POBLACIÓN, DESARROLLO Y GÉNERO

POBLACIÓN, DESARROLLO Y GÉNERO

Gloria Valle Rodríguez (CV)
Universidad Autónoma de Zacatecas

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IV.3 PARTICIPACIÓN FEMENINA EN LOS FLUJOS MIGRATORIOS. LA FEMINIZACIÓN DE LAS MIGRACIONES.

Como se ha destacado más arriba, las mujeres constituyen un actor clave de la migración actual. La información disponible acerca de la participación de mujeres en la migración internacional pone de manifiesto una alta presencia de las mismas a nivel mundial. Sin lugar a dudas en la actualidad las mujeres representan prácticamente la mitad de la población migrante a nivel mundial. Muestra de lo anterior, para el caso de América Latina, son los datos de distribución por sexo de los emigrantes en Estados Unidos y Europa en el período 2010-2011 que se muestran en el Cuadro.

Por supuesto, esto no es una novedad, sino que esta realidad se viene mostrando ya desde hace varias décadas. Con todo, y debido a la invisibilización que las mujeres migrantes han vivido hasta épocas muy recientes, conocemos mucho mejor los factores y dinámicas relativos a la inmigración masculina que a la femenina.

Las mujeres constituyen la mayoría de las personas migrantes en los países desarrollados (51,5%), mientras que su peso relativo es inferior entre la población migrante establecida en las regiones menos desarrolladas (45,3%). “Las migraciones conforman, sin duda, uno de los fenómenos sociales más importantes de nuestros días. Y en este momento de creciente internacionalización, globalización y diversificación de los flujos migratorios, la feminización es, asimismo, otra de sus características frecuentemente señaladas.” 1

De manera que a lo largo de los últimos cincuenta años las mujeres migrantes han sido casi tan numerosas como los hombres: en 1960 había 35 millones de migrantes femeninas por 40 millones de migrantes varones y en el año 2010, a pesar del notable aumento de la población migrante, la diferencia entre ambos sexos apenas se reduce, con algo menos de 105 millones de mujeres y 109 millones de hombres viviendo fuera de sus países de origen.

Se puede apreciar que en el año 1990 aproximadamente el 48% de los migrantes internacionales eran mujeres, y en el año 2010 este porcentaje aumenta al 49%. Si bien en un plano mundial las mujeres aún representan un número menor al monto de migrantes hombres, si se observan las cifras se aprecia un aumento relativo constante de mujeres migrantes desde 1960. En 1975 alcanzaba los 40,1 millones y 15 años después el monto ascendía a 57,1 millones.

Con excepción de África y Asia, desde 1990, la proporción de mujeres entre los migrantes internacionales aumentó en todas las partes del mundo. En América Latina y el Caribe, la proporción de mujeres entre los migrantes aumentó de 50 por ciento en 1990 a 52 por ciento en 2013. Este aumento es principalmente debido al envejecimiento de la población migrante en esa importante zona. En cambio, en Asia el porcentaje de mujeres entre todos los stock de migrantes internacionales cayó del 46% en 1990 a 42 por ciento en 2013.2 (Ver Gráfico 11).
Se ratifica que si se toman en consideración los volúmenes cada vez más importantes de migración femenina así como la experiencia migratoria femenina que se diferencia notablemente de la masculina, se hace necesario un análisis de la migración internacional desde una perspectiva de género, con el propósito de reconocer las relaciones desiguales de la migración entre hombres y mujeres y el peso que tienen al interior de las redes y unidades domésticas a la hora de decidir la salida al exterior de sus integrantes, así como indagar sobre las vivencias de la migración desde la especificidad de las mujeres. 3

Martínez Pizarro insiste en que para el caso de América Latina y el Caribe, transcurridos varios años desde que la migración internacional se instaló en la agenda regional, hay señales de que la situación se ha ido transformando, y uno de los ejes de esa transformación es la incipiente consideración de las mujeres en los flujos contemporáneos, que desafía buena parte del conocimiento acumulado e introduce las perspectivas de género y de derechos humanos, que tan caro cuestan en las discusiones sobre migración. 4

En otro orden de cosas, lo que se ha dado en llamar feminización de la migración, en particular la internacional, es un tema que va tomando creciente interés en las investigaciones que muchas veces incorporan los aspectos del género. A su vez, es en el contexto de los procesos de globalización donde se ubican muchas veces, la aparición y desarrollo de corrientes migratorias femeninas, las cuales se caracterizan por iniciar el proceso migratorio solas,  fundamentalmente por motivos laborales.

