Economistas por la Paz y la Seguridad

TEPYS : Textos de economía, paz y seguridad

 

Bioterrorismo de Estado
y bioterrorismo internacional

Gian Carlo Delgado Ramos
giandelgado en hotmail.com

Economista egresado de la UNAM
Mgr. en Economía Ambiental por la UAB

Publicado originalmente en
Saxe-Fernandez y Delgado-Ramos (2002)
Globalización del Terror, amenaza bioterrorista
,
Ed. CIDCC Juan Marianello, La Habana, Cuba.

 

Para entender a fondo la lógica del bioterrorismo, es necesario entender la del propio terrorismo. En tal contexto, hay que puntualizar, primero, que cuando se habla de terrorismo, los actuales analistas han venido manejando, de manera poco seria y descuidada, solamente la vertiente del terrorismo internacional. Es decir, sólo dan cuenta de aquellos actos efectuados por grupos internacionales desligados de los aparatos estatales, olvidando, a veces por completo, el lado más importante y amenazador: el terrorismo de Estado (inclúyase en esta categoría a los grupos internacionales auspiciados por un Estado nación). Lo anterior obedece a que históricamente los Estados nacionales, justamente los que tienen y destinan fuertes recursos para el desarrollo tecnológico y humano de armas químico-biológicas, entre otros proyectos -también parte del complejo bélico-industrial antes mencionado-, han fomentado e impulsado el terrorismo en general como mecanismo de proyección hegemónica39 dentro y fuera de sus fronteras, panorama en el que, desde luego, se juega una serie de contradicciones internas propias de sus cúpulas de poder.

Así, el terrorismo de Estado, que incluye al bioterrorismo de Estado, se inserta en una dinámica de acciones y reacciones, proceso al que generalmente está vinculado el terrorismo internacional. Este proceso popularmente conocido como bumerang, y que, según Chalmers. Johnson, en la CIA se conoce como blowback, se refiere a las consecuencias no esperadas: a las respuestas de las víctimas de las operaciones clandestinas.40

Por lo anterior, bien podemos hablar de bioterrorismo de Estado y de bioterrorismo internacional.

 

Bioterrorismo de Estado

 

Según la Fundación Heritage y la Universidad Nacional de la Defensa en Washington, D.C.,41 al menos alrededor de trece países tienen programas de desarrollo de armas bacteriológicas y químicas de importancia considerable, incluyendo investigaciones relacionadas con s u diseminación como bombas aéreas, tanques aspersores y cabezas de mísiles balísticos. Entre esos países, encabezando la lista están, primero que nadie, aunque no aparece en la lista, EE.UU., seguido por los que reconoce ese país como potenciales agresores, entre los que están Rusia y China,42 y en menor medida se colocan Irán,43 Iraq,44 Libia,45 Corea del Norte,46 Israel,47 Taiwán,48 Siria,49 India, y Vietnam. De igual manera se ubican Indonesia, Arabia Saudita, Sudáfrica y Tailandia como potenciales «poseedores» de armas químicas y/o bacteria lógicas. Cabe señalar que en la lista de la Heritage Foundation y la Universidad Nacional de la Defensa, además de la ausencia de EE.UU., también está la de Canadá, Inglaterra, Alemania y Japón.

Tal omisión en los actores involucrados en programas de armas biológicas queda clara si se recuerda que, durante la SGM, EE.UU., Inglaterra y Canadá desarrollaron bioarmas de tularemia para su uso en el campo de batalla, ya que paralizaría a toda una división dado el personal que requeriría el cuidado médico de cada soldado infectado. Este hecho, evidenciado a causa del «brote» de tularemia en el verano de 1942, cuando el ejército nazi incursionaba en Stalingrado, ha sido considerado un ataque biológico ejecutado por alguna de las partes, ya que el número de casos promedio en Rusia durante esa década era de 10 000, pero en el año del acontecimiento (1942), el número de víctimas ascendió a 100 000, y descendió nuevamente a 10 000 en 1943. En este escenario, independientemente de lo sucedido, ambas partes, tanto los alemanes como los rusos resultaron con bajas, lo que llevó a reconsiderar su uso, y no fue hasta la década del setenta que los rusos, al igual que EE.UU. y compañía, habían desarrollado y perfeccionado la tularemia como bioarma efectiva.

