ante la conducta ambiental.
En la medida que van asimilando normas y reglas de conducta, estas se convierten en marcas o medidas de las cuales se valen para evaluar a los demás niños, no así de su propio modo de actuación. Se establecen formaciones psicológicas para el desarrollo de la personalidad, la conciencia de sí mismo, la autoafirmación, la autoestima y la autovaloración. Son significativos los logros alcanzados en el desarrollo de la independencia y la autonomía, aspectos que repercuten de forma decisiva en el desarrollo integral.
La autorregulación y autovaloración del comportamiento ambiental se manifiesta siguiendo las indicaciones y valoraciones de los educadores de la primera infancia, los niños son capaces de autocontrolarse, por lo que la función de valoración puede ser realizada por ellos mismos, o sea, son capaces de valorar lo positivo y negativo de los sucesos que ocurren en el ambiente. Las cualidades morales están dirigidas a la formación de la conciencia, los sentimientos y la conducta, resultado de la influencia del medio exterior y de la propia experiencia del niño. Surge la autonomía moral, la responsabilidad, la laboriosidad y un elevado razonamiento ante las situaciones prosociales, pues los avances cognitivos y sus experiencias de interacción social van logrando mayor comprensión de las reglas que rigen una mejor convivencia humana.
La responsabilidad adquiere un papel protagónico en los niños, surge el sentido del deber y se introducen cambios en la esfera motivacional que dependen de sus vivencias, surgen nuevos rasgos del carácter volitivo de la conducta y de la actividad, son más independientes ante las actividades, todo lo hacen por sí solos, y solo en casos necesarios acuden a la cooperación, toman conciencia de sí mismo como seres independientes de los demás y de las cosas del mundo circundante, aprenden a esforzarse, comportarse bien, ser persistente, hacer valoraciones de sí mismo y de los demás, ser obediente.
En las actividades laborales los niños muestran un afecto profundo, desinteresado y recíproco por sus compañeritos, se ayudan mutuamente, comparten sus pertenencias y sirven a los demás, se identifican con otros niños, aunque no los conozcan y muestran amor y respeto por la naturaleza. Son honestos, no son capaces de engañar a sus compañeros, ni defraudarlos, dicen la verdad y manifiestan respeto por lo ajeno al no tomar lo que no es suyo, no roban y son honrados.
La laboriosidad, es la cualidad que implica la relación directa de los niños con el medio ambiente, determina la actitud del niño ante el trabajo y ante sí mismo, manifiestan tener disposición para cumplir las tareas, de ser trabajador, de respetar el trabajo de los demás, establecen adecuadas interrelaciones y normas de comportamiento social, desarrollan sentimientos de amor hacia los fenómenos de la naturaleza, establecen relaciones positivas con los adultos y con otros niños en el trabajo, manifiestan sentimientos de cariño y respeto por el trabajo de sus compañeros, realizan encomiendas con agrado, cumplen normas elementales de la conducta social, relaciones adecuadas de cooperación y ayuda mutua con sus coetáneos.
Los niños son capaces de expresar sentimientos de amor, cuidado y preservación del medio ambiente, realizan tareas laborales como sembrar y regar las plantas, quitar hojas secas, no pisar el césped, darle de comer a los animales, crearles condiciones de vida, no maltratarlos, ayudar a los animales necesitados. Mantener la higiene del medio ambiente, no echar basura en lugares inadecuados, o públicos, cuidar la limpieza del lugar donde realizan las actividades y del hogar, conocer la importancia del agua para la salud, así como aprender a sembrarlas y cuidarlas.