Precisamente, la feminización de las migraciones, dice relación con el hecho de que si bien las mujeres siempre han estado presentes en los movimientos migratorios, hoy en día se las encuentra en casi todas las regiones, en todos los tipos y flujos y cada vez más salen de manera autónoma, a diferencia de otros siglos donde el patrón era asociativo. 5 La feminización  de las migraciones internacionales parecería devenir en uno de los eslabones de la perspectiva de género en estos estudios.

La creciente migración femenina y familiar –comenta Canales- ha permitido que las mujeres accedan a contextos sociales en los que la distinción de género se construye a partir de principios y relaciones sociales diferentes de los imperantes en las comunidades de origen. En términos generales, esto ha permitido una transformación de las relaciones de poder en el seno de la familia y la comunidad que ha favorecido a la mujer; sin embargo, esto no implica que no existan conflictos y tensiones cotidianas. 6
Para algunos, la mencionada feminización de las migraciones no es, en definitiva, un fenómeno tan novedoso y reciente como a primera vista pudiera parecer (la presencia de las mujeres entre la población migrante internacional tan sólo se ha visto incrementada en dos puntos porcentuales en cuatro décadas), sino que se ha venido gestando desde tiempo antes de que la producción estadística y bibliográfica en materia migratoria se hiciera eco de este asunto.

Las mujeres, al igual que los hombres, migran siguiendo motivaciones muy diversas, que no pueden reducirse al deseo de seguir a sus esposos, protagonistas del proyecto migratorio. La reagrupación familiar es, sin duda, el motivo principal de muchos proyectos migratorios femeninos, pero también lo es para muchos varones que deciden seguir a sus esposas, pioneras de muchos procesos migratorios internacionales. De hecho, la inmigración femenina supera a la masculina en aproximadamente la mitad de los países a nivel mundial. 7

Es pertinente rescatar a estas alturas, lo planteado por Martínez Pizarro en su “Mapa migratorio de América Latina y el Caribe”, al referir que el análisis de la participación de las mujeres en la migración internacional exige numerosas precisiones. En primer lugar, no se trata de un tema más en la agenda de investigación y gubernamental sobre migración, por más que muchos investigadores y sectores de opinión tiendan a alinearlo junto al amplio abanico de temas; en segundo término, y por incontables razones, es imprescindible su interpretación desde una perspectiva de género, si bien en el análisis puede ser importante privilegiar la participación de las mujeres. En tercer lugar, en la introducción de su estudio el análisis “estadístico” es fundamental, pues la mayor visibilidad cuantitativa de las mujeres es una dimensión altamente relevante de la migración contemporánea. En cuarto término, la feminización cuantitativa es una faceta fundamental de un fenómeno que tiene significados profundos, no unívocos y de muchos componentes objetivos y subjetivos, ya que comprende tanto a las transformaciones económicas mundiales y su resultante reestructuración en los mercados laborales como a la consolidación de redes sociales y familiares, la potencial autonomía de las mujeres, o bien una definitiva subordinación a los patrones de desigualdad.

Por último, es unánime el reconocimiento de que las políticas sobre migración ignoran a menudo la dimensión de género, eludiendo ya sea el tratamiento de situaciones agudas de vulnerabilidad que afectan a muchas migrantes o victimizando a las mujeres de tal modo que impiden su reconocimiento como actores sociales. 8

Al decir de Ballara, esta feminización de las migraciones tiene sus orígenes en la ventaja comparativa de las desventajas de las mujeres. Ellas son consideradas como trabajadoras de bajo costo, dóciles, flexibles y con menos vínculos estables en el lugar de destino. En el mundo globalizado, estas cualidades las hacen más atractivas que los varones, en un mercado laboral que procura mano de obra intensiva. Y las más afectadas en el sistema de explotación son las analfabetas o con poca o ninguna capacitación educacional. 9

La feminización de la migración internacional –comentan a propósito Tarán y Geronimi- de mano de obra, junto con el hecho de que la mayor parte de las oportunidades de empleo para las mujeres migrantes se encuentran en sectores no regulados (trabajo doméstico, industria del sexo) y la existencia de mercados de trabajo segmentados por sexo contribuye al incremento de mercados laborales discriminatorios en los países de destino. Además, las mujeres tienen por lo general menos acceso a la información sobre las oportunidades de migración y de empleo en el extranjero, a los canales de reclutamiento, y a menudo cuentan con menos preparación que los hombres para hacer frente a las condiciones de trabajo y de vida de los países de destino.10