También se sabe que los ingleses, desde la década de 1940, temiendo un ataque biológico nazi, bajo las órdenes de Winston Churchill, efectuaron pruebas sobre la propagación de ántrax en una isla de Escocia, como parte de su programa de armas biológicas, que al parecer se inició a principios de la década del treinta. Tras la prueba, la isla fue puesta en cuarentena, hasta que en 1986 el gobierno inglés la descontaminó. Igualmente, se sabe de otras pruebas realizadas durante la Guerra Fría, como las que se efectuaron con partículas no tóxicas similares al ántrax para su diseminación en el metro de Londres, las cuales se dispersaron a más de 15 kilómetros a la redonda.

En el caso de los japoneses, se puede señalar su programa de armas biológicas denominado Unidad 731. Los rumores de la existencia del programa, según los rusos, se remontan a la década del treinta del siglo pasado, pero no fue hasta 1945 cuando los rusos invadieron Manchuria y confirmaron su existencia. La Unidad 731, al mando del teniente general Shiro Ishií, experimentaba con ántrax, disenteria, cólera y plaga en prisioneros de guerra de EE.UU. y la Mancomunidad Británica.50 Según documentos captados por los rusos, el programa biológico japonés era mucho mayor que el de ellos y estaba organizado como un complejo industrial coordinado por una unidad central que delineaba las actividades y personal involucrado en el Programa, mismo que después funcionó como base para la conformación del Biopreparat (Programa de Bioarmas de la URSS).51

A pesar de lo llamativo de los casos anteriores, sin lugar a dudas los programas más agresivos en el desarrollo de agentes más virulentos y resistentes, y en el avance de tecnologías de diseminación, han sido el de EE.UU. y el de la URSS (ahora Rusia). Lo anterior no sólo se debe al empuje que la Guerra Fría le dio a los programas bélico-militares, sino también a la capacidad de ambos países, en ese momento, en cuanto a recursos materiales y humanos.

 

El programa de armas biológicas de la ex URSS

 

El programa ruso conocido como Biopreparat se creó en 1973, pero se remonta hasta la década de 1920. Reclutaba más de 25 000 científicos en dieciocho o más unidades, incluyendo seis plantas de producción y almacenamiento y un complejo central localizado en Siberia (uno de los que desarrolló cepas recombinantes de patógeno s existentes y novedosos). Asimismo, contaba con áreas de prueba al aire -libre. La más importante era la isla Rebirth, donde se probaron numerosos agentes hasta 1992, cuando la URSS se desintegró y los archivos existentes fueron destruidos.52

Para conocer de cerca el Biopreparat, es obligado revisar el trabajo de Ken Alibek titulado Biohazard, quien siendo parte del mismo, coordinó, entre otras actividades, la unidad Obolensk, en Siberia, y que se integró a mediados de 1990 al complejo de biodefensa de los EE.UU., tiempo en el que simultáneamente fundó una empresa biotecnológica en Virginia. En su texto, Alibek detalla los proyectos de bioarmas involucrados en el desarrollo, no sólo de agentes clásicos y contramedidas, sino también de otros materiales biológicos, tan virulentos o poco estudiados que ni siquiera existía o existe cura alguna. En ocasiones, indica el autor, en el momento en que se desarrollaba una vacuna más efectiva contra alguna enfermedad, Biopreparat ya estaba buscando la manera de hacer una cepa resistente a esa.

Una característica llamativa, presente en la generalidad de los programas de bioannas de los Estados nacionales, tal y como se ha descrito, es la dualidad cívico-militar con que operan. Por ejemplo, Biopreparat tenía unidades, como Ostensibly, conocidas durante la Guerra Fría al nivel internacional como corporaciones fannacéuticas rusas. Esa unidad, entre otras y junto con la KGB, obtuvo cepas de diversos virus y bacterias de distintos países. Por ejemplo, una cepa altamente agresiva de la viruela (Variola majar) fue obtenida por científicos rusos enviados a 'la India. El filovirus Marburg pariente del Ébola fue enviado por los alemanes o estadounidenses al Biopreparat. Del mismo modo sucedió con el virus Junín (fiebre hemorrágica de la Argentina) y el Machupo (fiebre hemorrágica de Bolivia).53

Alibek detenidamente evidencia, además de los proyectos que confonnaban el Biopreparat (como lo son el Bonfire y Metol, responsables en el caso de Rusia, del desarrollo de cepas modificadas y más agresivas de viruela, plaga, peste, ántrax, etcétera -caso del ántrax resistente hasta a cinco antibióticos o del agente doble: viruela-Ébola-); también muestra las intrigas y contradicciones de las cúpulas de poder científicas, militares y gubernamentales de ese ex bloque. Si bien el autor resulta acrítico al momento de tratar el caso de EE.UU., el texto leído críticamente es de alto valor para entender mejor las dimensiones de los programas de bioarmas no sólo en la ex URSS, sino en los distintos Estados nacionales.