Es precisamente en el juego donde se evidencia más claramente la formación de la función simbólica de la conciencia, en su repercusión en el desarrollo psíquico del niño, pues les permite operar con símbolos, con representaciones convencionales de la realidad, indicando que se inicia el pensamiento representativo. (Domínguez, 2004:60)
En la actividad lúdica el niño preescolar no solo sustituye los objetos, sino que asume uno u otro rol y comienza a actuar de acuerdo con este. De esta forma, jugando descubre las relaciones que tienen lugar entre las personas durante el proceso de su actividad laboral, cuáles son sus derechos y deberes y en este sentido cumple y hace cumplir las normas y reglas del juego. Por ello si se analiza la trama de interrelaciones que se producen en el desarrollo del juego, se observa que tienen lugar relaciones lúdicas y reales.
La lúdica reflejan las relaciones que se dan entre los diferentes roles que forman parte del argumento. Las reales son las que tienen lugar entre los niños al realizar la actividad de juego: cuando se ponen de acuerdo para distribuirse los roles, cuando valoran el cumplimiento de las reglas en el desempeño del rol, cuando valoran su conducta y la de los demás e influyen positivamente en el desarrollo de la independencia y la creatividad, que aprendan a actuar con disposición en las actividades laborales, expresando sencillas valoraciones sobre el medio circundante, ajustando su comportamiento de acuerdo con las exigencias de las diferentes situaciones de la vida cotidiana y de la formación de una conducta ambiental responsable.
POBLACIÓN Y MUESTRA
La investigación se desarrolló en el círculo infantil: Alegría infantil. El estudio investigativo toma como referencia una muestra de 10 niños, la cual fue seleccionada de forma intencional y representa el 100% de esta población. El estudio cualitativo se realiza utilizando los métodos teóricos: histórico-lógico, analítico-sintético e inductivo-deductivo, los cuales posibilitaron el estudio de la literatura científica relacionada con el tema, la interpretación de los resultados del diagnóstico y descomponer la propuesta en múltiples relaciones que permitieron llegar a conclusiones lógicas, la conducta ambiental de los niños de la infancia preescolar.
El método enfoque de sistema permitió concebir la conducta ambiental de los niños de la infancia preescolar, en tres dimensiones esenciales: percepción ambiental, sensibilidad ambiental y comportamiento ambiental, bajo una descripción secuencial de elementos estructurales que se determinan por prioridades, identificados por medio de las relaciones de subordinación y coordinación dentro de los límites establecidos por el sistema. 
Se utilizaron como métodos empíricos: observación y entrevistas, para constatar la conducta ambiental en los niños de la infancia preescolar. La magnitud porcentual de las variables se determinó con el método estadística descriptiva y la técnica cálculo porcentual que permitió el procesamiento y análisis de la información obtenida.
ANALISIS DE LOS RESULTADOS
Para valorar la efectividad y factibilidad de la propuesta en los niños del grado preescolar, asume la metodología cualitativa de (Pérez-Borroto, 2002:30) con el objetivo: constatar los resultados que se obtienen en la formación de una conducta ambiental en los niños del grado preescolar. En el desarrollo de la investigación se muestran los resultados comparativos de la Dimensión: formación de una conducta ambiental. Se constataron los indicadores: condiciones socioculturales del entorno, intencionalidad formativa de la conducta ambiental y valoración del contexto de actuación. Los niños se evalúan en la escala valorativa de alto, medio y bajo. (Tabla 1 y 2: Resultados del pre-test y del post-test en los niños)

Este significativo proceso se desarrolla, de forma consciente y responsable en tres etapas: momento de exploración participativa, proyección conjunta y evaluación. Se realiza una valoración integral de los resultados obtenidos en el prest-test y el post-test. Esta valoración se dirige a revelar las diferencias relacionadas con la formación de una conducta ambiental en los niños del grado preescolar.
La valoración de los resultados del pre-test muestra que los niños evaluados de nivel medio y bajo, indistintamente cumplen con los indicadores propuestos. En el post-test los niños lograron comprender las condiciones socioculturales del entorno, la intencionalidad formativa de la conducta ambiental favorece la percepción ambiental, identifican los problemas ambientales, las prácticas de la educación ambiental y los entornos socioculturales de esta. La sensibilidad ambiental, favorece la formación de sentimientos ambientales, la autonomía e independencia ambiental, así como la construcción de su entorno natural y social. En el comportamiento ambiental son capaces de autorregular y autovalorar su comportamiento, la autoconciencia de la conducta ambiental y la capacidad de actuación ante la diversidad ambiental en los diferentes contextos de actuación.

CONCLUSIONES

  1. Las reflexiones teóricas sobre la formación de una conducta ambiental, en correspondencia con las posiciones asumidas por las autoras, acrecientan los estudios desarrollados por Esteva, M. (1995); Burke, M.T. (1995); Amador, A. (1995); Martínez, F. (1995) Delgado, C. J. (2001); García, S. y otros (2007); Pérez, R. (2014); Pérez-Borroto, T. (2002) sobre la formación de una conducta ambiental en los niños del grado preescolar.
  2. La formación de una conducta ambiental en los niños del grado preescolar, en correspondencia con las prioridades establecidas: percepción ambiental, sensibilidad ambiental y comportamiento ambiental, se logra.
  3. El análisis de los resultados, utilizando los métodos empíricos empleados, permitieron constatar la efectividad de las reflexiones teóricas para la formación de una conducta ambiental, en tres dimensiones esenciales: percepción ambiental, la sensibilidad ambiental y el comportamiento ambiental, para favorecer el desarrollo integral los niños de grado preescolar.

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*Máster En Investigación Educativa, Profesora Auxiliar Profesora Del Departamento Educación Preescolar Universidad De Granma, Cuba Email: hreyesa@udg.co.cu
Agustina Baldoquín Tamayo Máster En Ciencias De La Educación Preescolar, Asistente Profesora Del Departamento Educación Preescolar Universidad De Granma, Cuba Email: abaldoquint@udg.co.cu

Recibido: 28/01/2018 Aceptado: 01/02/2018 Publicado: Febrero de 2018

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