No obstante, la creciente relevancia que tienen los movimientos migratorios internacionales femeninos aun es relativamente escasa la investigación y los productos informativos generados por las mismas, en relación a este tipo de experiencia migrante, y menos aún los realizados desde una perspectiva de género. “A pesar de su importancia y de su especificidad, el tema de la migración femenina ha sido relegado a un segundo plano. Es una constante que en los estudios pertinentes se subraye que los procesos migratorios han tendido a analizarse desde una perspectiva en que el género aparece como algo neutral y, por tanto, ausente en la medición de la migración y, especialmente, en su análisis. Esto ha llevado a que el papel de las mujeres en este proceso se torne invisible, a pesar de que ellas, aun cuando no migren, tienen una función clave como madres, esposas o hijas de hombres migrantes”.11

A partir de un examen de planteamientos de diferentes autores, Gregorio Gil concluye que la escasa relevancia dada a los sistemas de género en el estudio de las migraciones responde al predominio que han tenido en su análisis aquellos factores que más han ignorado las diferencias estructurales entre géneros. “Me refiero a la preponderancia de los análisis macroestructurales donde se incluyen los factores económicos y políticos, en detrimento de los análisis microestructurales donde se incluirían los factores culturales y simbólicos y por tanto la construcción cultural de las diferencias genéricas. Como consecuencia de lo cual, las diferencias de género no han sido contempladas como un sistema más o menos consistente de creación de desigualdades entre hombres y mujeres que actúa en los diferentes niveles y en interacción con otros sistemas de creación de desigualdades”. 12

Parece haber consenso en reconocer que la llamada feminización de la migración no ha mejorado significativamente la situación social y económica de las mujeres. Aún se mantienen con fuerza los criterios tradicionales en torno a la dependencia económica de los hombres. No se toman en cuenta los cambios que se han producido en las identidades femeninas y se mantiene una cierta ceguera con relación a la migración femenina al momento de elaborar las políticas migratorias por parte de los estados.

Está documentado que las migrantes femeninas, enfrentan problemas específicos asociados a su condición de género, etnia y raza. Tales problemas guardan relación con formas inequitativas de acceso a servicios básicos públicos como los de salud, educación, vivienda y previsión, entre otros. Igualmente las mujeres migrantes confrontan problemas en el acceso a información sobre sus derechos y servicios, en la inserción y desarrollo en el mercado de trabajo. Con harta frecuencia, los estudios ponen en evidencia situaciones de discriminación y condiciones laborales desventajosas para las mismas; precariedad respecto a sus derechos laborales (salarios bajo el nivel de los nacionales, trabajos insalubres, con largas jornadas, agresión y acoso sexual); deterioro en sus condiciones de vida; abusos en sus derechos humanos como migrantes y mujeres.  Las mujeres migrantes sufren de pérdida de la identidad cultural, y confrontan dificultades para organizarse y ejercer el liderazgo. “…… los mecanismos económico-políticos que producen las migraciones internacionales de mano de obra, producen y reproducen sistemas de desigualdad de género, por medio de los cuales la emigración de uno u otro sexo responde a una segmentación del mercado de trabajo según género en un nivel internacional”. 13

El papel activo que desempeñan las mujeres en la migración internacional aparece en algunos estudios recientes. Por ejemplo, en América Latina y el Caribe se han producido “estudios de casos” sobre la migración intraregional que aportan conocimiento sobre el tema, y donde se confirma que todavía no existe una teoría que permita describir la situación de las migrantes en un contexto global.

Estos estudios brindan información sobre las causas que influyen en la decisión de migrar, cual es la inserción laboral y los derechos humanos en los lugares de destino, los cambios que se producen en las migrantes en las relaciones de género, entre otros.

Las investigaciones sacan a la luz la existencia de una tendencia dominante a asociar la migración femenina con labores reproductivas desvaloradas, fundamentalmente en el sector de los servicios (tales como servicios personales, servicios domésticos y cuidado de personas dependientes).

Como uno de los tipos de migración femenina se considera el tráfico de las migrantes, que se califica como un crimen y una violación de sus derechos básicos, al tiempo que se pone de manifiesto la impunidad con que actúan los traficantes en cuestión. Vale señalar que las mujeres traficadas suelen identificarse más como delincuentes que como víctimas de un crimen que vulnera sus derechos humanos. Por demás, se pone de manifiesto el peligro de considerar los abusos inherentes al tráfico de mujeres como un pretexto para imponer políticas migratorias restrictivas.