Por último, cabe mencionar, en el caso de Rusia, que todavía para 1992 Boris Yeltsin afirmaba que Rusia mantenía sus programas de investigación y desarrollo de armas químicas y biológicas, ello a pesar de la disolución formal de dichos proyectos y considerando la pérdida de una parte considerable de los científicos del Biopreparat que emigraron, con sentido de oportunidad, para vender sus servicios, a EE.UU., Francia, Libia, Iraq, Irán, Siria, Corea del Norte y del Sur, Israel, etcétera.54

 

El programa de armas biológicas de EE.UU.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial (SGM), la investigación y desarrollo de armas biológicas se concentró en el Fuerte Detrick, en Maryland, para que fueran producidas en un complejo industrial cercano, llamado Terre Haute (Indiana), que se dedicó a la producción de la espora del ántrax y a la fabricación de bombas de dicho agente. Equipado con 20 000 galones de fermentadores, es capaz de producir, al mes, 500 000 bombas de 2 kilogramos cada una. Al parecer, a pesar de un cuantioso pedido inglés de bombas-ántrax en 1944 -la SGM terminó mucho antes de que pudiera ser entregado--, e -incluso supuestamente fabricadas. Después de la SGM, Terre Haute fue reconvertida para la producción de antibióticos (aunque en cualquier momento podría ser usada para fines militares) y remplazada por un nuevo complejo de producción de armas biológicas, el Pine Bluff Arsenal ubicado en Arkansas. Pine Bluff comenzó sus actividades en 1954 y supuestamente operó hasta la declaración de Nixon, en 1969, en la que se «aseguraba» el retiro de EE.UU. de la investigación, desarrollo y producción de armas químicas y biológicas, misma que dio como resultado los Protocolos de las Convenciones de Armas Químicas en 1975 (CWC) y Biológicas en 1972 (CBW). Otro proyecto importante por sus dimensiones fue el de «St. Jo», que se dedicó a desarrollar y probar bombas de ántrax para su uso contra la Unión Soviética. Ciento setenta y tres pruebas no infecciosas de aerosol es con 536 bombillas de 35 mililitros cada una, fueron realizadas secretamente en Minneapolis, St. Louis y Winnipeg. Años después, se desarrollo y estandarizó el uso de un patógeno bacteriológico de la tularemia, la brucelosis, la fiebre -Q y el virus venezolano de la encefalitis equina, entre otros. De igual manera, se procedió con los hongos para la destrucción de sembradío s de arroz chino y trigo ruso.

Supuestamente, a partir de 1969, EE.UU. dejó de lado la carrera armamentista biológica y química, para que fuera moralmente posible presionar al resto de los países a la firma del Protocolo de Génova de la Convención de Armas Biológicas, donde se prohibió, en 1972, el desarrollo y producción de bioarmas, así como el resguardo y acumulación de agentes biológicos con potencial bélico. Desde luego, no cabe duda de que EE.UU. nunca ha dejado de realizar tales actividades y que se puede constatar con la fuerte estructura con la que viene desarrollando investigaciones «contra bioterroristas»o de «biodefensa» desde 1998, cuando el Congreso aprobó tal actividad. (Véase más adelante.)55

 

Cuba y el bioterrorismo de Estado estadounidense56

 

Aunque desde 1962, Cuba ha denunciado el bioterrorismo de Estado de EE.UU. de la que ha sido objeto, la respuesta internacional ha sido, en el mejor de los casos, débil, ya que en general la comunidad internacional ha mostrado una gran indiferencia. En efecto, tal y como el pueblo cubano expresa, «la guerra biológica es, sin duda, una de las manifestaciones más pértidas, despiadadas y criminales de la política agresiva de Estados Unidos contra el pueblo cubano».57

En términos generales, las actividades bioterroristas de los Estados Unidos han afectado prácticamente todos los cultivos y producciones agropecuarias fundamentales de Cuba, dados los numerosos ataques de plagas que nunca antes habían estado presentes en la Isla. Pero también se han registrado ataques a la salud humana, sobre todo en lo que se refiere a las epidemias de dengue. (Véase más adelante.)