En otro orden de cosas, como lo ha puesto de manifiesto Daeren, el incremento del tráfico internacional de mano de obra femenina que se ha producido a partir de los años noventa, adopta diversas formas de trabajo forzado y la explotación sexual. Esta forma preocupante de migración ilegal ha sido vinculada con las crecientes restricciones en cuanto a la inmigración legal en muchos países, particularmente en Europa, y la aparición de redes criminales internacionales y un negocio lucrativo en tráfico y migración de seres humanos. Desde América Latina, parten mujeres a países europeos, apoyadas por un “agente privado” en su país que les arregla el viaje, los documentos de entrada, permisos de trabajo (auténticos o falsos) y alojamiento en el lugar de destino.14

Concluyendo, es pertinente explorar la migración internacional, sobre todo en sus manifestaciones más recientes, desde una perspectiva de género. El género, como un elemento constitutivo de las relaciones sociales, influye en la migración y ésta posee significados diferentes para mujeres y hombres. La etnicidad y las clases actúan recíprocamente con el género formando los significados de la migración para diferentes grupos de mujeres. Para el estudio de las relaciones entre población y desarrollo, estos aspectos son de gran relevancia.

1 United Nations: Informe sobre las migraciones en el mundo 2010. OIM Publications, 2012.

2 United Nations. Population Facts. No. 2013/2 September 2013. Department of Economic and Social Affairs Population Division 

3 Patricia Balbuena: Feminización de las migraciones: Del espacio reproductivo nacional a lo reproductivo internacional. Pág. 4. http://www.flora.org.pe/ensayos.

4 Jorge Martínez Pizarro: “El mapa migratorio de América Latina y El Caribe, las Mujeres y el Género”. Serie Población y Desarrollo. CEPAL-CELADE, Santiago de Chile, Septiembre del 2003.
http://www.eclac.cl/publicaciones/poblacion/4/lcl1974p/lcl1974_p.pdf. Pág. 15

5 Patricia Balbuena Palacios: “Feminización de las migraciones: Del espacio reproductivo nacional a lo reproductivo internacional”. Pág. 2. http://www.flora.org.pe/ensayos.

6 Alejandro I. Canales: “Comunidades transnacionales y migración en la era de la globalización”. http://www.eclac.cl/publicaciones/poblacion/4/lcg2124p/lcg2124p_7.pdf

7 United Nations: Informe sobre las migraciones en el mundo 2010. OIM Publications, 2012.

8 Jorge Martínez Pizarro: El mapa migratorio de América Latina y El Caribe, las Mujeres y el Género. Serie Población y Desarrollo. CEPAL-CELADE, Santiago de Chile, Septiembre del 2003.
http://www.eclac.cl/publicaciones/poblacion/4/lcl1974p/lcl1974_p.pdf. Pág. 19

9 Marcela Ballara: “Género y migración: discriminación en el mercado laboral”. http://www.repem.org.uy/doctraba_2_2002_SemVir_mesa3.htm

10 Patrick A. Taran y Eduardo Geronimi: Globalización y migraciones laborales: importancia de la protección. Programa de migraciones internacionales. Organización Internacional del Trabajo. Ginebra.   http://www.december18.net/e-paper66ILO.pdf

11 George Martine, Ralph Hakkert y José Miguel Guzmán: Aspectos sociales de la migración internacional: Consideraciones preliminares. SIMPOSIO SOBRE MIGRACIÓN INTERNACIONAL EN LAS AMÉRICAS Organizado por CEPAL/CELADE y OIM. San José de Costa Rica 4-6 de septiembre de 2000.

12 Carmen Gregorio Gil: Desigualdades de género y migración internacional: el caso de la emigración dominicana. http://www.ugr.es/~ldei/Doctorado/Programas/pro01-02/curso-carmen/curso-carmen.htm

13 Carmen Gregorio Gil, Ob. Cit.

14 Liebe Daeren: “Género en la migración laboral internacional en América Latina y el Caribe”. TALLER INTERNACIONAL SOBRE MEJORES PRÁCTICAS RELATIVAS A TRABAJADORES MIGRANTES Y SUS FAMILIAS. Organizado por la Organización Internacional para las Migraciones OIM. Santiago de Chile, 19-20 de junio de 2000.