La guerra biológica, indica la denuncia de Cuba de enero de 2000,58 ha tenido como objetivo «sabotear las fuentes de alimentación de la población, impedir ingresos por concepto de la exportación de producciones agrícolas y ocasionar cuantiosas pérdidas por concepto de producciones perdidas y gastos incurridos para combatir las plagas y enfermedades introducidas». No es casual, como ese texto señala, que en el «Proyecto Cuba», un documento desclasificado de los Estados Unidos del 18 de enero de 1962, se expongan los objetivos y las 32 tareas de lo que después se llamada Operación Mangosta; donde se indica la siguiente formulación de la Tarea 21: «la CIA someterá el 15 de febrero un plan para provocar fracasos en las cosechas alimentarias en Cuba». Los dos siguientes renglones del texto desclasificado de este documento, en ' los que cabe suponer que se precisaba el método que se emplearía para lograr este propósito, aparecen censurados.59

 

Para Cuba, según la mencionada demanda,

 

A la luz de esta revelación, no puede resultar una simple coincidencia el hecho de que, ese mismo año, se detectó la aparición simultánea en la población avícola de las provincias de Pinar del Río, La Habana, Matanzas y Oriente, de la enfermedad conocida como Newcastle. En las investigaciones realizadas entonces, se pudo comprobar que la aparición de esta enfermedad fue el resultado de un sabotaje realizado en un laboratorio del Instituto Nacional de la Reforma Agraria de una vacuna de viruela aviar, cuya distribución y uso provocó la muerte de más de un millón de aves en el territorio nacional.60

 

Es a partir de este suceso que cotidianamente se registran en Cuba actividades de bioterrorismo por parte de secretarías u organismos de Estado, como la CIA, mismas que han sido ejecutadas por sus propios agentes u otros bioterroristas ligados a estas. Sobre la base del documento cubano antes mencionado y de su similar de 1999,61 los siguientes casos de bioterrorismo se han ejecutado en la Isla:

 

1. En 1971 se manifestó el primer brote de la fiebre porcina africana en el municipio de Boyeros, en la antigua provincia de La Habana, desde donde se propagó al resto de esa provincia y a algunas zonas de la provincia de Pinar del Río. Se sabe que en los momentos en que se produjo en la Isla el brote de la fiebre porcina africana, la CIA y el ejército de Estados Unidos estaban experimentando con venenos, toxinas mortales, productos para la destrucción de cosechas y otras técnicas de la guerra bacteriológica La causa de esta grave enfermedad del ganado porcino fue la introducción a Cuba desde Fort Gulliék, base militar norteamericana en la zona del Canal de Panamá -también utilizada por la CIA-, del virus altamente patógeno por parte de un agente de esa Agencia, según se pudo conocer de manera inequívoca y fue confirmado después por informaciones aparecidas en la prensa internacional tras haberlo admitido públicamente el propio agente. En enero de 1980 se detecta y confirma la presencia de esta misma enfermedad en todos los municipios contiguos o cercanos al territorio ocupado por la base naval de Estados Unidos en la bahía de Guantánamo.

2. En septiembre de 1978 se localizan, en la provincia de Holguín, áreas cañeras afectadas por la roya, una de las enfermedades más agresivas de la caña de azúcar. La plaga, que pronto se extendió a todo el país, afectaba severamente sobre todo a la variedad Barbados-4362, que era en esa época la predominante en las plantaciones cañeras cubanas. La aparición brusca y extremadamente virulenta de la enfermedad, su propagación casi instantánea y la no correspondencia de la distribución de los focos con los patrones de las corrientes de aire prevalecientes indicaron desde el primer momento que se trataba de una infestación atribuible a causas no naturales.

3. El moho azul del tabaco se detectó en noviembre de 1979 en la provincia de Villa Clara. Se trataba de una enfermedad ya reportada en Cuba en 1957, asociada al empleo de tela de tapado que se importaba de uso desde Estados Unidos, donde estaba bastante extendida. Acciones adoptadas entonces liquidaron los focos y no se habían reportado otras manifestaciones. La forma de propagación de la enfermedad y la aparición casi al unísono de focos dispersos en un amplio territorio permitieron determinar que los hongos pudieron ser diseminados deliberadamente por vía aérea.

4. El caso humanamente más agresivo fue la epidemia de dengue hemorrágico, introducida a Cuba en 1981, que causó la muerte a 158 personas, entre ellas 101 niños. Las cepas del virus aisladas entonces, distanciadas genéticamente de las que circulaban en otros países del Caribe, estaban relacionadas en cambio con cepas de laboratorio desarrolladas únicamente en instalaciones norteamericanas. Ese país ha dedicado grandes esfuerzos en el Fuerte Detrick, donde, al parecer, el inventario de insectos en 1959 incluía mosquitos infectados con fiebre amarilla, malaria y dengue; pulgas infectadas con plaga, garrapatas con tularemia, fiebre recidiva y fiebre de Colorado; moscas domésticas infectadas con cólera, ántrax y disentería. Además, según un cable procedente de Washington del 29 de octubre de 1980, se informaba que «el Gobierno de Estados Unidos pensó seriamente usar el mosquito portador de la fiebre amarilla contra la Unión Soviética en 1956». No es de extrañarse la posibilidad de su uso contra Cuba, esta vez infectados con dengue. Por otra parte, los tres focos determinados como primarios, carentes de relación epidemiológica alguna entre sí, se encontraban a pocos kilómetros apenas de dos de los tres corredores aéreos que cruzaban la Isla y más de 300 kilómetros entre sí. Se pudo verificar, además, que en la Base Naval de Guantánamo tuvo lugar ese año un proceso de vacunación contra la enfermedad, y que allí no ocurrió ningún caso de dengue durante el desarrollo de la epidemia en Cuba. Todas estas consideraciones permitieron determinar categóricamente en su momento que la introducción del virus del dengue tipo 2 en Cuba en 1981 no constituyó un fenómeno natural, lo cual fue confirmado tiempo después por la confesión de un cabecilla de la organización terrorista Omega 7, al servicio de la CIA. En este contexto, llama la atención la reciente epidemia desatada de varios tipos de dengue, incluyendo su versión hemorrágica, ahora del tipo 3, procedente de la India y Sri Lanka. Aunque esta epidemia se desató en noviembre de 2000 en la zona rural de la capital, nuevos casos brotaron en junio de 2001, para alcanzar, según califica Fidel Castro, un repunte «desesperante» desde octubre de ese mismo año, que afectó a más de 69 municipios en la capital y en las provincias de Villa Clara y Cienfuegos.

5. También en 1981, se declaró en el país un brote de conjuntivitis hemorrágica causada por un agente patógeno, el entero virus 70, que, según la Oficina Panamericana de la Salud, nunca había estado presente en el hemisferio. Otro tanto puede decirse del brote de disentería ocurrido por la misma época en la provincia de Guantánamo, sede de la Base Naval norteamericana, que ocasionó la muerte de 18 niños, producido por una bacteria Shigella no reportada anteriormente en el país.

6. En agosto de 1981, se detectó en la provincia de Villa Clara la enfermedad viral conocida como seudodermatosis nodular bovina. En apenas 21 días la enfermedad se extendió por nueve provincias del país. Esta enfermedad, endémica en África, nunca antes había existido en Cuba. El agente causal había sido aislado en Italia y Estados Unidos, cuyas autoridades nunca lo habían informado oficialmente a los organismos sanitarios internacionales. Por esa época se trabajaba con el virus en el laboratorio norteamericano de enfermedades exóticas radicado en Plum Island.

7. Otra sospechosa enfermedad del ganado bovino, la mamilitis ulcerativa, se detectó el4 de abril de 1989 en la provincia de Granma, desde donde se extendió rápidamente a otros territorios cercanos. Brotes similares aparecieron, sin embargo, en las distantes provincias de La Habana y Pinar del Río, en un esquema de propagación totalmente anormal. Esta enfermedad produce una altísima morbilidad del 80% y ocasiona una afectación del 25% en la producción de leche. Supone, además, el tratamiento especial de los animales enfermos, su aislamiento y la aplicación de intensas medidas de desinfección y cuarentena. Desde la aparición de esta enfermedad, que no ha podido ser totalmente erradicada, se han detectado unos 400 focos.

8. En la década del 90, al interrumpirse las condiciones de comercio e intercambio prevalecientes en las relaciones económicas que Cuba mantenía con los países de Europa del Este y la desaparecida Unión Soviética, el sector agropecuario tuvo que enfrentarse a un gran reto: debía responder a una demanda incrementada por las restricciones en las importaciones de alimentos, como consecuencia de las nuevas medidas tomadas por el Congreso y la Administración de Estados Unidos. En esta compleja coyuntura, se estaba llevando a cabo el Programa Alimentario, que pretendía lograr la autosuficiencia alimentaria, mismo que daba un espacio importante al cultivo del plátano. En octubre de 1990 se detectó la presencia de la Sigatoka negra del plátano en la provincia de Camagüey. Esta enfermedad no había sido reportada antes en Cuba y resultaba sospechosa la coincidencia de su aparición con el esfuerzo que en ese momento realizaba el país para extender y optimizar la producción de plátano. Hasta el momento, la introducción de esta plaga en Cuba ha representado gastos y pérdidas ascendentes a más de 100 millones de dólares.

9. La producción de cítricos, por su parte, ha sido una de las actividades económicas en el sector agropecuario que ha experimentado mayor desarrollo en Cuba. En la mencionada coyuntura de los años 90 del siglo pasado, los cítricos debían desempeñar un papel destacado. En diciembre de 1992 fue identificada la presencia del pulgón negro, el vector más eficiente de la enfermedad conocida como tristeza del cítrico, en plantaciones del municipio de Caimanera, donde está enclavada la Base Naval norteamericana. Este insecto no había sido reportado antes en el país. Un año después aparece en la provincia de La Habana el minador de los cítricos, plaga que cuatro meses más tarde aparece extendida desde Pinar del Río hasta Camagüey. Este insecto no se había detectado hasta entonces en América.

10. Otro caso es el de la enfermedad hemorrágica viral del conejo, también exótica en Cuba. Fue diagnosticada en 1993 en Ciudad de La Habana, desde donde se extendió rápidamente a otros territorios. En el continente americano sólo se había reportado su presencia en México, en 1989. La aparición de los focos no respondió por 10 general a un proceso de propagación normal.

11. En febrero de 1995 fue detectada en las provincias de Granma y Santiago de Cuba la broca del café, considerada la peor plaga cafetalera. Esta enfermedad era exótica en la Isla y no hay posibilidad de que haya aparecido por razones naturales. Por el contrario, existen elementos suficientes para afirmar que fue introducida de manera intencional y para determinar el procedimiento utilizado.

12. La varroasis de la abeja fue diagnosticada en abril de 1996 en tres apiarios del sector privado en el municipio de Limonar, en la provincia de Matanzas. Desde allí se propagó con gran velocidad a otras regiones del país. Según el estudio realizado, esta enfermedad sólo podría haber entrado de manera natural por las provincias de Pinar del Río o Guantánamo. Su propagación ha sido de la región occidental hacia la oriental, cuando por el predominio de los vientos del Este su distribución natural debió haber ocurrido a la inversa. Muchos focos han aparecido de manera aislada, sin vínculo alguno con los anteriores.

13. En 1996 se diagnosticó la presencia, en la presa Zaza, en la provincia de Sancti Spíritus, de la enfermedad ulcerativa de la trucha, que se ha extendido a otras especies de interés comercial como la tilapia.

14. El 21 de octubre de 1996, la aeronave de fumigación modelo SR2 con matrícula N3093M del registro de aeronaves civiles de Estados Unidos, operada por el Departamento de Estado de ese país para la lucha contra la producción de drogas en Colombia, fue observada pulverizando una sustancia mientras cruzaba el territorio cubano por el corredor aéreo internacional Girón, sobre la provincia de Matanzas. El 18 de diciembre de ese año, dos meses después, aparecen en esa provincia los primeros indicios de la presencia de una plaga Thrips sobre cultivos de papa. En el mes de enero siguiente, focos del mismo insecto fueron detectados en otros municipios matanceros y de la provincia de La Habana. El14 de febrero de 1997, el Laboratorio Central de Cuarentena confirmó que el insecto analizado era el Thrips Fa/mi Karny, hasta ese momento exótico para el territorio cubano. El análisis de los hechos y los resultados de las investigaciones realizadas permitieron determinar que los focos primarios de afectación tenían una relación inmediata con el corredor aéreo Girón, y que, teniendo en cuenta la población de insectos observada en diciembre y el tiempo de reproducción de esa especie, podía estimarse el inicio de la infestación en torno al 21 de octubre, es decir, la fecha en que ocurrió el vuelo de la aeronave norteamericana. Desde su aparición en la isla, el Thrips Fa/mi ha afectado 17 cultivos en las áreas contaminadas, entre ellos la papa, el frijol, el pimiento, el pepino y la calabaza.

15. En septiembre de 1997 se detectaba en el municipio de Nueva Paz, en la provincia de La Habana, la plaga del ácaro del arroz, la cual afectó a 12 de las 14 provincias del país. Esta plaga, de origen asiático, no existe en ningún otro lugar del continente americano. El lugar de su aparición es particularmente vulnerable por su ubicación colindante con la Autopista Nacional, para una introducción intencional.

 

Bioterrorismo internacional

 

Los casos de bioterrorismo internacional han sido contados, ya que fue necesario primero la estandarización mundial del instrumental utilizado en los laboratorios biomédicos y sobre todo biotecnológicos. Ya que el boom biotecnológico se identifica a partir de la década del setenta y el uso de bioarmas novedosas y su posible desarrollo y producción por parte de grupos internacionales se ubica en el mismo periodo.

Hay que señalar que el potencial de desarrollar agentes químico-biológicos por parte de grupos internacionales aislados de los Estados nacionales es considerable y creciente -en relación directa con el avance de la biotecnología-; sin embargo, su capacidad es relativamente limitada en comparación con la potencia con que cuentan o pueden contar los Estados nacionales o los grupos terroristas internacionales ligados a ellos.

 

Ejemplos de bioterrorismo internacional:

  • Abril de 1997 (Washington, D. c.) Grupo: Counter Holocaust Lobbyist of Zion. Uso de ántrax.

  • Mayo de 1992 (Minnesota). Grupo: Minnesota Patriot' s Council. Planearon asesinar personal del gobierno local con ricino.

  • Abril de 1 990-marzo de 1995 (Japón). Grupo: Aum Shinrikyo («Supreme Truth», «Verdad Suprema»). Realizaron varios ataques con botulinum y ántrax.

  • Mediados de la década del 80 (Sri Lanka). Grupo: Grupo Secesionista Tamil. Amenazaron con infectar humanos y plantaciones con patógenos.

  • Agosto de 1984 (Oregón). Culto religioso Rajneeshee. Infectaron a 751 personas con Salmonella en la cadena de restaurantes Wasco County.

  • Octubre de 1984 (Paris, Francia). Grupo: Fracción del Red Army. Autoridades francesas encontraron reservas de Clostridium botulinum en una casa base terrorista.

  • Noviembre de 1970 (Maryland). Organización Weatherman. Intento fallido de robar agentes biológicos del Fort Detrick para envenenar las reservas de agua de la ciudad.

  • Década del 50 (Kenya) Grupo: Mau-mau. Usaron toxinas de plantas para matar ganado.

 

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Notas

 

39 Esta dinámica contemporánea de proyección de terror, desde el uso de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, ha sido punta de lanza para la «globalización del terror», fenómeno que ahora multipolarizado, e s funcional para atemorizar a la población mundial y a los Estados nacionales, así como para establecer relaciones de poder. Es decir, es un instrumento de poder de las naciones capitalistas, específicamente del centro, pero también de la periferia, para «nivelar» las asimetrías existentes. Contexto en el que incluso Estados nacionales centrales son igualmente vulnerables como se mostró el 11 de septiembre en EE.UU. Este intrincado panorama requiere tomar una postura internacionalmente responsable, misma que urge discutir en y desde todos los niveles.

40 Chalmers Johnson, Blowback: the costs and consequences 01 American Empire, Metropolitan Books, Nueva York, 2000, p.8.

41 Véase National Defense University, JNSS, Stuart E. Johnson, The Niche Treat: Deterring the Use olChemical and Biological Weapons, NDU Press, 1997. James H.Anderson, «Microbes and Mass Casualties: Defending America against Bioterrorism», Backgrounder, The Heritage Foundation, mayo de 1998.

42 Se cree que desarrolla, produce y ha adquirido armas químicas y biológicas desde 1980. (Véase US Army Control and Disarmament Agency, Threat Control through Arms Control, Government Printing Office. Washington, D.C.,julio de 1996.)

43 Tiene la inftaestructura necesaria para el desarrollo y producción considerable de armas biológicas. Hasta donde se sabe, ha intentado adquirir muestras de mycotoxin. (Véase Graham S. Pearson, The Threat of Deliberate Disease in Ihe 21 sto Century. Department of Peace Studies, University of Bradford, Reino Unido, 1998.)

44 El programa iraquí al parecer se inició en 1975 y la información más reciente confirma que aún estaba funcionando en 1991. Trabaja con ántrax, toxinas de botulinum, c1ostridium perfringens, aflatoxina, mycotoxina, ricino y virus de la viruela del camello. Iraq produjo hasta ese año 19 000 litros de la toxina botulinum, 8 500 litros de ántrax y 2 200 litros de aflatoxin. Desarrolla bombas aéreas, vehículos por control remoto para diseminar agentes biológicos, cohetes y mísiles. (Véase, Graham S. Pearson, Op. cit.)

45 Tiene un complejo farmacéutico de investigación en Rabta Y otro subterráneo de producción en Tarhunah. Con estos complejos y otros no conocidos está planeando desarrollar o ya desarrolla armas biológicas. (Véase, US Army Control and Disarmament Agency, Adherenee lo and Complianee with Arms Control Agreements, 1996, p. 6.)

46 Tiene centros especializados en investigaciolles sobre patógenos como el ántrax, cólera y plaga bubónica. Hay evidencias de que ha realizado pruebas en algunas de sus islas. (Véase Secretary of Defense, Proliferation: Threat and R esponse. Office o ft he Secretary of Defense, Washington, D.C., abril de 1996.)

47 Se sabe que desarrolla agentes como el ántrax, toxina botulinum, tularemia, plagas, encefalitis equina venezolana y de la fiebre-Q. Es de los pocos países que no ha firmado el Protocolo de la Convención de Armas Biológicas (BWC). (Véase, Office of Technology Assessment, P roliferation 01 Weapons 01 M ass Destruetion: Assessingthe Risks. Washington, D.C., pp. 65, 82.)

48 No se conocen programas de producción de armas biológicas, sin embargo, participa, en cooperación con EE.UU., Japón, Francia y otros ENCs, en investigaciones biotecnológicas, lo que ha resultado en una base tecnológica taiwanesa de considerable capacidad para su producción. (Véase, Graham Pearson, op. cit. Ibid.)

49 Israel ha a cusado a S iria de desarrollar agentes biológicos, específicamente para la contaminación de agua. Firmó el Protocolo (BWC) en 1975, pero no lo ha ratificado. (Véase Graham S Pearson, op. cit. Ibid.)

50 Ken Alibek, Bio/zazard, Delta, Nueva York, 1999, p. 36.

51 Ibíd.

52 Véase Ken Alibek, op. cit., p. 38.

53 Ken Alibek, op. cit., p. 111-115.

54 James Anderson, Microbes and Mass Casualties, The Heritage Foundation, mayo de J 998, p. 15; Ken Alibek, Biohazard, Delta Trade Paper Backs, 1999, pp. 2233-2269.

55 Consúltese Matthew Meselson, Averting the Hostile Exploitation ofBioteclmology, Universidad de Harvard, Departamento de Biología Molecular y Celular,junio de 2000; Ken Alibek, Biohazard, op. cit., pp. 2233-2269.

56 La información presentada en este apartado corresponde a: 1) Demanda del pueblo cubano al gobiemo de los Estados Unidos por los dalias económicos ocasionados a Cuba, La Habana, Cuba, 3 de enero de 2000, pp. 48-54; 2) Demanda del pueblo de Cuba al gobierno de Estados Unidos por dalias humanos a la Sala de lo Civil y de lo Administrativo del Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana. La Habana, Cuba, 31 de mayo de

1999.

57 Ibíd., p. 54.

58 Ibíd.

59 Ibíd. p. 48.

60 Ibíd., pp. 48-49.

61 Op.cit.,1999.

 


Economistas por la Paz y la Seguridad

TEPYS : Textos de economía, paz y seguridad